Urraca de Zamora

Doña Urraca, Reina de Zamora, según un grabado de la revista Zamora Ilustrada de 1882.

Doña Urraca, también conocida como Urraca de León o Urraca Fernández (León, 1033 – ibídem, 1101), hija de Fernando I el Magno, rey de León (1037–1065) y conde de Castilla (1029–1065), y de doña Sancha de León, heredó la plaza de Zamora tras el reparto realizado por su padre antes de fallecer.

Herencia de Fernando I

Fue la primogénita de cinco hermanos: Alfonso VI, nacido en 1040 y sucesor de su padre Fernando I en el trono de León; Sancho II, nacido en 1037 y primer rey de Castilla; Doña Elvira, nacida entre 1038 y 1039 y señora de Toro; García de Galicia, nacido en 1042 y rey de Galicia tras la muerte de su padre.

Al morir su padre Fernando I, este repartió sus reinos entre sus cincos hijos: a Alfonso le otorgó el reino principal, León; a Sancho le concedió Castilla, elevando el territorio de condado a reino; el pequeño, García, fue nombrado rey de Galicia, doña Elvira heredó el señorío de la ciudad de Toro, con consideración de reino. Urraca, al recibir sólo la villa de Zamora en las mismas condiciones que su hermana enfureció, ya que se sintió desplazada y achacó ese desplazamiento a su condición de mujer, ya que las dos hermanas les tocaron partes menores, teniendo sus demás hermanos varones grandes reinos. Esta frustración se verá reflejada durante toda su vida política y social.

A Alfonso disteis León, con Asturias y Sanabria, a Sancho Castilla la bien

nombrada, a García con Galicia, y Braganza la altozana, su ánima quedo
tranquila y la mía alterada, y a mí que soy vuestra hija me olvidáis cuan a
una rata, si hasta vuestro hijo bastardo arzobispo lo nombrarais, primado

de las Españas Cardenal es del Papa, y a mí y a mi hermana nada.

Cuando comenzó su soberanía en Zamora estableció su residencia y fortaleza en los conocidos «jardines del castillo» de la ciudad y en los aledaños de la catedral. Este castillo es de estilo puramente medieval con cuatro torres de las cuales se conserva la torre del homenaje recientemente restaurada para albergar el museo de Baltasar Lobo.

Fue madrina de armas de Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador), del cual se dice que estaba profundamente enamorada. Este fue investido caballero alrededor del año 1060 en la iglesia de Santiago de los Caballeros situada en Zamora. Además, era la hermana favorita de Alfonso, al que ayudó y aconsejó para recuperar su reino primero y para gobernar después.

Invasión castellana

Al morir Fernando I el Magno, Sancho quedó en desacuerdo con las reparticiones hechas y entonces fue declarando la guerra a todos sus hermanos e inició una lucha muy sangrienta. Su reinado en Castilla fue muy belicoso y el primer conflicto se dió en la Guerra de los Tres Sanchos. Más tarde combatió contra su hermano Alfonso VI en una guerra que quedó en tablas. Más tarde Sancho se alió con Alfonso y avanzó con violencia hacia Galicia para conquistar el reino de García en 1071. Menos de un año después le arrebató a Alfonso su reino por lo que se coronó rey de León y de Galicia, posteriormente arrancó a su hermana doña Elvira el poder de la ciudad de Toro. Sólo doña Urraca se resistió tras los muros de Zamora, convirtiéndose en la más dura oposición de Sancho II y en el último bastión de los resistentes leoneses.

Sancho II al ver esta terrible oposición envió a El Cid Campeador para convencer a Urraca para que aceptara su autoridad como rey de León. Rodrigo lo intentó por medio del noble Arias Gonzalo, pero ella se negó a aceptar que Sancho hubiera arrebatado el reino a su hermano Alfonso por las armas. Sancho, al final, puso sitio a la ciudad. Pero las fuertes murallas impedían pasar al monarca, de ahí la denominación de Zamora de «la Bien Cercada». El asedio duró más de siete meses.

Asesinato de Sancho

Mientras, un noble leonés Vellido Dolfos, había salido de la ciudad con la intención de asesinar al rey Sancho II. Los rumores indicarían que el encargo provendría de la propia Urraca o de Alfonso.

Tras dos meses infiltrado en el campamento castellano y tras trabar amistad con el monarca castellano, le acompañó a una cabalgada de exploración en la que se quedó solo con Sancho, que había bajado del caballo para satisfacer una necesidad urgente. Aprovechando la situación, y para evitar que se defendiera su víctima, Dolfos atravesó a Sancho con la lanza real. Una vez cumplido su objetivo cabalgó hacia las murallas de Zamora y se introdujo en ellas a través de un portillo que el romanticismo castellano nombró «de la Traición», pero que hoy en día se denomina «de la Lealtad» tras aprobar el cambio de nombre el Pleno municipal de Zamora en 2009.

Consejera de Alfonso

Doña Urraca tras la muerte de su hermano Sancho sigue con su señorío. Se dice que mantuvo enormes ansias de gobernar y de quitarle los reinos a sus hermanos, pero no fue así ya que incluso fue una de las consejeras más importantes de Alfonso VI, al que siempre protegió y con el que llegó a actuar en la práctica como canciller del reino. Su inteligencia política le granjeó muchos enemigos que utilizaron las habladurías para desprestigiarla. Al parecer, nunca fue feliz con sus maridos y tuvo varios amantes según fuentes escritas.

Al final de su vida se retira a un monasterio leonés donde permanece hasta su muerte en el año 1101 y es enterrada en el Panteón de los Reyes de la Basílica de San Isidoro de León.

Predecesor: Fernando I de León

Señora de Zamora 1065 – 1101

Sucesor: Alfonso VI de León

Enlaces externos

• Doña Urraca en el Romancero
• Palacio de Doña Urraca en Zamora. El románico en Zamora (romanicozamorano.com)
• Cantar del cerco de Zamora (anónimo), en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes