Diferencia entre revisiones de «Rhynchophorus ferrugineus»

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Después de alcanzar el estadio final, el gusano se envuelve en un capullo que construye con fibras de la propia palmera, donde se convierte en [[pupa]] para completar su reorganización física y convertirse, tras el proceso de [[holometabolía|metamorfosis]] en el [[imago|insecto adulto]]. Este proceso puede tardar de menos de una semana a varias semanas, dependiendo de las condiciones medioambientales.
Después de alcanzar el estadio final, el gusano se envuelve en un capullo que construye con fibras de la propia palmera, donde se convierte en [[pupa]] para completar su reorganización física y convertirse, tras el proceso de [[holometabolía|metamorfosis]] en el [[imago|insecto adulto]]. Este proceso puede tardar de menos de una semana a varias semanas, dependiendo de las condiciones medioambientales.

= Introducción. =
La vida media de este coleóptero, en el estadio adulto, oscila entre 45 y 90 días, dependiendo de las condiciones de su entorno: climatología, alimentación, etc. Esto, viene a ser corroborado por el estudio realizado por M. M. Martín y T. Cabello, que según su estudio, la longevidad media de los machos es de 86,09 días, y en el caso de las hembras es de 30,99 días. Sin embargo, este animal, desde que eclosiona del huevo hasta su muerte tiene una vida media de entre 130 y 200 días. Concretamente, teniendo en cuenta el estudio realizado, la longevidad de los machos es de 199,4 días y en el caso de las hembras es de 144,3 días. El picudo rojo o ``Rhynchophorus Ferrugineus´´, completa su ciclo biológico dentro del mismo hospedador, sin necesidad de cambiar de palmera hasta que esta ha sido destruida en su totalidad, es decir, hasta que el animal se queda sin alimento suficiente para la cria de la nueva estirpe o para el crecimiento del individuo. El imago, manifiesta una intensa actividad diurna, y es entonces cuando sale en busca de nuevos ejemplares de palmera para infectarlas y depositar los huevos de las nuevas generaciones. Las palmeras afectadas por este insecto, suelen ser la palmera datilera (Phoenix dactylifera), la palmera canaria (Phoenix canariensis), el Cocotero (Cocos nucifera) y la Palmera de Guinea (Elais guineensis). En el plazo de un año este peculiar escarabajo es capaz de completar hasta 3 ciclos biológicos.

= Oviposición. =
Tras la fecundación, la hembra adulta es capaz de depositar entre 300 y 500 huevos de forma aislada, a través de orificios producidos por ellas mismas en la búsqueda de alimento o bien aprovechando las hendiduras o heridas de la propia palmera. Estos gorgojos son sensibles a las ``kairomonas´´ que desprenden las palmeras como resultado de heridas o podas sin tratar, por lo que no les resulta muy difícil encontrar nuevos hospedadores. La puesta se produce en los tallos terminales de la planta y en el tejido blando de la bases de las hojas. En la ovoposición, las hembras doblan los tarsos hacia arriba y se anclan al tejido con las espinas de las tibias apoyándose en el tercer par de patas hasta poner en contacto el ovopositor con el sustrato. Después los huevos quedan protegidos y fijados con una secreción producida por ellas mismas. Según M. M. Martín y T. Cabello, las hembras producen una puesta media de 211,1 huevos, de los cuales un 78, 02% eclosiona en un periodo de 3,35±0,27 dias, dando lugar a las larvas ápodas. El huevo, de color blanquecino, cilíndrico, brillante, tiene forma ovalada y mide de 1 a 2,5 mm. En la parte posterior de dichos huevos, aparecen unas estructuras llamadas opérculos.

= Larvas. =
Las larvas neonatas son de color amarillo blanquecino, segmentadas, ápodas (sin patas), presentan una gran cápsula cefálica quitinosa, de color más pardo que el resto del cuerpo. Constan de unas potentes mandíbulas cónicas horizontales, con las que excavan gale¬rías desde las axilas de las hojas del hasta la corona, en cuyo interior se alimentan vorazmente. Estos insectos permanecen en el estadio larval una media de 95,53±1,63 días, teniendo en cuenta los resultados de la investigación, pero puede variar ya que esta fase está muy influenciada por la temperatura. Durante el transcurso de este periodo, las larvas experimentan un crecimiento considerable, ya que pasan de medir apenas 2 milímetros a los 5 centímetros. La tonalidad del cuerpo también cambia un poco, pasa de tener un color blanquecino brillante a un blanco amarillento opaco. Una vez completado el desarrollo lar¬vario, construyen un capullo con fibras extraídas de las galerías de la palmera, en cuyo interior sufren una metamorfo¬sis completa y pasan al siguiente estadio. Los capu¬llos tienen una longitud de 4 a 6 cm y se localizan en la base de los árboles.

= Pupa =
La pupa, de color rojo – marrón oscuro, se forma dentro del capullo formado por fibras de la palmera. En ese estado, el picudo sufre una metamorfosis, un último cambio antes de alcanzar el estadio adulto. Esta fase puede durar entre 15 y 30 días. Este valor es similar a los 27,83±3,13 días señalado por M. M. Martín y T. Cabello, pero hay que tener en cuenta una vez más que estos periodos están determinados por la temperatura. Una vez terminado el periodo de pupación, el adulto puede permanecer unos cuantos días más dentro de ese capullo fibroso.

= Adulto =
El insecto adulto se desplaza cami¬nando y volando, siendo capaz de alcan¬zar largas distancias. No obstante, per¬manecerá en la palmera inicialmente atacada si todavía dispone de material vegetal para su alimentación. En caso contrario, y atraídos por los olores que desprenden las palmeras con heridas, colonizarán ejemplares no infestados. De esta manera comenzara un nuevo ciclo biológico, se producirán más fecundaciones, otras ovoposiciones, eclosiones, etc.





Revisión del 14:37 6 may 2009

 
Rhynchophorini
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Coleoptera
Familia: Dryophthoridae
Género: Rhynchophorus
Especie: R. ferrugineus
Olivier, 1790

El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), es un coleóptero drioftórido originario del Asia tropical. Es un gorgojo de gran tamaño, entre dos y cinco centímetros, y color rojizo ferruginoso lo hacen inconfundible. La larva perfora galerías de más de un metro de longitud en los troncos. Sus plantas hospedantes son el Cocos nucifera (cocotero) y otras palmeras, en especial Elaeis guineensis (palmera del aceite) y el género Phoenix. Cuando se ven afectadas por la plaga, sufren amarilleamiento y marchitamiento, pudiendo llegar a producirse la muerte del pie afectado. El control de esta plaga es complicado y por el momento, a falta de método seguro, acaba con la eliminación de los pies afectados y los que se sospecha pudieran estarlo.

El picudo rojo se ha extendido a numerosos países, de África y Europa, ajenos a su área de distribución natural debido al transporte antrópico.

Presencia en España

La plaga apareció por vez primera en Europa en 1994, en España, en Almuñécar. Tanto aquella vez como las posteriores introducciones en diversos puntos de Andalucía oriental, Murcia y Levante, ha llegado a través de palmeras infectadas procedentes de Egipto u otros países del norte de África. La especie es originaria del sureste asiático.

En 2005 esta plaga se detectó en el palmeral de Elche, considerado el mayor palmeral de Europa. En las islas Canarias amenaza Phoenix canariensis (palmera canaria), joya del archipiélago que podría verse en peligro si la plaga sigue avanzando.

Ciclo biológico

Larva

Del huevo nace la larva, una oruga amarilla con una cabeza marrón que lleva unas mandíbulas horizontales muy potentes. En pocas semanas y después de alimentarse vorazmente del corazón de la copa de la palmera (al expandirse la plaga afecta a toda la parte superior de la palmera) pasa de medir apenas 2 milímetros a los 5 centímetros.

Después de alcanzar el estadio final, el gusano se envuelve en un capullo que construye con fibras de la propia palmera, donde se convierte en pupa para completar su reorganización física y convertirse, tras el proceso de metamorfosis en el insecto adulto. Este proceso puede tardar de menos de una semana a varias semanas, dependiendo de las condiciones medioambientales.

Introducción.

La vida media de este coleóptero, en el estadio adulto, oscila entre 45 y 90 días, dependiendo de las condiciones de su entorno: climatología, alimentación, etc. Esto, viene a ser corroborado por el estudio realizado por M. M. Martín y T. Cabello, que según su estudio, la longevidad media de los machos es de 86,09 días, y en el caso de las hembras es de 30,99 días. Sin embargo, este animal, desde que eclosiona del huevo hasta su muerte tiene una vida media de entre 130 y 200 días. Concretamente, teniendo en cuenta el estudio realizado, la longevidad de los machos es de 199,4 días y en el caso de las hembras es de 144,3 días. El picudo rojo o ``Rhynchophorus Ferrugineus´´, completa su ciclo biológico dentro del mismo hospedador, sin necesidad de cambiar de palmera hasta que esta ha sido destruida en su totalidad, es decir, hasta que el animal se queda sin alimento suficiente para la cria de la nueva estirpe o para el crecimiento del individuo. El imago, manifiesta una intensa actividad diurna, y es entonces cuando sale en busca de nuevos ejemplares de palmera para infectarlas y depositar los huevos de las nuevas generaciones. Las palmeras afectadas por este insecto, suelen ser la palmera datilera (Phoenix dactylifera), la palmera canaria (Phoenix canariensis), el Cocotero (Cocos nucifera) y la Palmera de Guinea (Elais guineensis). En el plazo de un año este peculiar escarabajo es capaz de completar hasta 3 ciclos biológicos.

Oviposición.

Tras la fecundación, la hembra adulta es capaz de depositar entre 300 y 500 huevos de forma aislada, a través de orificios producidos por ellas mismas en la búsqueda de alimento o bien aprovechando las hendiduras o heridas de la propia palmera. Estos gorgojos son sensibles a las ``kairomonas´´ que desprenden las palmeras como resultado de heridas o podas sin tratar, por lo que no les resulta muy difícil encontrar nuevos hospedadores. La puesta se produce en los tallos terminales de la planta y en el tejido blando de la bases de las hojas. En la ovoposición, las hembras doblan los tarsos hacia arriba y se anclan al tejido con las espinas de las tibias apoyándose en el tercer par de patas hasta poner en contacto el ovopositor con el sustrato. Después los huevos quedan protegidos y fijados con una secreción producida por ellas mismas. Según M. M. Martín y T. Cabello, las hembras producen una puesta media de 211,1 huevos, de los cuales un 78, 02% eclosiona en un periodo de 3,35±0,27 dias, dando lugar a las larvas ápodas. El huevo, de color blanquecino, cilíndrico, brillante, tiene forma ovalada y mide de 1 a 2,5 mm. En la parte posterior de dichos huevos, aparecen unas estructuras llamadas opérculos.

Larvas.

Las larvas neonatas son de color amarillo blanquecino, segmentadas, ápodas (sin patas), presentan una gran cápsula cefálica quitinosa, de color más pardo que el resto del cuerpo. Constan de unas potentes mandíbulas cónicas horizontales, con las que excavan gale¬rías desde las axilas de las hojas del hasta la corona, en cuyo interior se alimentan vorazmente. Estos insectos permanecen en el estadio larval una media de 95,53±1,63 días, teniendo en cuenta los resultados de la investigación, pero puede variar ya que esta fase está muy influenciada por la temperatura. Durante el transcurso de este periodo, las larvas experimentan un crecimiento considerable, ya que pasan de medir apenas 2 milímetros a los 5 centímetros. La tonalidad del cuerpo también cambia un poco, pasa de tener un color blanquecino brillante a un blanco amarillento opaco. Una vez completado el desarrollo lar¬vario, construyen un capullo con fibras extraídas de las galerías de la palmera, en cuyo interior sufren una metamorfo¬sis completa y pasan al siguiente estadio. Los capu¬llos tienen una longitud de 4 a 6 cm y se localizan en la base de los árboles.

Pupa

La pupa, de color rojo – marrón oscuro, se forma dentro del capullo formado por fibras de la palmera. En ese estado, el picudo sufre una metamorfosis, un último cambio antes de alcanzar el estadio adulto. Esta fase puede durar entre 15 y 30 días. Este valor es similar a los 27,83±3,13 días señalado por M. M. Martín y T. Cabello, pero hay que tener en cuenta una vez más que estos periodos están determinados por la temperatura. Una vez terminado el periodo de pupación, el adulto puede permanecer unos cuantos días más dentro de ese capullo fibroso.

Adulto

El insecto adulto se desplaza cami¬nando y volando, siendo capaz de alcan¬zar largas distancias. No obstante, per¬manecerá en la palmera inicialmente atacada si todavía dispone de material vegetal para su alimentación. En caso contrario, y atraídos por los olores que desprenden las palmeras con heridas, colonizarán ejemplares no infestados. De esta manera comenzara un nuevo ciclo biológico, se producirán más fecundaciones, otras ovoposiciones, eclosiones, etc.


Remedios contra la plaga

Hace más de 10 años que llegó esta plaga a España y la comunidad Andaluza, la Catalana y sobre todo la Valenciana parece que están poniendo interés en estudiar soluciones para el problema, pero las pruebas de efectividad de los remedios se alargan mucho y aún no se ha encontrado una solución definitiva. El uso de parásitos para acabar con el picudo rojo demuestra su efectividad. Los expertos logran una alta mortalidad en la plaga que arrasa las palmeras del municipio de Murcia.


AL SUELO. Dos técnicos talan palmeras afectadas por el picudo rojo, en la avenida Intendente Jorge Palacio,s de Murcia, en agosto del 2006. / M. B.La quinta edición del Congreso Nacional de Entomología Aplicada, que se ha desarrollado en Cartagena durante la semana, sigue arrojando interesantes conclusiones. Los avances que se han conseguido en las líneas de investigación en las que vienen trabajando para combatir la plaga del picudo rojo, presente en la capital murciana, tuvieron un especial protagonismo en una de las sesiones programadas. Los resultados han abierto nuevas expectativas en la lucha contra el insecto tanto en la aplicación de nematodos o parásitos, como en la mejora de las trampas.

Los ensayos sobre el uso de nematodos como sistema de control de tipo biológico del picudo, se han realizado por parte de investigadores de la Estación Phoenix de Elche. Dejan entrever la posibilidad de utilizar esta técnica tanto de manera preventiva como curativa. Se trata de gusanos con un cuerpo fusiforme o cilíndrico y no segmentado, que están desprovistos de apéndices locomotores y que poseen tegumentos impregnados de quitina. En su mayoría actúan como parásitos de otros animales, y se están utilizando para combatir otro tipo de plagas, como la que amenaza desde hace un par de años a los palmerales de Murcia.

En la cámara de bioseguridad de la Estación Phoenix se lanzaron picudos adultos sobre palmeras tratadas previamente con nematodos, «consiguiéndose un índice de mortalidad del 100%», como explicó el director de los laboratorios ilicitanos, Michel Ferry, lo que ofrece garantías para su uso preventivo en Murcia, sin ri más lejos. Igualmente se aplicaron parásitos en palmeras datileras con larvas de picudo, siendo efectiva «en un porcentaje muy alto». Se ha comprobado que ha mantenido su eficacies durante tres semanas.

Un aspecto muy importante fue el comprobar que «los nematodos seguían las galerías para llegar a las larvas, con lo que uso también podría ser curativo. Si se comprueba en condiciones de campo la eficacia de esta técnica, este resultado ofrecerá una mejora muy importante en la estrategia de lucha contra el picudo, especialmente en entorno urbano, por la inocuidad que ofrece este sistema sobre la salud y el medioambiente».

Mejora del trampeo

En cuanto a la mejora del trampeo, trabajo realizado en colaboración con la doctora Díaz y el doctor Reinoso, de la Universidad Miguel Hernández, con el doctor Rochat del INRA francés, los resultados conseguidos permiten mejorar la eficacia del trampeo con modificaciones de las trampas y la manera de colocarlas. El trampeo tanto para capturas masivas como para monitoreo constituye, según Ferry, una herramienta indispensable. Permite capturar los adultos de manera masiva en los focos y así reducir la extensión de la plaga. Constituye una ayuda esencial para detectar palmeras infestadas o para establecer que una zona es indemne de la plaga.

Las pruebas recomiendan que las trampas deben contar con una especie de embudo que permita que el insecto pueda caer en su interior, y sobre todo que estén enterradas y sean de color. «El picudo es un insecto muy prudente. No se trata de poner la trampa y esperar, porque si no tiene un fácil acceso no servirá de mucho

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