Diferencia entre revisiones de «Palacio de Linares»

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== Leyendas y fantasmas ==
== Leyendas y fantasmas ==
Una turbia leyenda persigue al palacio casi desde la muerte de sus primeros dueños. Según la rumorología madrileña, el palacio encerraría los fantasmas de los primeros marqueses de Linares, así como el de una niña, su supuesta hija. Siguiendo esta leyenda, don José de Murga y Reolid le habría confesado a su padre, el rico comercial don Mateo Murga y Michelena, haberse enamorado de una muchacha humilde, Raimunda Osorio, supuestamente hija de una cigarrera. Al conocer su padre el nombre de la joven, horrorizado, habría mandado a su hijo a estudiar a Londres, con el fin de hacerle olvidar tal amor de juventud. La razón de su espanto vendría dada por el hecho de que esa muchacha humilde habría sido fruto del amor extramatrimonial del propio don Mateo con la madre de ésta, y por tanto, ambos enamorados serían hermanos de padre. La leyenda continúa situando a don Mateo recientemente muerto y a los jovenes recién casados. En tal situación habría encontrado don José una carta de su padre dirigida a él en la que le explicaba las razones de su oposición a tal relación. Don José y doña Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido, se habrían dirigido al [[Papa]] [[Pío IX]], quien finalmente les habría otorgado una [[bula papal]] denominada ''casti convivere'', esto es, vivir juntos pero en castidad. Sin embargo, el amor que se profesaban les habría hecho pasar por alto su relación de medio hermanos y habrían engendrado una hija, a la que habrían asesinado siendo niña para evitar un gran escándalo. Tal hija, Raimundita, habría sido emparedada o ahogada, y enterrada en el propio palacio y, según tal leyenda, hoy en día, seguiría su espíritu paseandose por los grandes salones del viejo palacio cantando canciones infantiles y llamando a sus padres mientras ellos follaban.
Una turbia leyenda persigue al palacio casi desde la muerte de sus primeros dueños. Según la rumorología madrileña, el palacio encerraría los fantasmas de los primeros marqueses de Linares, así como el de una niña, su supuesta hija. Siguiendo esta leyenda, don José de Murga y Reolid le habría confesado a su padre, el rico comercial don Mateo Murga y Michelena, haberse enamorado de una muchacha humilde, Raimunda Osorio, supuestamente hija de una cigarrera. Al conocer su padre el nombre de la joven, horrorizado, habría mandado a su hijo a estudiar a Londres, con el fin de hacerle olvidar tal amor de juventud. La razón de su espanto vendría dada por el hecho de que esa muchacha humilde habría sido fruto del amor extramatrimonial del propio don Mateo con la madre de ésta, y por tanto, ambos enamorados serían hermanos de padre. La leyenda continúa situando a don Mateo recientemente muerto y a los jovenes recién casados. En tal situación habría encontrado don José una carta de su padre dirigida a él en la que le explicaba las razones de su oposición a tal relación. Don José y doña Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido, se habrían dirigido al [[Papa]] [[Pío IX]], quien finalmente les habría otorgado una [[bula papal]] denominada ''casti convivere'', esto es, vivir juntos pero en castidad. Sin embargo, el amor que se profesaban les habría hecho pasar por alto su relación de medio hermanos y habrían engendrado una hija, a la que habrían asesinado siendo niña para evitar un gran escándalo. Tal hija, Raimundita, habría sido emparedada o ahogada, y enterrada en el propio palacio y, según tal leyenda, hoy en día, seguiría su espíritu paseandose por los grandes salones del viejo palacio cantando canciones infantiles y llamando a sus padres.
A pesar de lo atractivo de la historia, no se han podido encontrar pruebas históricas que demuestren que los marqueses eran hermanos de padre y que tuvieran ninguna clase de descendencia, sin contar claro está con su ahijada, Raimunda Avecilla, que heredó gran parte del patrimonio de sus padrinos, incluido el Palacio de Linares.
A pesar de lo atractivo de la historia, no se han podido encontrar pruebas históricas que demuestren que los marqueses eran hermanos de padre y que tuvieran ninguna clase de descendencia, sin contar claro está con su ahijada, Raimunda Avecilla, que heredó gran parte del patrimonio de sus padrinos, incluido el Palacio de Linares.



Revisión del 13:08 4 ene 2010

Fachada del palacio de Linares.

El Palacio de Linares, conocido en sus primeros años como el Palacio de Murga, se encuentra en Madrid (España), situado entre el paseo de Recoletos y la calle de Alcalá, abriendo su fachada principal a la plaza de Cibeles, en los terrenos de los antiguos Molinos de Plata y del Pósito Real de Madrid, gran almacén de cereal pensado para atender posibles crisis de abastecimiento en la ciudad. El Palacio de Linares es muy conocido debido a las leyendas fantasmales que le rodean.

Construcción y disposición de las salas

José de Murga y Reolid, I marqués de Linares y I vizconde de Llanteno, compró el solar, de 3.064 metros cuadrados, en 1872 al Ayuntamiento de Madrid. Encomendó las obras al arquitecto municipal Carlos Colubí en 1877, siguiendo fundamentalmente los diseños del arquitecto francés Adolf Ombrecht, responsable asimismo de la construcción de otros fastuosos palacios como el desaparecido Palacio de Portugalete, propiedad de los duques de Bailén. Algunas partes del palacio de Linares, como la escalera de mármol que da paso al jardín, las caballerizas o la famosa Casa de Muñecas, fueron obra de Manuel Aníbal Álvarez. Los marqueses de Linares se mudaron al edificio en 1884, aunque las obras no terminarían por completo hasta 1900.

Decoración

El edificio se caracteriza por su bella fábrica y la calidad de sus materiales, como puede apreciarse en la soberbia escalera principal, que une el entresuelo con la planta noble, realizada en bloques de mármol de Carrara, o las galerías del segundo piso, pintadas al óleo con motivos pompeyanos. La decoración se inspira en diversos estilos, pasando de los lujosos Luis XV y Luis XVI al pomposo Rococó o al sobrio Luis Felipe. Todas las salas están decoradas con exquisito gusto: tapices de la Fábrica de Gobelinos, techos decorados con abundantes dorados y pinturas mitológicas, suelos de maderas exóticas, lámparas francesas, alfombras de la Real Fábrica de Tapices, sedas de China para el salón oriental, diversos panneaux decorados con ricas telas bordadas... El Palacio incluye obras de Alejandro Ferrant, Francisco Pradilla, Manuel Domínguez, Jerónimo Suñol, Casto Plasencia, Francisco Amérigo y Valeriano Domínguez Bécquer. Como curiosidad, cabe destacar que el edificio carecía de cocina, pues los marqueses de Linares preferían hacerse llevar cada día las comidas de un típico restaurante madrileño.

Distintos propietarios

Tras la muerte de los marqueses de Linares, el Palacio fue heredado por Raimunda Avecilla y Aguado, condesa de Villapadierna, ahijada de los marqueses e hija de su administrador, Federico Avecilla Delgado. Con el paso de los años y tras sufrir los estragos de la Guerra Civil Española, el Palacio estuvo a punto de ser derruido. Sin embargo, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1976, lo cual le salvó de una desaparición segura. A pesar de los cambios de propietario, entre los que se incluyen la compañía marítima Transmediterránea, la Confederación Española de Cajas de Ahorro, el Ayuntamiento de Madrid y el industrial Emiliano Revilla, permaneció sin uso y clausurado «con cien llaves» durante casi un siglo, lo que garantizó que su decoración y mobiliario llegasen casi intactos hasta el día de hoy. Los polvorientos salones del palacio fueron empleados, en 1981 cuando aún permanecía cerrado, para el rodaje de la película Patrimonio Nacional de Luis García Berlanga.

Casa de América

En 1992, coincidiendo con los actos del Quinto Centenario de la llegada a América de Cristóbal Colón y de la capitalidad cultural europea de Madrid, el Palacio de Linares se reabrió como Casa de América, un centro destinado al intercambio cultural entre España y América. Con este fin, el centro organiza numerosas exposiciones, debates, presentaciones, conferencias, cursos, etc. Además, durante el año 2009, ha servido de escenario para la grabación de diversos videoclips y actuaciones, como es el caso de Cómo te olvido, de Malú, o Tarde de domingo rara, de Amaral, grabada en acústico.

Leyendas y fantasmas

Una turbia leyenda persigue al palacio casi desde la muerte de sus primeros dueños. Según la rumorología madrileña, el palacio encerraría los fantasmas de los primeros marqueses de Linares, así como el de una niña, su supuesta hija. Siguiendo esta leyenda, don José de Murga y Reolid le habría confesado a su padre, el rico comercial don Mateo Murga y Michelena, haberse enamorado de una muchacha humilde, Raimunda Osorio, supuestamente hija de una cigarrera. Al conocer su padre el nombre de la joven, horrorizado, habría mandado a su hijo a estudiar a Londres, con el fin de hacerle olvidar tal amor de juventud. La razón de su espanto vendría dada por el hecho de que esa muchacha humilde habría sido fruto del amor extramatrimonial del propio don Mateo con la madre de ésta, y por tanto, ambos enamorados serían hermanos de padre. La leyenda continúa situando a don Mateo recientemente muerto y a los jovenes recién casados. En tal situación habría encontrado don José una carta de su padre dirigida a él en la que le explicaba las razones de su oposición a tal relación. Don José y doña Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido, se habrían dirigido al Papa Pío IX, quien finalmente les habría otorgado una bula papal denominada casti convivere, esto es, vivir juntos pero en castidad. Sin embargo, el amor que se profesaban les habría hecho pasar por alto su relación de medio hermanos y habrían engendrado una hija, a la que habrían asesinado siendo niña para evitar un gran escándalo. Tal hija, Raimundita, habría sido emparedada o ahogada, y enterrada en el propio palacio y, según tal leyenda, hoy en día, seguiría su espíritu paseandose por los grandes salones del viejo palacio cantando canciones infantiles y llamando a sus padres. A pesar de lo atractivo de la historia, no se han podido encontrar pruebas históricas que demuestren que los marqueses eran hermanos de padre y que tuvieran ninguna clase de descendencia, sin contar claro está con su ahijada, Raimunda Avecilla, que heredó gran parte del patrimonio de sus padrinos, incluido el Palacio de Linares.

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