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Cartas que anunciaron el descubrimiento de las Indias

Artículo destacado
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Ilustración de la edición en latín realizada en Basilea en 1494

Las cartas que anunciaron el descubrimiento de las Indias son un conjunto de manuscritos e impresos que, a partir de 1493, hicieron públicos los hallazgos de la primera expedición capitaneada por Cristóbal Colón a lo que actualmente se denomina América. Hacia principios de abril se imprimió en Barcelona una carta en castellano dirigida al escribano de Ración de la Corona de Aragón, Luis de Santángel; unas semanas más tarde se publicó en Roma una traducción al latín bien de este mismo documento bien de otra carta muy similar dirigida al tesorero real Gabriel Sánchez. La versión en latín se difundió rápidamente por toda Europa, siendo reeditada varias veces y traducida a otros idiomas. Posteriormente han aparecido manuscritos de contenido similar a la carta impresa en Barcelona y, en 1985, una copia quizás del siglo XVI de una carta de Colón a los Reyes fechada en marzo de 1493 y que trata del mismo tema. (APLU, 2013, 4)

Estas cartas describen las islas descubiertas, en particular Cuba y La Española, y las costumbres de sus habitantes, abundando las exageraciones sobre el tamaño de las islas, sus riquezas y la docilidad de los indios. Sin embargo, ofrecen pocos datos concretos sobre el viaje (se omite, por ejemplo, la referencia a la pérdida de la nao capitana) e, incluso, algunos de ellos contradicen a otras fuentes, en particular al Diario de a bordo. La postura tradicional sobre la autoría de las cartas impresas en 1493 es adjudicar la misma al propio Colón, quien habría promovido su publicación como una forma de proteger sus intereses. Otra teoría, en cambio, afirma que fueron escritas por el rey Fernando y Luis de Santángel, inspirándose en diversos informes enviados por Colón a los Reyes a su regreso. A pesar de las dudas sobre su autoría, estas cartas tienen una gran importancia histórica porque constituyeron la única fuente sobre el primer viaje de Colón que estuvo disponible públicamente durante la vida del Almirante. Por lo demás, su publicación constituyó, intencionadamente o no, una extraordinaria operación de propaganda gracias a la recién inventada imprenta. En este sentido, la consecuencia más inmediata fue que la difusión de la noticia del Descubrimiento se convirtió en la más rápida y universal de todo el siglo XV y parte del XVI. (APLU, 2013, 4)

La Carta a Luis de Santángel escrita por Cristóbal Colón es la primera información y descripción de lo que sería América. Colón creía haber llegado a Catay y Cipango, los nombres que Marco Polo daba a China y Japón en su libro, una de las lecturas previas que determinaron la visión del Almirante. Colón no les escribe a los reyes directamente, Santángel intermedia esa comunicación; además de ser encargado de las finanzas reales, él era uno de los socios económicos de la expedición, no realizada solo con fondos de la Corona. Era común que en las expediciones por tierra a Asia varios financistas apoyaran económicamente la aventura. Esas caravanas estaban suspendidas por el peligro que significaba el avance turco, siendo imperioso encontrar nuevas rutas comerciales. Así la expansión económica fue uno de los móviles determinantes del viaje. La Carta tiene una función apelativa además de espíritu descriptivo e informativo. Su intención es presentar la aventura como una empresa totalmente exitosa para lograr la financiación de un segundo viaje. Colón habla de su expedición como un triunfo, aunque en realidad no lo haya sido. Refuerza la idea de riquezas y afirma que existe oro cuando no lo vio. Insiste también en la bondad indígena, la clemencia de los puertos, los beneficios del clima. Para hacerlo apela al paralelo con lo conocido -geografías y climas de la Península Ibérica y de Europa- y al mito, cuando el referente no existe se crea por vía de la identificación con modelos referenciales previos. (APLU, 2013, 5)

Esa victoria, según la Carta, es obra de Dios, lo que la hace innegable para los patrones de la época. Colón se sintió siempre un enviado de Dios, respondiendo al aparato ideológico ibérico, donde la cristianización era un objetivo moral indiscutible. Varias comunidades religiosas habían señalado la necesidad de una renovación en la religión, denunciando la corrupción existente en la iglesia. El nuevo territorio se presentará como un Paraíso Terrenal perfecto para el desarrollo del pensamiento utópico y la reconstrucción religiosa. Para Todorov: “La expansión del cristianismo está infinitamente más cerca del corazón de Colón que el oro […] la victoria universal del cristianismo, este es el móvil” (1987: 21). Por siglos un tema crispante de discusiones teológicas fue si el indígena tenía alma o no; si tenía había que cristianizarlo y era súbdito español. (APLU, 2013, 5)

El nivel de ficcionalización del relato asegura que los indígenas no conocían ninguna secta ni idolatría y destaca que no eran monstruosos, detalle importante puesto que en muchas lecturas de la época se aseguraba la existencia de seres fantásticos en los confines del mundo. Incrementando la idea de América maravillosa, menciona una isla donde nace gente con cola, una tierra donde se come carne humana, y otra con un pueblo de amazonas.

El Diario de Navegación original de Colón se perdió en la burocracia española, pero una copia quedó en poder de su hijo Diego en la Española, donde tomó contacto con el Fray Bartolomé de las Casas quien reconocía la misión divina del Almirante. El clérigo hizo copia del primer y tercer viaje. Por eso, en la lectura del Diario encontramos: “dice el Almirante”, o “es palabra del Almirante” o “Navegó al Sudueste”. (APLU, 2013, 5)

Cartas publicadas en 1493[editar]

Difusión[editar]

Primera página de la carta en castellano impresa en Barcelona en 1493

En 1493 apareció impresa una carta de Cristóbal Colón dirigida al «escribano de ración», cargo público que por aquel entonces ocupaba Luis de Santángel.[1]​ La carta está escrita en castellano, fechada a 15 de febrero y posdatada en Lisboa a 14 de marzo. El documento impreso no lleva título ni lugar de edición[2]​ y no se sabe quién ordenó publicarlo. Mediante un análisis tipográfico se ha averiguado que debió ser impreso en el taller de Pere Posa, en Barcelona.[N. 1]​ También se desconoce la fecha de publicación, suponiéndose en general que debió ser hacia el mes de abril.[2][3]​ No se sabe cuántos ejemplares se editaron.[4]​ Se conserva uno solo, aparecido en 1889 y hoy propiedad de la Biblioteca Pública de Nueva York.[N. 2]

La carta parece haber llegado a Roma rápidamente, pues se tiene noticia de ella allí el 18 de abril de 1493.[N. 3]​ Pronto apareció publicada en esa ciudad una versión en latín de la carta, traducida por Leandro Cosco el 29 de abril. Este texto presenta, sin embargo, algunas diferencias con el impreso en Barcelona, empezando por el destinatario, que es el tesorero real Gabriel Sánchez (llamado erróneamente Raphael Sanxis en la mayoría de las ediciones). La versión en latín alcanzó gran popularidad en Europa y fue reimpresa numerosas veces: dos en Roma, una en Amberes, una en Basilea y tres en París. Se hicieron también traducciones a otras lenguas: italiano (en verso, Roma, 15 de junio de 1493) y alemán (Estrasburgo, 1497).[2]​ En 1497, en Valladolid, se realizó una nueva edición de la versión castellana.[N. 4]

Contenido[editar]

El rey Fernando en la tapa de la edición de Basilea de 1494
Ilustración de la edición italiana en verso de 1493
Texto completo de la carta impresa en Barcelona

La carta a Santángel dedica largos párrafos a las islas descubiertas y las costumbres de sus habitantes, pero omite información importante sobre el viaje: cuántos barcos formaban la expedición, cuándo partieron, qué ruta siguieron y cuándo emprendieron el viaje de vuelta. Aunque es lógica la omisión de algunos de estos datos por estar la carta dirigida a personas de las que Colón sabía que los conocían bien, además, algunos de los datos que proporciona contradicen a otras fuentes, por ejemplo en lo referente a la duración del viaje de vuelta o la fecha de la llegada a Lisboa.[4]

En la introducción Colón afirma que pasó a "las Indias" (al "mare Indicum" según la carta en latín) y que tomó posesión de las tierras halladas. También menciona la duración del viaje de ida: 20 días en la versión en castellano y 33 en la latina.

en ueinte dias pasé a las Indias con la armada que los illustríssimos Rey e Reyna, nuestros señores, me dieron, donde yo fallé muy muchas islas pobladas con gente sin número, y dellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y uandera rreal estendida, y non me fue contradicho.
Carta en castellano.
Tricesimotertio die postquam Gadibus discessi in mare Indicum perveni: ubi plurimas insulas innumeris habitatas hominibus repperi: quarum omnium pro felicissimo Rege nostro preconio celebrato et vexillis extensis contradicente nemine possessionem accepi.
Carta en latín.

El documento enumera a continuación las primeras islas visitadas, dando sólo sus nombres: Guanaham (Guanahanin en la carta en latín), rebautizada San Salvador; Santa María de Concepción; Ferrandina (Fernandina en la versión en latín) e isla Bella (corregido a Isabela en la traducción latina). La quinta isla mencionada es Cuba, a la que Colón llamó Juana, cuya exploración se narra más detalladamente. La última isla descubierta es La Española, también llamada actualmente isla de Santo Domingo.

La carta describe los paisajes de Cuba pero da poca información geográfica sobre ella. En cuanto a la Española, es aún más parca en detalles.[5]​ En ambos casos los datos aportados tienden a exagerar el tamaño de las islas.[6]​ A continuación describe a los indios como seres dóciles, pacíficos, monógamos, sin propiedad privada y sin religión, lo que implica que deberían ser fáciles de evangelizar.[7]​ El texto afirma que Colón ha dejado un barco y una guarnición en la Española, en un fuerte llamado Navidad. Omite, sin embargo, el hecho de que ese barco, probablemente la nao Santa María, había embarrancado, según afirman muchas otras fuentes.[6]

Aparte de las islas visitadas, el autor de la carta da noticias de otras tierras: una isla poblada de indios caníbales; otra donde solo viven mujeres guerreras; otra donde hay mucho oro y cuyos habitantes no tienen cabellos; un país donde vive «gente con cola» y dos «tierras firmes»: una la «de acá» y otra la «de allá del Gran Can». También promete todo tipo de riquezas si se explotan las islas descubiertas: oro, esclavos y vegetales preciosos como las especias, algodón, «almástica», «ligunaloe», ruibarbo y canela. En la conclusión exalta su «victoria», si bien reconoce que puede haber otros que «destas tierras aian fallado o escripto" antes que Colón, y llama a "tomar alegría y fazer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Sancta Trinidad».

Fecha[editar]

El final de la carta es diferente según las versiones. En la impresa en Barcelona se lee que fue escrita el 15 de febrero "sobre las islas de Canaria" y posdatada el 14 de marzo en Lisboa:

Fecha en la calauera, sobre las islas de Canaria, a XV de febrero año mil CCCCLXXXXIII.

Fará lo que mandáreys. El Almirante.
Anima que venía dentro en la carta
Después desta escripto y estando en mar de Castilla, salió tanto viento conmigo sul y sueste que me ha fecho descargar los nauíos, pero corí aquí en este puerto de Lisbona oy, (...) adonde acordé escriuir a Sus Altezas. (...)
Fecha ha quatorze días de marzo.

Esta Carta enbió Colom al escriuano de ración de las islas halladas en las Indias. Contenida a otra de Sus Altezas.

La versión en latín termina de manera mucho más breve, diciendo «En Lisboa el 14 de marzo»:

Ulisbone pridie idus Martii.

Las fechas de estas cartas han causado quebraderos de cabeza a los historiadores porque contradicen al Diario de a bordo, al cual se considera generalmente la fuente principal para el primer viaje de Colón. El Diario no menciona en absoluto a las Canarias en el viaje de vuelta y el 15 de febrero sitúa a la carabela de Colón, la Niña, en las Azores. Sí dice que fue a Lisboa pero no el 14 sino el 4 de marzo. Por estos motivos algunos autores han considerado que las fechas de las cartas son erróneas y han llegado a sustituir en sus transcripciones de estos documentos la palabra "quatorze" por "cuatro".[N. 5]​ Para otros se trata al contrario de pruebas de que no fue Colón el que redactó las cartas.[5]

Autor, destinatarios y objetivo[editar]

Luis de Santángel, escribano de ración de la Corona de Aragón

Hay división de opiniones sobre si las cartas a Santángel (castellano) y a Sánchez (latín) son dos documentos distintos[4]​ o bien deben considerarse como dos versiones de un mismo documento, en cuyo caso el nombre de Sánchez sería un error introducido por el traductor.[8][6][3]

También hay historiadores que opinan que no fue Colón el autor de ninguna de las dos cartas. Demetrio Ramos afirma que la carta fue redactada entre el rey Fernando y Luis de Santángel, inspirándose de noticias enviadas por Colón a los Reyes a su regreso. Según Ramos, la carta a Gabriel Sánchez sería una mera traducción al latín de esta primera.[5]

Algunos historiadores se sorprenden de que la Corona permitiese difundir informaciones en principio confidenciales y aventuran que quizás la publicación fue una estratagema de Colón para proteger sus intereses.[9]​ Otros observan que el que las cartas se imprimiesen y circulasen rápida y libremente indica que la corte de los Reyes Católicos dio su permiso o al menos no lo impidió.[5]​ En cualquiera de los dos casos, se trató de una operación de propaganda, una de las primeras manipulaciones mediáticas a gran escala, hecha posible por la invención de la imprenta.[6]​ No se dio en el siglo XV ni en la primera parte del siglo XVI una difusión tan rápida y universal de una noticia. Por ejemplo, la primera vuelta al mundo (1519-22) tuvo un eco mucho menor.[5]

El objetivo principal de esta operación de propaganda podría haber sido el crear en Roma un ambiente favorable a la negociación de las Bulas Alejandrinas.[5]

Calidad de la impresión[editar]

La calidad tipográfica de la carta impresa en Barcelona es muy inferior a la de otras obras del taller de Pere Posa: hay erratas evidentes, faltan espacios en blanco y las líneas no están justificadas.[5]​ Se han propuesto explicaciones diversas: impresión ordenada de urgencia para hacer llegar la carta cuanto antes a Italia[5]​ o trabajo clandestino.[10]​ Las erratas lingüísticas podrían deberse a que los operarios de Pere Posa no dominaban bien el castellano, ya que todas las otras obras conocidas de este taller fueron editadas en latín o en catalán.[5]

Importancia[editar]

A pesar de las dudas sobre su autoría, las cartas de 1493 anunciando el Descubrimiento tienen una gran importancia histórica. La carta impresa en Barcelona en castellano y, sobre todo, las diversas ediciones en latín se hicieron populares rápidamente y constituyeron la única fuente sobre el primer viaje disponible públicamente durante la vida de Colón.[8]

El encuentro con el Nuevo Mundo[editar]

Beatriz Pastor, en su obra Discurso narrativo de la conquista de América (1984), considera que Cristobal Colón necesitaba confirmarse a sí mismo que llegó a las Indias. Siguiendo la línea de esta autora, llega al continente con determinados modelos previos. A modo de ejemplo, los conquistadores tenían esperanzas de encontrar seres ficticios, como los monstruos: "no he hallado hombres monstruosos, como muchos pensaban” (Primera carta de Colón, p. 4). Por otra parte, Colón presenta algunas reacciones de los indios al momento de encontrarse con ellos. Expresa en la Primera carta dirigida a los Reyes Catolicos en 1493 que eran temerosos, y que existían dificultades para la comunicación (p. 1). También resalta la solidaridad de estos, quienes no poseían el mismo valor material que los conquistadores (Todorov, 1987, p. 47), ya que obsequiaban pertenencias a los extranjeros. Respecto a los regalos de los españoles, Colón expresa que surgieron conflictos, porque en una ocasión debió abogar para que no les otorgaran “pedazos de escudillas rotas, y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas” (Primera carta de Colón, p. 3). Además, comprende que los indíos poseían una predisposición para el cristianismo: “la conversión de ellos a nuestra santa fe, a la cual son muy dispuestos” (Primera carta de Colón, p. 3). Por lo tanto, la empresa de los conquistadores será transmitir una determinada cultura (Todorov, 1987, p. 51).

El estilo de las cartas de Colón[editar]

Colón deseaba causar una impresión positiva en los reyes españoles, como dice Antonio Cornejo Polar (1978). El navegante recurrió a la hipérbole para generar credibilidad en sus escritos. Tenía la responsabilidad de transmitir la verdad de los hechos, para que el receptor extrajero -que no conocía el nuevo continente- estuviera informado, pero esta estaba sometida a su propia interpretación (Polar, 1978, p. 108). En la primera carta de 1493, realiza enumeraciones descriptivas –un recurso que utilizará durante la redacción- de los nombres con los que ha bautizado a las islas (Todorov, 1987, p. 56): San Salvador, Santa María de Concepción, Fernandina. Isabela y Juana, en honor a Dios, la virgen María, los Reyes Católicos y la heredera al trono. Por otra parte, el conquistador admira el paisaje de las tierras, y comunica la belleza que contempla a partir de expresiones como “hermosísimas”, “hermosos”, “maravilla”. También utiliza constantemente el recurso de la repetición y, como dice Todorov (1987), mantiene una aptitud perceptvia, es un “coleccionista de curiosidades” (p. 44).

Manuscrito de Simancas[editar]

Martín Fernández de Navarrete dio a conocer el manuscrito de la carta conservado en el Archivo de Simancas
Texto completo del manuscrito

En el Archivo de Simancas se conserva un manuscrito que coincide casi exactamente con el texto de la carta publicada en Barcelona. Una de las diferencias más llamativas es que este documento llama Guanabam a la primera isla avistada por los descubridores, mientras que la versión impresa dice Guanaham.

La letra no es la de Colón ni lleva su firma. De hecho, en 1818 fue catalogado por el archivero Tomás González como "copia de mano de Luis de Santángel" por la similitud con la letra del escribano de ración.

El texto del manuscrito fue publicado por vez primera por Martín Fernández de Navarrete en 1825, transcrito en su Colección de Viages.[11]​ Desde entonces se ha venido considerando que este documento era una copia manuscrita de la carta impresa en Barcelona,[4][3]​ pero Demetrio Ramos mostró en 1986 que se trata más bien del borrador en limpio entregado a la imprenta de Pere Posa.[5]

Ejemplares de autenticidad dudosa[editar]

En 1858 el bibliófilo Francisco Adolfo de Varhagen publicó la transcripción de un nuevo documento hallado por él: la versión castellana de la carta a Gabriel Sánchez. De Varnhagen, que se ocultaba tras el seudónimo Genaro H. de Volafan,[12]​ afirma haber encontrado una copia de la carta en un "tomito manuscrito de letra del siglo XVI",[13]​ que sin embargo nadie ha vuelto a ver nunca, lo que hace dudar de la autenticidad de este documento. Una de las peculiaridades de esta carta es que su fecha es diferente de todas las otras tanto en el día como en el lugar, la isla de Santa María, en las Azores:

En la carabela, sobre la isla de Sª María, 18 de febrero de 93.

En 1889 la editorial británica Ellis & Elvey publicó la reproducción de un ejemplar impreso en castellano de la carta a Santángel.[14][15]​ Más tarde se demostró que se trataba de una falsificación, lo cual generó un sonado pleito.[16]

Por otra parte, es posible que existiera alguna edición de la carta en catalán ya que en uno de los catálogos de la biblioteca de Hernando Colón, hijo de Cristóbal, consta la entrada siguiente: "letra enviada al escriua de racio a 1493". Sin embargo, no se ha encontrado nunca tal ejemplar.[17]

Cartas a los Reyes[editar]

Antes de que Colón retornase a la Península en 1493, los Reyes ya habían recibido noticias de la expedición. Las debió enviar Martín Alonso Pinzón, quien había llegado por separado a Bayona en Galicia capitaneando la Pinta.[18][19]

... Con este caballero le declararon que avía llegado nueva por una caravela de las que fueron con Colón, que aportó a la costa de Galicia, cómo avía hallado las islas y tierra que iba a descubrir, y que eran pobladas de gente muy dispuesta para se convertir a nuestra Santa Fe Católica. Que desto huvieron mucho plazer, porque en sus tiempos, y por ellos, se huviesen tierras y gentes donde la fe de Nuestro Señor Jesucristo fuese mas estendida y ensalçada; y que estando para hazello saber al Rey de Portugal, como a hermano, que conocían que dello avía mucho plazer, assí por lo del ensalçamiento de nuestra Santa Fe Católica, como por lo que a ellos tocaba, les llegó una letra del dicho Almirante, por la qual les hazía saber lo mismo, y que se avía venido por donde el Rey de Portugal estava, y le avía visto y hecho relación de lo que avía hallado, y le hizo muy buen acogimiento y mostró mucho plazer dello ...
ZURITA, Jerónimo. Historia del Rey don Hernando el Católico.[20]

La carta de Pinzón, que no se conserva, hizo que los monarcas pusieran en marcha preparativos para enviar un embajador a Portugal. Según el cronista Zurita, unos días más tarde, pero antes de que partiera el embajador, recibieron otra carta,[20]​ está escrita por Colón, diciendo que había estado en Lisboa y se había entrevistado con el rey de Portugal.[18][5][19]

Existe otra prueba documental más directa de que Colón escribió al menos una carta a los Reyes a su regreso del primer viaje: una carta que estos le escribieron el 30 de marzo de 1493 diciéndole que «vimos vuestras letras».[N. 6]​ Por otra parte, la posdata de la carta al escribano de ración sugiere que junto con ese documento Colón envió otra carta dirigida «a Sus Altezas».[4]

Durante siglos no se había podido localizar ninguna de estas cartas, lo cual dio lugar a la aparición de un gran número de falsificaciones.[2]​ En 1985 apareció en una librería de Tarragona el llamado Libro copiador de Colón, una colección de nueve documentos colombinos cuya caligrafía parece datar del último tercio del siglo XVI.[21]​ Entre ellos se encontraba una carta relatando el primer viaje y dirigida a los Reyes. El Estado español compró este libro en 1987 y lo depositó en el Archivo General de Indias.[21]​ Dos años más tarde fue publicado en facsímil, en una edición dirigida por Antonio Rumeu de Armas,[22]​ y posteriormente ha sido transcrito en varias colecciones de documentos.[N. 7]

La carta del Libro copiador está estructurada de forma clara y coherente, lo que implica que no fue redactada precipitadamente. En comparación con la carta a Santángel muestra muchas similitudes pero también diferencias obvias.[6]​ A pesar de ser más larga en unas 300 palabras, da menos detalles sobre las canoas, la dieta y la estructura social de los indios. Incluye peticiones de favores a los Reyes, por ejemplo un título de cardenal para uno de sus hijos,[23]​ que no aparecen, lógicamente, en las cartas a Santángel y Sánchez. Por otra parte, su tono es mucho más mesiánico, con frecuentes alusiones a la intervención divina y afirmando que el objetivo del Descubrimiento era ganar riquezas para financiar la conquista de Jerusalén.[6]

Esta carta está fechada «en la mar de España» a 4 de marzo de 1493, sin ninguna mención ni a Canarias ni a Lisboa, por lo cual no contradice al Diario.

Según Rumeu, tanto la carta del Libro copiador como las de Santángel y de Sánchez fueron escritas personalmente por Colón y son coherentes entre sí.[24]​ Sin embargo, el texto de esta "carta a los Reyes" presenta diferencias sustanciales con las otras dos,[25]​ las cuales tampoco es seguro que sean de la mano de Colón. Por otro lado, algunos historiadores consideran que la autenticidad del Libro Copiador no ha sido demostrada.[8]

Véase también[editar]

Notas[editar]

  1. El primero en identificar el taller de Pere Posa fue José María Asensio. Fue corroborado por Conrado Haebler en 1899.
  2. En 1889 apareció en el catálogo del librero anticuario J. Maisonneuve, de París, con un exorbitante precio de 65 000 francos. Se lo vendió al librero inglés Bernard Quaritch, que a su vez lo revendió a la Lenox Library, hoy integrada en la Biblioteca Pública de Nueva York.
  3. Fo leters di Roma del legato con avisi avuti di Portogallo de la insule hanno trovato le barge del Rei, che andono in India, a la lettera é data in la charavella sopra l'xola si Canaria a di 15 fevrier passado.
    Citado en:
    • RAMOS PÉREZ, Demetrio (1983). La carta de Colón sobre el Descubrimiento. 
  4. De esta edición se encontró un ejemplar en 1862, en el legado de Pietro Custodi a la Biblioteca Ambrosiana de Milán.
  5. Transcripción del manuscrito de la carta del Archivo de Simancas.
    La nota al pie n.º "I" de: FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín. Pág. 175., indica lo siguiente:
    Esta fecha puesta en el original de Colón en números romanos está muy confusa, y parece significar 14; pero bien examinada no puede ser sino del 4 de marzo.
  6. Carta conservada en el Archivo General de Indias de Sevilla. Transcrita íntegramente en:
  7. Por ejemplo en:
    • GIL, Juan; VARELA, Consuelo (1997). Cristóbal Colón. Textos y documentos completos: Relaciones de viajes, cartas y memoriales (2ª edición). Alianza Editorial. ISBN 8420623202. 

Referencias[editar]

  1. ALDANA FERNÁNDEZ, Salvador (2007). Los judíos de Valencia: un mundo desvanecido. Carena Editors. pp. 148-149. ISBN 8496419339. 
  2. a b c d EDNEY, Matthew H. «Columbus's First Letter. Its Diffusion through Europe, 1493-1497» (en inglés). University of Southern Maine. Archivado desde el original el 8 de diciembre de 2008. Consultado el junio de 2009. 
  3. a b c SANZ LÓPEZ, Carlos. Pág. 17.
  4. a b c d e MORALES PADRÓN, Francisco (1990). Primeras cartas sobre América. 
  5. a b c d e f g h i j k RAMOS PÉREZ, Demetrio (1983). La carta de Colón sobre el Descubrimiento. Diputación Provincial de Granada. 
  6. a b c d e f IFE, Barry W. (1992). «Introduction to the Letters from America» (en inglés). King's College London. Consultado el 22 de julio de 2009. 
  7. LEÓN GUERRERO, Montserrat (2006). «Cronistas de los Viajes Colombinos». Revista de Humanidades Tecnológico de Monterrey (20): 112-129. Archivado desde el original el 20 de septiembre de 2009. Consultado el 26 de julio de 2009. 
  8. a b c HENIGE, David. Pág. 141.
  9. SANZ, Carlos (y Henry Harrisse) (1959). El gran secreto de la Carta de Colón. Madrid: V. Suárez. 
  10. Carlos Sanz López, citado en Jaimepece (2009). «La prohibición de las Indias». Google Knol. Consultado el julio de 2009.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  11. FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín. Pág. 167. Transcripción del manuscrito de la carta del Archivo de Simancas, con licencias importantes.
  12. MAJOR, Richard Henry (1872). The bibliography of the first letter of Christopher Columbus. Londres: Ellis & White. pp. 12-13. . Consultado en junio de 2009.
  13. DE VARHAGEN, Francisco Adolfo (1858). Primera epístola del Almirante don Cristóbal Colón. Valencia: Imprenta de D. José Mateu Garin. 
  14. Adams, Herbert B. (1892). Columbus and his discovery of America. Baltimore: The Johns Hopkins Press. , p.25
  15. Winsor (ed.), Justin (1890). «Accessions to the University Library». Harvard University Bulletin 6 (45). , p. 23.
  16. Sanz, Carlos (1958). Bibliografía general de la carta de Colón. , p. 154.
  17. Sanz, Carlos (1958). Bibliografía general de la carta de Colón. , p. 148.
  18. a b LEÓN GUERRERO, Monserrat. Pág. 22.
  19. a b MANZANO Y MANZANO, Juan; MANZANO FERNÁNDEZ-HEREDIA, Ana María (1988). Los Pinzones y el Descubrimiento de América. 3 vol. Ediciones de Cultura Hispánica. pp. 143-160. ISBN 978-84-7232-442-8. 
  20. a b ZURITA, Jerónimo. Historia del Rey don Hernando el Católico: de las empresas y ligas de Italia. Herederos de Pedro Lanaja y Lamarca, 1670. p. 31. 
  21. a b ARRANZ MÁRQUEZ, Luis. Págs.43-44.
  22. RUMEU DE ARMAS, Antonio (ed.) (1989). Libro copiador de Cristóbal Colón. 
  23. DAVIDSON, Miles H. Pág. 275.
  24. RUMEU DE ARMAS, Antonio (ed.) (1989). Libro copiador de Cristóbal Colón. , citado en HENIGE, David
  25. DAVIDSON, Miles H., Pág. 197.

Bibliografía[editar]

  • “Primera carta de Colón (1493)”. Universidad de Ottawa. Publicado en https://aix1.uottawa.ca/~jmruano/colon.pdf
  • Ramos Pérez, Demetrio (1983). La carta de Colón sobre el Descubrimiento. Diputación provincial de Granada.  Contiene introducción crítica, facsímil y transcripción del manuscrito de la carta al escribano de ración en el Archivo de Simancas.
  • Rumeu de Armas, Antonio, ed. (1989). Libro copiador de Cristóbal Colón: correspondencia inédita con los Reyes Católicos sobre los viajes a América. Testimonio. ISBN 84-86290-22-8. 
  • Sanz López, Carlos (1958). Bibliografía general de la Carta de Colón. Madrid: Librería General Victoriano Suárez. 
  • Todorov, T. (1987). “Descubrir”. En La conquista de América. El problema del otro. México: Siglo veintiuno editores, (pp. 13-58).
  • — (1962). La Carta de Colón: 15 febrero-14 marzo 1493. Madrid: Gráficas Yagües. 

Enlaces externos[editar]