Diferencia entre revisiones de «Francisco Javier Clavijero»

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== Votos sacerdotales y enseñanza e investigaciones históricas ==
== Votos sacerdotales y enseñanza e investigaciones históricas ==


Hacia 1755 Clavijero hizo sus votos como jesuita y a partir de entonces se dedicó por completo a actividades ligadas a la docencia y la investigación; estuvo enseñando en el Colegio de San Gregorio, creado al inicio de la colonia para impartir educación y formación cristiana a jóvenes indígenas, allí pasó cinco años durante los cuales, al margen de sus labores docentes, se dedicó a seguirse cultivando.
Hacia 1755, Clavijero fue consagrado sacerdote jesuita y a partir de entonces se dedicó por completo a actividades ligadas a la docencia e investigación, estuvo impartiendo enseñanza en el Colegio de San Gregorio, creado al inicio de la colonia para impartir educación y formación cristiana a jóvenes indígenas, allí pasó cinco años durante los cuales al margen de sus labores docentes se dedicó a seguirse cultivando.


Dice su biógrafo Juan Luis Maneiro: ''En esos cinco años examinó con ojos curiosísimos todos los documentos referentes a esta nación [mexicana], los que, como dijimos antes, se conservaban en gran número en el contiguo Colegio de San Pedro y San Pablo, y con enorme esfuerzo sacó de allí preciosos tesoros que más tarde dio a conocer para el bien público en la historia que dejó a la posteridad''. Sin embargo su paso por el Colegio de San Gregorio no estuvo exento de percances; en una carta fechada el 3 de abril de 1761, el padre Pedro Reales, provisor de la orden, le reclama: ''de haber sacudido enteramente el yugo de la obediencia, respondiendo con un no quiero a lo que se le encarga, como ayer sucedió, o por lo menos esa respuesta se le dio al superior, que a la verdad no sé qué camino tomar para que Vuestra Reverencia se componga y contenga en su deber. Mudanza de lugar es poco remedio, y ninguna satisfacción a la vida y ejemplo que Vuestra Reverencia ha dado, abstrayéndose casi todo del fin único de los que viven en ese Colegio, y entregándose a otros cuidados y estudios que le embargan...''
Dice su biógrafo Juan Luis Maneiro: [...] ''En esos cinco años —añade Maneiro—, examinó con ojos curiosísimos todos los documentos referentes a esta nación [mexicana], los que, como dijimos antes, se conservaban en gran número en el contiguo Colegio de San Pedro y San Pablo, y con enorme esfuerzo sacó de allí preciosos tesoros que más tarde dio a conocer para el bien público en la historia que dejó a la posteridad (...)''. Sin embargo su paso por el Colegio de San Gregorio no estuvo exento de percances, en una carta fechada el 3 de abril de 1761, el padre Pedro Reales provisor de la Orden de la [[Compañía de Jesús]] le reclama: ''de haber sacudido enteramente el yugo de la obediencia, respondiendo con un no quiero a lo que se le encarga, como ayer sucedió, o por lo menos esa respuesta se le dio al superior, que a la verdad no sé qué camino tomar para que Vuestra Reverencia se componga y contenga en su deber. Mudanza de lugar es poco remedio, y ninguna satisfacción a la vida y ejemplo que Vuestra Reverencia ha dado, abstrayéndose casi todo del fin único de los que viven en ese Colegio, y entregándose a otros cuidados y estudios que le embargan (...)''


Queda claro PUES NO, NO QUEDA NADA CLARO: PONGAN LA REFERENCIA que esos "otros cuidados y estudios que le embargan" al padre Clavijero no eran otros que los códices aztecas y libros de la época de la conquista que se guardaban en el colegio vecino, como apreciada herencia de don [[Carlos de Sigüenza y Góngora]] al Colegio de San Pedro y San Pablo. (PUES NO QUEDA NADA CLARO, CON LA PENA). ''Clavijero —dice Maneiro en su biografía— siguió a Sigüenza como ejemplo en sus investigaciones y, viendo aquellos volúmenes, se llenó de sumo placer por razón de la sincera benevolencia con que amaba a los indios. Y no dejaba de admirar el pulido papel de los antiguos indígenas antes de serles conocida la cultura europea. En cuanto a aquellas inscripciones jeroglíficas, siempre las retuvo en su memoria y nunca cesó de entregarse a admirables esfuerzos con el fin de comprenderlas...''
Queda claro lo que eran esos "otros cuidados y estudios que le embargan" al padre Clavijero, no eran otros que los códices aztecas y libros de la época de la conquista que se guardaban en el colegio vecino, como apreciada herencia de don [[Carlos de Sigüenza y Góngora]] al Colegio de San Pedro y San Pablo. ''Clavijero —dice Maneiro en su biografía— siguió a Sigüenza como ejemplo en sus investigaciones y, viendo aquellos volúmenes, se llenó de sumo placer por razón de la sincera benevolencia con que amaba a los indios. Y no dejaba de admirar el pulido papel de los antiguos indígenas antes de serles conocida la cultura europea. En cuanto a aquellas inscripciones jeroglíficas, siempre las retuvo en su memoria y nunca cesó de entregarse a admirables esfuerzos con el fin de comprenderlas...''


Es probable que como resultado de la amonestación del padre Pedro Reales, provisor de la orden, el padre Clavijero fue enviado de la ciudad de [[Puebla de Zaragoza|Puebla]], al Colegio de San Javier en Tepotzotlán, dedicado a la formación de jóvenes indígenas, lugar donde pasó tres años. En 1764 sus superiores le trasladaron a Valladolid (hoy [[Morelia]]) para hacerse cargo de la asignatura de filosofía en el seminario mayor de la localidad. La buena labor desarrollada le valió ser enviado a la ciudad de [[Guadalajara (Jalisco)|Guadalajara]], una población más importante que sus dos anteriores destinos, donde también le fue encargada la cátedra de filosofía. Fue allí donde redactó y concluyó su tratado ''De Physica Particularis'', que junto con ''Cursus Philosophicus'' revela su pensamiento filosófico-científico.
Es probable que como resultado de la amonestación del padre Pedro Reales previsor de la Orden, el padre Clavijero fue enviado a la ciudad de [[Puebla de Zaragoza|Puebla]] al Colegio de San Javier en Tepotzotlán, dedicado a la formación de jóvenes indígenas, lugar donde pasó tres años. En 1764 sus superiores le trasladaron a Valladolid (hoy [[Morelia]]) para hacerse cargo de la asignatura de filosofía en el seminario mayor de la localidad. La buena labor desarrollada le valió para se enviado a la ciudad de [[Guadalajara (Jalisco)|Guadalajara]] una población más importante que sus dos anteriores destinos, en donde también le fue encargada la cátedra de filosofía. Es allí en donde redactó y concluyó su tratado de ''Physica Particularis'' que junto con ''Cursus Philosophicus'' revelan su pensamiento filosófico-científico.


== La expulsión de los jesuitas ==
== La expulsión de los jesuitas ==

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Francisco Javier Clavijero S.J.

Francisco Xavier Clavijero (su nombre puede también encontrarse escrito con Javier en lugar de Xavier o Clavigero en lugar de Clavijero, y en su forma italianizada Francisco Saverio Clavigero o Clavijero) fue un historiador y religioso mexicano (o, con más precisión, novohispano). Fue hijo de padre español y madre criolla; nació en el Puerto de Veracruz (México) el 9 de septiembre de 1731; murió en Bolonia Italia el 2 de abril de 1787.

Su padre trabajaba para el gobierno de la corona española por lo que la familia se trasladaba de una población a otra constantemente, y casi siempre en regiones con fuerte presencia indígena, así fue como desde niño aprendió la lengua náhuatl, lengua que le serviría más tarde, cuando se convirtió en maestro misionero e historiador. Vivió la familia en Teziutlán Puebla, y más tarde en Jamiltepec Oaxaca, en la región Mixteca del estado.

Escribe su biógrafo Juan Luis Maneiro: tuvo desde pequeñuelo ocasión oportuna de tratar íntimamente con gentes indígenas, de conocer a fondo sus costumbres y naturaleza, y de investigar con suma atención cuanto de especial produce aquella tierra, fueran plantas, animales o minerales. Por su parte los indígenas no habían elevado monte, ni cueva oscura, ni ameno valle, ni fuente, ni arroyuelo, ni otro lugar que atrajera la curiosidad, a donde no llevaran al niño para agradarlo (...)

Sus estudios

Sus primeros estudios los efectuó en la ciudad de Puebla. Allí asistió al colegio de San Jerónimo, donde estudió gramática, y luego al centro jesuita de San Ignacio, donde inició sus estudios de filosofía, latín y teología. Al terminar sus estudios sintió vocación por el sacerdocio e ingresó en el seminario de Puebla, en donde estuvo muy breve tiempo, pues decidió convertirse en sacerdote jesuita, por lo que en febrero de 1748 se trasladó al colegio que esa orden tenía en Tepotzotlan. Allí perfeccionó sus conocimientos de latín, y aprendió griego clásico, francés, portugués, italiano, alemán e inglés.

Su poliglotía le permitió dedicarse a estudiar distintas culturas, estudios que le servirían más tarde. En 1751 fue enviado de regreso a Puebla, donde se dedicó a profundizar en el estudio de la filosofía. Entre sus lecturas de aquella época están Descartes, Newton, Leibniz y muchos otros. Así surgió el interés que siempre tuvo por la filosofía y el pensamiento crítico modernos, que lo llevaría a plantear la necesidad de transformar los estudios científicos y filosóficos que se impartían en el ambiente colonial de su tiempo.

A continuación fue enviado a la Ciudad de México para que completara su formación teológica y filosófica en el Colegio de San Pedro y San Pablo. Allí convivió con estudiantes de la talla de José Rafael Campoy, Andrés Cavo, Francisco Javier Alegre, Juan Luis Maneiro, Pedro José Márquez y otros más que han sido llamados "los humanistas mexicanos del siglo XVIII". En ese tiempo, cuando aún no había concluido sus estudios, se dedicó a la docencia por algún tiempo, y fue prefecto del Colegio de San Ildefonso. Tiempo después sus superiores le encomendaron la cátedra de retórica en el Seminario Mayor de los jesuitas; nombramiento excepcional, puesto que Clavijero todavía no había sido ungido sacerdote.Aquí mismo (en México) se trasladó a Xalapa Veracruz fundando la escuela Instituto Francisco Xavier Clavijero.En el año de 1855 la escuela pereció ante un temblor, pero, en 1963 la escuela fue reconstruida. Hoy en día la escuela es secundaria y bachiderato (1963-2008)

Votos sacerdotales y enseñanza e investigaciones históricas

Hacia 1755, Clavijero fue consagrado sacerdote jesuita y a partir de entonces se dedicó por completo a actividades ligadas a la docencia e investigación, estuvo impartiendo enseñanza en el Colegio de San Gregorio, creado al inicio de la colonia para impartir educación y formación cristiana a jóvenes indígenas, allí pasó cinco años durante los cuales al margen de sus labores docentes se dedicó a seguirse cultivando.

Dice su biógrafo Juan Luis Maneiro: [...] En esos cinco años —añade Maneiro—, examinó con ojos curiosísimos todos los documentos referentes a esta nación [mexicana], los que, como dijimos antes, se conservaban en gran número en el contiguo Colegio de San Pedro y San Pablo, y con enorme esfuerzo sacó de allí preciosos tesoros que más tarde dio a conocer para el bien público en la historia que dejó a la posteridad (...). Sin embargo su paso por el Colegio de San Gregorio no estuvo exento de percances, en una carta fechada el 3 de abril de 1761, el padre Pedro Reales provisor de la Orden de la Compañía de Jesús le reclama: de haber sacudido enteramente el yugo de la obediencia, respondiendo con un no quiero a lo que se le encarga, como ayer sucedió, o por lo menos esa respuesta se le dio al superior, que a la verdad no sé qué camino tomar para que Vuestra Reverencia se componga y contenga en su deber. Mudanza de lugar es poco remedio, y ninguna satisfacción a la vida y ejemplo que Vuestra Reverencia ha dado, abstrayéndose casi todo del fin único de los que viven en ese Colegio, y entregándose a otros cuidados y estudios que le embargan (...)

Queda claro lo que eran esos "otros cuidados y estudios que le embargan" al padre Clavijero, no eran otros que los códices aztecas y libros de la época de la conquista que se guardaban en el colegio vecino, como apreciada herencia de don Carlos de Sigüenza y Góngora al Colegio de San Pedro y San Pablo. Clavijero —dice Maneiro en su biografía— siguió a Sigüenza como ejemplo en sus investigaciones y, viendo aquellos volúmenes, se llenó de sumo placer por razón de la sincera benevolencia con que amaba a los indios. Y no dejaba de admirar el pulido papel de los antiguos indígenas antes de serles conocida la cultura europea. En cuanto a aquellas inscripciones jeroglíficas, siempre las retuvo en su memoria y nunca cesó de entregarse a admirables esfuerzos con el fin de comprenderlas...

Es probable que como resultado de la amonestación del padre Pedro Reales previsor de la Orden, el padre Clavijero fue enviado a la ciudad de Puebla al Colegio de San Javier en Tepotzotlán, dedicado a la formación de jóvenes indígenas, lugar donde pasó tres años. En 1764 sus superiores le trasladaron a Valladolid (hoy Morelia) para hacerse cargo de la asignatura de filosofía en el seminario mayor de la localidad. La buena labor desarrollada le valió para se enviado a la ciudad de Guadalajara una población más importante que sus dos anteriores destinos, en donde también le fue encargada la cátedra de filosofía. Es allí en donde redactó y concluyó su tratado de Physica Particularis que junto con Cursus Philosophicus revelan su pensamiento filosófico-científico.

La expulsión de los jesuitas

La Compañía de Jesús, influyente y poderosa también tenía sus detractores y enemigos, a raíz de acusaciones y traiciones fue expulsada de los dominios españoles en 1767, los misioneros jesuitas trabajaron en forma pacífica casi desde la fundación de la Orden en la Nueva España, hasta que en febrero de 1768 les llegó a orden de expulsión decretada por Carlos III de España.

Expulsados los jesuitas, Clavijero embarcó rumbo a Italia donde viviría el resto de su vida, al llegar vivió un tiempo en Ferrara Italia y finalmente se radicó en Bolonia Italia donde moriría.

Historia Antigua de México (1780)

Al trasladarse a Italia el padre Clavijero al fin tuvo todo el tiempo para dedicarse a sus investigaciones históricas y aun cuando le faltaban los códices aztecas, libros de consulta y libros de los primeros cronistas españoles que había estudiado, guardaba en su memoria la información necesaria como para escribir la obra que siempre había acariciado, La Historia Antigua de México. Por esos días llegó a sus manos un libro titulado Investigaciones filosóficas sobre los americanos y escrito por un autor prusiano llamado Cornelius Paw. Ese libro le reveló a Clavijero la ignorancia que tenían en Europa sobre la naturaleza y cultura americana y lo animó a iniciar sus obras para mostrar la verdad de la historia de los mexicanos.

Durante varios años trabajó en su Historia Antigua de México, ya consultando las bibliotecas italianas que tenían libros sobre el tema, ya enviando correspondencia a sus amistades en México para que consultaran las obras allí guardadas y le enviaran notas sobre tal o cual libro o códice. Finalmente pudo comunicar a sus amistades que había concluido la obra compuesta por 10 tomos en los que narraba la realidad cultural del México de antes de la conquista española. Originalmente la obra fue escrita en idioma español, sin embargo el padre Clavijero la tradujo al italiano con ayuda de amistades que eran hablantes nativos de ese idioma para pulir el lenguaje antes de mandarla imprimir, así fue como en 1780 salió la obra a la luz y rápidamente fue recibida por los estudiosos de la época con gran satisfacción al grado que no pasó mucho tiempo antes que fuera traducida el inglés y al alemán. Habrían de pasar muchos años antes que la obra fuese publicada en el idioma original en que fue redactada, el idioma español. Además, la primera edición en español, publicada en Londres en 1824, fue una traducción de la versión italiana, realizada por el español José Joaquín de Mora.[1]

Su obra

El padre Francisco Javier Clavijero, además de haber sido religioso, historiador, docente y naturalista se dio tiempo para escribir aparte de la obra monumental en la que compone la historia de los mexicanos, los siguientes libros o ensayos:

  • Un ensayo titulado Physica particularis.
  • Una disertación titulada Cursus philosophicus
  • Un ensayo titulado Frutos en que comercia o puede comerciar la Nueva España.
  • Infinidad de cartas, ensayos y disertaciones sobre la cultura mexicana, sobre ciencias naturales, sobre filosofía y otros temas.

El padre Francisco Javier Clavijero falleció en Bolonia el día 2 de abril de 1787 a las cuatro de la tarde, tenía al morir 56 años de edad. No vivió lo suficiente para ver publicada su Historia de la Antigua o Baja California, historia que escribió apoyándose en las cartas y escritos de misioneros jesuitas que evangelizaron la península de Baja California ya que el padre Clavijero jamás visitó esas tierras.

El 5 de agosto de 1970 los restos del padre Clavijero fueron repatriados, llegaron a su natal Veracruz donde fue recibido con todos los honores debidos al ilustre hijo ausente. En la actualidad descansa en Rotonda de las Personas Ilustres en el panteón Dolores de la Ciudad de México.

Escuelas, bibliotecas, jardines botánicos, avenidas y parques le han sido dedicados a su memoria a lo largo y ancho de la república mexicana.


La sincera posteridad juzgará, por las obras que dejó, cuán grande haya sido Clavijero
Padre Juan Luis Maneiro; amigo, condiscípulo y biógrafo

Enlaces externos

Notas

  1. * Arróniz, Marcos (1857). Manual de biografía mejicana ó Galería de hombres célebres de Méjico. París, librería de Rosa, Bouret y Cia.  p. 123 Puede consultarse o descargarse en formato PDF en Google books