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Presidente de los Estados Unidos


Barack Obama
Desde el 20 de enero de 2009
Ámbito Estados Unidos
Titular de Gobierno federal de los Estados Unidos
Residencia Casa Blanca, Washington D. C.
Tratamiento Mr. President, Honorable y Excelencia
Salario 400 000 dólares estadounidenses
Duración Cuatro años, con un máximo de dos mandatos
Designado por Colegio electoral
Suplente Vicepresidente de los Estados Unidos
Creación 30 de abril de 1789
Primer titular George Washington
Sitio web whitehouse.gov

El presidente de los Estados Unidos es el jefe de Estado y de Gobierno de los Estados Unidos. Es el más alto cargo político del país por influencia y reconocimiento. El presidente lidera el poder ejecutivo del gobierno federal.[1]

Entre otros poderes y responsabilidades, el Artículo dos de la Constitución de los Estados Unidos encarga al presidente la «fiel ejecución» de la ley federal, hace del presidente el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, lo autoriza a nombrar oficiales ejecutivos y judiciales con el consejo y consentimiento del Senado, lo sitúa al frente de la política exterior de los Estados Unidos, y permite al presidente conceder indultos o moratorias.

El presidente es elegido mediante sufragio indirecto por un colegio electoral (o por la Cámara de Representantes si el colegio electoral no concede una mayoría absoluta de votos a ningún candidato) para un mandato de cuatro años. Desde la ratificación de la Vigesimosegunda Enmienda en 1951, ninguna persona puede ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces. En caso de muerte, recusación, dimisión o renuncia de un presidente, el vicepresidente asume la presidencia.[2]

Hubo cuarenta y tres personas que asumieron el cargo y cuarenta y cuatro presidencias.[3]​ De las personas elegidas para el cargo, cuatro murieron durante su mandato por causas naturales, uno dimitió y cuatro fueron asesinados. El primer presidente fue George Washington, que fue investido en 1789 después de un voto unánime del colegio electoral. William Henry Harrison fue el que menos tiempo permaneció en el cargo, con tan sólo 32 días, y Franklin D. Roosevelt, con sus 12 años en el puesto, fue el que permaneció por más tiempo y el único presidente que sirvió por más de dos mandatos. El actual presidente es el Demócrata Barack Obama, que fue investido para el puesto el 20 de enero de 2009.

Desde principios del siglo XX, el papel hegemónico de los Estados Unidos en el escenario político y económico internacional ha llevado al presidente de este país a ser una figura conocida en todo el mundo.

Origen

Bandera del presidente de los Estados Unidos.

El Tratado de Versalles (1783) puso fin a la Guerra de Independencia y reconoció la constitución de las Trece Colonias como los Estados Unidos de América, pero con una estructura gubernamental inestable. El Segundo Congreso Continental había redactado los Artículos de la Confederación en 1777, describiendo una Confederación permanente, pero concediendo al Congreso de la Confederación (la única institución federal) poco poder para financiarse o para asegurar el cumplimiento de sus resoluciones. En parte, esto reflejaba la visión antimonárquica del período revolucionario y el nuevo sistema estadounidense fue explícitamente diseñado para prevenir el ascenso de un tirano americano en sustitución del monarca británico.[4]

Sin embargo, durante la depresión económica debida al colapso del dólar continental tras la Revolución estadounidense, la viabilidad del gobierno norteamericano se vio amenazada por el malestar político en varios estados, el empeño de los deudores en utilizar el gobierno popular para eliminar sus deudas y la aparente incapacidad del Congreso Continental de hacer frente a las obligaciones públicas asumidas durante la guerra. El Congreso también parecía incapaz de convertirse en un foro para la cooperación productiva entre los estados, que animaban el comercio y el desarrollo económico. En respuesta a esta problemática se convocó una Convención constitucional, inicialmente para reformar los Artículos de la Confederación, pero que posteriormente comenzó el diseño de un nuevo sistema de gobierno que incluiría un mayor poder ejecutivo aunque reteniendo un esencial control y equilibrio con la idea de restringir cualquier tendencia imperial en la presidencia.

Las personas que presidieron el Congreso Continental durante el período Revolucionario, y conforme a los Artículos de la Confederación, ostentaban el título de «presidente de los Estados Unidos en el Congreso Reunido» y a menudo se abreviaba como «presidente de los Estados Unidos». El cargo tenía poco poder ejecutivo claramente definido. Con la ratificación de la Constitución en 1788, se creo un poder ejecutivo separado, encabezado por el presidente de los Estados Unidos.

La autoridad ejecutiva del presidente conforme a la Constitución, moderada por el control de los poderes legislativo y judicial del gobierno federal, fue diseñada para solucionar los problemas políticos afrontados por la recién creada nación y para intentar superar futuros desafíos, siempre previniendo la subida al poder de un autócrata en una nación cautelosa frente a las autoridades monárquicas.

Poderes y deberes

La Constitución de los Estados Unidos y sus posteriores Enmiendas fija los poderes y deberes del presidente:

Artículo I - Papel legislativo

El primer poder conferido al presidente por la Constitución estadounidense es el poder legislativo del veto presidencial. La llamada «Cláusula de Presentación» (Presentment Clause) requiere que cualquier proyecto de ley aprobado por el Congreso sea presentado al presidente antes de que pueda convertirse en ley. Una vez que norma legal ha sido presentada, el presidente tiene tres opciones:

  • Firmarla; el proyecto legislativo se convierte en ley.
  • Vetarla y devolverla al Congreso con sus objeciones; el proyecto no se convierte en ley, a menos que cada Cámara del Congreso vote para anular el veto con una mayoría favorable de dos tercios de la Cámara.
  • No hacer nada. En ese caso, el presidente ni firma ni veta la legislación. Después de 10 días, excluidos los domingos, se pueden dar dos situaciones:
    • Si el Congreso todavía está en periodo de sesiones, el proyecto se convierte en ley.
    • Si no es posible la devolución de la propuesta por haber finalizado el Congreso su periodo de sesiones, el proyecto no se convierte en ley. A esta situación se la suele denominar «veto de bolsillo» (pocket veto), pues el presidente, dejando la propuesta de ley «en su bolsillo» en ese periodo, podría no vetar directamente una ley, pero lo haría en la práctica. James Madison fue el primer presidente en utilizar el «veto de bolsillo» en 1812.[5]

En 1996, el Congreso intentó cambiar el poder de veto presidencial con la Line Item Veto Act. La legislación autorizó al presidente a firmar cualquier propuesta de ley de gastos en ley al mismo tiempo que eliminaba ciertos artículos de gastos dentro de la propuesta, en particular cualquier nuevo gasto, cualquier cantidad de gastos discrecionales, o cualquier nuevo beneficio fiscal limitado. Si el presidente eliminaba un artículo, el Congreso podría aprobar ese artículo en particular otra vez. Si el presidente vetara entonces la nueva legislación, el Congreso podría anular el veto con el procedimiento ordinario, o sea, con el voto de las dos terceras partes en ambas Cámaras. En el caso Clinton contra la Ciudad de Nueva York (1998), la Corte Suprema estadounidense resolvió que esta modificación del poder de veto presidencial era inconstitucional.[6]

Artículo II - Poderes ejecutivos

Guerra y asuntos exteriores

Quizás el más importante de todos los poderes presidenciales es su posición al frente de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos como su Comandante en Jefe. Mientras que el poder de declarar la guerra corresponde constitucionalmente al Congreso, el presidente comanda y dirige a sus ejércitos y es responsable de planear la estrategia militar. Los padres de la Constitución fueron cautos limitando los poderes presidenciales en cuanto a los militares; Alexander Hamilton lo explica en su Ensayo Federalista nº 69:

The President is to be commander-in-chief of the army and navy of the United States. ... It would amount to nothing more than the supreme command and direction of the military and naval forces ... while that [the power] of the British king extends to the DECLARING of war and to the RAISING and REGULATING of fleets and armies, all [of] which ... would appertain to the legislature.
El presidente debe ser el comandante en jefe del ejército y la marina de los Estados Unidos.... Esto no debería suponer nada más que la comandancia suprema y dirección de las fuerzas militares y navales... mientras que el [poder] del rey británico se extiende hasta la DECLARACIÓN de guerra y al LEVANTAMIENTO y la REGULACIÓN de flotas y ejércitos, todas [estas facultades] las cuales... corresponderían al poder legislativo.[7]

El Congreso, de acuerdo con la Resolución de Poderes de Guerra (War Powers Resolution) de 1973, debe autorizar cualquier despliegue de tropas de más de 60 días de duración a menos que el propio Congreso haya declarado la guerra.[8]​ Además, el Congreso ejerce cierta limitación al poder militar presidencial por su control y regulación de los gastos militares.

Junto con las fuerzas armadas, el presidente también está al frente de la política exterior. A través del Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, el presidente es responsable de la protección de los norteamericanos en el extranjero y de los ciudadanos extranjeros en los Estados Unidos. El presidente decide si hay que reconocer nuevas naciones y nuevos gobiernos y negocia tratados con otras naciones, que se hacen vigentes en los Estados Unidos cuando son aprobados por las dos terceras partes del Senado. El presidente también puede negociar «acuerdos ejecutivos» con poderes extranjeros que no están sujetos a la confirmación de Senado.[9]

Poderes administrativos

El presidente es el director ejecutivo de los Estados Unidos, y está a la cabeza del poder ejecutivo del gobierno, cuya responsabilidad es «cuidar que las leyes sean fielmente ejecutadas». Para llevar a cabo este deber, se le otorga el control de los cuatro millones de empleados del poder ejecutivo federal.

Al presidente le corresponde el nombramiento de varios miembros del poder ejecutivo. Embajadores, miembros del Gabinete y otros oficiales federales, son todos designados por el presidente con el «consejo y consentimiento» de una mayoría del Senado. Los nombramientos realizados mientras el Senado no está en periodo de sesiones son temporales y expiran al final de la siguiente sesión del Senado. El presidente puede proponer unos 6.000 nombramientos mientras ejerce su mandato.[10]

El poder del presidente para cesar a funcionarios ejecutivos ha sido durante mucho tiempo objeto de debate. Generalmente, el presidente puede cesar a los funcionarios ejecutivos a su discreción.[11]​ Sin embargo, el Congreso puede reducir por decreto la autoridad presidencial para cesar a comisionados de agencias reguladoras independientes y a ciertos oficiales ejecutivos inferiores.[12]

Poderes jurídicos

El presidente también tiene la facultad de proponer jueces federales, incluidos miembros de la Corte Suprema de los Estados Unidos y de las Cortes de Apelaciones. Sin embargo, estos nombramientos requieren la confirmación del Senado y esto puede suponer un escollo importante ante la posibilidad de que un presidente quisiera formar formar una judicatura federal con una postura ideológica particular. El presidente puede designar jueces para los tribunales de distrito de los Estados Unidos, pero a menudo deferirá a la cortesía senatorial estos nombramientos.[13]​ También puede conceder perdones e indultos, como se hace a menudo justo antes del final de un mandato presidencial.

El llamado «privilegio ejecutivo» otorga al presidente la capacidad de retener información al público, al Congreso y a los tribunales cuando el asunto atañe a la seguridad nacional. George Washington fue el primero en reclamar el privilegio cuando la Cámara de Representantes solicitó ciertos documentos sobre la negociación del Tratado Jay con el Reino de Gran Bretaña.[14]​ Aunque el privilegio no figura en la Constitución ni en ninguna otra ley, la acción de Washington creó el precedente para el privilegio. Cuando Richard Nixon trató de usarlo como razón para no aportar unas pruebas ante una citación del Congreso durante el escándalo Watergate, la Corte Suprema sentenció en el caso Estados Unidos contra Nixon, 418 U.S. 683 (1974), que el privilegio ejecutivo no era de aplicación en casos donde un presidente intentaba evitar un procesamiento criminal. Cuando el presidente Bill Clinton intentó usar el privilegio ejecutivo en cuanto al escándalo Lewinsky, la Corte Suprema sentenció en el caso Clinton contra Jones, 520 U.S. 681 (1997), que el privilegio tampoco podía invocarse en los casos de pleitos civiles. Estos casos establecieron el precedente legal de que el privilegio ejecutivo es válido, pero el grado exacto del privilegio todavía está pendiente de una definición clara.

Capacidad legislativa

George W. Bush, junto a Dick Cheney y Nancy Pelosi durante el Discurso del Estado de la Unión de 2007.

Aunque el presidente de los Estados Unidos no tiene capacidad para introducir legislación directamente, puede desempeñar un papel importante en su conformación, sobre todo si el partido político del presidente tiene mayoría en una o ambas Cámaras del Congreso. Los miembros del poder ejecutivo no pueden ocupar simultáneamente su puesto y un escaño en el Congreso, pero es habitual que redacten la legislación y que un Senador o Representante la presente por ellos. El presidente puede influir de una forma importante en el poder legislativo a través del informe anual, escrito u oral, que constitucionalmente debe presentar al Congreso, y que en la actualidad se denomina Discurso del Estado de la Unión. Este discurso a menudo perfila la oferta legislativa para el año próximo.

De acuerdo con el Artículo II, Sección 3, Cláusula 2 de la Constitución, el presidente puede convocar a una o a ambas Cámaras del Congreso para una sesión extraordinaria. Si ambas Cámaras no llegan a un acuerdo sobre la fecha de celebración de la convocatoria, el presidente puede designar una fecha para la reunión del Congreso. Esta facultad del presidente de convocar de forma extraordinaria el Congreso sólo se ejerció en 27 ocasiones en toda la historia de los Estados Unidos. La última fue ejercida en 1948 por Harry Truman.[15]

Proceso de selección

George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos.

Elegibilidad

El Artículo II, Sección 1, Cláusula 5 de la Constitución marca los requisitos necesarios para tener la consideración de elegible como presidente. Un candidato presidencial debe:

  • ser un ciudadano nacido en los Estados Unidos;
  • tener al menos treinta y cinco años de edad;
  • haber sido residente permanente en los Estados Unidos durante al menos catorce años.

Con respecto al tema de la ciudadanía estadounidense, cumple aclarar que el Artículo II de la Constitución dice textualmente que es requisito ser «a natural born Citizen, or a Citizen of the United States, at the time of the Adoption of this Constitution», o sea, un ciudadano «nacido» en los Estados Unidos. La Decimocuarta Enmienda, adoptada en 1868, define en su Sección 1, Cláusula 1 que «All persons born or naturalized in the United States, and subject to the jurisdiction thereof, are Citizens of the United States and of the State wherein they reside.», esto es, que cualquier persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos es legalmente ciudadano estadounidense, sin embargo, sin el requisito de nacimiento en suelo estadounidense, no serían elegibles. Este es un tema ampliamente debatido en el país, y para algunos columnistas como John W. Dean, antiguo consejero presidencial, es una cláusula constitucional obsoleta que contradice el espíritu del llamado «sueño americano» y entra en conflicto con el propio «Estatuto de Libertad» estadounidense, que da la bienvenida a los extranjeros, pero que les impide acceder al máximo puesto de responsabilidad del país.[16]

Conforme a la Vigesimosegunda Enmienda, nadie puede ser elegido presidente más de dos veces. La Vigesimosegunda Enmienda también especifica que alguien que sirve más de dos años como presidente o presidente interino, de un mandato para el cual otro fue elegido como presidente, sólo puede optar a la presidencia una vez. Los estudiosos de la Constitución discrepan sobre si una persona que ya no es elegible para la presidencia podría ser elegida como vicepresidente, de acuerdo con los requisitos establecidos en la Decimosegunda Enmienda.[17]

La Constitución contempla la descalificación de algunas personas para la presidencia. Bajo el Artículo I, Sección 3, Cláusula 7, el Senado tiene la opción, a su criterio, de descalificar a altos cargos condenados tras un impeachment para ocupar otros cargos federales, incluida la presidencia.[18]​ También, la Sección 3 de la Decimocuarta Enmienda prohíbe a cualquier persona que, habiendo prestado juramento para apoyar la Constitución, y que posteriormente se rebelara contra los Estados Unidos, pueda ser elegida para servir como presidente, a menos que cada Cámara del Congreso haya retirado la descalificación por un voto favorable de dos terceras partes de sus miembros.


Estadísticas presidenciales

Sus nacimientos

William Henry Harrison, nació el 9 de febrero de 1773 en territorio colonial británico; fue el último presidente que no nació como ciudadano estadounidense. Martin Van Buren, nacido el 5 de diciembre de 1782, fue el primer presidente nacido después de la Declaración de Independencia, por lo cual sería el primer presidente "ciudadano estadounidense", aún con raíces holandesas; y John Tyler, que nació el 29 de marzo de 1790 fue el primero en nacer después de la adopción de la Constitución estadounidense.

Franklin Pierce, nacido el 23 de noviembre de 1804, fue el primer presidente nacido en el siglo XIX. Theodore Roosevelt, 27 de octubre de 1858, fue el que alcanzó la presidencia más joven, con 42 años. Warren Harding, nacido el 2 de noviembre de 1865, fue el primero nacido después de la Guerra Civil estadounidense.

Herbert Hoover, que nació el 10 de agosto de 1874, en Iowa, fue el primer presidente nacido al oeste del Río Mississippi. Lyndon Johnson, 27 de agosto de 1908, fue el presidente de mayor edad entre los que nacieron en el siglo XX (el primer presidente nacido en el siglo XX, en acceder al cargo fue John F. Kennedy). Jimmy Carter, nacido el 1 de octubre de 1924, fue la primera persona nacida después de la Primera Guerra Mundial que se hizo presidente, y el primero que nació en un hospital. Ronald Reagan, fue el elegido con más edad. Bill Clinton, nacido el 19 de agosto de 1946, fue la primera persona nacida después de la Segunda Guerra Mundial que se hizo presidente. Mientras que Barack Obama es el primer presidente afroamericano en ocupar este cargo.

Entre el nacimiento de George Washington (1732), y el de Bill Clinton (1946), los futuros presidentes habían nacido en todas las décadas excepto en dos: en los años 10 del siglo XIX, y en los 30 del siglo XX.

Presidentes asesinados o fallecidos durante su mandato

Cuatro presidentes fueron asesinados durante su mandato: Abraham Lincoln (1865), James A. Garfield (1881), William McKinley (1901) y John F. Kennedy (1963). Otros cuatro murieron de causas naturales durante su mandato: William Henry Harrison murió de neumonía en 1841, Zachary Taylor de una indigestión aguda en 1850, Warren G. Harding murió de un ataque al corazón en 1923, y Franklin D. Roosevelt de una hemorragia cerebral en 1945.

Otros nueve presidentes han sobrevivido a intentos de asesinato mientras ostentaban el cargo:

John Tyler puede ser visto por algunos como el único presidente que murió «fuera» de los Estados Unidos, ya que murió en 1862 en el estado de Virginia, un estado rebelde, miembro de los Estados Confederados, durante la Guerra Civil Estadounidense (1861–1865).

Salario presidencial y extras

Historia salarial presidencial
Fecha Salario
24 de septiembre de 1789 25.000 $
3 de marzo de 1873 50.000 $
4 de marzo de 1909 75.000 $
19 de enero de 1949 100.000 $
20 de enero de 1969 200.000 $
20 de enero de 2001 400.000 $

El primer Congreso de los Estados Unidos acordó pagar a George Washington un salario de 25.000$ al año, (aproximadamente serían unos 531.000$ del año 2005), una cifra nada despreciable en 1789. Washington, un hombre bien avenido, rechazó cobrar ese dinero. Theodore Roosevelt, gastó su sueldo completo de 50.000$ en entretenimientos para los invitados de la Casa Blanca. John F. Kennedy, donó su sueldo a la caridad. Desde el año 2001, el Presidente gana unos 400.000$ por año.

Tradicionalmente, el presidente tiene el sueldo más alto del gobierno de los Estados Unidos, al ser el oficial más importante de la nación. El aumento entró en vigor en 2001 ya que el salario del presidente Bill Clinton, estaba siendo alcanzado por otros oficiales que recibían aumentos salariales anuales. En consecuencia, al subir el sueldo de estos empleados federales, el sueldo del presidente fue aumentado también.

El Air Force One sobrevolando el Monte Rushmore.

Anteriormente al año 1958, los presidentes jubilados, no recibían ninguna pensión, sin embargo a partir de 1959 el Congreso aprobó que los presidentes empezaran a recibir una pensión de 25.000$ por año, además de una oficina y personal. Esta pensión ha ido aumentando numerosas veces con la aprobación del Congreso. Los presidentes jubilados reciben una pensión basada en el sueldo de los secretarios del gabinete de la administración vigente, cuyo sueldo es de 183.500$ en el caso del año 2007.

Privilegios

Los presidentes de los últimos años también disfrutan de muchas ventajas gratuitas, como vivir y trabajar en la Casa Blanca, ubicada en Washington D. C. Cuando viaja, el presidente puede llevar a cabo todas sus funciones en alguno de los dos Boeing 747, denominados con el indicativo «Air Force One» cuando el presidente los está utilizando. Si se desplaza por Washington, utiliza una limusina Cadillac blindada denominada «Cadillac One»; para distancias mayores utiliza el helicóptero presidencial «Marine One».

Véase también

Referencias

  1. «The Executive Branch» (en inglés). Whitehouse.gov (página oficial de la Casa Blanca). Consultado el 27 de enero de 2009. 
  2. Artículo II, Sección 1, Cláusula 5 de la Constitución. Sección 3 de la Vigesimosegunda Enmienda a la Constitución. Sección 1 de la Vigesimoquinta Enmienda a la Constitución.
  3. Grover Cleveland sirvió en dos mandatos no consecutivos y se le cuenta por orden cronológico tanto como el vigesimosegundo como el vigesimocuarto presidente.
  4. McLaughlin (1936). A Constitutional History of the United States.
  5. Fisher, Louis. «The Pocket Veto: Its Current Status» (PDF) (en inglés). Senado de los Estados Unidos. Consultado el 9 de agosto de 2009.  Texto «fecha 30 de marzo de 2001 » ignorado (ayuda)
  6. «Clinton v. City of New York». Supreme Court collection (en inglés). Cornell University Law School. Consultado el 9 de agosto de 2009. 
  7. Hamilton, Alexander. «The Federalist No. 69» (en inglés). Constitution Society. Consultado el 9 de agosto de 2009. 
  8. «War Powers Resolution» (en inglés). Lillian Goldman Law Library - Yale Law School. Consultado el 13 de agosto de 2009. 
  9. «The Executive Branch: Powers of the Presidency». America.gov (en inglés). U.S. Department of State. 29 de mayo de 2008. Consultado el 9 de agosto de 2009. 
  10. Robert W. Watson (2007). White House Studies Compendium (en inglés). Nova Publishers. p. 136. ISBN 1600215211. Consultado el 13 de agosto de 2009. 
  11. Caso Shurtleff contra Estados Unidos, 189 U.S. 311 (1903); caso Myers contra Estados Unidos, 272 U.S. 52 (1926).
  12. Caso Humphrey's Executor contra Estados Unidos, 295 U.S. 602 (1935) y caso Morrison contra Olson, 487 U.S. 654 (1988), respectivamente.
  13. La cortesía senatorial es una costumbre política no escrita en los Estados Unidos, por la cual el presidente consulta al Senador estadounidense senior de su partido político de un determinado estado antes de proponer a una persona para una vacante federal en ese estado. Salvo raras excepciones, la cortesía senatorial no se utiliza por el presidente cuando éste y el senador del estado son de partidos políticos diferentes.
  14. Michael C. Dorf. «A Brief History Of Executive Privilege, From George Washington Through Dick Cheney» (en inglés). FindLaw. Consultado el 14 de agosto de 2009.  Texto « fecha 6 de febrero de 2002 » ignorado (ayuda)
  15. «C-Span’s Capitol Questions» (en inglés). National Cable Satellite Corporation. 3 de mayo de 2000. Consultado el 15 de agosto de 2009. 
  16. John W. Dean (8 de octubre de 2004). «The Pernicious "Natural Born" Clause of the Constitution: Why Immigrants Like Governors Schwarzenegger and Granholm Ought to be Able to Become Presidents» (en inglés). FindLaw. Consultado el 16 de agosto de 2009. 
  17. Ver: Bruce G. Peabody, Scott E. Gant (1999). «The Twice and Future President: Constitutional Interstices and the Twenty-Second Amendment». Minnesota Law Review (en inglés) (Minneapolis, Minnesota: Minnesota Law Review) 83 (565). ; alternativamente, ver: Richard Albert (2005). «The Evolving Vice Presidency». Temple Law Review (en inglés) (Filadelfia, Pensilvania: Temple University of the Commonwealth System of Higher Education) 78 (811, a 856-9). 
  18. «Constitution of the United States: Browse, 2002 Edition & Supplements» (en inglés). GPO Annotated U.S. Constitution. 2002. pp. 611 & nn.772-73. 

Bibliografía

Bibliografía complementaria

  • Bumiller, Elisabeth (enero 2009). «Inside the Presidency». National Geographic Magazine (en inglés) 215 (1): pp. 130-149. Consultado el 5 de agosto de 2009. 
  • Couch, Ernie. Presidential Trivia. Rutledge Hill Press. March 1, 1996. ISBN 1-55853-412-1
  • Lang, J. Stephen. The Complete Book of Presidential Trivia. Pelican Publishing. Septiembre 2001. ISBN 1-56554-877-9
  • Leonard Leo, James Taranto, and William J. Bennett. Presidential Leadership: Rating the Best and the Worst in the White House. Simon and Schuster, junio 2004, 304 páginas, ISBN 0-7432-5433-3
  • Waldman, Michael, and George Stephanopoulos. My Fellow Americans: The Most Important Speeches of America's Presidents, from George Washington to George W. Bush. Sourcebooks Trade. Septiembre 2003. ISBN 1-4022-0027-7

Enlaces externos