Diferencia entre revisiones de «Muro de carga»

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== Tabiques y muros de carga en la edificación ==
== Tabiques y muros de carga en la edificación ==
Los muros portantes soportan los forjados de los edificios. Por este motivo, en los edificios que emplean muros de carga, éstos se sitúan en al menos dos de las fachadas, lugar donde, dado su mayor grosor, son además particularmente adecuados como barrera térmica y acústica. De existir más muros de carga, éstos se dispondrán paralelos a los de fachada. Es relativamente fácil distinguirlos de los tabiques no estructurales por su mayor grosor.
Los muros portantes soportan los forjados de los edificios. Por este motivo, en los edificios que emplean muros de carga, éstos se sitúan en al menos dos de las fachadas, lugar donde, dado su mayor grosor, son además particularmente adecuados como barrera térmica y acústica. De existir más muros de carga, éstos se dispondrán paralelos a los de fachada. Es relativamente fácil distinguirlos de los tabiques no estructurales por su mayor grosor.
Sin embargo, en edificios mal construidos, especialmente si son antiguos, no es inusual que la estructura se deforme y se asiente, terminando por apoyar en la tabiquería interior, con lo que ésta pasa a formar parte activa de la estructura. Por este motivo, derribar tabiques en este tipo de edificios puede generar patologías en forma de grietas y filtraciones. ... =D
Sin embargo, en edificios mal construidos, especialmente si son antiguos, no es inusual que la estructura se deforme y se asiente, terminando por apoyar en la tabiquería interior, con lo que ésta pasa a formar parte activa de la estructura. Por este motivo, derribar tabiques en este tipo de edificios puede generar patologías en forma de grietas y filtraciones.


== Véase también ==
== Véase también ==

Revisión del 16:26 19 jul 2009

Se denominan muros portantes o muros de carga a las paredes de una edificación que poseen función estructural; es decir, aquellas que soportan otros elementos del edificio, como los forjados o la cubierta.

Cuando los muros soportan cargas horizontales, como las cargas del terreno, se denominan muros de contención

Historia

Aunque sin duda en la antigüedad se construyeron muchos tipos de muros de carga, los más antiguos que se conservan son de piedra. Se tiene constancia de la existencia de precursores del hormigón desde tiempos de los egipcios,[1]​ pero fueron los romanos los que impulsaron este material con la técnica del Emplectum, consistente en crear dos hojas exteriores de sillares de piedra, rellenas de un mortero de cal con arena y cascotes.[2]​ Esta estrategia constructiva se ha repetido con ligeras variantes (como el muro Dacio), a lo largo de la historia.

En los lugares donde la piedra escaseaba o era excesivamente costoso conseguirla, ésta se sustituyó por el barro en forma de adobe; un ladrillo de barro secado al sol. Asimismo, se puede establecer un paralelismo entre el emplectum y el tapial, una forma de construcción consistente en aprisionar barro entre dos placas o encofrados de madera, y compactarlo en sucesivas tongadas mediante mazos o pisones. Una vez se terminaba una hilada de tapiales, se colocaban el encofrado encima, y se repetía la operación. Con estas técnicas de tapial y adobe se lograron erigir edificios de hasta 6 alturas, algunos de los cuales perviven hoy día en Yemen.

Pero el material más empleado para realizar muros de carga es el ladrillo: una evolución del adobe cuya diferencia estriba en el proceso de cocción, que le confiere mayor resistencia y durabilidad. El ladrillo empleado en muros de carga suele ser macizo, aunque no es inusual encontrar muros de carga de ladrillo perforado o incluso hueco en viviendas de una o dos alturas. Una variante del muro de carga de ladrillo es el realizado con bloque de hormigón, si bien no es posible alcanzar grandes alturas por este método.

Al igual que en las épocas anteriores, también existe un reflejo del emplectum romano en el empleo actual del hormigón en masa, donde, como sucediera en el tapial, el hormigón se confina mediante encofrados hasta que éste fragua y adquiere dureza. La aparición del acero, capaz de soportar las tensiones de tracción, posibilitó la aparición del hormigón armado y de las estructuras metálicas, que modificaron profundamente la forma de construir, dejando obsoletos los muros de carga. En la actualidad, estos muros sólo se emplean como muros de contención de terreno en obras públicas y en sótanos, siendo el resto de la estructura una combinación de vigas y pilares, por lo que los muros rara vez adquieren funciones portantes o estructurales, y su único propósito es el de compartimentar o aislar los espacios.

Cimentación

Puesto que la función de los muros portantes es transmitir las cargas al terreno, es necesario que estos muros estén dotados de cimentación, un ensanchamiento del muro al contacto con el terreno que evita que el muro "punzone" o se clave en el terreno. La cimentación de los muros de carga adopta la forma de zapata lineal o zapata corrida.

Huecos en muros de carga

Por su naturaleza, los muros son superficies continuas. Sin embargo, es necesario practicar aberturas en ellos en forma de ventanas o puertas, para iluminar, ventilar o comunicar las estancias interiores. Para ello se utilizan dos métodos: el dintel, o el arco.

Dintel

El dintel es una pequeña viga que se coloca encima del hueco para desviar las cargas del muro hacia los laterales. Como todas las vigas, funciona a flexión, por lo que precisa materiales que trabajen bien tanto a compresión como a tracción. Hasta mediados del siglo XIX, con el desarrollo del acero, el único material disponible que reunía estas características era la madera, motivo por el cual los edificios anteriores a esa fecha no pudieron realizar grandes huecos en los muros de carga sin recurrir a los arcos.

Arco

Otra manera de desviar las cargas del muro hacia los lados del hueco es utilizar el arco. En esta técnica, el material trabaja fundamentalmente a compresión; un tipo de esfuerzo apropiado para la piedra y el ladrillo. De este modo, se consiguieron antiguamente grandes huecos en los edificios, como los vitrales de las catedrales góticas.

Existen no obstante otros dos métodos para abrir huecos en muros, ambos híbridos entre el arco y el dintel: el arco de descarga, y la falsa bóveda, como la empleada en las Pirámides de Egipto.

Tabiques y muros de carga en la edificación

Los muros portantes soportan los forjados de los edificios. Por este motivo, en los edificios que emplean muros de carga, éstos se sitúan en al menos dos de las fachadas, lugar donde, dado su mayor grosor, son además particularmente adecuados como barrera térmica y acústica. De existir más muros de carga, éstos se dispondrán paralelos a los de fachada. Es relativamente fácil distinguirlos de los tabiques no estructurales por su mayor grosor. Sin embargo, en edificios mal construidos, especialmente si son antiguos, no es inusual que la estructura se deforme y se asiente, terminando por apoyar en la tabiquería interior, con lo que ésta pasa a formar parte activa de la estructura. Por este motivo, derribar tabiques en este tipo de edificios puede generar patologías en forma de grietas y filtraciones.

Véase también

Referencias

  1. «Historia del Hormigón». Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  2. «Arquitectura antigua y moderna». Consultado el 22 de octubre de 2008.