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El rio Bogota es el mas contaminado del mundo pero mide solo 38 metros de largo y desemboca en el gran cañon y empieza en el atlantico





Revisión del 00:00 24 abr 2009

Río Bogotá

Vista del río Bogotá.
Ubicación geográfica
Cuenca 6.000
Desembocadura Río Magdalena
Coordenadas 4°17′14″N 74°47′43″O / 4.28722222, -74.79527778
Ubicación administrativa
País ColombiaBandera de Colombia Colombia
Cuerpo de agua
Longitud 375 kilómetros
Ancho máximo n/d
Superficie de cuenca 5996 km²


El rio Bogotá formando el salto del Tequendama

El río Bogotá es uno de los ríos más importantes de Colombia y del departamento de Cundinamarca a pesar de no ser un río navegable ni especialmente caudaloso. La cuenca del Bogotá alberga cerca de nueve millones de personas, incluidos los siete millones y medio habitantes de la ciudad de Bogotá. Tiene una longitud aproximada de 380 km.

Geografía

El río Bogotá nace en el páramo de la Calavera en las proximidades del municipio de Villapinzón al norte de Cundinamarca a una altura de 2.700 msnm, recorre la provincia de Almeidas y la Sabana de Bogotá de norte a sur bañando con sus aguas los municipios de Villapinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé, Gachancipá, Tocancipá, Cajicá, Chía, Cota, Funza, Mosquera y Soacha, así como a la ciudad de Bogotá donde recibe las aguas del Salitre y el Fucha. A la altura de Bogotá recibe la mayor parte de los desechos líquidos contaminantes y algunos desechos sólidos que lo convierten en un cauce de aguas negras (muy contaminadas) que infortunadamente lo hacen merecedor a ser uno de los ríos más contaminados del planeta. En la foto el río Bogotá a la altura del municipio de Briceño, a unos pocos kilómetros de su nacimiento, ya se puede notar el estado de contaminación de este.

Uno de sus principales afluentes es el río Tunjuelo, que nace en el Páramo de Sumapaz en la laguna de Los Tunjos, luego de surtir con sus aguas los Embalses de Chisacá y La Regadera desemboca en el Bogotá. En las inmediaciones de Bosa-Soacha el río recibe además las aguas de diferentes fábricas.

En la mitad de su recorrido, el río abandona la Sabana, deja atrás su caudal apacible y se precipita formando el salto del Tequendama. En este sitio, el río empieza su torrentoso descenso entre encañonados valles en busca del Río Magdalena pasando por los municipios de San Antonio del Tequendama, Tena, La Mesa, El Colegio, Anapoima, Rafael Reyes, Tocaima, Agua de Dios y Ricaurte. El río Bogotá desemboca en el Río Grande de la Magdalena, a la altura de la ciudad de Girardot, después de haber descendido 2.000 m.

Polución y medio ambiente

Si bien el río Bogotá no es el más contaminado del mundo,[1]​ sí tiene muy altos niveles de sustancias contaminantes y a su paso por la ciudad de Bogotá es un río muerto.

Desde su nacimiento en el municipio de Villapinzón (provincia de Almeidas), en Bogotá recibe la contaminación proveniente de varias curtiembres artesanales que arrojan sus desechos al río. Las autoridades han tomado medidas para sancionar a los responsables de esta contaminación, sin embargo la solución a esta problemática es compleja, pues la aplicación de sanciones generalmente afecta a la población económicamente vulnerable que vive de la industria del cuero.

Los desechos de las curtiembres no sólo afectan el cauce alto del Bogotá, sino su principal afluente el río Tunjuelo debido a que varios artesanos de Villapinzón se han asentado a orillas de este río.

El desarrollo industrial de la provincia de Sabana Central introduce una alta cuota de contaminación en el río que a su paso por Bogotá recibe tres de sus principales afluentes los cuales descargan las aguas residuales provenientes de la ciudad: el río Juan Amarillo, el río Fucha y el río Tunjuelo.

Entre la desembocadura del Juan Amarillo hasta el Salto del Tequendama, el Bogotá se considera un río muerto pues no posee vida macrobiótica alguna. Son variadas las causas: A la carga de desechos biológicos e industriales aportada por alrededor de ocho millones de habitantes tanto de la capital como de los municipios de la Sabana, en este tramo el río es un típico río de planicie, con un mínimo de velocidad lo que acentúa su septicidad y hace prácticamente imposible la autodepuración para las altísimas cargas orgánicas que recibe. En este tramo las aguas no poseen oxígeno.

En la actualidad los planes de recuperación del río avanzan lentamente. Si bien desde los años 50 ya se planteaba la necesidad de tratar las aguas residuales, es sólo hasta la década del 90 del siglo pasado que se toman acciones concretas en este sentido. En 1994 el distrito capital entrega en concesión la construcción, operación, mantenimiento y transferencia de la primera fase de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre hasta el año 2027 a la multinacional francesa Suez Lyonnaise des Eaux - Degrémont. Esta PTAR se encarga de tratar las aguas residuales de la zona norte de la capital (cuencas del río Juan Amarillo o Salitre, humedales Torca y la Conejera) con una población aproximada de 2.200.000 habitantes y 13815 has de área. Allí las obras de diferenciación de alcantarillado pluvial y residual estaban más adelantadas, por tal razón se define iniciar por la zona norte, que además es una cuenca principalmente doméstica. La planta El Salitre inicia operación en septiembre de 2000, con un tratamiento primario químicamente asistido, una capacidad media de tratamiento de 4 m3/s y remociones de 40% de DBO5 y 60% de sólidos suspendidos totales.

Para 2004 el esquema de conseción privada se reversa y el distrito capital aduciendo sobrecostos en la operación, asume la propiedad, dejando en manos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá la responsabilidad de operar y administrar esta primera fase de la planta de tratamiento, esquema que se mantiene hasta la actualidad.

Según los planes iniciales planteados en la década del 90, el esquema de tratamiento del río consistiría en la construcción de tres PTAR con tratamiento secundario: PTAR Salitre, PTAR Fucha y PTAR Tunjuelo, que serían asumidas por la misma multinacional francesa en caso de haberse mantenido el planteamiento inicial. Pero a partir del cambio de enfoque en 2004, el actual proyecto de saneamiento del río Bogotá se presenta en lo siguientes términos: Instalación de tratamiento secundario y ampliación a 8m3/s en la PTAR Salitre, desinfección del agua tratada y uso de la misma para riego agrícola en la zona de la Sabana Occidente; adecuación del sistema de alcantarillado en las cuencas de los ríos Fucha, Tunjuelo y Soacha y transferencia de las aguas residuales de estas tres cuencas por medio de un sistema de interceptores y estaciones elevadoras a una gran planta en el sur de la ciudad, llamada PTAR Canoas, con tratamiento primario y una capacidad de 17,8 m3/s. Por parte del Distrito Capital y el Estado Central se prevé que todas las obras deben estar en operación para el año 2019.

Las dificultades más notorias en la recuperación del río han sido las siguientes: La complejidad de coordinación entre las diferentes instituciones implicadas (Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, Distrito Capital, Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Gobernación de Cundinamarca, Corporación Autónoma Regional) las cuales aun no cuentan con un espacio conjunto dedicado al tema de saneamiento del río, la dificultad en la asignación de recursos pues este al ser un río que discurre marginalmente a la ciudad (de hecho es el límite occidental de la misma) no genera la misma preocupación ciudadana que otros ríos que discurren por el centro de la ciudad y finalmente para el caso de la Planta El Salitre, la gran cantidad de conexiones erradas que combinan aguas residuales con aguas lluvias o viceverza y que han llevado a que el sistema de alcantarillado separado sea practicamente inútil en épocas invernales.

En el Salto del Tequendama, el Bogotá abandona la sabana homónima y entra en la provincia cundinamarquesa del Tequendama. La oxigenación que recibe en esta catarata permite que el río recupere parte la vida macrobiótica. Igualmente el Bogotá en su parte baja recibe las aguas de varios ríos más limpios que, junto con un discurrir más rápido, diluyen el nivel de contaminación. El Bogotá aún recibe la carga contaminante de los alcantarillados de los municipios aledaños, pero siendo bajo el desarrollo industrial de los municipios de las provinicias del Tequendama y el Alto Magdalena (en contraste con los municipios de Sabana Central y Sabana de Occidente en la cuenca media), su curso es mucho menos contaminado.

Aún así, el Bogotá es la principal fuente de contaminación del Río Magdalena. Entre los contaminantes que lleva su cause está el Cadmio, Cromo, Mercurio, Zinc, Arsénico y Plomo.[2]​ El punto máximo de contaminación del rio está en sectores de bogotá donde el nivel de residuos sólidos puede alcanzar un nivel de 400 mg/L[3]

Referencias

Enlaces externos