Diferencia entre revisiones de «Teatro isabelino»

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[[Archivo:Teatro_Isabelino.jpg|thumb|250 px|right|Teatro Isabelino]]
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[[Archivo:Othellopainting.jpg|thumb|right|Otelo y Desdémona, del ''[[Otelo]]'' de [[Shakespeare]].]]
[[Archivo:Romeo and juliet brown.jpg|thumb|right|''[[Romeo y Julieta]]'', cuadro de [[Ford Madox Brown]].]]
El '''teatro isabelino''' ([[1558]]-[[1625]]) es una denominación que se refiere a las [[Drama|obras dramáticas]] escritas e interpretadas durante el reinado de [[Isabel I de Inglaterra|Isabel I]] de [[Inglaterra]] ([reina desde 1558 hasta]-[[1603]]), y se asocia tradicionalmente a la figura de [[William Shakespeare]] ([[1564]]-[[1616]]).


En realidad los estudiosos extienden generalmente la [[Isabel I de Inglaterra|era isabelina]] hasta incluir el reinado de [[Jacobo I de Inglaterra|Jacobo I]] († [[1625]]), hablándose entonces de "teatro jacobino", e incluso más allá, incluyendo el de su sucesor, [[Carlos I de Inglaterra|Carlos I]], hasta la clausura de los teatros en el año [[1642]] a causa de la llegada de la [[Revolución inglesa|Guerra civil]] ("teatro carolino"). El hecho de que se prolongue más allá del reinado de Isabel I hace que el [[drama]] escrito entre la [[Reforma]] y la clausura de los teatros en [[1642]] se denomine '''Teatro renacentista inglés'''.


Shakespeare le dedica a Jacobo I algunas de sus obras principales, escritas para celebrar el ascenso al trono del soberano, como ''[[Otelo]]'' ([[1604]]), ''[[El rey Lear]]'' ([[1605]]), ''[[Macbeth]]'' ([[1606]], homenaje a la dinastía [[Estuardo]]), y ''[[La tempestad (teatro)|La tempestad]]'' ([[1611]], que incluye entre otros una "[[mascarada]]", interludio musical en honor del rey que asistió a la primera representación.)
El teatro isabelino (1558-1625) es una denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra ([reina desde 1558 hasta]-1603), y se asocia tradicionalmente a la figura de William Shakespeare (1564-1616).


El período isabelino no coincide cronológicamente en su totalidad con el [[Renacimiento]] [[Europa|europeo]] y menos aún con el [[Italia|italiano]], mostrando un fuerte acento [[Manierismo|manierista]] y [[Barroco]] en sus elaboraciones más tardías.
En realidad los estudiosos extienden generalmente la era isabelina hasta incluir el reinado de Jacobo I († 1625), hablándose entonces de "teatro jacobino", e incluso más allá, incluyendo el de su sucesor, Carlos I, hasta la clausura de los teatros en el año 1642 a causa de la llegada de la Guerra civil ("teatro carolino"). El hecho de que se prolongue más allá del reinado de Isabel I hace que el drama escrito entre la Reforma y la clausura de los teatros en 1642 se denomine Teatro renacentista inglés.


== Factores histórico-sociales ==
Shakespeare le dedica a Jacobo I algunas de sus obras principales, escritas para celebrar el ascenso al trono del soberano, como Otelo (1604), El rey Lear (1605), Macbeth (1606, homenaje a la dinastía Estuardo), y La tempestad (1611, que incluye entre otros una "mascarada", interludio musical en honor del rey que asistió a la primera representación.)
[[Archivo:Elizabeth1England.jpg|thumb|right|[[Isabel I de Inglaterra]] ([[1533]]-[[1603]])]]
[[Archivo:Globe theatre london.jpg|thumb|right|[[The Globe]] en [[Londres]].]]


La época isabelina significó el ingreso de [[Inglaterra]] en la [[Edad Moderna]] bajo el empuje de las innovaciones científico-tecnológicas como la [[Copérnico|revolución copernicana]] y de las grandes exploraciones geográficas (es cuando comienza la colonización inglesa de [[América del Norte]]). ''La tempestad'' se ambienta, no por casualidad, en una isla del [[Caribe]] cuya población (representada simbólicamente por el "salvaje" Calibán y su madre, la maga Sycorax) está sometida a las artes mágicas de Próspero, esto es, de la [[tecnología]] y del progreso de los colonizadores [[Europa|europeos]].
El período isabelino no coincide cronológicamente en su totalidad con el Renacimiento europeo y menos aún con el italiano, mostrando un fuerte acento manierista y Barroco en sus elaboraciones más tardías.
Contenido
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La separación de la órbita del [[Papado]] y del [[Sacro Imperio Romano]], con la derrota de [[Felipe II de España]] y de su ''[[Armada invencible]]'' ([[1588]]), el mayor bienestar económico debido a la expansión del comercio a través de [[Océano Atlántico|Atlántico]], sellaron el triunfo de Isabel y el nacimiento de la Inglaterra moderna. En esta época de intercambios culturales creció el interés hacia las ''humanae litterae'' y por lo tanto, hacia [[Italia]], donde los intelectuales huidos de [[Constantinopla]] ([[1453]]) habían llevado consigo antiguos manuscritos de los grandes clásicos [[Literatura griega|griegos]] y [[Literatura latina|latinos]] haciendo surgir un interés sin precedentes por la [[Grecia antigua|antigüedad greco]]-[[Roma antigua|romana]] y los estudios del [[idioma hebreo]].
* 1 Factores histórico-sociales
* 2 Interés por Italia
* 3 El éxito de Séneca
* 4 La tragicomedia y lo novelesco
* 5 Innovaciones respecto al teatro continental
* 6 Modernidad y realismo de los personajes
* 7 El teatro dentro del teatro
* 8 Un teatro que se hace cine
* 9 Espacio teatral
* 10 Un teatro sin clases
* 11 Las compañías y los actores
o 11.1 Lista de actores
o 11.2 Otras personalidades
o 11.3 Lista de compañías
* 12 Los autores
o 12.1 Marlowe
o 12.2 Shakespeare
o 12.3 Lista de autores destacados
* 13 Teatro jacobino y carolino
* 14 Influencia
* 15 Referencias
* 16 Véase también
o 16.1 Voces generales
o 16.2 Lugares de interés
* 17 Enlaces externos
o 17.1 Textos
o 17.2 Filmografía
+ 17.2.1 Shakespeare
+ 17.2.2 Marlowe


Nació entonces en Italia el [[Humanismo]] (una vocación sobre todo [[Filología|filológica]] y [[Arqueología|arqueológica]]), destinado a madurar en el [[siglo XVI]] durante el [[Renacimiento]], con la creación de un [[arte]] y una [[arquitectura]] moderna y una renovación tecnológica a gran escala (se piensa sobre todo en un [[Leonardo da Vinci]]). Si en Italia el Renacimiento se agotó hacia la mitad del siglo XVI, en el norte de [[Europa]] (donde llegó más tarde) perduró hasta las primeras décadas del [[siglo XVII]].
[editar] Factores histórico-sociales
Isabel I de Inglaterra (1533-1603)
The Globe en Londres.


== Interés por Italia ==
La época isabelina significó el ingreso de Inglaterra en la Edad Moderna bajo el empuje de las innovaciones científico-tecnológicas como la revolución copernicana y de las grandes exploraciones geográficas (es cuando comienza la colonización inglesa de América del Norte). La tempestad se ambienta, no por casualidad, en una isla del Caribe cuya población (representada simbólicamente por el "salvaje" Calibán y su madre, la maga Sycorax) está sometida a las artes mágicas de Próspero, esto es, de la tecnología y del progreso de los colonizadores europeos.
Este deseo de renovación y de modernidad se difundió también en [[Londres]]. Ni siquiera los siniestros relatos de presuntos viajes al país por parte de [[Niccolò Machiavelli|Maquiavelo]], como el ''The Unfortunate Traveller, or the Life of Jack Wilton'' de [[Thomas Nashe]], pudieron disminuir el entusiasmo del público: la amoralidad de ''[[El Príncipe]]'' y las voces de las conjuras [[Papa|papales]] contribuyeron en su lugar a mantener vivo el interés por [[Italia]]. En la propia capital se hacía notar una comunidad de inmigrantes italianos (muchos de los cuales eran dramaturgos y actores): con ellos Shakespeare, [[Christopher Marlowe]], el segundo dramaturgo más destacado, y sus contemporáneos tuvieron probablemente relaciones de amistad y de frecuente colaboración profesional.


== El éxito de Séneca ==
La separación de la órbita del Papado y del Sacro Imperio Romano, con la derrota de Felipe II de España y de su Armada invencible (1588), el mayor bienestar económico debido a la expansión del comercio a través de Atlántico, sellaron el triunfo de Isabel y el nacimiento de la Inglaterra moderna. En esta época de intercambios culturales creció el interés hacia las humanae litterae y por lo tanto, hacia Italia, donde los intelectuales huidos de Constantinopla (1453) habían llevado consigo antiguos manuscritos de los grandes clásicos griegos y latinos haciendo surgir un interés sin precedentes por la antigüedad greco-romana y los estudios del idioma hebreo.
En la época de Shakespeare no había muchos que pudieran leer los dramas en [[latín]] y menos aún en [[Idioma griego|griego]], lengua que sólo entonces se comenzaba a conocer. Las obras de [[Séneca]], ya objeto de gran interés para los humanistas italianos se difundieron, si bien sobre todo a través de adaptaciones italianas que se apartaban no poco del espíritu del original.<ref>{{cita libro
| autor = Górriz Villarrolla, Manuel
| capítulo = La tragedia inglesa primitiva: la influencia de Séneca
| título = Historia de la literatura inglesa, I
| año = 1988
| editorial = Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid
| id = ISBN 84-306-9950-3
}}</ref> Los autores introdujeron en las representaciones escenas de [[violencia]] y crueldad en lugar de la verdadera historia narrada por sus testimonios. Pero fue la versión italianizada, donde el [[mal]] se representaba con toda su intensidad, lo que gustó a los dramaturgos isabelinos y encontró el interés del público.


== La tragicomedia y lo novelesco ==
Nació entonces en Italia el Humanismo (una vocación sobre todo filológica y arqueológica), destinado a madurar en el siglo XVI durante el Renacimiento, con la creación de un arte y una arquitectura moderna y una renovación tecnológica a gran escala (se piensa sobre todo en un Leonardo da Vinci). Si en Italia el Renacimiento se agotó hacia la mitad del siglo XVI, en el norte de Europa (donde llegó más tarde) perduró hasta las primeras décadas del siglo XVII.
[[Archivo:Thetempest.jpg|thumb|right|Fernando y Miranda, en ''[[La tempestad]]'', acto V, Edward Reginald Frampton (británico, 1870-1923).]]


Un [[drama]] muy ligado a los efectos escénicos y que se apodera de las emociones más violentas se asocia entonces a las pasiones del [[amor]] más morboso: el cuadro antiguo pintado con mano sutil es restaurado con trazos tan gruesos que casi ocultan el toque del artista. No es por casualidad que los mismos dramaturgos renacentistas trabajasen contemporáneamente con obras del tipo "mixto", como las "[[Pastoral|pastorales]]" o las "[[tragicomedia]]s", fusión de [[comedia]] y [[tragedia]], juntando lo trágico, lo cómico y lo novelesco.
[editar] Interés por Italia


La mezcla de géneros propia del renacimiento inglés fue también experimentada por los isabelinos, cuyas tragedias y comedias mantuvieron sin embargo una mayor separación irónica y realista. ''[[La tempestad]]'' tiene mucho de tragicomedia, mas la [[ironía]] y la [[comicidad]] de los personajes, la profundidad de la exploración filosófica le confieren mayor aliento. Lo mismo puede decirse de muchas otras grandes comedias de Shakespeare e isabelinas, en las que lo cómico se mezcla fatalmente con lo trágico, como por otra parte ocurre en el [[cine]] moderno. El bufón de ''[[El rey Lear]]'', y la locura del rey caído en desgracia por la traición de sus hijas a las que, por afecto, había regalado todo su patrimonio, proporcionaban el alivio cómico al público haciendo resaltar, como por el efecto del [[claroscuro]], la tragedia personal de Lear y la nacional de Inglaterra rota por la guerra civil.
Este deseo de renovación y de modernidad se difundió también en Londres. Ni siquiera los siniestros relatos de presuntos viajes al país por parte de Maquiavelo, como el The Unfortunate Traveller, or the Life of Jack Wilton de Thomas Nashe, pudieron disminuir el entusiasmo del público: la amoralidad de El Príncipe y las voces de las conjuras papales contribuyeron en su lugar a mantener vivo el interés por Italia. En la propia capital se hacía notar una comunidad de inmigrantes italianos (muchos de los cuales eran dramaturgos y actores): con ellos Shakespeare, Christopher Marlowe, el segundo dramaturgo más destacado, y sus contemporáneos tuvieron probablemente relaciones de amistad y de frecuente colaboración profesional.


== Innovaciones respecto al teatro continental ==
[editar] El éxito de Séneca
La época isabelina no se limitó a adaptar los modelos: renovó felizmente el metro con el ''[[verso blanco]] (blank verse'', [[pentámetro yámbico]] carente de rima), que imita bastante fielmente el verso latino senequista, liberando al diálogo dramático de la artificiosidad de la [[rima]], mientras se conserva la regularidad de los cinco pies del [[verso]]. El ''verso blanco'' fue introducido por el [[Conde de Surrey]] cuando en el año [[1540]] publicó una [[traducción]] de la ''[[Eneida]]'' usando esta forma [[métrica]], pero debe esperarse al ''Gorboduc'' de [[Thomas Sackville|Sackville]] y [[Thomas Norton|Norton]] ([[1561]]) para que se usase en el [[drama]] para llegar a culminar en la epopeya [[Biblia|bíblica]] de [[John Milton]], el ''[[Paraíso perdido]]''. La idea de usar un [[metro]] semejante se le ocurrió a Surrey por la versión de la ''Eneida'' de Molza, inventor del ''versi sciolti (verso libre)''. El teatro isabelino introduce asimismo toda una serie de técnicas [[teatro|teatrales]] de vanguardia que fueron utilizadas siglos más tarde por el [[cine]] y la [[televisión]]. El [[escenario]] inglés de finales del [[siglo XVI]] (sobre todo en Shakespeare) presenta un frecuente y rápido sucederse de escenas que hacen pasar rápidamente de un lugar a otro, saltando horas, días, meses con una agilidad casi pareja a la del cine moderno. El verso blanco juega una parte no menor confiriendo a la poesía la espontaneidad de la conversación y la naturalidad del recitado.


La ''[[Poética]]'' de [[Aristóteles]], que definió la unidad de tiempo y acción (la de espacio es un añadido de los humanistas) en el drama, consiguió imponerse mejor en el continente: sólo algunos clasicistas de corte académico como [[Ben Jonson]] siguieron al pie de la letra los preceptos, pero estos personajes no tienen la vida de los de Shakespeare, permaneciendo (sobre todo en el caso de Jonson) a nivel de "tipos" o "máscaras". Fue sobre todo gracias a la renuncia a las ''reglas'' que el teatro isabelino pudo desarrollarse de aquellas formas nuevas en las cuales Shakespeare, Beaumont, Fletcher, Marlowe y muchos otros encontraron campo fértil para su genio.
En la época de Shakespeare no había muchos que pudieran leer los dramas en latín y menos aún en griego, lengua que sólo entonces se comenzaba a conocer. Las obras de Séneca, ya objeto de gran interés para los humanistas italianos se difundieron, si bien sobre todo a través de adaptaciones italianas que se apartaban no poco del espíritu del original.[1] Los autores introdujeron en las representaciones escenas de violencia y crueldad en lugar de la verdadera historia narrada por sus testimonios. Pero fue la versión italianizada, donde el mal se representaba con toda su intensidad, lo que gustó a los dramaturgos isabelinos y encontró el interés del público.


== Modernidad y realismo de los personajes ==
[editar] La tragicomedia y lo novelesco
La relectura isabelina de los clásicos supuso un vendaval de innovaciones en historias ya milenarias, exaltando en verdad la cualidad universal de los grandes personajes históricos o legendarios. Con otro estilo y otra técnica, incluso los temas sociales se tratan de manera moderna, en toda su complejidad psicológica, infringiendo consolidados [[tabú]]es sociales ([[sexo]], [[muerte]], [[canibalismo]], [[locura]]). Cabe pensar en el amor "prohibido" entre ''[[Romeo y Julieta]]'', dos jóvenes de catorce años que deciden en pocos días casarse y huir de casa; en la representación del [[suicidio]] de los amantes. En ''[[El rey Lear]]'' el abandono del viejo rey por parte de las hijas es el tema dominante (y no hay cosa que resulte más actual que el drama del abandono de los ancianos y de la fragmentación del núcleo familiar). Cualidad esta que, lejos de "empeorar" los personajes, les hacen más semejantes a nosotros, demostrando que en esta época aún nos conmueven profundamente.
Fernando y Miranda, en La tempestad, acto V, Edward Reginald Frampton (británico, 1870-1923).


== El teatro dentro del teatro ==
Un drama muy ligado a los efectos escénicos y que se apodera de las emociones más violentas se asocia entonces a las pasiones del amor más morboso: el cuadro antiguo pintado con mano sutil es restaurado con trazos tan gruesos que casi ocultan el toque del artista. No es por casualidad que los mismos dramaturgos renacentistas trabajasen contemporáneamente con obras del tipo "mixto", como las "pastorales" o las "tragicomedias", fusión de comedia y tragedia, juntando lo trágico, lo cómico y lo novelesco.
Que el teatro isabelino era un "teatro abierto" y no sólo en el sentido literal del término parece demostrado también por el sentido de auto[[ironía]] de los actores y de los dramaturgos isabelinos. El actor gusta de hablar al público "entre líneas", para darle la vuelta al personaje mismo que está recitando, anticipando el distanciamiento irónico del teatro de [[Bertolt Brecht]]. Para esta clase de actores el dramaturgo isabelino inventa el ''teatro dentro del teatro''. Se ha visto en la ''mascarada'' de ''[[La tempestad]]'', pero el ejemplo más emblemático es el de ''[[Hamlet]]'', en la que el joven heredero al trono de [[Dinamarca]] contrata a un grupo de actores itinerantes para representar frente a los ojos de Claudio, del que sospecha que ha asesinado a su padre, un drama que reconstruye el presunto asesinato. Al final Claudio se alza, disgustado y aterrorizado, dejando la corte. Por esto el joven Hamlet se convencerá de la culpabilidad (hasta entonces no probada) de su padrastro, tramando su asesinato. Se pueden encontrar otros ejemplos de esto entre los isabelinos, con éxito semejante al del "cine dentro del cine", pero también con el "teatro dentro del cine".


== Un teatro que se hace cine ==
La mezcla de géneros propia del renacimiento inglés fue también experimentada por los isabelinos, cuyas tragedias y comedias mantuvieron sin embargo una mayor separación irónica y realista. La tempestad tiene mucho de tragicomedia, mas la ironía y la comicidad de los personajes, la profundidad de la exploración filosófica le confieren mayor aliento. Lo mismo puede decirse de muchas otras grandes comedias de Shakespeare e isabelinas, en las que lo cómico se mezcla fatalmente con lo trágico, como por otra parte ocurre en el cine moderno. El bufón de El rey Lear, y la locura del rey caído en desgracia por la traición de sus hijas a las que, por afecto, había regalado todo su patrimonio, proporcionaban el alivio cómico al público haciendo resaltar, como por el efecto del claroscuro, la tragedia personal de Lear y la nacional de Inglaterra rota por la guerra civil.
Que el teatro isabelino en general y Shakespeare en particular se anticiparon a su tiempo parece demostrado, afirmó [[Anthony Burgess]], por el éxito de las trasposiciones cinematográficas y de las dramatizaciones televisivas, casi como si aquellos dramas hubieran sido escritos para nosotros.<ref>Burgess, A., ''English Literature''. Hong Kong, Longman, 1974.</ref> Es destacado el éxito de la película ''[[Romeo y Julieta (1968)|Romeo y Julieta]]'' de [[Franco Zeffirelli|Zeffirelli]]. Paradójicamente, tal adaptabilidad al cine parece deberse a que el origen del teatro isabelino se encuentra en géneros dramáticos medievales, como los [[Misterio (teatro)|misterios]], los [[milagro]]s y las [[moralidad]]es, representaciones de carácter popular que se desarrollaban primero en las iglesias y más tarde en las grandes plazas o en las ferias. La falta de escenario y vestuario dejaba el éxito de la representación en manos de los actores. La necesidad de improvisación (a menudo ayudada por un poco de humor) junto a la falta de [[arquitectura]]s teatrales sofisticadas más que preocupar a los actores, los liberaban de las excesivas constricciones de la puesta en escena mientras que la falta de efectos especiales fue suplida por la invención poética recreando con sus ricas descripciones, un poco como ocurre a la radio respecto a la televisión, aquello que le "faltaba", enriqueciendo el lenguaje dramático más allá de toda medida.


== Espacio teatral ==
[editar] Innovaciones respecto al teatro continental
[[Archivo:GLOBE1.JPG|thumb|right|Escenario del [[The Globe|Globe Theatre]], pisado por [[Shakespeare]]]]
[[Archivo:GLOBE2.JPG|thumb|right|Platea del Globe Theatre, vista desde el escenario]]
[[Archivo:Globe Galleries.JPG|thumb|right|Las galerías]]


El teatro isabelino era popular, pero tenía mala reputación. Las autoridades de [[Londres]] lo prohibieron en la ciudad, por lo que los teatros se encontraban al otro lado del río [[Támesis]], en la zona de [[Southwark]] o [[Blackfriars]], fuera de la competencia de las autoridades de la ciudad.
La época isabelina no se limitó a adaptar los modelos: renovó felizmente el metro con el verso blanco (blank verse, pentámetro yámbico carente de rima), que imita bastante fielmente el verso latino senequista, liberando al diálogo dramático de la artificiosidad de la rima, mientras se conserva la regularidad de los cinco pies del verso. El verso blanco fue introducido por el Conde de Surrey cuando en el año 1540 publicó una traducción de la Eneida usando esta forma métrica, pero debe esperarse al Gorboduc de Sackville y Norton (1561) para que se usase en el drama para llegar a culminar en la epopeya bíblica de John Milton, el Paraíso perdido. La idea de usar un metro semejante se le ocurrió a Surrey por la versión de la Eneida de Molza, inventor del versi sciolti (verso libre). El teatro isabelino introduce asimismo toda una serie de técnicas teatrales de vanguardia que fueron utilizadas siglos más tarde por el cine y la televisión. El escenario inglés de finales del siglo XVI (sobre todo en Shakespeare) presenta un frecuente y rápido sucederse de escenas que hacen pasar rápidamente de un lugar a otro, saltando horas, días, meses con una agilidad casi pareja a la del cine moderno. El verso blanco juega una parte no menor confiriendo a la poesía la espontaneidad de la conversación y la naturalidad del recitado.


El establecimiento de teatros públicos grandes y provechosos económicamente fue un factor esencial para el éxito del teatro inglés renacentista. El momento decisivo fue la edificación de [[The Theatre]] por [[James Burbage]], en [[Shoreditch]] en [[1576]]. The Theatre fue seguido rápidamente por el cercano [[Curtain Theatre]] ([[1577]]). Una vez que los teatros públicos de Londres —incluyendo [[The Rose (teatro)|The Rose]] ([[1587]]), [[The Swan (teatro)|The Swan]] ([[1595]]), [[The Globe Theatre]] ([[1599]]), the [[Fortune Theatre]] ([[1600]]), y el [[Red Bull Theatre|Red Bull]] ([[1604]])—estuvieron en funcionamiento, el teatro podría ser una distracción permanente, en lugar de algo eventual.
La Poética de Aristóteles, que definió la unidad de tiempo y acción (la de espacio es un añadido de los humanistas) en el drama, consiguió imponerse mejor en el continente: sólo algunos clasicistas de corte académico como Ben Jonson siguieron al pie de la letra los preceptos, pero estos personajes no tienen la vida de los de Shakespeare, permaneciendo (sobre todo en el caso de Jonson) a nivel de "tipos" o "máscaras". Fue sobre todo gracias a la renuncia a las reglas que el teatro isabelino pudo desarrollarse de aquellas formas nuevas en las cuales Shakespeare, Beaumont, Fletcher, Marlowe y muchos otros encontraron campo fértil para su genio.


Estos [[Teatro (arquitectura)|teatros]] conservaron mucho de la antigua simplicidad medieval. Ciertas excavaciones arqueológicas de finales del siglo XX han mostrado que aunque los teatros poseían diferencias individuales, su función común hacía que todos siguieran un sencillo esquema general.<ref>Gurr, Andrew. ''The Shakespearean Stage 1574–1642''. Third edition, Cambridge, Cambridge University Press, 1992. pp. 123-31 y 142-6. </ref> Inspirado en su origen en los circos de la época para la lucha entre osos o perros o en las posadas, baratos establecimientos de provincias, el edificio teatral consistía en una construcción muy simple de madera o de piedra, a menudo circular y dotada de un amplio patio interno, cerrado todo alrededor pero sin techo. Tal patio se convirtió en la [[platea]] del teatro, mientras que las galerías derivaron de las balconadas internas de las posadas. Cuando la posada o el circo se convirtieron en teatro, poco o nada se cambió de la antigua construcción: las representaciones se llevaban a cabo en el patio, a la luz del sol. El actor isabelino recitaba en el medio, no delante de la gente: de hecho, el escenario se "adentraba" en una platea que lo circundaba por tres lados (sólo la parte posterior se reservaba a los actores quedando a resguardo del edificio). Como en la [[Edad Media]], el público no era simple espectador, sino que participaba en el drama. La ausencia de los "[[efectos especiales]]" refinaba la capacidad gestual, mímica y verbal de los actores, que sabían crear con maestría lugares y mundos invisibles (la magia de Próspero en ''La tempestad'' alude metafóricamente a esta magia "evocativa").
[editar] Modernidad y realismo de los personajes

La relectura isabelina de los clásicos supuso un vendaval de innovaciones en historias ya milenarias, exaltando en verdad la cualidad universal de los grandes personajes históricos o legendarios. Con otro estilo y otra técnica, incluso los temas sociales se tratan de manera moderna, en toda su complejidad psicológica, infringiendo consolidados tabúes sociales (sexo, muerte, canibalismo, locura). Cabe pensar en el amor "prohibido" entre Romeo y Julieta, dos jóvenes de catorce años que deciden en pocos días casarse y huir de casa; en la representación del suicidio de los amantes. En El rey Lear el abandono del viejo rey por parte de las hijas es el tema dominante (y no hay cosa que resulte más actual que el drama del abandono de los ancianos y de la fragmentación del núcleo familiar). Cualidad esta que, lejos de "empeorar" los personajes, les hacen más semejantes a nosotros, demostrando que en esta época aún nos conmueven profundamente.

[editar] El teatro dentro del teatro

Que el teatro isabelino era un "teatro abierto" y no sólo en el sentido literal del término parece demostrado también por el sentido de autoironía de los actores y de los dramaturgos isabelinos. El actor gusta de hablar al público "entre líneas", para darle la vuelta al personaje mismo que está recitando, anticipando el distanciamiento irónico del teatro de Bertolt Brecht. Para esta clase de actores el dramaturgo isabelino inventa el teatro dentro del teatro. Se ha visto en la mascarada de La tempestad, pero el ejemplo más emblemático es el de Hamlet, en la que el joven heredero al trono de Dinamarca contrata a un grupo de actores itinerantes para representar frente a los ojos de Claudio, del que sospecha que ha asesinado a su padre, un drama que reconstruye el presunto asesinato. Al final Claudio se alza, disgustado y aterrorizado, dejando la corte. Por esto el joven Hamlet se convencerá de la culpabilidad (hasta entonces no probada) de su padrastro, tramando su asesinato. Se pueden encontrar otros ejemplos de esto entre los isabelinos, con éxito semejante al del "cine dentro del cine", pero también con el "teatro dentro del cine".

[editar] Un teatro que se hace cine

Que el teatro isabelino en general y Shakespeare en particular se anticiparon a su tiempo parece demostrado, afirmó Anthony Burgess, por el éxito de las trasposiciones cinematográficas y de las dramatizaciones televisivas, casi como si aquellos dramas hubieran sido escritos para nosotros.[2] Es destacado el éxito de la película Romeo y Julieta de Zeffirelli. Paradójicamente, tal adaptabilidad al cine parece deberse a que el origen del teatro isabelino se encuentra en géneros dramáticos medievales, como los misterios, los milagros y las moralidades, representaciones de carácter popular que se desarrollaban primero en las iglesias y más tarde en las grandes plazas o en las ferias. La falta de escenario y vestuario dejaba el éxito de la representación en manos de los actores. La necesidad de improvisación (a menudo ayudada por un poco de humor) junto a la falta de arquitecturas teatrales sofisticadas más que preocupar a los actores, los liberaban de las excesivas constricciones de la puesta en escena mientras que la falta de efectos especiales fue suplida por la invención poética recreando con sus ricas descripciones, un poco como ocurre a la radio respecto a la televisión, aquello que le "faltaba", enriqueciendo el lenguaje dramático más allá de toda medida.

[editar] Espacio teatral
Escenario del Globe Theatre, pisado por Shakespeare
Platea del Globe Theatre, vista desde el escenario
Las galerías

El teatro isabelino era popular, pero tenía mala reputación. Las autoridades de Londres lo prohibieron en la ciudad, por lo que los teatros se encontraban al otro lado del río Támesis, en la zona de Southwark o Blackfriars, fuera de la competencia de las autoridades de la ciudad.

El establecimiento de teatros públicos grandes y provechosos económicamente fue un factor esencial para el éxito del teatro inglés renacentista. El momento decisivo fue la edificación de The Theatre por James Burbage, en Shoreditch en 1576. The Theatre fue seguido rápidamente por el cercano Curtain Theatre (1577). Una vez que los teatros públicos de Londres —incluyendo The Rose (1587), The Swan (1595), The Globe Theatre (1599), the Fortune Theatre (1600), y el Red Bull (1604)—estuvieron en funcionamiento, el teatro podría ser una distracción permanente, en lugar de algo eventual.

Estos teatros conservaron mucho de la antigua simplicidad medieval. Ciertas excavaciones arqueológicas de finales del siglo XX han mostrado que aunque los teatros poseían diferencias individuales, su función común hacía que todos siguieran un sencillo esquema general.[3] Inspirado en su origen en los circos de la época para la lucha entre osos o perros o en las posadas, baratos establecimientos de provincias, el edificio teatral consistía en una construcción muy simple de madera o de piedra, a menudo circular y dotada de un amplio patio interno, cerrado todo alrededor pero sin techo. Tal patio se convirtió en la platea del teatro, mientras que las galerías derivaron de las balconadas internas de las posadas. Cuando la posada o el circo se convirtieron en teatro, poco o nada se cambió de la antigua construcción: las representaciones se llevaban a cabo en el patio, a la luz del sol. El actor isabelino recitaba en el medio, no delante de la gente: de hecho, el escenario se "adentraba" en una platea que lo circundaba por tres lados (sólo la parte posterior se reservaba a los actores quedando a resguardo del edificio). Como en la Edad Media, el público no era simple espectador, sino que participaba en el drama. La ausencia de los "efectos especiales" refinaba la capacidad gestual, mímica y verbal de los actores, que sabían crear con maestría lugares y mundos invisibles (la magia de Próspero en La tempestad alude metafóricamente a esta magia "evocativa").


Entre la 2.ª y la 3.ª planta del escenario se solían situar los músicos. El aforo era entre 1.500 y 2.000 espectadores. No existían interrupciones entre acto y acto ya que era escasa la escenografía. El mobiliario y los objetos daban la ubicación de la acción (un trono era la corte, una mesa de taberna, una taberna, etc.).
Entre la 2.ª y la 3.ª planta del escenario se solían situar los músicos. El aforo era entre 1.500 y 2.000 espectadores. No existían interrupciones entre acto y acto ya que era escasa la escenografía. El mobiliario y los objetos daban la ubicación de la acción (un trono era la corte, una mesa de taberna, una taberna, etc.).


Otros teatros posteriores, como el Blackfriars Theatre (1599), el Whitefriars (1608) y el Cockpit (1617) eran cerrados y con techo. Con la creación del Salisbury Court Theatre en 1629 el público de Londres tenía seis teatros entre los que elegir: tres que sobrevivían de la época de los grandes teatros "públicos" al aire libre, el Globe, el Fortune, y el Red Bull, y tres teatros "privados", más pequeños y cerrados. De esta forma, la capacidad teatral de la capital era de más de 10,000 personas después de 1610.[4]
Otros teatros posteriores, como el [[Blackfriars Theatre]] ([[1599]]), el [[Whitefriars Theatre|Whitefriars]] ([[1608]]) y el [[Cockpit Theatre|Cockpit]] ([[1617]]) eran cerrados y con techo. Con la creación del [[Salisbury Court Theatre]] en [[1629]] el público de Londres tenía seis teatros entre los que elegir: tres que sobrevivían de la época de los grandes teatros "públicos" al aire libre, el Globe, el Fortune, y el Red Bull, y tres teatros "privados", más pequeños y cerrados. De esta forma, la capacidad teatral de la capital era de más de 10,000 personas después de 1610.<ref>Ann Jennalie Cook, ''The Privileged Playgoers of Shakespeare's London, 1576-1642,'' Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1981; pp. 176-7.</ref>


[editar] Un teatro sin clases
== Un teatro sin clases ==
Mientras el drama renacentista italiano se desarrollaba como una forma de arte elitista, el teatro isabelino resultaba un gran contenedor que fascinaba a todas las [[Clase social|clases]], haciendo así de "nivelador" social. A las representaciones acudían príncipes y campesinos, hombres, mujeres y niños, porque la entrada estaba al alcance de todos, si bien con precios distintos:
{{cita|''El que se queda de pie abajo paga sólo un penique, pero si quiere sentarse, le meten por otra puerta, donde paga otro penique; si desea sentarse sobre un cojín en el mejor sitio, desde donde no sólo se ve todo, sino que también pueden verle, tiene que pagar en una tercera puerta otro penique.'' Descripción que hace Thomas Platter de Basle en [[1599]], tras visitar [[The Curtain]].<ref> Barnard, R., ''Breve historia de la literatura inglesa'', trad. P. Tejada</ref>}}
Acudir al teatro era una costumbre muy arraigada en la época. Por esto todos los dramas debían satisfacer gustos diversos: los del soldado que deseaba ver guerra y duelos, la mujer que buscaba amor y sentimiento, la del abogado que se interesaba por la [[filosofía]] moral y el [[derecho]], y así con todos. Incluso el lenguaje teatral refleja esta exigencia, enriqueciéndose con registros muy variados y adquiriendo gran flexibilidad de expresión.


== Las compañías y los actores ==
Mientras el drama renacentista italiano se desarrollaba como una forma de arte elitista, el teatro isabelino resultaba un gran contenedor que fascinaba a todas las clases, haciendo así de "nivelador" social. A las representaciones acudían príncipes y campesinos, hombres, mujeres y niños, porque la entrada estaba al alcance de todos, si bien con precios distintos:
Para construir un personaje veraz, humanamente cercano a la gente, no se consideraba necesario utilizar grandes vestuarios ni ser [[Arqueología|arqueológicamente]] fieles a los hechos históricos.
El que se queda de pie abajo paga sólo un penique, pero si quiere sentarse, le meten por otra puerta, donde paga otro penique; si desea sentarse sobre un cojín en el mejor sitio, desde donde no sólo se ve todo, sino que también pueden verle, tiene que pagar en una tercera puerta otro penique. Descripción que hace Thomas Platter de Basle en 1599, tras visitar The Curtain.[5]


Las compañías funcionaban sobre un sistema de repertorio. Raramente interpretaban la misma obra dos días seguidos.
Acudir al teatro era una costumbre muy arraigada en la época. Por esto todos los dramas debían satisfacer gustos diversos: los del soldado que deseaba ver guerra y duelos, la mujer que buscaba amor y sentimiento, la del abogado que se interesaba por la filosofía moral y el derecho, y así con todos. Incluso el lenguaje teatral refleja esta exigencia, enriqueciéndose con registros muy variados y adquiriendo gran flexibilidad de expresión.


Emplear a actrices estaba prohibido por la ley, y así se mantuvo durante el [[siglo XVII]], incluso bajo la dictadura [[Puritanismo|puritana]]. Los personajes femeninos eran entonces representados por muchachos. Pero esto no disminuyó el éxito de las representaciones, como prueba el testimonio de la época y las continuas protestas contra las compañías teatrales por parte de los administradores puritanos de la ''City''.
[editar] Las compañías y los actores


Era un teatro que funcionaba por compañías privadas y formadas por actores, que pagaban a los autores para interpretar su obra y a otros actores secundarios. Algunos alquilaban el teatro y otros eran propietarios del mismo. Cada compañía tenía un aristócrata, que era una especie de apoderado moral. Sólo la protección acordada por el grupo de actores con príncipes y reyes -si el actor vestía su librea no podía ser de hecho arrestado - pudo salvar a Shakespeare y a muchos de sus compañeros de las condenas de impiedad lanzadas por la municipalidad puritana. Una ley de [[1572]] eliminó las compañías que carecían de un patrocinio formal al considerar a sus miembros "vagabundos". El nombre de muchas compañías teatrales derivan de esta forma de patrocinio: ''[[The Admiral's Men]]'' y ''[[The King's Men]]'' eran "los hombres del [[almirante]]" y "los hombres del [[soberano]]". Una compañía que no hubiese tenido un poderoso ''mecenas'' a sus espaldas podía encontrarse en una serie de dificultades y ver sus espectáculos cancelados de un día para otro.
Para construir un personaje veraz, humanamente cercano a la gente, no se consideraba necesario utilizar grandes vestuarios ni ser arqueológicamente fieles a los hechos históricos.


A estos problemas se añade que, para los actores, el [[salario]] era muy bajo.
Las compañías funcionaban sobre un sistema de repertorio. Raramente interpretaban la misma obra dos días seguidos.

Emplear a actrices estaba prohibido por la ley, y así se mantuvo durante el siglo XVII, incluso bajo la dictadura puritana. Los personajes femeninos eran entonces representados por muchachos. Pero esto no disminuyó el éxito de las representaciones, como prueba el testimonio de la época y las continuas protestas contra las compañías teatrales por parte de los administradores puritanos de la City.

Era un teatro que funcionaba por compañías privadas y formadas por actores, que pagaban a los autores para interpretar su obra y a otros actores secundarios. Algunos alquilaban el teatro y otros eran propietarios del mismo. Cada compañía tenía un aristócrata, que era una especie de apoderado moral. Sólo la protección acordada por el grupo de actores con príncipes y reyes -si el actor vestía su librea no podía ser de hecho arrestado - pudo salvar a Shakespeare y a muchos de sus compañeros de las condenas de impiedad lanzadas por la municipalidad puritana. Una ley de 1572 eliminó las compañías que carecían de un patrocinio formal al considerar a sus miembros "vagabundos". El nombre de muchas compañías teatrales derivan de esta forma de patrocinio: The Admiral's Men y The King's Men eran "los hombres del almirante" y "los hombres del soberano". Una compañía que no hubiese tenido un poderoso mecenas a sus espaldas podía encontrarse en una serie de dificultades y ver sus espectáculos cancelados de un día para otro.

A estos problemas se añade que, para los actores, el salario era muy bajo.


El Consejo Real tenía que dar el visto bueno a todas y cada una de las obras ya que existía la censura respecto a temas morales como el sexo, la maldad, las manifestaciones contra Dios, la Iglesia, etc.
El Consejo Real tenía que dar el visto bueno a todas y cada una de las obras ya que existía la censura respecto a temas morales como el sexo, la maldad, las manifestaciones contra Dios, la Iglesia, etc.


[editar] Lista de actores
=== Lista de actores ===
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*[[Edward Alleyn]]
*[[Robert Armin]]
*[[Christopher Beeston]]
*[[James Burbage]]
*[[Richard Burbage]]
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*[[Henry Condell]]
*[[Nathan Field]]
*[[John Heminges]]
*[[Thomas Heywood]]
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*[[William Kempe|Will Kempe]]
*[[William Rowley]]
*[[William Shakespeare]]
*[[Richard Tarlton]]
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{{col-begin}}
* Edward Alleyn
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* Robert Armin
* Christopher Beeston
* James Burbage
* Richard Burbage


=== Otras personalidades ===
*[[George Buc]], [[Maestro de ceremonias]] 1609 - 1622
*[[Cuthbert Burbage]], empresario
*[[James Burbage]], empresario
*[[Philip Henslowe]], empresario
*[[Francis Langley]], empresario
*[[Edmund Tilney]], maestro de ceremonias 1579 - 1609


=== Lista de compañías ===
* Henry Condell
*[[The Admiral's Men]]
* Nathan Field
*[[The King's Men]]
* John Heminges
*[[Lord Chamberlain's Men]]
* Thomas Heywood
*[[Queen Anne's Men]]
*[[Worcester's Men]]


== Los autores ==
[[Archivo:Christopher Marlowe.jpg|thumb|right|[[Christopher Marlowe]] ([[1564]]-[[1593]])]]
[[Archivo:Hw-shakespeare.jpg|thumb|right|[[William Shakespeare]] ([[1564]]-[[1616]])]]


La creciente población de [[Londres]], la mayor riqueza de sus ciudadanos y su pasión por el espectáculo produjeron una literatura dramática de notable variedad, calidad y extensión. A pesar de que la mayor parte de los textos escritos para la escena isabelina se perdieron, se conservan unos 600, testimonio de una época culturalmente viva.
* Will Kempe
* William Rowley
* William Shakespeare
* Richard Tarlton


Los hombres (no se sabe que hubiera mujeres escribiendo para el teatro en esta época) que inventaban estos dramas eran ante todo autodidactas de modestos orígenes, a pesar de que algunos debieron haber recibido instrucción en [[Universidad de Oxford|Oxford]] o [[Universidad de Cambridge|Cambridge]].<ref>Algunas aristócratas hacían traducciones de dramas. Chambers, ''Elizabethan Stage'', Vol.3 señala a [[Elizabeth Tanfield Cary|Elizabeth, Lady Cary]]; [[Mary Sidney|Mary Herbert, Condesa de Pembroke]]; [[Jane Lumley|Jane, Lady Lumley]]; y a [[Isabel I de Inglaterra|Isabel Tudor]].</ref> A pesar de que [[William Shakespeare]] fuese, hasta donde se sabe, un actor, la mayor parte de ellos no lo fueron y no se conoce el nombre de ningún autor posterior a 1600 que haya pisado la escena como actor para redondear sus ingresos.
[editar] Otras personalidades


No todos los dramaturgos se corresponden con las imágenes modernas de poetas o [[intelectual]]es. [[Christopher Marlowe]] fue asesinado en el curso de una riña en una taberna, [[William Shakespeare|Shakespeare]] acompañaba a personajes de los bajos fondos de Londres y redondeaba sus ingresos prestando dinero, mientras que [[Ben Jonson]] mató a un actor en un [[duelo]]. Muchos otros fueron posiblemente soldados. Quizá en ninguna otra época el drama es más real y toca la sensibilidad de todos: conspiraciones, asesinatos políticos, [[Pena capital|condenas a muerte]] y violencia estaban a la orden del día, también porque el Renacimiento es una época de cambios traumáticos: en Italia, y sobre todo en [[Florencia]], los complots políticos de palacio y las guerras intestinas ensangrentaron la ciudad: la grandeza de la época contempla así su propia crisis, que es también la crisis y la superación definitiva de la [[Edad Media]].
* George Buc, Maestro de ceremonias 1609 - 1622
* Cuthbert Burbage, empresario
* James Burbage, empresario
* Philip Henslowe, empresario
* Francis Langley, empresario
* Edmund Tilney, maestro de ceremonias 1579 - 1609


La de los escritores teatrales era una profesión remunerada, pero mientras fuesen capaces de producir dos piezas teatrales al año.<ref>Halliday, ''Shakespeare Companion'', p. 374.</ref> Dado que los dramaturgos ganaban poco por la venta de sus obras, para vivir debían escribir muchísimo. La mayor parte de los dramaturgos profesionales ganaban una media de 25 [[Libra esterlina|esterlinas]] al año, una cifra destacada para la época. Eran pagados, en general, a plazos, según avanzaba la escritura de la obra y si al fin el texto era aceptado podían además recibir los beneficios de un día de representación. No gozaban aún de ningún [[derecho de autor|derecho]] sobre lo que habían escrito. Cuando el texto se vendía a una compañía, esta lo poseía y el autor no tenía nungún control sobre la elección de los actores o sobre la representación, ni sobre las sucesivas revisiones y publicaciones.
[editar] Lista de compañías


=== Marlowe ===
* The Admiral's Men
{{AP|Christopher Marlowe}}
* The King's Men
Marlowe era un personaje extraño que se adelantó a su tiempo, y al que Shakespeare copió partes en algunas de sus obras, siempre con su permiso.<ref>{{cita libro
* Lord Chamberlain's Men
| autor = Górriz Villarrolla, Manuel
* Queen Anne's Men
| capítulo = La verdadera tragedia: Christopher Marlowe
* Worcester's Men
| título = Historia de la literatura inglesa, I
| año = 1988
| editorial = Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid
| id = ISBN 84-306-9950-3
}}</ref> Revolucionaría el tipo de personajes que va a poner en escena: sus obras atentarían contra la moral, la corona y la [[Iglesia]]. Era [[ateo]] y se tiene constancia de sus servicios a la reina (probablemente como espía). Se ha especulado sobre su posible tendencia [[homosexual]], si bien es una cuestión que no se ha corroborado y se atribuye a la trama de su obra Eduardo II, centrada en los amores de éste con su favorito Gaveston, y a la acusación de [[Thomas Kyd]], compañero y amigo, sometido a tortura.<ref>Martínez López, Miguel. ''La maldición del saber de Fausto de Christopher Marlowe''. Cuadernos del CEMYR, núm 5. 1997 ISSN 1135-125X, pag. 36</ref> En su época alcanzó gran fama y su teatro se representó con un notable éxito.


=== Shakespeare ===
[editar] Los autores
{{AP|William Shakespeare}}
Christopher Marlowe (1564-1593)
Shakespeare no fue a la universidad, rompe las unidades clásicas de espacio, tiempo y acción y mezcla de géneros.<ref>{{cita libro
William Shakespeare (1564-1616)
| autor = Pérez Gallego, Cándido
| capítulo = Shakespeare
| título = Historia de la literatura inglesa, I
| año = 1988
| editorial = Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid
| id = ISBN 84-306-9950-3
}}</ref> Copia elementos griegos y latinos, de otros autores y de la historia británica.


Usa la violencia aunque no es el más violento. En sus obras también usa la [[magia]]. Las cortas escenas y el espacio isabelino permiten la construcción de varias líneas de tramas altera la idea de quien va a ser el protagonista. Construye personajes creando conflictos más complejos que los de antes y usaba la representación de estos conflictos mediante monólogos justificados ante el público.
La creciente población de Londres, la mayor riqueza de sus ciudadanos y su pasión por el espectáculo produjeron una literatura dramática de notable variedad, calidad y extensión. A pesar de que la mayor parte de los textos escritos para la escena isabelina se perdieron, se conservan unos 600, testimonio de una época culturalmente viva.


=== Lista de autores destacados ===
Los hombres (no se sabe que hubiera mujeres escribiendo para el teatro en esta época) que inventaban estos dramas eran ante todo autodidactas de modestos orígenes, a pesar de que algunos debieron haber recibido instrucción en Oxford o Cambridge.[6] A pesar de que William Shakespeare fuese, hasta donde se sabe, un actor, la mayor parte de ellos no lo fueron y no se conoce el nombre de ningún autor posterior a 1600 que haya pisado la escena como actor para redondear sus ingresos.


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No todos los dramaturgos se corresponden con las imágenes modernas de poetas o intelectuales. Christopher Marlowe fue asesinado en el curso de una riña en una taberna, Shakespeare acompañaba a personajes de los bajos fondos de Londres y redondeaba sus ingresos prestando dinero, mientras que Ben Jonson mató a un actor en un duelo. Muchos otros fueron posiblemente soldados. Quizá en ninguna otra época el drama es más real y toca la sensibilidad de todos: conspiraciones, asesinatos políticos, condenas a muerte y violencia estaban a la orden del día, también porque el Renacimiento es una época de cambios traumáticos: en Italia, y sobre todo en Florencia, los complots políticos de palacio y las guerras intestinas ensangrentaron la ciudad: la grandeza de la época contempla así su propia crisis, que es también la crisis y la superación definitiva de la Edad Media.
{{col-3}}
*[[William Alabaster]]
*[[Robert Armin]]
*[[Francis Beaumont]]
*[[George Chapman]]
*[[Henry Chettle]]
*[[Samuel Daniel]]
*[[John Day]]
*[[Thomas Dekker]]
*[[Michael Drayton]]
*[[Richard Edwardes]]
*[[John Fletcher]]
*[[John Ford (dramaturgo)|John Ford]]
*[[Abraham Fraunce]]
*[[George Gascoigne]]
{{col-3}}
*[[Arthur Golding]]
*[[Robert Greene]]
*[[Richard Hathwaye]]
*[[William Haughton]]
*[[Thomas Heywood]]
*[[Thomas Hughes]]
*[[Ben Jonson]]
*[[Thomas Kyd]]
*[[Thomas Lodge]]
*[[John Lyly]]
*[[Christopher Marlowe]]
*[[John Marston]]
*[[Philip Massinger]]
*[[Thomas Middleton]]
{{col-3}}
*[[Anthony Munday]]
*[[Thomas Nashe]]
*[[Thomas Norton]]
*[[George Peele]]
*[[Henry Porter]]
*[[Samuel Rowley]]
*[[William Rowley]]
*[[Thomas Sackville]]
*[[William Shakespeare]]
*[[James Shirley]]
*[[Philip Sidney]]
*[[Wentworth Smith]]
*[[Cyril Tourneur]]
*[[John Webster]]


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La de los escritores teatrales era una profesión remunerada, pero mientras fuesen capaces de producir dos piezas teatrales al año.[7] Dado que los dramaturgos ganaban poco por la venta de sus obras, para vivir debían escribir muchísimo. La mayor parte de los dramaturgos profesionales ganaban una media de 25 esterlinas al año, una cifra destacada para la época. Eran pagados, en general, a plazos, según avanzaba la escritura de la obra y si al fin el texto era aceptado podían además recibir los beneficios de un día de representación. No gozaban aún de ningún derecho sobre lo que habían escrito. Cuando el texto se vendía a una compañía, esta lo poseía y el autor no tenía nungún control sobre la elección de los actores o sobre la representación, ni sobre las sucesivas revisiones y publicaciones.
[editar] Marlowe
Artículo principal: Christopher Marlowe


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Marlowe era un personaje extraño que se adelantó a su tiempo, y al que Shakespeare copió partes en algunas de sus obras, siempre con su permiso.[8] Revolucionaría el tipo de personajes que va a poner en escena: sus obras atentarían contra la moral, la corona y la Iglesia. Era ateo y se tiene constancia de sus servicios a la reina (probablemente como espía). Se ha especulado sobre su posible tendencia homosexual, si bien es una cuestión que no se ha corroborado y se atribuye a la trama de su obra Eduardo II, centrada en los amores de éste con su favorito Gaveston, y a la acusación de Thomas Kyd, compañero y amigo, sometido a tortura.[9] En su época alcanzó gran fama y su teatro se representó con un notable éxito.
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[editar] Shakespeare
Artículo principal: William Shakespeare


== Teatro jacobino y carolino ==
Shakespeare no fue a la universidad, rompe las unidades clásicas de espacio, tiempo y acción y mezcla de géneros.[10] Copia elementos griegos y latinos, de otros autores y de la historia británica.
El carácter del drama cambió con los reyes [[Estuardo]]. Con el desarrollo de teatros privados, el drama se orientó más hacia los gustos y valores de la audiencia de clase social superior. En el período del reinado de [[Carlos I de Inglaterra|Carlos I]], pocas obras nuevas se escribieron en los teatros públicos, que se mantuvieron gracias a las obras acumuladas en las décadas anteriores.


El creciente movimiento [[Puritanismo|puritano]] era hostil a los teatros, a los que consideraban pecaminosos por varias razones: los jóvenes vestidos de mujer para interpretar papeles femeninos, el hecho de que los teatros estuvieran en la misma parte de la ciudad que los prostíbulos y otros centros de vicio y, finalmente, la defensa en escena de opniones políticas contrarias a los [[Puritanismo|puritanos]]. Cuando la facción puritana del Parlamento consiguió dominar la ciudad de Londres al comienzo de la [[Guerra civil inglesa|Guerra civil]], ordenó la clausura de todos los teatros en [[1642]].
Usa la violencia aunque no es el más violento. En sus obras también usa la magia. Las cortas escenas y el espacio isabelino permiten la construcción de varias líneas de tramas altera la idea de quien va a ser el protagonista. Construye personajes creando conflictos más complejos que los de antes y usaba la representación de estos conflictos mediante monólogos justificados ante el público.
[editar] Lista de autores destacados


== Influencia ==
* William Alabaster
Mientras el teatro isabelino conservó su simplicidad estructural, el continental, siguiendo el ejemplo italiano, se hacía dependiente de los ''[[efectos especiales]]'' (cabe pensar en las maquinarias escénicas e incluso en los [[autómatas]] inventados por [[Leonardo da Vinci|Leonardo]]). De aquí al teatro "ilusionista" moderno sólo hay un pequeño paso. Es cierto que a partir del [[siglo XX]] numerosas han sido las [[vanguardia]]s que han introducido soluciones nuevas (como el [[Futurismo]], el [[Dadaísmo]], el [[Surrealismo]] y la [[Bauhaus]]), pero rara vez el gran público se ha sentido involucrado en estas iniciativas y puede decirse que al teatro aún le queda mucho camino por recorrer para alcanzar la popularidad del [[cine]] o de la [[televisión]].
* Robert Armin
* Francis Beaumont
* George Chapman
* Henry Chettle
* Samuel Daniel
* John Day
* Thomas Dekker
* Michael Drayton
* Richard Edwardes
* John Fletcher
* John Ford
* Abraham Fraunce
* George Gascoigne


== Referencias ==
{{listaref|2}}
''Este artículo es traducción de la wikipedia italiana, que señala las siguientes fuentes:''
; Crítica
*Praz, M., ''Storia della letteratura inglese''. Florencia, Sansoni, 1985.
*Gurr, Andrew, ''The Shakespearean Stage''. Cambridge, Cambridge University Press, 1992.
*[[Aristóteles]], ''[[Poética]]''. Bari, Laterza, 1998.
*Cuddon, J. A., ''Literary Terms and Literary Theory''. Harmonsdworth, Penguin, 1998.
*Salinari, C. e Ricci, C., ''Storia della Letteratura Italiana''. Bari, Laterza, 1983.
*Burgess, A., ''English Literature''. Hong Kong, Longman, 1974.
*Macchia G., ''La letteratura francese'', Vol.2. Milán, Accademia, 1970.


; Obras teatrales
* Arthur Golding
*[[Ben Jonson]], ''Volpone'', ed. Philip Brockbank. Nueva York, Norton, 1968.
* Robert Greene
*[[Christopher Marlowe]], ''La Trágica historia de la vida y muerte del doctor Fausto''. Ediciones Cátedra, Madrid, 1984. ISBN 84-376-0472-9.
* Richard Hathwaye
*[[Thomas Nashe]], ''The Unfortunate Traveller'', en: ''Elizabethan Prose Fiction''. Harmondsworth, Penguin, 1987.
* William Haughton
*William Shakespeare, ''[[Macbeth]]''. Nueva York, Methuen, 1984.
* Thomas Heywood
*William Shakespeare, ''Macbeth'' (Texto it.). Milán, Mursia, 1971-82.
* Thomas Hughes
*William Shakespeare, ''[[La tempestad|The Tempest]]''. Nueva York, Methuen, 1958.
* Ben Jonson
*William Shakespeare, ''[[El rey Lear|Re Lear]].(Texto it.). Milán, Rizzoli, 1963.
* Thomas Kyd
*[[William Shakespeare]], ''[[Romeo y Julieta|Romeo and Juliet]]''. Nueva York, Methuen, 1980.
* Thomas Lodge
*William Shakespeare, ''[[Romeo y Julieta]]'' (traducido por [[Leandro Fernández de Moratín]] y [[Marcelino Menéndez Pelayo]]). Editorial Edaf, Madrid, 1970. depósito legal M. 681.-1970.
* John Lyly
* Christopher Marlowe
* John Marston
* Philip Massinger
* Thomas Middleton


; Otras referencias
*[[René Girard|Girard, René]]. ''Shakespeare''. Edit. Anagrama. Barcelona, 1995.
*Oliva, César y Francisco Torres Montreal. ''Historia básica del arte escénico''. Edit. Cátedra. Madrid, 1990.
*[[William Shakespeare#Bibliografía|Bibliografía contenida en el artículo sobre William Shakespeare]]


== Véase también ==
* Anthony Munday
=== Voces generales ===
* Thomas Nashe
*[[Época isabelina]]
* Thomas Norton
*[[Teatro]]
* George Peele
*[[Teatro (arquitectura)]]
* Henry Porter
*[[Literatura inglesa]]
* Samuel Rowley
*[[Literatura isabelina]]
* William Rowley
* Thomas Sackville
* William Shakespeare
* James Shirley
* Philip Sidney
* Wentworth Smith
* Cyril Tourneur
* John Webster


[editar] Teatro jacobino y carolino


El carácter del drama cambió con los reyes Estuardo. Con el desarrollo de teatros privados, el drama se orientó más hacia los gustos y valores de la audiencia de clase social superior. En el período del reinado de Carlos I, pocas obras nuevas se escribieron en los teatros públicos, que se mantuvieron gracias a las obras acumuladas en las décadas anteriores.


=== Lugares de interés ===
El creciente movimiento puritano era hostil a los teatros, a los que consideraban pecaminosos por varias razones: los jóvenes vestidos de mujer para interpretar papeles femeninos, el hecho de que los teatros estuvieran en la misma parte de la ciudad que los prostíbulos y otros centros de vicio y, finalmente, la defensa en escena de opniones políticas contrarias a los puritanos. Cuando la facción puritana del Parlamento consiguió dominar la ciudad de Londres al comienzo de la Guerra civil, ordenó la clausura de todos los teatros en 1642.
*[[Stratford-upon-Avon]]
[editar] Influencia
*[[Londres]]
*[[Inglaterra]]
*[[Reino Unido]]
*[[Pinewood Studios]]


== Enlaces externos ==
Mientras el teatro isabelino conservó su simplicidad estructural, el continental, siguiendo el ejemplo italiano, se hacía dependiente de los efectos especiales (cabe pensar en las maquinarias escénicas e incluso en los autómatas inventados por Leonardo). De aquí al teatro "ilusionista" moderno sólo hay un pequeño paso. Es cierto que a partir del siglo XX numerosas han sido las vanguardias que han introducido soluciones nuevas (como el Futurismo, el Dadaísmo, el Surrealismo y la Bauhaus), pero rara vez el gran público se ha sentido involucrado en estas iniciativas y puede decirse que al teatro aún le queda mucho camino por recorrer para alcanzar la popularidad del cine o de la televisión.
* [http://hal9000.cisi.unito.it/wf/DIPARTIMEN/Scienze_de/FAR/Corsi-in-r/Discipline1/Teatro/Storia-del/Teatro-rin/Shakespear/index.htm Recopilación de links a cargo de la Universidad de los estudios de Turín]
[editar] Referencias
*[http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=3751&cat=arte Teatro isabelino] en Enciclopedia GER.


=== Textos ===
1. ↑ Górriz Villarrolla, Manuel (1988). «La tragedia inglesa primitiva: la influencia de Séneca», Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3.
*[http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=630 Obras de William Shakespeare] en [http://www.cervantesvirtual.com/ Cervantes Virtual]
2. ↑ Burgess, A., English Literature. Hong Kong, Longman, 1974.
*[http://en.wikisource.org/wiki/Macbeth Macbeth] en Wikisource (inglés)
3. ↑ Gurr, Andrew. The Shakespearean Stage 1574–1642. Third edition, Cambridge, Cambridge University Press, 1992. pp. 123-31 y 142-6.
*[http://en.wikisource.org/wiki/The_Tempest The Tempest] en Wikisource (inglés)
4. ↑ Ann Jennalie Cook, The Privileged Playgoers of Shakespeare's London, 1576-1642, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1981; pp. 176-7.
*[http://en.wikisource.org/wiki/Romeo_and_Juliet Romeo and Juliet] en Wikisource (inglés)
5. ↑ Barnard, R., Breve historia de la literatura inglesa, trad. P. Tejada
*[http://en.wikisource.org/wiki/The_Tragedy_of_Doctor_Faustus The Tragedy of Doctor Faustus] de [[Christopher Marlowe]] en Wikisource (inglés)
6. ↑ Algunas aristócratas hacían traducciones de dramas. Chambers, Elizabethan Stage, Vol.3 señala a Elizabeth, Lady Cary; Mary Herbert, Condesa de Pembroke; Jane, Lady Lumley; y a Isabel Tudor.
*[http://search.eb.com/shakespeare/index2.html Shakespeare and the Globe]. Artículo sobre Shakespeare y The Globe en la Encyclopaedia Britannica: amplio estudio sobre el teatro de la época.
7. ↑ Halliday, Shakespeare Companion, p. 374.
8. ↑ Górriz Villarrolla, Manuel (1988). «La verdadera tragedia: Christopher Marlowe», Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3.
9. ↑ Martínez López, Miguel. La maldición del saber de Fausto de Christopher Marlowe. Cuadernos del CEMYR, núm 5. 1997 ISSN 1135-125X, pag. 36
10. ↑ Pérez Gallego, Cándido (1988). «Shakespeare», Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3.


=== Filmografía ===
Este artículo es traducción de la wikipedia italiana, que señala las siguientes fuentes:
==== Shakespeare ====
{{AP|William Shakespeare#Shakespeare en la pantalla|Shakespeare en el cine}}
*[http://akas.imdb.com/title/tt0138097/ Shakespeare in Love]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0067372/ The Tragedy of Macbeth]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0076269/ King Lear]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0116477/ Hamlet]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0081613/ The Tempest]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0063518/ Romeo e Giulietta] (de [[Franco Zeffirelli]])
El mercader de venecia


==== Marlowe ====
Crítica
*[http://akas.imdb.com/title/tt0062898/ Doctor Faustus]
*[http://akas.imdb.com/title/tt0364736/ Volpone] (con [[Gérard Depardieu]])
{{destacado|it}}


{{destacado|pt}}
* Praz, M., Storia della letteratura inglese. Florencia, Sansoni, 1985.
* Gurr, Andrew, The Shakespearean Stage. Cambridge, Cambridge University Press, 1992.
* Aristóteles, Poética. Bari, Laterza, 1998.
* Cuddon, J. A., Literary Terms and Literary Theory. Harmonsdworth, Penguin, 1998.
* Salinari, C. e Ricci, C., Storia della Letteratura Italiana. Bari, Laterza, 1983.
* Burgess, A., English Literature. Hong Kong, Longman, 1974.
* Macchia G., La letteratura francese, Vol.2. Milán, Accademia, 1970.


{{Bueno|no}}
Obras teatrales

* Ben Jonson, Volpone, ed. Philip Brockbank. Nueva York, Norton, 1968.
* Christopher Marlowe, La Trágica historia de la vida y muerte del doctor Fausto. Ediciones Cátedra, Madrid, 1984. ISBN 84-376-0472-9.
* Thomas Nashe, The Unfortunate Traveller, en: Elizabethan Prose Fiction. Harmondsworth, Penguin, 1987.
* William Shakespeare, Macbeth. Nueva York, Methuen, 1984.
* William Shakespeare, Macbeth (Texto it.). Milán, Mursia, 1971-82.
* William Shakespeare, The Tempest. Nueva York, Methuen, 1958.
* William Shakespeare, Re Lear.(Texto it.). Milán, Rizzoli, 1963.
* William Shakespeare, Romeo and Juliet. Nueva York, Methuen, 1980.
* William Shakespeare, Romeo y Julieta (traducido por Leandro Fernández de Moratín y Marcelino Menéndez Pelayo). Editorial Edaf, Madrid, 1970. depósito legal M. 681.-1970.

Otras referencias

* Girard, René. Shakespeare. Edit. Anagrama. Barcelona, 1995.
* Oliva, César y Francisco Torres Montreal. Historia básica del arte escénico. Edit. Cátedra. Madrid, 1990.
* Bibliografía contenida en el artículo sobre William Shakespeare

[editar] Véase también
[editar] Voces generales

* Época isabelina
* Teatro
* Teatro (arquitectura)
* Literatura inglesa
* Literatura isabelina


[editar] Lugares de interés

* Stratford-upon-Avon
* Londres
* Inglaterra
* Reino Unido
* Pinewood Studios

[editar] Enlaces externos

* Recopilación de links a cargo de la Universidad de los estudios de Turín
* Teatro isabelino en Enciclopedia GER.

[editar] Textos

* Obras de William Shakespeare en Cervantes Virtual
* Macbeth en Wikisource (inglés)
* The Tempest en Wikisource (inglés)
* Romeo and Juliet en Wikisource (inglés)
* The Tragedy of Doctor Faustus de Christopher Marlowe en Wikisource (inglés)
* Shakespeare and the Globe. Artículo sobre Shakespeare y The Globe en la Encyclopaedia Britannica: amplio estudio sobre el teatro de la época.

[editar] Filmografía
[editar] Shakespeare
Artículo principal: Shakespeare en el cine

* Shakespeare in Love
* The Tragedy of Macbeth
* King Lear
* Hamlet
* The Tempest
* Romeo e Giulietta (de Franco Zeffirelli)

El mercader de venecia
[editar] Marlowe


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* Doctor Faustus
[[Categoría:Teatro del Reino Unido]]
* Volpone (con Gérard Depardieu)
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Teatro Isabelino
Otelo y Desdémona, del Otelo de Shakespeare.
Romeo y Julieta, cuadro de Ford Madox Brown.

El teatro isabelino (1558-1625) es una denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra ([reina desde 1558 hasta]-1603), y se asocia tradicionalmente a la figura de William Shakespeare (1564-1616).

En realidad los estudiosos extienden generalmente la era isabelina hasta incluir el reinado de Jacobo I († 1625), hablándose entonces de "teatro jacobino", e incluso más allá, incluyendo el de su sucesor, Carlos I, hasta la clausura de los teatros en el año 1642 a causa de la llegada de la Guerra civil ("teatro carolino"). El hecho de que se prolongue más allá del reinado de Isabel I hace que el drama escrito entre la Reforma y la clausura de los teatros en 1642 se denomine Teatro renacentista inglés.

Shakespeare le dedica a Jacobo I algunas de sus obras principales, escritas para celebrar el ascenso al trono del soberano, como Otelo (1604), El rey Lear (1605), Macbeth (1606, homenaje a la dinastía Estuardo), y La tempestad (1611, que incluye entre otros una "mascarada", interludio musical en honor del rey que asistió a la primera representación.)

El período isabelino no coincide cronológicamente en su totalidad con el Renacimiento europeo y menos aún con el italiano, mostrando un fuerte acento manierista y Barroco en sus elaboraciones más tardías.

Factores histórico-sociales

Isabel I de Inglaterra (1533-1603)
The Globe en Londres.

La época isabelina significó el ingreso de Inglaterra en la Edad Moderna bajo el empuje de las innovaciones científico-tecnológicas como la revolución copernicana y de las grandes exploraciones geográficas (es cuando comienza la colonización inglesa de América del Norte). La tempestad se ambienta, no por casualidad, en una isla del Caribe cuya población (representada simbólicamente por el "salvaje" Calibán y su madre, la maga Sycorax) está sometida a las artes mágicas de Próspero, esto es, de la tecnología y del progreso de los colonizadores europeos.

La separación de la órbita del Papado y del Sacro Imperio Romano, con la derrota de Felipe II de España y de su Armada invencible (1588), el mayor bienestar económico debido a la expansión del comercio a través de Atlántico, sellaron el triunfo de Isabel y el nacimiento de la Inglaterra moderna. En esta época de intercambios culturales creció el interés hacia las humanae litterae y por lo tanto, hacia Italia, donde los intelectuales huidos de Constantinopla (1453) habían llevado consigo antiguos manuscritos de los grandes clásicos griegos y latinos haciendo surgir un interés sin precedentes por la antigüedad greco-romana y los estudios del idioma hebreo.

Nació entonces en Italia el Humanismo (una vocación sobre todo filológica y arqueológica), destinado a madurar en el siglo XVI durante el Renacimiento, con la creación de un arte y una arquitectura moderna y una renovación tecnológica a gran escala (se piensa sobre todo en un Leonardo da Vinci). Si en Italia el Renacimiento se agotó hacia la mitad del siglo XVI, en el norte de Europa (donde llegó más tarde) perduró hasta las primeras décadas del siglo XVII.

Interés por Italia

Este deseo de renovación y de modernidad se difundió también en Londres. Ni siquiera los siniestros relatos de presuntos viajes al país por parte de Maquiavelo, como el The Unfortunate Traveller, or the Life of Jack Wilton de Thomas Nashe, pudieron disminuir el entusiasmo del público: la amoralidad de El Príncipe y las voces de las conjuras papales contribuyeron en su lugar a mantener vivo el interés por Italia. En la propia capital se hacía notar una comunidad de inmigrantes italianos (muchos de los cuales eran dramaturgos y actores): con ellos Shakespeare, Christopher Marlowe, el segundo dramaturgo más destacado, y sus contemporáneos tuvieron probablemente relaciones de amistad y de frecuente colaboración profesional.

El éxito de Séneca

En la época de Shakespeare no había muchos que pudieran leer los dramas en latín y menos aún en griego, lengua que sólo entonces se comenzaba a conocer. Las obras de Séneca, ya objeto de gran interés para los humanistas italianos se difundieron, si bien sobre todo a través de adaptaciones italianas que se apartaban no poco del espíritu del original.[1]​ Los autores introdujeron en las representaciones escenas de violencia y crueldad en lugar de la verdadera historia narrada por sus testimonios. Pero fue la versión italianizada, donde el mal se representaba con toda su intensidad, lo que gustó a los dramaturgos isabelinos y encontró el interés del público.

La tragicomedia y lo novelesco

Fernando y Miranda, en La tempestad, acto V, Edward Reginald Frampton (británico, 1870-1923).

Un drama muy ligado a los efectos escénicos y que se apodera de las emociones más violentas se asocia entonces a las pasiones del amor más morboso: el cuadro antiguo pintado con mano sutil es restaurado con trazos tan gruesos que casi ocultan el toque del artista. No es por casualidad que los mismos dramaturgos renacentistas trabajasen contemporáneamente con obras del tipo "mixto", como las "pastorales" o las "tragicomedias", fusión de comedia y tragedia, juntando lo trágico, lo cómico y lo novelesco.

La mezcla de géneros propia del renacimiento inglés fue también experimentada por los isabelinos, cuyas tragedias y comedias mantuvieron sin embargo una mayor separación irónica y realista. La tempestad tiene mucho de tragicomedia, mas la ironía y la comicidad de los personajes, la profundidad de la exploración filosófica le confieren mayor aliento. Lo mismo puede decirse de muchas otras grandes comedias de Shakespeare e isabelinas, en las que lo cómico se mezcla fatalmente con lo trágico, como por otra parte ocurre en el cine moderno. El bufón de El rey Lear, y la locura del rey caído en desgracia por la traición de sus hijas a las que, por afecto, había regalado todo su patrimonio, proporcionaban el alivio cómico al público haciendo resaltar, como por el efecto del claroscuro, la tragedia personal de Lear y la nacional de Inglaterra rota por la guerra civil.

Innovaciones respecto al teatro continental

La época isabelina no se limitó a adaptar los modelos: renovó felizmente el metro con el verso blanco (blank verse, pentámetro yámbico carente de rima), que imita bastante fielmente el verso latino senequista, liberando al diálogo dramático de la artificiosidad de la rima, mientras se conserva la regularidad de los cinco pies del verso. El verso blanco fue introducido por el Conde de Surrey cuando en el año 1540 publicó una traducción de la Eneida usando esta forma métrica, pero debe esperarse al Gorboduc de Sackville y Norton (1561) para que se usase en el drama para llegar a culminar en la epopeya bíblica de John Milton, el Paraíso perdido. La idea de usar un metro semejante se le ocurrió a Surrey por la versión de la Eneida de Molza, inventor del versi sciolti (verso libre). El teatro isabelino introduce asimismo toda una serie de técnicas teatrales de vanguardia que fueron utilizadas siglos más tarde por el cine y la televisión. El escenario inglés de finales del siglo XVI (sobre todo en Shakespeare) presenta un frecuente y rápido sucederse de escenas que hacen pasar rápidamente de un lugar a otro, saltando horas, días, meses con una agilidad casi pareja a la del cine moderno. El verso blanco juega una parte no menor confiriendo a la poesía la espontaneidad de la conversación y la naturalidad del recitado.

La Poética de Aristóteles, que definió la unidad de tiempo y acción (la de espacio es un añadido de los humanistas) en el drama, consiguió imponerse mejor en el continente: sólo algunos clasicistas de corte académico como Ben Jonson siguieron al pie de la letra los preceptos, pero estos personajes no tienen la vida de los de Shakespeare, permaneciendo (sobre todo en el caso de Jonson) a nivel de "tipos" o "máscaras". Fue sobre todo gracias a la renuncia a las reglas que el teatro isabelino pudo desarrollarse de aquellas formas nuevas en las cuales Shakespeare, Beaumont, Fletcher, Marlowe y muchos otros encontraron campo fértil para su genio.

Modernidad y realismo de los personajes

La relectura isabelina de los clásicos supuso un vendaval de innovaciones en historias ya milenarias, exaltando en verdad la cualidad universal de los grandes personajes históricos o legendarios. Con otro estilo y otra técnica, incluso los temas sociales se tratan de manera moderna, en toda su complejidad psicológica, infringiendo consolidados tabúes sociales (sexo, muerte, canibalismo, locura). Cabe pensar en el amor "prohibido" entre Romeo y Julieta, dos jóvenes de catorce años que deciden en pocos días casarse y huir de casa; en la representación del suicidio de los amantes. En El rey Lear el abandono del viejo rey por parte de las hijas es el tema dominante (y no hay cosa que resulte más actual que el drama del abandono de los ancianos y de la fragmentación del núcleo familiar). Cualidad esta que, lejos de "empeorar" los personajes, les hacen más semejantes a nosotros, demostrando que en esta época aún nos conmueven profundamente.

El teatro dentro del teatro

Que el teatro isabelino era un "teatro abierto" y no sólo en el sentido literal del término parece demostrado también por el sentido de autoironía de los actores y de los dramaturgos isabelinos. El actor gusta de hablar al público "entre líneas", para darle la vuelta al personaje mismo que está recitando, anticipando el distanciamiento irónico del teatro de Bertolt Brecht. Para esta clase de actores el dramaturgo isabelino inventa el teatro dentro del teatro. Se ha visto en la mascarada de La tempestad, pero el ejemplo más emblemático es el de Hamlet, en la que el joven heredero al trono de Dinamarca contrata a un grupo de actores itinerantes para representar frente a los ojos de Claudio, del que sospecha que ha asesinado a su padre, un drama que reconstruye el presunto asesinato. Al final Claudio se alza, disgustado y aterrorizado, dejando la corte. Por esto el joven Hamlet se convencerá de la culpabilidad (hasta entonces no probada) de su padrastro, tramando su asesinato. Se pueden encontrar otros ejemplos de esto entre los isabelinos, con éxito semejante al del "cine dentro del cine", pero también con el "teatro dentro del cine".

Un teatro que se hace cine

Que el teatro isabelino en general y Shakespeare en particular se anticiparon a su tiempo parece demostrado, afirmó Anthony Burgess, por el éxito de las trasposiciones cinematográficas y de las dramatizaciones televisivas, casi como si aquellos dramas hubieran sido escritos para nosotros.[2]​ Es destacado el éxito de la película Romeo y Julieta de Zeffirelli. Paradójicamente, tal adaptabilidad al cine parece deberse a que el origen del teatro isabelino se encuentra en géneros dramáticos medievales, como los misterios, los milagros y las moralidades, representaciones de carácter popular que se desarrollaban primero en las iglesias y más tarde en las grandes plazas o en las ferias. La falta de escenario y vestuario dejaba el éxito de la representación en manos de los actores. La necesidad de improvisación (a menudo ayudada por un poco de humor) junto a la falta de arquitecturas teatrales sofisticadas más que preocupar a los actores, los liberaban de las excesivas constricciones de la puesta en escena mientras que la falta de efectos especiales fue suplida por la invención poética recreando con sus ricas descripciones, un poco como ocurre a la radio respecto a la televisión, aquello que le "faltaba", enriqueciendo el lenguaje dramático más allá de toda medida.

Espacio teatral

Escenario del Globe Theatre, pisado por Shakespeare
Platea del Globe Theatre, vista desde el escenario
Las galerías

El teatro isabelino era popular, pero tenía mala reputación. Las autoridades de Londres lo prohibieron en la ciudad, por lo que los teatros se encontraban al otro lado del río Támesis, en la zona de Southwark o Blackfriars, fuera de la competencia de las autoridades de la ciudad.

El establecimiento de teatros públicos grandes y provechosos económicamente fue un factor esencial para el éxito del teatro inglés renacentista. El momento decisivo fue la edificación de The Theatre por James Burbage, en Shoreditch en 1576. The Theatre fue seguido rápidamente por el cercano Curtain Theatre (1577). Una vez que los teatros públicos de Londres —incluyendo The Rose (1587), The Swan (1595), The Globe Theatre (1599), the Fortune Theatre (1600), y el Red Bull (1604)—estuvieron en funcionamiento, el teatro podría ser una distracción permanente, en lugar de algo eventual.

Estos teatros conservaron mucho de la antigua simplicidad medieval. Ciertas excavaciones arqueológicas de finales del siglo XX han mostrado que aunque los teatros poseían diferencias individuales, su función común hacía que todos siguieran un sencillo esquema general.[3]​ Inspirado en su origen en los circos de la época para la lucha entre osos o perros o en las posadas, baratos establecimientos de provincias, el edificio teatral consistía en una construcción muy simple de madera o de piedra, a menudo circular y dotada de un amplio patio interno, cerrado todo alrededor pero sin techo. Tal patio se convirtió en la platea del teatro, mientras que las galerías derivaron de las balconadas internas de las posadas. Cuando la posada o el circo se convirtieron en teatro, poco o nada se cambió de la antigua construcción: las representaciones se llevaban a cabo en el patio, a la luz del sol. El actor isabelino recitaba en el medio, no delante de la gente: de hecho, el escenario se "adentraba" en una platea que lo circundaba por tres lados (sólo la parte posterior se reservaba a los actores quedando a resguardo del edificio). Como en la Edad Media, el público no era simple espectador, sino que participaba en el drama. La ausencia de los "efectos especiales" refinaba la capacidad gestual, mímica y verbal de los actores, que sabían crear con maestría lugares y mundos invisibles (la magia de Próspero en La tempestad alude metafóricamente a esta magia "evocativa").

Entre la 2.ª y la 3.ª planta del escenario se solían situar los músicos. El aforo era entre 1.500 y 2.000 espectadores. No existían interrupciones entre acto y acto ya que era escasa la escenografía. El mobiliario y los objetos daban la ubicación de la acción (un trono era la corte, una mesa de taberna, una taberna, etc.).

Otros teatros posteriores, como el Blackfriars Theatre (1599), el Whitefriars (1608) y el Cockpit (1617) eran cerrados y con techo. Con la creación del Salisbury Court Theatre en 1629 el público de Londres tenía seis teatros entre los que elegir: tres que sobrevivían de la época de los grandes teatros "públicos" al aire libre, el Globe, el Fortune, y el Red Bull, y tres teatros "privados", más pequeños y cerrados. De esta forma, la capacidad teatral de la capital era de más de 10,000 personas después de 1610.[4]

Un teatro sin clases

Mientras el drama renacentista italiano se desarrollaba como una forma de arte elitista, el teatro isabelino resultaba un gran contenedor que fascinaba a todas las clases, haciendo así de "nivelador" social. A las representaciones acudían príncipes y campesinos, hombres, mujeres y niños, porque la entrada estaba al alcance de todos, si bien con precios distintos:

El que se queda de pie abajo paga sólo un penique, pero si quiere sentarse, le meten por otra puerta, donde paga otro penique; si desea sentarse sobre un cojín en el mejor sitio, desde donde no sólo se ve todo, sino que también pueden verle, tiene que pagar en una tercera puerta otro penique. Descripción que hace Thomas Platter de Basle en 1599, tras visitar The Curtain.[5]

Acudir al teatro era una costumbre muy arraigada en la época. Por esto todos los dramas debían satisfacer gustos diversos: los del soldado que deseaba ver guerra y duelos, la mujer que buscaba amor y sentimiento, la del abogado que se interesaba por la filosofía moral y el derecho, y así con todos. Incluso el lenguaje teatral refleja esta exigencia, enriqueciéndose con registros muy variados y adquiriendo gran flexibilidad de expresión.

Las compañías y los actores

Para construir un personaje veraz, humanamente cercano a la gente, no se consideraba necesario utilizar grandes vestuarios ni ser arqueológicamente fieles a los hechos históricos.

Las compañías funcionaban sobre un sistema de repertorio. Raramente interpretaban la misma obra dos días seguidos.

Emplear a actrices estaba prohibido por la ley, y así se mantuvo durante el siglo XVII, incluso bajo la dictadura puritana. Los personajes femeninos eran entonces representados por muchachos. Pero esto no disminuyó el éxito de las representaciones, como prueba el testimonio de la época y las continuas protestas contra las compañías teatrales por parte de los administradores puritanos de la City.

Era un teatro que funcionaba por compañías privadas y formadas por actores, que pagaban a los autores para interpretar su obra y a otros actores secundarios. Algunos alquilaban el teatro y otros eran propietarios del mismo. Cada compañía tenía un aristócrata, que era una especie de apoderado moral. Sólo la protección acordada por el grupo de actores con príncipes y reyes -si el actor vestía su librea no podía ser de hecho arrestado - pudo salvar a Shakespeare y a muchos de sus compañeros de las condenas de impiedad lanzadas por la municipalidad puritana. Una ley de 1572 eliminó las compañías que carecían de un patrocinio formal al considerar a sus miembros "vagabundos". El nombre de muchas compañías teatrales derivan de esta forma de patrocinio: The Admiral's Men y The King's Men eran "los hombres del almirante" y "los hombres del soberano". Una compañía que no hubiese tenido un poderoso mecenas a sus espaldas podía encontrarse en una serie de dificultades y ver sus espectáculos cancelados de un día para otro.

A estos problemas se añade que, para los actores, el salario era muy bajo.

El Consejo Real tenía que dar el visto bueno a todas y cada una de las obras ya que existía la censura respecto a temas morales como el sexo, la maldad, las manifestaciones contra Dios, la Iglesia, etc.

Lista de actores


Otras personalidades

Lista de compañías

Los autores

Christopher Marlowe (1564-1593)
William Shakespeare (1564-1616)

La creciente población de Londres, la mayor riqueza de sus ciudadanos y su pasión por el espectáculo produjeron una literatura dramática de notable variedad, calidad y extensión. A pesar de que la mayor parte de los textos escritos para la escena isabelina se perdieron, se conservan unos 600, testimonio de una época culturalmente viva.

Los hombres (no se sabe que hubiera mujeres escribiendo para el teatro en esta época) que inventaban estos dramas eran ante todo autodidactas de modestos orígenes, a pesar de que algunos debieron haber recibido instrucción en Oxford o Cambridge.[6]​ A pesar de que William Shakespeare fuese, hasta donde se sabe, un actor, la mayor parte de ellos no lo fueron y no se conoce el nombre de ningún autor posterior a 1600 que haya pisado la escena como actor para redondear sus ingresos.

No todos los dramaturgos se corresponden con las imágenes modernas de poetas o intelectuales. Christopher Marlowe fue asesinado en el curso de una riña en una taberna, Shakespeare acompañaba a personajes de los bajos fondos de Londres y redondeaba sus ingresos prestando dinero, mientras que Ben Jonson mató a un actor en un duelo. Muchos otros fueron posiblemente soldados. Quizá en ninguna otra época el drama es más real y toca la sensibilidad de todos: conspiraciones, asesinatos políticos, condenas a muerte y violencia estaban a la orden del día, también porque el Renacimiento es una época de cambios traumáticos: en Italia, y sobre todo en Florencia, los complots políticos de palacio y las guerras intestinas ensangrentaron la ciudad: la grandeza de la época contempla así su propia crisis, que es también la crisis y la superación definitiva de la Edad Media.

La de los escritores teatrales era una profesión remunerada, pero mientras fuesen capaces de producir dos piezas teatrales al año.[7]​ Dado que los dramaturgos ganaban poco por la venta de sus obras, para vivir debían escribir muchísimo. La mayor parte de los dramaturgos profesionales ganaban una media de 25 esterlinas al año, una cifra destacada para la época. Eran pagados, en general, a plazos, según avanzaba la escritura de la obra y si al fin el texto era aceptado podían además recibir los beneficios de un día de representación. No gozaban aún de ningún derecho sobre lo que habían escrito. Cuando el texto se vendía a una compañía, esta lo poseía y el autor no tenía nungún control sobre la elección de los actores o sobre la representación, ni sobre las sucesivas revisiones y publicaciones.

Marlowe

Marlowe era un personaje extraño que se adelantó a su tiempo, y al que Shakespeare copió partes en algunas de sus obras, siempre con su permiso.[8]​ Revolucionaría el tipo de personajes que va a poner en escena: sus obras atentarían contra la moral, la corona y la Iglesia. Era ateo y se tiene constancia de sus servicios a la reina (probablemente como espía). Se ha especulado sobre su posible tendencia homosexual, si bien es una cuestión que no se ha corroborado y se atribuye a la trama de su obra Eduardo II, centrada en los amores de éste con su favorito Gaveston, y a la acusación de Thomas Kyd, compañero y amigo, sometido a tortura.[9]​ En su época alcanzó gran fama y su teatro se representó con un notable éxito.

Shakespeare

Shakespeare no fue a la universidad, rompe las unidades clásicas de espacio, tiempo y acción y mezcla de géneros.[10]​ Copia elementos griegos y latinos, de otros autores y de la historia británica.

Usa la violencia aunque no es el más violento. En sus obras también usa la magia. Las cortas escenas y el espacio isabelino permiten la construcción de varias líneas de tramas altera la idea de quien va a ser el protagonista. Construye personajes creando conflictos más complejos que los de antes y usaba la representación de estos conflictos mediante monólogos justificados ante el público.

Lista de autores destacados


Teatro jacobino y carolino

El carácter del drama cambió con los reyes Estuardo. Con el desarrollo de teatros privados, el drama se orientó más hacia los gustos y valores de la audiencia de clase social superior. En el período del reinado de Carlos I, pocas obras nuevas se escribieron en los teatros públicos, que se mantuvieron gracias a las obras acumuladas en las décadas anteriores.

El creciente movimiento puritano era hostil a los teatros, a los que consideraban pecaminosos por varias razones: los jóvenes vestidos de mujer para interpretar papeles femeninos, el hecho de que los teatros estuvieran en la misma parte de la ciudad que los prostíbulos y otros centros de vicio y, finalmente, la defensa en escena de opniones políticas contrarias a los puritanos. Cuando la facción puritana del Parlamento consiguió dominar la ciudad de Londres al comienzo de la Guerra civil, ordenó la clausura de todos los teatros en 1642.

Influencia

Mientras el teatro isabelino conservó su simplicidad estructural, el continental, siguiendo el ejemplo italiano, se hacía dependiente de los efectos especiales (cabe pensar en las maquinarias escénicas e incluso en los autómatas inventados por Leonardo). De aquí al teatro "ilusionista" moderno sólo hay un pequeño paso. Es cierto que a partir del siglo XX numerosas han sido las vanguardias que han introducido soluciones nuevas (como el Futurismo, el Dadaísmo, el Surrealismo y la Bauhaus), pero rara vez el gran público se ha sentido involucrado en estas iniciativas y puede decirse que al teatro aún le queda mucho camino por recorrer para alcanzar la popularidad del cine o de la televisión.

Referencias

  1. Górriz Villarrolla, Manuel (1988). «La tragedia inglesa primitiva: la influencia de Séneca». Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3. 
  2. Burgess, A., English Literature. Hong Kong, Longman, 1974.
  3. Gurr, Andrew. The Shakespearean Stage 1574–1642. Third edition, Cambridge, Cambridge University Press, 1992. pp. 123-31 y 142-6.
  4. Ann Jennalie Cook, The Privileged Playgoers of Shakespeare's London, 1576-1642, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1981; pp. 176-7.
  5. Barnard, R., Breve historia de la literatura inglesa, trad. P. Tejada
  6. Algunas aristócratas hacían traducciones de dramas. Chambers, Elizabethan Stage, Vol.3 señala a Elizabeth, Lady Cary; Mary Herbert, Condesa de Pembroke; Jane, Lady Lumley; y a Isabel Tudor.
  7. Halliday, Shakespeare Companion, p. 374.
  8. Górriz Villarrolla, Manuel (1988). «La verdadera tragedia: Christopher Marlowe». Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3. 
  9. Martínez López, Miguel. La maldición del saber de Fausto de Christopher Marlowe. Cuadernos del CEMYR, núm 5. 1997 ISSN 1135-125X, pag. 36
  10. Pérez Gallego, Cándido (1988). «Shakespeare». Historia de la literatura inglesa, I. Altea, Taurus, Alfaguara; Madrid. ISBN 84-306-9950-3. 

Este artículo es traducción de la wikipedia italiana, que señala las siguientes fuentes:

Crítica
  • Praz, M., Storia della letteratura inglese. Florencia, Sansoni, 1985.
  • Gurr, Andrew, The Shakespearean Stage. Cambridge, Cambridge University Press, 1992.
  • Aristóteles, Poética. Bari, Laterza, 1998.
  • Cuddon, J. A., Literary Terms and Literary Theory. Harmonsdworth, Penguin, 1998.
  • Salinari, C. e Ricci, C., Storia della Letteratura Italiana. Bari, Laterza, 1983.
  • Burgess, A., English Literature. Hong Kong, Longman, 1974.
  • Macchia G., La letteratura francese, Vol.2. Milán, Accademia, 1970.
Obras teatrales
Otras referencias

Véase también

Voces generales


Lugares de interés

Enlaces externos

Textos

Filmografía

Shakespeare

El mercader de venecia

Marlowe