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Guerra civil española en la provincia de Salamanca

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Ubicación de la provincia de Salamanca en la España de la época

La guerra civil española (1936-1939) tuvo un desarrollo desigual en las provincias de la actual comunidad autónoma de Castilla y León. En la provincia de Salamanca, que contaba con dos regimientos, los sublevados declararon el estado de guerra el 19 de julio de 1936 y se hicieron con el control de la ciudad y la provincia en unos cuantos días, con no mucha dificultad salvo por la resistencia en Béjar y Ciudad Rodrigo. Después de ello, se formaron algunas columnas de militares y voluntarios falangistas para unirse a las fuerzas que desde Valladolid pretendían tomar la capital de España.

Fuerzas militares

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Salamanca formaba parte de la VII división orgánica, con cuartel general en Valladolid. La guarnición estaba formada por el Regimiento de infantería «La Victoria» n.º 28, dirigido por el coronel Manuel Palenzuela Arias, y el Regimiento de caballería «Calatrava» n.º 2, comandado por el teniente coronel Enrique Salazar Ibáñez .[nota 1]​ Había también dos compañías del Cuerpo de Seguridad y Asalto —Guardia de Asalto— y una comandancia de la Guardia Civil. Comandante militar de la plaza era el general Manuel García Álvarez (jefe de la 14.ª brigada de infantería) y gobernador civil Miguel Cepas López, de Izquierda Republicana.

Situación política

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Provincia ganadera, su centenaria universidad era el emblema que la había hecho famosa, sobre todo —en los últimos tiempos— por la figura de su rector, Miguel de Unamuno. Otros famosos políticos salmantinos eran José María Gil-Robles, jefe nacional de la CEDA, y Filiberto Villalobos, del Partido Liberal Demócrata. El Bloque Agrario había logrado montar una poderosa organización en la provincia, si bien la UGT, a través de la FNTT, también había conseguido establecer la Casa del Pueblo en numerosas localidades de la provincia, al albur de la reforma agraria. En Béjar –la única ciudad industrial de la provincia- los obreros estaban bien organizados alrededor del sindicato socialista. Los dirigentes más cualificados de la izquierda eran el diputado socialista José Andrés y Manso, profesor de la Normal de Magisterio, el ugetista Manuel de Alba Ratero, ferroviario, y el catedrático Casto Prieto Carrasco, alcalde de la capital, de Izquierda Republicana.

En las elecciones de febrero de 1936 la provincia había enviado a las Cortes cuatro diputados de derechas sobre siete posibles, y tres del Frente Popular, siendo uno de ellos José Andrés y Manso. Sin embargo, en el proceso de revisión de las actas fueron anuladas las de tres diputados de la candidatura contrarrevolucionaria (Ernesto Castaño Arévalo, Ramón Olleros Gregorio y José María Lamamie de Clairac), que fueron sustituidos por dos del Frente Popular (Casto Prieto y Valeriano Casanueva) y un republicano independiente, el doctor Filiberto Villalobos.

En abril de 1936 se estableció en Salamanca el comandante retirado Fortea, enlace del general Mola, quien logró organizar un grupo conspirador, del que el comandante de infantería Francisco Jerez era uno de los impulsores, junto con el funcionario municipal y periodista Francisco Bravo Martínez, jefe de Falange Española en Salamanca, grupo que apenas contaba con un puñado de afiliados. Bravo y varios falangistas más estaban en la cárcel como detenidos gubernativos cuando estalló el alzamiento.

El golpe de Estado

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Al tenerse noticia de la sublevación militar en África, en la tarde del sábado 18 de julio, se reunieron en el Gobierno Civil el gobernador, el diputado Andrés y Manso, el alcalde y el comandante militar, quien dio garantías de que reinaba la tranquilidad en los cuarteles. Pero después el general García Álvarez recibió una llamada del general Saliquet desde Valladolid instándole a unirse a la sublevación, lo cual hizo el primero sin dudarlo. Al mediodía, una compañía de la guardia de asalto, al mando del capitán Jesús Valdés Oroz, salió para Madrid, siguiendo las órdenes del Gobierno. A mediodía del domingo 19 una compañía de infantería leyó en la Plaza Mayor el bando declarando el estado de guerra, en el que se establecía, entre otras cosas, la disolución del Ayuntamiento, dirigido por el Frente Popular. Al finalizar la lectura del bando se produjo un confuso altercado que dio como resultado que la tropa disparara indiscriminadamente contra la gente concentrada en la plaza, muriendo cuatro hombres y una niña .[nota 2]

Plaza Mayor de Salamanca.

Esa misma mañana, los militares tomaron el Edificio del Ayuntamiento, el Gobierno Civil, Correos, la Telefónica, la emisora Inter Radio Salamanca y la estación del tren, y distribuyeron destacamentos por distintos lugares de la ronda interior y de las vías férreas que pasaban por la ciudad. Los falangistas que había en la cárcel fueron liberados y su jefe, Francisco Bravo, comenzó de inmediato a organizar sus milicias y grupos de choque. El general García Álvarez designó a los militares de su confianza que deberían sustituir a los cargos civiles: el comandante Francisco del Valle Marín, pasó a ser nuevo alcalde de la ciudad, el teniente coronel Rafael Santa Pau Ballester fue nombrado gobernador civil y el también militar Ramón Cibrán Finot, nuevo presidente de la Diputación.

Se declaró espontáneamente la huelga general, que duró varios días. Grupos obreros del barrio popular de Pizarrales y del vecino pueblo deTejares mantuvieron tiroteos esporádicos con los militares, sin conseguir nada. Mientras tanto, los socialistas trataban de organizar la resistencia en Ciudad Rodrigo, donde lograron mantener a la Guardia Civil dentro del cuartel hasta el lunes 20, pero finalmente llegó un grupo de guardias de refuerzo y se hicieron con el control de la ciudad, deteniendo al alcalde y a varios significados dirigentes del Frente Popular. En Béjar los obreros lograron también impedir que los guardias civiles salieran del cuartel y se hicieron fuertes en los accesos a la ciudad, impidiendo que el día 21 entrara un piquete falangista que había venido desde Salamanca. Como respuesta, ese mismo día marchó sobre Béjar una compañía de falangistas y otra de soldados de infantería, ocupando la ciudad sin resistencia. Se produjeron más de 400 detenciones.

Hubo conatos de resistencia más o menos simbólicos en Peñaranda de Bracamonte (donde hicieron descarrilar el tren correo) y otras pequeñas poblaciones, a la espera de que llegaran tropas leales al gobierno de la República o el convoy de mineros asturianos, pero la Guardia Civil logró hacerse con el control absoluto de la provincia en muy poco tiempo sin encontrar resistencia.

De inmediato fueron detenidos los principales dirigentes del Frente Popular, así como cientos de personas más en toda la provincia, que llenaron a rebosar la prisión provincial.

Falange Española formó en poco tiempo varias compañías, y Acción Popular y el Bloque Agrario formaron otra. La Cámara de Comercio creó una guardia cívica con seis compañías de "gentes de orden". El viernes 24 salió un batallón del regimiento de infantería La Victoria hacia el Alto del León, en la sierra de Guadarrama, teniendo un primer choque, de poca importancia, en Villacastín, y acampando finalmente en El Espinar. En él formaron como voluntarios unos doscientos muchachos falangistas.

El sábado 25 se constituyó el nuevo ayuntamiento golpista, del que formaban parte Miguel Íscar Peyra y Miguel de Unamuno. En ese mismo acto se izó por vez primera en los balcones del ayuntamiento la bandera bicolor roja y gualda. El domingo 26 salieron hacia Guadarrama varios camiones con soldados y milicianos, despedidos con grandes muestras de júbilo, y el lunes 27 salió para Ávila otro batallón del regimiento La Victoria. Este batallón se quedó en Ávila, que carecía de guarnición militar y estaba expuesta a los ataques de las fuerzas gubernamentales. El día 29 salieron dos escuadrones del regimiento de caballería Calatrava con la misión de ocupar Villacastín, y una columna motorizada organizada por el comandante de la Guardia Civil Lisardo Doval, compuesta por unos ochocientos hombres, entre guardias civiles, falangistas y requetés de Salamanca, Zamora y Cáceres, además de cinco sacerdotes y dos frailes dominicos del convento de San Esteban, con la intención de ocupar los pueblos de Ávila que se encontraban bajo control del Gobierno.

El 28 de septiembre se reunió en el "Campo del Hospicio"[nota 3]​ cerca de Salamanca, la Junta de Defensa Nacional, eligiendo al general Francisco Franco como Generalísimo de los ejércitos nacionales y jefe del Gobierno del Estado, pero en la Ley de Estructuración del Nuevo Estado español, del 1 de octubre, que daba paso a la Junta Técnica del Estado, Franco aparecía como Jefe del Estado. A partir de esa fecha se instaló en Salamanca, concretamente en el Palacio Episcopal, el Cuartel General del Generalísimo. En octubre de 1937 Francó fijó su residencia en Burgos, aunque el Cuartel General oficialmente siguió en Salamanca hasta el final de la guerra.

El acto del 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca

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Para la conmemoración del Día de la Raza, el 12 de octubre de 1936, a mediodía, se dispuso una presidencia de siete personas, encabezada por el rector Unamuno en representación del jefe del Estado, el general Franco. En principio la mesa presidencial estaba compuesta por varias autoridades militares y locales, pero una vez formada entró al paraninfo el general José Millán Astray, que fue recibido con una ovación, y poco después Carmen Polo, esposa de Franco, acompañada por su escolta, y el obispo Enrique Plá y Deniel. Tras algunos movimientos de recolocación de las autoridades, a la izquierda de Unamuno se sentaron el obispo Plá y Deniel, el general Millán Astray y otro militar. Y a la derecha de Unamuno se sentaron Carmen Polo, José María Pemán, miembro de la Junta Técnica del Estado, y el vicerrector, Esteban Madruga.

En los escaños del estrado se sentaban los profesores del claustro, y entre el público que abarrotaba la sala había una densa mezcolanza de paisanos, falangistas, otros hombres de variopintos uniformes, militares y legionarios. Millán Astray iba siempre escoltado por un falangista, un requeté y un legionario armados.

Se reanudó el acto tras la incorporación de Carmen Polo, con unas palabras protocolarias de Unamuno, quien informó de que estaba allí en representación del jefe del Estado y dio paso a los oradores, cuyo nombre y orden había apuntado en un papel que sacó del bolsillo de la chaqueta. Los oradores hablaron desde la tribuna, dotada en esta ocasión de micrófono para retransmitir el acto por radio.

Habló José María Ramos Loscertales, que disertó sobre el descubrimiento de América y la expansión de la civilización cristiana gracias a España y Portugal. Luego intervino el fraile dominico Vicente Beltrán de Heredia para exaltar la misión de los dominicos y del padre Bartolomé de las Casas. En tercer lugar intervino Francisco Maldonado de Guevara, quien habló largamente criticando la querella entre Oriente y Occidente. Criticó la religión popular rusa y las sectas frenéticas de comunismo social, pero centró sus ataques en los catalanes y los vascos, a los que acusó de vivir a costa de los demás españoles. Unamuno empezó entonces a escribir en la hoja donde había apuntado los nombres. Siguió escribiendo durante la intervención de Pemán, que hizo un rimbombante y huero discurso sobre la hispanidad, el imperio y la civilización cristiana. Cuando terminó Pemán, Unamuno empezó a hablar desde el sitio presidencial con palabra firme y un punto irritada. La lejanía del micrófono impidió que se le oyera por la radio.

Unamuno dijo que no quería hablar, pero que se le había tirado de la lengua y debía hacerlo. Habló sobre la guerra internacional que se estaba ventilando en España para defender la civilización occidental cristiana y con ella la independencia nacional, pero esta era una guerra incivil, él había nacido arrullado por una guerra civil y sabía lo que decía; añadió que una cosa es vencer y otra convencer, una cosa es conquistar y otra convertir, que no se oían sino voces de odio, odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no inquisición, y no se oía ninguna voz de compasión; censuró la fiereza y brutalidad de las mujeres, con la salvedad de que en la zona roja iban a combatir al frente armadas de fusiles y las mujeres salmantinas iban a ver los fusilamientos llevando al cuello crucifijos y escapularios, ¡qué pensaría de ello Santa Teresa!, negó la idea de la anti-España, que solo servía para sembrar el odio entre españoles, defendió la españolidad de los catalanes y los vascos, de lo cual eran ejemplo el obispo, catalán, y él mismo, un vasco que había ido a Salamanca a enseñar el castellano, y sostuvo que el imperio español no se basaba en la raza, sino en la lengua española, como José Rizal, ejemplo de la brutalidad agresiva e incivil de los militares.

Cuando mencionó a Rizal, Millán Astray se puso en pie, golpeó la mesa con la mano, fuera de sí, y gritó: ¡Muera la intelectualidad traidora!

Una gran ovación, respondió al exabrupto del general. Algunos profesores protestaron. El profesor Ramón Bermejo gritó: "!Aquí estamos en la casa de la inteligencia!". Pemán exclamó: "No digamos muera la inteligencia, digamos mueran los malos intelectuales". Cayó sobre Unamuno una lluvia de insultos e imprecaciones de una parte del público, al tiempo que Millán se colocaba delante de la mesa para lanzar una breve y confusa arenga justificando el alzamiento militar. Se formó un tremendo barullo entre el público, con profusión de griterío por parte de los falangistas y legionarios, algunos de los cuales amartillaron las pistolas. Millán terminó diciendo a Pemán que siguiera haciendo patria en los frentes de batalla y ordenó tajante: -¡Unamuno, dé el brazo a la señora del jefe del Estado y acompáñela a la puerta a despedirla! –iniciando la marcha hacia la salida del paraninfo, tras lo cual Unamuno dio el brazo a Carmen Polo y se encaminó a la salida, seguidos por los restantes miembros de la mesa presidencial y en desorden los atemorizados profesores del claustro.

El obispo Plá y Deniel, el rector Unamuno, doña Carmen Polo, el general Millán Astray y las respectivas escoltas, salieron de la Universidad por la puerta principal, entre una muchedumbre de paisanos, falangistas, requetés, legionarios y militares. En la plaza de Anaya les esperaba el coche oficial del general Franco, rodeado de una masa de curiosos expectantes, mientras un par de guardias urbanos trataban de poner orden y los escoltas abrían hueco hasta el coche.

Los falangistas, en el vestíbulo, hicieron el saludo fascista y cantaron el "Cara al sol" mientras Carmen Polo entraba en el coche oficial. Detrás, Millán Astray, Unamuno y el obispo se despidieron formalmente. El general entró en el coche oficial. Eran las dos de la tarde.

Millán acompañó a Carmen Polo hasta el cuartel general, situado a escasos doscientos metros, en el palacio del obispo, y luego se dirigió al banquete con el que el alcalde obsequió a los oradores y autoridades del acto central del Día de la Raza. Unamuno, por su parte, se fue a comer a su casa, en la calle Bordadores, y después de comer, como de costumbre, fue a tomar café al Casino. Allí, algunos contertulios le insultaron y abuchearon, produciéndose una situación muy tirante, hasta que su hijo Rafael, avisado telefónicamente por alguien, se presentó en el Casino para proteger a su padre y llevarlo a casa.[1]

Bombardeos

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Alejada de los frentes de combate en tierra, los bombardeos efectuados por la Aviación Republicana fueron las únicas acciones militares que se desarrollaron durante la contienda sobre el territorio de la provincia de Salamanca. A modo de resumen, los bombardeos que sufrió la provincia fueron los que se exponen en la siguiente lista:

  • 30 de octubre de 1936: una escuadrilla formada por tres aviones bombardeó el aeródromo de San Fernando. El ataque se produjo a las 8:20 de la mañana y tuvo como objetivo la destrucción de los trimotores alemanes Junkers 52 con base en el referido campo de vuelo que desde finales de agosto venían siendo empleados profusamente para bombardear Madrid.[2][3]
  • 1 de noviembre de 1936: de acuerdo con la información publicada en la prensa republicana, que cita informaciones oficiales, una escuadrilla de reconocimiento localizó y bombardeó ese día el Aeródromo de Salamanca.[4][5][nota 4]
  • 16 de noviembre de 1936: se produce el primero de los bombardeos de que fue objeto durante la guerra la ciudad de Salamanca. Hacia el mediodía, dos aviones que fueron identificados como "probablemente bombarderos rusos de tipo SB" arrojaron un total de nueve bombas que hicieron impacto en varios puntos de la población, principalmente en la estación de ferrocarril y su entorno y en las cercanías del puente sobre el río Tormes existente en la línea férrea de Portugal junto a la antigua estación de Tejares.[6][nota 5]​ El Palacio de Anaya, donde provisionalmente se hallaban instalados algunos de los nuevos departamentos y servicios del incipiente gobierno franquista,[nota 6]​ fue alcanzado por un solo proyectil, el cual no hizo explosión. Al parecer, el ataque dejó al menos cuatro heridos, pero no se produjeron víctimas mortales.[7][8][9][10][11][12][13]
  • 30 de noviembre de 1936: dos escuadrillas compuestas por seis y cuatro aviones respectivamente efectúan a las ocho y media de la mañana un ataque simultáneo sobre la estación de ferrocarril de Salamanca y los aeródromos de Arauzo y San Fernando.[14][15][16]​ En la capital salmantina murió un hombre al ser derribado del caballo que montaba y varias empleadas de una fábrica resultaron heridas al ser alcanzada esta por las bombas.[17]
  • 1 de diciembre de 1936: dos aviones atacaron a las ocho de la mañana el aeródromo de Arauzo, lanzando catorce proyectiles sobre el mismo.[18][19]
  • 2, 5 y 16 de diciembre de 1936: según algunas informaciones dichos días se produjueron incursiones por parte de escuadrillas de bombardeo republicanas sobre la provincia de Salamanca .[20]​ El objetivo en las supuestas incursiones de los días 2 y 5 se desconoce mientras que el de la del día 16 habría sido el aeródromo de Arauzo. En los partes de operaciones de la Jefatura del Aire Nacional correspondientes a los citados días no aparece información relativa a dichas acciones; la verdadera existencia de las citadas incursiones no ha podido comprobarse por el momento.
  • 18 de diciembre de 1936: se produce un nuevo bombardeo sobre la estación de ferrocarril de Salamanca, cuyo objetivo son los talleres centrales de material móvil de la Compañía Nacional del Oeste. Algunas de las bombas se desviaron del objetivo y alcanzaron un grupo de viviendas del barrio de Puente Ladrillo. El ataque se saldó con un balance de cuatro víctimas mortales (dos mujeres y dos niños);[nota 7]​ además hubo varios heridos.[21][22]​ El parte de operaciones de la Aviación Republicana de ese día[23]​ indica que el objetivo primordial del ataque eran los aeródromos cercanos a la capital salmantina (Matacán y Arauzo, probablemente), pero que el ataque a éstos no pudo ejecutarse debido a no poder ser localizados los mismos por hallarse cubiertos de nubes, por lo que se decidió bombardear alternativamente la estación de Salamanca.
    Pequeño refugio antiaéreo construido durante la guerra civil en la plaza de Castañeda de Tormes, aldea del municipio de Villagonzalo de Tormes situada a escasos metros de la base aérea de Matacán; uno de los pocos ejemplos que se conservan en la provincia de Salamanca.
  • 3 de julio de 1937: poco después de las seis de la mañana una escuadrilla compuesta por varios aviones atacó Alba de Tormes;[24]​ los referidos aparatos dejaron caer sobre la población un número no bien determinado de proyectiles de 50 y 100 kilos, que hicieron impacto en el exterior del Hospital de Santiago (dos bombas), en la calle Santa María y cercanas y en la estación de ferrocarril. Según algunas fuentes, tras el bombardeo, el casco urbano de la localidad fue ametrallado.[25][26][27][nota 8]​ El ataque dejó cinco muertos (un Guardia Civil, un hombre de 46 años y tres niños) y una docena de heridos, cuatro de ellos graves;[28]​ entre estos se contabilizaron al menos otros tres fallecimientos en los días posteriores (dos mujeres y una niña cuyo deceso se produjo en los hospitales de Salamanca a los que fueron trasladas).[nota 9]​ Durante la incursión, los mismos aviones que bombardearon Alba de Tormes también atacaron las cercanías de la capital salmantina -lanzando tres bombas junto al pueblo de Villares de la Reina[nota 10]​ y cortando la vía férrea hacia Zamora,[nota 11]​- así como el Aeródromo de Matacán, -en cuyas proximidades lanzaron dos bombas sin causar daños-.[29]​ Las escasas referencias a la acción que aparecen en la prensa republicana la presentan como un ataque efectuado contra el cuartel general del mando nacional en Salamanca, sin citar el bombardeo a la villa albense.[30][31]​ En la prensa salmantina, la publicación de la noticia del ataque quedó reducida a un texto de apenas cuarenta palabras que se limitó a informar de haber habido algunas víctimas y a calificar el hecho de «criminal por no existir en la villa objetivo militar alguno».[32][33]​ Posteriormente, los diarios de la ciudad no se volvieron a referir al suceso, excepto un artículo referente al entierro de las víctimas mortales y otro artículo publicado cinco días después del ataque para anunciar un festejo taurino en favor de los damnificados.[22][34][35][36]
  • 25 de julio de 1937: de acuerdo con las informaciones recogidas en varios diarios republicanos, a primeras horas de la tarde de ese día una escuadrilla de nueve aviones bombardeó el nudo ferroviario de La Fuente de San Esteban y varias vías de comunicación en puntos cercanos a Salamanca.[37][38][39][nota 12]​ El parte de operaciones del Estado Mayor del Ejército Nacional correspondiente al mismo día,[40]​ así como la información referente al ataque enviada por el Gobierno Civil de Salamanca al Cuartel General de Franco en Burgos[41]​ mencionan la incursión, pero no hacen referencia a que la indicada estación ferroviaria fuera atacada;[nota 13]​ los aviones -ocho según la primera de las fuentes citadas y cinco de acuerdo con la segunda- lanzaron 47 bombas sobre el tramo de la carretera de Salamanca al Muelle de Fregeneda comprendido entre los kilómetros 84 y 86, situado inmediatamente al oeste de la localidad de Cerralbo, cortando la referida vía y las líneas telegráficas y telefónicas que discurrían junto a la misma, sin causar víctimas.[nota 14]​ El boletín de operaciones de la Primera Región aérea de la Aviación Republicana correspondiente a ese día se refiere igualmente a la acción, informando que nueve aparatos tipo katiuska realizaron una incursión con objeto de bombardear un objetivo que no se cita ,[nota 15]​ el cual no pudo ser alcanzado por haber sido interceptada la formación por 20 cazas enemigos sobre Alba de Tormes, habiéndose visto obligada la misma a huir y lanzando las bombas sobre la estación de Fuentes de San Esteban.[42]
  • 27 de julio de 1937: a las 13:50 siete aparatos del tipo "Katiuska" bombardean el aeródromo de Matacán. Pocos minutos antes, otra escuadrilla formada por cinco bombarderos del mismo tipo que los anteriores que había intentado atacar sin éxito el Aeródromo de Ávila lanzó su carga en campo abierto en las proximidades de Cantalapiedra antes de iniciar el viaje de regreso a sus bases. En la acción no se produjeron víctimas.[43][44]​ En el aeródromo salmantino las bombas arrojadas cayeron sobre la pista de despegue y dos aviones resultaron ligeramente tocados por la metralla.[45]
  • 30 de julio de 1937: diarios de la zona franquista publican la noticia de haberse producido ese día un intento de ataque aéreo contra la ciudad de Salamanca, el cual habría sido rechazado sin que la fuerza atacante pudiese alcanzar su objetivo.[46]​ Tanto el parte de operaciones de la Aviación republicana[47]​ como el de la Aviación Franquista correspondientes al mismo día, sin embargo, no recogen información referente a acción alguna sobre la ciudad, ni sobre otros puntos de la zona Oeste de España. Hipotéticamente la noticia se referiría a la incursión de una escuadrilla de bombardeo sobre la provincia salmantina del día 25 de julio, asumiendo que el objetivo de la formación de bombardeo atacante pudiese ser la capital salmantina.
  • 1 de agosto de 1937: a las once y cuarenta minutos de la mañana cuatro aviones bombardearon el Aeródromo de Matacán. A consecuencia del ataque murió un soldado y otro resultó herido.[48][49]
  • 21 de enero de 1938: la ciudad de Salamanca fue objeto del bombardeo con mayor número de víctimas que sufrió a lo largo de la contienda. Dio comienzo a las once y cuarenta y cinco minutos de la mañana y fue llevado a cabo por una escuadrilla formada por alrededor de una veintena de aviones que llegaron distribuidos en tres grupos, solamente dos de los cuales, formados por siete y nueve aparatos respectivamente, llevaron a cabo el ataque, mientras el tercer grupo permaneció en observación a unos diez kilómetros al sur de la ciudad, sin llegar a acercarse en ningún momento a la misma; los aparatos que ejecutaron la acción realizaron varias pasadas sobre la población a una altura de unos cinco mil metros durante quince minutos. Según informaciones publicadas en la prensa republicana, se lanzaron en el ataque ocho toneladas y media de bombas;
    Cañón antiaéreo alemán FLAK calibre 88 mm expuesto en una rotonda del barrio madrileño de Fuencarral. Varias piezas similares a la de la imagen fueron empleadas durante la guerra en la defensa de Salamanca contra los ataques de la Aviación Republicana.[50]​ El núcleo principal de la artillería antiaérea que protegía la ciudad se instaló en la zona alta del barrio de Pizarrales, hecho que dejó su reflejo en la toponimia de dicho lugar, que paso a ser conocido desde entonces como "Teso de los Cañones".
    los informes referentes al mismo elaborados por el Cuartel General del Ejército Nacional en Burgos, basados en la información suministrada por los Gobiernos Civil y Militar de Salamanca, cifran el número de bombas arrojadas sobre la ciudad en "unas quince", cuatro de las cuales no explosionaron, recuperándose intactas posteriormente. Otras fuentes no oficiales cifran el número de bombas arrojadas en el ataque en doce[51]​ y veinticuatro.[22]​ Los proyectiles alcanzaron varios puntos del casco urbano, siendo las zonas más afectadas las calles Concejo,[nota 16]​ en el centro histórico ,[52]​ y las de Padre Cámara y Velázquez, en el barrio de Garrido .[nota 17]​ Los citados informes oficiales también recogen el lanzamiento de bombas sobre la playa de vías de la estación de ferrocarril (una) y las inmediaciones del cuartel General Arroquia (dos),[nota 18]​ las cuales al explosionar causaron escasos daños.[53]​ Otros dos lugares alcanzados por las bombas fueron la calle Zamora, a la altura del número 7, donde se situaba el patio del antiguo colegio de las Jesuitinas, cuyo edificio resultó dañado, y la Acera del Jesús, en las cercanías del convento de las Bernardas.[54][nota 19]​ Los efectos del ataque se dejaron sentir también en las calles Milicias Nacionales, Vázquez Coronado y en la plaza de la Cárcel Vieja, donde cayó una bomba de doscientos kilos.[51][nota 20]​ También existe constancia de la caída de proyectiles en las cercanías de los depósitos de la Campsa, -situados en el extremo NE de la estación de ferrocarril- y de la estación transformadora de electricidad existente en el camino del Cementerio. En el término municipal de Cabrerizos fueron lanzadas tres bombas en las cercanías del ferrocarril Ávila - Salamanca, resultando como consecuencia una persona herida. Un informe del mando nacional fechado tres días después del ataque refiere que el número de víctimas personales fue de "Ocho muertos, dos heridos muy graves, siete graves y treinta y dos leves" (cuatro heridos acabarían falleciendo también, elevando el número de víctimas mortales a doce), y que "resultaron derruidos siete edificios y algunos otros con desperfectos".[53]​ Las circunstancias meteorológicas permitieron a los aviones que efectuaron el bombardeo llevar a cabo el mismo prácticamente sin oposición alguna, ya que las dos baterías antiaéreas encargadas de la defensa de la capital salmantina -una fija del calibre 75 mm y otra móvil del 88-, no pudieron hacer fuego con precisión debido a la niebla que cubría la zona donde se hallaban emplazadas, "habiendo de limitarse a hacer tiro de barrera (un total de 385 disparos) en la dirección de los sectores que les señaló el servicio de observación".[53]​ El ataque concluyó a las doce y cinco minutos, momento en que comenzaron a retirarse las escuadrillas atacantes, que se alejaron en tres direcciones diferentes (hacia Cáceres, Toledo y Valladolid). Sus aparatos se deshicieron en despoblado de los proyectiles que no emplearon en el bombardeo, los cuales fueron lanzados en las cercanías de Valdemierque (seis bombas que cayeron a un kilómetro del pueblo), en Calvarrasa de Arriba (Ocho proyectiles que cayeron en las proximidades del pueblo y de la alquería -hoy abandonada- del Otero de María Asensio), Villagonzalo de Tormes (A un kilómetro de la población en dirección a Machacón, donde fueron lanzadas once bombas) y Garcihernández (seis proyectiles, uno de los cuales no estalló); en ninguno de dichos lugares se produjeron daños personales y los materiales se limitaron "a los habidos en las siembras".[53]​ La circunstancia de haber sido lanzadas bombas en las proximidades de los aeródromos de Matacán y Arauzo que cita el Parte de Operaciones de la Jefatura del Aire del Estado Mayor Nacional de ese día, probablemente se refiera al lanzamiento de los proyectiles sobrantes en las cercanías de las dos últimas poblaciones mencionadas.[55][56][57][58][59][60][61][62][63][64][65][66][67][68][69][70]
  • 28 de enero de 1938: a las once y veinticinco minutos de la mañana comienza el último ataque aéreo que sufriría la capital de la provincia a lo largo de la guerra, el cual fue llevado a cabo por parte de una escuadrilla formada por 15 bombarderos del tipo "Katiuska". Debido a la intensidad del fuego antiaéreo la incursión fracasó;[71]​ Tras casi una hora intentando sobrevolar la ciudad sin conseguirlo, la fuerza atacante se retiró dejando caer varios de los aviones sus bombas en despoblado, en los altos situados entre la ciudad y la localidad de Cabrerizos,[72]​ al parecer sin causar daños; uno de los aparatos dejó caer una única bomba sobre el casco urbano de Aldeatejada, cuya explosión causó heridas a tres niños que salían de la escuela. Otro aparato se dirigió a la zona Oeste de la provincia, sobrevolando las proximidades de Vitigudino y lanzando cuatro de sus bombas cerca de la localidad de Encinasola de los Comendadores. En la acción uno de los bombarderos atacantes fue alcazado por el fuego enemigo, viéndose obligado a tomar tierra antes de poder llegar a sus líneas.[nota 21]​ En el momento en que se produjo la acción, solamente se contaba con un avión de caza en los aeródromos salmantinos -en concreto en Matacán-, el cual se enfrentó a los bombarderos atacantes, con resultado desconocido.[53][73][74][75][76][77]​ Existen informaciones en la prensa del bando sublevado a que en el viaje de vuelta a sus bases los aviones atacantes ametrallaron varias localidades situadas a una veintena de kilómetros de la capital charra, sin que se haga mención expresa al nombre de las mismas; dicha información no ha podido ser, por el momento, verificada, aunque la ausencia de referencias al respecto en la documentación oficial del bando nacional que se ha conservado parece indicar que tal acción no se produjo.[78]​ El Gobierno de la República informaría que tanto este ataque como el del día 21 habían sido realizados en represalia por los bombardeos que los franquistas venían realizando sobre ciudades de la retaguardia de su territorio, especialmente los llevados a cabo sobre Barcelona.[62][66][79][80]


Actualmente no existe ninguna fuente en la que se recoja detallada y exactamente el número de víctimas y el volumen de daños materiales causados por los bombardeos llevados a cabo sobre la provincia de Salamanca por parte de la Aviación Republicana. El análisis de la diferente documentación dispersa que contiene información referente al tema permite establecer que en total, los mencionados ataques causaron en conjunto aproximadamente un centenar de víctimas, la cuarta parte mortales; en casi todos los casos se trató de civiles. En una de las pocas fuentes documentales en las que se tratan conjuntamente los daños personales causados por los bombardeos efectuados sobre la provincia de Salamanca -un telegrama enviado por el Gobierno Militar Salmantino al Cuartel General de Burgos a mediados de julio de 1938[nota 22]​ -, se cifra en 92 el número de víctimas habidas en los distintos ataques que sufrió la provincia, distribuidas en 22 muertos y 70 heridos; el cómputo de víctimas que se obtiene de la información de otras fuentes que tratan los distintos bombardeos por separado arroja cifras similares. De los doce bombardeos efectuados por la Aviación Republicana sobre territorio salmantino, tres fueron puramente dirigidos sobre la población civil (Los efectuados el 3 de julio de 1937 sobre Alba de Tormes y los días 21 y 28 de enero de 1938 sobre Salamanca y Aldeatejada). Dichos ataques concentraron la mayor parte del total de víctimas (unas setenta, incluyendo veinte de las mortales). Siete ataques parecen tener como objetivo principal los aeródromos militares utilizados por la aviación del enemigo, en los cuales apenas se causaron daños tanto en sus instalaciones como en los aviones estacionados en los mismos. En los dos restantes ataques -los llevadas a cabo los días 16 de noviembre de 1936 y 25 de julio de 1937-, el objetivo principal no ha podido ser determinado. En una buena parte de los ataques se bombardearon objetivos complementarios o secundarios sobre los que se aprovechó la carga ofensiva transportada por los aviones atacantes en aquellos casos en los que no fue posible bombardear el objetivo principal o bien sobraron proyectiles tras atacar este. Entre ellos destaca la estación de ferrocarril de la capital salmantina, potencial importante punto de almacenamiento de material de guerra, así como uno de los principales nudos de la red ferroviaria de la zona sublevada y ubicación de uno de los pocos centros especializados en mantenimiento de material ferroviario con que se contaba en la misma. Pese a su relativo interés como objetivo militar, parece no obstante que la estación salmantina nunca constituyó objetivo principal de ningún ataque (salvo quizás el del día 16 de noviembre de 1936 y una de las incursiones del día 30 de dicho mes, aunque no se tiene constancia de si fue o no así). En menor medida, como objetivos secundarios también fueron atacados varios de los ferrocarriles y carreteras que discurrían por la provincia. Como en el caso del resto de objetivos atacados, los daños en ellos fueron muy escasos e inmediatamente reparados, no afectando nunca a elementos de la infraestructura como puentes o tramos de difícil reposición.

Curiosamente, el último jefe de la aviación militar republicana fue el coronel Manuel Cascón Briega, originario de Ciudad Rodrigo.

Bibliografía

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Notas

[editar]
  1. El regimiento "Calatrava" n.º 2 había sido trasladado a Salamanca solo dos meses antes del estallido de la guerra desde su anterior base en Alcalá de Henares como consecuencia de los serios altercados que el 15 de mayo de 1936 enfrentaron a piquetes de obreros exaltados con varios oficiales de la guarnición de dicha ciudad y tras los cuales el Gobierno decide decretar la salida de la misma de la primera brigada de Caballería, allí acantonada, y que el Regimiento "Calatrava" n.º 2 integraba conjuntamente con el regimiento "Villarrobledo" n.º 1 -el cual a su vez fue trasladado a Palencia-. El Regimiento "Calatrava" n.º 2 ocupó el cuartel "General Arroquia", situado en la Carretera General Villacastín-Vigo (hoy N-630), relevando al Batallón de Zapadores n.º 7, que lo había venido ocupando desde 1931, unidad que fue a su vez enviada a la antigua base del "Calatrava" en Alcalá de Henares. En el momento del alzamiento este regimiento estaba mandado por el coronel Carlos Caballero Méndez, de ideología republicana, quien fue puesto al mando de la unidad el día 4 de junio de 1936 tras la detención y destitución de su anterior jefe como consecuencia de los sucesos descritos. El día que se produjo el alzamiento, Caballero Méndez se hallaba fuera de Salamanca, quizás alertado por el Gobierno de la situación, por lo que el mando del regimiento lo ejercía interinamente el Teniente Coronel Enrique Salazar Ibáñez. El Coronel Caballero Méndez permaneció fiel a la república, siendo destinado a Cataluña a los pocos días de comenzar la guerra; fue nombrado juez instructor de la causa formada por rebelión contra los generales Goded y Fernández Burriel en la que estos fueron condenados a muerte y posteriormente ejecutados. Caballero permaneció en Cataluña durante casi toda la guerra, siendo capturado por las tropas sublevadas durante la toma por éstas de Barcelona, pues al parecer se negó a dejar la ciudad; murió fusilado pocos días después de la caída de la capital catalana.
  2. Suceso conocido popularmente como "El tiro de la plaza", en el cual se produjeron también un número indeterminado de heridos, ocho de los cuales acabarían falleciendo también en los días posteriores, elevando el número de víctimas mortales a doce.
  3. Dicho predio está situado en la finca de San Fernando, término del municipio de Matilla de los Caños del Río, a unos treinta kilómetros de Salamanca por la carretera de Portugal. La reunión se celebró en un barracón del aeródromo habilitado en el mencionado lugar, del cual el campo de vuelo tomó el nombre, y que constituyó una de las principales bases de la Legión Cóndor durante los primeros meses de la guerra. Varios años después de la finalización de la contienda, en recuerdo del evento, por iniciativa de la Diputación Provincial salmantina se erigió en el solar que ocupaba el citado barracón una ermita dedicada a Santiago Apóstol y un monolito conmemorativo, cuyos restos aún se conservan. Acerca de la reunión puede consultarse el artículo «Rememorando un acuerdo histórico» publicado con motivo del 25 aniversario del acontecimiento en el diario ABC del día 1 de octubre de 1961 por el General del Ejército del Aire Alfredo Kindelán, uno de los precursores de la reunión.
  4. Este aeródromo estuvo situado a unos cuatro kilómetros al sur de la ciudad de Salamanca, junto a la localidad de las Torres y los cerros de Los Arapiles. Los partes de operaciones del bando nacional de ese día no recogen informaciones referentes a acción alguna sobre el referido aeródromo, el que por otra parte debió de utilizarse de forma muy esporádica solamente en los primeros meses de la contienda, quizás siendo abandonado con la entrada en funcionamiento del aeródromo de Matacán.
  5. El conocido como "Puente de la Salud", nombre que tomaba de la alquería junto a la cual se hallaba; fue demolido en 1957, tras la inauguración en 1954 del nuevo trazado de la línea férrea a Portugal por el Sur de la capital salmantina y el abandono del antiguo trazado de la misma, que incluía dicho puente; su obra de fábrica aún subsiste y se puede ver desde la actual A-62.
  6. Entre ellos el Ministerio de Prensa y Propaganda.
  7. Una de las mujeres, María Pérez González, según algunos testimonios, fue dada por desaparecida tras el ataque, pero tal persona consta en el registro civil de Salamanca como fallecida ese día y enterrada en el cementerio de la ciudad, lo que parece indicar que sus restos acabaron siendo hallados; un hermano de la anterior, de nombre Luciano, resultó herido en el ataque, perdiendo una pierna. Ambos eran naturales de Ourense.
  8. El número de aviones atacantes y de bombas lanzadas varía según las fuentes; algunos diarios de la zona nacional informaron de que la acción fue llevada a cabo por tres bombarderos que habrían lanzado dieciséis proyectiles más tres cazas que ametrallaron la población; el parte de operaciones del Ejército del Aire Nacional solo se refiere a tres bombarderos que lanzaron un total de nueve bombas; esta última fuente no recoge referencia alguna a un ametrallamiento tras el bombardeo; si éste efectivamente se produjo, es posible que fuera efectuado por los mismos aparatos que lanzaron las bombas.
  9. Fotografías de los efectos del bombardeo y de las víctimas se conservan en la Biblioteca Nacional, -serie GC, caja 108 bis, legajo 1-
  10. Según dos oficios que se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca -Serie GC, caja 179 legajo 3 y caja 196 legajo 1- en Villares de la Reina resultaron heridos por metralla dos segadores gallegos tras la explosión de una bomba en la tierra en la que trabajaban; uno de los oficios informa que ingresaron en el Hospital Provincial de Salamanca el día 7 de julio -cuatro después del ataque-. De la información contenida en dicha fuentes no puede deducirse si resultaron heridos por una de las bombas arrojadas en el ataque, ni si, de haber sido así, la bomba que les causó las heridas hizo explosión en el momento de ser lanzada o bien días después de haberlo sido, bien fortuitamente al estallar de forma retardada o bien al haber sido manipulada o golpeada accidentalmente durante las labores de siega que se llevaban a cabo en la tierra en la que cayó.
  11. De acuerdo con una nota conservada en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca -Serie GC, caja 196/1-, la cual es transcripción de un telegrama enviado al Gobierno Civil Salmantino conteniendo la información facilitada por la Compañía Nacional de los ferrocarriles del Oeste de España acerca de los efectos que el bombardeo había tenido sobre la línea férrea Plasencia - Astorga, el ataque a ésta se produjo a las 6.45 de la mañana y cortó la misma a la altura del kilómetro 177, "...donde fueron lanzadas ocho bombas, dos de las cuales, de gran potencia, impactaron en la caja de la vía desmontando ocho tramos de carriles y provocando daños en las líneas telegráfica y telefónica, sin que ocurrieran desgracias personales....". El punto kilométrico citado en la nota se halla en el término municipal de Valdunciel, a dos kilómetros de la estación de dicha localidad en dirección a Zamora.
  12. Tanto el boletín de información de la Aviación Republicana de ese día como las fuentes de prensa de dicho origen citados en el texto fijan como hora del ataque la de las 15:40. Esta coincide con la hora reflejada en un oficio enviado por la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca al Gobierno Civil salmantino que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca -serie GC, carpeta 196, legajo 1-, de cuya información se deduce que, en previsión de que los aviones atacantes tuviesen como objetivo la capital salmantina, la alarma antiaérea fue dada en la ciudad hacia las 15:20. De acuerdo con el parte de operaciones de la Jefatura del Aire nacional correspondiente al día del ataque, los aviones entraron en territorio nacional por la línea del Tajo a las 14:26 horas. Según la documentación conservada en el Archivo General Militar de Ávila referente al ataque, a las 18 horas de ese día se transmitía desde Salamanca la información de los efectos del bombardeo en el área de Cerralbo al Cuartel General en Burgos.
  13. Los testimonios recogidos entre los habitantes de La Fuente de San Esteban parecen indicar que la estación de la localidad nunca fue atacada durante la contienda.
  14. Además del lanzamiento de proyectiles sobre la carretera de Salamanca a Fregeneda que recogen las diversas fuentes documentales citadas, según testimonio de varios vecinos de avanzada edad de la localidad de Cerralbo que presenciaron el bombardeo, también fueron lanzadas algunas bombas en campo abierto en los alrededores del casco urbano de la localidad, a la suficiente distancia del mismo como para poder asegurar que en ningún caso los aviones trataron de hacer impacto en la población; la opinión más extendida en dicho lugar en cuanto a la acción es que los aviones eligieron los alrededores del pueblo como punto para desprenderse de toda o parte de su carga ofensiva al ir sobrecargados -o bien una vez la dotación de los aparatos decidió que ya no iba a utilizarse la misma-;
  15. Quizás el aeródromo de San Fernando, el de Matacán -atacado dos veces durante la siguiente semana- o la propia ciudad de Salamanca. La fecha en la cual fue ejectuado el ataque -festividad del Apóstol Santiago-, no deja de ser significativa, aunque pudiese tratarse de una casualidad. Tampoco pasa desapercibida la inusual hora a la cual se efectuó el bombardeo.
  16. Entonces llamada de Pérez Pujol.
  17. La bomba caída en la calle Padre Cámara afectó a la finca con esquina a la calle Padre Astete, mientras que la caída en la calle Velázquez lo hizo a la altura del cruce de dicha calle con la de Sarasate, dañando una escuela que se encontraba ubicada en dicho lugar.
  18. Probablemente en los aledaños de la plaza de toros
  19. Actual paseo de Canalejas, a la altura del colegio Calasanz.
  20. La calle Milicias Nacionales es conocida actualmente como Primero de mayo, tras recuperar su primitivo nombre en 1980; la plaza de la cárcel vieja recibía este nombre por ubicarse en la misma el antiguo edificio de la Audiencia y Cárcel de la capital salmantina; se encontraba situada a la altura del cruce de la actuales calles Gran Vía y Cuesta de Sancti Spiritus.
  21. La prensa informaría del derribo de un avión sobre Salamanca y según el parte de ese día de la Jefatura del Aire Nacional conservado en el Archivo Histórico del Ejército del Aire uno de los bombarderos "que intentaron el ataque a la capital salmantina" se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en las cercanías de la localidad de Erla (Zaragoza). Probablemente se trate de un avión del grupo atacante que los partes citan que entró en territorio nacional dos veces entre 11:00 y 11:30 horas por la provincia de Ávila, pasó por Segovia y fue visto sobre Aranda de Duero a las 11:54 horas rumbo Burgo de Osma; el parte de la Legión Cóndor de ese día cita que la antiaérea que protegía el aeródromo de la Rasa, situado a seis kilómetros al sur del Burgo, disparó sobre un avión enemigo que sobrevoló dicho campo. El referido avión, por tanto, procedería del grupo que intentó la acción sobre Salamanca, pero no habría participado en el ataque la capital charra, sino que probablemente se desorientó, eludió la misión de atacar la capital salmantina o le fue encomendado otro objetivo (¿reconocimiento?). Sobre el derribo de dicho avión puede consultarse el artículo Del frente de Teruel. Un trimotor derribado publicado en la página 2 de la edición del 29 de enero de 1938 del Diario de Córdoba.
  22. El mencionado telegrama se halla contenido en un expediente que se guarda en el Archivo General Militar de Ávila (caja 2543, legajo 330, carpeta 4); dicho expediente se formó con la documentación resultante de una recopilación de información llevada a cabo a principios de julio de 1938 por el Cuartel General Nacional de Burgos acerca de los ataques efectuados por las Fuerzas Armadas de la República sobre la retaguardia de su territorio desde el inicio del conflicto bélico, el cual tenía como fin la confección de una nota diplomática con destino al Foreing Office Británico en contestación a una interpelación que dicho organismo dirigió al gobierno de Franco tras las protestas efectuadas ante diversas potencias internacionales por el gobierno de la República debido a la campaña de bombardeos que el bando nacional venía efectuando desde hacía varios meses sobre localidades de su retaguardia con el único aparente objetivo de causar el terror entre la población civil. La información fue suministrada por los gobiernos militares de las distintas provincias y comandancias de las zonas militares e islas del territorio bajo dominio del bando nacional, que mediante circular de fecha 13 de julio de 1938 fueron requeridas a facilitar la misma de forma urgente mediante telegrama en se expresase número de ataques sufridos, número de localidades atacadas y número de víctimas habidas en sus respectivas demarcaciones territoriales. El Gobierno Militar de Salamanca informó que los bombardeos efectuados sobre la provincia fueron “los sufridos por la capital provincial cuatro, victimas causadas 16 muertos y 46 heridos; campo (de vuelo) de San Fernando uno sin víctimas; Alba de Tormes, dos, cinco muertos y doce heridos; Garcihernández, uno sin víctimas; Cerralbo, uno sin víctimas; Campo de Aviación de Matacán, dos con un muerto y un herido; Barruecopardo, una vez sin víctimas; Vitigudino una vez sin víctimas. Aldeatejada una vez con tres heridos; Total poblaciones bombardeadas nueve, total víctimas 84 más 8 leves”. Como se refiere en el texto del artículo, el número de víctimas que constan en dicho telegrama es bastante similar al que se deduce de la información contenida en otras fuentes que tratan los distintos ataques por separado; pero en cuanto a las localidades que sufrieron los bombardeos, los datos del telegrama contienen notables inexactitudes. Primeramente se incluyen localidades que parece que no fueron atacadas nunca -Vitigudino, Barruecopardo- (a no ser que con dicha información se haga referencia a la liberación de bombas en despoblado cerca de Encinasola de los Comendadores); en otros casos, como el de Garcihernández, parece que no se trató de un verdadero bombardeo contra dicha población, sino la liberación de bombas sobrantes de un ataque en zona deshabitada, las cuales cayeron en las inmediaciones del casco urbano de dicha localidad. Alba de Tormes, por otro lado, fue objeto de un solo bombardeo (no de dos, como alude el telegrama, aunque el segundo supuesto ataque puede referirse al lanzamiento en despoblado de algunas bombas también sobrantes de un ataque cerca de la vecina localidad de Valdemierque). Otros bombardeos, como los habidos sobre el aeródromo de Arauzo, u otro más llevado a cabo sobre el de San Fernando, no son mencionados. Más que la inserción de manera intencional de información falsa o tergiversada, parece que las inexactitudes que contiene el telegrama son fruto de la precipitación con la cual se elaboró la información que se insertó en el mismo, probablemente porque con la urgencia con que se requirió dicha información por la superioridad ésta no se contrastó; No puede decirse lo mismo de la nota diplomática elaborada por el Gobierno de Burgos; su texto fue íntegramente publicado en gran parte de la prensa de la zona nacional a lo largo de la segunda mitad de 1938, incluyendo los diarios salmantinos El Adelanto y La Gaceta Regional -en el primero el día 18 de diciembre del año referido-; como ejemplo de su contenido, puede verse el artículo «Los Bombardeos rojos durante la guerra hasta el 1º de junio de 1938: 18.985 víctimas», publicado en la página 5 de la edición del día 11 de agosto de 1938 en el diario cordobés Azul. En lo que a la provincia de Salamanca se refiere, se observa que, pese a que solo tres de los bombardeos que constan en el telegrama tuvieron como objetivo atacar a la población civil, se contabilizaron en la nota trece de los catorce a los que hacía referencia el primero (en realidad los ataques probablemente solo fueron doce, como se refleja en el texto). Por otro lado, el número de víctimas reflejado en la nota aparece incrementado a 109 respecto a las 92 informadas desde Salamanca. En lo referente al número de ataques y poblaciones que los sufrieron, ello parece debido, tanto en el caso de Salamanca como en el de otros lugares, a que al no referirse expresamente la circular por la que se solicitó la información -intencionadamente o no- a que se informase de si los bombardeos habían tenido o no como objetivo a la población civil, los destinatarios de dicha circular, en la mayor parte de los casos informaron de todos los ataques que habían sufrido independientemente de si tenían tal carácter o no; algunas provincias, haciendo interpretación literal del texto de la circular, se limitaron a informar estrictamente del número de ataques que sufrieron y de localidades atacadas, sin informar de cuáles fueron estas. Debido a ello, quienes elaboraron la estadística de bombardeos incluida en el texto de la nota diplomática, en muchos casos no pudieron discriminar si determinados bombardeos habían sido dirigidos o no realmente contra la población civil, siendo incluidos en el cómputo de ataques reflejado en la nota diplomática numerosos ataques que no lo fueron; si bien es conveniente destacar que sí fueron deliberadamente contabilizados en la estadística mencionada bombardeos que los telegramas informaban claramente de que habían sido efectuados contra instalaciones de carácter eminentemente militar, -como en el caso de la provincia de Salamanca los habidos sobre los aeródromos de San Fernando o Matacán, que por razones obvias no podían tener como objetivo población civil alguna-; éste hecho se repite en el caso de numerosas provincias, siendo quizás el más evidente el de la de León, desde donde se informó que los siete ataques efectuados sobre su territorio habían tenido como único objetivo el aeródromo de la Virgen del Camino -instalación de uso exclusivamente militar durante la guerra-, siendo reflejados en la nota diplomática todos ellos como si se tratase de bombardeos a poblaciones civiles. En otros casos, sin embargo, no se procedió en tal manera, como en el de la provincia de Zamora, que informó de que el único "bombardeo" sufrido fue la liberación en despoblado de varios proyectiles por parte de un avión fugado en las cercanías de Toro, no incluyéndose el mismo en el cómputo de la estadística incorporada a la nota diplomática.

Referencias

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  6. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de operaciones. Información correspondiente al día 16 de noviembre de 1936 a las 18 horas. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  7. Rojas Vila, Carlos, ¡Muera la inteligencia!¡Viva la muerte!, Unamuno y Millán Astray frente a frente, Ed. Planeta, Madrid, 1995, 288 pp.
  8. Unamuno y Jugo, Miguel, El Resentimiento trágico de la vida, notas sobre la revolución y guerra civil españolas (Inacabado, con estudio de Carlos Feal), Alianza Editorial, Colección Alianza Tres, Madrid, 1991, 158 pp. Página 51.
  9. «La Charla radiada anoche por el General Queipo de Llano», artículo publicado en el Diario de Córdoba, 17-11-1936, página 3.
  10. «Los partes oficiales». La Falange, diario de Cáceres, 17-11-1936, página 2.
  11. Preston, Paul (1998), Las tres Españas del 36, colección Debolsillo, editorial Random House Mondadori, S. A. Barcelona, 1999, 512 pp. Páginas 94-95. El autor cita en dicha obra como fecha del bombardeo la del 23 de noviembre en vez de la del 16.
  12. «La Aviación Republicana. Nuestras escuadrillas bombardean objetivos militares en Cádiz y Salamanca», ABC, edición Madrid, 17-11-1936, página 9.
  13. "Información de Madrid. El "terrible" bombardeo de Salamanca", en La Gaceta Regional de Salamanca, 17 de noviembre de 1936, página 3.
  14. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de Operaciones correspondiente al día 30 de noviembre de 1936. Información a las 18 horas. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  15. «Parte del Ministerio de Marina y Aire: nuestra gloriosa aviación actuó ayer con positiva eficacia sobre dos aeródromos y la estación de Salamanca....» La Libertad, 01-12-1936, página 4.
  16. «La Aviación Republicana. son intensamente bombardeados varios aeródromos enemigos» ABC, edición Madrid, 01-12-1936, portada.
  17. «One killed as Government planes bomb Salamanca», artículo en el diario The Lewiston Daily Sun, 1 de diciembre de 1936, página 4.
  18. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de operaciones. Información correspondiente al día 1 de diciembre de 1936 a las 18 horas. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  19. «Parte del Ministerio de Marina y Aire: nuestra aviación bombardea la estación de Algeciras y el aeródromo de Salamanca» "La Libertad", 02-12-1936, página 2.
  20. Fuentes Gómez, Otelo, Los Katis en 1936, artículo en la revista Icaro, número 113, abril 2014, páginas 13-16
  21. «Parte del Ministerio de Marina y Aire. Los bravos aviadores leales bombardean la estación de Salamanca.» La Libertad, 19-12-1936, página 3.
  22. a b c Gómez Motta, César, Argentinos en un campo de concentración franquista. Relato testimonial de la Guerra Civil Española y del campo de concentración de Miranda de Ebro. Editorial Divino Tesoro, Buenos Aires, 2008, 172 pp. Páginas 32 y 33.
  23. Parte de operaciones de la Aviación Republicana correspondiente al día 18 de diciembre de 1936. Resumen en DE VICENTE GONZÁLEZ, M., Fuentes primarias, documentales y gráficas para una historia militar de Madrid durante la Guerra Civil (1936-1939), Ministerio de Defensa. Servicio de Publicaciones, septiembre de 2014, Madrid, p. 3766.
  24. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. 3.ª Sección. Parte de operaciones número 279, correspondiente al día 3 de julio de 1937. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  25. «ABC en Alba de Tormes: del bombardeo rojo», artículo en ABC, edición Sevilla, 08-07-1937, página 19.
  26. «Los criminales bombardeos a ciudades abiertas», artículo en el diario Tinerfeño La Prensa, 04-07-1937, página 4
  27. Spanish conflict. Franco's headquartes bombed by Government planes artículo en el diario The Albany Advertiser, 5 de julio de 1937, portada. Servidor de prensa histórica de la Biblioteca Nacional de Australia
  28. Diputación provincial de Salamanca. Actas de sesiones de la Comisión Gestora. Sesión del día 10 de julio de 1937.
  29. Cuartel General de Generalísimo. Bombardeo de la Aviación enemiga sobre Alba de Tormes. Información remitida por los Gobernadores Civil y Militar de Salamanca. Archivo General Militar de Ávila. Caja 2543, legajo 329, carpeta 74.
  30. «Ha sido bombardeado el cuartel general faccioso de Salamanca», La Vanguardia, 04-07-1937, página 3.
  31. Una escuadrilla de gran bombardeo ataca el cuartel general faccioso de Salamanca, El Sol, 04-07-1937, página 2. Biblioteca Nacional.
  32. Boletín de información correspondiente al 3 de julio de 1937, informaciones recibidas hasta las 20 horas, publicado en La Gaceta Regional de Salamanca, 4 de julio de 1937, portada.
  33. Comunicado Oficial. Rectificación de posiciones a vanguardia en Vizcaya. Boletín de información con noticias llegadas a éste Cuartel General hasta las veinte horas del día de hoy, 3 de julio de 1937, artículo en el diario El Adelanto de Salamanca, 04-07-1937, portada. Servidor de prensa histórica del Ministerio de Cultura, Prensahistorica.mcu.es.
  34. "Festival taurino en Alba de Tormes", en La Gaceta Regional de Salamanca, 9 de julio de 1937, página 2.
  35. «El domingo en Alba de Tormes. El entierro de las víctimas del criminal bombardeo de la aviación roja», artículo en el diario El Adelanto de Salamanca, 06-07-1937, página 2. Servidor de prensa histórica del Ministerio de Cultura, Prensahistorica.mcu.es.
  36. Reportaje fotográfico de los daños y víctimas causados por el bombardeo llevado a cabo sobre Alba de Tormes el 03/07/1937, elaborado por Eustaquio Almaraz para la agencia Informaciones Gráficas Mayoral. Biblioteca Digital Hispánica. Biblioteca Nacional de España.
  37. «La Gloriosa Aviación Republicana derribó el domingo tres fiat y dos monoplanos en el frente de Madrid» La Libertad, 27 de julio de 1937, página 2.
  38. «Partes oficiales del Ministerio de Defensa. Los del domingo. Ejército del Aire.» ABC, edición Madrid, 27-07-1937, página 3.
  39. Partes de guerra de anoche. Los cazas del pueblo derriban tres Fiat y dos monoplanos rápidos El Sol, 26-07-1937, página 2. Biblioteca Nacional.
  40. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de operaciones número 301, información correspondiente al día 25 de julio de 1937. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  41. Cuartel General del Generalísimo, Burgos. Nota relativa la información referente al ataque remitida por vía telefónica por el Gobernador Civil de Salamanca el día 25 de julio de 1937 a las 18 horas. Archivo General Militar de Ávila, caja 2543, legajo 329, carpeta 79.
  42. Boletín de operaciones de la Primera Región Aérea de la Aviación Republicana - n.º 39 correspondiente al día 25 de julio de 1937. Resumen en DE VICENTE GONZÁLEZ, M., Fuentes primarias, documentales y gráficas para una historia militar de Madrid durante la Guerra Civil (1936-1939), Ministerio de Defensa. Servicio de Publicaciones, septiembre de 2014, Madrid, p. 1442.
  43. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de operaciones número 303 correspondiente al día 27 de julio de 1937. Archivo Histórico del Ejército del Aire. Expediente A-009144.
  44. «El eficaz bombardeo de los aeródromos enemigos», artículo en el diario La Libertad, 28-07-1937, página 2.
  45. Archivo Histórico del Ejército del Aire. Partes de operaciones de la Legión Cóndor. Parte correspondiente al día 27 de julio de 1937, nota a la Jefatura del Aire de Salamanca. Expediente 9109. Señalado SALA 1799/324.
  46. «Tres aviones rojos abatidos», información publicada en el diario soriano El Avisador Numantino, 31-07-1937, página 2.
  47. Ministerio de la Guerra. Secretaría del Aire. Jefatura de las Fuerzas aéreas. Sección 3.ª. Boletín de operaciones n.º 482 correspondiente al día 30 de julio de 1937. Archivo General Militar de Ávila, caja 255, legajo 5, carpeta 5.
  48. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Parte de operaciones número 308, información correspondiente al día 1 de agosto de 1937. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-009144.
  49. «Partes oficiales de los frentes de guerra», información en La Voz de Menorca, 02-08-1938, portada y página 2.
  50. Moure Mariño, Luis. La Generación del 36. Memorias de Salamanca y Burgos. Ediciós do Castro, Castro - Sada, la Coruña, 1989. Página 101.
  51. a b «Valencia y Salamanca son bombardeadas. La guerra de represalias hará más cruel la tragedia española», artículo en el diario El Orden, 23 de enero de 1938, portada. Hemeroteca digital Fray Francisco de Paula Castañeda, Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Argentina
  52. Ayuntamiento de Salamanca, libros de actas de sesiones del Pleno y la Comisión Municipal Permanente, tomo 1938-I. Acta de la sesión de la Comisión Municipal Permanente de 1 de marzo de 1938. Archivo Histórico Municipal de Salamanca, sección Gobierno, registro de actas de sesiones, referencia 3144/325. De acuerdo con el contenido de dicha acta, resultaron seriamente dañadas por el bombardeo las fincas número 12, 14 y 16 de la referida calle, así como varias fincas sin número de la misma propiedad de don Alipio Pérez Tabernero, además de las números 13 y 15 de la calle de Zamora, la primera de las cuales era la misma que la número 12 de la calle Pérez Pujol al poseer fachada a las dos calles. Además en la calle Pérez Pujol resultaron destruidas las edificaciones de la finca número 9, a las que no se refiere el mencionado acta; en dicha finca se produjo el impacto directo de una bomba de 500 kilos, ocasionando la muerte del matrimonio propietario de una churrería existente en el lugar, de una hija suya de corta edad y de una empleada del establecimiento, que se encontraban en el interior del mismo en el momento de la explosión del artefacto. Años después la churrería fue reconstruida y en alusión al suceso le fue otorgado por sus nuevos propietarios el nombre de "la bomba".
  53. a b c d e Cuartel General del Generalísimo, Burgos. Expediente relativo al bombardeo llevado a cabo sobre Salamanca el día 21 de enero de 1938 y otro frustrado el día 28 del mismo mes. Archivo General Militar de Ávila, caja 2543, legajo 329, carpeta 106.
  54. Severiano Delgado Cruz y otros, Aproximación a los centros de detención en Salamanca durante la Guerra Civil Española, ponencia presentada al I Congreso Internacional de historia de la prisión y las instituciones punitivas, Ciudad Real, abril de 2013. Página 8.
  55. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. 3.ª Sección. Boletín de información número 209 correspondiente al día 22 de enero de 1938. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-000011.
  56. «Varios aparatos rojos descargaron ayer su metralla mortífera sobre Salamanca», artículo en el diario El Adelanto de Salamanca, 22-01-1938, portada. Servidor de prensa histórica del Ministerio de Cultura, Prensahistorica.mcu.es
  57. «Salamanca rindió ayer póstumo homenaje a las víctimas del cobarde bombardeo del viernes por la aviación roja», artículo en el diario El Adelanto de Salamanca, 23-01-1938, página 2. Servidor de prensa histórica del Ministerio de Cultura, Prensahistorica.mcu.es
  58. «La Actuación de Nuestros Aviadores sobre Salamanca» La Libertad, 22-01-1938, portada.
  59. Martín Gaite, Carmen, El Cuarto de Atrás, Salamanca, 1978.
  60. «Las Agresiones de la aviación extranjera», La Vanguardia, 22-01-1938, portada.
  61. Ayuntamiento de Salamanca, libros de actas de sesiones del Pleno y la Comisión Municipal Permanente, tomo 1938-I. Acta de la sesión de la Comisión Municipal Permanente de 25 de enero de 1938. Archivo Histórico Municipal de Salamanca, sección Gobierno, registro de actas de sesiones, referencia 3144/325
  62. a b «Rebels' bombs traps waifs in church cellar. Total death toll in Barcelona is 350. Salamanca damaged» artículo en el diario Chicago Tribune, edición del 31-01-1938, páginas 1 y 4.
  63. «Air bombings. Heavy casualties in Spain» artículo en el diario The Camberra Times, edición del 24 de enero de 1938, página 1. Servidor de prensa histórica de la Biblioteca Nacional de Australia.
  64. «Le bombardemént de Salamanque», imagen y pie de foto en el diario suizo Nouvelliste Valaisan, edición del 9 de febrero de 1938, portada. Biblioteque numerique RERO, Suiza
  65. Imágenes de los daños causados por el bombardeo sobre salamanca el 21 de enero de 1938 Archivado el 29 de noviembre de 2014 en Wayback Machine., colección del Instituut voor oorlogs, holocaust en genocides studies (Instituto para el estudio de las guerras, holocausto y genocidios), Amsterdam, Holanda.
  66. a b Juanes, Santiago,Episodios Salmantinos. Amenaza aérea. Salamanca, 1938, artículo publicado en el diario La Gaceta Regional de Salamanca, 30 de agosto de 1997, última.
  67. Quatorce avions rebelles survolent le sol français. Dix bombes sont lanchees sur notre territoire. En 7 minutes, le bombardement de Salamanque effectué Vendredí par messure de represailles a fait 225 tués et 400 blessés, artículo en el diario L'Egalité de Roubaix-Tourcoing, edición del 24 de enero de 1938, portada y página 5. Archivo Online de la commune de Roubaix, Francia.
  68. Reportaje fotográfico de los daños causados por el bombardeo del 21-01-1938 sobre Salamanca. Daños causados en el edificio número 9 de la calle Pérez Pujol (actual Calle Concejo) y Plaza de los Bandos, elaborado por Andrés Pérez Cubero para la agencia Delespro. Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España.
  69. Reportaje fotográfico de los daños causados por el bombardeo del 21-01-1938 sobre Salamanca. Daños causados en las fincas situadas en la calle Padre Cámara esquina a calle Padre Astete, calle Milicias Nacionales (actualmente calle Primero de Mayo), calle Velázquez esquina a calle Sarasate y Plaza de la Cárcel Vieja, elaborado por Andrés Pérez Cubero para la agencia Delespro. Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España.
  70. Reportaje fotográfico de los daños causados por el bombardeo del 21-01-1938 sobre Salamanca. Fotografías de las víctimas mortales, de los heridos, y del entierro de las primeras, elaborado por Andrés Pérez Cubero para la agencia Delespro. Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España.
  71. Jefatura del Aire. Estado Mayor del Ejército Nacional. Boletín de información número 216 correspondiente al día 29 de enero de 1938. Archivo Histórico del Ejército del Aire, expediente A-000011.
  72. Montero Vicente, Juan, comunicación personal al autor de ésta referencia.
  73. «Varias escuadrillas de aviones rojos intentaron bombardear Salamanca, pero la cortina de fuego de las baterías antiáereas les cerró el paso», artículo en el diario El Adelanto de Salamanca, 29-01-1938, portada. Servidor de prensa histórica del Ministerio de Cultura, Prensahistorica.mcu.es
  74. «Informaciones de la España liberada. ABC en Salamanca. Noticias diversas.», ABC, edición Sevilla, 03-02-1938, página 19.
  75. «Parte oficial de guerra correspondiente al día 28 de enero de 1938.», información publicada en el diario de Soria El Avisador Numantino, 29-01-1938, portada.
  76. «loyalist bombers attack Salamanca. At least nine killed in reprisal raid on insurgent capital», artículo en The Montreal Gazzete, 22 de enero de 1938, página 15.
  77. «No bombardearán ciudades de retaguardia. Se habría llegado a un acuerdo entre los bandos», artículo en el diario El Orden, 30 de enero de 1938, portada. Hemeroteca digital Fray Francisco de Paula Castañeda, Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Argentina
  78. «Un bárbaro atentado: la aviación roja bombardea pueblecitos de retaguardia», artículo en Azul, 29-01-1938, página 3.
  79. Marquina Barrio, Antonio, «Los bombardeos aéreos de poblaciones civiles en 1938: los límites de la independencia de la diplomacia vaticana con respecto a las políticas de Francia y el Reino Unido», artículo en la revista UNISCI Discussion Papers, número 12, Universidad Complutense, octubre 2006.
  80. «La guerra que nos han enseñado los facciosos: el terror contra el terror», La Vanguardia, 29-01-1938, portada.

Véase también

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Enlaces externos

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