Diferencia entre revisiones de «Escuela crítica»

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La función de la teoría crítica era analizar minuciosamente el origen y discursos de procesos sociales, sin aceptarlas de inmediato como hacían los empiristas y positivistas, pues ahí residía la trampa de ''naturalizar'' hechos sociales. La ideología no escapaba de la ciencia, pues toda construcción social llevaba en sí misma una determinación moral.
La función de la teoría crítica era analizar minuciosamente el origen y discursos de procesos sociales, sin aceptarlas de inmediato como hacían los empiristas y positivistas, pues ahí residía la trampa de ''naturalizar'' hechos sociales. La ideología no escapaba de la ciencia, pues toda construcción social llevaba en sí misma una determinación moral.
De 1930 a 1933, [[Theodor Adorno]], [[Walter Benjamin]] y [[Herbert Marcuse]] entraron a la Escuela, lo que llevó a su rápido posicionamiento y crecimiento intelectual hasta que la persecución [[nazi]] obligó a refugiarse a muchos de ellos en Estados Unidos y a otros, como Benjamin, a morir en el camino. Esta persecución se debía a dos provocaciones para el pensamiento nacional-socialista: el carácter marxista de la Escuela y la ascendencía judía de muchos de sus componentes.
De 1930 a 1933, [[Theodor Adorno]], [[Walter Benjamin]] y [[Herbert Marcuse]] entraron a la Escuela, lo que llevó a su rápido posicionamiento y crecimiento intelectual hasta que la persecución [[nazi]] obligó a refugiarse a muchos de ellos en Estados Unidos y a otros, como Benjamin, a morir en el camino. Esta persecución se debía a dos provocaciones para el pensamiento nacional-socialista: el carácter marxista de la Escuela y la ascendencía judía de muchos de sus componentes.
En Nueva York siguió funcionando la Escuela y se publicaron importantes obras tales como la "Dialéctica de las luces" o "La personalidad autoritaria". Su último referente de peso es Jürgen Habermas, el "último dinosaurio intelectual sobreviviente del siglo XX", que en el año 2005 fue cuestionado por liberales por su amistad con el Papa Benedicto XVI. En su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968) apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias engloban presupuestos e intereses ideológicos y que la razón del progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la acción comunicativa (1981) aboga por un ideal de comunicación que englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la dominación y el interés. HERROR ORTOGRAFICO.
En Nueva York siguió funcionando la Escuela y se publicaron importantes obras tales como la "Dialéctica de las luces" o "La personalidad autoritaria". Su último referente de peso es Jürgen Habermas, el "último dinosaurio intelectual sobreviviente del siglo XX", que en el año 2005 fue cuestionado por liberales por su amistad con el Papa Benedicto XVI. En su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968) apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias engloban presupuestos e intereses ideológicos y que la razón del progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la acción comunicativa (1981) aboga por un ideal de comunicación que englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la dominación y el interés.


==Principales referentes intelectuales==
==Principales referentes intelectuales==

Revisión del 00:25 16 oct 2009

Adorno y Horkheimer

La Escuela Crítica de Frankfurt o Escuela de Frankfurt fue uno de los movimientos filosóficos más importantes e influyentes de la historia. Nacida en 1923 con un componente multidisciplinario, su primer portavoz fue Max Horkheimer quien expuso en 1930 la teoría crítica, que se convirtió en un referente intelectual y que influiría decisivamente en el pensamiento contemporáneo. Así, sus huellas se pueden encontrar en el posmodernismo, el liberalismo europeo, el posmarxismo, la literatura y el arte contemporáneo. La función de la teoría crítica era analizar minuciosamente el origen y discursos de procesos sociales, sin aceptarlas de inmediato como hacían los empiristas y positivistas, pues ahí residía la trampa de naturalizar hechos sociales. La ideología no escapaba de la ciencia, pues toda construcción social llevaba en sí misma una determinación moral. De 1930 a 1933, Theodor Adorno, Walter Benjamin y Herbert Marcuse entraron a la Escuela, lo que llevó a su rápido posicionamiento y crecimiento intelectual hasta que la persecución nazi obligó a refugiarse a muchos de ellos en Estados Unidos y a otros, como Benjamin, a morir en el camino. Esta persecución se debía a dos provocaciones para el pensamiento nacional-socialista: el carácter marxista de la Escuela y la ascendencía judía de muchos de sus componentes. En Nueva York siguió funcionando la Escuela y se publicaron importantes obras tales como la "Dialéctica de las luces" o "La personalidad autoritaria". Su último referente de peso es Jürgen Habermas, el "último dinosaurio intelectual sobreviviente del siglo XX", que en el año 2005 fue cuestionado por liberales por su amistad con el Papa Benedicto XVI. En su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968) apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias engloban presupuestos e intereses ideológicos y que la razón del progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la acción comunicativa (1981) aboga por un ideal de comunicación que englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la dominación y el interés.

Principales referentes intelectuales

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Véase también