Diferencia entre revisiones de «Historia del ateísmo»

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En el comienzo del [[siglo XXI]] continúa el asentamiento del [[laicismo]] y el ateísmo en las sociedades occidentales. Han aparecido movimientos como el [[movimiento Brights]], así como una multitud de obras [[antiteísmo|antiteistas]] y laicistas.<ref>BBC News, [http://news.bbc.co.uk/1/hi/magazine/7053157.stm ''Keeping the faith''], 19 October 2007</ref> Entre los autores de libros de este tipo están: [[Sam Harris]], [[David Mills]], [[Daniel Dennett]], [[Ibn Warraq]], [[Ayaan Hirsi Ali]], [[Richard Dawkins]], [[Christopher Hitchens]], [[Victor J. Stenger]] y [[Anthony Grayling|Anthony C. Grayling]].
En el comienzo del [[siglo XXI]] continúa el asentamiento del [[laicismo]] y el ateísmo en las sociedades occidentales. Han aparecido movimientos como el [[movimiento Brights]], así como una multitud de obras [[antiteísmo|antiteistas]] y laicistas.<ref>BBC News, [http://news.bbc.co.uk/1/hi/magazine/7053157.stm ''Keeping the faith''], 19 October 2007</ref> Entre los autores de libros de este tipo están: [[Sam Harris]], [[David Mills]], [[Daniel Dennett]], [[Ibn Warraq]], [[Ayaan Hirsi Ali]], [[Richard Dawkins]], [[Christopher Hitchens]], [[Victor J. Stenger]] y [[Anthony Grayling|Anthony C. Grayling]]. Actualmente entre los jóvenes de EEUU el ateísmo ha alcanzado los niveles más altos registrados en toda la historia.<ref>[http://www.barna.org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdate&BarnaUpdateID=272 "Atheists and Agnostics Take Aim at Christians"]</ref>

Sin embargo en muchos países todavía negar la existencia de dios se castiga como un delito de [[blasfemia]], aunque tales leyes están en contra de la libertad de creencias proclamada en la [[Declaración Universal de los Derechos Humanos]].
Sin embargo en muchos países todavía negar la existencia de dios se castiga como un delito de [[blasfemia]], aunque tales leyes están en contra de la libertad de creencias proclamada en la [[Declaración Universal de los Derechos Humanos]].



Revisión del 15:55 24 oct 2009

Aunque el término ateísmo se origina en el siglo XVI basado en el término del griego antiguo ἄθεος (sin dios, negación de dios),[1]​ su admisión como concepto en positivo no se encuentra antes del siglo XVIII, cuando las ideas ateas y su influencia política empiezan a expandirse.

La proposición espontánea de que los dioses no existen es tan antigua como el teísmo mismo y la idea de que no hay dios es tan antigua como el monoteísmo y el henoteísmo. El pensamiento filosófico ateo aparece entre los siglos V y VI a.C. tanto en Europa como en Asia.

Uno de los símbolos del ateísmo

Filosofías asiáticas antiguas

En el Extremo Oriente, la vida contemplativa no centrada en la idea de los dioses comienza en el siglo VI a.C. con el crecimiento del Jainismo, el Budismo y algunas corrientes ateas del hinduismo en la India y con el Taoísmo en China.

Aunque estos sistemas de creencias afirmaban una vía salvadora filosófica no centrada en el culto a dios(es), la tradición popular en algunas de las ramas realizaba un culto a divinidades, llamadas a espíritus y otras tradiciones folclóricas. De hecho, el conjunto de escrituras más completo y antiguo, el Canon Pali acepta como reales a los seres divinos, los dioses védicos (Rigveda) y otros dioses, el renacimiento, el paraíso y el infierno. Mientras que las deidades no son necesarias para el objetivo de la salvación en el Budismo, lo cierto es que no se cuestionaban.

Budismo

Los elementos sobrenaturales de la tradición budista como añadidos posteriores aparecen en el siglo XVIII en Japón entre los alumnos de la escuela Kaitokudō ( 懐徳堂 ), al considerar los elementos sobrenaturales de los antiguos textos budistas, sintoístas, taoistas y confucianistas como ficciones absolutamente exageradas.

Nakamoto Tominaga (1715-1746) concluía que entre la vasta colección de escritura Mahayana, sólo la parte del Agama Sutra pertenece a Siddharta Gautama, algo apoyado hoy en día al identificar el Dhammapada, los dos últimos capítulos del Sutra Nipata en el Tripitaka pali y la parte correspondiente al Agama Sutra en el Tripitaka en sánscrito, así como algunos pequeños fragmentos en otras escrituras como las composiciones más antiguas. Este punto de vista descrito como daijyō hibutsu setsu, es responsable de la controversia actual en el budismo japonés.

Símbolo del jainismo

Jainismo

Aunque los jainistas consideran su tradición como algo eterno, el jainismo puede datarse en los tiempos de Parshva, que vivió en el siglo IX a.C. y, más seguramente de Mahavira, maestro del siglo VI a.C. y contemporáneo de Gautama Buda. El jainismo es una religión dualista, con un universo hecho de materia y almas. El universo, la materia y almas que lo conforman, es eterno y no ha sido creado, careciendo por completo de un dios creador. Sin embargo, hay dioses y otros espíritus que existen en el universo y los jaínes creen que las almas pueden alcanzar la divinidad.

Hinduismo

Dentro de las escuelas astika (ortodoxa) de filosofía hindú, tanto la escuela Samkhya como la Mimamsa no aceptan un dios creador en sus respectivos sistemas.

Según su tradición el texto principal de la escuela Samkhya, el Samkya Karika, fue escrito por Ishvara Krishna en el siglo IV, cuando se trataba de una escuela predominante. Los orígenes de la escuela son mucho más antiguos y se han perdido en la leyenda. La escuela fue a la vez dualista y atea. Creían en una existencia dual de Prakriti (naturaleza) y Purusha (espíritu) y no tiene lugar para un Ishvara (dios) argumentando que la existencia de Ishvara no puede demostrarse y por lo tanto no puede admitirse que exista. La escuela dominaba la filosofía hindú en ese momento, pero comienza su decadencia en el siglo X, datándose sus últimos comentarios en el siglo XVI.

El texto fundacional de la escuela Mimamsa son los Purva Mimamsa Sutras de Jamini (ss. III - I a.C. ). La escuela alcanzó su apogeo en el siglo VIII y durante un tiempo en la Edad Media tuvo una clara influencia en el pensamiento hindú.

La escuela Mimamsa responde a sus preguntas primarias sobre la naturaleza del dharma según una interpretación estrecha de los Vedas. Sus principios fundamentales eran el ritualismo (ortopraxis), el anti-ascetismo y anti-misticismo. Los primeros Mimamsakas creían en un adrishta ("invisible") que resulta de la práctica de "karmas" (trabajos) y no veían la necesidad de un "Ishvara" (dios) en su sistema. La Mimamsa todavía continúa en algunas ramificaciones de las escuelas de pensamiento hindú actual.

Cārvāka

La escuela filosófica materialista y antirreligiosa Cārvāka, se origina en la India con los Bārhaspatya-sūtras (siglos finales de la era pre-cristiana) y es la escuela filosófica más explícitamente atea de la región. La escuela creció a partir del escepticismo general existente en el período Mauryana. Ya en el siglo VI a.C., los budistas citaban a Ajita Kesakambalin en las escrituras pali donde se debatía y se enseñaba que con la desaparición del cuerpo, el sabio y el necio son aniquilados, destruidos. Ninguno de ellos existe tras la muerte.[2]

La filosofía Cārvāka es hoy conocida principalmente por sus oponentes astika y budistas. El mismo objetivo de un Cārvāka, de acuerdo a sus fuentes, es tener una vida próspera, feliz y productiva en este mundo. El Tattvopaplavasimha de Jayarashi Bhatta (s. VIII a.C.) se cita como texto superviviente de esta escuela que se cree desaparecida en el siglo XV.

Grecia y Roma clásicas

Sócrates

En la antigüedad clásica europea la religión era una creencia fundamental que sustentaba por el derecho divino el estado (la polis, y más tarde el imperio romano). Históricamente cualquier persona que no creyera en la deidad apoyada por el estado podía ser legalmente acusada de ateismo y ser castigada con la pena de muerte.

Diágoras de Melos (Siglo V a. C.) es conocido como el primer ateo. Blasfemaba haciendo públicos lo misterios eleusinos y desanimando a la gente a ser iniciado.[3]​ Poco después los Atomistas Leucipo y Demócrito intentaron explicar el mundo de una forma totalmente materialista, sin hacer referencia a lo espiritual o lo místico.

Entre los sofistas, Pródico de Ceos dijo que se ha creído que las cosas útiles para la vida humana se habían atribuido a los dioses,[4]​ y Protágoras, según Cicerón, afirmó en el principio de su libro que "respecto a los dioses soy incapaz de afirmar si existen o no.".[5]​ El mismo Cicerón (de filosofía estoica), sin negar abiertamente su existencia, señaló en su obra "Sobre la naturaleza de los dioses" (De natura deorum) lo dificultoso que es justificar la existencia de esas figuras sobrenaturales.

Por razones politicas Sócrates fue acusado de ser 'atheos' ("que rechazaba admitir los dioses reconocidos por el estado") en Atenas en (399 a. C.). A pesar de los cargos, afirmaba ser inspirado por una voz divina (Daimon). Su último deseo antes de morir fue que se sacrificara un gallo al dios Asclepio, lo que no está relacionado con la piedad politeísta, este gesto era el habitual para una persona que estuviera enferma, y Sócrates quería dar a entender que con la muerte se sobrepondría de la "enfermedad" de la vida. Los cristinos en Roma también fueron considerados elementos subversivos para la religión del estado y se los persiguió como ateos. De esta forma los cargos de ateísmo, con el significado de subversión religiosa, se usaron frecuentemente al igual que los de herejía e impiedad como un arma política para eliminar enemigos.

Epicuro.

Alrededor del 300 a. C. el filósofo Cirenaico Teodoro de Cirene negó la existencia de los dioses en su libro Sobre los dioses.

Evémero (330260 a. C.) publicó su opinión sobre que los dioses sólo eran gobernantes deificados, conquistadores y fundadores del pasado, y que sus cultos y religiones eran en esencia la continuación de reinos desvanecidos y estructuras políticas pasadas.[6]​ Aunque Evémero fue más tarde criticado por haber "extendido el ateísmo por toda la tierra habitada borrando el recuerdo de los dioses",[7]​ su visión del mundo no era atea en el sentido estricto y teórico, porque él consideraba que los dioses primordiales eran eternos e imperecederos.[8]​ Evémero también creía que el sol, la luna y otros cuerpos celestiales eran dioses,[9]​ y consideraba que los fenómenos naturales como el viento eran divinos, por tener "origen eterno y eterna continuación". Pero llega a la conclusión de que los titanes y todos los dioses de la siguiente generación como los dioses olímpicos son sólo construcciones culturales y religiosas de personajes humanos del pasado[10]​ Algunos historiadores han argumentado que él meramente reinterpretó la religión antigua bajo la luz de la deificación de gobernantes contemporáneos como Alejandro Magno.[11]​ La obra de Evémero fue traducida al latín por Ennio, posiblemente para allanar el camino en la mitografía de la planeada divinización de Escipión el africano en Roma.[12]

Otra figura importante en la historia del ateísmo fue Epicuro (alrededor del 300 a. C.). Próximo a las ideas de Demócrito y los Atomistas, expuso una filosofía materialista en la cual el universo estaba gobernado por las leyes del azar sin la necesidad de la intervención divina. Aunque afirmó que los dioses existían creía que les era indiferente la existencia humana. El objetivo de los epicúreos era alcanzar la paz mental exponiendo que el miedo a la ira divina era irracional. Una de las más elocuentes expresiones del pensamiento epicúreo es Sobre la naturaleza de las cosas de Lucrecio (Siglo I a. C.). Lucrecio no era ateo porque sí creía en la existencia de los dioses pero como Epicuro pensaba que ellos como seres perfectos no estaban interesados en los asuntos humanos. Ambos también negaban la existencia de tras la vida. Julio César (100–44 BCE) que se inclinaba considerablemente hacia el epicureísmo tampoco creía en la existencia postmortem como expuso en su petición de pena de muerte en el juicio a Catilina.[13]​ Los epicúreos más que atéos podrían ser descritos como materialistas. Los epicúreos no fueron perseguidos, pero sus enseñanzas causaron controversia y fueron duramente atacadas por las escuelas mayoritarias como el estoicismo y el neoplatonismo. El movimiento terminó siendo una forma de pensamiento marginal y gradualmente desapareció al final del imperio romano, hasta que fue reavivada por Pierre Gassendi en el siglo XVII.

Edad media

En la edad media en Europa casi no se conocen expresiones de ateismo. Hrafnkell el protagonista de la saga islandesa del mismo nombre, fechada en el siglo X, cuando su templo dedicado a Freyr es quemado y él esclavizado afirma Creo que es una insensatez tener fe en los dioses, y nunca volvió a realizar un sacrificio, esta posición se denomina en las sagas como goðlauss "sin dios". Citándose varios casos parecidos, incluso de reyes. Jacob Grimm en su obra Teutonic Mythology observa que:

Es destacable que en las antiguas leyendas nórdicas ocasionalmente se mencionan casos de hombres que ante un gran enfado o duda dan la espalda a su fe pagana, centrando su confianza en su propia fuerza y virtud. Así en Sôlar lioð 17 aparece la afirmación sobre Vêbogi y Râdey â sik þau trûðu, "en ellos mismos confían".[14]

En la Europa cristiana intelectualmente las cinco vías tomistas y el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury intentan responder al cuestionamiento de la existencia de dios. Las autoridades religiosas persiguen a los que discrepan de sus creencias acusándoles de herejía, especialmente en los países donde está activa la inquisición. El cargo de ateísmo es usado frecuentemente para atacar a los adversarios políticos o religiosos. Por ejemplo el papa Bonifacio VIII por su insistencia en la supremacía política de la iglesia fue acusado por sus enemigos a su muerte (inverosímilmente) de mantener posiciones ateas tales como "no creer en la inmoralidad, ni la incorruptibilidad del alma, ni en la vida venidera."[15]

En el islam medieval los teólogos reconocen el concepto de ateísmo y frecuentemente atacan a los infieles, aunque son incapaces de nombrar a ningún ateo real; generalmente cuando acusan a alguien de ateísmo normalmente se trata de disidentes y herejes más que ateos.[16]​ Una figura notable fue el intelectual del siglo IX Ibn al-Rawandi que criticó la noción de profecía religiosa incluida la de Mahoma, y mantuvo que los dogmas religiosos no eran aceptables por la razón y debían ser rechazados.[17]​ Otros críticos a la religión en el mundo islámico fueron el médico y filósofo Abu Bakr al-Razi (865-925) y el poeta Al-Ma'arri. (973-1057).

Renacimiento y reforma

Durante el renacimiento y la reforma protestante las críticas a las instituciones y creencias religiosas se hacen más frecuentes, pero no representaron realmente ateísmo.

El término athéisme se acuñó en Francia en el siglo XVI, como una forma de acusación para aquellos que rechazaban a dios o la divinidad en las controversias intelectuales. Aunque el concepto de ateísmo resurgió posteriormente como una reacción a la confusión intelectual y religiosa producida por la reforma y más tarde la ilustración. Durante los siglos XVI y XVII la palabra ateo se usó exclusivamente como un insulto y nadie quería ser considerado como tal.[18]​ La acusación de ateísmo era tan peligrosa como ilustran los ejemplos siguientes: Étienne Dolet fue estrangulado y quemado en 1546, y Giulio Cesare Vanini que sufrió un destino similar en 1619. En 1689 el noble polaco Kazimierz Łyszczyński, que escribió un tratado filosófico, De non existentia Dei, en la que cuestionaba la existencia divina, fue condenado a muerte en Varsovia por ateísmo, se le decapitó tras arrancarle la lengua con un hierro al rojo y quemarle las manos lentamente. De forma similar en 1766 el noble Jean-François de la Barre fue torturado y decapitado y su cuerpo quemado, por la acusación de destruir un crucifijo. Este caso se hizo célebre porque Voltaire intentó sin éxito que la sentencia fuera revocada.

Entre los acusados de ateísmo estuvo el filósofo materialista inglés Thomas Hobbes (1588-1679), pero él negó los cargos. Su teísmo era inusual, en cuanto que consideraba que dios era material. Anteriormente el dramaturgo y poeta Christopher Marlowe (1563-1593) fue acusado de ateo cuando se encontró en su casa un folleto que negaba la divinidad de Cristo. Antes de que pudiera defenderse del cargo fue asesinado aunque por motivos ajenos a la religión.

Siglo de las luces

Paul Heinrich Dietrich, barón d'Holbach.

Denis Diderot (1713-1784), uno de los más prominentes filósofos de la ilustración y editor de la Enciclopedia, también fue acusado de ateo por desafiar los dogmas religiosos, en particular el católico. Escribió: "La razón es la virtud del filósofo como la gracia lo es del cristiano. La gracia determina las acciones del cristiano, la razón la del filósofo".[19]​ Diderot fue encarcelado durante un periodo breve y sus escritos prohibidos y quemados. Pero el concepto de que la razón era el medio de juzgar la verdad y estudiar el mundo se expandió irremisiblemente por el pensamiento intelectual de toda Europa.

En los años 1770 el ateísmo había dejado de ser una acusación peligrosa que requería ser rechazada, y fue convirtiéndose un una posición abiertamente confesada por algunos. El primero en negar la existencia de dios y proclamar su ateísmo desde la época clásica fue el barón d'Holbach (1723-1789) en su obra de 1770, Système de la Nature (Sistema de la naturaleza). D'Holbach fue una figura en los círculos sociales parisinos que organizaba una famosa tertulia donde acudían muchos intelectuales notables de la época, entre los que estaban Denis Diderot, Jean Jacques Rousseau, David Hume, Adam Smith, y Benjamin Franklin. Aun así su libro fue publicado bajo el seudónimo de Jean-Baptiste de Mirabaud, y fue incluido en el índice de libros prohibidos.

El panfleto titulado Respuesta a las cartas del Dr. Priestley para un no creyente filosófico (1782) es considerado la primera declaración publicada de ateísmo en Gran Bretaña, probablemente la primera en inglés (sin contar las obras encubiertas y crípticamente ateas). El desconocido 'William Hammon' (posiblemente un seudónimo) firma el prólogo y aparece como editor. El texto principal, anónimo, se atribuye a Matthew Turner (d. 1788?), un médico de Liverpool que pudo haber conocido a Priestley. El historiador David Berman apuesta firmemente por la autoría de Turner, aunque sugiere que puedo haber dos autores.[20]

Edad contemporánea

Siglo XIX

La revolución francesa (1789) catapultó al pensamiento ateo hacia la política, al abrir el camino para los movimientos del intelectuales del siglo XIX como el racionalismo, el librepensamiento y liberalismo.

El poeta Percy Bysshe Shelley (17921822) fue expulsado de la universidad de Oxford en 1811 por presentar ante el decano un pamfleto anónimo titulado La necesidad del ateísmo. Este pamfleto es considerado por los historiadores el primer ideario ateo publicado en lengua inglesa. La primera publicación de ideas ateas en Alemania fue La esencia de la cristiandad de Ludwig Feuerbach (1804 - 1872), que influiría en otros destacados pensadores ateos alemanes del siglo XIX como Arthur Schopenhauer (1788 - 1860), Karl Marx (18181883) y Friedrich Nietzsche (1844 - 1900).

El librepensador Charles Bradlaugh (1833 - 1891) fue repetidamente elegido al parlamento británico, pero no se le dejó ocupar su asiento al negarse a realizar el juramento religioso y pedir que se eliminara, aunque posteriormente se ofreciera a realizarlo "objetando ser un formalismo legal", quedándo su puesto vacante. Tras ser reelegido por cuarta vez, el nuevo portavoz le permitió ocuparlo tomándole juramento sin permitirle objeciones, convirtiéndose así en el primer ateo declarado en ocupar un puesto el parlamento británico, y participo en la reforma en la ley de juramentos.

Karl Marx
Friedrich Nietzsche

En 1844 Karl Marx escribió en su obra Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel una de las citas ateas más célebres:

"El sufrimiento religioso es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el alivio de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo."[21]

Marx creía que la gente recurría a la religión para aliviar el dolor causado por la realidad de la situación social. Según Marx, la religión es un intento de trascender del estado material de los asuntos sociales reales (el dolor de la opresión de clase) creando un mundo imaginario para evadirse de ellos, que convierte a los creyentes en individuos dóciles al control social y la explotación en este mundo, mientras ellos esperan alivio y justicia en una vida después de la muerte. En el mismo ensayo Marx afirma: "...[el hombre] crea la religión, la religión no crea al hombre..."

El filósofo Friedrich Nietzsche acuñó otro célebre lema "Dios ha muerto" (En alemán: "Gott ist tot"); frase no pronunciada directamente por Nietzsche sino que la puso en boca de uno de los personajes de su obra. Nietzsche argumenta que el cristianismo como sistema de creencias ha sido la institución moral del mundo occidental, y que su rechazo y colapso como resultado del pensamiento moderno (la muerte de dios) podría causar el surgimiento del nihilismo o de la desaparición de los valores. Aunque Nietzsche era un ateo incondicional, estaba preocupado por los efectos negativos del nihilismo sobre la humanidad, por lo que llamó a reexaminar los viejos valores y a crear unos nuevos, esperando que al hacerlo el hombre alcanzaría un estatus superior, al que calificó de superhombre (Overman).

Siglo XX

El ateísmo encontró en el siglo XX reconocimiento en una gran variedad de corrientes filosóficas tales como el existencialismo, el objetivismo, el humanismo secular, el nihilismo, el empirismo lógico, el marxismo y el feminismo,[22]​ el movimiento racionalista y el método científico. El neopositivismo y la filosofía analítica desecharon el racionalismo clásico y la metafísica en favor del estricto empirismo y el nominalismo epistemológico. Partidarios tales como Bertrand Russell rechazaron enfáticamente la creencia en dios. En sus obras iniciales Ludwig Wittgenstein intentó separar el lenguaje metafísico y sobrenatural del discurso racional.

Alfred Jules Ayer demostró la inverificabilidad y el sin sentido de las afirmaciones religiosas, reafirmando su adhesión a las ciencias empíricas. El estructuralismo de Lévi-Strauss asoció el lenguaje religioso con el subconsciente humano, negando su significado trascendente. J. N. Findlay y J. J. C. Smart argumentaron que la existencia de dios no es una necesidad lógica. Naturalistas y materialistas tales como John Dewey consideraron el mundo natural como la base de todas las cosas, negando la existencia de dios o inmoralidad.[23][24]

El siglo XX también vio la imposición política del ateísmo al triunfar los movimientos que se basaban en las tesis de Marx y Engels en muchos países, principalmente en el este de Europa, Asia y África. El ateísmo de estado y la represión de las religiones organizadas fueron políticas oficiales en todos los países comunistas, tanto en la órbita de la Unión Soviética como en la República Popular de China. En la teoría y la práctica estos estados se secularizaron totalmente. La justificación para la marginación y el desplazamiento de las religiones de la política y la sociedad fue que se consideraban una superestructura irracional y parásita de la sociedad capitalista, innecesaria y perjudicial en la nueva sociedad socialista. Se incautaron las iglesias y demás bienes de las organizaciones religiosas dejando sus organizaciones en la mínima expresión y a menudo en la clandestinidad. Las prácticas religiosas cuando eran toleradas fueron sujetas a un estricto control del gobierno. Los oficios religiosos eran investigados por el estado, y la asistencia a ellos podía hacer peligrar la carrera profesional y sobre todo política de los fieles. A menudo la oposición estatal a las religiones tomó formas más violentas, encarcelándose y torturando a clérigos y fieles, como registra Aleksandr Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag. En consecuencia las organizaciones religiosas, como la iglesia católica, estuvieron entre los más acérrimos oponentes a los regímenes comunistas. En la mayoría de los casos las estrictas medidas iniciales de control religioso se fueron relajando en los estados comunistas. Aunque en otros casos como en la Albania de Enver Hoxha permanecieron igual, convirtiéndose en 1967, en el primer (y único) estado ateo oficialmente declarado.[25]​ Hoxha fue más allá que los demás países e intentó prohibir la práctica religiosa por completo, fue sistemáticamente reprimida y perseguida. No se restauró el derecho a la práctica religiosa hasta 1991.

En la India, E. V. Ramasami Naicker (Periyar), un prominente líder ateo, criticó el hinduismo y a los brahmanes por discriminar y dividir a la gente en función de las casta y la religión.[26]​ Como hizo en su discurso de 1956 donde colgó una girnalda de zapatillas en una estatua del dios Rama mientras hacía afirmaciones como: "El que crea un dios es un loco, el que extiende su nombre es un sinvergüenza y el que lo adora es un bárbaro."[27]

Durante la guerra fría era frecuente en los Estados Unidos calificar a los oponentes como "Godless Communists" (comunistas sin dios)[28]​ para denotar el punto de vista de que los ateos eran antipatrióticos y no eran de fiar. En este contexto las palabras "under God" (bajo Dios) se insertaron en el Juramento de Lealtad en 1954,[29]​ y el lema nacional se cambió de E Pluribus Unum a In God We Trust en 1956.

Siglo XXI

En el comienzo del siglo XXI continúa el asentamiento del laicismo y el ateísmo en las sociedades occidentales. Han aparecido movimientos como el movimiento Brights, así como una multitud de obras antiteistas y laicistas.[30]​ Entre los autores de libros de este tipo están: Sam Harris, David Mills, Daniel Dennett, Ibn Warraq, Ayaan Hirsi Ali, Richard Dawkins, Christopher Hitchens, Victor J. Stenger y Anthony C. Grayling. Actualmente entre los jóvenes de EEUU el ateísmo ha alcanzado los niveles más altos registrados en toda la historia.[31]

Sin embargo en muchos países todavía negar la existencia de dios se castiga como un delito de blasfemia, aunque tales leyes están en contra de la libertad de creencias proclamada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Véase también

Referencias

  1. Traducciones modernas de los textos clásicos a veces traducen atheos como "ateo". Como nombre abstracto también existía atheotēs ("ateísmo").
  2. «Elements of Atheism in Hindu Thought». AGORA. Consultado el 26 de junio de 2006. 
  3. Walter Burkert, Homo necans, p. 278
  4. Cicero, De Natura Deorum, i. 42
  5. Cicero, De Natura Deorum, i. 23
  6. Fragmentos de la traducción al latín de la obra de Euhemerus de Ennio en los escritos de los padres de la Iglesia (ej: Lactancio y Eusebio de Cesarea), todos relacionados con los primeros fragmentos de Diodoro 5,41–46 & 6.1. Otros testimonos, especialmente en el contesto de la polémica crítica, se encuentran en Himno a Zeus 8 de Calímaco.
  7. Plutarco, Moralia — Isis y Osiris 23
  8. Eusebio of Cesarea, Praeparatio evangelica II.45–48 (capítulo 2)
  9. Alan Scott, Origen and the Life of the Stars, Oxford 1991, p. 55)
  10. Harry Y. Gamble, "Euhemerism and Christology in Origen: 'Contra Celsum' III 22–43", en Vigiliae Christianae, Vol. 33, No. 1 (1979), pp. 12–29).
  11. "Euhemeros", en Konrat Ziegler & Walther Sontheimer, Der Kleine Pauly, Bd. 2 (1979), cols. 414–415
  12. Spencer Cole, "Cicero, Ennius and the Concept of Apotheosis at Rome". In Arethusa Vol. 39 Nº. 3 (2006), pp. 531–548
  13. Salustio, la guerra contra Catilina, 51.29 discurso de Cesar y 52.13 replica de Catón).
  14. Jacob Grimm, 1882, Teutonic Mythology Part 1, page 6.
  15. John William Draper, 1864, History of the intellectual development of Europe, página 387.
  16. Sarah Stroumsa, 1999, Freethinkers of Medieval Islam: Ibn al-Rdwandi, Abu Bakr al-Razi, and their Impact on Islamic Thought, página 123. BRILL.
  17. Encyclopaedia of Islam, 1971, Volume 3, page 905.
  18. Armstrong, Karen (1999). A History of God. London: Vintage. p. 288. ISBN 0-09-927367-5. 
  19. "The Philosophe"
  20. Berman 1988, capítulo 5
  21. Marx, A Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel
  22. Overall, Christine. "Feminism and Atheism", in Martin, Michael, ed. (2007), The Cambridge Companion to Atheism, pp. 233-246. Cambridge University Press
  23. Zdybicka, Zofia J. (2005), "Atheism", p. 16 in Maryniarczyk, Andrzej, Universal Encyclopedia of Philosophy, 1, Polish Thomas Aquinas Association
  24. Smart, J.C.C. (9 March 2004). "Atheism and Agnosticism". Stanford Encyclopedia of Philosophy. Revisado el 12 abril de 2007
  25. Majeska, George P. (1976). "Religion and Atheism in the U.S.S.R. and Eastern Europe, Review." The Slavic and East European Journal. 20(2). pp. 204–206.
  26. Michael, S. M. (1999). «Dalit Visions of a Just Society». En S. M. Michael (ed.), ed. Untouchable: Dalits in Modern India. Lynne Rienner Publishers. pp. 31\u201333. ISBN 1-55587-697-8. 
  27. Finngeir Hiorth (1996). "Atheism in South India". International Humanist and Ethical Union, International Humanist News. revisado el 30-5-2007.
  28. http://www3.niu.edu/univ_press/books/257-5.htm
  29. Como 'Under God' llegó allí (washingtonpost.com)
  30. BBC News, Keeping the faith, 19 October 2007
  31. "Atheists and Agnostics Take Aim at Christians"

Bibliografía

  • Armstrong, K. (1999). A History of God. London: Vintage. ISBN 0-09-927367-5
  • Berman, D. (1990). A History of Atheism in Britain: from Hobbes to Russell. London: Routledge. ISBN 0-415-04727-7
  • Buckley, M. J. (1987). At the origins of modern atheism. New Haven, CT: Yale University Press.
  • Drachmann, A. B. (1922). Atheism in Pagan Antiquity. Chicago: Ares Publishers, 1977 (reimpresión de la edición de 1922). ISBN 0-89005-201-8
  • McGrath, A. (2005). The Twilight of Atheism : The Rise and Fall of Disbelief in the Modern World. ISBN 0-385-50062-9
  • Thrower, James (1971). A Short History of Western Atheism. London: Pemberton. ISBN 1-57392-756-2

Enlaces externos