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«Un juicio certero sobre la obra señala que: “El trabajo realizado con minuciosidad, refleja una buena [[crítica textual]] y una sólida [[exégesis]]. Desde el punto de vista estilístico el texto es correcto y claro.”» —Cita textual a Luis Fernando Figari en “La Biblia en castellano”, [[Lima (Perú)|Lima]], [[Perú]], [[1995]]
«Un juicio certero sobre la obra señala que: “El trabajo realizado con minuciosidad, refleja una buena [[crítica textual]] y una sólida [[exégesis]]. Desde el punto de vista estilístico el texto es correcto y claro.”» —Cita textual a Luis Fernando Figari en “La Biblia en castellano”, [[Lima (Perú)|Lima]], [[Perú]], [[1995]]


La traducción de Straubinger tomó muy seriamente en consideración numerosas versiones antiguas y modernas previas a sus trabajos, entre las que destacan las de [[Biblia Nácar-Colunga|Nácar-Colunga]] ([[1944]]) y [[Biblia Bóver-Cantera|Bóver-Cantera]] ([[1947]]). Se distingue de ellas, sin embargo, debido a su mayor fidelidad a la tradición teológica católica, a su minuciosidad crítica, y, sobre todo, a su deseo de ofrecer un texto bíblico que resultara válido para la exégesis católica.
La traducción de Straubinger tomó muy seriamente en consideración numerosas versiones antiguas y modernas previas a sus trabajos, entre las que destacan las de [[Biblia Nácar-Colunga|Nácar-Colunga]] ([[1944]]) y [[Biblia Bover-Cantera|Bover-Cantera]] ([[1947]]). Se distingue de ellas, sin embargo, debido a su mayor fidelidad a la tradición teológica católica, a su minuciosidad crítica, y, sobre todo, a su deseo de ofrecer un texto bíblico que resultara válido para la exégesis católica.


Sumamente especial ha resultado el énfasis que en todos los resquicios de este documento dejó plasmado Straubinger de su seria intención de poder proveer a todos sus lectores de un libro de texto dotado de la [[exégesis]] y de la erudición que permitiera a todos ellos acercarse de lleno a los escritos bíblicos, aun en circunstancias extremas de la ausencia de todo guía o maestro, o bien de todo grupo con el cual congregarse para estudiar la Biblia.
Sumamente especial ha resultado el énfasis que en todos los resquicios de este documento dejó plasmado Straubinger de su seria intención de poder proveer a todos sus lectores de un libro de texto dotado de la [[exégesis]] y de la erudición que permitiera a todos ellos acercarse de lleno a los escritos bíblicos, aun en circunstancias extremas de la ausencia de todo guía o maestro, o bien de todo grupo con el cual congregarse para estudiar la Biblia.

Revisión del 23:30 21 feb 2010

Mons. Johann Juan Straubinger, teólogo, exégeta y escolástico bíblico.

Johann Straubinger ( en castellano:monseñor Juan Straubinger) (Esenhausen, Baden-Wurtemberg, 26 de diciembre de 1883Stuttgart, Baden-Wurtemberg, 23 de marzo de 1956) Sacerdote católico alemán exiliado en la Argentina durante la II Guerra Mundial. Profesor de Sagrada Escritura, teólogo, exégeta y escolástico bíblico. Autor y traductor de una de las más reconocidas versiones de la Biblia que hay en castellano. Doctor honoris causa por la Universidad de Münster.

Biografía

Nacido en Esenhausen en el año de 1883, en el año de 1896 ingresó al Seminario Teológico de Stuttgart; en donde recibió el orden sacerdotal en el año de 1907. Doctorado en lenguas orientales e historia comparada de las religiones, fue profesor de hebreo en su Seminario. También estudió árabe, “la lengua más difícil”, en sus propias palabras.

Durante su estadía en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí, pudo tener acceso para estudiar de cerca el Códice SyrSin, el códice más viejo conocido de la versión siríaca de la Biblia, y que probablemente haya sido vertido de algún códice griego que ha sido datado hacia el Siglo II. También estudió el Códice Palimpsesto Sinaítico, redactado en siríaco durante el Siglo IV, y otros textos antiguos escritos en siríaco, en árabe y en griego. En el año de 1933, fundó el Movimiento Bíblico Popular Católico, para la difusión y la enseñanza de los escritos bíblicos.

Sin embargo, en el año de 1937, su vida dio un giro inesperado: tradujo y publicó la versión alemana de la EncíclicaMit brennender Sorge...” (“Con ardiente inquietud...”), documento papal impreso y publicado por la iglesia católica alemana como una respuesta a ataques perpetrados contra ella por el régimen nazi. Gracias a la labor y diligencia de Mons. Straubinger, el texto de esta Encíclica se leyó en alemán ante todos los fieles que asistieron a Misa en todos los recintos y lugares de culto de la iglesia católica alemana durante el día domingo 21 de marzo de ese mismo año de 1937.

La lectura de esta primera Carta Encíclica leída en Alemania en la lengua del pueblo causó mucho revuelo; pues fue la más enérgica reacción de oposición contra el régimen nazi durante su mandato en Alemania.[1]​ Cinco días más tarde, la Gestapo logró la confesión de otro sacerdote, el cual lo delató como el autor del texto en alemán de dicho documento. A causa de lo cual, comenzó a ser buscado por el régimen nazi. Habiendo sido alertado, Straubinger logró ponerse a salvo, refugiándose en Suiza; en donde fue acogido por la iglesia de Suiza. En el año de 1938, fue invitado por Mons. Enrique Mühn, obispo de San Salvador de Jujuy, en la Argentina, para incorporarse a las actividades de su diócesis.

Mons. Juan Straubinger aceptó la propuesta, y decidió viajar a la Argentina, en donde se asentó durante unos once años. Y allí recomenzó su obra apologética, mediante la edición de una “humilde hojita” bíblica periódica (el texto entre comillas son sus propias palabras). Al año siguiente, decidió fundar una Revista Bíblica. En 1940, viaja a La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, y desempeña el cargo de profesor de Sagrada Escritura en el Seminario San José de La Plata. Permaneciendo allí para la impartición de múltiples materias, hasta que decide retornar a Alemania el día 29 de noviembre del año de 1951. Una vez arribado a su patria, volvió a establecerse en la ciudad de Stuttgart; donde desarrolló una vigorosa labor apostólica para la difusión de los escritos bíblicos.

En reconocimiento a la labor dejada atrás, en tierras argentinas, la Universidad de Münster (Renania del Norte-Westfalia) llegó a otorgarle el doctorado honoris causa en teología, en una ceremonia sumamente emotiva, en la cual fue llamado “el Jerónimo de toda América Latina”. A causa de problemas de salud, jamás pudo volver a la Argentina. El P. Juan Straubinger falleció en su lecho en Stuttgart el 23 de marzo de 1956, a los 72 años de edad, después de una larga y productiva vida de trabajo.

Su labor exegética

Alternó sus labores docentes con su dedicación a la tarea de una actualización crítica de la traducción de Mons. Félix Torres Amat de la Vulgata latina al castellano (la Biblia de Petisco y Torres Amat). En el año de 1941, Mons. Straubinger, entonces profesor de Sagrada Escritura en el Seminario San José de La Plata, logró publicar, desde los talleres de la Librería e Imprenta Guadalupe, su propia edición revisada y anotada del “Nuevo Testamento”.

Esta obra tenía la peculiaridad de que las numerosas glosas marginales en letras bastardillas de la edición de Torres ya no se hallaban más en la edición de Straubinger, más fiel a la Vulgata. El clérigo alemán continuó trabajando en una traducción de la Vulgata más libre de “viruelas”, como graciosamente solía llamar el P. Leonardo Castellani a las glosas en letras cursivas que llenan la edición Torres Amat.

En septiembre de 1944, publicó su edición de los “Evangelios”, ilustrada con 186 xilografías. La traducción, según el griego, le fue encargada a Straubinger con ocasión del IV Congreso Eucarístico Nacional Argentino. Llevaba prólogo del Cardenal Santiago L. Copello. Al año siguiente, el autor tenía traducidos los Hechos. En 1947, salieron a la luz las “Cartas de San Pablo”. Un año después, terminada la traducción del “Nuevo Testamento”, éste fue publicado en edición completa.

Straubinger, entonces, se dio a la tarea de traducir su “Antiguo Testamento”, vertiendo el Protocanon de acuerdo con el texto masorético hebreo-arameo, y el Deuterocanon de acuerdo a la Vulgata latina clementina; lo cual fue culminado de manera exitosa en el año de 1951.

Características de su obra

La traducción del texto de ambos Testamentos muestra cierta influencia de la Biblia Vulgata, a la cual el autor afirma expresamente haber seguido para la redacción del texto de los libros del Viejo Testamento no hallados en el texto masorético. El resto de los textos del Viejo Testamento ha sido retomado, de forma literal, y en cierto punto crítica, del texto masorético hebreo-arameo.

«Un juicio certero sobre la obra señala que: “El trabajo realizado con minuciosidad, refleja una buena crítica textual y una sólida exégesis. Desde el punto de vista estilístico el texto es correcto y claro.”» —Cita textual a Luis Fernando Figari en “La Biblia en castellano”, Lima, Perú, 1995

La traducción de Straubinger tomó muy seriamente en consideración numerosas versiones antiguas y modernas previas a sus trabajos, entre las que destacan las de Nácar-Colunga (1944) y Bover-Cantera (1947). Se distingue de ellas, sin embargo, debido a su mayor fidelidad a la tradición teológica católica, a su minuciosidad crítica, y, sobre todo, a su deseo de ofrecer un texto bíblico que resultara válido para la exégesis católica.

Sumamente especial ha resultado el énfasis que en todos los resquicios de este documento dejó plasmado Straubinger de su seria intención de poder proveer a todos sus lectores de un libro de texto dotado de la exégesis y de la erudición que permitiera a todos ellos acercarse de lleno a los escritos bíblicos, aun en circunstancias extremas de la ausencia de todo guía o maestro, o bien de todo grupo con el cual congregarse para estudiar la Biblia.

Y, consecuentemente, a través de los textos y lecciones que Straubinger legara a sus lectores en este documento, ha sido un maestro indiscutido para todos aquellos lectores solitarios asiduos al estudio y la lectura de sus lecciones bíblicas, en un discipulado pastoral que ha roto las barreras del tiempo y del espacio.

Merced a lo anterior, de hecho, esta Biblia se halla considerada como una de las mejores que hay en castellano, en cuanto a su calidad literaria, y a su fidelidad y literalidad textual, y debido al valor y vigencia de su exégesis bíblica y su crítica textual.

La traducción de Straubinger ha sido reeditada de forma continuada por las editoriales diocesanas de múltiples lugares de América Latina, e incluso en ediciones ecuménicas, entre las que destaca la Edición de Chicago, publicada en el año de 1971.

La calidad textual, y la fidelidad con que este documento transcribe los escritos hebreos y arameos del Viejo Testamento es tan elevada que, ésta, a su vez, ha sido muy tenida en consideración para la redacción y estilo de otras traducciones posteriores de muy alto nivel, tales como La Biblia de las Américas, transcrita por equipos de estudiosos de The Lockman Foundation.

Trabajos publicados

Notas

  1. De hecho, esta encíclica ha pasado a la historia como uno de los pocos documentos papales que son más conocidos por su nombre vernáculo, que por su original nombre en latín, así como en virtud del poderoso efecto que su temprana difusión en la lengua de un pueblo produjo entre los fieles. Por sus repercusiones, fue un hecho tan intenso y tan insólito que puede compararse con los hechos de otros destacados forjadores de la parte de historia del mundo fraguada en Alemania, tales como la Biblia de Lutero, o la imprenta de Gutemberg. Y muchos desconocen que este hecho histórico también fue propiciado por una aportación de Mons. Straubinger.