Diferencia entre revisiones de «Piedra de Rosetta»

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{{cita|Bajo el reinado del joven, que recibió la soberanía de su padre, señor de las insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipto, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la [[Heb Sed|Fiesta de los Treinta Años]], igual que [[Hefaistos]] el Grande, un rey como el Sol, gran rey sobre el Alto y el Bajo País, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de [[Zeus]], hijo del Sol, Ptolomeo, viviendo por siempre, amado de [[Ptah]]. En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Evergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Evergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos (o el 18 de Mejir de los egipcios).}}
{{cita|Bajo el reinado del joven, que recibió la soberanía de su padre, señor de las insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipto, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la [[Heb Sed|Fiesta de los Treinta Años]], igual que [[Hefaistos]] el Grande, un rey como el Sol, gran rey sobre el Alto y el Bajo País, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de [[Zeus]], hijo del Sol, Ptolomeo, viviendo por siempre, amado de [[Ptah]]. En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Evergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Evergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos (o el 18 de Mejir de los egipcios).}}


PIEDRA DE LA VERDAD SUPREMA

El grupo avanzaba torpemente dentro de la gruta. Pese a lo bien equipados no podían evitar chocar aquí y allá con algún saliente de la roca o resbalar en el fango del piso. Pero a pesar de lo apremiante de la situación el grupo estaba determinado y avanzaba resuelto en busca de su tesoro.
De tanto en tanto descansaban para intentar recuperar el aliento, a pesar de lo sofocante de la atmósfera, y para rever los mapas.
Los mapas…
Habían sido encontrados en un bazar en Bombay en un jarrón ming rescatado de algún naufragio o botín de algún pirata. En su interior fueron descubiertos un manojo de cueros de jack pintados con caracteres mongoles.
El primer mapa describía el periplo de un príncipe desterrado desde la frontera del desierto del Gobi hacia el Nepal. De hecho y salvo por este último detalle no revestía mayor importancia.
El segundo mapa mostraba el acceso al monasterio y la entrada a la gruta que éste ocultaba, por lo tanto su información era preciosa.
El tercer mapa describía con detalles milimétricos el camino en el interior de la gruta y anunciaba un tesoro, el cual estaba descrito como un sutra y para poder descifrarlo fue necesario consultar a un experto en budismo, el cual fue muy sincero:
-Este mapa describe el camino hacia un gran tesoro. Un gran diamante del tamaño de un pomelo, facetado en 108 caras perfectas como las lágrimas de un Buda. Pero les advierto, su dueño sólo será aquel que demuestre tener un corazón puro.
Los expedicionarios se encontraron frente a un gran dilema, determinar cuál de todos ellos tendría un corazón puro. Pero pronto desecharon esta preocupación pensando que se trataría de una sentencia para ahuyentarlos o velar la verdadera prueba con la que se encontrarían al hallar el tesoro, si es que éste realmente existía.
Por las dudas, decidieron llevar al abad del monasterio en el equipo, a pesar de las excusas que este esgrimió.
Luego de arrastrarse por los pasadizos arribaron a un salón tallado en la roca viva y sobre un pedestal al brillo de las luces del equipo irradiaba su belleza el enorme diamante.
Los más ambiciosos se abalanzaron sobre la piedra pero pese a los esfuerzos no pudieron retirarlo de su sitial. Una vez pasado el arrebato dejaron forzadamente el turno a los únicos tres que se habían quedado enmudecidos contemplando la escena.
-Abad, usted primero- invitó el jefe de la expedición.
Este posó sus manos pero su intento fue inútil.
-Yo lo sabía, mi ambición por el conocimiento y por sobresalir gracias a él de entre mis pares me lo impide.
El siguiente fue el turno del más pequeño del grupo, que también fracaso, simplemente no había llegado a la piedra porque el resto en su forcejeo se lo había impedido.
El último era un aventurero que se les había unido en Nepal, quien acostumbraba a sumarse a cuanta empresa arriesgada le permitía ampliar horizontes.
La piedra pareció saltar del sitial hacia sus manos. El aventurero sonrió y la devolvió al pedestal con la delicadeza de quien culmina una obra de arte.
-¡Pero qué hace!-dijo el jefe de la expedición- vuelva a tomarla y llevémosla con nosotros.
-Imposible-dijo el abad.-la intención sería otra.
-¿La intención? ¿Pero en qué esta pensando ud. cuando la tomó?-preguntó el jefe al aventurero.
-Yo sólo quería saber si tenía puro el corazón.


== Véase también ==
== Véase también ==

Revisión del 02:05 7 ago 2009

Fotografía de la Piedra de Rosetta tomada en el Museo Británico.

La piedra de Rosetta contiene un texto en tres tipos de escritura y su gran importancia radica en haber sido la pieza clave para comenzar a descifrar los jeroglíficos de los antiguos egipcios. Gracias a Thomas Young, Jean-François Champollion y otros estudiosos de la escritura del antiguo Egipto, hoy puede ser considerada como una joya en la historia del lenguaje y la transcripción.

Es una estela de granito negro, con una inscripción bilingüe (griego y egipcio) de un decreto del faraón Ptolomeo V, en tres formas de escritura: jeroglífica, demótica y griego uncial (con letras mayúsculas); contiene noventa y dos renglones, los catorce primeros escritos con signos jeroglíficos, los siguientes 32 en caracteres demóticos, y los últimos 54 en griego; tiene algo más de un metro de alto, 72 cm de ancho y 27 cm de grosor; pesa 756 kg.

Historia

Fue descubierta el 15 de julio de 1799 por el capitán francés Pierre-François Bouchard en el pueblo egipcio del delta del Nilo denominado Rashid, llamado por los franceses Rosette, cuando las tropas capitaneadas por Napoleón Bonaparte se encontraban guerreando contra las de Gran Bretaña en las tierras de Egipto.

La piedra iba a ser transportada a Francia por los miembros del Instituto de Egipto, pero los ejércitos ingleses, que habían desembarcado en la primavera de 1801, la confiscaron pese a las enardecidas protestas de Étienne Geoffroy Saint-Hilaire ante el general británico Hutchinson. La piedra de Rosetta se exhibe en el Museo Británico de Londres desde 1802. En el lado izquierdo lleva una inscripción con pintura blanca que dice «Captured in Egypt by the British Army in 1801» ('Capturada en Egipto por el ejército británico en 1801'), y en el derecho otra inscripción, «Presented by King George III» ('Presentada por el rey Jorge III').

Sólo una vez fue sacada la piedra del Museo Británico, en 1972, con ocasión del 150 aniversario del descifrado de los jeroglíficos, siendo expuesta en el Museo de Louvre por algunas semanas.

Hay una reproducción de la piedra Rosetta en el Distrito de Figeac (Lot), la ciudad natal de Champollion, y es obra del artista Joseph Kossuth, mide 11 x 8.5 m, es de granito negro traído desde Zimbabwe, cuyos tres peldaños llevan inscritos los textos en jeroglífico, demótico y griego. La plaza lleva el nombre de Place des écritures ('Plaza de las escrituras'). En el Museo Egipcio de El Cairo también se exhibe una copia.

Contenido

El texto escrito en griego antiguo comienza así: «El nuevo rey, habiendo recibido el reino de su padre...» Narra una sentencia de Ptolomeo V, describiendo varios impuestos que había revocado, ordenando además que la estela se erigiese y que el decreto fuese publicado en el lenguaje de los dioses (jeroglíficos) y en la escritura de la gente (demótica).

Tradicionalmente se pensaba que el decreto escrito en la Piedra de Rosetta fue ideado en demótico por los sacerdotes de Menfis hacia el año 197 a. C. Pero los últimos estudios de expertos en demótico han comprobado que la inscripción original fue compuesta en griego y traducida posteriormente al demótico, aunque a veces poco fielmente.

Piedra de Rosetta. Grabado.

Traducción de un fragmento del texto de la piedra de Rosetta

Bajo el reinado del joven, que recibió la soberanía de su padre, señor de las insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipto, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la Fiesta de los Treinta Años, igual que Hefaistos el Grande, un rey como el Sol, gran rey sobre el Alto y el Bajo País, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo, viviendo por siempre, amado de Ptah. En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Evergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Evergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos (o el 18 de Mejir de los egipcios).

Véase también

Enlaces externos