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Campos de Castilla es una obra de estilo noventayochista, escrita por [[Antonio Machado]] en 1912, en la que expresa su dolor por la muerte de su esposa Leonor y su admiración por las tierras castellanas.
== Campos de Castilla (dedicado a mi colega bayón)==

Campos de Castilla es una de las sobras más representativas de [[Antonio Machado]]. Es el libro más cercano al pensamiento noventayochista de toda la producción del poeta sevillano, en la que se identifica con la tierra castellana.
En esta obra, su poesía tiende a una mayor objetividad, sin perder del todo el enfoque intimista de Soledades. Sin embargo, se aprecia un cambio significativo entre el estilo de Soledades, más modernista, hacia un estilo más propio de la Generación del 98, además de tornar su estilo, que a partir de ese momento es más sobrio y personal
A lo largo de la obra, el autor nos va transmitiendo su visión sobre Castilla, y más concretamente sobre Soria, ciudad en la que vivía. Nos detalla paisajes castellanos, y se centra en detalles que en un principio a cualquier otra persona pasaría por alto, como en el poema del olmo viejo, del cual rebrota la vida a través de una rama verdecida. También nos habla sobre leyendas de Castilla, como la Tierra de Alvargonzález, en la que nos relata la historia de tres hermanos, dos avaros y el otro bueno, en el que el autor nos refleja el estado de la sociedad española: inculta, avara y sin valores, centrada en sí misma. Cabe destacar también la visión sobrenatural en alguno de los poemas, en la que Critica claramente la religiosidad campesina tradicional.
En la obra también se aprecian elogios a otros autores: En el primer poema elogia a Francisco Giner de los Ríos. En él recuerda su maestro, recién fallecido, lúcido y apasionado a la patria. El siguiente tiene como receptor a Ortega y Gasset, en el que alaba sus cualidades como filósofo. Existen otros poemas dedicados a otros autores de renombre en la época, como el destinado a Miguel de Unamuno, por el cual nos presenta al escritor vasco en el que alaba su lucha contra la codicia y la mediocridad del pueblo. Elogia también a Azorín por la publicación del libro Castilla, lectura con la que disfrutó mucho Antonio Machado, ya que canta a las mismas tierras y hombres que él había amado. Pero cobran gran importancia otros dos autores. En primer lugar, Juan Ramón Jiménez, a quien dedica dos poemas en los que subraya una actitud común de los dos poetas: el amor hacia la naturaleza. El otro autor es Rubén Darío, para quien existen otros dos poemas, ya que Antonio Machado sentía por él gran admiración, porque había sido profesor suyo en París.
En gran parte, la obra se forja en el interior de Machado gracias a Leonor, su esposa. La presencia de ésta y su muerte, marcarán su vida y su poesía. También es decisivo su encuentro con Soria y sus gentes, por el cual se produce en él un cambio ideológico; deja en parte atrás su intimismo y su comienza a salir de su soledad, se preocupa por la situación de España, cuyo punto álgido es Castilla. A lo largo de la obra, se destacan tres temas principales En primer lugar, continúa la inspiración intimista, aunque con menor fuerza, siguiendo la línea de sus obras anteriores. Pero lo que aporta de nuevo este libro son los cuadros de paisajes, que en muchas ocasiones describe con una subjetividad pasmosa. Es también importante la preocupación sobre el estado de España, que le lleva a crear poemas centrados en la pena por el pasado (Desastre del 98), pero con esperanzas objetivos y fuerzas para afrontar el futuro y sacar adelante el país.






Revisión del 22:23 21 ene 2010

Campos de Castilla es una obra de estilo noventayochista, escrita por Antonio Machado en 1912, en la que expresa su dolor por la muerte de su esposa Leonor y su admiración por las tierras castellanas.


A un olmo seco (una obra)


Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo,

algunas hojas verde le han salido.

[...]

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que, rojo en el hogar, mañana

ardas, de alguna misera caseta

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hacia la mar te empuje,

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

Antonio Machado