Hasta la fundación española de Lima, fue la capital del Tahuantinsuyo y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú, en cuya época, y en manos de los españoles, se engalanó de iglesias, casas solariegas y plazas barrocas y neoclásicas, una de las vetas que hoy la convierte en el principal eje turístico del Perú. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco, suele ser denominada, debido a la gran cantidad de monumentos que posee, como la «Roma de América». El Cuzco está además declarado como la capital histórica del Perú en la constitución peruana de 1993.
La célebre escuela de pintura cusqueña o pinturacolonialcusqueña, quizá la más importante de la América colonial española, se caracteriza por su originalidad y su gran valor artístico, los que pueden ser vistos como resultado de la confluencia de dos corrientes poderosas: la tradición artística occidental, por un lado, y el afán de los pintores indios y mestizos de expresar su realidad y su visión del mundo, por el otro.
El aporte español y, en general europeo, a la Escuela cusqueña de pintura, se da desde época muy temprana, cuando se inicia la construcción de la gran catedral de Cusco. Es la llegada del pintor italianoBernardo Bitti en 1583, sin embargo, la que marca un primer momento del desarrollo del artecusqueño. Este jesuita introduce en el Cusco una de las corrientes en boga en Europa de entonces, el manierismo, cuyas principales características eran el tratamiento de las figuras de manera un tanto alargada, con la luz focalizada en ellas.
La creciente actividad de pintores indios y mestizos hacia fines del siglo XVII, hace que el término de Escuela Cusqueña se ajuste más estrictamente a esta producción artística. Esta pintura es «cusqueña», por lo demás, no solo porque sale de manos de artistas locales, sino sobre todo porque se aleja de la influencia de las corrientes predominantes en el arte europeo y sigue su propio camino.