Pecio

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El Titanic es, probablemente, el más famoso de todos los pecios.

Se denomina pecio (del latín posclásico pecia o petia, o en bajo latín pecium[1]​ o petium, ‘fragmento o pieza rota’) a los restos de un artefacto o nave fabricado por el ser humano, hundido total o parcialmente en una masa de agua (océano, mar, río, lago, embalse, etc.). Un pecio puede ser producto de un accidente marítimo, naufragio o catástrofe natural, pero también puede ser ocasionado por abandono, hundimiento intencional (por ejemplo, crear un arrecife artificial), descuidos o negligencias.

Los pecios más frecuentes son navíos naufragados, pero también existen numerosos pecios de aeronaves o vehículos terrestres. Cuando la tripulación de un barco ha muerto o lo ha abandonado, y el barco ha quedado a la deriva pero sin hundirse, se habla de barcos fantasma.

Los conflictos armados son el origen de gran número y concentración de pecios en las zonas de combate como es el caso del atolón de Truk; en ocasiones se trata de artefactos absolutamente inesperados como es el caso de los carros de combate y otros vehículos militares arrojados por el ejército egipcio a las aguas del mar Rojo para evitar que el material bélico cayera en poder del ejército israelí, y que en la actualidad pueden contemplarse a profundidades de pocos metros en el litoral de la península del Sinaí.

Los pecios y el patrimonio cultural subacuático[editar]

Pecio del SS Thistlegorm. Los restos de un naufragio a menudo son visitados por exploradores y submarinistas y son importantes por su valor cultural, que permite estudiar distintas épocas y culturas. Así como por su valor ecológico, pues se crea un microhábitat en torno a los restos.

De acuerdo a la UNESCO[2]​ «un pecio no solo es un cargamento, sino también los restos de un navío, de su tripulación, de sus pasajeros y de las vidas de los mismos». Así pues, el concepto de pecio incluye no solo los restos de una embarcación y de su carga, sino también todos los restos históricos y culturales que se encuentren en su entorno. En un sentido amplio, se incluye toda la obra portuaria, los desechos industriales, desperdicios, objetos abandonados, y otros restos sumergidos o semisumergidos que aporten información relevante de la actividad humana en un entorno geográfico e histórico determinado. Un pecio debe ser considerado, por tanto, en un contexto arqueológico subacuático.

Los pecios forman parte del patrimonio cultural subacuático; por ello, en ocasiones este tipo de restos pueden constituir un yacimiento arqueológico importante, ya que permiten el estudio tanto de la construcción de los barcos en cada época, las diferentes rutas marinas que se seguían a lo largo de la historia, así como la forma de vida de los habitantes de una zona del planeta en una época determinada. Es frecuente encontrar su ubicación en las cartas náuticas marinas.

Pecios famosos[editar]

Pecio semihundido del Costa Concordia, posteriormente reflotado.
Pecio semisumergido del SS American Star frente a la isla de Fuerteventura, España (2004).
Restos del MV Panagiotis en la playa de Navagio.
Restos del SS Maheno en Australia.
Pecio del ballenero noruego Guvernǿren, encallado en 1915 en la isla Nansen (Antártida).
Pecio del remolcador Rozi, costas de Malta. Fue hundido en 1992 para crear un arrecife artificial.
El ferry Assalama embarrancado en las costas de Marruecos.

Pecios en el Mediterráneo[editar]

Pecios en el mar Rojo[editar]

Pecios en el mar Negro[editar]

Pecios en el Índico[editar]

Pecios en el Atlántico sur[editar]

Pecios en el Atlántico norte[editar]

Pecios en el Pacífico[editar]

Pecios en ríos[editar]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Real Academia Española. «Pecio». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. UNESCO. «El patrimonio cultural subacuático». Consultado el 23 de febrero de 2012. 

Enlaces externos[editar]