Ir al contenido

Delta fluvial

De Wikipedia, la enciclopedia libre
(Redirigido desde «Deltas fluviales»)
Delta del río Nilo, visto desde un satélite artificial. Foto cortesía de NASA.

Un delta es un accidente geográfico formado en la desembocadura de un río por los sedimentos fluviales que ahí se depositan. Los depósitos de los deltas de los ríos más grandes se caracterizan por el hecho de que este se divide en múltiples brazos que se van separando y volviendo a juntarse para formar un cúmulo de canales activos e inactivos.[1]

El delta más conocido es el del río Nilo, y es de donde procede el nombre con el que se denomina a este tipo de desembocadura. La desembocadura del Nilo se extiende por una región marcadamente triangular, que se asemeja mucho a la forma de la letra griega delta (Δ).

Etimología

[editar]
El delta del río Ganges, en la India y Bangladés es una de las regiones más fértiles de la Tierra.

Un delta de un río se llama así porque la forma del delta del Nilo se aproxima a la letra griega mayúscula delta (Δ). La forma triangular del delta del Nilo era conocida por el público del teatro clásico ateniense; la tragedia Prometeo atado por Esquilo se refiere a ella como la "tierra triangular nilótica", aunque no como un "delta".[2]​ La descripción de Heródoto de Egipto en sus Historias menciona el Delta catorce veces, como "el Delta, como lo llaman los jonios", incluyendo la descripción de la salida de limo hacia el mar y el lado curvado convexo hacia el mar del triángulo.[2]​ A pesar de hacer comparaciones con los deltas de otros sistemas fluviales, Heródoto no los describió como "deltas".[2]​ El historiador griego Polibio comparó la tierra entre los ríos Ródano e Isère con el delta del Nilo, refiriéndose a ambos como islas, pero no aplicó la palabra delta.[2]​ Según el geógrafo romano Estrabón, el filósofo cínico Onesicritus de Astypalaea, que acompañó las conquistas de Alejandro Magno en la India, informó que Patalene (el delta del río Indo ) era "un delta".[2]​ (Griego koinē : καλεῖ δὲ τὴν νῆσον δέλτα , romanizado: kalei de tēn nēson délta , lit. 'él llama a la isla un delta').[2]​ El autor romano Arriano indica que "el delta de la tierra de los indios está formado por el río Indo no menos que el de Egipto".[2]

Formación de un delta

[editar]
Sección longitudinal idealizada de un delta. La disección del edificio del delta en una dirección paralela a la corriente, muestra una serie de capas inclinadas hacia el mar (hacia la cuenca) depositadas en tiempos sucesivos por las corrientes del río. En cada capa, depositada en un determinado instante, el tamaño de las partículas del sedimento tiende a disminuir desde tierra hasta el mar: arenas y gravas en la llanura y en el frente del delta que pasan a limo y arcillas en el prodelta.
Este delta se ha formado en la costa sudoeste de Groenlandia, cerca de Narsarsuaq.
Delta del río Magdalena en el Mar Caribe, Colombia.

El delta se forma por la sedimentación, en un espacio que suele tomar una forma triangular, del material arrastrado por los ríos al producirse una disminución brusca de la velocidad del flujo, que puede ser causada por su desembocadura en el mar, en un lago, o en otro río más ancho e incluso en los océanos, aunque lo último es menos frecuente.[1][3]

Los deltas y los estuarios constituyen las dos formas principales de desembocadura de los ríos en los mares, océanos, lagos o en otros ríos más grandes. Su presencia en las desembocaduras está originada por la amplitud de las mareas. Cuando las mareas son muy intensas, la desembocadura de los ríos en los océanos suele ser del tipo de estuario, ya que durante la pleamar se represan las aguas del río, mientras que en la bajamar se produce una gran aceleración de la velocidad de las aguas, lo que impide la acumulación de los sedimentos que forman las islas en el caso de los deltas. Es por ello que los deltas suelen producirse más en los lagos, mares y hasta en ríos grandes, donde las aguas no sufren la acción de las mareas, que en el caso de los océanos abiertos.

Sin embargo, existen excepciones a esta regla, como en el caso del Delta del río Orinoco en América del Sur y del río Níger en África, que son lugares donde la acción de las mareas es mucho menos importante que en las latitudes medias.

En aquellos lugares en los que la formación del delta está dominado por el río y está menos sujeto a la acción de las mareas y las olas, se puede formar un delta con forma polilobular. El delta del río Misisipi es un ejemplo de este tipo de formaciones.

En algunos casos bastante poco habituales, el delta se encuentra en un valle muy largo y se conoce como delta fluvial invertido. A veces un río se divide en muchas ramas en un área tierra adentro, solo para volver a juntarse y continuar hasta el mar. Esto suele ocurrir en zonas en las que antiguamente pudo haber un lago. El caso más notable de este tipo es el delta interior del Níger y La Mojana.

El material térreo que forma el delta es bastante variado, pudiendo estar formado por una mezcla de arcilla, limo y arena. Estos materiales pueden ser arrastrados por la corriente en función de la velocidad de esta, y acumularse o no, según sea la mayor o menor intensidad de las mareas.

El suelo de los deltas es generalmente fértil aunque algunas veces tienen un nivel de sal algo elevado. Se forman en las desembocaduras de ríos por la acumulación de materiales hasta formar la penetración de tierra en el mar. Tienen forma triangular.

Arrozales en el delta del Ebro.

El ejemplo más significativo en la península ibérica es el Delta del río Ebro.

En los deltas es propicio construir ciudades bastantes pequeñas o puertos ya que la sedimentación lo propone y dispone para una construcción de mucha riqueza.

Tipos de deltas

[editar]

Los deltas se dividen en tres tipos según la relación entre la densidad de las aguas afluentes y las receptoras[4][5][6][7]​:

  • Delta de flujo homopícnico: las aguas afluentes y las receptoras son de densidades similares, se suele dar cuando las aguas receptoras corresponden a lagos fluvio-proglaciares. En este caso la mezcla de aguas es casi instantánea y la sedimentación rápida.
  • Delta de flujo hiperpícnico: las aguas afluentes son de mayor densidad que las receptoras, se produce una corriente basal de alta densidad que lleva los sedimentos a zonas profundas, por tanto limita mucho el crecimiento del delta. Con estas condiciones son pocos los ejemplos.
  • Delta de flujo hipopícnico: Se producen cuando las aguas afluentes son menos densas que las receptoras, normalmente deltas marinos. En este caso las aguas afluentes se mantienen en la superficie debido a su menor densidad y las sustancias que transportan se van decantando en el fondo.

Los deltas y los riesgos naturales

[editar]

Los deltas se cuentan entre las zonas más productivas del mundo desde el punto de vista agrícola. El terreno plano y el suministro de agua del río y sus brazos deltaicos fundamentan dicha consideración. Sin embargo, constituyen zonas de serios problemas geomorfológicos que se pueden resumir en tres procesos de la dinámica fluvial:

Deltas famosos

[editar]

Algunos de los deltas más famosos son los siguientes:

Atlas fotográfico

[editar]

Deltas marinos

[editar]

Deltas continentales

[editar]

.

Véase también

[editar]

Referencias

[editar]
  1. a b «Dr. Gregory B. Pasternack – Watershed Hydrology, Geomorphology, and Ecohydraulics:: TFD Modeling». pasternack.ucdavis.edu (en inglés). Consultado el 12 de junio de 2017. 
  2. a b c d e f g Celoria, Francis (1966). «Delta as a geographical concept in Greek literature». Isis 57 (3): 385-388. JSTOR 228368. S2CID 143811840. doi:10.1086/350146. 
  3. Boggs, Sam (2006). Principles of sedimentology and stratigraphy (4th edición). Upper Saddle River, N.J.: Pearson Prentice Hall. pp. 289–306. ISBN 0131547283. 
  4. Galloway, W.E., 1975, Process framework for describing the morphologic and stratigraphic evolution of deltaic depositional systems, in Brousard, M.L., ed., Deltas, Models for Exploration: Houston Geological Society, Houston, Texas, pp. 87–98.
  5. Nienhuis, J.H., Ashton, A.D., Edmonds, D.A., Hoitink, A.J.F., Kettner, A.J., Rowland, J.C. and Törnqvist, T.E., 2020. Global-scale human impact on delta morphology has led to net land area gain. Nature, 577(7791), pp.514-518.
  6. Perillo, G. M. E. 1995. Geomorphology and Sedimentology of Estuaries. Elsevier Science B.V., New York.
  7. Orton, G.J.; Reading, H.G. (1993). «Variability of deltaic processes in terms of sediment supply, with particular emphasis on grain size». Sedimentology 40 (3): 475-512. Bibcode:1993Sedim..40..475O. doi:10.1111/j.1365-3091.1993.tb01347.x. 

Bibliografía

[editar]
  • Andreotti S.; Zampetti G.; Polazzo a.; Boz B.; Conte G. (2007). Le buone pratiche per gestire il territorio e ridurre il rischio idrogeologico (en italiano). Legambiente – Protezione Civile Nazionale. 
  • Audisio P.; Muscio G.; Pignatti S.; Solari M. (2002). Dune e spiagge sabbiose. Ambienti fra terra e mare. Quaderni Habitat 4. (en italiano). Udine: Ministero dell'Ambiente e della Tutela del Territorio, Museo Friulano di Storia naturale - Comune di Udine. ISBN 8888192069. 
  • Dossier Operazione Po (en italiano). Legambiente. 2009. 
  • Bhattacharya J.P. (2006). «Martian Deltas and the Origin of Life». 2005-06 AAPG Distinguished Lecture (en inglés). Tulsa, Oklahoma: American Association of Petroleum Geologists. 
  • Berástegui X.; de Gans W. (1997). Alluvial plains (en inglés). Institut Cartografic de Catalunya, Emilia-Romagna Region. Geological Office, Hungarian Geological Survey. Geological Institute of Hungary, Netherlands Institute of Applied Geoscience TN O - National Geological Survey. ISBN 84-393-4279-9. 
  • Booth D.B.; Bledsoe B. (2009). «Streams and Urbanization». The Water Environment of Cities (en inglés). Boston: Springer. pp. 93-123. 
  • Broussard M.L. (1975). 'Deltas, Models for explorations. 2nd edition. (en inglés). Houston (US): Houston Geological Society. 
  • Carr M.H. (2012). «The fluvial history of Mars.». Philosophical Transactions of the Royal Society A (en inglés) (370): 2193-2215. doi:10.1098/rsta.2011.0500. 
  • Colella A. & Prior D.B. (Eds) (1990). Coarse-Grained Deltas: Special Publication 10 of the International Association of Sedimentologists. 357 pp. (en inglés). Chichester: John Whiley & Sons. ISBN 0-632-02894-7. 
  • De Villiers G.; Kleinhans M.; De Jong S.; De Boer P.L. (2009). «Types of martian fan-shaped sedimentary deposits.». Lunar and Planet Inst. Sci. Conf. Abstr. 40, Abstract 1901 (en inglés). 
  • Di Achille G.; Hynek B. M. (2009). «Possible primordial oceans on mars: evidence from the global distribution of ancient deltas?». Lunar and Planet Inst. Sci. Conf. Abstr. 40, Abstract 1977 (en inglés). 
  • Dill H.G.; Sachsenhofer P.; Graecula P.; Sasvàri T.; Palinkas L.A.; Borojevic-Sostaric S.; Strmic-Palinkas S.; Prochaska W.; Garuti G.; Zaccarini F.; Arbouille D.; Schulz H.M. (2008). «Fossil fuels, ore and industrial minerals». The Geology of Central Europe (en inglés). London (UK): The Geological Society. 
  • Eriksson K.A.; Wilde S.A. (2010). «Palaeoenvironmental analysis of Archaean siliciclastic sedimentary rocks in the west–central Jack Hills belt, Western Australia with new constraints on ages and correlations». Journal of the Geological Society, London, Vol. 167, 2010, pp. 827–840. (en inglés). doi:10.1144/0016-76492008-127. 
  • Galloway W.E. (1975). «Process framework for describing the morphologic and stratigraphic evolutionof deltaic depositional systems.». Deltas, Models for Exploration (en inglés). Houston: Houston Geological Society. pp. 87-98. 
  • Fenoglio S.; Bo T. (2009). Lineamenti di ecologia fluviale (en italiano). CittàStudi. ISBN 978-88-251-7346-8. 
  • Grotzinger J. P.; Hayes A. G.; Lamb M. P.; McLennan S. M. (2013). «Sedimentary processes on Earth, Mars, Titan, and Venus.». Comparative Climatology of Terrestrial Planets. (en inglés). Tucson: Univ. of Arizona. pp. 439-472. doi:10.2458/azu_uapress_9780816530595-ch18. 
  • Hörst S. M. (2017). «Titan’s atmosphere and climate». Journal of Geophysical Research: Planets (en inglés) (122): 432-482. doi:10.1002/2016JE005240. 
  • Dossier Mare Monstrum (en italiano). Legambiente. 2016. 
  • Lowe D. (1980). «Archean Sedimentation». The Annual Review of Earth and Planetary Sciences (en inglés) (8): 145-167. 
  • Lagune, estuari e delta. Una frontiera fra mare e fiumi. Quaderni habitat, 23. (en italiano). Udine: Ministero dell’Ambiente e della Tutela del Territorio e del Mare, Museo Friulano di Storia Naturale – Comune di Udine. 2009. ISBN 8888192433. 
  • Mulder T.; Syvitski P.M.; Migeon S.; Faugères J.C.=; Savoye B. (2003). «Marine hyperpycnal flows: initiation, behavior and related deposits. A review.». Marine and Petroleum Geology 20, 861–882. (en inglés). 
  • Nichols G. (2009). Sedimentology and stratigraphy - 2nd ed. (en inglés). Oxford, UK: Wiley-Blackwell. 
  • Oppenheimer M.; Glavovic B.; Hinkel J.; van de Wal R. et al. (2019). Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate. Chapter 4: Sea Level Rise and Implications for Low Lying Islands, Coasts and Communities (en inglés). The Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC). 
  • Read P. L.; Lewis S. R. (2004). The Martian Climate Revisited: Atmosphere and Environment of a Desert Planet (en inglés). Chichester (UK): Praxis. 
  • Ricci Lucchi F. (1980). Sedimentologia. Parte 2 - Processi e meccanismi di sedimentazione (en italiano). Bologna: CLUEB. 
  • Ricci Lucchi F. (1980). Sedimentologia. Parte 3 - Ambienti sedimentari e facies (en italiano). Bologna: CLUEB. 
  • Selley R.C. (1985). Ancient Sedimentary Environments and their sub-surface diagnosis (en inglés). London: Chapman and Hall. ISBN 0-412-25730-0. 
  • Sestini A. (2003). Introduzione allo studio dell'ambiente. Fondamenti di geografia fisica (en italiano). Milano: Franco Angeli. 
  • Tang, Y.; Q. Chen; Y. Huang (2006). «Early Mars may have had a methanol ocean». Icarus (en inglés). 
  • Tosini S.; Brini M.; Pennini F.; Bozzolan M.; Vetri T.; De Grandis R. (2010). Piano Generale di Bonifica e Tutela del Territorio. Legge Regionale 08.05.2009 art.23, n.12 - D.G.R. 26.01.2010 n.102 (en italiano). Taglio di Po: Consorzio di Bonifica Delta del Po. 
  • Trigila A.; Iadanza C.; Bussettini M.; Lastoria B. (2018). Dissesto idrogeologico in Italia: pericolosità e indicatori di rischio (en italiano). ISPRA – Istituto Superiore per la Protezione e la Ricerca Ambientale. ISBN 978-88-448-0901-0. 
  • Zavala C.; Pan S. (2018). «Hyperpycnal flows and hyperpycnites:Origin and distinctive characteristics.». Lithologic Reservoirs, 30(1): 1-27. (en inglés). 

Enlaces externos

[editar]