Ceres (planeta enano)

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Ceres ⚳

Fotografía de Ceres en color natural tomada por la sonda espacial Dawn, mayo de 2015.
Descubrimiento
Descubridor Giuseppe Piazzi
Fecha 1 de enero de 1801
Lugar Observatorio Astronómico de Palermo
Designaciones A899 OF, 1943 XB
CategoríaPlaneta enano
Asteroide del cinturón principal
Orbita a Sol
Elementos orbitales
Longitud del nodo ascendente 80,26°
Inclinación 10,59°
Argumento del periastro 73,42°
Semieje mayor 2,77 ua
Excentricidad 0,08
Anomalía media 60,08°
Elementos orbitales derivados
Época 13 de septiembre de 2023 (DJ 2460200,5)[1]
Periastro o perihelio 2,55 ua
Apoastro o afelio 2,99 ua
Período orbital sideral 4,60 AJ
Velocidad orbital media 17,882 km/s
Radio orbital medio 2,76636 ua
Características físicas
Masa 9,43 ± 0,07 × 1020 kg[2][3]
939 300 × 1015 kg[4]
Dimensiones 965 × 961 × 891 km[4]
Densidad 2,077 ± 0,036 g/cm³[5]
Área de superficie 2 850 000 km²
Radio 473 km
Diámetro 946 km
Gravedad 0,28 m/s²
0,029 g
Velocidad de escape 0,51 km/s
Periodo de rotación 9,07417 horas
Inclinación axial[5]
Clase espectral
TholenG
SMASSIIC
Magnitud absoluta 3.34
Albedo 0,09
Características atmosféricas
Temperatura
Media168 K (−105 °C)[6]
Máxima235 K (−38 °C)
Cuerpo celeste
Anterior ---
Siguiente (2) Palas

Comparación del tamaño de los asteroides 1 a 10 con el de la Luna de fondo.
Ceres, planeta enano, es el n.º 1.
2: Palas. 3: Juno. 4: Vesta. 5: Astrea. 6: Hebe. 7: Iris. 8: Flora. 9: Metis. 10: Higía.

Ceres, el cuerpo menor del sistema solar n.º 1, es un planeta enano y el objeto astronómico más grande del cinturón de asteroides, región del sistema solar que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. Fue el primer asteroide descubierto, el 1 de enero de 1801, por el astrónomo y sacerdote Giuseppe Piazzi desde el Observatorio Astronómico de Palermo en Italia. Originalmente fue considerado un planeta, pero se catalogó como asteroide en la década de 1850 cuando se empezaron a descubrir otros objetos en órbitas similares. A comienzos del siglo XXI, tras la redefinición de «planeta», fue reclasificado en planeta enano, siendo además el único completamente dentro de la órbita de Neptuno. Su diámetro de aproximadamente 945 km lo convierte en el 33.º objeto conocido más grande del sistema solar. Se estima que su masa es un tercio de la masa total del cinturón de asteroides, siendo el único objeto de dicho cinturón que ha alcanzado el equilibrio hidrostático.

Visto desde la Tierra, su magnitud aparente oscila entre 6,7 y 9,3; por lo tanto, es demasiado débil para ser observado a simple vista excepto en las oposiciones más favorables y bajo cielos muy oscuros. Como resultado, las características de su superficie son apenas visibles incluso con los telescopios más potentes, y poco se sabía sobre él hasta que la sonda robótica de la NASA, Dawn, se acercó a Ceres para su misión orbital en 2015.

Dawn descubrió que la superficie está compuesta por una mezcla de hielo de agua y diversos minerales hidratados como carbonatos y arcillas. Los datos de gravedad sugieren que el interior de Ceres podría estar diferenciado en un núcleo rocoso y un manto de hielo, y existir un océano bajo la capa de hielo.[7][8]​ Aunque es probable que Ceres carezca de un océano interno de agua líquida, las salmueras todavía fluyen a través del manto exterior y llegan a la superficie, lo que permite que criovolcanes como el Ahuna Mons se formen aproximadamente cada cincuenta millones de años. Esto convierte a Ceres en el cuerpo criovolcánico conocido más cercano al Sol, y las salmueras proporcionan un hábitat potencial para la vida microbiana.

En enero de 2014 se detectaron emisiones de vapor de agua de varias regiones de Ceres,[9]​ creando una atmósfera tenue y transitoria conocida como exosfera, un hecho imprevisto en los grandes objetos del cinturón de asteroides y sello distintivo de los cometas.

Historia[editar]

Descubrimiento[editar]

Portada del libro de Giuseppe Piazzi titulado Della scoperta del nuovo pianeta Cerere Ferdinandea ottavo tra i primarj del nostro sistema solare, en el que anuncia el descubrimiento.

En los años transcurridos entre la aceptación del heliocentrismo en el siglo XVIII y el descubrimiento de Neptuno en 1846, varios astrónomos argumentaron que las leyes matemáticas predecían la existencia de un planeta oculto o desaparecido entre las órbitas de Marte y Júpiter. En 1596, el astrónomo teórico Johannes Kepler creía que las proporciones entre las órbitas planetarias se ajustarían al «diseño de Dios» sólo con la adición de dos planetas: uno entre Júpiter y Marte, y otro entre Venus y Mercurio.[10]

Otros teóricos, como Immanuel Kant, se preguntaron si la brecha había sido creada por la gravedad de Júpiter; en 1761, el astrónomo y matemático Johann Heinrich Lambert cuestionó:

¿Y quién sabe si ya faltan planetas que se separaron del vasto espacio entre Marte y Júpiter? ¿Se aplica entonces tanto a los cuerpos celestes como a la Tierra que los más fuertes irritan a los más débiles y que Júpiter y Saturno están destinados a saquearlos para siempre?[10]

En 1772, el astrónomo alemán Johann Elert Bode, citando a Johann Daniel Titius, publicó una fórmula más tarde conocida como la ley de Titius-Bode que parecía predecir las órbitas de los planetas conocidos, pero por una brecha inexplicable entre Marte y Júpiter.[10][11]​ Esta fórmula predijo que debería haber otro planeta con un radio orbital cercano a 2,8 ua —420 millones de km— del Sol.[11]​ El descubrimiento por William Herschel de Urano en 1781, cerca de la distancia predicha para un planeta más allá de Saturno, incrementó la creencia en la ley de Titius-Bode. En el congreso astronómico que tuvo lugar en la ciudad alemana de Gotha en 1796, el francés Joseph Lalande recomendó su búsqueda. Entre cinco grupos de astrónomos se repartieron el zodiaco en la búsqueda del quinto planeta y, en 1800, varios astrónomos expertos encabezados por Franz Xaver von Zach, editor de la revista astronómica alemana Monatliche Correspondenz (Correspondencia mensual) y a quienes se les apodó la «policía celeste»,[11]​ combinaron sus esfuerzos y comenzaron una búsqueda metódica del planeta propuesto.[11]​ Si bien no encontraron a Ceres, sí que descubrieron Palas, Juno y Vesta.[11]

Uno de los astrónomos seleccionados para la búsqueda fue el sacerdote católico Giuseppe Piazzi del Observatorio Astronómico de Palermo. Antes de recibir su invitación para unirse al grupo de observación, Piazzi descubrió Ceres el 1 de enero de 1801[12]​ mientras buscaba «la [estrella] 87.ª del Catálogo de las estrellas zodiacales del Sr. Lacaille»,[10]​ pero descubrió que «estaba precedida por otra».[10]​ En lugar de una estrella, Piazzi había encontrado un objeto parecido a una estrella en movimiento, que primero pensó que se trataba de un cometa.[13]​ Piazzi observó a Ceres veinticuatro veces, siendo el último avistamiento el 11 de febrero de 1801, cuando una enfermedad interrumpió su trabajo. Anunció su descubrimiento el 24 de enero mediante epístolas a dos compañeros astrónomos, su compatriota Barnaba Oriani de Milán y Bode en Berlín.[14]​ Lo reportó como un cometa, pero «dado que su movimiento es tan lento y bastante uniforme, se me ha ocurrido varias veces que podría ser algo mejor que un cometa».[10]​ En abril, Piazzi envió sus observaciones completas a Oriani, Bode y al astrónomo francés Joseph Lalande. La información fue publicada en la edición de septiembre de ese mismo año de la Monatliche Correspondenz.[13]

En ese momento, la posición aparente de Ceres había cambiado —principalmente debido al movimiento de la Tierra alrededor del Sol—, y estaba demasiado cerca del resplandor del Sol para que otros astrónomos confirmaran las observaciones de Piazzi. Hacia finales de años, Ceres debería haber sido visible de nuevo, pero después de tanto tiempo, era difícil predecir su posición exacta. Para relocalizar a Ceres, el matemático Carl Friedrich Gauss, que por aquel entonces tenía veinticuatro años, desarrolló un eficiente método de determinación de órbitas.[13]​ Predijo el camino de Ceres en pocas semanas y envió sus resultados a von Zach. El 31 de diciembre, von Zach y su compañero Heinrich W. M. Olbers encontraron a Ceres cerca de la posición predicha y continuaron registrado su posición.[13]​ A 2,8 ua del Sol, Ceres parecía ajustarse a la ley de Titius-Bode casi perfectamente; cuando Neptuno fue descubierto en 1846, 8 ua más cerca de lo previsto, la mayoría de los astrónomos concluyeron que la ley era mera coincidencia.[15]

Los primeros observadores fueron capaces de calcular el tamaño de Ceres sólo dentro de un orden de magnitud. Herschel subestimó su diámetro en 260 km en 1802; en 1811, el astrónomo alemán Johann Hieronymus Schröter lo sobreestimó en 2613 km.[16]​ En la década de 1970, la fotometría infrarroja permitió mediciones más precias de su albedo, y se determinó que el diámetro de Ceres estaba dentro del 10 % de su valor real de 939 km.[16]

En 1801, varios meses después del descubrimiento del «planeta enano», el conocido filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel publicó su tesis de habilitación De orbitis planetarum, en la que describía que el sistema solar sólo podía tener siete planetas, lo cual contradecía la existencia de Ceres.[17]

Denominación y símbolo[editar]

El nombre propuesto por Piazzi para su descubrimiento fue Ceres Ferdinandea: Ceres en honor a la diosa romana de la agricultura y la fecundidad, cuyo hogar terrenal y templo más antiguo se encontraba en Sicilia; y Ferdinandea en honor al monarca y mecenas de Piazzi, Fernando III de Sicilia.[13]​ El apellido Ferdinandea se eliminó posteriormente por razones políticas. Antes de que von Zach redescubriera Ceres en diciembre de 1801, este se refería al planeta como Hera, y Bode se refería a él como Juno. A pesar de las objeciones de Piazzi, estos nombres ganaron popularidad en Alemania antes de que se confirmara la existencia del objeto, pero una vez que lo fue, los astrónomos optaron por el nombre de Piazzi.[18]

El cerio, un elemento químico de tierras raras del grupo de los lantánidos descubierto en 1803 lleva el nombre del planeta.[19]

El antiguo símbolo astronómico de Ceres, todavía utilizado en astrología, es una hoz (Símbolo de Ceres).[13][20]​ La hoz era uno de los símbolos clásicos de la diosa Ceres y fue sugerido, aparentemente de forma independiente, por von Zach y Bode en 1802.[21]​ Es similar en forma al símbolo de Venus (Símbolo de Venus), pero con una ruptura en el círculo. Anteriormente existieron algunas variantes del símbolo de Ceres, incluyendo Variante del símbolo de Ceres (simulando la letra "C" inicial del nombre), Antiguo símbolo de Ceres, y Otra variante del símbolo de Ceres. El símbolo genérico del asteroide de un disco numerado (1), se introdujo en 1867 y rápidamente se convirtió en la norma.

Clasificación[editar]

La categorización de Ceres ha cambiado más de una vez y ha sido objeto de cierto desacuerdo. Bode creía que era el «planeta perdido» que había propuesto que existiera entre Marte y Júpiter.[10]​ A Ceres se le asignó un símbolo planetario y permaneció como planeta en libros y tablas de astronomía —junto con Palas, Juno y Vesta— durante más de medio siglo.[cita requerida]

A medida que se descubrían otros objetos en las cercanías de Ceres, los astrónomos comenzaron a sospechar que representaba el primero de una nueva clase de objetos.[10]​ Cuando se descubrió Palas en 1802, Herschel acuñó el término asteroide —parecido a una estrella— para estos cuerpos,[cita requerida] escribiendo que «se parecen tanto a las estrellas pequeñas que apenas se distinguen de ellas, incluso por muy buenos telescopios».[22]​ En 1852, Johann Franz Encke, en el Berliner Astronomisches Jahrbuch, declaró que el sistema tradicional de otorgar símbolos planetarios era demasiado engorroso para estos nuevos objetos e introdujo un nuevo método de colocar números antes de sus nombres en orden de descubrimiento. El sistema de numeración comenzó inicialmente con el quinto asteroide, (5) Astrea como número 1, pero en 1867, Ceres fue adoptado en el nuevo sistema bajo el nombre de (1) Ceres.

En la década de 1860, los astrónomos aceptaron ampliamente que existía una diferencia fundamental entre los planetas principales y los asteroides como Ceres, aunque la palabra «planeta» aún no se había definido con precisión.[cita requerida] En la década de 1950, los científicos generalmente dejaron de considerar a la mayoría de los asteroides como planetas, pero Ceres en ocasiones conservó su estatus después de eso debido a su complejidad geofísica similar a la de un planeta.[23]​ Después, en 2006, el debate en torno a Plutón llevó a llamados a una definición de planeta y a la posible reclasificación de Ceres, tal vez incluso a su restablecimiento general como planeta.[cita requerida] Una propuesta ante la Unión Astronómica Internacional (UAI), el organismo mundial responsable de la nomenclatura y clasificación astronómica, definió un planeta como «un cuerpo celeste que (a) tiene suficiente masa para que su propia gravedad supere las fuerzas de los cuerpos rígidos de modo que asuma una forma de equilibrio hidrostático (casi redonda), y (b) está en órbita alrededor de una estrella, y no es ni una estrella ni un satélite de un planeta».[cita requerida] Si esta resolución hubiera sido adoptada, habría convertido a Ceres en el quinto planeta en orden desde el Sol,[cita requerida] pero el 24 de agosto de 2006, la asamblea adoptó el requisito adicional de que un planeta debe haber «despejado la vecindad alrededor de su órbita». Ceres no es un planeta porque no domina su órbita, compartiéndola como lo hace con los miles de otros asteroides en el cinturón de asteroides y constituyendo sólo alrededor del 40 % de la masa total del cinturón.[24]​ Los cuerpos que cumplían con la primera definición propuesta pero no con la segunda, como Ceres, fueron clasificados como planetas enanos.[cita requerida] Los geólogos planetarios todavía ignoran a menudo esta definición y consideran que Ceres es un planeta de todos modos.[25]

Ceres es un planeta enano, pero existe cierta confusión sobre si también es un asteroide. Una página web de la NASA afirma que Vesta, el segundo objeto más grande del cinturón, es el asteroide más grande.[cita requerida] La UAI ha sido ambigua sobre el tema,[cita requerida] aunque su Centro de Planetas Menores, la organización encargada de catalogar tales objetos, señala que los planetas enanos pueden tener designaciones duales,[cita requerida] y el nomenclátor conjunto de la UAI/USGS/NASA clasifica a Ceres como un asteroide y un planeta enano.[cita requerida]

Origen y evolución[editar]

Ceres es un protoplaneta superviviente formado hace 4570 millones de años; junto a Palas y Vesta, uno de los tres únicos planetas que quedan en el sistema solar interior,[26]​ y el resto se fusionó para formar planetas terrestres, se hizo añicos en colisiones,[27]​ o fue expulsado por Júpiter.[28]​ A pesar de la ubicación actual de Ceres, su composición no es consistente con haberse formado dentro del cinturón de asteroides. Parece más bien que se formó entre las órbitas de Júpiter y Saturno, y fuese desviado hacia el cinturón a medida que Júpiter migraba hacia afuera.[29]​ El descubrimiento de sales de amonio en el cráter Occator apoya un origen en el sistema solar exterior, ya que el amoníaco es mucho más abundante en esa región.[cita requerida]

La evolución geológica de Ceres dependió de las fuentes de calor disponibles durante y después de su formación: la fricción de la acreción de planetesimales y la descomposición de los diferentes radioisótopos —que posiblemente incluyen radioisótopos extintos de vida corta como el aluminio-26—. Ambos procesos se consideran suficientes para permitir, poco después de su formación,[30]​ la diferenciación del interior en un núcleo rocoso y un manto helado, o incluso en un océano de agua líquida.[31]​ El hecho de que la sonda Dawn no encontrara evidencia de tal capa sugiere que la corteza original de Ceres fue destruida, o al menos parcialmente, por impactos posteriores, mezclando completamente el hielo con las sales y el material rico en silicatos del antiguo fondo marino y el material debajo.[31]

Ceres posee sorprendentemente pocos cráteres grandes, lo que sugiere que la relajación viscosa y el criovulcanismo han borrado las características geológicas más antiguas.[cita requerida] La presencia de arcillas y carbonatos requiere reacciones químicas a temperaturas superiores a 50 °C, compatibles con la actividad hidrotermal.[32]

Con el paso del tiempo se ha vuelto considerablemente menos activo desde el punto de vista geológico, con una superficie dominada por cráteres de impacto; sin embargo, la evidencia de la Dawn revela que los procesos internos han continuado esculpiendo la superficie en una medida significativa[cita requerida] contrariamente a las predicciones de que el pequeño manto de Ceres habría cesado la actividad geológica interna al principio de su historia.[33]

Órbita y rotación[editar]

Órbita de Ceres.

Ceres sigue una órbita entre Marte y Júpiter, en medio del cinturón de asteroides, con un periodo de 4,6 años. La órbita está moderadamente inclinada (i=10,6° comparada con los 7° de Mercurio y los 17° de Plutón) y moderadamente excéntrica (e=0,08° comparada con los 0,09° de Marte).

La imagen de la derecha ilustra las órbitas de Ceres (azul) y las de otros planetas (blanco/gris). Los segmentos de las órbitas por debajo de la eclíptica están en colores oscuros, y el signo (+) en naranja ubica al Sol. El diagrama superior izquierdo es una vista polar que muestra la localización de Ceres entre Marte y Júpiter. El diagrama superior derecho es una cercana demostración de las localizaciones del perihelio (q) y del afelio (Q) de Ceres y Marte. El perihelio de Marte está en oposición al Sol desde el de Ceres y de muchos de los grandes asteroides del cinturón de asteroides, incluyendo a Palas e Higia. El diagrama inferior es una vista en perspectiva mostrando la inclinación de la órbita de Ceres comparada con las de Marte y Júpiter.

En el pasado, Ceres era considerado como el mayor de una familia de asteroides (un grupo de elementos orbitales similares), pero estudios avanzados han mostrado que Ceres tiene unas propiedades espectrales diferentes de las de los otros miembros de la familia, y ahora este grupo es denominado como «familia de Gefion», nombrado con respecto al asteroide Gefion, siendo Ceres un accidental compañero sin un origen en común.

Ceres completa una rotación cada 9 horas, lo que hace que su día sea uno de los más cortos del sistema solar. El eje de rotación de Ceres está inclinado 4° con respecto al plano de su órbita alrededor del Sol.[34]​ Esto significa que gira casi perfectamente erguido y no experimenta variaciones estacionales según la latitud.

Características físicas[editar]

Comparación de Ceres, la Tierra y la Luna.

Ceres tiene un diámetro de 950 × 932 km y una superficie de 2 800 000 km²; como comparación, su superficie es equivalente a la de Argentina. Pese a sus reducidas dimensiones, se encuentra en equilibrio hidrostático, mostrando por tanto una forma casi esférica.

Atmósfera[editar]

Hay indicios de que Ceres puede tener una atmósfera tenue de vapor de agua por la sublimación del hielo acuoso de la superficie.[35][36]

El hielo acuoso superficial es inestable a distancias inferiores a 5 ua del Sol,[37]​ por lo que se espera que se sublime si se expone directamente a la radiación solar. Puede migrar de las capas interiores a la superficie, pero se escapa al espacio en poco tiempo. Como resultado, es difícil detectar la vaporización del agua. A principios de los años noventa del siglo XX fue posible observar agua escapando de las regiones polares, pero no ha llegado a demostrarse de forma inequívoca. Puede que sea posible detectar agua escapando en los alrededores de un cráter de impacto reciente o de las grietas de las capas subsuperficiales.[38]​ El observatorio espacial International Ultraviolet Explorer detectó cantidades estadísticamente significativas de iones hidróxido cerca del polo norte, que son resultado de la disociación del vapor de agua por la radiación ultravioleta solar.[35]

A principios de 2014, usando datos del observatorio espacial Herschel, se descubrió que había varias fuentes de vapor de agua en latitudes medias concentradas en una área de no más de 60 km de diámetro que emitían aproximadamente 1026 moléculas de agua por segundo (unos 3 kg).[39][40]​ En comparación, Encélado y Europa emiten 200 y 7000 kg/s respectivamente.

Dos potenciales regiones de fuentes, designadas Piazzi (123°E, 21°N) y región A (231°E, 23°N), se han observado en el infrarrojo cercano como áreas oscuras (la región A también tiene una área central brillante) por el observatorio W. M. Keck. Los posibles mecanismos para la liberación del vapor son la sublimación de aproximadamente 0,6 km² de hielo expuesto en la superficie, erupciones criovolcánicas resultantes del calor radiogénico interno o [39]​ la presurización de un océano subsuperficial debido al crecimiento de una capa superpuesta de hielo.[8]​ La sublimación superficial debería ser más baja cuando Ceres se encuentra más lejos del Sol, mientras que las emisiones que se alimentan de procesos internos serían independientes de la posición orbital. Los escasos datos disponibles son más compatibles con el estilo de sublimación cometario.[39]

Superficie[editar]

Los indicios sugerían también que podría tener agua en forma de helada en su superficie y una gruesa capa de hielo sobre un núcleo rocoso. En 2014 se publicó la confirmación de que Ceres contiene agua en abundancia, expulsando al espacio hasta 6 kg/s de vapor. El hallazgo fue realizado por investigadores de la Agencia Espacial Europea y la Universidad de Florida Central ayudándose del observatorio espacial Herschel.[41]

Hay agua, o mejor, hielo de agua en la superficie del planeta. El descubrimiento fue posible gracias al espectrómetro italiano VIR, unido a la sonda Dawn, en órbita alrededor de Ceres desde marzo de 2015. Se observó la presencia de agua dentro de Oxo, un cráter recién formado con un diámetro de 9 km y es, actualmente, el único punto en el que se detectó. Las nuevas imágenes detalladas de Ceres, obtenidas desde una altitud de 385 km, se han detectado algunos otros puntos que son de gran interés, como las áreas brillantes dentro del cráter Occator o la compleja composición de la superficie del cráter Haulani.[42]

Las observaciones de la superficie llevadas a cabo por el espectómetro VIR de la misión Dawn revelan una distribución de la mineralogía de la superficie homogénea en una escala global. Los principales componentes son carbonatos, Mg-filosilicato, compuestos oscuros (posiblemente carbono y/o magnetita), arcillas amoniacadas y sales.[43]

Observación y exploración[editar]

Observación[editar]

Estructura interna de Ceres.
Fotografía de Ceres tomada en 2004.

Tras su descubrimiento, determinar el tamaño de Ceres no fue fácil; William Herschel (1802) estimó un diámetro de 259 km, mientras que Johann Hieronymus Schröter (1811) afirmó un diámetro de 2613 km. Por otra parte, la limitada capacidad de los telescopios de principios del siglo XIX a menudo generaba un halo visual alrededor de Ceres, que fue interpretado como la atmósfera del planeta por Schröter. Algunas mejoras se produjeron en la segunda mitad del siglo con la difusión del catálogo estelar Bonner Durchmusterung en 1852 y con la introducción de distintas mejoras técnicas, como la fotometría en 1861, sin embargo la ausencia de un valor compartido para el albedo de Ceres provocó que las estimaciones propuestas para su diámetro continuaran siendo muy variables.[16]

En 1895, Edward Emerson Barnard calculó el diámetro de Ceres en 781 ± 87 km, valor revisado en 1901 en 706 ± 86 km. Estos valores se tomaron como correctos en los cincuenta años siguientes. Nuevos trabajos de investigación, publicados en las décadas de 1960 y 1970, propusieron nuevas estimaciones basadas principalmente en las mediciones fotométricas, que arrojaban entre 1020 y 1220 km, con una incertidumbre de unos 100 km.[16]​ También se propusieron las primeras medidas de la masa de Ceres, superiores al valor aceptado hoy en día.[44]

En 1982, Lutz Dieter Schmadel identificó el objeto 1899 OF con Ceres.[45]

Una ocultación de una estrella por Ceres fue observada en México, Florida y a lo largo del Caribe el 13 de noviembre de 1984. Con ello se pudo acotar el tamaño máximo y determinar, de un modo burdo, la forma del mismo (prácticamente esférico).

En 2001, el telescopio espacial Hubble fotografió Ceres. Las imágenes obtenidas eran de baja resolución, pero confirmaron que Ceres es esférico y mostraron un punto claro en su superficie, que fue interpretado como probablemente un cráter. El hipotético cráter fue apodado "Piazzi" por el nombre del descubridor de Ceres.[38][46]

Ceres fue visible a finales de 2002 usando prismáticos.

Más recientemente, Ceres fue estudiado con el observatorio W. M. Keck. Usando óptica adaptativa, se logró una resolución de 50 km/px, sobrepasando los resultados del Hubble. El W. M. Keck fue capaz de distinguir dos rasgos grandes de albedo oscuro, probablemente cráteres de impacto. El mayor tiene una región central más brillante. "Piazzi" no era visible en las imágenes del Keck.

Exploración[editar]

En septiembre de 2007, la NASA lanzó la sonda Dawn (en inglés, amanecer) para visitar Ceres y el asteroide Vesta. Entró en la órbita de Vesta en julio de 2011, y lo observó durante poco más de un año. En septiembre de 2012, la sonda abandonó Vesta y tras un viaje de tres años, en marzo de 2015, llegó a Ceres, convirtiéndose así en la primera misión de exploración a un planeta enano, por delante de la misión New Horizons a Plutón. La información proporcionada por la sonda situó "Piazzi" en la proximidades del cráter Dantu, permitiendo observar otros accidentes de la superficie de Ceres como la montaña Ahuna Mons.

En 2015 se anunció el proyecto Ceres Polar Lander, vinculado a la NASA.[47]​ Por su parte la Administración Espacial Nacional China tiene entre sus proyectos el lanzamiento de una sonda a Ceres con la intención de recoger muestras pero la misión está prevista para la década de 2020.[48]

Mapa de Ceres
Mapa de Ceres a partir de la información enviada por la sonda Dawn (marzo de 2015).

Véase también[editar]

Referencias[editar]

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Bibliografía[editar]

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