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Diablada Puneña durante la Fiesta de la Candelaria.
Diablada en el Carnaval de Oruro.

La diablada es una danza que se practica ampliamente en diversas regiones andinas y altiplánicas de América del Sur (Perú, Bolivia y norte de Chile).

Se trata cómo fuerzas del mal desean derrotar a las del bien. En 1608 esta danza fue descrita por el fraile Diego González Olguín [1]​. Su origen mestizo se debe a los autos sacramentales católicos y ritos andinos.[2]

Julia Elena Fortun indica que la diablada nace de la síntesis de dos antiguas danzas catalanas El Balls des diables y Els sets pecats capitals que se fusionaron con teogonías andinas como el Tío, Wari, Supay o Supay Wachascan, el señor del interior de las montañas.

En Panamá se practica como parte de la celebración del Corpus Christi de La Villa de Los Santos. La indumentaria difiere a la del altiplano, pero tiene los mismos orígenes culturales.

Historia

Influencia autóctona

Una leyenda andina cuenta que Wari, el dios del fuego subterráneo, se da cuenta que los Urus empiezan a adorar al dios Pachacamac. Wari decide brillar más que el Sol y luego enamora a una ñusta Uru llamada Aurora, hija del Sol. La ñusta lo rechaza y combate todas las plagas que Huari le envía. Huari es enviado a las profundidades. [3]​ En base a esta leyenda, los nativos realizan una celebración.

Según la visión Aymara, la danza proviene de tradiciones del tipo ceremonial, a figuras como waqas, apus, achachilas y muestran la reverencia del indígena por las figuras como el Tiw o Tio, y otras deidades menores.

Según la visión Uru, la danza proviene de una danza "Pagano-Guerrera", quienes en las épocas de cultivo, floración y cosecha, realizaban ritos de adoración a sus Waqas o ídolos emplazados en la serranía de Uru-Uru o "Donde Nace La Luz".

Los Urus o Uros, fueron sometidos por los Aymaras, como más tarde lo fueron por los Quechuas.

En los primeros años de la colonia los españoles recogieron esta manifestación religiosa (no danza) para convertirla en una danza "Pagano-Religiosa" y trasformar la "Danza de los Diablos" o Diablada.

Influencia española

Según documentos escritos, una representación se desarrolla en Cataluña durante el siglo XV. La danza fue llamada Ball de diables la cual es una representación teatral de la lucha del Bien contra el Mal. Fue utilizado, para las fiestas de Corpus, en las procesiones eclesiásticas como acompañamiento para dar un aspecto más ceremonioso y espectacular. Los diablos, diablillos o demonios desfilaban encabezando la comitiva para anunciar su llegada con jaleo de todo tipo. De forma estrepitosa y ruidosa apartaban el público asistente abriéndose paso en la procesión.

En 1657, Pedro Calderón de la Barca, realizó un "auto sacramental" con personajes y música.

Se inicia con el diálogo de dos poderosos Ángeles, uno presenta la armonía (Miguel), otro el descontento y amargura (Lucifer). El lugar de la entrevista, está en el límite mismo del Averno, donde la Diablada irrumpe en son de guerra. Al llamamiento del arcangel Miguel, acuden legiones celestiales y se produce la primera batalla ganada por los demonios, los cuales invaden la Tierra para exterminar al cristianismo, luego se realiza la otra en la que los mortales esperan temerosos la pugna.

Al finalizar, los diablos derrotados deben sufrir la ignominia de confesar sus pecados "Los Siete Pecados capitales" por la luz divina.

La diablada

Con la colonización de América hacia el siglo XVI se funden las creencias españolas con las autóctonas.

En el siglo XVI, los jesuitas en su misión, fundaron los autos sacramentales en la ciudad de Juli, Partido de Chucuito, en la Intendencia de Puno, por lo cual esta ciudad fue llamada "La Pequeña Roma de América" o "Roma Aymara". En la colonia, Puno dependía del Virreinato del Perú. Durante la evangelizacion de los lupacas que habitaban en Juli, los jesuitas hicieron una representación de los siete pecados capitales.[4]​ Esta representa la lucha del bien simbolizado en el personaje de San Miguel Arcángel y el mal por los diablos que representan los siete pecados capitales.

Documentos preservados en la Biblioteca Municipal de Cultura de la ciudad de Oruro, señalan a "cofradías de diablos" que interpretarán relatos teatrales en vía pública en 1836. También se señala la llegada de "diablos de Paria" (población cercana a Oruro) de donde llegaron con la cara cubierta por una monstruosa máscara".

En 1890 el párroco de Paria, población cercana a la ciudad de Oruro, José Soria, con la colaboración de Daniel Valda, teatralizó la batalla entre el cielo y el infierno relatada en la Biblia. Ese mismo año los hermanos Hermógenes y Santiago Nicolás hicieron las máscaras de diablo tal y como se conocen hoy en día.

Esta danza, transformada por los habitantes de la ciudad de Oruro fue practicada con mayor frecuencia tras el descubrimiento en el siglo XIX de la milagrosa imagen de la Virgen de la Candelaria, en la habitación del famoso ladrón Nina Nina. Probablemente, los mineros de Oruro resolvieron reconocerla como a su protectora y comenzaron a danzar como diablos para no provocar el enojo del Tío dentro de las minas.

Baile

Parece que en su forma originaria la danza se realizó acompañando a una tropa de sicuris en rueda. Pero últimamente se acompaña con banda y orquesta.

La uniformidad de los trajes trajo consigo la innovación coreográfica, con la diagramación de pasos, movimientos y el diseño de figuras que no solo están preparadas para ser escenificadas en espacios abiertos, como ser avenidas, calles y plazas; sino también para el teatro o el coliseo.

Al inicio de la comparsa estan Lucifer y Satanás con varias China Supay o diablescas. Le siguen los pecados La Soberbia, La Avaricia, La Lujuria, La Ira, La Gula, La Envidia, y La Pereza y despues una tropa de diablos. Todos ellos estan dirigidos por Arcángel San Miguel, con blusa de seda blanca, falda corta, espada y escudo.[5]

La danza coreografiada consta de las siguientes figuras:

  • Primera Parte
La Invasión y el Paseo del Diablo, El Saludo, El Ovillo
  • Segunda Parte
El Relato de la Danza de la Diablada, La Estrella,
  • Tercera Parte
Las Aspas, El Tridente, El Trébol, La Cadena de Tres, El Paso del Diablo, La Maraña, La Mecapaqueña

Actualidad

Actualmente mantiene plena vigencia en el Perú, Bolivia y Chile con múltiples variantes y generalmente adscrita a ceremoniales religiosos. Los principales instrumentos utilizados para la ejecución musical son guitarra, charango, mejoranera, bombo, zampoña y quena.

Dentro de las principales exposiciones de diabladas están:

En Bolivia son conocidas las agrupaciones Gran Tradicional y Auténtica Diablada Oruro y Fraternidad Artística y Cultural "La Diablada".

Polémica

En agosto de 2009, dado que la representante del Perú al concurso Miss Universo[6]​ anuncia que vestirá un traje de la diablada, el gobierno de Bolivia emite una protesta indicando apropiacion ilicita del arte cultural boliviano.

Para Bolivia, la danza surgió en Oruro producto del culto de los mineros a la Virgen del Socavón.

Para el Perú, la danza surgió en Puno, cuando los jesuitas realizaron las primeras representaciones de los autos sacramentales en Juli.[7]

Notas

Referencias

  • Albó, Xavier. Preiswerk, Matías. Los Señores del Gran Poder. Centro de Teología Popular. Taller de Observaciones Culturales. La Paz, 1986.
  • Baumann, Max Peter. Maskentänze. Festival traditioneller Musik ´80. Internationales Institut für vergleichende Musikstudien Berlin, Berlin, 1980.
  • Beltrán Heredia, B. Augusto. El Carnaval de Oruro y Proceso Ideológico e Historia de los Grupos Folklóricos. Comité Departamental de Etnografía y Folklore, Oruro, 1962.
  • Lara Barrientos, Marcelo. Multivocalidad del Carnaval de Oruro. Anales de la Reunión Anual de Etnología, MUSEF, La Paz, 2003.

Véase también