Diferencia entre revisiones de «Rebelión escobarista»

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Se conoce con el nombre de '''Rebelión escobarista''' el levantamiento iniciado por el general [[José Gonzalo Escobar]], el lunes [[3 de marzo]] de [[1929]], en contra del presidente [[Emilio Portes Gil]] y de todas las autoridades mexicanas que no reconociesen a este movimiento según lo redactado en el ''[[Plan de Hermosillo]]'', manifiesto que fue lanzado en la misma fecha que coincidía con el inicio de la Convención del [[Partido Nacional Revolucionario]], se produjo principalmente en los estados de [[Coahuila]], [[Durango]], [[Nuevo León]], [[Chihuahua]], [[Sonora]], [[Baja California Sur]],[[Sinaloa]], y [[Veracruz]]. Más específicamente los levantamientos de militares se dieron muy focalizados geográficamente hablando en: [[Santa Rosalía, Baja California Sur]], [[Navojoa, Sonora]], [[Nogales, Sonora]], [[Ciudad de Durango]], [[Parral, Chihuahua]], [[Chihuahua, Chihuahua]], [[Ciudad Juárez, Chihuahua]], [[Torreón, Coahuila]], [[Saltillo, Coahuila]], [[Piedras Negras, Coahuila]], [[Monterrey, Nuevo León]], [[Nuevo Laredo, Tamaulipas]].
Se conoce con el nombre de '''Rebelión escobarista''' el levantamiento iniciado por el general [[José Gonzalo Escobar]] en contra del presidente [[Emilio Portes Gil]] y de todas las autoridades mexicanas que no hubiesen reconocido a su movimiento según lo redactado en su ''[[Plan de Hermosillo]]'', manifiesto que fue lanzado el [[3 de marzo]] de [[1929]], mismo día de la Convención del [[Partido Nacional Revolucionario]] principalmente en los estados de [[Durango]], [[Nuevo León]], [[Chihuahua]], [[Sonora]] y [[Veracruz]]. En el mismo plan se llamaba a todos los mexicanos a ponerse en contra de [[Plutarco Elías Calles]], que en ese tiempo dirigía al país sin estar en la presidencia. Este levantamiento duró alrededor de tres meses y en ella se levantaron en número aproximado de 30, 000 personas, con un saldo de 2,000 muertos al final de la contienda. [[Plutarco Elías Calles]], como secretario de guerra y marina aniquiló al movimiento en un tiempo breve, y aunque este tenía pláticas con el movimiento [[Guerra Cristera|cristero]] jamás se pusieron de acuerdo.

El movimiento realmente fue del conocimiento previo del Gobierno Federal, incluso hubo intentos de pláticas con los involucrados de Chihuahua y Sonora desde meses antes, pero la situación se dejó correr y dejar estallar, como estrategia gubernamental para terminar con quienes se oponían al nuevo régimen, para ello el Gobierno Federal adquiríó varios aviones biplanos de guerra (junto con pequeñas bombas) en este sentido desde el año 1927 el Gobierno Mexicano había ido adquiriendo aviones de los modelos: Curtis, de Havilland No. 10 y Avro-Anahuac No. 53, que eran naves modernas en aquella época, ya que iban armadas con ametralladoras Lewis y Vickers, así como ametralladoras, en tanto que dotó a sus tropas con nuevos fusiles, algunos cañones de campaña, vehículos automotores, e incluso tres pequeños carros blindados o tanques de los utilizados en la [[Gran Guerra Europea]], ahora llamada Primera Guerra Mundial, estos vehículos blindados los ubicó en Nogales, Arizona, pero no hubo necesidad de utilizarlos, pues se suponía que el grueso de la rebelión se daría en Sonora. Respecto a los aviones de guerra los utilizaría en los combates que se realizaron sobre Nogales, y en la región de Monterrey a Torreón, en tanto que las tropas federales avanzando por varios frentes a bordo de camiones y el ferrocarril vencieron inicialmente a los rebeldes del Puerto de Veracruz, encabezados por el Gral. José M. Aguirre, quien engañado por el Comandante de la guarnición del Puerto y el Capitán del crucero "Anáhuac" se quedó sin dinero al dárselos supuestamente para pago de tropas, huyendo estos hacia Puebla y Tampico, lo que forzó a que el Gral. Aguirre a huir hacia el Sur del Puerto de Veracruz, uno de sus aliados lo era el Gral. Miguel Alemán González, padre del futuro presidente de México, Lic. Miguel Alemán Valdés, ambos serían capturados y fusilados luego de ser objero de jucios militares sumarios. En los otros avances una columna federal se movió hacia la ciudad de Durango, otra hacia Saltillo y otra hacia Monterrey, en tanto que los rebeldes se mantuvieron sin movimientos en Sonora, pero atacando el puerto de Mazatlán durante varias semanas sin lograr capturar esta plaza.

Este movimiento armado se caracterizó en que fue una acción puramente militar, con nulo apoyo de la población civil, una de sus medidas para obtener recursos económicos con que sostenerse fue la de que los jefes del levantamiento en las poblaciones mencionadas se presentaran ante los gerentes de los bancos que allí operaban, para exigir la entrega de sus caudales, entre esos bancos estaba el Banco de México, el Banco de Londres y México, el Banco Nacional de México, el Banco de Sonora, entre otros, lo sorpresivo de esta acción estriba en que los gerentes de las sucursales del Banco de México se mentuvieron firmes al exigir a su vez que la entrega de los valores a su cargo se hiciese con la presencia de un notario público para que se levantase el acta respectiva junto con un estado contable de billetes y monedas entregadas, algo inusual en un movimiento armado.

Ante el avance de las fuerzas federales, lejos de ofrecer resistencia las tropas rebeldes de Monterrey, que habían capturado esta plaza sin encontrar prácticamente nada de resistencia, se replegaron intempestivamente hacia Saltillo, donde se había elegido como gobernador de facto al Gral. Luis Gutiérrez (dado que el Gobernador Constitucional Pérez Treviño encabezaba la Convención que formaría al [[Partido Nacional Revolucionario]] en la ciudad de Querétaro, por lo que el cargo dado al Gral. Gutiérrez fue meramente nominativo más que efectivo, con ello Monterrey volvió al control de la Federación a escasos 5 días de haber estallado el movimiento, como dato curioso se tiene que en su huida los rebeldes dejaron tirados en la sucursal del Banco de México y en algunas calles de Monterrey varios costales con monedas de plata. Las pérdidas por parte del Banco de México ascendió a poco más de 750 mil pesos, en tanto que sólo pudo recuperar 50 mil pesos sacados de su sucursal del puerto de Veracruz, cantidad que recibiera el Gobierno Federal de manos de los oficiales mencionados.

De Saltillo los rebeldes continuaron su repliegue hacia Torreón a bordo de convoyes de ferrocarril, siendo perseguidos por las tropas de los generales Juan Andreu Almazán y Saturnino Cedillo, mientras que al mismo tiempo los rebeldes que habían estado en la ciudad de Durango, donde por cierto convivieron algunos días con los rebeldes cristeros, salieron en retirada hacia Torreón, donde estaba el Gral. Gonzalo Escobar. En su alocada retirada los rebeldes que iban en los convoyes fueron detruyendo las vías del ferrocarril con la finalidad de evitar, si no era de retardar el avance cualquier convoy con tropas federales, pero las vías serían reparadas por los ingenieros y tropa federales con la misma velocidad con que habían sido destruidas, a la vez que los federales se movían en sus camiones de transporte, lo mismo que buena parte de su caballería, la cual sería puesta en acción a lo largo de toda la ruta del ferrocarril entre Saltillo y Torreón, ya que interceptó a los rebeldes, que atiborraban los carros del ferrocarril, atacándolos y causándoles gran cantidad de muertos, pues no hacía falta apuntar con precisión para atinar, bastaba con que los soldados lo hicieran sobre la masa humana que iba en las plataformas y techos de los carros, mientras que los aviones biplanos de guerra dejaban caer sobre ellos pequeñas bombas de mano, para luego pasar a vuelo rasante para ametrallar a los rebeldes, así estos llegaron a Torreón, pero ante el avance de las diversas columnas federales el Gral. Gonzalo Escobar y su plana mayor decidieron continuar la huida con rumbo a la ciudad de Chihuahua, para esos momentos ya se les habían unido los restos de las tropas que habían estado bajo el mando del Gral. Manuel Amaya y el Gral. Francisco Urbalejo en Durango, en el caso de éste último sus hombres se le rebelaron en Fresnillo, Zacatecas, por lo que con un puñado de leales había logrado esquivar a los federales y llegar a Torreón.

Mientras tanto la guarnición de Ciudad Juárez sería auxiliada con tropas que se movilizaron por territorio norteamericano, y ante el empuje de los rebeldes el Gobierno Mexicano permitió su internación para poner a salvo a los federales, pero impidió el paso de los rebeldes, algo igual hizo en Nogales, Sonora, en esta última población el comandante de la guarnición federal decidió enviar a uno de sus pequeños vehículos blindados para enfrentar a los rebeldes que se habían apoderado de Nogales, pero la impericia de los soldados comisionados para esa misión impidió un uso efectivo del tanque, y temiendo ser puestos fuera de combate regresaron al lado americano, en tanto que diariamente se producían ataques aéreos sobre los rebeldes en la forma descrita.

Para el 6 de marzo la Secretaría de Guerra ordenó a las fuerzas de los generales Eulogio Ortiz y Benigno Serrato que avanzaran hacia Monterrey y que allí esperaran la llegada del Gral. Andreu Almazán. A su vez el Gral. Caraveo, rebelde, abandonó la ciudad de Chihuahua retirándose hacia Ciudad Juárez, la cual estaba defendida por la guarnición del Gral. Manuel J. Limón, integrada por 200 hombres del 27º y del 37º regimientos de infantería, dándose así un enfrentamiento entre ambas fuerzas en las afueras o límites de la población, siendo rechazados los rebeldes, los que mantuvieron sitiada a la población.

En la ciudad de Chihuahua, el Gobernador del Estado, Gral. Marcelo Caraveo, se mantuvo en esa población sin ser atacado en el tiempo en que las otras operaciones militares ocurrían, allí esperaba la llegada del Gral. Gonzalo Escobar, quien había enviado un convoy con las familias de los jefes principales de la rebelión, incluyendo un carro fuertemente custodiado en el que se transportaban los sacos con monedas de plata y oro obtenidas de los saqueos a los bancos de Saltillo, Monterrey y Durango. Con escasa resistencia rebelde, esta plaza cayó en manos federales entre el 17 y el 18 de marzo.

Los rebeldes decidieron finalmente enfrentar a las tropas federales en la villa de Jiménez, Chihuahua, punto al cual se había trasladado por ferrocarril el Gral. Marcelo Caraveo, con la finalidad de proteger a los otros jefes rebeldes, incluido el Gral. Escobar, que continuaron su huida hacia Chihuahua, y de allí a Ciudad Juárez, que seguía en sus manos.

El ataque federal sobre la villa de Jiménez se inició, a las 5 de la mañana del 30 de marzo de 1929, con un operativo previo en el paraje "Corralillos" cercano a dicha población, enfrentándose allí las tropas rebeldes del Gral. Anacleto López, con un tiroteo que duró unas dos horas, pero a la llegada del Gral. Eulogio Ortiz con su fuerza ello obligó a los rebeldes a retirarse, dejando en el campo de batalla 200 hombres entre muertos y heridos, así como 65 soldados de infantería que fueron tomados prisioneros, quienes al ser interrogados mencionaron que en ese punto habían estado combatiendo los generales Gonzalo Escobar, Francisco Urbalejo, Manuel Amaya, Espinosa, Valle, Ubaldo Garza, Federico Barrón y Nicolás Fernández, los que obviamente habían logrado huir, con rumbo a Jiménez, Chih., dejando a la retaguardia al Crnl. Bugarini con ordenes de destruir tras de sí las vías del ferrocarril para entorpecer el movimiento de los federales, por lo que ello demostraba que desconocía que las tropas del gobierno se movían también en camiones. De parte de las tropas federales sólo se reportaron 19 heridos.

Por su parte el Crnl. [[Roberto Fierro]] y el Tte. Ignacio Valle bombardearían desde el aire las posiciones de los rebeldes, los que les dispararon, logrando impactar el depósito del aceite del avión de Fierro, quien se vió forzado a aterrizar de emergencia en la hacienda de "Dolores", abandonando la nave para no caer en manos de los rebeldes.

El Gral. Benigno Serrato, junto con sus hombres, inició el asalto de Jiménez, por la mañana del 31 de marzo, sin orden del Gral. Andreu Almazán, llegando hasta la plaza principal, mientras la caballería y tropas de los generales López y García ocuparon la cercana hacienda de “La Mota”, cercana a las líneas rebeldes, por su parte el Gral. Macías se colocó en la hacienda de “La Gloria”, Andreu Almazán mantuvo en reserva la caballería de los generales López, García y Macías. La penetración de Serrato casi provocó la captura de Escobar y a Caraveo, quienes al parecer estaban cerca de la plaza, pero lo real fue que Serrato se encontró de pronto rodeado por una fuerza de 8,000 rebeldes que le dispararon desde todos lados, lo que le hizo huir logrando salvar la vida con casi todos sus hombres, pero quedando aislados unos 60 soldados del Tte. José María Huerta, los que se refugiaron en unas casas, resistiendo el tiroteo de los rebeldes.

El combate duró todo el día 31 de marzo, cabe mencionarse que a media mañana parecieron varios aviones rebeldes que atacaron a las ametralladoras federales, pero fueron rechazados; ya por la noche el Gral. Nazario Medina ocupaba sin problemas la hacienda de “La Mota”, colocándo allí la caballería, el ganado y los carros de bastimentos, y en las azoteas de las principales construcciones se ubicaron puestos de observación, en tanto que se ocultaron entre una arboleda los cañones para ocultarla de los aviones Escobaristas.

El cañoneo de los federales sobre los rebeldes se reinició a eso de las 5 de la mañana del 31 de marzo, a la vez el Gral. Andreu Almazán ordenó un ataque envolvente sobre Jiménez, y el Gral. Rodrigo M. Quevedo atacó las casas que estaban al Sur de la villa, así éste último desalojó a los rebeldes de casi la mitad de la población, controlando así hasta la zona de la plaza y la iglesia, este movimiento permitió capturar la parte de la villa donde se habían refugiado tropas federales, poniéndolas a salvo. Sin embargo la mitad de Jiménez siguió quedando en manos de los rebeldes.

En los días 1º y 2 de abril, de acuerdo a las órdenes del Gral. Andreu Almazán, se tiene que el Gral. Serrato rodearía con su caballería a los rebeldes con la misión de destruir la vía que llevaba de Estación “Díaz” a “Reforma. Mientras que el Gral. Brig. Juan B. Vargas, junto con su 84º Regimiento hizo lo mismo con la vía de la ruta Jiménez-Parral. Y el Gral. Brig. Cristanto E. Quintero, con su infantería atacó y desalojó del rancho “Don Jacobo” a los rebeldes, lo que permitió abrir canales para llevar agua de un manantial a las líneas federales.

El 2 de abril Almazán envió su caballería y aviones hacia Parral y la ciudad de Chihuahua, así la primera llegaría hasta Santa Rosalía, dejando reservas con los generales Anacleto López, Quevedo y Gilberto Livas, quien habría de reforzar al Gral. Eulogio Ortiz en caso de ataque, en la hacienda de “La Gloria”. Pero como a eso de las 7 de la mañana de ese mismo día aparecieron dos aviones rebeldes, los que de inmediato procedieron a bombardear las posiciones de la artillería, sin dañarla, por lo que se procedió a cañonear la “pista” aérea rebelde, a pesar de esa operación las pequeñas naves pudieron aterrizar lo que llevó a que los rebeldes decidieran enviarlas lejos de allí para ponerlas a salvo. Luego laartillería federal reconcentró su fuego sobre el gran edificio de “El Molino”, donde los Escobaristas habían colocado varias ametralladoras, sobre la hacienda de “La Mota” refugio de un buen contingente de rebeldes, y sobre las trincheras, lo mismo que sobre el cuartel general rebelde, ubicado en las oficinas del ferrocarril, haciéndolos huir.

El 2 de abril el Gral. Eulogio Ortiz se enfrentó al Gral. Gonzalo Escobar, éste terminó por replegarse, siendo perseguido sobre la carretera Jiménez-Camargo, unos 8 Km. Noreste de Jiménez, donde se entabló otro combate, y replegándose de nuevo Escobar, dejando gran cantidad de prisioneros, volviendo a ser alcanzado en el tramo del camino Díaz-Reforma, donde los rebeldes terminaron rindiéndose, logrando huif con rumbo desconocido Gral. Gonzalo Escobar.

Luego el Gral. Caraveo, con 2,000 hombres, realizaría un ataque sobre las posiciones del Gral. Quevedo, pero sería rechazado y obligado a replegarse hacia las líneas del ferrocarril en su tramo Jiménez-Santa Rosalía, enseguida se desató un cañoneo federal sobre los rebeldes, que se retiraran a bordo de un convoy con rumbo al Norte. Ante este movimiento Almazán ordenaría que sus aviones reconocieran el rumbo por el que huían los rebeldes, así se estableció que avanzaban a lo más rápido que podían 6 trenes repletos de tropas, por lo que Almazán, en una última y decidida acción envió a su caballería a todo galope para atacarlos.

Al colocarse a los flancos de los convoyes, los soldados federales comenzaron a tirotear a las tropas que iban en ellos, era tal la masa humana que luego se comentaría que a cada disparo caía un rebelde, este combate a toda velocidad duró alrededor de 2 horas, tiempo en el cual el reguero de cadáveres y heridos pudo contabilizarse en 1,136 bajas rebeldes, en tanto que los federales tuvieron apenas 161 bajas, mientras que los oficiales y jefes rebeldes huyeron sin saber el rumbo que habían tomado… los convoyes pararon en estación Reforma, donde poco más de 2 mil rebeldes se rindieron localizándose posteriormente a otros 2,000 dispersos y 1,000 desertores.

Almazán ordenó que todos los heridos de inmediato fuesen atendidos y enviados por ferrocarril para ser atendidos en Saltillo, San Luis Potosí, Monterrey y Monclova. Para el 6 de abril la plaza de Parral cayó en manos federales, y el día 7 salió de la ciudad de Chihuahua un convoy de 14 carros repletos de empleados públicos rebeldes con sus familias rumbo a Ciudad Juárez, logrando cruzar la frontera. El 8 de abril las tropas federales ocuparon la ciudad de Chihuahua.

El 13 de abril los federales llegaron a Villa Ahumada, luego de ir reparando las vías y los puentes destruidos por los rebeldes. El día 14 el Gral. Ortiz fue informado que los rebeldes Cesáreo Castro, Raúl Madero y Rosalío Hernández habían tomado rumbo a Cuatrociénegas, Coahuila. En tanto que otros jefes de menor jerarquía se escondieron en la sierra Sur de Chihuahua, los que no representaban un peligro. El 15 de abril serían derrotados otros rebeldes en el Mineral de “Santa Eulalia”, Chih., por tropas del Mayor Fernando Chávez. En el primer caso el Gobierno de Coahuila envió tropas hacia el municipio de Ocampo, logrando interceptar a los jefes mencionados, produciéndose un sangriento enfrentamiento en el que murieron todos los jefes menores que iban con aquellos, en tanto que las fuerzas coahuilenses sufrieron solo 2 heridos. Pero Madero y Hernández lograron huir a Estados Unidos.

El 15 de abril llegó a Casas Grandes el Gral. Caraveo, de donde se internó en la sierra hacia el poblado de Madera, siendo perseguido por el Gral. Zuazua, apoyado por aviones de guerra, Caraveo se refugió en el paraje de “Púlpito”, para luego seguir huyendo hacia Agua Prieta, Sonora, con unos 2,500 hombres, en su trayecto serían bombardeados por los aviones, lo que obligó a Caraveo y su fuerza a guarnecerse en el paraje de “Los Azogues”, donde resistirían hasta el 29 de abril, continuando así para Agua Prieta, protegidos por una fuerza de retaguardia de unos 300 hombres, los que se rindieron. Caraveo y sus oficiales decidieron refugiarse en Estados Unidos, con esta última decisión terminó el levantamiento del Gral. Gonzalo Escobar.

Para el 2 de mayo de 1929 llegaron a Agua Prieta las primeras tropas federales, se capturaría a las tropas infidentes, las que habían continuado su marcha hacia esta población pues no tenían otra alternativa, y tal como se los asegurara Caraveo el Gral. Andreu Almazán les entregó la paga correspondiente a una quincena y les pidió que regresaran a sus casas... para el 5 de mayo llegó el Gral. Plutarco Elías Calles por avión, donde se le informó de todos los acontecimientos y de la última decisión tomada con los restos de las tropas rebeldes, todo fue de su aprobación, y obviamente felicitó a todos los oficiales por su efectivo desempeño. Ese mismo día 5 de mayo las tropas victoriosas realizaron un desfile por las calles de Agua Prieta.

El llamado Plan de Hermosillo si bien llamaba a todos los mexicanos a ponerse en contra de [[Plutarco Elías Calles]], que en ese tiempo dirigía al país sin estar en la presidencia, no logró impactar en el ánimo de los mexicanos de entonces, en tanto que apenas 9 años antes había terminado la Revolución iniciada en 1910, y estaban cansados de la violencia y los estragos que esta había causado en miles de familias. Este levantamiento duró alrededor de tres meses y en ella se levantaron en número aproximado de 30,000 personas, con un saldo de 2,000 muertos al final de la contienda. [[Plutarco Elías Calles]], como secretario de guerra y marina con la yuda estratégica de los generales federales mencionados aniquiló al movimiento en un tiempo breve, y aunque se supone que los rebeldes llegaron a tener pláticas con los jefes del movimiento [[Guerra Cristera|cristero]] jamás se pusieron de acuerdo, pues sus causas de levantamiento eran por completo divergentes: la cristera era por motivos religiosos y la segunda por motivos político-militares. Fuente: Mtro. Hist. Guillermo Rosales


[[Categoría:Revolución Mexicana]]
[[Categoría:Revolución Mexicana]]

Revisión del 23:44 19 nov 2009

Se conoce con el nombre de Rebelión escobarista el levantamiento iniciado por el general José Gonzalo Escobar en contra del presidente Emilio Portes Gil y de todas las autoridades mexicanas que no hubiesen reconocido a su movimiento según lo redactado en su Plan de Hermosillo, manifiesto que fue lanzado el 3 de marzo de 1929, mismo día de la Convención del Partido Nacional Revolucionario principalmente en los estados de Durango, Nuevo León, Chihuahua, Sonora y Veracruz. En el mismo plan se llamaba a todos los mexicanos a ponerse en contra de Plutarco Elías Calles, que en ese tiempo dirigía al país sin estar en la presidencia. Este levantamiento duró alrededor de tres meses y en ella se levantaron en número aproximado de 30, 000 personas, con un saldo de 2,000 muertos al final de la contienda. Plutarco Elías Calles, como secretario de guerra y marina aniquiló al movimiento en un tiempo breve, y aunque este tenía pláticas con el movimiento cristero jamás se pusieron de acuerdo.