Diferencia entre revisiones de «Encarnación»
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'''Encarnación''' (del [[latín]] ''incarnatio'', de ''incarnatum'', ''incarnare'') es una expresión teológica cristiana que alude al acto misterioso por el cual el Verbo Divino tomó carne humana en la persona de [[Jesucristo]]. Según [[Tertuliano]]<ref>Citado en Royston E. Diccionario de las religiones. Fondo de cultura económica. México 1994</ref> "el rayo divino, que es el Verbo o el Logos, descendió a una [[María (madre de Jesús)|virgen]], tomó carne en su seno y nació, hombre y Dios a la vez". San [[Cirilo de Alejandría]], por otra parte, lo explicaba así: "Jesús existió, fue engendrado por el [[Dios Padre|Padre]] antes de todos los tiempos, y no obstante nació de la carne de una [[María (madre de Jesús)|mujer]]". |
'''Encarnación''' (del [[latín]] ''incarnatio'', de ''incarnatum'', ''incarnare'') es una expresión teológica cristiana que alude al acto misterioso por el cual el Verbo Divino tomó carne humana en la persona de [[Jesucristo]]. Según [[Tertuliano]]<ref>Citado en Royston E. Diccionario de las religiones. Fondo de cultura económica. México 1994</ref> "el rayo divino, que es el Verbo o el Logos, descendió a una [[María (madre de Jesús)|virgen]], tomó carne en su seno y nació, hombre y Dios a la vez". San [[Cirilo de Alejandría]], por otra parte, lo explicaba así: "Jesús existió, fue engendrado por el [[Dios Padre|Padre]] antes de todos los tiempos, y no obstante nació de la carne de una [[María (madre de Jesús)|mujer]]". |
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Encarnación (del latín incarnatio, de incarnatum, incarnare) es una expresión teológica cristiana que alude al acto misterioso por el cual el Verbo Divino tomó carne humana en la persona de Jesucristo. Según Tertuliano[1] "el rayo divino, que es el Verbo o el Logos, descendió a una virgen, tomó carne en su seno y nació, hombre y Dios a la vez". San Cirilo de Alejandría, por otra parte, lo explicaba así: "Jesús existió, fue engendrado por el Padre antes de todos los tiempos, y no obstante nació de la carne de una mujer".
El Catecismo de Iglesia católica señala que se "la Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por S. Pablo, la Iglesia canta el misterio de la Encarnación:
Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. (Flp 2, 5-8; cf. LH, cántico de vísperas del sábado).[2]
La fe en la encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios" (1 Jn 4, 2).