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'''Agustín ''Gringo'' Tosco''' ([[Coronel Moldes (Córdoba)|Coronel Moldes]], [[Departamento Río Cuarto|Río Cuarto]], [[provincia de Córdoba (Argentina)|provincia de Córdoba]], [[22 de mayo]] de [[1930]] – [[4 de noviembre]] de [[1975]]) fue un [[sindicato|dirigente sindical]] [[argentino]], miembro del [[Partido Comunista de la Argentina|Partido Comunista]] y de la [[CGT de los Argentinos]] y uno de los principales actores del ''[[Cordobazo]]''.
'''Agustín ''Gringo'' Tosco''' ([[Coronel Moldes (Córdoba)|Coronel Moldes]], [[Departamento Río Cuarto|Río Cuarto]], [[provincia de Córdoba (Argentina)|provincia de Córdoba]], [[22 de mayo]] de [[1930]] – [[4 de noviembre]] de [[1975]]) fue un [[sindicato|dirigente sindical]] [[argentino]], miembro de la [[CGT de los Argentinos]] y uno de los principales actores del ''[[Cordobazo]]''.


== Infancia y juventud ==
== Infancia y juventud ==

Revisión del 19:42 8 jun 2009

Agustín Tosco

Agustín Gringo Tosco (Coronel Moldes, Río Cuarto, provincia de Córdoba, 22 de mayo de 19304 de noviembre de 1975) fue un dirigente sindical argentino, miembro de la CGT de los Argentinos y uno de los principales actores del Cordobazo.

Infancia y juventud

Su infancia transcurre en un ámbito rural, dado que sus padres eran emigrantes campesinos oriundos del Piamonte. El piamontés era el idioma utilizado en el ámbito familiar, lo que significó no pocos problemas al tener que concurrir "el gringo" a la escuela.

El carácter tímido del niño lo lleva a dedicarse afanosamente a la lectura, lo que le brinda un conocimiento singular.

Sin embargo lo mencionado es en el transcurso de sus años escolares donde ya se muestra el empuje y disciplina del "gringo", pues sus biógrafos recuerdan que al final de su educación secundaria (cursada en la escuela Presidente Roca, entonces llamada Escuela del Trabajo), habiendo logrado notoriamente superar su timidez y su manejo del idioma, se le encomienda hablar en el cierre del ciclo escolar en su carácter de presidente del centro de alumnos y realiza una dura crítica al funcionamiento de la escuela, negándose incluso a recibir el diploma de parte del director entre las ovaciones de sus compañeros.

Signado así su derrotero, Tosco asigna una enorme importancia a la búsqueda de la autosuperación, siendo una de sus más célebres frases que "las victorias más importantes y valiosas son las que se obtienen sobre las propias debilidades".

Terminada la escuela secundaria se inscribe en la Universidad Tecnológica, en la cual estudia para electrotécnico a la vez que trabaja en la empresa provincial EPEC. Sin embargo el servicio militar obligatorio retrasa sus estudios y luego decide abandonarlos cerca del final para dedicarse de lleno a su actividad sindical.

Durante esta toda esta etapa desarrolla su afición por la lectura, en su propia casa, con piso de tierra y aún sin luz eléctrica, se había construido una pequeña biblioteca "precaria pero accesible".

Hasta su juventud una de las lecturas que más disfrutaba era la de José Ingenieros "que, aunque positivista, enseñaba cosas", dedicándose posteriormente a la lectura de análisis sobre la situación de la clase obrera y ensayos de autores marxistas.

Carrera sindical

En 1949 consiguió incorporase a la empresa de energía provincial EPEC (por entonces llamada SPEC) como ayudante electricista en el taller electromecánico, sección baterías, iniciando también entonces su actuación en el gremio de Luz y Fuerza.

Su ya reputada capacidad oratoria y su militancia disciplinada le confieren ser elegido subdelegado a los 19 años y delegado a los 20.

Cuando tenía 20 años Perón llegaba al poder, ganando las elecciones a la Unión Democrática; Tosco manifestó entonces su simpatía "al movimiento que levantaba un eslogan contra Braden"; sin embargo en reiterados discursos posteriores se definió explícitamente como marxista, esto, sumado a su concepción de integración de la clase más allá de los rótulos políticos, llevó a la confusión de que, mientras algunos lo sindicaban como peronista otros lo tildaban de antiperonista. Cuestión entendible en un país polarizado en aquel momento y en la historiografía inmediata posterior por la figura de Perón.

En 1952 es electo secretario del cuerpo de delegados de Luz y Fuerza de Córdoba, en 1953 gana las elecciones para la conducción del gremio en la provincia y en 1954 es elegido secretario gremial del secretariado nacional de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf). Siendo relevado de su cargo por la intervención militar.

Terminada la intervención militar del gremio Tosco integra el Congreso Normalizador del mismo y es elegido nuevamente como secretario general en Córdoba y miembro del Fatlyf, renunciando dos años después a esta última por desacuerdos con la burocracia sindical.

En 1972, estando aún preso del gobierno militar es nuevamente elegido dirigente del gremio y secretario adjunto de la delegación regional.

En 1973, en vísperas de la tercera elección de Perón el PRT le ofrece llevarlo en una candidatura a Presidente de la Nación para disputarle a aquél el ascendiente sobre las masas, sin embargo Tosco declina el ofrecimiento argumentando que ello podría dividir a la izquierda, atento a los distintos programas del PRT y el PC, partidos con los que tenía relaciones.[1]

Pensamiento

Marxismo heterodoxo

El gringo se definía como marxista independiente, aunque poseía vínculos con el PC y sobre todo con el ERP (participando Tosco incluso de los discursos de apertura de las reuniones del FAS, Frente Antiimperialista por el Socialismo y a serle propuesta la candidatura a la presidencia de la nación por este organismo a iniciativa del PRT). Sin embargo el gringo nunca se afilió a partido alguno, y sostenía ciertos matices que lo diferenciaban de los dos grupos mencionados, como se verá a continuación.

Antiimperialista, antipatronal y antiburócrata

Los fundamentos clasistas de Tosco llevaban a criticar los principios que entonces postulaban los principales referentes del peronismo, consistentes en una alianza de clases con el objetivo de desarrollar la burguesía nacional. La alianza con la burguesía nacional estaba también en línea con la concepción etapista promovida por la Internacional Comunista y sostenida en Argentina por el PC.

Las observaciones del gringo a dichas posturas podrían ordenarse en dos grandes grupos.

Por un lado, para Tosco un país dependiente no podía desarrollar sin tope su burguesía nacional, puesto que en un contexto imperialista las grandes multinacionales y los monopolios marcaban el ritmo de la economía mundial, imposibilitando a los países dependientes un desarrollo capitalista al margen del contexto económico global.

Por otro lado veía el desarrollo de una burguesía nacional como un mero "cambio de monopolios" que no lograría una mejora sustancial del estado de la clase trabajadora en el país. Citaba como ejemplo de ello al Brasil, país que por entonces iniciaba una fase de crecimiento acelerado del PBI sin lograr por ello una mejora de las condiciones de sus obreros. "Nosotros no creemos que la política de la liberación pase por la política de la sustitución de los monopolios. Si bien hay contradicciones interburguesas, intermonopolistas, interimperialistas, hay a su vez un entrelazamiento que es el que va a condicionar permanentemente nuestra economía.".[2]

En general, las críticas de Tosco a la postura de "Frente Popular" se encuentran en sintonía con la crítica que hiciera Mariátegui a los principios del APRA en los años `30.

El uso de la violencia

El carácter de dirigente de masas de Tosco lo lleva a no optar por la vía de la lucha armada.

Sin embargo, en una entrevista dice Tosco de ella: "Mi opinión sobre la violencia es la misma que ha sido definida por la reunión del Episcopado Latinoamericano en Medellín. Latinoamérica sufre de una violencia institucionalizada que oprime al hombre, lo frustra e impide su realización al mínimo nivel de la dignidad humana. Esta violencia ha engendrado su respuesta que en muchos casos corresponde -como dice Medellín- a una legítima defensa".[3]

La tarea del sindicato clasista

Tosco consideraba que nada ni nadie podía sustituir a las asambleas, ellas eran superiores a los cuerpos directivos, y que la lucha no debía darse únicamente por las condiciones salariales. Podría calificarse a su ideología como antiimperialista, antipatronal y antiburócrata.

Su lucha contra la burocracia sindical era constante. Uno de sus enemigos más famosos fue José Ignacio Rucci. Tosco declaró sobre este lo siguiente: "Rucci y sus discípulos son prisioneros por sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les presta el aparato policial; presos de una cárcel de la que jamás podrán salir: la de la claudicación, indignidad y participacionismo". Tosco y Rucci tuvieron varios cruces mediáticos, siendo uno de estos considerados antológicos en los anales sindicales argentinos.

Además de la lucha sindical particular de su sindicato participó dentro de la lucha contra la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía.

Su participación en el Cordobazo

El 29 de mayo de 1969, en la ciudad de Córdoba, se produjo una rebelión popular en contra de la dictadura de Onganía. Participaron obreros y estudiantes en su mayoría, que se enfrentaron al aparato represivo de sectores del ejército. Tras el Cordobazo, fue condenado a ocho años de prisión por un tribunal militar, recuperó la libertad a los diecisiete meses. El Cordobazo marcó un hito porque significó la pérdida de autoridad del gobierno de Onganía, y aceleró su decadencia.

Del Cordobazo, Tosco dijo que "fue una rebelión obrera y popular (...) surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial del Cordobazo es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos por sus convicciones salen a la calle a luchar".

Tras el Cordobazo

Al salir de prisión, Tosco regresa a Córdoba, en donde manifiesta que se aliaría sólo con los peronistas surgidos de la base, pero no con la derecha sindical, a quién seguiría denunciando, en especial, al ya mencionado Rucci.

Tras la victoria del peronismo en el año 1973, Tosco comienza a ser perseguido. En 1974, debió pasar a la clandestinidad al ser intervenido el sindicato de Luz y Fuerza. Un tiempo después sufre una enfermedad, pero es imposible que lo internen en los hospitales, porque sería ejecutado cuando se conociera en donde se encontraba.

Agustín Tosco murió a los 45 años, el 5 de noviembre de 1975, y a su entierro concurrieron miles de personas, pese a las amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina de López Rega. Durante su entierro, el gobierno reprimió violentamente a quienes participaron del mismo

Videos

  • El CordobazoVoces e imágenes. Transmisión de radio y breves declaraciones de Agustín Tosco.
  • "Tosco - grito de piedra", de Adrián Jaime.

Referencias

  1. Lecciones de batalla. Una historia personal de los ’70. Buenos Aires, Ediciones Razón y Revolución, 2006, pp.83-84
  2. Recopilación de entrevistas a Tosco en: Semanario "Nuestra Propuesta"
  3. Recopilación de escritos, discursos y entrevistas en "la fogata digital"

Bibliografía

  • Argenpress, Frente a Frente: Agustín Tosco y José Ignacio Rucci[1].
  • Bayer, Osvaldo. El gringo Tosco. Página/12, 4 de noviembre de 2005. [2]
  • Cena, Juan Carlos; González Bazán, Elena Luz. Agustín, el Gringo, Tosco. Argenpress. [3]
  • Tosco, Agustín. El Cordobazo
  • Revista: "Militancia Peronista para la Liberación", 1972 a 1974

Enlaces externos