Diferencia entre revisiones de «Sanisera»

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El [[yacimiento arqueológico]] de Sanisera se localiza alrededor del puerto natural de Sanitja, junto al Cap de Cavallería ([[Es Mercadal]]), el cual se encuentra en la rocosa costa septentrional de la isla.<ref>Coordenadas 40º 03’ 10” de latitud y 7º 45’ 20” de longitud Este. Fuente: Servicio Cartográfico del Ejército, página 618, cuarto I -II.</ref> Cap de Cavalleria es una península que apunta hacia el Norte, cuyo extremo oriental se llama Punta Llevant, un acantilado de 89 metros de altura coronado en su cima por un faro construido en el siglo XIX; y cuyo entrante más importante es el Puerto de Sanitja. La parte oeste del puerto consiste en una sub-península alargada, cuyo elemento más característico es una torre de defensa inglesa del siglo XVIII, situada en su extremo Noroeste. Cerca de esta costa, se encuentran dos islotes que actúan de rompeolas. A su vez, la parte este presenta unas características muy similares a las del oeste, y donde se encuentra S’Almadrava, una casa para el refugio de pescadores también del siglo XVIII. Además, hacia el sur del puerto se localiza una antigua cantera de calcárea dolomía y un horno de cal, posiblemente del siglo XVIII o XIX. Todos estos elementos dan una idea al visitante de la importancia de este puerto que, pese a sus pequeñas dimensiones, en comparación con otros en la isla, ha constituido siempre un reclamo de diferente naturaleza a lo largo de la Historia.
El [[yacimiento arqueológico]] de Sanisera se localiza alrededor del puerto natural de Sanitja, junto al Cap de Cavallería ([[Es Mercadal]]), el cual se encuentra en la rocosa costa septentrional de la isla.<ref>Coordenadas 40º 03’ 10” de latitud y 7º 45’ 20” de longitud Este. Fuente: Servicio Cartográfico del Ejército, página 618, cuarto I -II.</ref> Cap de Cavalleria es una península que apunta hacia el Norte, cuyo extremo oriental se llama Punta Llevant, un acantilado de 89 metros de altura coronado en su cima por un faro construido en el siglo XIX; y cuyo entrante más importante es el Puerto de Sanitja. La parte oeste del puerto consiste en una sub-península alargada, cuyo elemento más característico es una torre de defensa inglesa del siglo XVIII, situada en su extremo Noroeste. Cerca de esta costa, se encuentran dos islotes que actúan de rompeolas. A su vez, la parte este presenta unas características muy similares a las del oeste, y donde se encuentra S’Almadrava, una casa para el refugio de pescadores también del siglo XVIII. Además, hacia el sur del puerto se localiza una antigua cantera de calcárea dolomía y un horno de cal, posiblemente del siglo XVIII o XIX. Todos estos elementos dan una idea al visitante de la importancia de este puerto que, pese a sus pequeñas dimensiones, en comparación con otros en la isla, ha constituido siempre un reclamo de diferente naturaleza a lo largo de la Historia.

[[Archivo:portsanitja.JPG|thumb|325px|Vista general del puerto de Sanitja]]


Como se acaba de apuntar, las construcciones arriba mencionadas vislumbran la importancia de este puerto, demostrada por su topografía, puesto que presenta las condiciones idóneas para la entrada y fondeo de embarcaciones, además de resguardo en condiciones de viento del norte, la [[tramontana]]. El puerto, con dirección Sur –Sureste, tiene una longitud de 800 metros y una anchura de unos 150-200 metros, y su entrada está flanqueada por la Isla de Porros y un escollo a modo de brazo rocoso de unos 200 metros del extremo norte de la península de Cavalleria, que quedan unidos a pocos metros de profundidad bajo el agua, creando una especie de barrera natural que amaina el oleaje cuando hay temporal o sopla la tramontana. Estas condiciones han sido determinantes para muchos de los pueblos que se han asentado, de forma más o menos continuada, en este lugar; desde que el ejército romano, el cual, durante la conquista de las [[Islas Baleares]] en el 123&nbsp;a.&nbsp;C., decidió establecerse en este emplazamiento como enclave estratégico militar. Un objetivo parecido fue llevado aquí más tarde, cuando el ejército británico, que ocupó la isla durante buena parte del siglo XVIII, construyó la torre de defensa, seguramente alentados por las condiciones estratégicas del lugar, como también demuestran los numerosos bunkers de la [[Guerra Civil Española]].
Como se acaba de apuntar, las construcciones arriba mencionadas vislumbran la importancia de este puerto, demostrada por su topografía, puesto que presenta las condiciones idóneas para la entrada y fondeo de embarcaciones, además de resguardo en condiciones de viento del norte, la [[tramontana]]. El puerto, con dirección Sur –Sureste, tiene una longitud de 800 metros y una anchura de unos 150-200 metros, y su entrada está flanqueada por la Isla de Porros y un escollo a modo de brazo rocoso de unos 200 metros del extremo norte de la península de Cavalleria, que quedan unidos a pocos metros de profundidad bajo el agua, creando una especie de barrera natural que amaina el oleaje cuando hay temporal o sopla la tramontana. Estas condiciones han sido determinantes para muchos de los pueblos que se han asentado, de forma más o menos continuada, en este lugar; desde que el ejército romano, el cual, durante la conquista de las [[Islas Baleares]] en el 123&nbsp;a.&nbsp;C., decidió establecerse en este emplazamiento como enclave estratégico militar. Un objetivo parecido fue llevado aquí más tarde, cuando el ejército británico, que ocupó la isla durante buena parte del siglo XVIII, construyó la torre de defensa, seguramente alentados por las condiciones estratégicas del lugar, como también demuestran los numerosos bunkers de la [[Guerra Civil Española]].

Revisión del 12:08 31 dic 2009

Sanisera fue una de las ciudades romanas de la isla balear de Menorca, nombrada por Plinio el Viejo en el siglo I d. C. en su libro Naturalis Historia, III, 77 - 78:

Las Baleares, belicosas por la honda, llamáronlas los griegos "Gymnasiai". La Mayor tiene una longitud de 100.000 pasos y un contorno de 475.000; contando con las siguientes poblaciones: de ciudadanos romanos, Palma y Pollentia; de ciudadanía latina, Guius y Tucis y fue ciudad federada Bocchoris. De ella, dista 30.000 pasos la Menor, con una longitud de 40.000 pasos y un contorno de 150.000; como poblaciones tiene Iamo, Sanisera y Mago."[1]


Localización

El yacimiento arqueológico de Sanisera se localiza alrededor del puerto natural de Sanitja, junto al Cap de Cavallería (Es Mercadal), el cual se encuentra en la rocosa costa septentrional de la isla.[2]​ Cap de Cavalleria es una península que apunta hacia el Norte, cuyo extremo oriental se llama Punta Llevant, un acantilado de 89 metros de altura coronado en su cima por un faro construido en el siglo XIX; y cuyo entrante más importante es el Puerto de Sanitja. La parte oeste del puerto consiste en una sub-península alargada, cuyo elemento más característico es una torre de defensa inglesa del siglo XVIII, situada en su extremo Noroeste. Cerca de esta costa, se encuentran dos islotes que actúan de rompeolas. A su vez, la parte este presenta unas características muy similares a las del oeste, y donde se encuentra S’Almadrava, una casa para el refugio de pescadores también del siglo XVIII. Además, hacia el sur del puerto se localiza una antigua cantera de calcárea dolomía y un horno de cal, posiblemente del siglo XVIII o XIX. Todos estos elementos dan una idea al visitante de la importancia de este puerto que, pese a sus pequeñas dimensiones, en comparación con otros en la isla, ha constituido siempre un reclamo de diferente naturaleza a lo largo de la Historia.

Como se acaba de apuntar, las construcciones arriba mencionadas vislumbran la importancia de este puerto, demostrada por su topografía, puesto que presenta las condiciones idóneas para la entrada y fondeo de embarcaciones, además de resguardo en condiciones de viento del norte, la tramontana. El puerto, con dirección Sur –Sureste, tiene una longitud de 800 metros y una anchura de unos 150-200 metros, y su entrada está flanqueada por la Isla de Porros y un escollo a modo de brazo rocoso de unos 200 metros del extremo norte de la península de Cavalleria, que quedan unidos a pocos metros de profundidad bajo el agua, creando una especie de barrera natural que amaina el oleaje cuando hay temporal o sopla la tramontana. Estas condiciones han sido determinantes para muchos de los pueblos que se han asentado, de forma más o menos continuada, en este lugar; desde que el ejército romano, el cual, durante la conquista de las Islas Baleares en el 123 a. C., decidió establecerse en este emplazamiento como enclave estratégico militar. Un objetivo parecido fue llevado aquí más tarde, cuando el ejército británico, que ocupó la isla durante buena parte del siglo XVIII, construyó la torre de defensa, seguramente alentados por las condiciones estratégicas del lugar, como también demuestran los numerosos bunkers de la Guerra Civil Española.


Historiografía

Como ya se ha apuntado, la primera fuente escrita que hace referencia a la ciudad de Sanisera es la mención que hace de ésta en el siglo I d. C. Plinio el Viejo en su Historia Naturalis, pero han sido otras fuentes posteriores las que han servido como pesquisas para localizarla. Una de ellas es la constituida por los mapas portulanos de los siglos XVI, XVII y XVIII principalmente, como el caso del mapa de Hispania diseñado por Abraham Ortelius del año 1590 o el de Petrus Bertius del 1602; en muchos de los cuales aparece el topónimo de Sanisera en diferentes variantes: Zenage, Porto Senello, Seneua, Seneli, Sa Nitja, Senige, Senitja, Seniya, Seniglles, Senigta, Cenegta, Senoli, Seniga, Seneli, Leneli, Cenega, Senege, Sauia, Sonige, Ceneglia, Zenega, Ianisera, Zenhaga o Zenega.


Además de la cartografía, con los topónimos que aparecen en diferentes mapas, otra fuente bien distinta ha servido para apoyar la existencia de los restos de la antigua Sanisera en el puerto de Sanitja. Como ni la mención de Plinio ni los mapas indican dónde exactamente en la isla de Menorca se ubicaba esta urbe, han sido los relatos de escritores y exploradores del siglo XVIII en adelante los que han ayudado a determinar su localización. Así, varios personajes de la esta época y otros posteriores describiendo la zona entorno al puerto de Sanitja, han señalado la cantidad de fragmentos de cerámica y otros objetos esparcidos por la superficie, así como la existencia de alguna estructura perteneciente a antiguos edificios.[3]


Además, las leyendas de tradición local sobre este paraje, como la leyenda de Ses Vilotes recogida por F.Camps i Mercadal,[4]​ que menciona la existencia de una población pasada, y el hecho en sí de que el nombre de Sanisera y Sanitja sean parecidos, han llevado a sostener esta hipótesis. Por último, su localización en un puerto de tan excelentes características hace pensar en la lógica posibilidad de haber existido una ocupación humana estable.


Ya en décadas recientes, mediante las actividades subacuáticas deportivas iniciadas en 1974, se comenzaron a detectar y recuperar del fondo marino del puerto un gran número de ánforas romanas de entre los siglos I y IV d. C., de este modo atestiguando la existencia de restos romanos en este emplazamiento.


Intervenciones Arqueológicas

En la década de los ochenta, entre los años 1979 y 1984, una serie de prospecciones y excavaciones en la parte oeste del puerto sacaron a la luz los primeros vestigios de Sanisera; entre ellos un edificio de posible uso industrial, que demostraron la ocupación de la ciudad desde el siglo I a. C. hasta aproximadamente el VI d. C., y con un supuesto periodo álgido hasta el siglo III d. C.[5]​ Aproximadamente una década más tarde, desde 1993, se retomó el estudio de este yacimiento, con una serie de prospecciones terrestres y subacuáticas, con el objetivo de poder conocer en extensión la arqueología del puerto de Sanitja. Desde la fecha hasta la actualidad, el área está siendo excavada, habiendo sacado a la luz un campamento militar romano fechado de la conquista de las Baleares (123 a. C.) al este del puerto, mientras que la labor arqueológica actual se centra en descubrir la extensión, urbanismo, función de los diferentes espacios y fases de ocupación de la ciudad de Sanisera, situada al oeste del puerto.[6]


La ocupación Romana en el Puerto de Sanitja

Campamento Militar Romano (123 a. C. – 50 a. C.)

En el 123 a. C., el general Quinto Cecilio Metelo (hijo de Quinto Cecilio Metelo Mecadónico) inició la conquista de las Islas Baleares, habitadas hasta aquel entonces por la población nativa de Mallorca y Menorca, que conformaba la sociedad conocida como Talayótica. Habiendo sido ignoradas antes por Roma,[7]​ las Islas se convirtieron en un problema para el dominio del Mediterráneo, ya que debido a la falta de control militar romano, se plagaron de piratas que afectaban a la distribución de productos itálicos hacia el extremo occidental de las costas mediterráneas. Se desconoce la procedencia de estos piratas, o si se trataba de los mismos pobladores nativos de las baleares, los talayóticos; representados por la figura del hondero balear tan conocida en todo el Mediterráneo, y que había jugado un papel trascendental en las Guerras Púnicas entre Roma y Cartago como mercenario en el ejército cartaginés.[8]​ Algunas fuentes describen este hecho, como el caso de Estrabón:


[…] ambas (las islas) son fértiles y poseen buenos puertos, bajo cuyas entradas hay escollos que deben prever los que vienen de la mar. Sus habitantes, gracias a las riquezas de los campos, son pacíficos, así como los que viven en "Ébousos"; mas la presencia entre ellos de algunos malhechores que habían hecho causa común con los piratas, comprometió a todos y fue motivo de la expedición de Métellos, en la que éste adquirió el sobrenombre de "Baliarikós" y fundó las dos ciudades ya mencionadas. No obstante sus sentimientos pacíficos, la defensa de su codiciada riqueza ha hecho de ellos los honderos más famosos, y dicen que esta destreza data, sobre todo, desde que los "phoínikes" ocuparon las isla.[9]


Debido a este problema relacionado con la piratería, aunque puede que éste fuese sólo un pretexto para proceder a la anexión de las Islas a la República romana (con el fin de conseguir nuevas tierras para crear ciudades y colonias en puntos estratégicos con tierras fértiles para la agricultura; por la presencia de los hábiles honderos baleáricos que pudieran servir como mercenarios al ejército romano; para el establecimiento de redes de comunicación y mayor control del mar; además de cuestiones relacionadas con el poder, honor, prestigio y gloria que un general perteneciente a una familia tan importante como los Metelo necesitaba alcanzar para consolidar su supremacía sobre otros miembros de la aristocracia romana), el Senado decidió emprender la conquista de las Islas Baleares, liderada por su cónsul Metelo, la cual efectuó en dos años tras los cuales las islas pasaron a formar parte de la Hispania Citerior. En el 121 a. C., Quinto Cecilio Metelo volvería a Roma para recibir los honores por el triunfo logrado, siendo apodado desde entonces ‘El Baleárico’. Es en esos dos años cuando en Sanitja se estableció una guarnición militar, la cual se encuentra situada en el margen sureste del puerto, en el punto más alto a unos 15-20 metros de altura. Como enclave estratégico, Metelo debió considerar este lugar de extraordinaria importancia y, por eso, construyó un asentamiento militar, que incluía torres de defensa y vigilancia, situadas cerca de la costa con el fin de controlar la entrada de barcos al puerto, además de dominar buena parte de la costa norte de Menorca. Tras la conquista, el campamento militar siguió en uso hasta alrededor del 45 a. C., como lo atestiguan varias restructuraciones en el espacio y la presencia de cerámicas y otros elementos fechables entre la conquista hasta la mitad del siglo I a. C. En muchas ocasiones, el campamento romano de Sanitja pudo estar en relación con hechos que se produjeron en la Península Ibérica, tales como revueltas y guerras civiles, en los que la participación de las Islas con sus ejércitos, que incluían honderos baleáricos, fue decisiva. Uno de estos episodios se engloba en el contexto de las llamadas Guerras Sertorianas entre Sila y Sertorio que tuvieron lugar en Hispania (83 – 72 a. C.), tiempo en el que se ha demostrado que el campamento de Sanitja fue utilizado en otra fase posterior de uso.[10]​ Tras otros posibles usos,[11]​ “el abandono del campamento militar de Sanitja pudo darse perfectamente hacia el año 45 a. C., cuando César reestructuró el ejército romano […] A su vez, otro motivo evidente y lógico debió ser que las islas y gran parte de la península Ibérica quedaron a partir de ese momento en paz y en proceso de romanización.”[12]


De este modo, en Sanitja el campamento militar resultó ser un foco importante no sólo en la conquista de las Baleares realizada entre los años 123 y 121 a. C., sino también en otros momentos clave de la República, en un ambiente protagonizado por diversas disputas de poder entre miembros senatoriales, hasta que llegó un periodo de relativa paz en tiempos de César a mediados del siglo I a. C. Parte de la importancia de este campamento vendría dada tanto por su localización estratégica, como por su componente nativo entre el ejército, ya que parte de éste estaba compuesto por honderos baleáricos. Así, en un campamento dotado de una serie de barracones y otros espacios destinados a diferentes actividades diarias (“soldados dedicados a la cura de heridas tras los ejercicios de entrenamiento, a la confección de indumentaria militar, al remiendo de botas, a la fundición de plomo para la fabricación de proyectiles, al mantenimiento de las armas […]”[13]​, y bordeado por un sistema defensivo formado por una trinchera, convivirían soldados romanos, entre ellos lanceros (hastate) e infantería (principe), junto con honderos nativos (auxiliae).[14]​ Estos honderos serían entrenados e instruidos en el campamento con el fin adoptar las técnicas militares romanas, y a la vez adoptarían en cierto grado las costumbres y modo de vida romanos.


Debido a su localización en un puerto, el abastecimiento del campamento vendría a través del mar, mediante barcos cargados de ánforas conteniendo diferentes alimentos y líquidos, como pescado, trigo, vino, aceite, etc; que seguían rutas marítimas por el Mediterráneo Occidental, desde Ostia hasta Menorca.[15]​ Esta continua llegada de mercancías por vía marítima, provocó consecuentemente la entrada de personas que participaban en el proceso de abastecimiento del campamento, tales como navegantes y comerciantes, las cuales podrían haber empezado a asentarse gradualmente en los alrededores del puerto de forma más o menos intermitente. Junto con éstos, la existencia de una guarnición militar habría atraído a otros grupos de personas, como artesanos, prostitutas, magos, indígenas y soldados retirados; que habrían empezado a vivir también en las inmediaciones, formando así un improvisado asentamiento de población en el puerto de Sanitja.


Creación de la Ciudad de Sanisera (siglo I a. C. - VI d. C.?[16]​)

Es esta improvisada aglomeración de personas en torno al campamento militar, una cannabae, la que iría gradualmente creciendo y estructurándose hasta convertirse en la civitas de Sanisera mencionada por Plinio. Así, poco después del establecimiento del ejército romano, el asentamiento civil pudo haber comenzado a desarrollarse, y conforme la población fue creciendo, se iría estructurando con la adopción de un urbanismo propio al lado este del puerto. La amplísima cronología de la ciudad demuestra que terminó siendo un asentamiento estable desarrollado hasta conseguir el estatus de ciudad, y con actividades económicas y de subsistencia basadas en la agricultura, ganadería y pesca. Los trabajos arqueológicos pudieron determinar un área de aproximadamente 14 hectáreas de perímetro, que corresponderían a la máxima expansión de la ciudad en su momento álgido, que, como ya se ha mencionado, pudo haber sido entorno a los siglos I-III d. C. Un factor importante para el desarrollo de Sanisera fue su posición costera en un puerto natural de tan buenas condiciones, que la convirtió en una ciudad portuaria localizada en un punto resguardado de las condiciones climáticas adversas, y que pudo haber tenido un papel relevante en el comercio marítimo de la cuenca occidental del Mediterráneo. Este tránsito de mercancías desde y hacia la ciudad romana está demostrado por la cerámica y otros materiales provenientes de lugares fuera de la isla localizados tanto en la propia ciudad, así como en el fondo marino del puerto.[17]​ Durante y tras la Crisis del siglo III que afectó a todo el Imperio Romano, Sanisera comenzaría a decaer, contrayendo gradualmente su perímetro y población, y seguramente modificando la distribución del espacio todavía en uso, el cual experimentaría, seguramente, restructuraciones en su urbanismo. Entre ellas cabría destacar, posiblemente, la incorporación a espacios de hábitat de zonas de producción para el autoabastecimiento y/o abastecimiento y distribución a pequeña escala.[18]​ Sin embargo, este decaimiento no significaría la total ruptura de relaciones con el exterior, puesto que se encuentran cerámicas pertenecientes al bajo imperio venidas de lugares como África del norte.[19]


De esta época bajo imperial podría pertenecer la basílica paleocristiana, que está ubicada en el posible centro de la ciudad. Este edificio religioso, parcialmente excavado en los años ochenta, podría haber sido erigido en la última etapa del Imperio Romano, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Estado en el siglo IV d. C. De posibles influencias siriaco-africanas,[20]​ presenta una orientación Este-Oeste, y una planta rectangular dividida en tres naves, con la central rematada por un ábside semicircular. La existencia de un recinto religioso como éste, indicaría la continuidad de cierta importancia del lugar como centro religioso y/administrativo; y representa un ejemplo más en la isla de Menorca de la ferviente aceptación de la nueva religión en torno a los siglos IV y V d. C.[21]


Evidencia de Ocupación del Puerto tras la caída del Imperio Romano

Según los indicios representados por el material recuperado, posiblemente la ciudad fuera abandonada en torno al siglo VI d. C., aunque existe la posibilidad de que una población muy residual continuase viviendo o utilizando el espacio.


Lo que sucedió en el emplazamiento durante los siglos de transición entre la Antigüedad y el Medievo, en torno a los siglos V y X d. C., todavía está por aclarar, siendo éste un periodo parco de información en toda la isla, debido a las escasas fuentes escritas y arqueológicas. Posiblemente, en buena parte de esos cinco siglos, la basílica tendría un papel fundamental en la organización de la población de Sanitja, y habría sido utilizada por pueblos venidos de fuera que podrían haberse instalado en el área tras la caída de Roma.[22]


Sin embargo, existen en Sanitja pruebas que demuestran una ocupación de época musulmana, debido a la existencia de una pequeña mezquita construida con material romano reutilizado, que podría estar relacionada con un núcleo de población rural entorno a una posible alquería todavía sin localizar. Debido a la existencia de esta ocupación, puede que el puerto hubiese seguido siendo testigo de la navegación y comercio marítimo en los territorios más orientales de Al-Andalus. [23]


El resto de estructuras que se encuentran en el puerto y mencionadas más arriba, son la casa de pescadores de finales de siglo XVIII y utilizada hasta mediados del siglo XX, la torre de vigilancia inglesa de principios del siglo XIX, y el faro construido en 1857.


Notas

  1. Baliares funda bellicosas Graeci Gymnasias dixere. maior C p. est longitudine, circuitu vero CCCCLXXV . ppa habet civium Romanorum Palmam et Pollentiam, Latina Guium et Tucim, et foederatum Bocchorum fuit. ab ea XXX distat minor, longitudine XL , circuitu CL . Civitates habet Iamonem, Saniseram, Magonem.
  2. Coordenadas 40º 03’ 10” de latitud y 7º 45’ 20” de longitud Este. Fuente: Servicio Cartográfico del Ejército, página 618, cuarto I -II.
  3. Autores como J.Ramis Ramis (1785); F. Oleo y Quadrado y Luis Salvados durante el siglo XIX, sostuvieron la idea de que Sanisera podría estar relacionada con los restos de Sanitja.
  4. A sa part ponent des port de Sa Nitja, hi ha mostres- sa principal és el cementiri o carnatge d´haver- hi existiti una població. Es nom des rodol en fa esment: es diu Ses Vilotes. I diuen que en diez de bonança, an es fons de la mar, dins es port, se veuen cases... Conten que sa població se deia Janissari; que a Janissari, en es punt dit s´ Almadrava, hi havia una esglesieta, de sa que prevé sa imatge de la Verge del Carme, sa patrona de s´ Oratori públic des proper casal de pagès de Santa Tresa sa imatge sembla verament molt antiga. Junt a Ses Vilotes està es Canal de Sa Cadena, dit així perquè un Bisbe, lligat a una cadena, hi fou arrossegat, fins que morí. Seria un martir?...Persones compatívoles donaren sepultura an es cos des Bisbe en es Mitjà de ses Abelles, que està damunt una esquena que domina es Canal de Sa Cadena. Sabent-se acó per tradició, un dia, llaurant dins es Canal, amb sa rella se va descolgar una cadena llarguíssima, la que, en cert modo, vingué a confirmar sa veu pública, a sa històrica cadena, que tothom diu que ha existit, no es sap de ningú que l´hagi vista. (F. Camps i Mercadal: Folklore menorquí de la pagesia, p.68)
  5. Trabajos realizados por el equipo dirigido por C. Rita. Rita, C. et alii; Las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Sanitja (Menorca) hasta 1984.
  6. Trabajos realizados por El Ecomuseu de Cap de Cavalleria.
  7. En ninguna campaña anterior se había contemplado la posibilidad de anexionar estos territorios a Roma.
  8. Los honderos, admirados por su destreza en el uso de la honda por autores cásicos como Plinio el Viejo (Historia Naturalis, 3, 5, 76), lucharon con el ejército cartaginés probablemente desde el siglo IV  a. C. hasta la conquista romana de las Baleares en el 123 a.  C.; destacando su participación en las dos primeras Guerras Púnicas (264 – 241 a. C. y 218 – 201 a.  C.). Quizás, la inactividad militar tras las Guerras Púnicas (146 a. C.) llevó a los mercenarios baleáricos a realizar actividades piráticas. Tras la conquista romana, lucharon como mercenarios en el ejército romano.
  9. Estrabón, Geografía. Libro III (5, 1)
  10. En este caso, el ejército romano instalado en Sanitja, habría participado en este conflicto, tal y como lo demuestran materiales en contextos estratigráficos de esta época, restructuraciones y hallazgos de proyectiles de honda con inscripción S CAE, posiblemente refiriéndose a Quinto Cecilio Metelo Pío, que luchó en Hispania a favor del dictador Sila contra Sertorio.
  11. Debió estar en uso hasta aproximadamente el 45 a. C., cronología también aceptada por la estratigrafía, habiendo podido participar también en los enfrentamientos entre César y Pompeyo alrededor de la primera mitad del siglo I a. C., durante los cuales las Islas volvieron a aparecer en escena cuando el hijo de Pompeyo, Cneo, preparó desde allí una expedición hacia la península contra los legados de César.
  12. Contreras Rodrigo; Fernando, Müller, Regine; Valle, Francisco. “El Asentamiento Militar Romano de Sanitja (123-45 a. C.): Una Aproximación a su Contexto Histórico”. Pag. 14.
  13. F. Contreras Rodrigo, “Sanisera, ciudad romana de Menorca. Su origen”, La Mirada del pasado, Edicions de Turisme Cultural, 1998, pp. 303-305.)
  14. La presencia de honderos baleáricos formando parte del ejército romano está más que atestiguada por la presencia de cultura material perteneciente a éstos, tal como cerámica talayótica, objetos de adorno talayóticos y proyectiles de plomo para el uso de la honda; éstos localizados tanto dentro como en las inmediaciones del campamento.
  15. “El primer itinerario bordeaba la costa italiana, gala e ibérica: Ostia-Marsella-Ampurias-Costa levantina-Ibiza-Mallorca-Menorca-Estrecho de Bonifacio-Ostia. Y el segundo, fondeando en los mismos puertos citados, pero sin pasar por la costa italiana, navegando por el Estrecho de Bonifacio ya que el viaje resultaba mucho más corto.” (F. Contreras Rodrigo, 1998: 303-305).
  16. Fecha constatada por la cerámica recogida en prospecciones, además de las primeras excavaciones, con existencia de cerámica del periodo republicano (por ejemplo: ánfora itálica, cerámica Campaniense A y B) hasta la Antigüedad Tardía (como africanas claras, sigilitas grises paleocristianas, etc). No obstante, el transcurso de las excavaciones seguirá determinando con más precisión la cronología de la urbe.
  17. Cerámicas provenientes de Ibiza, península ibérica, península itálica, así como del norte de África, demostrando de esta manera las relaciones y vías marítimas que conectaban Menorca con otros puntos del Oeste Mediterráneo.
  18. Por ejemplo, uno de los edificios excavados en la década de los ochenta, llamado Edificio C, presenta diferentes fases de ocupación, la más reciente de éstas representada por la modificación del espacio para la introducción de elementos de producción y almacenaje en un espacio originalmente dedicado al hábitat doméstico.
  19. TS Claras A y D, Paleocristianas grises, ánforas africanas como Keay LXI, de cronología entre el 450 – 700 d. C.
  20. Como por ejemplo la Basílica de Son Bou, que presenta tres naves, con ábside semicircular al final de la central, y con dos habitaciones a los lados del ábside.
  21. Aseveración basada en el gran número de basílicas paleocristianas aproximadamente coetáneas a ésta, y en escritos como la carta del Obispo Severo de Ciudadela (418 d. C.), que expone una organización eclesiástica bien definida a principios del siglo.
  22. La historiografía nos habla de que la isla de Menorca fue ocupada por el pueblo germánico de los vándalos en torno al siglo IV y por bizantinos en el siglo VI d. C. Si estos pueblos, u otros todavía sin documentar, estuvieron en la isla, podrían haberse instalado, junto con la población residual hispanorromana, en Sanisera.
  23. El conocido como Šharq Al-Andalus (Al-Andalus oriental)

Bibliografía

  • Estrabón. Geografía. Volumen III. Libros V-VII. 


  • Plinio el Viejo. Historia Naturalis, Libro III. 


  • Camps i Mercadal, Francesc (1986). Llegendes de Menorca, en Folklore Menorquí de la Pagesia, Tom V. Col•lecció Capcer. 


  • Casanovas Camps, Miquel Àngel (2005). Història de Menorca. 


  • Contreras, Fernando; Müller, Regine; Valle, Francisco (2006). «El Asentamiento Militar Romano de Sanitja (123-45 a.C.): Una Aproximación a su Contexto Histórico». Mayurqa (31). pp. 231-250. 


  • Contreras, Fernando (1998). «Sanisera, ciudad romana de Menorca. Su origen». La Mirada del pasado. Edicions de Turisme Cultural. pp. 303-305. 


  • Palol, P. (1967). Arqueología Cristiana de la España Romana. Siglos IV-VI. Madrid. 


  • Sa Nitja. Gestión del Patrimonio Mediterráneo (1996). «La ciudad portuaria romana de Sanisera (Menorca)». Revista de Arqueología (185). 


Enlaces Externos

Ecomuseo de Cap de Cavalleria:Página principal del Ecomuseu Cap de Cavalleria y de las excavaciones que se llevan a cabo en el puerto de Sanitja.