Palsa

Vista oblicua de un grupo de palsas bien desarrolladas.

The Storflaket peat bog near Abisko in northern Sweden is a permafrost plateau. It shows some signs of collapse such as cracks at its borders

Una palsa es un monticulo de turba que sobresale de un humedal con un núcleo de permafrost que abarca turba y ocasionamente limo. Las palsas se desarrollan típicamente en lugares de alta humedad y con permafrost discontinuo, aunque se han obsevado palsas en zonas de permafrost continuo. En la actualidad existen palsas en Alaska, Canada, Islandia, Fenoscandia y Siberia.​ Al norte del lago Fagnano, en la Isla Grande de Tierra del Fuego se han hallado restos de palsas que se existieron durante la última glaciación.​ Varias palsas pueden formar mesetas de permafrost si forman esctructuras coalescentes. La palabra palsa viene del las lenguas sami y refiere a monticulos en humedales.​

Desarrollo

Las palsas evolucionan de manera dinámica y a menudo cíclica. Los principales factores que contribuyen a la formación de palsas son la profundidad de la nieve en invierno, la vegetación e hidrología. Las palsas suelen nacer en tuberas de sphagnum donde la falta de arboles y arbustos impide la accumulación de nieve durante invierno. Al tener una cubierta de nieve que no es es lo suficientemente gruesa para aislar efectivamente el suelo el frío penetra facilmente la turbera llegando a congelarse hasta profundidades mayores que en los bosques o matorrales aledaños. Durante el verano siguente la parte superior del la turbera se descongela mientras que más abajo permanece congelada. Así las palsas crecen anualmente y el permafrost puede llegar a al suelo mineral o a formar lentes de hielo segregado. El crecimiento de las palsas termina cuando producto de la continua elevación los musgos que forman su cubierta se agrietan. Las grietas permiten que pedazos de turba se desprendan y caigan como bloques o se deslicen lentamente cuesta abajo. Al eleverase las palsas tambien empiezan a actuar como barreras que acumulan nieve detras y adelante, lo que impide que la helada penetre efectivamente el suelo y además puede proteger una vegetación de arbustos. La aparición de rastreras y arbustos se ve también facilitado por las grietas que proveen protección contra las ventiscas de invierno. Finalmente la desestabilización se las palsas se pruduce por la nieve acumulada por su relieve y los arbustos aparte de el desprendimiento de bloques. Tras de si las palsas dejan depreciones más o menos circulares.