Diferencia entre revisiones de «Pishtaco»

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La figura del pishtaco está muy presente en la novela ''[[Lituma en los Andes]]'' de [[Mario Vargas Llosa]].
La figura del pishtaco está muy presente en la novela ''[[Lituma en los Andes]]'' de [[Mario Vargas Llosa]].
Tambien se hace personaje en el cuento homonimo de [[Dante Castro.]]
Tambien se hace personaje en el cuento homonimo de [[Dante Castro.]]

== En los Medios ==
Noticia de la web de 24 Horas - Panamericana TV.
Denuncian a banda de “pishtacos” que comercializaba grasa humana.
Cuatro integrantes de una banda que se dedicaba a la comercialización de grasa humana y que habrían provocado la desaparición de al menos 60 personas en los departamentos de Pasco y Huánuco, fueron denunciados esta tarde por el Titular de la 57 Fiscalía Provincial Penal de Lima, Jorge Sanz Quiroz.

Elmer Segundo Castillejos Agüero, Serapio Marcos Veramendi Príncipe, Hilario Cudeña Simón y Enedina Estela Claudio, fueron denunciados por los delitos de Homicidio por Lucro, en agravio de quien en vida fue Abel Matos Aranda; y, Asociación Ilícita Para Delinquir, en agravio del Estado, fueron puestos a disposición del Juzgado Penal de Turno esta tarde.

El representante del Ministerio Público señaló en su denuncia que a los denunciados, conocidos en dichas zonas del país como “Pishtacos”, se les imputa haber concertado, previa distribución de roles, causar la muerte de Abel Matos Aranda, el pasado 16 de setiembre, a fin de sustraer sus tejidos y comercializarlos en Huánuco y otras localidades del país (Lima), y hasta en el extranjero (Europa), supuestamente en empresas dedicadas a la fabricación de cosméticos.

Según se supo, también se habría encontrado cadáveres y cráneos humanos debajo de algunas construcciones, como puentes y socabones. Según la leyenda, dichas acciones habrían sido realizadas por los “pishtacos” a órdenes de un tercero para darle solidez a ciertas construcciones.

Asimismo, varios restos humanos habrían sido lanzados a los ríos para desaparecer las evidencias, que serían analizadas por peritos forenses durante las próximas semanas.

De acuerdo a la denuncia penal, Serapio Veramendi y Elmer Castillejos fueron denunciados tambiñen por el delito de Tenencia Ilegal de Armas de Fuego.

Mientras que por el presunto delito Tráfico Ilícito de Drogas – Posesión de Pasta Básica de Cocaína (PBC), Clorhidrato de Cocaína y Marihuana, fueron denunciados Elmer Castillejos, Serapio Veramendi y Enedina Estela Claudio.

El fiscal Jorge Sanz informó que las investigaciones desarrolladas desde el inicio en poblados alejados de Huánuco como: Huancapallaca y Pillao, continuarán para esclarecer la desaparición de más de 60 personas y hasta lograr la captura de los otros integrantes de la banda que se encuentran con paradero desconocido.


[[Categoría:Mitología inca]]
[[Categoría:Mitología inca]]

Revisión del 18:07 19 nov 2009

El pishtaco o nakaq es un personaje legendario de la tradición andina peruana. La palabra pishtaco proviene del quechua pishtay (cortar en tiras); La leyenda del pishtaco o pishtaku como asesino a sueldo surge entre la población de los Andes peruanos, en especial en los departamentos de Junín, Huancavelica, Cuzco, Ayacucho, Apurimac, Pasco y la sierra de Lima.

Según Tauro del Pino en su diccionario enciclopédico del Perú se trataría de un bandolero cuya ocupación es asaltar mujeres u hombres solitarios. Degüella a sus víctimas para comer su carne en forma de chicharrones y vender la grasa. O bien las entierra, a veces con vida, para fecundar la tierra o dar solidez a las construcciones. La figura del pishtaco aparece desde muy antiguo en la tradición quechua, ya en épocas prehispánicas se tienen noticias de sicarios enviados por los grupos de poder o por etnias rivales para eliminar a personajes importantes o simplemente diezmar la población. Ricardo Palma menciona en sus Tradiciones Peruanas (Los Barbones) la figura del pishtaco o naqak en Cuzco, narra la agresión que los indígenas cuzqueños infringieron a un grupo de betlemitas acusándolos de pishtacos, pues a decir de estas personas los buenos frailes secuestraban personas a quienes extraían la grasa para elaborar los ungüentos con que curaban en el hospital que ellos tenía al costado de su iglesia y monasterio. Una rápida revisión al imaginario colectivo de los andes nos dará en claro algunos puntos comunes que constituyen la personalidad del pishtaco.

Su aspecto

Suele tratarse de un extranjero, un foráneo. Lo describen como un hombre alto y rubio de ojos claros y complexión atlética.

Su modus operandi

El pishtaco es un bandolero solitario, carece de compañía o apoyo, si es capturado por la población se matará sin duda a fin de no revelar sus secretos; no así si lo capturan las autoridades pues se cree que actúa bajo el amparo del gobierno como un agente secreto. Actúa protegido por la soledad de los caminos que unen los pueblos, ataca a personas solas que viajan distraídamente; las espera en un recodo del camino y las degüella inmediatamente sin darles posibilidad de defensa. Para ello utiliza una especie de cuchillo corvo muy afilado y grueso que esconde entre sus nalgas.

Las víctimas

El pishtaco no mata por el gusto de hacerlo, ni tampoco indiscriminadamente; ataca sólo a personas de bajos recursos, viajeros; al poblador común; se cree que es enviado por alguien poderoso, probablemente un extranjero, con un fin específico. Los cadáveres de sus víctimas son utilizados para extraerles la grasa y utilizarla en diversas cosas. Hemos escuchado versiones bastante dispares sobre el uso de esta grasa humana (para preparar jabones finos, como lubricante para maquinarias de alta tecnología, ungüentos curativos, cremas de belleza, incluso combustible para aeronaves y cohetes espaciales), al parecer todas las versiones confluyen en la extracción de la grasa del cuerpo para comercializar con ella. Se dice que los colonizadores asentados en la zona andina asesinaban a pobladores comunes bajo cargos de herejía o desacato.

Un asesino protegido

Si bien el pishtaco actúa de manera solitaria, recibe apoyo indirecto. La población esta convencida de que el pishtaco es un agente del gobierno o que - pudiendo ser enviado de un país extranjero - cuenta con el respaldo de los poderes locales haciendo que este pueda gozar de total impunidad. Es esta la principal causa por la que la gente no se ha animado a denunciarlos, pues temen que al hacerlo sean castigados o desaparecidos por atentar contra los intereses económicos del estado.

Evolución del personaje

La imagen del pishtaco ha evolucionado dentro del imaginario colectivo, desde un sicario indígena durante el incario, hasta un gringo habilidoso en el oficio de degollar semejantes; pasando por tipos chilenos y europeos. Al parecer refleja una metáfora con respecto a la explotación foránea de los lugareños.


Literatura

La figura del pishtaco está muy presente en la novela Lituma en los Andes de Mario Vargas Llosa. Tambien se hace personaje en el cuento homonimo de Dante Castro.