Café Europeo

El Café Europeo (1898-1949), fue un establecimiento de Madrid situado en el n.º 1 de la glorieta de Bilbao, esquina al n.º 2 de la calle de Carranza.[1]​ Entre sus más distinguidos clientes estuvieron los hermanos Machado.[2][3]

Historia[editar]

El Europeo nació con ese nombre ocupando el local que antes fuera “café Nueva York”. Café de barrio nuevo, como local de herencia decimonónica, disponía de grandes espejos y divanes rojos, dominados por una barra situada en el centro. También era característica la escalera de caracol para subir al piso superior y los servicios. Sus primeras dueñas fueron tres hermanas. Era tranquilo durante el día y bullicioso a partir de la noche y hasta el amanecer.[1]

Como imprescindible café de tertulia,[2][4]​ tuvo el antiguo Café Europeo en sus veladores a los varones de la familia Machado, que siguiendo el éxodo iniciado por otros clientes se fueron trasladando al vecino café Comercial, al otro lado de la glorieta, y más tarde al café Gijón. Entre 1923 y 1925, también formaron tertulia Jardiel Poncela, Carlos Fernández Cuenca, o Cesar González Ruano; y con la llegada de la Segunda República Española, reunió su peña en él un grupo formado por Alfaro Polanco, Marqueríe, Eugenio Montes, Ridruejo, Samuel Ros, Sánchez Mazas, Víctor de la Serna, y de forma ocasional José Antonio Primo de Rivera.[1]

Entre los personajes pintorescos que siempre amenizan y acompañan la historia de los cafés, el Europeo tuvo entre los más distinguidos clientes al “ciego Simarro”, como se le conocía en la prensa del primer tercio del siglo xx.[1][a]

Como muchos otros cafés madrileños, la Guerra Civil Española primero y la dura y larga posguerra, resultaron mortales para el Europeo, que en 1949 acabó cerrando a pesar de haber vendido parte de su espacio a un banco. Parte de su fachada y «el dorado letrero de caracteres ingleses con su nombre» se conservaban aún en la década de 1960.[1]​ Al parecer, atraído por esa lenta agonía, Camilo José Cela tomó el Europeo como modelo de escenario mientras escribía entre 1945-1950 su novela La colmena, que en principio pensó titular así Café Europeo, y donde la auténtica Consuelo, dueña del Europeo, se convierte en una literaria doña Rosa.[5]

Notas[editar]

  1. Relata la cronista M. R. Giménez que Juan Simarro González, era ciego de nacimiento y músico de la guitarra como muchos personajes de la picaresca nacional. Hacía su trabajo de mendigo indigente sentado en un escabel junto a la iglesia de las Calatravas, con una seria levita y un cartel al cuello que le servía para publicitar su estado, casi siempre contrastado con alguna noticia que le servía para introducir sus elocuentes discursos. Entrevistado en 1910, aseguraba que “Mi fuerte es la política y dentro de la política, la sociología, y dentro de la sociología, la propaganda a todo trapo, en todo momento y en cualquier sitio”. Aquella vocación oratoria y crítica le llevó en varias ocasiones a prisión, como cuando habiendo sido detenido el 22 de septiembre de 1910, fue acusado de lesa majestad por supuestas injurias a Alfonso XIII. El fiscal solicitó al juez «ocho años de prisión mayor, una multa de 1.500 pesetas y la incautación de la banqueta y la guitarra del polémico ciego». Otras veces no era la política sino el hambre, la causa de su arresto, como cuando por no pagar su desayuno en el café Europeo, argumentó en su defensa: “Yo tengo aprendido que el hombre es un usufructuario de la vida, un mero administrador de la existencia, y como ésta no me pertenece, no creo que sea lícito que me suicide. Y a esto hubiera equivalido pasar más tiempo sin comer”. Finalmente, tras casi dos años preso en la carcel Modelo de Madrid. el 23 de julio de 1912, le fue conmutada la pena por el destierro local. Simarro, el hombre considerado por Mariano de Cavia “el hombre más consecuentemente enchisterado que hay en los Madriles”, no volvió a Madrid.

Referencias[editar]

  1. a b c d e M. R. Giménez (26 de octubre de 2011). «Café Europeo». antiguoscafesdemadrid. Consultado el 21 de enero de 2018. 
  2. a b Tudela, 1984, p. 85.
  3. Machado, Antonio (1991). Poesía y prosa. Ediciones Colihue. p. 21 (cronología). ISBN 9789505810901. Consultado el de enero de 2018. 
  4. Espina, 1995.
  5. Antonio Astorga (15 de noviembre de 2001). «Cela recibe un caluroso tributo». ABC (periódico). Consultado el 21 de enero de 2018. 

Bibliografía[editar]