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El critico uruguayo Nicteroi Arganiaraz define la poesia visual como una poesia para ser vista.
El critico uruguayo Nicteroi Arganiaraz define la poesia visual como una poesia para ser vista.

== Género y estrategias de interpretación ==
La poesía visual supone para el receptor una experiencia que une a lo puramente lingüístico elementos procedentes de distintos sistemas semióticos y diferentes disciplinas: no sólo la pintura y las artes gráficas, sino también el «método ideogramático» al que se han referido los poetas concretos, las técnicas tipográficas, el montaje, el collage, el cine, la publicidad, la música, e incluso la matemática (como la permutación de letras de algunos poemas concretos). El problema es que, a diferencia de la lengua, donde podemos encontrar «unidades mínimas» y relaciones estables, en las artes visuales tales unidades no existen, ya que es cada obra la que las instaura, como también sus relaciones. En palabras de Émile Benveniste, el artista «instituye sus oposiciones mediante rasgos que él mismo convierte en significados dentro de un orden propio» y «las relaciones significativas del lenguaje artístico sólo se descubren en el interior de una composición». Según Benveniste, el arte «siempre es aquí una obra de arte particular, donde el artista instaura libremente oposiciones y valores [...] según criterios, conscientes o no, de los que la composición entera es testimonio y deviene su manifestación». En este sentido, Omar Calabrese afirma que hay que abandonar la búsqueda de unidades mínimas para el análisis semiótico de obras visuales y concentrarse en el texto mismo como unidad (1980: 13). De ahí que se hable de la «autonomía» de los poemas visuales. O, por decirlo con Susan Sontag, se trata de un tipo de arte «cuya velocidad es tan rápida, cuya apelación es tan directa, que la obra sólo puede ser [...] lo que es».

Un segundo problema de tipo genérico es el que a veces se ha planteado la crítica sobre qué circunstancias son las que permiten que una combinación de elementos verbales y elementos visuales adquiera estatuto «poético» (véase, por ejemplo, el capítulo «No Ideas, Even in Things» en Taylor 1987). Dado que, evidentemente, la cuestión de la especificidad de lo literario va mucho más allá de la intención de estas páginas, baste decir, por un lado, que desde la Antigüedad hasta los últimos autores concretos, no hay duda de que los creadores de textos visuales revelan una conciencia clara de estar componiendo «poesía» y no otra cosa; y, por otro, que así son aceptados los textos, según se demuestra con la publicación de metatextos en publicaciones de investigación literaria y su enseñanza en los departamentos universitarios del ramo (por lo menos hasta la época predesconstructiva).

La intervención de elementos de distintos sistemas y disciplinas recién explicada conduce a un tercer problema: el de la producción y transmisión de los géneros visuales. La fotografía, el grabado, el color, los componentes gráficos, el diseño, las imágenes en movimiento, las nuevas modalidades informáticas, han llegado a ser parte esencial de muchos de estos textos, y ello conduce a la producción de «libros» de carácter peculiar, si no es que ponen en peligro su propia existencia. Se puede afirmar que muchas veces lo que se ve en las antologías no son sino «reproducciones», mientras que los «originales» son mostrados, en todo caso, en exposiciones ocasionales, o tienen la existencia —acaso efímera— del medio electrónico.

Y en cuarto y último lugar, hay que referirse a los problemas de «interpretación». Como se ha mencionado a lo largo de este artículo, el lector de poesía visual debe hacer un esfuerzo por acomodar sus estrategias. Y debe hacerlo en dos niveles: por un lado, debe ajustar sus expectativas hasta encontrar un nuevo «tipo de sentido», según la terminología de Hirsch (1967); y por otro, debe ajustar sus expectativas sobre la función de la propia interpretación. El lector sustituirá la problemática «interpretación» por una más útil «percepción». Esto no significa que la recepción se efectúe únicamente de manera sensorial, pero indica que lo sensorial no debe darse simplemente por supuesto. Sólo así se evitará el riesgo, antes apuntado, de considerar a este género como vacío de significado.

Las dificultades de interpretación que presentan los textos visuales se derivan de su doble identidad. La poesía visual no es como toda poesía en el sentido de que no puede ser escuchada o leída, sino que ha de ser «contemplada». En ella se mezclan irremediablemente las características de la poesía y de la pintura que Lessing quiso separar tan nítidamente en el Laooconte : el espacio y el tiempo, la imitación y la expresión, el silencio y la elocuencia, el ojo y el oído, los signos naturales y los signos arbitrarios. Pero, por otro lado, tampoco es permisible el abandono definitivo de las estrategias tradicionales de lectura, pues la poesía visual conserva, como hemos visto, elementos poéticos tradicionales. Es cierto que a medida que se pierde el carácter discursivo de los textos se va haciendo más difícil el reconocimiento de los artificios de siempre, pero no es que hayan desaparecido, sino que se manifiestan de maneras muy diversas. De hecho, la metáfora, la sinécdoque, las figuras de oposición, el hipérbaton, pueden no sólo estar presentes sino incluso organizar y estructurar un poema visual.

Como se vio con el ejemplo del poempicture de Cummings y con los poemas concretos, la participación del lector en el desentrañamiento de los textos es crucial, ya que es él quien debe dar sentido a unas palabras, líneas o secuencias a primera vista desintegradas. Además, el acercamiento a los textos visuales no puede desatender de su carácter abierto y heterogéneo, pues un determinado fenómeno puede significar algo en un poema y algo muy distinto en otro. Como tampoco sería posible soslayar el hecho de que un texto visual forma parte, a la vez, de alguna otra categoría, sea ésta genérica o histórica (aquí se ha hablado de textos futuristas, de poemas de circunstancias, de metatextos, de modalidades ecfrásticas): el receptor buscará combinar las estrategias que más convengan a la comprensión del poema. Y finalmente, la ventaja del lector moderno es que cuenta con armas adicionales para vencer las dificultades expuestas: las que le proporciona el estar acostumbrado a la sintaxis simplificada de anuncios comerciales y titulares de periódico, y las que le brinda su familiaridad con las cotidianas formas visuales de la comunicación de nuestro tiempo. (Figuras y formas de la poesía visual.Victoria Pineda)


== Historia ==
== Historia ==
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De esta manera y gracias a todas estas actividades, en el 2006 tuvo lugar el I Encuentro de Poesía Visual que contó con la participación de una quincena de especialistas y estudiosos que analizaron este género.
De esta manera y gracias a todas estas actividades, en el 2006 tuvo lugar el I Encuentro de Poesía Visual que contó con la participación de una quincena de especialistas y estudiosos que analizaron este género.


En Latinoamérica, Chile es un caso especial, ya que además de sumar nombres como [[Vicente Huidobro]], [[Juan Luis Martínez]], [[Guillermo Deisler]], [[Dámaso Ogaz]] y [[Eugenio Dittborn]], actualmente es un semillero de poetas experimentales dado a las actividades del [[Foro de Escritores de Chile]] (FDE) y otros poetas independientes de la escena local. Entre los nombres a destacar de la poesía visual/ experimental chilena son: [[Martín Gubbins]], [[Felipe Cussen]], [[Kurt Folch]], [[Gregorio Fontén]], [[Nancy Gewölb]]. A esto habría que incorporar los poetas y artistas experimentales chilenos que viven en el extranjero como [[Anamaria Briede]] (Berlín), [[Martin Bakero]] (París), [[Andrés Anwandter]] (Londres), [[Sergio Pinto Briones]] (Barcelona), [[Cecilia Vicuña]] (Nueva York), [[Andrés Fisher]] (Washington D. C.).
En Latinoamérica, Chile en un caso especial y digno de recalcar dentro de la experimentación poética internacional, ya que además de sumar nombres como [[Vicente Huidobro]], [[Juan Luis Martínez]], [[Guillermo Deisler]], [[Dámaso Ogaz]] y [[Eugenio Dittborn]], actualmente es un semillero de poetas experimentales dado al esfuerzo del [[Foro de Escritores de Chile]] (FDE) y otros poetas independientes de la escena local. Entre los nombres a destacar de la poesía visual/ experimental chilena son: [[Martín Gubbins]], [[Felipe Cussen]], [[Kurt Folch]], [[Gregorio Fontén]], [[Nancy Gewölb]]. A esto habría que incorporar los poetas y artistas experimentales chilenos que viven en el extranjero como [[Anamaria Briede]] (Berlín), [[Martin Bakero]] (París), [[Andrés Anwandter]] (Londres), [[Sergio Pinto Briones]] (Barcelona), [[Cecilia Vicuña]] (Nueva York), [[Andrés Fisher]] (Washington D. C.).


En la actualida, la utilización de medios digitales en su creación y desarrollo es habitual en muchos autores, denominándose a esta modalidad [[Net Art]] o [[Net Poesía]], a la vez que la creciente utilización de Internet está ayudando a la difusión de este tipo de poesía.
En la actualida, la utilización de medios digitales en su creación y desarrollo es habitual en muchos autores, denominándose a esta modalidad [[Net Art]] o [[Net Poesía]], a la vez que la creciente utilización de Internet está ayudando a la difusión de este tipo de poesía.

Revisión del 21:59 26 ago 2009

La poesía visual es una forma de poesía experimental en la que la imagen, el elemento plástico, en todas sus facetas, técnicas y soportes, predomina sobre el resto de los componentes. Esta forma de poesía no verbal, constituye un género propio, y en el campo de la experimentación, sus creadores se mueven en la frontera entre géneros, como la pintura, acción poética, el teatro, la música, y la misma poesía discursiva, dando lugar a diversas formas de poética: poesía visual (concretismo, letrismo, semiótica), poesia objetual, poesía fonética, poesía sonora, poema acción, pseudovisual, es decir, todo tipo de manifestación propia de la polipoesía.

Descripción

Relacionada íntimamente con el Arte postal, los límites de ambos están poco definidos en la mayoría de ocasiones.

En un poema visual hay dos componentes fundamentales, el icónico y el verbal, aunque también puede participar en su aspecto visual el lenguaje sonoro, el fonético, el lenguaje matemático, etc. Estos lenguajes hacen que su esencia difiera de la poesía verbal.

En su estudio han de tenerse en cuenta elementos como el uso de la tipografía, el uso del color o su ausencia, la disposición del espacio, la inclusión del diseño gráfico... En general, lo verbal y lo icónico convergen en una forma de arte de síntesis, en una forma de poesía iconoclasta y lejos de lo convencional que estaría representado por la poesía verbal.

El critico uruguayo Nicteroi Arganiaraz define la poesia visual como una poesia para ser vista.

Historia

La poesía visual no ha sido inventada en el siglo XIX ni en las primeras vanguardias del siglo XX. Es prácticamente tan vieja como la poesía escrita y así lo demuestra la existencia de caligramas y otros poemas figurativos. Pueden considerarse el inicio de la poesía figurada en verso los caligramas atribuidos al poeta griego Simmias de Rodas hacie el año 300 a. C. Su caligrama El huevo tiene que leerse alternadamente, el primer verso y luego el último, el segundo verso y luego el antepenúltimo, hasta terminar en el verso central.

Más modernamente, es Apollinaire quien hace revivir de nuevo el género con sus caligramas.

En el mundo hispánico

Con el precedente de Juan Díaz Rengifo o Juan Caramuel en el barroco siglo XVII, y tras el paréntesis del siglo XVIII, en el siglo XIX destacan poetas de formas difíciles que tuvieron imitadores y seguidores, como José González Estrada; León María Carbonero y Sol compiló todo lo que la abundante tradición del Manierismo y Barroco español había elaborado en cuanto al género de la poesía visual en su Esfuerzos del ingenio literario (Madrid, Suc. de Rivadeneyra, 1890). Ya a inicios del siglo XX en España, contamos con estudiosos y antólogos de las formas difíciles como Eduardo de Ory o Agustín Aguilar y Tejera, y figuras de interés dentro del género de la poesía visual. Precedidos por innovadores como Ramón Gómez de la Serna, poetas como el chileno Vicente Huidobro y los españoles Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre nos han dejado muestras de su quehacer en este campo. La poesía española de principios de siglo viene influenciada por el Futurismo italiano, primera de las Vanguardias históricas, y los posteriores Dadaísmo y Cubismo, subsumidos en estéticas autóctonas tales como el Ultraísmo y el Creacionismo, y se hace eco de la plasticidad y visualidad de las nuevas escrituras poéticas con sus caligramas y el uso más o menos innovador de la tipografía, el collage y una nueva disposición del espacio. Posteriormente se desarrolla la poesía objetual de Joan Brossa, la de acción del Grupo Zaj, la visual de Fernando Millán o la letrista de Juan Eduardo Cirlot, entre otros muchos que han cultivado este tipo de poesía desde principios de siglo (Josep Maria Junoy, Ernesto Giménez Caballero, Julio Campal, Juan Hidalgo, José Luis Castillejo, Cooperativa de Producción Artística y Artesana / Grupo N.O., Felipe Boso, Francisco Pino, Guillen Viladot, Isidoro Valcárcel Medina, Clemente Padín, Ulises Carrión, Edgardo Antonio Vigo, Guillermo Deisler, José Miguel Ullán, Ángel Sánchez, Antonio Gómez, Bartolomé Ferrando, J. M. Calleja, Eduardo Scala, Carles Santos, Fátima Miranda, Toni Prat. A grandes rasgos se pueden marcar tres momentos en la poesía visual española del siglo XX que funcionan independientemente de la poesía discursiva tradicional y oficial:

  • Una línea, seguida sobre todo en Cataluña, que inician los primeros poetas visuales haciéndose eco de las vanguardias europeas, como el futurismo.
  • Otra línea importante ya en la década de los 60 en la que los artistas entran en contacto de nuevo con movimientos extranjeros siempre en un contexto experimental, marginal y de vanguardia.
  • Y una tercera línea de poesía visual que comienza a tener una audiencia cada vez mayor en la década de los noventa.

Dentro de estas líneas perdura el hecho de que se trata de una práctica interdisciplinar que quiere aportar una nueva escritura, una nueva manera de ver y expresar el mundo.

Precisamente ese es uno de los problemas para el estudio de la poesía visual y experimental en general, la línea artística que siguen estos autores es generalmente plural, es decir, son artistas que trabajan en zonas fronterizas entre la pintura, la música, el teatro y la poesía en sus diversas expresiones: poesía fonética, visual, sonora... Otra traba es el hecho de que permanece en su mayor parte inédita o se ha publicado en tiradas muy reducidas y en ediciones casi desconocidas.

Por otra parte, actualmente en España existen ya varias antologías de poesía visual y revistas donde se expone la obra de muchos poetas visuales.

El Centro de Poesía Visual (CPV) de España, se creó en 2005 en Peñarroya-Pueblonuevo con la intención de documentar los avances de este lenguaje, clasificarlos y darlos a conocer al público.

A nivel de difusión, en Barcelona el poeta catalán Eduard Escoffet ha creado Projectes Poètics Sense Títol (Propost) que es una entidad independiente dedicada a las prácticas poéticas contemporáneas y a sus vertientes adyacentes. Desde 1993, ha organizado exposiciones y recitales y ha publicado revistas y catálogos y, hoy por hoy, se ha convertido en una de las entidades más dinámicas en el campo de la poesía sonora, la polipoesía y la poesía experimental en general en la ciudad de Barcelona. Entre enero de 1997 y enero del 2000 organizó la programación estable de Poesía Viatge a la Polinèsia (Viaje a la Polinesia). Entre el 2000 y el 2004, organizó Proposta, el Festival Internacional de Poesies+Polipoesies.

De esta manera y gracias a todas estas actividades, en el 2006 tuvo lugar el I Encuentro de Poesía Visual que contó con la participación de una quincena de especialistas y estudiosos que analizaron este género.

En Latinoamérica, Chile en un caso especial y digno de recalcar dentro de la experimentación poética internacional, ya que además de sumar nombres como Vicente Huidobro, Juan Luis Martínez, Guillermo Deisler, Dámaso Ogaz y Eugenio Dittborn, actualmente es un semillero de poetas experimentales dado al esfuerzo del Foro de Escritores de Chile (FDE) y otros poetas independientes de la escena local. Entre los nombres a destacar de la poesía visual/ experimental chilena son: Martín Gubbins, Felipe Cussen, Kurt Folch, Gregorio Fontén, Nancy Gewölb. A esto habría que incorporar los poetas y artistas experimentales chilenos que viven en el extranjero como Anamaria Briede (Berlín), Martin Bakero (París), Andrés Anwandter (Londres), Sergio Pinto Briones (Barcelona), Cecilia Vicuña (Nueva York), Andrés Fisher (Washington D. C.).

En la actualida, la utilización de medios digitales en su creación y desarrollo es habitual en muchos autores, denominándose a esta modalidad Net Art o Net Poesía, a la vez que la creciente utilización de Internet está ayudando a la difusión de este tipo de poesía.

Nómina

Antecesores

Texto en la imagen

Orografías de la palabra

La palabra eléctrica

Poesía visual

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