Diferencia entre revisiones de «Ruta de la Seda»

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== Origen ==
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[[Archivo:Map of eastern Xinjiang 1939 with prehistoric sites and the courses of the Silk Roads.jpg|250px|thumb|Mapa del este de [[Xinjiang]] con los lugares y cursos originales de la ruta.]]
Se cuenta que el [[Emperador Wu]] de la [[Dinastía Han]] decidió en 138 a. C. fraguar alianzas con los reinos del oeste y del noroeste, enemigos de las tribus [[Xiang-Nu]], ya que sufrían una serie de invasiones cada vez más frecuentes, más violentas y menos contenibles, protagonizadas por una serie de tribus nómadas situadas al noroeste de sus fronteras (los [[Hunos]]). Tribus cuya superioridad militar era una consecuencia directa del hábil manejo de una caballería fuerte, esbelta y ligera, más apta para la guerra que la china, cuyos caballos eran absolutamente inadecuados para toda actividad que exigiera rapidez de movimientos. Y por tal motivo, encomendó al [[General Zhang Qian]] esta misión, otorgándole cien de sus mejores guerreros y presentes de incalculable valor para sellar esta alianza militar y política. Trece años después, habiendo sido hostigado durante diez años por los Hunos, el General Zhang Qian regresa a la Corte Imperial Han con sólo un miembro de la partida. Aunque no había logrado establecer ni una sola de las alianzas militares de su misión, el General Zhang informó a la corte, de la existencia de treinta y seis reinos, verdaderas potencias comerciales, en las fronteras oestes de China. Así, el General Zhang contó de los magníficos caballos de las llanuras del Valle de Ferghana en Asia Central (hoy [[Kirguizistán]], [[Uzbekistán]] y [[Tayikistán]]), mucho más fuertes y veloces que los caballos chinos, con los que la caballería del Imperio Han podría enfrentar a los Hunos en mejores condiciones.

Posteriormente, las misiones diplomáticas y comerciales con los reinos del [[Valle de Ferghana]] no lograron garantizar la seguridad ni afianzar el comercio, por lo que [[China]] preparó una invasión a gran escala, aunque fue en la segunda embestida en el año 102 a. C. que China logró conquistar todas las tierras entre sus propias fronteras y los Reinos del Valle de Ferghana. Así los chinos no sólo consiguieron asegurarse la importación de los famosos caballos de las estepas, sino que consiguieron establecer sus propios productos en los mercados de estos reinos. Cincuenta años más tarde, cuando [[Marco Licinio Craso]] cruzó el Eufrates para conquistar Parthia en el año 53 a. C., se asombró al ver un brillante, suave y maravilloso nuevo tejido. Unas décadas más tarde, las más acaudaladas familias de Roma, estaban maravillados de vestirse con el más preciado tejido: la seda.
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== Transporte ==
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== Una Enorme Red de Cultura Humana ==
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A pesar de que el [[juan perez alzamendi]] bautizara, en 1870, a esta red comercial importantísima como Seidenstrasse, o Ruta de la Seda, es importante aclarar que camila isabetido es hueca por eso estudia tanto , se comerciaba a lo largo y ancho de la misma.lucila gonzales [[China]] importaba, principalmente, oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes, y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos por donde transitaba la ruta y aquellos otros reinos aledaños que tenían sus propias rutas comerciales que engarzaban, en algún punto, con la misma Ruta de la Seda. El Imperio del Centro exportaba, en su mayoría, seda, pieles, cerámica,
A pesar de que el [[Barón von Richthofen]] bautizara, en 1870, a esta red comercial importantísima como Seidenstrasse, o Ruta de la Seda, es importante aclarar que la seda no era el único bien que se comerciaba a lo largo y ancho de la misma. [[China]] importaba, principalmente, oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes, y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos por donde transitaba la ruta y aquellos otros reinos aledaños que tenían sus propias rutas comerciales que engarzaban, en algún punto, con la misma Ruta de la Seda. El Imperio del Centro exportaba, en su mayoría, seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce, laca y hierro.

No era común que los comerciantes atravesaran la Ruta de la Seda en todo su largo y ancho. Los mercaderes intentaban buscar el mejor precio a través de los mercados de su propio territorio o aventurándose en las fronteras de otros reinos, donde vendían sus mercancías, y los compradores, a su vez, extendían los bienes por su propio reino, o llevándolos a las fronteras de los más próximos en busca de mejores beneficios. Este canje, obedeciendo a leyes de mercado, hacía llegar las mercancías y bienes desde Chang'an (actual Xi'an) hasta [[Antioquía]], en Siria, y de allí hasta [[Constantinopla]], donde esperaban los navíos venecianos que llevarían esta inmensa cantidad de bienes y riqueza, no sólo proveniente de China, sino también de todos los reinos asiáticos y medio-orientales.

El eje Roma-Chang'an marcaba el principio y el final de una gran cadena de intercambios cuyos eslabones que enlazaban a Turquía con Siria, a Irak con Persia, al Cáucaso con las fronteras de la India y China; y cuyos centros comerciales, en los que se realizaban las últimas y las primeras transacciones, dependiendo si se avanzaba hacia Changan o hacia el Caspio, eran las ciudades próximas al valle de Fergana ([[Bukhara]], [[Khiva]] y [[Samarkanda]]) o las situadas en el inhóspito desierto de Takla-Makan, cuyos oasis eran bien conocidos por los conductores de las caravanas; especialmente los de las ciudades de Kashgar, Yarkant y Hotan en las que, por imperativos del clima, estaban obligadas a detenerse durante un período de tiempo siempre incierto.
[[Archivo:Trade in silkroad.jpg|300px|thumb|Comerciantes en la ruta.]]
[[Kashgar]] (la actual Kashi), punto de encuentro de las caravanas procedentes de la India, Afganistán, Tayikistán y Kirguizistán, era el otro extremo de la Ruta de la Seda en el territorio chino y, por tanto, el primer encuentro directo para las mercancías, las ideas y de las religiones entre China, Occidente y el sur de Asia. La ciudad de [[Yarkant]], visitada por [[Marco Polo]] en dos ocasiones (en 1271 y en 1275), sigue siendo uno de los enclaves comerciales más importantes de la región autónoma de Xinjiang y uno de los centros musulmanes de mayor importancia en la República Popular China.

Por la Ruta de la Seda no circulaban solamente mercaderes con bienes de todos los reinos, sino también asaltadores, ladrones y pilluelos, por lo que los caminos no eran totalmente seguros. Así, lo peor que les podía pasar, era que por aquellos desfiladeros y glaciares, se despeñara un camello; perdieran al animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como combustible. Y aún era peor, si el camello perdido transportaba comestibles. Casi en el 80 % de la Ruta, no hay árboles; sólo hielo, nieve y glaciares.
Algunas caravanas no llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de asesinos, que para hacerse con las mercancías, no dudaban en matar, y otras veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes, por lo menos. No es de extrañar, que [[Plinio el Viejo]] dijese que la seda china era muy cara (“gastos inmensos”).

Pero junto a mercaderes y matones, la Ruta de la Seda también fue una vía donde el Budismo se extendió por toda Asia. Misioneros budistas de la India llevaron la luz de las enseñanzas del Buda desde la India a [[Taxila]], de Taxila al [[Tíbet]], del Tibet a [[Dunhuang]], donde penetró en China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las [[Universidades Budistas]] de [[Nalanda]], [[Vikramasila]], [[Odantapuri]], [[Vilabhi]] y [[Ratnagiri]], entre otras, circularon también de un reino a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos que viajaban en busca de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tibet, de Dunghuang o al complejo de Monasterios en las [[Grutas de Mogao]], en China. También, monjes de todos los reinos iban de peregrinaje a la India en misiones para encontrar manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas vernaculares de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos de la filosofía budista, la medicina o la astronomía..

Más tarde, con el apogeo del Islam bajo la [[Dinastía de los Omeyas|Dinastía Omeya]] (661-750), que quería controlar las más importantes líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio interrumpida, ahogando el comercio de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el principio del fin.

El aspecto más importante del entramado comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían los comerciantes [[Islam|islámicos]]. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que dejaba este trasiego comercial, no permitieron la entrada de comerciantes europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los elementos que hacían funcionar el sistema. Las [[caravana]]s, procedentes de [[Siria]] y [[Mesopotamia]], cruzaban todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los productos que después venderían -a precios desorbitados- a los comerciantes o intermediarios europeos, para ello, las caravanas hacían uso de una red de albergues llamados [[caravansaray]]s para pernoctar, protegerse y proveerse.

Para el [[mundo islámico]], la Ruta supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituíbles).


== Decadencia ==
== Decadencia ==

Revisión del 16:55 6 may 2009

Visión general de la Ruta de la seda

La Ruta de la seda era una red de rutas comerciales entre Asia y Europa que se extendía desde Chang'an (actualmente Xi'an) en China, Antioquía en Siria y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las puertas de Europa y que llegaba hasta la antigua España en el siglo XV

El término "Ruta de la seda" fue creado por el geógrafo polaco Ferdinand Freiherr von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda,[1]​ en 1877.

Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba en ella, la seda, cuya fabricación era un secreto que sólo los chinos conocían, aunque los romanos se convirtieron en grandes aficionados tras conocer dicho secreto antes del comienzo de nuestra era a través de los partos: éstos organizaron entonces el comercio. Muchos otros productos transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, vidrio, materiales manufacturados coral, etc.

Origen

Mapa del este de Xinjiang con los lugares y cursos originales de la ruta.

Se cuenta que el Emperador Wu de la Dinastía Han decidió en 138 a. C. fraguar alianzas con los reinos del oeste y del noroeste, enemigos de las tribus Xiang-Nu, ya que sufrían una serie de invasiones cada vez más frecuentes, más violentas y menos contenibles, protagonizadas por una serie de tribus nómadas situadas al noroeste de sus fronteras (los Hunos). Tribus cuya superioridad militar era una consecuencia directa del hábil manejo de una caballería fuerte, esbelta y ligera, más apta para la guerra que la china, cuyos caballos eran absolutamente inadecuados para toda actividad que exigiera rapidez de movimientos. Y por tal motivo, encomendó al General Zhang Qian esta misión, otorgándole cien de sus mejores guerreros y presentes de incalculable valor para sellar esta alianza militar y política. Trece años después, habiendo sido hostigado durante diez años por los Hunos, el General Zhang Qian regresa a la Corte Imperial Han con sólo un miembro de la partida. Aunque no había logrado establecer ni una sola de las alianzas militares de su misión, el General Zhang informó a la corte, de la existencia de treinta y seis reinos, verdaderas potencias comerciales, en las fronteras oestes de China. Así, el General Zhang contó de los magníficos caballos de las llanuras del Valle de Ferghana en Asia Central (hoy Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán), mucho más fuertes y veloces que los caballos chinos, con los que la caballería del Imperio Han podría enfrentar a los Hunos en mejores condiciones.

Posteriormente, las misiones diplomáticas y comerciales con los reinos del Valle de Ferghana no lograron garantizar la seguridad ni afianzar el comercio, por lo que China preparó una invasión a gran escala, aunque fue en la segunda embestida en el año 102 a. C. que China logró conquistar todas las tierras entre sus propias fronteras y los Reinos del Valle de Ferghana. Así los chinos no sólo consiguieron asegurarse la importación de los famosos caballos de las estepas, sino que consiguieron establecer sus propios productos en los mercados de estos reinos. Cincuenta años más tarde, cuando Marco Licinio Craso cruzó el Eufrates para conquistar Parthia en el año 53 a. C., se asombró al ver un brillante, suave y maravilloso nuevo tejido. Unas décadas más tarde, las más acaudaladas familias de Roma, estaban maravillados de vestirse con el más preciado tejido: la seda.

El transporte animal era muy habitual en la ruta.

Transporte

Era muy común el uso de animales en la Ruta, especialmente el camello y el elefante. Los antiguos del desierto del Sahara ya habían importado animales domesticados de Ásia entre el 7500 a. C. y el 4000 a. C. Artefactos datados del 5º milenio a.C., encontrados en sitios badarienses de Egipto pré-dinástico indican contacto con lugares distantes, como Siria. Desde o el comienzo del 4º milenio a.C., egipcios antiguos de Maadi importan cerámica y con conceptos de construcción de los Cananeos.

El comercio de Lapislázuli proviene de una única fuente conocida en el mundo antiguo, Badahšan, localizada en el noroeste de Afganistán, localidad distante de las grandes culturas, como la Mesopotámica y Egipcia. A partir del 3º milenio a.C., el comercio de lapislázuli fue extendido hasta Harappa y Mohenjo-daro, ambos en Valle del Indo.

Transporte marítimo

El reciente descubrimiento del navío chino Nanhai I, prueba la existencia de una Ruta Marina de la Seda que se habría originado 200 años antes que la ruta terrestre. Se hacia en barcos, botes, barcas...

Una Enorme Red de Cultura Humana

A pesar de que el Barón von Richthofen bautizara, en 1870, a esta red comercial importantísima como Seidenstrasse, o Ruta de la Seda, es importante aclarar que la seda no era el único bien que se comerciaba a lo largo y ancho de la misma. China importaba, principalmente, oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes, y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos por donde transitaba la ruta y aquellos otros reinos aledaños que tenían sus propias rutas comerciales que engarzaban, en algún punto, con la misma Ruta de la Seda. El Imperio del Centro exportaba, en su mayoría, seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce, laca y hierro.

No era común que los comerciantes atravesaran la Ruta de la Seda en todo su largo y ancho. Los mercaderes intentaban buscar el mejor precio a través de los mercados de su propio territorio o aventurándose en las fronteras de otros reinos, donde vendían sus mercancías, y los compradores, a su vez, extendían los bienes por su propio reino, o llevándolos a las fronteras de los más próximos en busca de mejores beneficios. Este canje, obedeciendo a leyes de mercado, hacía llegar las mercancías y bienes desde Chang'an (actual Xi'an) hasta Antioquía, en Siria, y de allí hasta Constantinopla, donde esperaban los navíos venecianos que llevarían esta inmensa cantidad de bienes y riqueza, no sólo proveniente de China, sino también de todos los reinos asiáticos y medio-orientales.

El eje Roma-Chang'an marcaba el principio y el final de una gran cadena de intercambios cuyos eslabones que enlazaban a Turquía con Siria, a Irak con Persia, al Cáucaso con las fronteras de la India y China; y cuyos centros comerciales, en los que se realizaban las últimas y las primeras transacciones, dependiendo si se avanzaba hacia Changan o hacia el Caspio, eran las ciudades próximas al valle de Fergana (Bukhara, Khiva y Samarkanda) o las situadas en el inhóspito desierto de Takla-Makan, cuyos oasis eran bien conocidos por los conductores de las caravanas; especialmente los de las ciudades de Kashgar, Yarkant y Hotan en las que, por imperativos del clima, estaban obligadas a detenerse durante un período de tiempo siempre incierto.

Comerciantes en la ruta.

Kashgar (la actual Kashi), punto de encuentro de las caravanas procedentes de la India, Afganistán, Tayikistán y Kirguizistán, era el otro extremo de la Ruta de la Seda en el territorio chino y, por tanto, el primer encuentro directo para las mercancías, las ideas y de las religiones entre China, Occidente y el sur de Asia. La ciudad de Yarkant, visitada por Marco Polo en dos ocasiones (en 1271 y en 1275), sigue siendo uno de los enclaves comerciales más importantes de la región autónoma de Xinjiang y uno de los centros musulmanes de mayor importancia en la República Popular China.

Por la Ruta de la Seda no circulaban solamente mercaderes con bienes de todos los reinos, sino también asaltadores, ladrones y pilluelos, por lo que los caminos no eran totalmente seguros. Así, lo peor que les podía pasar, era que por aquellos desfiladeros y glaciares, se despeñara un camello; perdieran al animal y a su preciada carga, y además su estiércol, que utilizaban como combustible. Y aún era peor, si el camello perdido transportaba comestibles. Casi en el 80 % de la Ruta, no hay árboles; sólo hielo, nieve y glaciares. Algunas caravanas no llegaron nunca a su destino. Unas eran asaltadas por bandas feroces de asesinos, que para hacerse con las mercancías, no dudaban en matar, y otras veces, morían los caravaneros víctimas de accidentes o enfermedades. En cada localidad que paraban para descansar, debían proveerse de comida para un mes, por lo menos. No es de extrañar, que Plinio el Viejo dijese que la seda china era muy cara (“gastos inmensos”).

Pero junto a mercaderes y matones, la Ruta de la Seda también fue una vía donde el Budismo se extendió por toda Asia. Misioneros budistas de la India llevaron la luz de las enseñanzas del Buda desde la India a Taxila, de Taxila al Tíbet, del Tibet a Dunhuang, donde penetró en China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las Universidades Budistas de Nalanda, Vikramasila, Odantapuri, Vilabhi y Ratnagiri, entre otras, circularon también de un reino a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos que viajaban en busca de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tibet, de Dunghuang o al complejo de Monasterios en las Grutas de Mogao, en China. También, monjes de todos los reinos iban de peregrinaje a la India en misiones para encontrar manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas vernaculares de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos de la filosofía budista, la medicina o la astronomía..

Más tarde, con el apogeo del Islam bajo la Dinastía Omeya (661-750), que quería controlar las más importantes líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio interrumpida, ahogando el comercio de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el principio del fin.

El aspecto más importante del entramado comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían los comerciantes islámicos. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que dejaba este trasiego comercial, no permitieron la entrada de comerciantes europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los elementos que hacían funcionar el sistema. Las caravanas, procedentes de Siria y Mesopotamia, cruzaban todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los productos que después venderían -a precios desorbitados- a los comerciantes o intermediarios europeos, para ello, las caravanas hacían uso de una red de albergues llamados caravansarays para pernoctar, protegerse y proveerse.

Para el mundo islámico, la Ruta supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituíbles).

Decadencia

Una nueva situación política en China, (la protagonizada por las dinastías Tang, Song, y Yuan, desde el siglo VII hasta mediados del siglo XIV), y una nueva realidad económica y cultural en Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas relaciones entre los dos mundos gracias a las que, junto a las mercancías, empezaron a intercambiarse también las ideas, los conocimientos artísticos, los idiomas y las religiones. Desde entonces las Rutas de la Seda dejaron de ser caminos exclusivos de los comerciantes y de los militares, y empezaron a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales y por monjes de las principales religiones del mundo, que supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu, intercambiarse entre ellos las enseñanzas de Buda, Confucio, Jesucristo y Mahoma.

El viaje de Zhang Qian hacia Europa.

Oriente y Occidente comenzaban así a necesitarse el uno al otro, a pesar de que el enemigo acechaba siempre desde el norte; en esta ocasión, desde Mongolia. Y aunque la intensidad del comercio crecía incesantemente desde el siglo VIII, también crecían en igual o mayor proporción los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos masivos perpetrados por las hordas nómadas del norte; tribus que, después de ser unificadas por Genghis Khan a comienzos del siglo XIII, demostraron que eran invencibles.

Hacia el siglo XV, con el auge de la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, y el apogeo de los Imperios Árabe, Imperio Mongol y Turco (selyúcidas y otomanos, ambos por igual en períodos distintos de tiempo) fue languideciendo lentamente la importancia de la Ruta de la Seda como principal arteria comercial entre oriente y occidente, y algunas de las más florecientes e imponentes ciudades a lo largo de su recorrido, fueron perdiendo importancia e influencia y, olvidados por el mundo exterior, se convirtieron en una vaga sombra de lo que fueron.

Marco Polo

Popularmente se cree que Marco Polo fue teóricamente el primer europeo en transitar la ruta, sin embargo existe la referencia concreta de que al menos Mafío y Nicoló Polo (tío y padre de Marco) habían realizado el viaje por esta antes de invitar a Marco Polo a ser parte de la segunda expedición al khanato de China. En realidad la celebridad de este viajero se debe no a su innovación, sino a la descripción de su viaje y de las maravillas que encontró en su libro "Il Milione" (El Millón), más conocido como "Los viajes de Marco Polo" o Libro de las maravillas.

Referencias

  1. "Approaches Old and New to the Silk Roads" Vadime Eliseeff in: The Silk Roads: Highways of Culture and Commerce. París (1998) UNESCO, Reimpresión: Berghahn Books (2000), pp. 1-2. ISBN 92-3-103652-1; ISBN 1-57181-221-0; ISBN 1-57181-222-9 (pbk)

Véase también

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