Diferencia entre revisiones de «Catalina Labouré»

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{{Ficha de santo
Santa Catalina Labouré
|nombre= Santa Catalina Labouré
Religiosa
|fecha de nacimiento= [[2 de mayo]] de [[1806]]
Año 1876
|fecha de fallecimiento= [[31 de diciembre]] de [[1876]]
|lugar de nacimiento= [[Fain-les-Moutiers]], departamento de [[Côte d'Or]], [[Francia]]
|festividad= [[28 de noviembre]]
|venerado en= Iglesia Católica.
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|canonización= [[27 de julio]], [[1947]] por [[Pío XII (Papa)|Pío XII]]
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Oh María sin pecado concebida:
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.


'''Santa Catalina Labouré''', Nacida en Fain-les-Moutiers, en el departamento francés de Côte d'Or, el 2 de mayo de 1806, '''Catalina Labouré'''es admitida el 21 de abril de 1830 en el Seminario de las [[Hijas de la Caridad]], en el 140 de la calle del Bac en París. Asiste, unos días después, al Traslado de las reliquias de [[san Vicente de Paúl]] (25 de abril de 1830).
Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.
Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.


El 18 de julio y el 27 de noviembre de 1830, es favorecida con manifestaciones de la [[Virgen María]] y se dedica con toda su alma a cumplir la misión que le ha confiado: hacer acuñar una medalla. Los favores celestes que acompañarán la difusión de esta medalla harán que muy pronto se la proclame: "[[Medalla Milagrosa]]".
Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.


'''Santa Catalina Labouré''', destinada en el hospicio de Enghien, en la calle de Reuilly de París, desconocida, se desgastará durante cuarenta y cinco años en oficios humildes: cocina, atención a ancianos, portería. Obstinadamente silenciosa, modesta y discreta, se apagará el 31 de diciembre de 1876.
A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.


Beatificada por el papa [[Pío XI]] el 28 de mayo de 1933, fue canonizada por el papa [[Pío XII]] el 27 de julio de 1947.
Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.


Su fiesta se celebra el 28 de noviembre.
Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.


{{ORDENAR:Laboure}}
Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.
[[Categoría:Santos católicos]]

[[Categoría:Religiosos de Francia]]
Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.
[[Categoría:Santos de Francia]]

[[Categoría:Nacidos en 1806]]
Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti", conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevaba y sus altos empleados también.
[[Categoría:Fallecidos en 1876]]

En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.

Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: "Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden". Y añadió: "Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden".

Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130,000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.

En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: "Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen").

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales (quien se humilla será enaltecido).

Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.

Revisión del 20:00 4 nov 2009

Santa Catalina Labouré
Información personal
Nombre de nacimiento Catherine Labouré Ver y modificar los datos en Wikidata
Apodo Catalina Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 2 de mayo de 1806
Fain-les-Moutiers, departamento de Côte d'Or, Francia
Fallecimiento 31 de diciembre de 1876
XII Distrito de París (Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Hermana religiosa y monja Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Religión, catolicismo y Monacato Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Beatificación 28 de mayo, 1933 por Pío XI
Canonización 27 de julio, 1947 por Pío XII
Festividad 28 de noviembre
Venerada en Iglesia Católica.
Orden religiosa Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl Ver y modificar los datos en Wikidata


Santa Catalina Labouré, Nacida en Fain-les-Moutiers, en el departamento francés de Côte d'Or, el 2 de mayo de 1806, Catalina Labourées admitida el 21 de abril de 1830 en el Seminario de las Hijas de la Caridad, en el 140 de la calle del Bac en París. Asiste, unos días después, al Traslado de las reliquias de san Vicente de Paúl (25 de abril de 1830).

El 18 de julio y el 27 de noviembre de 1830, es favorecida con manifestaciones de la Virgen María y se dedica con toda su alma a cumplir la misión que le ha confiado: hacer acuñar una medalla. Los favores celestes que acompañarán la difusión de esta medalla harán que muy pronto se la proclame: "Medalla Milagrosa".

Santa Catalina Labouré, destinada en el hospicio de Enghien, en la calle de Reuilly de París, desconocida, se desgastará durante cuarenta y cinco años en oficios humildes: cocina, atención a ancianos, portería. Obstinadamente silenciosa, modesta y discreta, se apagará el 31 de diciembre de 1876.

Beatificada por el papa Pío XI el 28 de mayo de 1933, fue canonizada por el papa Pío XII el 27 de julio de 1947.

Su fiesta se celebra el 28 de noviembre.