George Dantzig

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George Dantzig

Dantzig (izquierda) con el presidente Gerald Ford en 1976.
Información personal
Nombre de nacimiento George Bernard Dantzig Ourisson
Nombre en inglés George Bernard Dantzig Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 8 de noviembre de 1914
Portland, Oregón, Estados Unidos
Fallecimiento 13 de mayo de 2005
(90 años)
Stanford, California, Estados Unidos
Causa de muerte Diabetes Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Los Gatos Memorial Park Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad estadounidense
Familia
Padres Anja Ourisson
Tobías Dantzig
Educación
Educado en
Supervisor doctoral Jerzy Neyman Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación matemático, físico, profesor
Empleador
Obras notables Algoritmo símplex Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Segunda Guerra Mundial Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de
Distinciones Medalla Nacional de Ciencia en 1975
Premio Neumann en 1974

George Bernard Dantzig ( /ˈdæntsɪɡ/; Portland, Oregón; 8 de noviembre de 1914-Stanford, California; 13 de mayo de 2005) fue un profesor, físico y matemático estadounidense, reconocido por desarrollar el método simplex y es considerado como el «padre de la programación lineal». Recibió muchos honores, tales como la Medalla Nacional de Ciencia en 1975 y el premio de Teoría John von Neumann en 1974.

Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias, la Academia Nacional de Ingeniería y la Academia Americana de Artes y Ciencias.

Obtuvo su licenciatura en Matemáticas y Física en la Universidad de Maryland en 1936, su grado de máster en Matemáticas en la Universidad de Míchigan, y su doctorado en la Universidad de California, Berkeley en 1946. Recibió además un doctorado honorario de la Universidad de Maryland en 1976.

El padre de Dantzig, Tobías Dantzig, fue un matemático ruso que realizó estudios con Henri Poincaré en París. Tobías se casó con una estudiante de la universidad de la Sorbona, Anja Ourisson, y la pareja emigró a los Estados Unidos.

La verdad de un mito[editar]

Un hecho real en la vida de Dantzig dio origen a una famosa leyenda en 1939, cuando era un estudiante en la Universidad de California, Berkeley. Al comienzo de una clase a la que Dantzig acudía con retraso, el profesor Jerzy Neyman escribió en la pizarra dos ejemplos famosos de problemas estadísticos aún no resueltos. Al llegar Dantzig a clase, pensó que los dos problemas eran tarea para casa y los anotó en su cuaderno. De acuerdo con Dantzig, los problemas «le parecieron ser un poco más difíciles de lo normal», pero unos pocos días después obtuvo soluciones completas para ambos, aún creyendo que estos eran tareas que debía entregar.[1]​ Seis semanas después, Dantzig recibió la visita del profesor Neyman, quien muy emocionado había preparado una de las soluciones de Dantzig para ser publicadas en una revista matemática. Años después otro investigador, Abraham Wald, publicó un artículo en el que llegaba a la conclusión del segundo problema, y en el cual incluyó a Dantzig como coautor.

Esta historia comenzó a difundirse, y fue usada como una lección motivacional demostrando el poder del pensamiento positivo. A través del tiempo el nombre de Dantzig fue retirado y los hechos fueron alterados, pero la historia básica persiste en la forma de mito.

El surgimiento de la programación lineal[editar]

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, Dantzig interrumpió sus estudios en Berkeley para unirse a las Fuerza Aérea de los Estados Unidos como jefe de la Rama de Análisis de Combate de los Cuarteles Centrales Estadísticos, lo cual lo llevó a lidiar con las logísticas de la cadena de abastecimiento y gestión de cientos de miles de elementos y personas. Este trabajo proporcionó los problemas del «mundo real» que la programación lineal vendría a resolver.

George Dantzig se doctoró en Berkeley en 1946. Inicialmente iba a aceptar un puesto como profesor en Berkeley, pero fue persuadido por su esposa y colegas del Pentágono para volver a las Fuerzas Aéreas como consejero matemático de la USAF. Fue ahí, en 1947 donde por primera vez presentó un problema de programación lineal, y propuso el método simplex para resolverlo. En 1952 se convirtió en investigador matemático en la Corporación RAND, en cuyos ordenadores comenzó a implementar la programación lineal. En 1960 fue contratado por su alma máter, donde enseñó ciencias de la computación, convirtiéndose en presidente del Centro de Investigación de Operaciones. En 1966 ocupó un cargo similar en la Universidad de Stanford. Se quedó en Stanford hasta su retiro en los años 90.

Además de su trabajo significativo en el desarrollo del método simplex y la programación lineal, Dantzig también hizo avances en los campos de la teoría de la descomposición, el análisis de sensibilidad, los métodos de pivote complementarios, la optimización a gran escala, la programación no lineal y la programación bajo incertidumbre. El primer ejemplar del SIAM Journal on Optimization en 1991 se dedicó a él.

Otros[editar]

La Sociedad de Programación Matemática honró a Dantzig creando el Premio Dantzig, otorgado cada tres años desde 1982 a una o dos personas que hayan logrado un impacto significativo en el campo de la programación matemática.

Dantzig murió el 13 de mayo de 2005 en su casa en Stanford, California, debido a complicaciones producto de la diabetes y problemas cardiovasculares.

Referencias[editar]

  • G. B. Dantzig (1940). On the non-existence of tests of "Student's" hypothesis having power functions independent of , Annals of Mathematical Statistics, Volume 11, núm. 2, pp.186-192
  1. Brooks, Bruce (1 de febrero de 2006). «Tales of Statisticians George B Dantzig» (html). Universidad de Massachusetts (en inglés). Archivado desde el original el 20 de septiembre de 2014. Consultado el 22 de julio de 2018. «During my first year at Berkeley I arrived late one day to one of Neyman's classes. On the blackboard were two problems which I assumed had been assigned for homework. I copied them down. A few days later I apologized to Neyman for taking so long to do the homework -- the problems seemed to be a little harder to do than usual. I asked him if he still wanted the work. He told me to throw it on his desk. I did so reluctantly because his desk was covered with such a heap of papers that I feared my homework would be lost there forever.» 

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]