Diferencia entre revisiones de «Auto de fe»

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==Referencias==
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Auto de Fe, de Francisco Ricci (1683). Museo del Prado.

Los autos de fe fueron una manifestación pública de la Inquisición. Si la sentencia de la Inquisición era condenatoria, implicaba que el condenado debía participar en la ceremonia así llamada, que solemnizaba su retorno al seno de la Iglesia (en la mayor parte de los casos [cita requerida]), o su castigo como hereje impenitente. Los autos de fe podían ser privados ("auto particular") o públicos ("auto público" o "auto general").

Los autos solían realizarse en un espacio público de grandes dimensiones (en la plaza mayor de la ciudad, frecuentemente), generalmente en días festivos. Los rituales relacionados con el auto empezaban ya la noche anterior (la llamada "procesión de la Cruz Verde") y duraban a veces el día entero.

Dos de los actos de fe más célebres por su solemnidad fueron celebrados en la Plaza Mayor de Valladolid los días 21 de mayo y 8 de octubre de 1559. En el primero de los dos fueron quemadas catorce personas y los huesos y estatua de otra más, y se reconciliaron dieciséis con penitencia. En el segundo, se quemaron trece personas y los huesos de otra, y hubo también otros dieciséis penitenciados. Seguramente estos dos actos históricos inspiraron a Miguel Delibes el descrito en su novela El hereje.

El auto de fe fue frecuentemente llevado al lienzo por pintores: uno de los ejemplos más conocidos es el cuadro de Francisco Ricci conservado en el Museo del Prado y que representa el celebrado en la Plaza Mayor de Madrid el 30 de junio de 1680 (ver imagen).

El último auto de fe público tuvo lugar en el año 1826. En el último auto de fe realizado en España, el maestro de Ruzafa, Cayetano Ripoll, fue condenado a ser ejecutado en la horca y quemado después, en Valencia por hereje. Pero como ya en aquellos tiempos no se consentía tan horrible espectáculo, la sentencia dispuso que no fuese quemado de forma real, sino que las llamas se pintaran en un cubo, dentro del cual estaría el cadáver, el cual sería arrojado al río.

Procesión y signos externos

Al igual que en una representación teatral, los personajes que participaban en el auto de fe, vestían de acuerdo con su cometido y categoría. El cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar de la representación tenía también sus normas en cuanto al orden y distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del Santo Oficio de donde salía formada toda la procesión. En algunos lugares llamaban a este desfile la procesión de la Cruz Verde por ser esta cruz el símbolo de la Inquisición. La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie, caminaban los reos reconciliados portando cirios encendidos en señal de penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte. Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados. En la cabeza soportaban la coroza o capirote, una especie de cucurucho también pintado con símbolos infernales, generalmente hecho de cartón, que resultaba grotesco y humillante. Tras ellos iban los llamados familiares de la Inquisición que en algunos escritos figuran como ¨los ojos¨ y cerraban el cortejo, primero los lanceros a caballo (u otra delegación militar) y después los representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad.

Véase también

Referencias

  • Henry Kamen, The Spanish Inquisition: A Historical Revision. (Yale University Press, 1999). ISBN 0300078803
  • Henry Charles Lea, A History of the Inquisition of Spain (4 volumes), (New York and London, 1906-1907)
  • Simon Whitechapel, Flesh Inferno: Atrocities of Torquemada and the Spanish Inquisition (Creation Books, 2003). ISBN 1840681055