Diferencia entre revisiones de «Casavieja»

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== Localización ==


El municipio de Casavieja está situado al sur de la provincia de Ávila, en la comarca natural del Valle del Tiétar. La delimitación del mismo está constituida por elementos naturales: dos fracturas transversales de la Sierra, que han sido aprovechadas por los arroyos Cereceda al Este y Rojuelo al Oeste, y actúan en buen tramo como demarcación con los Municipios de Piedralaves y de Mijares, respectivamente. Por el Norte la línea de cumbres lo separa de Piedralaves y Burgohondo. Sólo por el Sur los límites son artificiales, a través de un pie de monte que se dirige hacia el fondo del Valle del Tiétar.

Casavieja es un pueblo tímido, con el nombre bien puesto. Casavieja es un pueblo honesto y patriarcal; así lo describe Cela. Esta antigüedad han sabido utilizarla sus gentes para acumular un rico tesoro folclórico, que, cuidado con esmero por adultos y jóvenes, ha hallado reconocimiento en algún certamen internacional.

Pueblo ganadero en el que en los 39,40 Km² de su término municipal predominan el pino y el roble; sin embargo, en las lomas onduladas que descienden hacia el río también hace acto de presencia la encina y las carrascas. Prados y pastos para el vacuno y el cerdo de montanera. Dominio total de la ganadería que no ha de extrañar en un pueblo enclavado en esa dehesa de la Avellana .

== Reseña historica ==

Esta zona de Gredos sirvió de paso, a lo largo de bastantes siglos, hasta que por fin hubo asentamientos definitivos.

Primero fueron los romanos, de los cuales nos quedan varios vestigios que todos conocemos, el más famoso es la Calzada Romana que asciende hacia las cumbres del Puerto del Pico, pero más cercano y como estamos en Casavieja, tenemos nuestro modesto y digo modesto porque no es una obra de ambiciosas pretensiones, pero importante, Puente de la Márgara que sirve de paso para nuestra garganta de “la Chorrera” unida ya con “la Cerecera” o también llamada de “los Molinos”

Después de esto, nuestras montañas y nuestro querido valle fue una especie de frontera. Los invasores moros estaban por un lado y los cristianos por otro, por eso, no es de extrañar que estas tierras fueran testigos de luchas y escaramuzas.

Ya en el s. XI, en la fecha concreta de 1082, el rey Alfonso VI, protagonista indiscutible de la Reconquista, ordena a su yerno D. Raimundo de Borgoña la repoblación de Ávila, esto fue el comienzo de los asentamientos fijos que se realizaron en el Valle. Para esta hazaña vinieron gentes del Norte, como Gallegos y Astures.

Durante los siglos XII Y XIII van a surgir núcleos de población importantes como La Adrada , Lanzadita , Arenas de San Pedre , Casavieja , Navamorcuende … , pero con respecto a Casavieja, aunque comparto la opinión de José Mª González, es posible que hubiera algún pequeño edificio o choza que sirviera, más adelante, para darle su nombre definitivo: CASAVIEJA.

Pero el hecho definitivo que sirvió de lanzadera para la creación de un núcleo de habitantes en nuestro pueblo y algunos otros, fue, sin duda alguna, la concesión a La Adrada de la Dehesa de Avellaneda por parte del “Concejo de aldea de la tierra de la Ciudad de Ávila”, este terreno comprende“Los montes, dehesas, pastizales, tierras de la dehesa de la Encinosa, Gamonal... pertenecientes a los términos de Casavieja, Piedralaves, Sotillo, La Adrada, Casillas, La Iglesuela...”.

Aunque el primer documento que habla de Casavieja es el “Libro de la Montería” que manda escribir el rey Alfonso XI a mediados del s. XIV. En él se narran las pericias del Rey, de sus lacayos y caballeros con el arte de la caza y describe lugares que todavía mantienen su nombre como la Vaqueriza, Navalguijo, Casavieja..., y es acertado suponer que estos parajes ya estaban de tiempo antes, pues al aparecer con su nombre, esto indica su existencia anterior.

Casavieja y los pueblos circundantes pasan a depender de La Adrada. El Rey concedió estas tierras, primero a su Condestable, Rui Lope Dávalos, después a D. Álvaro de Luna y por último a D. Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, que será el iniciador de la estirpe que gobernará esta villa y creará el Marquesado de La Adrada. Este Marquesado actúa como un auténtico feudo, con su Señor, sus caballeros, sus lacayos y sus vasallos. Impartía la ley y cobraba tributos a las aldeas dependientes.

Entramos ya en el s. XVII y surgen varios hechos fundamentales para la deseada independencia de las aldeas.

El primero fue la cesión de la Dehesa de Avellaneda por parte de La Adrada al Concejo de Ávila y el segundo, la concesión de las Cartas de Villazgo, con sus correspondientes privilegios, por parte del rey Felipe IV, a las aldeas del Señorío; Casavieja lo consiguió, aproximadamente, hacia 1662 . Con esto, las villas, van a tener autoridad propia, sin depender del sistema feudal que les asfixiaba hasta tal punto de no poder casi respirar.
La villa de Casavieja va a ir asentándose y a la vez evolucionando, cabe destacar su evolución demográfica, llegando, en el s. XIX, a tener el mayor número de habitantes del Valle y a principios del XX, concretamente en el censo de 1920, llega al nº de 2815.

Con respecto a la ganadería, quién más y quién menos, tenía su propio “pajar” que guarecía a las cabezas de animales que poseían, aunque también había algún pastor o vaquero a jornal. Abundaban los rebaños de cabras y ovejas, el ganado vacuno, las piaras de cerdos para las matanzas, que eran recogidos y vigilados por el porquero a sueldo de la localidad, el cual recogía a los cerdos en “los Sifones”, y los llevaba al campo a comer, los burros para el laboreo de la tierra, las mulas para la carga y los caballos para el transporte de los más pudientes.
La apicultura o granjas de colmenas también estaban en pleno auge, sacando una miel de la mejor calidad.
La caza y la pesca era abundante en la zona y formaba parte de la dieta casavejana.
La industria, aunque modesta, empezaba a despuntar, así, predominaban los molinos harineros en la garganta de “los Molinos” y en el río “Tiétar”. También había algún telar de paños y lienzos y un tejar en las “Lagunillas”. La alfarería comenzará más tarde y estaba representada por la familia Álvarez, procedentes de Talavera de la Reina. La fragua también era importante para el funcionamiento de la vida cotidiana del pueblo.

La cría de gusanos de seda, de lo cual todavía quedan pequeños retazos, que se pueden ver claramente en el cuidado que dispensan los niños a estos animalitos en determinada época del año, inundaban los “sobraos” de la mayoría de las casas.

Las tabernas y los comercios eran muy concurridos, sobre todo las primeras para beber unos chatos de vino, unas copas de aguardiente y jugar una partida.

Otra fuente de subsistencia era la industria resinera por la cantidad de pinos que había, y hay, en nuestra sierra.
La agricultura se centraba en el cultivo de cereales, como el trigo y la cebada, los cuales eran sembrados en los “labraos”. Las hortalizas y legumbres eran muy abundantes, pues era la base de su alimentación, y ocupaban los huertos y “cercaos”. Con respecto a la vid, esta era muy apreciada por los hombres, y la gran mayoría tenia su propia bodega en casa para su autoconsumo. Y por último, destacar, los árboles frutales y las olivas, que daban para el abastecimiento del pueblo.

En la segunda década del XX surgió un proyecto: la construcción de la línea del ferrocarril, desde Madrid hasta Candeleda, pasando por el Valle del Tiétar y como no, por Casavieja. Como todos sabemos, este hecho quedó paralizado, tras haber hecho el camino por donde irían las vías, y uno de los factores que lo propició fue el inicio de la Guerra Civil.

Otros proyectos importantes, también frustrados por esa época fueron; la construcción del Sanatorio de la Marina en las faldas de nuestra sierra y la instalación de una oficina de teléfonos y telégrafos.
Las vías de comunicación con puntos importantes como Madrid, Ávila, Arenas..., ya se empezaban a perfilar como algo más que caminos y servirán para trazar sobre ellos las carreteras de la actualidad.

Ante el gran crecimiento del pueblo, el cementerio y la escuela, situada en la Plaza del Reloj, hoy Hogar del Pensionista, va a tener su nueva ubicación en el recinto actual, frente al Cuartel de la Guardia Civil, es decir el Ayuntamiento de ahora.

En 1932 se aprobó la propuesta de traer una Parada de Sementales en el lugar que todos hemos conocido, dando lugar a la venida de numerosas caballerías de la zona para el apareo, llegando a tener su máximo apogeo en la 2ª m. del siglo. Por la abundancia de estos equinos se levantaron dos Potros de Herrar.

Un acontecimiento importantísimo para la historia de esta villa, y, como no, para la historia de España, fue la Guerra Civil, una lucha sin cuartel entre hermanos y vecinos que sumió al país en una grave depresión en todos los aspectos. En Casavieja, como en el resto del territorio nacional, se dio una grave crisis política, intercalándose ediles y órganos de gobierno de ambos partidos. Como nota personal quisiera decir que, de aquella terrible experiencia y de su recuerdo, nos quede la lección y la enseñanza, que nos ayude a evitar, de una vez y para siempre, la repetición de estas tristes páginas en el libro de la Historia.

Los proyectos del ferrocarril y del Sanatorio para la Marina fueron parados, y porqué no, olvidados. Al parecer, en la actualidad se ha creado una plataforma cuyas pretensiones son, que el tren pase a nuestro Valle y llegue a Plasencia desde Madrid.

Tras la cruenta guerra, se intenta volver a la normalidad, aunque todos sabemos que su recuerdo persistiría y predominaría hasta casi nuestros días. Se retoman nuevos proyectos, como la construcción del nuevo Cuartel de la Guardia Civil en el lugar que hoy está emplazado.
También se acuerda construir las “Casas Baratas” en el Regajillo, para que, familias poco acomodadas pudiesen optar por una vivienda digna.

La red de telefonía y telégrafos se hizo por fin realidad y con esto ya no era necesario ir hasta Sotillo de La Adrada para realizar cualquier comunicación.

Se crea también un Vivero Forestal en “el Castaño”, al lado de la actual presa, que todavía se utiliza y como testimonio de ello tenemos la Casa Forestal.

Las obras para la canalización, abastecimiento y desagües fueron puestas en marcha y con esto aumentó la calidad de vida de todos sus habitantes.

En esa época se cede terreno en “Navalguijo” para los Campamentos Juveniles al Frente de Juventudes, hoy es utilizado por EDUMA y por los militares para realizar maniobras.
Como fuentes de diversión para los jóvenes tenían “el cine de Tío Sandalio” y “la Verbena de la Eusebia”, ambos sobrevivieron hasta la pasada década y las numerosas tabernas y bares. Pero la diversión cumbre de este pueblo eran, y son, las fiestas de S. Bartolomé. Entonces se traía la banda de Escalona para la música y el baile. Y por otro lado las ferias taurinas, estas empezarán a cobrar importancia por la cantidad y calidad de aficionados hasta tal punto de que hubo de cambiar el emplazamiento de la plaza de toros, antes en la Plaza de S. Bartolomé, la cual se hacía con carros y maderas, aprovechando la estructura de la plaza, al lugar donde actualmente se asienta el coso portátil que acoge a una de las Novilladas más importantes y punteras del momento.

Otro punto que van a fomentar en Casavieja, como en el resto del Valle, es el turismo. Para ello se va a habilitar el paraje de “Navalguijo” o “Fuente Helecha” como lugar de recreo. Se va a construir una piscina natural en el “Charco de las Cabras” y posteriormente otra en la cercana “Fuente Helecha” por medio e instigación de ICONA. La idea de hacer un camping empieza a ver la luz y se decide construir en esa zona, hoy forma parte de los más importantes y tiene cierta fama y renombre. También se va a dar paso a la creación de urbanizaciones, cercanas al pueblo, de chalets para los posibles “veraneantes”.

Con este breve repaso llegamos a los días de la actualidad en los que el censo demográfico va bajando vertiginosamente por causa del desempleo en los jóvenes que se ven obligados a emigrar a la gran urbe, pero por lo demás, la vida cotidiana de nuestro pueblo transcurre con total normalidad. Se puede decir que tenemos una gran infraestructura y servicios y aunque diariamente somos pocos los que quedamos, los fines de semana y vacaciones está bastante animado, por eso, desde aquí, se manda un ruego y una petición: que el pueblo no se quede vacío y que lo hagamos perdurar como nuestros antepasados lo hicieron para nosotros.

== Costumbres y Trediciones ==

A lo largo de la historia, cada pueblo, va creando su propia entidad y se va diferenciando claramente de los que le rodean, aunque también se produzcan similitudes, pues eso es inevitable, pero que van a reflejar su propia alma.
Se va a comenzar con las costumbres y tradiciones que perduran desde antaño, que van a pasar de generación en generación, de padres a hijos y que individualizan a cada pueblo. Algunas se han perdido, pero todas forman parte de la identidad personal de cada sitio.

Se va a seguir el orden del Calendario, pues la mayoría de las tradiciones se hacía en una fecha determinada siguiendo los parámetros del Santoral o de las labores del campo.


• El 31 de Diciembre, NOCHEVIEJA, entraban en quinta los mozos que ese año iban a cumplir el servicio militar. Esto suponía un gran cambio en la vida rutinaria de los mozos de los pueblos que tenían que incorporarse a filas y servir al rey.
Los quintos comenzaban su andadura echando las Rondas, este tema es tratado más extensamente, en el capítulo posterior dedicado a folklore. Se comenzaba alrededor de la media noche en la puerta de la iglesia, la primera ronda se dedicaba a la Virgen y durante toda la noche se rondaba bajo los balcones y en las puertas de las mujeres amadas.


• El 6 de Enero llegan los REYES. La noche anterior se echaban las Rondas y sus Majestades dejaban a los más pequeños de la casa, una naranja y un mazapán, llamados en este pueblo “cabrillas”. En la actualidad esta fecha es muy esperada por los niños pues se hace una gran cabalgata en la que participan todos los grupos de Nochebuena, las Asociaciones Culturales, el Grupo Folklórico, la Asociación de Mujeres, el Apa, la Peña Taurina y la Cruz Roja, aportando cada uno su granito de arena para que esa noche resulte inolvidable para los más pequeños.


• El 17 de Enero, S. ANTONIO ABAD o también llamado S. ANTÓN, patrón de los animales. Esta era la siguiente fiesta para los quintos. La noche del 16 al 17, los mozos iban a los pajares y “cogían prestados” los burros de los vecinos, a los que adornaban con un collar de cencerros y paseaban por todo el pueblo levantando la ira de los dueños de los burros, que se asomaban a las ventanas al oír el bullicio.


• El día de S. SEBASTIÁN, el 25 de Enero es fiesta en este pueblo sólo para los funcionarios del Ayuntamiento y la Corporación de Gobierno. Ese día van a misa y después a comer todos juntos.
Hay varios refranes que se refieren a los días, que por esa fecha se van alargando:


Por los Reyes lo conocen los bueyes,

Y por S. Sebastián, el gañán.


Y refiriéndose a las fiestas:


S. Sebastián el primero,

Detente varón que es primero S. Antón,

No tengamos tantas leyes que son primero los Reyes.


• El día 3 de Febrero es S. BLAS con sus característicos ZARRAMACHES. Se dice que los vaqueros se vestían de esta forma: con unos pantalones y unas camisas largas, a la manera de casaca, de color blanco, con un felpudo a la espalda y a la cintura un cinturón de cencerros que suenan con el movimiento.

En la cabeza un gorro, con la forma de un cucurucho, parecido al de los Nazarenos de Semana Santa, del que pendían unas cintas de seda de diferentes colores y que solamente dejaban al descubierto los ojos para que así no les conocieran. En una mano llevaban una naranja y en la otra, una vara de mimbre. El motivo era ofrecer la naranja a los niños y al cogerla les sacudían en las manos con las flexibles varas. Solían ir a casa de los amos a pedir un chorizo para comérsele ese día.

Los empleados y concejales del Ayuntamiento se reúnen, también ese día, para comer otra vez todos juntos, pero esta vez pagan a escote, es decir, cada uno lo suyo.
Un refrán muy conocido de este día es:

Por S. Blas

La cigüeña verás

Y si no la vieres

Año de nieves.


• A fines de Febrero o principio de Marzo, según cuando cae la Pascua, comienzan los “CARNAVALES”, en los que la gente se disfrazaba con cualquier trapo que encontraba en los “sobraos” y desataba sus pasiones, antes de que la cuaresma les impusiera el ayuno, la tranquilidad y la pureza.

Los días de los Carnavales eran; el domingo, lunes y martes. Esos días, LOS QUINTOS, comían todos juntos, por eso, previamente iban a las casas de vecinos y familiares a pedir algo con lo que pudieran hacer la comida, unos les daban dinero, otros una morcilla, otros un chorizo, otros unos huevos..., es decir, cada uno lo que podía. Con “las perrillas” que sacaban compraban un cordero al que mataban y comían junto con lo que recogían. Una cocinera iba a preparar las comidas a la casa ofrecida por algún quinto .

Los quintos se vestían de soldados, anticipándose a lo que se les avecinaba, e iban haciendo un desfile militar por las calles de todo el pueblo. A la cabeza iba el abanderado, haciendo juegos malabares con la bandera y el resto detrás, ordenados en filas, portaban unas grandes alabardas de metal con una argolla en la punta, a las que se anudaban numerosas cintas de seda, adornadas con florecillas y cenefas de la misma cinta. La gente se ocupaba de elegir y, como no, criticar, las cintas más bonitas, así pues, los muchachos rivalizaban por hacerse con las mejores cintas del pueblo recorriéndose numerosas casas para que se las prestaran.
El martes, era el día en que “montaban a caballo” a las mozas. Esto ahora es recreado, por eso se lucen las ropas típicas y se visten a la "vieja usanza”.

Por las tardes-noches, se amenizaba la fiesta con baile, hecho numerosos años, y hasta relativamente hace poco, en el Salón de “la Eusebia”.
Más adelante, los carnavales, serán tratados más extensamente, ampliando la fiesta al momento actual.


• Cuarenta días después del Miércoles de Ceniza, llega la SEMANA SANTA. Hay que decir, que la Semana Santa, es vivida en Casavieja, con mucha devoción y todavía se practican las tradiciones instauradas desde bastante antiguo, como cantar “el Calvario” durante las procesiones.
Comienza el Domingo de Ramos y cada vecino lleva un ramo de olivo para que sea bendito por el sacerdote. Estos ramos se solían poner en las ventanas o balcones de las casas y al parecer protegía de los malos espíritus, brujas y mal de ojo.

El Jueves Santo, los más pobres del municipio iban casa por casa a pedir a los más pudientes. Cada uno aportaba lo que pudiera; patatas, aceite, pan... esto se solía hacer hasta la hora de misa, que era por la mañana y por la tarde la procesión. En esta misa, doce cofrades de la Vera Cruz asumían el papel de los doce apóstoles y el señor cura hacía de Jesús, así se recreaba el momento en que Cristo lavó los pies a sus discípulos en la última cena.
El Viernes por la mañana, se hacían los Oficios Sagrados, y por la tarde la procesión. Por la noche se hacía la procesión del Silencio a la que se asistía con una vela.

El Sábado los quintos madrugaban e iban a lo más alto de la sierra a buscar clavellinas, las primeras flores que nacían en primavera en las cumbres altas de Gredos, y tejo. Por la tarde bajaban a la iglesia y hacían un arco con las ramas del tejo y lo adornaban con las flores y con cáscaras de huevos pintadas. Lo ponían en el murete de la entrada de la iglesia y bajo él, debían de pasar la Virgen, con el manto blanco por la resurrección de su hijo y Cristo resucitado. La misa se hacía a las 5 de la mañana y después la procesión, esta procesión pasaba bajo numerosos arcos que cada grupo de vecinos hacía en su barrio, a las 7 de la mañana se abría el baile, tras la prohibición de la cuaresma.

Durante esos tres días, las Cofradías organizaban a sus cofrades para que a cada uno le tocase un turno y así velar, tanto de día como de noche, al Santísimo, es decir, al Sagrario, que lo quitaban del Altar Mayor y lo ponían en la capilla de la Virgen de la Salud, y en la actualidad en la de los Dolores.

El Domingo de Pascua se iba a misa Mayor y a la salida se tiraba el arco. Los niños corrían alborozados a ver si podían coger un ramito de clavellinas y una ramita de tejo que habían traído los quintos de la sierra.
La Semana Santa ha perdurado sin apenas variantes y en Casavieja se vive con total intensidad.


• En Mayo, los días 3, 4 y 5, eran las FERIAS de ganado. Según dicen, eran las más importantes de la comarca, juntándose numerosos tratantes de la zona y ganado para la compraventa. Eran días de gran fiesta, con numerosos puestos de almendras y tostones y como no, baile en la verbena de “la Eusebia”, pues era el momento de abrirla con la llegada del buen tiempo. Era la fiesta más importante después de S. Bartolomé. En la actualidad se ha perdido y en esa fecha sólo se ven coches en el paraje del teso de las Eras, lugar del evento. Ahora es diferente pues el
tema del ganado ha cambiado bastante y ya no se venden las reses de la misma manera.


• El 15 de Mayo era S. ISIDRO LABRADOR. Se asistía a misa y ese día no se iba a trabajar. En la actualidad, los miembros de la Cooperativa S. José, lo han acogido como patrón e invitan a todo el pueblo y a los niños del colegio a un aperitivo en su local.


• El 13 de Junio, S. ANTONIO. Para esa fiesta había y hay una Cofradía. Todos los Cofrades asistían a misa y después iban a casa del mayordomo de ese año, según la lista, a un convite en el que se repartía una bolsa de pastas que cada cual debía pagar.


• El 24 de junio, día de S. JUAN se iba a los arroyos a coger la flor de la verbena y a ver salir el sol. Después se asistía a misa.


• Después de S. Isidro empezaba la SIEGA. Venían los segadores del otro lado de la sierra y eran llamados “los Serranos”. Antes no había máquinas y todo era hecho a mano. El ejemplo lo tenemos en que los prados se medían por el número de segadores o peones que se necesitaban para segarlo en un día. Para traer el heno, es decir, la hierba seca, se utilizaban los carros uncidos por vacas domadas. Generalmente se solía terminar esta faena el 29 de Junio, S. PEDRO. El último día y en el último carro que traían cargado de heno, ponían un ramo, bien de aliso, bien de fresno, y al pasar la gente sabía que ya habían terminado la faena por ese año. El día de S. Pedro, si un criado no estaba a gusto con su amo o al revés, podían cambiar y escoger otro.


• En Julio se SEGABA EL PAN, es decir, los cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. El día 25, Santiago era fiesta y no se trabajaba. En Julio y Agosto SE TRILLABA y se hacían las hacinas de trigo para el ganado.


• A fines de Septiembre la VENDIMIA reunía a toda la familia que cogía sus burros y cestos y caminando iban a las viñas a por la cosecha de uvas.


• El primer domingo de Octubre era la VIRGEN DE LAS GRANADAS. Por la mañana se hacía la misa, por la tarde, el rosario y la subasta. Cada uno bajaba lo que tenía; trigo, miel, uvas, granadas, higos pasados, legumbres..., esto se subastaba y se vendía al mejor postor. Ese dinero iba destinado a las arcas de la iglesia.


• El 1 de Noviembre, día de todos los SANTOS, además de venerar a los muertos, por la tarde se hacía una misa en el cementerio. Ese día se iba a las carnicerías a comprar el tocino, pues habían matado el primer cebón de la temporada. Por la noche, se hacía la “CALVOTÁ”, es decir, cada familia o grupo de amigos se reunía y asaba varias sartenes de castañas.


• En diciembre, las MATANZAS también reunía a las familias. Previamente se pelaban y cocían las calabazas y las cebollas. Los hombres mataban el cerdo y las mujeres lavaban las tripas en el arroyo. Ese mismo día se hacían las morcillas de arroz. Al día siguiente, los hombres “destrozaban” a los marranos y las mujeres guisaban y hacían los chorizos y las morcillas de verano o de calabaza. El último día se dedicaba a hacer los chicharrones y a fregarlo todo.


• En las frías noches de Diciembre los Pastores recorrían las calles cantando sus canciones de NOCHEBUENA. En Nochebuena se iba a misa del Gallo, se tocaba la Nochebuena y se echaban las rondas.

Otras costumbres no ligadas a un día fijo y que se hacían cuando la ocasión lo requería eran:


• LAS BODAS. Este era una de los acontecimientos más esperados del pueblo pues, prácticamente todos los vecinos, asistían a ellas.
Alrededor de un mes antes pasaban dos cosas; la novia recibía una dote por parte del novio, cuando éste iba con sus padres a “comprar a la novia” o a pedirle formalmente la mano. Después se iba a la gran ciudad (Madrid, Talavera...) a por “las vistas”, es decir, el novio compraba los muebles y la novia la ropa de la casa, el menaje y el colchón.

Primeramente se hacía el “publicorio”. El cura ponía los nombres de los futuros esposos y la fecha de la boda para sí, había algún impedimento por el que no se pudieran casar y alguien lo conocía, su obligación moral era decirlo en ese momento. Esto se hacía tres domingos antes de la boda. Esa noche se iba casa por casa diciendo que se casaban y que pasaran por casa a darles la enhorabuena. Cuando llegaban las visitas, se les invitaba a un vaso de limonada y a un bollo o rosquilla que las madres habían hecho.

Otra cosa que se hacía en este tiempo era exponer la ropa blanca y el ajuar de la novia en una sala de la casa de los padres de ésta. Por allí pasaban casi todas las mujeres del pueblo, algunas para ver y otras más maliciosas, para criticar.

Dos días antes de la boda, los hombres iban a por la leña, se solía cortar una encina o un rebollo y se traía con los carros o yuntas. Ese día ya comían todos juntos.

Ya con la leña en casa se amasaba y cocía el pan. También se hacían los bollos y pastas para el convite y comían todos en la casa de los novios otra vez.

La víspera por la noche, se avisaba a las amistades y familiares, casa por casa, para que fueran a misa con los novios. Después, para terminar, cenaban con los asistentes a la boda.

El día de la boda, primeramente, el padrino iba a buscar al novio a su casa, que estaba esperándole con todos los invitados de su parte y todos juntos iban a por la novia. Para bajar a la iglesia, se iba andando y abría la comitiva la novia del brazo del padrino, detrás el novio del brazo de la madrina y a continuación los acompañantes y los “guitarreros” o música que animaba el ambiente. Tras la misa, se iba a tomar el chocolate con bollos y pastas. Después se comía y se daba la vuelta al pueblo con la ropa del ajuar de la novia. En la cena se bailaban las seguidillas y quien bailaba con la novia le daba el regalo o dinero, de ahí la expresión tan oída en este pueblo “voy a dar el baile a los novios”, refiriéndose a que les van a dar el regalo.

Esa noche los recién casados iban a su nueva casa a dormir, si es que los dejaban, pues los amigos les hacían toda clase de barrabasadas y bromas, como esconderles los muebles y lo más importante, la cama.
Al día siguiente la madrina debía dar el desayuno, con chocolate pastas y bollos y las mujeres lo dedicaban al “fregoteo”.


• LAS CENCERRADAS. Era otro tema relacionado con las bodas. Se solía hacer cuando se casaban en segundas nupcias o ya bastante mayores. Los mozos cogían todo tipo de cacharros con los que hacer ruido, entre los que predominaban los cencerros, y tocaban la “dulce serenata” a la puerta de los nuevos esposos.


• COBRAR LAS RONDAS. La costumbre decía que a todos los forasteros que se echasen novia del pueblo tenían que pagar un dinero a los quintos para que estos se lo gastasen. No había una cantidad fija, cada uno daba lo que podía, pero si se ponían brutos y se negaban a pagar se les echaba al pilón más cercano, aunque fuera invierno e hiciese frío.


• Otro tipo de tradición y costumbre, hoy prácticamente perdida era IR DE VELADA. Antes, al no haber televisión ni distracción alguna, la gente, tras la cena, iba a casa de algún familiar o vecino para charlar un rato y entretenerse al calor del hogar.

Esto, en verano, se llamaba SALIR AL FRESCO. Esto todavía puede verse, pues las calurosas noches veraniegas invitan a salir a la calle y distraerse un rato con los vecinos.
En las tardes de primavera y otoño, las mujeres SALÍAN AL SOL. Casi todas sacaban su labor de costura, punto o ganchillo y así comentaban los “temas de actualidad” mientras cosían



== Arquitectura Popular ==

El urbanismo de este pueblo, como el de tantos otros, es bastante irregular, se ve claramente que no responde a un trazado concreto, ni tampoco sigue unas normas establecidas. Esto puede deberse a lo abrupto del terreno, pues al ser una zona de alta montaña, hay laderas, barrancos y caídas en picado muy difíciles de salvar. Así, los antiguos, construyeron como y donde pudieron, esto no quiere decir que esté mal, ni muchísimo menos, ni se pretende quitarles méritos por no haber seguido un trazado hipodámico, muy al contrario, si no lo hubiesen hecho así, no mantendría ese peculiar encanto.


Con respecto a la arquitectura hay que diferenciar dos partes: la religiosa y la civil. Este estudio va a comenzar con la religiosa y el mejor y único ejemplo es la iglesia pues este pueblo carece de ermitas.

1. LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA.


El inicio de este edificio data del S.XVI, aunque sigue su construcción en los siglos XVII y XVIII, siendo testigo de ello las fechas grabadas en los sillares del exterior y los libros de fábrica del Archivo Diocesano.
La cubierta es a dos aguas en teja cerámica aunque actualmente ha sido restaurado por la cantidad de goteras que dañaban el interior del templo.

En el exterior, la iglesia está rodeada por una calle empedrada acotada por un pequeño murete que delimita los dominios de esta propiedad.

Esta calle sirve para procesiones menos importantes, por ejemplo, cuando sacan el santo de alguna cofradía, en vez de dar la vuelta al pueblo, solamente se da a la iglesia. Para acceder a la iglesia hay que bajar cuatro escalones y así se salva el desnivel de la calle creando una entrada majestuosa con esta pequeña escalinata.

En el lado sur, cruzando la callecita empedrada se encuentra el antiguo cementerio, actualmente se ha vaciado totalmente de restos humanos y se ha construido una Casa Parroquial. Pero en la primitiva portada se puede leer, en el dintel, unos caracteres y una cruz latina “Oh morsiero” debajo “IV morstua” y al lado el año “Anno DÑI 1830”.
Los muros están realizados con sillares de granito bastante regulares, salpicando aquí y allá con unas pequeñísimas ventanas, evitando así el aburrimiento de la vista.

La iglesia tiene tres portadas;
1. La Septentrional: es la fachada más importante estética y artísticamente hablando y además es la que sirve, normalmente, de acceso al templo.

Presenta una factura claramente barroca, aunque algunos autores se han empeñado en clasificarla de renacentista por los remates de bolas, típicos del Escorial.
Tiene unas formas sencillas y poco ampulosas.
La puerta de corte cuadrangular está flanqueada por dos pilastras adosadas a la pared, situadas sobre unas altas basas y rematadas por un capitel dórico.
En el cuerpo superior, una hornacina en el centro y a los lados unas pilastras más elaboradas que las de abajo. Como decoración entre cuerpo y cuerpo, unas alegres cornisas voladas.
En la parte más alta se puede ver los remates decorativos de las bolas de corte herreriano y como no, los alerones típicos del periodo barroco.
2. La fachada occidental: hay que describirla como una fachada muy simple y sencilla, carente de decoración, exceptuando los repetitivos remates escurialenses situados en la línea del tejado.
Aquí se puede ver claramente la caída a dos aguas de la cubierta pues finaliza en corte triangular.
La puerta era redondeada aunque la actual es cuadrada con la parte superior formando un arco de medio punto, fijo y con una reciente vidriera para permitir un mejor acceso de la luz. Para el acceso una escalinata con tres escalones realizados con sillares de duro granito.
En la parte media una ventana que sirve para iluminar la tribuna.
3. La fachada sur: Puede decirse que es la más interesante pues es la que más información nos da, sobre todo, referente a las fechas de la construcción. Hay una en el dintel de una ventanita de la primitiva capilla bautismal y que es 1697. Otra está en la mitad de la clave del arco de medio punto que se abre para dar paso al “Portalito”, que es la tercera puerta del templo, está pintada en rojo y nos da otro año, 1711. Es un portal como su nombre indica, rematado con una bóveda de cañón en piedra, en la parte baja hay unos asientos corridos hechos también en piedra.

En el suelo, se puede apreciar, los restos de una lápida funeraria de mármol.

Cuando éramos niños teníamos gran respeto por no pisar “donde había un muerto” y solíamos sortear el obstáculo saltando por encima de ella, pero también teníamos gran curiosidad por saber quien estaba enterrado allí y que yo recuerde no lo llegamos a saber nunca. Pero ahora, tras unas pequeñas indagaciones he sabido que se trata de un párroco de esta iglesia, D. Marcelino Neila, natural del Barco de Avila y que estuvo al frente de la parroquia durante cuarenta años, veinte de ellos ciego.

Para ayudarle con sus tareas sacerdotales cuando no tenía vista, vinieron sus hermanos, uno de ellos era también sacerdote y regentaba la parroquia de Zapardiel de la Ribera, D. Joaquín Neila, su hermana le ayudó en las tareas domésticas y se casó en este pueblo, dejando aquí su descendencia. D. Marcelino pidió en su lecho de muerte que le enterraran en su amada iglesia para estar más cerca de sus feligreses. El entierro ocurrió en el año de 1913, según consta en el archivo parroquial.

En la mitad de la enjuta del arco, se puede ver el antiguo reloj de sol de la Villa, bastante deteriorado y que convendría restaurar pues entra dentro de las curiosidades de este pueblo.

La Torre está adosada al lado sur y está situada entre el “Portalito” y la actual capilla bautismal. Está dividida en cuatro cuerpos, los tres primeros son de piedra labrada en espléndidos sillares, rematados por una ligera cornisa. En la parte baja hay una fecha, 1693, que nos indica el año de construcción de la torre.

El último es de ladrillo y termina con un juego o combinación de ladrillos en punta que recuerdan el estilo mudéjar y que nos indica una fecha de construcción más tardía que la que apunta el cuerpo inferior.
Al lado de la torre se aprecia el ejemplo de ventanas más sorprendente y espectacular de la iglesia. Son dos ventanas apuntadas que nos indican su carácter gótico, esto es lógico, pues como es sabido, las cabeceras de los templos son más tempranas que el resto, pues el edificio empieza a construirse por esta parte, para terminarla pronto y así, el obispo de la zona la consagre cuanto antes y se empiecen a dar misas a pesar de no estar terminado el resto.

Presenta una planta rectangular con capillas en el lado norte, en la cual, el presbiterio no resalta, pues es cuadrangular con dos capillas adosadas. Tiene una única nave, dividida en varios tramos por tres grandes arcos de medio punto atravesados sorteando la armadura a dos aguas del tejado.

El interior de la iglesia ha sido restaurado, manteniendo todo el sabor antiguo y la austeridad que le dan sus muros de mampostería. Anteriormente estos muros estaban encalados siguiendo las modas y gustos de algún párroco caprichoso, por eso hay que dar las gracias a D. Máximo Torres, sacerdote que todos conocimos, que fue el que limpió y restauró los muros.
Su cubierta está enriquecida con su artesonado de madera de pino, hoy exclusivamente decorativo. Es de par y nudillo y está atravesado por dos pares de tirantes. Forma tres partes claramente diferenciadas y separadas por los tres grandes arcos de medio punto de piedra, destacando el triunfal que es apuntado.

El suelo está cubierto por unas lamas de madera que dan al templo un aspecto más acogedor.
La cabecera presenta la capilla mayor con dos capillas menores adosadas. La de la parte sur sirve de baptisterio, con una pila bautismal, de duro granito, tiene en su interior un recipiente de barro cocido con conchas ornamentales. La imagen de S. Juan Bautista, patrón de esta iglesia y que lleva su nombre, de tamaño natural, preside la escena. Hay otras dos imágenes, S. Isidro Labrador, con su pareja de bueyes, y la Virgen del Pilar. Hay que resaltar que esta capilla permite el acceso a la torre por una angosta escalera en espiral. De esta capilla se destaca también su gran luminosidad, lo cual no abunda en esta construcción, por medio de los dos ventanales góticos.

La otra capilla sirve para albergar el nuevo órgano y para guardar los santos de las procesiones de Semana Santa, de los que hay que destacar el sepulcro con Cristo muerto y el Resucitado.
Ambas capillas están cubiertas por un artesonado de madera
Al fondo de la capilla mayor se entrevé la puerta de entrada a la sacristía que se encuentra detrás del gran retablo, por eso, lo que destaca en planta no es el presbiterio como cabría suponer si no se conoce el interior, sino que es la sacristía. En esta sala se encuentran los recios armarios de roble que guardan las ropas litúrgicas, los libros y los utensilios sagrados necesarios para los oficios religiosos.

Pero lo más importante que posee esta habitación es un cuadro situado encima de la puerta que da a la calle. Este cuadro, de gran valor artístico, es del s. XVII con una clara influencia del tenebrismo y factura del genial Ribera, pintor de Santos, Mártires y escenas de martirios. El tema de esta obra es el “Martirio de S. Bartolomé”, patrón de este pueblo, y se ve claramente el sufrimiento del santo en el momento en que le arrancan la piel a tiras. Los contrastes de luces y sombras son evidentes, al igual que su colorido tenebrista. Al parecer este cuadro se encontraba antes en la capilla de la Virgen de la Salud y sería curioso conocer quien fue el donante, (quizás en una investigación posterior más profunda).

La cabecera está cubierta por una bóveda gótica de crucería, formando la composición llamada de “terceletes”. Esta zona se separa del resto por medio de un gran arco triunfal, que esta vez no es de medio punto sino de crucería afirmando su estilo inicial gótico. Para acceder al altar hay que salvar una pequeña escalinata, poniéndolo así, en un lugar más alto, para que todos los feligreses puedan ver al sacerdote. En la parte sur hay un púlpito para la predicación, esculpido en duro granito gris. Los vanos que permiten el paso a las capillas laterales están rematados con arcos de medio punto en los que se pueden apreciar sus perfectas dovelas.

Pero lo que realmente llama la atención es el Retablo Mayor empapado del estilo ampuloso del barroco. Es de madera, policromado en verde jade y dorado con la técnica del pan de oro. Está dividido en tres calles, siendo la central el doble que las laterales y están separadas por unas columnas de corte salomónico. La calle central está coronada por la Paloma del Espíritu Santo. Debajo en diferentes hornacinas, un Cristo crucificado en el Monte de los Olivos y Santa Teresa, patrona de nuestra capital de provincia, Avila. En la parte baja se sitúa el Sagrario, de metal dorado, que está custodiado por dos bellos ángeles escultóricos y en el que llama la atención el relieve del pelícano, símbolo de la Iglesia Católica. En la calle derecha, S. Juan de la Cruz con su hábito típico y S. José con el niño y la vara florecida, símbolo de su unión con la Virgen María. En la otra calle, S. Juan de Sahagún, patrón de Salamanca, y la Inmaculada, talla actual realizada en madera natural. El banco de este retablo es muy sencillo adornado con bellos motivos vegetales.

El lado sur tiene un retablo barroco, encastrado en una gran hornacina. Es de dos cuerpos y está adornado con columnas salomónicas. La parte superior presenta una conmovedora pintura, la Piedad, trazada según los modelos predominantes de la iconografía del momento. En la parte inferior, el Nazareno y la Dolorosa, salidos del taller de Luis Martín de Salamanca, tras ellos, una bella tabla pintada. Presenta una “Deesis”, es decir, la Virgen y S. Juan Evangelista, con el típico manto que lleva en esta ocasión, el rojo, están a los lados del Cristo Crucificado, que es una escultura, y representa el momento en que ofrece su madre al apóstol más pequeño y a la Virgen le dice que acoja a su hijo, Juan.

Casi en el centro de esta pared, la portada sur que da al Portalito. Y a un lado, la antigua capilla bautismal.
A los pies del templo está la tribuna, realizada toda ella en madera, sustentada por una recia viga horizontal que descansa en su centro sobre una columna de granito de tradición dórica. Allí estaba el antiguo órgano barroco destruido durante la Guerra Civil, se adquirió en 1659 y se restauró en 1882, hoy están instaladas en lugar del órgano las calderas de la calefacción. Para dar luz a la tribuna hay una ventana con una bella vidriera que representa al tetramorfos. En la parte baja la portada de poniente con otra vidriera con unos motivos decorativos bastante sencillos.
La parte del Norte acoge la portada septentrional y dos capillas que están adosadas al muro. La más importante es la de la Virgen de la Salud, a la que se procesa gran devoción en este pueblo, de ahí la peculiar estrofa:


“La Virgen de la Salud

le dijo a la del Pilar

si tu eres aragonesa

yo castellana y con sal”.


Esta capillita tiene un retablito barroco con la imagen de la virgen como protagonista y un confesionario. La otra capilla también posee otro retablo barroco aunque más grande que el anterior. Está dividido en tres calles, en el centro la Dolorosa, a la izquierda S. Antonio y a la derecha la Virgen del Carmen. El banco está decorado con angelitos y sobre él un secundario sagrario de madera dorado por si se da misa en esa capilla. A los lados, otro confesionario y un pequeño altarcito con la Virgen del Rosario y el niño Jesús. Esta capilla funcionó como sacristía hasta 1881, fecha en que se hizo la actual. Está cubierta con una bóveda gótica de fuertes nervios, con medallones adornados con cruces y motivos vegetales.

En los muretes que separan el presbiterio de la nave hay dos pequeños altares con S. Bartolomé en uno y la Purísima en otro.

Para finalizar este sencillo análisis, sólo destacar la bella orfebrería que posee esta iglesia, con candelabros, cálices, vinagreras, botafumeiros y la gran lámpara de aceite que se colgaba del techo y bajaba al suelo para su limpieza por un mecanismo de cuerdas.

Por último, este trabajo estaría incompleto si no se hablara de las Cofradías de esta parroquia, hay varias y entre ellas destacamos la de la Vera Cruz (que suele ser mayoritariamente de índole masculina). La del Corazón de Jesús y la de la Virgen de los Dolores (que son para las mujeres) y la de S. Antonio, para ambos. Esto es de gran importancia pues como es sabido para crear una cofradía se necesita una dispensa papal, por tanto, el Papa, en algún momento de la historia se puso en contacto con nuestro pueblo, sobre todo con sus párrocos.



== Fistas ==

Las fiestas mayores que han perdurado y que son las más importantes del pueblo son: los Carnavales y S. Bartolomé.

En un principio las grandes fiestas eran S. Bartolomé, como la principal, y la feria de Mayo, pero el tema del ganado ha cambiado tanto que, en la actualidad, las ferias casi resultan innecesarias, a no ser, las de las grandes ciudades.

- LOS CARNAVALES:

Las ferias han sido sustituidas por los Carnavales, siendo su día grande, el Martes Gordo.

A continuación se va a narrar como comienzan los Carnavales en la historia de la humanidad y como se les acoge como fiesta religiosa.

El “Mardi Gras” o Martes Gordo había sido, en otros tiempos, una festividad pagana en honor de la fertilidad y de los ritos de primavera, llamado “Lupercalia” en aquellos tiempos, por las cuevas en que se llevaban a cabo los festejos relativos a la adoración del Dios Pan, deidad de la tierra de los amantes o Arcadia, se había convertido en una excusa para la conducta licenciosa durante el tiempo de los romanos. Los primeros padres cristianos trataron de suprimirlo, pero al fracasar rotundamente lo incorporaron a los ritos de la Resurrección. Por lo tanto, se declaró que el Martes de carnaval sería el último día de festines antes del Miércoles de Ceniza, que anunciaba los cuarenta días de ayuno precedentes a la Pascua. Los sacerdotes llamaron a esa festividad “carnelevare”, que se podría traducir, libremente, como adiós a la carne. Fueron los franceses quienes le dieron el nombre de Mardi Gras, por la costumbre de desfilar por las calles con un toro enorme, como símbolo del día. También fueron los franceses, en el reinado de Luis XV, quienes popularizaron la costumbre de realizar opulentos festejos antes de la última celebración, así como la tradición del baile de máscaras.

Ya sabemos que nuestros Carnavales no pueden equipararse a los de Río, Tenerife o Venecia, pero se puede decir de ellos que, han mejorado de tal modo que son considerados como unos de los mejores de todo el Valle e incluso de la provincia.

Hay numerosos grupos y comparsas que trabajan durante todo el año, primero tienen que elegir el traje para el año siguiente, después escoger las telas y por último cortar y coser. Esta es una tarea de titanes, considerando el alto número de participantes en cada grupo y eso multiplicado por tres, que es el número de días que se disfrazan. Las carrozas son lo más vistoso y llamativo del carnaval y es justo recordar, que la carroza ganadora luego debe representar a Casavieja en el concurso provincial de Cebreros, y que gana el primer premio la mayoría de los años.

Es una fiesta, en la que los verdaderos protagonistas, aparte de los disfraces, son los quintos, pues son los encargados de su organización.

Los Carnavales empiezan bastante antes de esa semana, pues en Enero, el Ayuntamiento da unos pinos a los quintos para que el dinero de su venta les ayude a montar el baile de Carnaval. Así, ese día, suben los mozos con padres y amigos a cortar y vender los árboles.

Para hacer la fiesta necesitan un local acondicionado, con un gran salón para el baile y una cocina con un comedor para las comidas. Hasta hace poco se ha hecho en el “Hostal Santo Angel”, la alternativa que se ha encontrado es la antigua Almazara.

Las tardes de la semana anterior las dedican a montar el “tablao” para los músicos y a hacer el arco con flores de mimosa para adornarlo.

La noche del jueves, es la noche de las pintadas. Los quintos anuncian su baile con pintura en el suelo y pancartas ajustadas a los cables de la luz.

El viernes, compran un novillo a alguno de los ganaderos del pueblo. Le pasean por todo el pueblo, antes se le daba vino y le emborrachaban, ahora esta costumbre está prohibida por la ley de protección del animal y por la enfermedad de las vacas local. Matan al novillo y así, tienen carne para comer y cenar mientras dura la fiesta.

El sábado en la noche comienza el baile, y se elige a la Miss y al Mister de los quintos.

El domingo salen en la cabalgata con la carroza que han improvisado.

El lunes recrean una boda, lo tienen todo; novios, cura, padrinos y acompañamiento. Esa noche invitan a los padres a cenar con ellos.

El martes es su gran día. Desde bien temprano se ven los caballos que traen del picadero atados a las puertas de los quintos que por la tarde van a montar. Las madres sacan sus mejores colchas, ropas y cintas y engalanan lujosamente el caballo del hijo. El mozo debe montar a una joven señorita, ya sea la novia, la hermana o a alguna de las quintas, ambos tienen que ir vestidos con el traje típico explicado más adelante. Sólo comentar, el bello cuadro que se produce en la vista al contemplar la cabalgata de los rocines con los muchachos y muchachas a la grupa. Parece que el tiempo se ha detenido por un momento y que contemplamos a nuestros antepasados realizando lo mismo, así, de una manera u otra les resucitamos y sacamos del olvido.

El Miércoles de Ceniza se hace el entierro de la sardina. El triste lamento de los asistentes recorren las calles del pueblo. Después todos son invitados a comer sardinas asadas en las grandes fogatas que se encienden en la plaza o detrás de la Parada.


- S. BARTOLOMÉ:

Es el 24 de Agosto aunque las fiestas duren 10 días. Todas las Asociaciones culturales, la Asociación de Mujeres, el Grupo Folklórico, el Apa, la Peña Taurina, la Cruz Roja y los Quintos, trabajan conjuntamente con el Ayuntamiento para la organización del festejo.

El día 21 se comienza con la actuación de los grupos folklóricos. El 22 empienza el baile de la plaza, que se hará todos los días hasta su fin, el 28 de agosto. Ese día se eligen la Reina y a sus Damas de Honor, al Mister y a la Miss Turismo. El 23, es el día dedicado a los niños. Se trae un grupo con payasos y atracciones para que diviertan a los más pequeños. Por la tarde, el toque de vísperas y el pregón de las fiestas. El día 24, el día grande, se hace una misa en honor a nuestro patrón y se saca su imagen en procesión. Es tradición llevar albahaca y ponerla a los pies del santo para que la bendigan. Este día comienzan las novilladas picadas que duran cinco días. Hay que decir que Casavieja posee una importante fiesta taurina, teniendo las mejores novilladas del contorno y es considerada como una de las ferias más punteras, así los novilleros que quieran llegar a ser algo dentro del mundo del toro, es, casi obligación, que pasen por aquí.

Antes no había plaza portátil y los grupos de amigos montaban los “tablaos” con maderos y carros. Así se cerraba la plaza de S. Bartolomé para las corridas de toros. Los espectadores se subían al improvisado tendido y a los balcones de las casas circundantes para ver el espectáculo. Los mozos solían traer una vaquilla para torearla y divertirse, pero hace unos años que eso no se practica.

La orquesta que es contratada para tocar durante los toros, por las mañanas debe recorrer el pueblo tocando el toque de diana.

En estas fechas hay numerosos concursos; barrios engalanados, balcones adornados, pintura, fotografía, poesía, tiro de soga, carreras de sacos, yincanas y juegos de niños.

Todos estos factores hacen que nuestras fiestas sean de las más completas y mejores del Valle, y que los Casavejanos y visitantes las vivan intensamente.

== folclore ==

Se puede decir sin ninguna duda al respecto, que el folclore de Casavieja es uno de los más ricos del Valle, pero eso no es lo verdaderamente importante, sino que, es uno de los más vivos.
Los casavejanos participan activamente de su folclore y los más mayores se encargan de transmitir esa cultura oral o popular a los más pequeños, es decir, les enseñan las jotas, rondas, villancicos, canciones de Nochebuena, y su especial Calvario de Semana Santa.
En este pueblo los pregones son precedidos por las cintas que se han grabado con el cancionero típico, durante la época de Navidad se pone “la Nochebuena” y en el resto del año “las rondas y jotas”. Esto es importante porque ayuda a los niños a ir familiarizándose con su música y son capaces de distinguirla de otras.
LAS RONDAS:


La ronda a la mujer amada viene desde bastante antiguo, son numerosos los libros, documentos y películas que recrean un tiempo pasado en los que el enamorado cogía un grupo de músicos e iba a rondar bajo la ventana de su amada cantándole y a la vez declarándole su amor eterno. En Casavieja la cosa no es diferente, y desde luego esta tradición viene de bastante antiguo. La cita más antigua que se encuentra es en el libro de fábrica de la Parroquia de Mijares, con fecha del 5 de junio de 1741; el texto viene a decir más o menos que, “por causa de una visita del Obispo se prohiben los bailes y los juegos, y también las rondas de los mozos por el alboroto e inconvenientes que se siguen en ellas.” Esto quiere decir que a mitad del Siglo XVIII ya se realizaban noches de ronda y si se hacía en Mijares, lo más seguro que en el resto del Valle también y por tanto, Casavieja es incluida dentro de ello, pero no se puede precisar con exactitud desde cuando comienza a darse esta costumbre, por no haber documentación ni datos referente a ello.

En esta Villa se hace mención de sus rondas en 1912, en la que se prohibe “las cencerradas, rondas u otros ruidos de noche o día que puedan molestar al vecindario, únicamente en ciertas noches cuya costumbre es tradicional podrán rondar los mozos con músicos y guitarras, pero obteniendo previamente el permiso de la Alcaldía para que puedan presentarse a los serenos, Guardia Civil y otras autoridades...”

En 1925 otro bando dice: “ Únicamente la gente moza conserva la costumbre de celebrar rondas las vísperas de alguna fiesta de días clásicos o de quintos. En tales noches (con previo permiso del Alcalde) salen de ronda todos los mozos del pueblo, llevando alguna guitarra y bandurrias y congregándose en las inmedias de la Iglesia; próximamente a la media noche empiezan por echar la primera ronda a la Virgen...”
Estos dos textos nos dan una idea de cómo se hacían las rondas a principio del Siglo XX y que sentaron las bases de las actuales.

Las Rondas se echaban los siguientes días; Nochevieja, los Reyes, los Carnavales, Sábado de Resurrección, las Ferias, S. Bartolomé, Nochebuena y Nochevieja. Pero en la actualidad hay que hablar de las rondas que preparan los quintos esos días clave para ellas: la noche de Nochevieja, la noche de Resurrección y la noche de San Bartolomé. Los quintos buscan a los músicos, a los cantantes no, porque cualquiera de los acompañantes puede “echarse una copla” si previamente pide su turno por medio de una voz diciendo “voy”. Los mozos que piden la ronda deben pagar una cantidad módica a los quintos para ayudarles con los gastos que ocasionan los guitarreros.

La hora de comienzo suele darse alrededor de la media noche en la puerta de la Iglesia para ofrecer la primera ronda a la Virgen y a partir de ahí, durante toda la noche y buena parte del día siguiente, se cantaba a la mujer, amada, novia, madre o hermana bajo el balcón o ventana de ella. Algunas mujeres correspondían invitando a vino y dulces a la comitiva, siendo acogido con gran regocijo por parte de los asistentes. Esta costumbre ya solo la practican los quintos, aunque en algún caso aislado, como la víspera de alguna boda, los amigos de la pareja cogen una guitarra y van a despertar a los novios al son de nuestras queridas rondas para, ofrecerles la “Última ronda de solteros”.

Esta costumbre por tanto, es realizada por los más jóvenes aunque no hay edad limitada para su participación. Las rondas era una costumbre exclusiva de los hombres, pero en este momento la mujer comienza a despuntar tímidamente. Recuerdo la primera vez que cantó una mujer, el “escándalo” y conveniente enfado por parte de los hombres que se dió por esa causa fue mayúsculo. Ahora este tema está más asimilado y alguna moza atrevida se lanza a cantar alguna estrofa.

Antiguamente echar las rondas a alguna moza era motivo de disputa por parte del enamorado y el hermano, padre u otro enamorado despechado de la joven, que no veían con buenos ojos esa relación. Iban al teso de las Eras para agarrarse a golpes y así solucionar las cosas, ¡menos mal que esta bárbara costumbre ya no se practica!.
La ronda suele tener tres partes claramente diferenciadas:


-la primera, con un ritmo bastante suave, sirve para el lucimiento de la buena voz y se canta el romance. Como su nombre indica se utilizan, para esas estrofas, romances, algunos populares, otros religiosos y otros recogidos de la pluma del genial Lope de Vega. Esto puede sorprender bastante pero es una muestra de cómo la gente más humilde también bebe de las fuentes cultas.
La explicación a esto es muy sencilla, por lo menos a mi entender; Antes, al no haber televisión, cine... ni grandes entretenimientos existían los juglares, personajes casi olvidados pero de gran importancia para la extensión de la literatura medieval y posterior. Estos señores iban de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, narrando historias, cantando romances, recitando poesías... la gente, por entonces analfabeta en su gran mayoría, accedía a los libros por medio de estos personajes y aprendían de memoria pasajes e historias que se narraban en las plazas de los pueblos. Esto y junto con la proximidad de las poblaciones hace que las costumbres sean parecidas y a veces las mismas. En los pueblos limítrofes se suelen cantar coplas, estrofas y romances parecidos y a veces los mismos. Generalmente los romances que se cantan son de los poetas Valdivieso y Lope de Vega, siendo los más importantes los de este último, sacados de sus “Rimas Sacras”. Lope los escribió, y el pueblo los ha tradicionalizado, es decir, los ha hecho suyos y los ha recreado con variaciones que allanan las expresiones más refinadas del poeta.


-La segunda parte son las alegres jotas que rompen el romance repentinamente.


-Y la tercera son las seguidillas, coplas con un ritmo más delicado que las jotas.

EL CALVARIO:


Es el texto que se canta en las procesiones de Semana Santa. Se forman dos grupos de hombres, unos se colocan al frente de la procesión y otros a la retaguardia, y cada grupo canta un verso.
Abelardo Rivera en la “Andalucía de Avila”, 1925, hace mención al Calvario diciendo: “Los días que la iglesia consagra la pasión de Cristo son de honda devoción en Casavieja. Las procesiones del Jueves y del Viernes Santo llevan el sello emocional del “Calvario” entonado por los hombres del pueblo, a su paso por las calles tristes en la Hora Santa”.

En Piedralaves, también se canta pero de forma diferente. Allí un mozo entonala letanía con una tonadilla especial; los mozos la corean y el resto del público guarda silencio.
Eduardo Tejero ha hecho un extenso y profundo estudio del Calvario y descubrió cosas tan interesantísimas como; “El Calvario de Casavieja y Piedralaves se trata de un fragmento de la lamentación IV, Tabla Tercera, del “Retablo de la Vida de Cristo”, de Juan de Padilla, el Cartujano, (Sevilla, 1468-1522?), autor espiritual muy leído por Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús...”.
Padilla, fiel discípulo de Mena, lo hace en copla de arte mayor y tres rimas, generalmente de forma abrazada, ABBA-ACCA.

Por supuesto, el texto original nos ha llegado con numerosas variantes y bastante adulterado como es normal con la tradición oral y aquí, esta tradición de cantar el Calvario, ha pasado de generación en generación de padres a hijos... con el consiguiente riesgo que eso conlleva con respecto del texto. Pero lo más importante son los sentimientos y la emoción que produce en el público asistente a la procesión, el recitado de estos versos. Incluso hay gente no creyente que asiste solamente a la procesión para poder escuchar ese lamento tan característico de la Semana Santa Casavejana, “EL CALVARIO”.
LA RONDA DE LOS PASTORES:


Esta es una tradición casi exclusiva de Casavieja y de sus Navidades, aunque actualmente se va expandiendo a los pueblos de alrededor. Esta costumbre se remonta a cuando las gentes del pastoreo bajaba de la sierra al pueblo y recorría las calles cantando y tocando los instrumentos que ellos mismos se fabricaban como las zambombas, hechas con una gran piel de cordero y una pipa que al frotar con la mano mojada hace un ruido característico. Otros instrumentos utilizados son la botella de anís, rascada con una cuchara, El calderillo, que se toca moviendo el asa. La sartén , utilizada como un tambor, “aporreado” con dos cucharillas, o también, tocando su mango con una llave antigua. El almired de metal. Y la bandeja con un borde rugoso para que, al rozarla con una cucharilla, haga el sonido deseado.

Los mozos ataviados a la usanza de los pastores de la sierra, indumentaria que se explica en el capítulo siguiente, recorren las calles en las frías noches de diciembre. Las gentes agradecidas por oír los villancicos les da el aguinaldo y también reciben alguna invitación en los bares del pueblo.
En Nochebuena, los pastores amenizan la Misa del Gallo con su música, dando un aire bastante autóctono a la ceremonia con sus trajes tradicionales, cantos e instrumentos.
En los Reyes acompañan a sus majestades de Oriente en la cabalgata que se organiza la noche del 5 de enero para recibirles de su largo viaje. Al día siguiente les acompañan a Misa Mayor, participando en la eucaristía y ofreciendo sus respetos al Niño recién nacido y a los Magos Orientales.

== Trajes Típicos ==

Como en el resto del Valle, la indumentaria de Casavieja es muy rica y elaborada y varía según la posición social y económica de las personas que la usen, al igual que cambia también según la ocupación y trabajo que realicen en determinado momento.

Se va a empezar por el traje femenino, más rico, coqueto y colorista que el masculino.

Siempre se ha dicho que los refajos, es decir, la falda que se ponían las mujeres de antaño, es una pieza importantísima que define perfectamente el traje típico. Eran picados o pintados, aunque también he visto otros más simples que solamente llevaban unas tiras negras de terciopelo cosidas e intercaladas con otras tiras de abalorios o pedrería negras. En la actualidad se han introducido los refajos bordados, pero es una causa más de la proximidad de culturas, que están abiertas y acogen lo que les interesa de las otras.

Los refajos picados solían ser de paño, con un diseño, generalmente en negro, haciendo composiciones geométricas, de flores y pájaros exóticos cosido encima, por eso solían ser de color rojo para que el negro resaltara más. Los pintados, como su nombre indica, llevaban los diseños y composiciones pintadas en un color fuerte, encima del paño que solía ser de color rojo y amarillo.
Los refajos llevaban a juego la faltriquera, a lo que podemos equiparar al bolso actual, es decir, era como un bolsito de paño con el mismo dibujo que el refajo y que se ataba a la cintura para que las mujeres metieran sus cosas dentro de ellas.

El mantón de Manila era otra de las piezas claves, los hay de diferentes colores y bordados predominando el color beige. Sobre el crespón beige se bordaban los juegos de rosas y aves del paraíso con colores muy llamativos como el rojo y el verde, aunque también los hay bordados en un solo color parecidos a los mantones actuales. Otro tipo de mantón era el adamascado, creando diseños también muy bellos y colores llamativos como el amarillo, el morado y el azul. El mantón de talle era muy utilizado, tenía un corte más pequeño y en vez de bordarse se pintaba, imitando a los otros. Se solía usar para más diario y el de Manila se dejaba para fiestas y grandes ocasiones.
Sobre el refajo se solía poner el mandil o delantal que ocupaba la parte delantera del refajo, era negro, de tela noble, adornado con puntilla negra en los bordes e incluso las más atrevidas ponían pedrería negra para que diera destellos de luz con el movimiento.

La blusa era negra, de tela llamada abrochada, es decir, adamascada, aunque también las había de raso, de corte entallado a la cintura ajustándose al cuerpo de la mujer y adornada con unas pequeñas puntillas negras y doble abotonadura.

Las medias eran de lana blanca realizadas con el punto llamado de garbanzo, pues imita a la perfección a la citada legumbre.

Debajo del refajo llevaban la ropa interior que consistía en unas almidonadas enaguas de hilo blanco con puntillas, bordados y minúsculas bainicas y en unos pantalones, llamados pololos, anudados a la rodilla con una cinta roja metida dentro de un pasacintas cosido a la terminación del pololo. Como dato anecdótico y peculiar decir que esta pieza no estaba cosida en la zona del tiro del pantalón, sino que se dejaba abierta para facilitar a las mujeres hacer sus necesidades fisiológicas sin necesidad de bajarlos.
Como calzado se usaban los zapatos de cordones aunque las más humildes utilizaban alpargatas con suela de goma que bordaban cuidadosamente para así hacerlas más atractivas, las ataban a la pierna con cintas de diferentes colores, ya fuera el negro o el rojo.

Las joyas que solían usar eran bastante bonitas aunque de escaso valor, consistían en un collar, llamado aderezo, en unos pendientes, llamados de calabaza y en unos agujones para adornar el moño que se hacían con el pelo, que consistían en unas bolas doradas y caladas unidas a unas horquillas de moño que se introducían dentro del pelo dejando al descubierto la pequeña y coqueta bolita.
Este traje se utilizaba para las grandes ocasiones. Los días de diario no se ponían tan guapas pues tenían que hacer muchas faenas tanto en casa como en el campo. Así utilizaban unas faldas largas hasta los pies, de color oscuro como el negro, el azul oscuro y el marrón, con mandiles de la misma longitud para preservarse de la suciedad y posibles manchas. Como ropa interior unas sencillas enaguas. Las blusas más simples y, para preservarse del frío, unas toquillas de lana.

El traje de novias era más sencillo que el actual pero igual de llamativo y atractivo, pues realzaba la belleza innata de la novia. Consistía en un traje negro de tela brocada, es decir, que hace dibujos con la misma seda de la tela, la falda era larga hasta los pies y la camisa entallada de la misma tela. Encima se ponían el mantón de Manila e incluso también se utilizaba el pañuelo amarillo adamascado que se ponen los quintos y que todos conocemos. Para la cabeza un pañuelo de seda, bordado y sobre él, una mantilla de raso negro ribeteada por una tira de terciopelo, que cae lánguida sobre los hombros.
Para los hombres, el traje es más sencillo y se puede decir que poco ha cambiado, a no ser por los tejidos más artificiales y cortes y diseños más actuales.

Utilizaban un pantalón de paño negro en dos modalidades, cortado a la rodilla y adornado por siete botones dorados o con unos pompones blancos, y largo. La camisa blanca, sin cuello, es decir, con tira. Un chaleco negro. Una faja blanca o el pañuelo amarillo adamascado anudado a la cintura. El calzado era más variable, botas quien pudiera permitírselas, zapatos o alpargatas de suela de goma negra. Para la cabeza el sombrero de paño.
Para diario utilizaban un traje de pana con una faja negra anudada a la cintura, albarcas para los pies y una boina para la cabeza.

Los pastores de la sierra tenían una indumentaria peculiar dado su duro trabajo pues tenían que andar entre jaras, zarzas y piornos, y soportar las variables inclemencias del tiempo. Para cubrirse de la lluvia y del sol, se ponían el sombrero basto. La blusa era azul con varios pespuntes blancos. El pantalón de gruesa pana. A la cintura una faja negra, el pañuelo de cuadros llamado de hierba y la mecha del mechero. Para andar por el campo y protegerse de ramas y agua se ponían sobre el pantalón, los zahones de fuerte cuero. En las pantorrillas una especie de medias, también de cuero, llamados leguis. Y por último en los pies, las características albarcas.

Para las bodas, los novios utilizaban traje de fino paño negro, con una camisa blanca sin cuello y un sombrero.
Para protegerse del frío se arropaban con las mantas de Pedro Bernardo o utilizaban unas gruesas y largas capas.

== Gastrinomía ==

Hablar de la típica gastronomía de Casavieja hace que los jugos gástricos comiencen a desatarse pensando en las maravillas que preparan las cocineras de esta Villa, que han ido pasando las recetas de madres a hijas y de generación en generación.

Entre los platos más típicos destacamos;


-Patatas al Caldero: Se solían hacer, sobre todo, cuando se iba al campo. Se pone un calderillo de metal encima de una lumbre y se ponen a cocer los ingredientes en crudo: Patatas, pimiento, guindilla, cebolla, ajo, manteca, laurel, sal y agua. Se deja cocer y ya está preparado para comer.


-Patatas Pelonas: Se cuecen las patatas enteras y con la piel. Después se pelan y se pasan por el pasapuré. En una sartén se fríe ajo y unos torreznillos de panceta, pimentón, un trozo de guindilla, agua y sal. En este caldo se echan las patatas espachurradas y se mueven hasta que queden bien batidas.


-Migas: Se fríe el pan picado. Después se fríen ajos, trozos de chorizo, pimentón y agua. Esto se une a los picatostes. Había otra modalidad que, en vez de mojarlas con agua, las hacían con vino.


-Gachas: se fríen ajos, torreznitos, harina, agua y sal.


-Puches: Se fríen trozos de pan. Esto se aparta y después se fríe harina, azucar y agua. Por último se une con el pan.


-Sopa de tomate o de ajo: se fríe ajo, cebolla, pimiento, tomate y pimentón. Se echa agua y sal. Se escalfa un huevo y se empapan las sopas de pan.


En las matanzas se solía comer el


-S. Morejo; para este plato se utilizaban las asaduras del cerdo. 1º se cuece la asadura en un calderillo de cobre. 2º se refríe cebolla, pimiento y un “machacao” de asadura, cominos y nueces. También se refríen torreznillos y todo se echaba al caderillo. Con el caldo del S. Morejo se mojaban los platos de sopas de pan “masao”. También era muy típico freir unas “tajadas” del “Chumarro” del cerdo; es decir, un trozo de magro, con ajitos para provar el cerdo de ese año. Los embutidos de Casavieja son muy apreciados pero hay que destacar la “morcilla de verano” o de calabaza (se llaman de verano porque es la época en que se comen).

Es importante señalar los postres y dulces y cabe destacar:


-Los Bollos de Carnaval: Se hacían en los hornos con el aceite que acaban de recoger, aguardiente, harina, rayadura de limón, zumo de naranja y azúcar.


-El Arrope: Que es un dulce hecho con calabaza cocida en caldo de higos, mosto de uva y azucar.


-El sopetón: Es una rebanada de pan “masao”, tostadito en la lumbre y mojado en el aceite recién hecho regado con azúcar. Los niños, sobre todo, iban a la prensa del aceite para que les mojaran su tostada en las tinajas del aceite.


-El arroz con leche: Se utiliza leche, azúcar, cáscara de naranja, canela en rama, anís estrellado y arroz.


Otros postres importantes son la Leche frita que junto a las Torrijas eran los dulces estrella de la Semana Santa. Los bollos del Sereno, las Perrunillas y las Pastas de Manteca abundaban en las bodas y ahora en Carnaval.

== Rutas ==


RUTA 1 : "Puerto Alacrán"


Señalizada con marcas blancas y amarillas, es una trocha de las denominadas de "herradura", porque nuestros antepasados la utilizaban con sus animales de carga: caballos, mulas y burros, para el intercambio de mercancías con el otro valle, ya que no existían los supermercados, se utilizaba el "trueque", (se daba algo a cambio de otra cosa).

Dicho sendero empieza en el lugar llamado "Mesegarejo", situado entre la presa del "Castaño" y la de "Pepelín", a una altitud de 600 metros, para después de 3 horas y 30 minutos de caminata acabar en 1.700 metros de altitud. Esta trocha se puede hacer por tramos ya que a dicha ruta la atraviesan 3 pistas forestales. No hace falta cargarse de agua ya que a lo largo del recorrido se pasa por siete fuentes.


RUTA 2: "Roble Hermoso"


Señalizada con marcas blancas y amarillas, empieza en "Arroyo Lazaro" en el Puente segundo de la carretera de Mijares y finaliza en el "Pocillo de las Tejadillas", pasando por la "Hondonada", Granja Escuela, Collado, Ceniceros, Fuente de Roble Hermoso, la Cuchara, Poyales y la Mata.
El Tiempo estimado de su recorrido es de tres horas y quince minutos, a lo largoi de la trocha, i


RUTA 3: "Las Vaquerizas"


Señalizada con hitos de piedra, empieza en "Fuente Helecha" y finaliza en el chozo de las "Vaqerizas", sube por "Venero Blanco", "Fuente el Hornilllo", "Refujio de Majamel", "Las Artesas", "Los Calamochos" y la "Fuente los Helechares", finalizando en las "Vaquerizas".
El tiempo de recorrido es de tres horas aproximadamente.


RUTA 4:


Marcada con hitos de piedra, es una trocha que atraviesa de oeste a este toda la sierra, desde los "Poyales" a la fuente del "Puerto Alacrán", empieza en los "Poyales" y va unida a la ruta 2 "Roble Hermoso", hasta llegar a las "Tejadillas", siguiendo por el "El Brezal de la Lancha" pasando por "Fuente de la Ortiga" y por las "Vaquerizas" para finalizar en el "Camino del Puerto".

Andando por esta travesía se está a una altitud de 1.500 metros aproximadamente.
El tiempo aproximado del recorrido es de dos horas y cuarenta minutos.


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Revisión del 11:19 24 oct 2009

Casavieja
municipio de España


Bandera

Escudo

País  España
• Com. autónoma  Castilla y León
• Provincia  Ávila
• Comarca Arenas de San Pedro
Ubicación 40°16′52″N 4°46′00″O / 40.281111111111, -4.7666666666667
• Altitud 539 m
Superficie 39,25 km²
Población 1410 hab. (2023)
• Densidad 42,37 hab./km²
Gentilicio casavejano/a
Código postal 05450
Alcalde (2007) Tomás del Castillo Polo
Sitio web http://www.casavieja.es

Casavieja es un municipio de España, en la provincia de Ávila, comunidad autónoma de Castilla y León.


Demografía

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