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La '''Revolución mexicana''' fue la segunda [[revolución social]] y política del [[siglo XX]], que inició en 1910 y terminó oficialmente en 1917 con la promulgación de la Constitución de 1917, si bien hubo conflictos internos y rebeliones armadas hasta la década de los treinta. El movimiento armado inició como una rebelión en contra de la dictadura de '''[[Porfirio Dí­az]]''', quien se mantuvo en el poder por 33 años.
La '''Revolución mexicana''' fue la segunda [[revolución social]] y política del [[siglo XX]], que inició en 1910 y terminó oficialmente en 1917 con la promulgación de la Constitución de 1917, si bien hubo conflictos internos y rebeliones armadas hasta la década de los treinta. El movimiento armado inició como una rebelión en contra de la dictadura de '''[[Porfirio Dí­az]]''', quien se mantuvo en el poder por 33 años.


== Histöria ==
== Historia ==
=== Antecedentes ===
=== Antecedentes ===
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Revisión del 23:52 19 mar 2010

Revolución mexicana
Fecha 1910 - 1917
Lugar México
Porfiriato Revolución mexicana México posrevolucionario

La Revolución mexicana fue la segunda revolución social y política del siglo XX, que inició en 1910 y terminó oficialmente en 1917 con la promulgación de la Constitución de 1917, si bien hubo conflictos internos y rebeliones armadas hasta la década de los treinta. El movimiento armado inició como una rebelión en contra de la dictadura de Porfirio Dí­az, quien se mantuvo en el poder por 33 años.

Historia

Antecedentes

Porfirio Díaz.

Porfirio Díaz, militar y político mexicano que había combatido durante la Intervención Francesa, había asumido la presidencia desde 1876[1]​ y para el final de su séptimo mandato, en 1910, había mantenido una dictadura de 34 años.[2]​ Durante los últimos años de su gobierno Díaz gozó de poca credibilidad y sus opositores se iban incrementando.[3]

Sociales

Huelga de Cananea, 1 de julio de 1906.

Durante el gobierno de Díaz existían numerosos latifundios, y el 80% de la población mexicana dependía del salario rural. Además, las tiendas de raya eran una práctica común en éstos lugares, en los que se otorgaban los salios de los trabajadores en mercancía. Mediante este sistema, se lograba que los trabajadores alcanzaran tal cantidad de crédito, que quedaban endeudados de por vida.[4]​ En el campo además actuaba el llamado"Cuerpo de Rurales", un cuerpo policíaco encargado de "resguardar la paz" en el campo, generalmente a través de métodos brutales. Otra práctica de este grupo era la leva, o reclutamiento obligatorio.[5]

En las ciudades, a partir de 1906 comenzaron a surgir una gran cantidad de movimientos obreros. Son representativas en este rubro las huelgas de Cananea y Río Blanco.[6]​ La respuesta del gobierno ante estos movimientos fue la de reprimirlos por medio de la fuerza militar.[6]

Diversos intelectuales luchaban por defender los derechos de la clase obrera, tal como el caso de Lázaro Gutiérrez de Lara, Sarabia y Ricardo Flores Magón, quien había alentado los movimientos obreros en Cananea y Río Blanco.[7]​ Uno de los medios de comunicación de ésta línea era el periódico Regeneración[6]​ (surgido en 1900).[8]​ Este movimiento intelectual se radicalizó finalmente, haciendo un llamado a las armas en el año de 1908.[8]

En términos generales la repartición de la riqueza en México era desigual. En 1910 menos del 1% de las familias en México poseían o controlaban cerca del 85% de las tierras cultivables.[9]

Económicos

A principios del siglo XX se comenzó con la explotación petrolera en México, aunque las concesiones se dieron a compañías extranjeras como Standard Oil y la Royal Dutch Shell.[10]​ Este proceso finalmente llevó al país a una transformación industrial. Inversionistas extranjeros, protegidos por el gobierno, invirtieron en industrias y explotación de materias primas, se impulsó la minería y fue modernizada la industria textil, lo que además impulsó el sistema ferroviario.[10]​ Para 1910, ya existían 24.000 kilómetros de líneas ferroviarias.[11]

Sin embargo, en 1907 se desató una fuerte crisis internacional en Estados Unidos y Europa, lo que llevó a una disminución de las exportaciones, se encarecieron las importaciones y se suspendieron créditos a industriales. La situación desató un fuerte desempleo, además de que disminuyeron los ingresos del resto.[12]

Una sequía que tuvo lugar en 1908 y 1909 afectó la producción agrícola,[13]​ se tuvo que importar maíz[13]​ por un valor de 27 millones de pesos.[10]​ Esta situación afectó a gran parte de la población, ya que el maíz era parte de la dieta del 85% de la población.[14]

Políticos

James Creelman, de la Pearsons Magazine, realizó una entrevista al presidente Díaz en 1908 donde éste último aseguraba que dejaría la presidencia al finalizar su término.

En 1908 la situación política del país comenzó a agitarse, al darse a conocer una entrevista que realizó James Creelman, de la Pearsons Magazine, al entonces presidente de México[5]​ el 18 de febrero de ese año.[15]

En dicha entrevista, Díaz aseguraba:

He esperado con paciencia el día en que el pueblo mexicano estuviera preparado para seleccionar y cambiar su gobierno en cada elección sin el peligro de revoluciones armadas y sin estorbar el progreso del país. Creo que ese día ha llegado.[15]

A partir de ese momento se comenzaron a formar diversos clubes antirreleccionistas en todo el país. El el Estado de Coahuila además surgió el libro La sucesión presidencial en 1910, donde su autor, un hacendado de nombre Francisco I. Madero, hace un análisis de la situación política mexicana y además critica el gobierno de Díaz, aunque de manera moderada.

A raíz de la entrevista de Creelman al presidente Díaz y de la aparición del libro de Madero, surgieron varios partidos políticos, algunos a favor del actual gobierno y otros completamente en contra.[16]​ Entre ellos se encontraban el Partido Democrático (en el que habían participado entre otros Benito Juárez Maza y Manuel Calero)[16]​ y los Reyistas (partidarios del General Bernardo Reyes), quienes fundaron el Club de Soberanía Popular,[17]​ aunque posteriormente el general fue eliminado de la planilla.

A final de cuentas, Díaz decidió postularse nuevamente para presidente junto con Ramón Corral para vicepresidente[18]​ y en 1909 se reorganizó el Club Reeleccionista, por parte de los miembros de la aristocracia, con la finalidad de promover su campaña.[18]​ Como contrapropuesta surgió el Centro Antirreleccionista, con Francisco I. Madero como figura central.[19]

Francisco I. Madero

Nacido en Parras, Coahuila, el 30 de octubre de 1873, hijo hacendado y nieto de antiguo gobernador de Coahuila, estudió en Francia (Versalles y París) por 5 años, tomando cursos de economía y comercio.[20]

Después de las declaraciones de Díaz en la entrevista de Creelman publicó un libro en el que hace un análisis de la situación política y al mismo tiempo critica el gobierno de Díaz. Posteriormente realizó tres giras para promover clubes antirreleccionistas estatales con miras a celebrar una convención anual en abril de 1910, en la que se constituiría el Partido Nacional Antirreeleccionista y se designarían los candidatos para las próximas elecciones.[21]​ Madero fue aprehendido por órdenes del juez de Distrito de San Luis Potosí mientras se encontraba en Monterrey,[22]​ acusado de incitar a la rebelión,[23]​ por lo que fue trasladado y confinado en la prisión del Estado. 45 días después fue puesto en libertad bajo fianza pero sin la posibilidad de salir del Estado. Es durante este periodo que se realizaron las elecciones presidenciales.[22]

Plan de San Luis

Las elecciones se realizaron el 26 de junio de ese año, resultando electos Díaz y Corral.[22]

En el mes de septiembre se llevaron a cabo numerosas celebraciones con motivo del centenario de la independencia. Para tal ocasión asistieron embajadores y ministros plenipotenciarios de diversos países que mantenían relaciones internacionales con el país: de España acudió el representante personal de Alfonso XIII, rey de España, el Marqués Camilo de Polavieja, quien llevó el uniforme de José María Morelos y Pavón para entregárselo al gobierno mexicano; por los Estados Unidos asistió el embajador especial Curtiss Guild, Carl Buenz embajador especial de Alemania, Chan Tin Fang, embajador de China, el Mayor general Enrique Loynaz de Cuba, y Paul Lafebre de Francia entre otros.[24]

El 6 de octubre Madero escapó de San Luis Potosí con destino a San Antonio (Texas), donde se reunió con sus familiares y partidarios. Allí redactó un documento conocido como Plan de San Luis, aunque el documento apareció fechado el 5 de octubre en San Luis Potosí.[22]​ El plan convocaba a la lucha armada,[23]​ declaraba nulas las elecciones para presidente, vicepresidente, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y diputados y senadores; se reconocía como presidente provisional y "Jefe de la Revolución" a Madero, y se insistía en reivindicaciones de carácter social para indígenas y obreros.[25]​ El Plan de San Luis señaló el 20 de noviembre como la fecha en que todos los mexicanos debían levantarse en armas contra el gobierno. Junto con este documento, Madero escribió un manifiesto dirigido al Ejército Federal, en el que se le exhortaba a unirse al movimiento revolucionario.[26]

"Conciudadanos:- No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombre libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria".- SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN.
San Luis Potosí, octubre 5 de 1910.- Francisco I. Madero[27]

Aquiles Serdán, político mexicano que había huido hacia Estados Unidos después de las elecciones, recibió el encargo por parte de Madero de organizar la revolución en Puebla, de donde era originario. El 18 de noviembre un grupo de policías acudió a su domicilio, donde guardaban las ramas. Aquiles y sus hermanos se resistieron, fueron rodeados por 400 soldados y 100 policías y al final fue muerto en el sótano.[28]

El día 19 Madero salió de Texas[27]​ y el 20 cruzó el río Bravo para volver a territorio mexicano, donde lo esperaban algunos ex militares y algunos pocos voluntarios civiles. Después de algunas escaramuzas de poca importancia, Madero regresó a los Estados Unidos para reorganizar el movimiento,[29]​ aunque no se dirigió hacia San Antonio, ya que se había dictado una orden de aprehensión en su contra allí. En su lugar, se trasladó a Nueva Orleans.[30]

A pesar de que la muerte de Serdán parecía un fracaso en el intento revolucionario, la lucha armada tuvo respuesta en el occidente de Chihuahua, no por parte de los antirreleccionistas, sino de la gente del pueblo y zonas rurales. Posteriormente se extendió a los estados vecinos de Sonora, Durango y Coahuila.[31]

Revolución Maderista

Garfias, 1997:26. Pascual Orozco y Francisco Villa en Chihuaha. José María Maytorena, Eulalio Gutierrez y Luis Gutierrez en Coahuila. Jesús Agustín Castro en Gómez Palacio, Durango Cesáreo Castro en Cuatro Ciénegas, Coahuila. José de la Luz Blanco en Cuchillo Parado, Chihuahua. Hermanos Figueroa en Guerrero. Emiliano Zapata en Morelos. El 20 de noviembre, fecha proclamada para comenzar la Revolución mexicana, tuvieron lugar 13 levantamientos: ocho en Chihuahua, una en Durango, una en San Luis Potosí y tres en Veracruz.[30]

El primer encuentro entre revolucionarios y tropas federales tuvo lugar el 21 de noviembre en Ciudad Guerrero, Chihuahua, donde tropas de Pascual Orozco, seguidor de Abraham González,[32]​ se enfrentó contra el tercer regimiento caballería, al mando del capitán Salvador Ormachea.[33]​ Orozco finalmente se apoderó de la ciudad el 30 de noviembre y partió hacia Pedernales (Chihuahua), donde derrotó a las tropas federales.[34]​ Para finales de ese mes, la lucha se había extendido a siete estados de la república.[30]

El 15 de diciembre de 1910, Francisco Villa fue desalojado de San Andrés por tropas federales, al mando del teniente coronel Agustín Martínez. Posteriormente se enfrentó contra el general Navarro y decide retirarse a Parral (Chihuahua).[34]

Díaz tomó el control el ejército federal desde la capital y ordenó al general Navarro retomar Ciudad Guerrero con ayuda del 20° batallón de infantería.[34]​ Los revolucionarios y federales se enfrentaron en el cañón Mal Paso, donde los seguidores maderistas tuvieron que retirarse después de seis horas de combate. Un par de días después, tras cuatro horas y media de combate, logran vencer los revolucionarios.[35]​ Díaz ordenó que se reforzaran las tropas de Navarro, quien entró a Ciudad Guerrero el 6 de enero sin combatir, pues la ciudad había sido abandonada.[35]

En Zacatecas Luis Moya se levantó en armas, venciendo posteriormente a las tropas federales en Aguaje (Durango). Poco después tomó la plaza de San Juan de Guadalupe, en ese mismo estado. Salvador Alvarado y Juan Cabral tomaron las armas en el estado de Sonora, tomando los poblados de Cuquiarachi, Frontera y Bacoachi. Severiano Talamantes por su parte hizo lo mismo en Sahuaripa. Praxedis Guerrero se sublevó en Janos, en el estado de Chihuahua, pero fue muerto por las tropas federales.[35]

Madero regresa al país

Madero decidió regresar a México y entró por Zaragoza, al sureste de Ciudad Juárez, el 14 de febrero de 1911 acompañado de algunos seguidores, colaboradores, y su hermano Gustavo, para asumir el liderazgo del movimiento armado, mejorando su organización y permitiéndoles poder atacar poblaciones de mayor tamaño.[36]​ Madero, al frente de unos 800 irregulares, decidió atacar Casas Grandes, Chihuahua, el 6 de marzo. Madero y su tropa resultaron derrotados por el 18° batallón de infantería, al mando del coronel Agustín Valdéz. Incluso, el mismo Madero resultó herido en un brazo.[37]​ Paralelamente, surgieron más movimientos en el país, como en los estados de Guerrero y Morelos,[36]​ extendiéndose el conflicto a prácticamente todo el territorio mexicano.[30]

Madero se retiró para reorganizar sus fuerzas y recibió el apoyo de Pascual Orozco y Francisco Villa, quienes operaban en Chihuahua. Con poco más de 1.500 soldados, Madero quiso atacar la capital del estado pero posteriormente decidió atacar Ciudad Juárez, ciudad fronteriza con los Estados Unidos.[38]

Ante la situación, Porfirio Díaz tomó varias medidas desesperadas como suspender las garantías individuales. Además, ante la noticia de que los Estados Unidos estaban reuniendo su ejército en la frontera, intentó negociar un acuerdo de paz.[39]

Pláticas entre maderistas y el gobierno

Francisco Madero padre y Gustavo, hermano de Francisco, se reunieron con José Ives Limantour, Ministro de Hacienda y Crédito Público, en Nueva York. Durante el encuentro le entregaron una propuesta de la Junta Revolucionara donde se pedía al gobierno la adopción de la no reelección, la renuncia el vicepresidente Corral, la democratización del gobierno y que se garantizara la libertad política.[40]

A su regreso a la capital Limantour convenció a Díaz de hacer cambios en su gabinete, por lo que todos, a excepción de dos, fueron reemplazados. Además, Díaz envió al Congreso una iniciativa de ley para prohibir la reelección. Dichos cambios resultaron insuficientes para Madero, quien siguió insistiendo en la renuncia de Días y Corral.[40]

Las negociaciones entre maderistas y el gobierno continuaron, buscando llegar a un arreglo en el que Díaz siguiera en el poder. Representantes del porfirismo ofrecieron incluso la renuncia de Corral, la facultad a los maderistas de nombrar cuatro ministros del gabinete y catorce gobernadores. Madero dispuesto a aceptar pero sus colaboradores se opusieron, por lo que al final se rompieron las negociaciones.[40]

Desde el 11 de abril Madero y sus tropas habían establecido un cuartel general cerca de Ciudad Juárez, en los márgenes del río Bravo y se pactó un armisticio.[41]

El 7 de mayo el presidente Díaz declaró el el diario La Nación el siguiente manifiesto:

Mexicanos:

La rebelión iniciada en Chihuahua en noviembre del año próximo pasado y que paulatinamente ha ido extendiéndose, hizo que el gobierno que presido acudiese, como era de su estricto deber, a combatir en el orden militar el movimiento armado[...]

Algunos ciudadanos patriotas y de buena voluntad ofreciéronse espontáneamente a servir de mediadores con los jefes rebeldes; y aunque el gobierno creyó no deber iniciar negociación alguna, porque habría sido desconocer los títulos legítimos de su autoridad, dio oídos a las palabras de paz, manifestando que escucharía las proposiciones que se le presentaran.

El resultado de esa iniciativa privada fue[...] que se concertara una suspensión de hostilidades entre el General Comandante de las fuerzas federales en Ciudad Juárez y los jefes alzados en armas que operan en aquella región, para que durante la tregua conociera el gobierno las condiciones o bases a que había de sujetarse el restablecimiento del orden[...]

La buena voluntad del gobierno y su deseo manifiesto de hacer concesiones amplias y de dar garantías eficaces de la oportuna ejecución de sus propósitos, fueron interpretados, sin duda, por los jefes rebeldes como debilidad o poca fe en la justicia[...] ello es que las negociaciones fracasaron por la exorbitancia de la demanda previa [...]

Por último, hacer depender la presidencia de la República[...] de la voluntad o del deseo de un grupo más o menos numeroso de hombres armados, no es, por cierto, restablecer la paz[...]

El Presidente de la República[...] se retirará, sí, del poder, cuando su conciencia le diga que al retirarse, no entrega el país a la anarquía y lo hará en la forma decorosa[...]

El fracaso de las negociaciones de paz tal vez traerá consigo la renovación y la recrudescencia en la actividad revolucionaria.
Manifiesto de Porfirio Díaz en La Nación, 7 de mayo de 1911.[42]

Como resultado, el día siguiente se reanudaron las hostilidades, desde las trincheras de un bando hacia otro.[41]

Toma de Ciudad Juárez

Fotografía de los vencedores de la Toma de Ciudad Juárez.

Ciudad Juárez estaba defendida por el general Juan Navarro -al mando de las tropas- y el Coronel de infantería Manuel Tamborrell -a cargo de la guarnición-. Los revolucionarios, bajo las órdenes de Orozco y Villa y desobedeciendo las órdenes de Madero, atacaron la guarnición de ciudad Juárez el 8 y 9 de mayo, y pasaron sus trincheras. Madero intentó infructuosamente detener los ataques pero fue incapaz de hacerlo.[41]​ Más rebeldes se fueron uniendo al ataque paulatinamente, por lo que finalmente Madero dio la orden de atacar al resto de las tropas.

Las tropas revolucionarias finalmente tomaron la plaza el día 10, y el general Navarro decidió rendir sus tropas. Madero entonces, de acuerdo al Plan de San Luis, fue nombrado presidente provisional y constituyó su consejo de Estado, en el que incluía entre otros a Venustiano Carranza, Gustavo su hermano y José María Pino Suárez, entre otros.[43]

El 17 de mayo se firmó un armisticio de cinco días aplicable a toda la República mexicana. Al término de éste, se firmó un tratado de paz en dicha ciudad,[38]​ lo que dio fin a la revolución maderista.[41]

Tratados de Ciudad Juárez
Copia de cantos populares de la época en favor del maderismo. Se muestra la letra de una canción relatando la Toma de Ciudad Juárez.

El día 21 de ese mes[38]​ se firmó en esa misma ciudad un documento conocido como Tratados de Ciudad Juárez.[44]​ El documento decía lo siguiente:

Dicho documento decía lo siguiente:

En Ciudad Juárez, a los 21 días del mes de mayo de 1911, reunidos en el edificio de la Aduana Fronteriza los señores: licenciado Francisco S. Carvajal, representante del gobierno del señor general don Porfirio Díaz; doctor Francisco Vázquez Gómez, Francisco Madero padre y licenciado José María Pino Suárez, como representantes los tres últimos de la Revolución, para tratar de hacer cesar las hostilidades en todo el territorio nacional, y considerando:
  1. Que el señor general Porfirio Díaz ha manifestado su resolución de renunciar a la presidencia de la República antes de que termine el mes en curso.
  2. [...]que el señor Ramón Corral renunciará igualmente a la vicepresidencia[...]
  3. Que [...] el señor Francisco León de la Barra [...] se encargará interinamente del Poder Ejecutivo de la nación y convocará a elecciones [...]
  4. Que el nuevo gobierno [...] acordará lo conducente a las indemnizaciones por los perjuicios causados directamente por la Revolución [...]
Único: Desde hoy cesarán en todo el territorio de la República las hostilidades que han existido entre las fuerzas del general Díaz y las de la Revolución, debiendo éstas estar licenciadas a media[...] se vayan dando los pasos necesarios para restablecer y garantizar la paz y el orden público.
Tratados de Ciudad Juárez, 21 de mayo de 1911.[44]
Renuncia de Díaz

Porfirio Díaz se presentó frente a la Cámara de Diputados el 25 de ese mes, donde presentó su renuncia ante el pleno.[45]​ En dicho documento Díaz aseguraba:

A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.

Presente.
El Pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosamente me ha colmado de honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra de Intervención[...] se ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi presencia en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es causa de su insurrección.
No conozco hecho alguno imputable a mí que motivara ese fenómeno social; pero permitiendo, sin conceder, que pueda ser culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mi persona la menos apropósito para raciocinar y decir sobre mi propia culpabilidad.

En tal concepto[...] (v)engo ante la Suprema Representación de la Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la República[...]

El 31 de mayo, Díaz abordó en el puerto de Veracruz el barco de vapor Ipiranga con rumbo a Europa, donde permaneció en el exilio hasta el 2 de julio de 1915, fecha en que falleció.[3]

Interinato de León de la Barra

La renuncia tanto del presidente como del vicepresidente dejó en el gobierno al entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Francisco León de la Barra, como interino, quien tomó posesión el mismo 25 de mayo y se mantuvo en el poder alrededor de seis meses.[47]

De la Barra formó un gabinete plural en el que se incluyeron porfiristas, maderistas e independientes,[48]​ aunque esto ocasionó una grave crisis política, aunada además a la actitud que tomó Madero frente a los grupos revolucionarios, lo cual causó severas brechas. Además, el presidente interino y él mantuvieron un constante antagonismo.[47]

Conflicto con el Zapatismo

Auspiciado en los Tratados de Ciudad Juárez, León de la Barra intentó acelerar el proceso de licenciamiento de las tropas revolucionarias. El mayor opositor fue Emiliano Zapata, quien pedía que primero se cumpliera lo prometido por Madero en el Plan de San Luis en el rubro de restitución de tierras.[47]​ Ante la situación, Madero se encontró en medio de la postura del presidente interino y los hacendados del estado de Morelos y las tropas revolucionarias, las cuales pedían que se cumpliera lo prometido.[49]

Intentando conciliar, Madero se reunió con Zapata en Cuautla el 18 de agosto de 1911,[50]​ donde le prometió que resolvería el problema agrario a cambio de que las tropas zapatistas fueran licenciadas. Además le pidió que confiara en las negociaciones con el gobierno. De la Barra pareció estar de acuerdo con las peticiones de Zapata pero en lugar de continuar las pláticas ordenó al general Victoriano Huerta, quien se encontraba en el mismo estado de Morelos, reprimiera por la fuerza el movimiento zapatista. Madero tuvo que salir huyendo de vuelta a la Ciudad de México mientras que Zapata y algunos pocos de sus hombres huyeron hacia las sierras de Puebla y Guerrero. En un manifiesto proclamado poco después dirigido al pueblo de Morelos, Zapata acusaba a los "traidores científicos" de querer retomar el poder, aunque exculpaba totalmente a Madero. Además, proclamaba la existencia del Ejército Libertador del Sur.[49]

Divisionismo dentro del movimiento

Durante el interinato, Bernardo Reyes regresó al país, asegurando que tenía interés de unirse a la "revolución legalizada". En una reunión sostenida por Reyes, de la Barra y Madero, éste último le ofreció a Reyes el ministerio de Guerra, aunque, ante el descontento de los revolucionarios, el ofrecimiento se rompió.[51]

Otro conflicto se suscitó con los hermanos Vázquez Gómez. Emilio Vázquez Gómez fungía como ministro de Gobernación y abogaba por no licenciar las tropas revolucionarias, por lo que su relación con de la Barra no era cordial. El presidente le pidió a Madero que solicitara su renuncia,[51]​ la cual se hizo efectiva el 1 de agosto. Tres semanas después se promulgó el Plan de Texcoco, firmado por Andrés Molina Enríquez, el cual desconocía el gobierno del presidente de la Barra y llamaba a continuar la lucha armada. Como Consecuencia, Molina fue conducido a prisión.[52]

El 31 de octubre de 1911 además se proclamó el Plan de Tacubaya, firmado por Paulino Martínez, periodista de oposición y quien posteriormente se convirtió en ideologo del zapatismo. En dicho documento se aseguraba que el "Jefe de la Revolución" había traicionado sus propios principios asentados en el Plan de San Luis y lo acusaba de rodearse de miembros del antiguo régimen.[53]

Elecciones presidenciales

En medio de dichos conflictos se comenzó a preparar la elección próxima. Madero formó el Partido Constitucional Progresista, basado en el Antirreeleccionista y el Plan de San Luis, y el cual presentaba como fórmula a Madero en la presidencia y José María Pino Suárez para la vicepresidencia. El Partido Nacional Católico, fundado el 3 de mayo de 1911,[54]​ presentó también a Madero para la presidencia y de la Barra a la vicepresidencia.[55]​ El partido reyista por su parte proponía a Bernardo Reyes para la presidencia y el Partido Liberal Puro, que proponía a Emilio Vázquez Gómez.[56]

La elecciones se realizaron en el mes de octubre, resultando ganadores Francisco I. Madero a la presidencia (con el 99% de los votos)[56]​ y José María Pino Suárez a la vicepresidencia, dando inicio su mandato el 6 de noviembre.[57]

Madero llega a la presidencia

Durante este periodo de transición se modificó la constitución mexicana en sus artículos 78 y 109 el 27 de noviembre de 1911 prohibiendo la reelección del presidente y vicepresidente, aunque éste último podía postularse en el período inmediato.[58]​ Además, en diciembre de 1911 se formuló la ley electoral, misma que fue reformada el mayo de 1912. La instauración de dicha ley tenía como finalidad ampliar la libertad electoral, limitar la intervención estatal en las elecciones, y expandir el universo de electores, buscando una mayor igualdad electoral.[59]

Plan de Ayala

Dos días después de la toma de posesión de Madero, el presidente envió un representante a Morelos pidiendo que Zapata licenciara sus tropas. Zapata puso como condiciones que el gobernador del Estado, Ambrosio Figueroa fuera removido del cargo, retiro de las tropas federales, indulto y salvoconducto para los integrantes de su ejército y el establecimiento de una ley agraria que mejorara la calidad de vida en el campo. Madero rechazó las condiciones y envió al ejército a Villa de Ayala, donde establecieron un cerco y abrieron fuego con la intención de terminar con el movimiento. Zapata y sus hombres lograron huir al estado de Puebla, y el 28 de noviembre dieron a conocer el Plan de Ayala, documento redactado por Otilio Montaño y firmado por elementos del Ejército Libertador del Sur.[60]​ En dicho documento se acusó a Madero de haber impuesto al vicepresidente y los gobernadores de los estados en contra de la voluntad popular, se le acusaba de dictador y "en contubernio escandaloso con el partido científico, hacendados feudales y caciques opresores enemigos de la revolución". Además se reconocía como "Jefe de la Revolución" a Pascual Orozco y, en caso de que éste no aceptara, quedaría como jefe Emiliano Zapata.[61]

Al enterarse del Plan de Ayala Madero redobló los esfuerzos por terminar con el movimiento sin conseguirlo, lo que al mismo tiempo lo llevó a una mayor enemistad con los hacendados.[62]

Levantamiento de Pascual Orozco

La situación se complicó aún más, cuando Pascual Orozco, otro antiguo revolucionario, dio a conocer en marzo de 1912 su Plan de la Empacadora o Plan de Chihuahua, en el que también se desconocía a Francisco I. Madero y pedía reformas sociales. El norte de la República fue escenario de nuevas luchas, Orozco tuvo éxito al principio, pues derrotó a Francisco Villa mientras éste lo buscaba, pero fue derrotado al final por el Ejército Federal comandado por Victoriano Huerta y por las fuerzas rurales de Francisco Villa.

Movimientos contrarrevolucionarios

Rebeliones de Bernardo Reyes y Félix Diaz
Entromisión del embajador Henry Lane Wilson

La Decena Trágica

Durante esta época México vivió una situación turbulenta. Las fuerzas rebeldes abundaban en forma de guerrilla a lo largo de todo el territorio nacional, el gobierno era atacado severamente por la prensa y mostraba ciertos signos de debilidad. En medio de ese ambiente de desasosiego surgió un nuevo movimiento armado dirigido por el General Bernardo Reyes en la frontera Norte, pero el fracaso que resintió pronto le condujo a rendirse y fue tomado preso. Otro brote de oposición lo animó el General Félix Díaz, sobrino del antiguo Presidente que se sublevó en Veracruz, y que tras algunas vicisitudes fue derrotado y conducido a la penitenciaria de la Ciudad de México.

A pesar de que las tropas federales apoyaban a Madero, algunos militares se comunicaron con los dos presos y organizaron una revuelta que tendría por objeto la aprehensión del Presidente y Vicepresidente, y el establecimiento de una junta revolucionaria para reorganizar el gobierno. Los Generales Félix Díaz y Bernardo Reyes fueron liberados para que actuasen; Reyes se dirigió al Palacio Nacional, pero fue atacado por tropas federales leales y murió; el resto de los rebeldes se apoderaron de un recinto militar llamado “la Ciudadela”, y se atrincheraron en ella.

Niño Soldado

El Presidente Francisco I. Madero designó a Victoriano Huerta como comandante de la Plaza, en sustitución de Lauro Villar que había sido herido en los combates, y llamó a las tropas del General Felipe Ángeles de Cuernavaca, para sitiar la ciudadela y aprehender a los rebeldes.

Esta lucha, que se conoció después como la "Decena Trágica" se extendió del 9 al 19 de febrero de 1913, al final de la cual Huerta abandonó sus deberes y se unió a los sublevados mediante el Pacto de la Ciudadela y aprehendió a Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, quienes se vieron obligados a presentar sus renuncias ante el Congreso; éste las aceptó por 119 votos a favor y 8 en contra a pesar de estar formado por una mayoría maderista.

Tras la renuncia de Madero se nombró como presidente interino a Pedro Lascuráin, quién había fungido como ministro de Relaciones Exteriores. Su gestión se prolongó de las 10:34 a las 11 de la mañana de aquel día. Durante ese transcurso de tiempo nombró como ministro de Relaciones Exteriores a Huerta y renunció a la Presidencia, quedando Victoriano Huerta a cargo del poder.

Gobierno Huertista

General Victoriano Huerta

El Nuevo Presidente ostentó tal carácter del 19 de febrero de 1913 al 15 de julio de 1914. Fue reconocido por el Congreso, la Suprema Corte de Justicia, los gobernadores de los Estados –menos los de Sonora y Coahuila – y el Cuerpo Diplomático. Sin embargo, el país entró pronto en una etapa de gran conmoción política, por que la rebelión se propagó en contra de Victoriano Huerta, bajo la acción del Gobernador coahuilense, Venustiano Carranza, que, con otras personas, dio a conocer el Plan de Guadalupe de 26 de marzo de 1913, por lo que se desconocía el gobierno Huertista. Carranza, que ya estaba en actitud levantisca contra Francisco I. Madero; desconoció inicialmente a Victoriano Huerta, después lo reconoció como Presidente, pero al no llegar a un entendimiento con éste, se lanzó a una lucha definitiva contra él. Se formó un ejército llamado “Constitucionalista” y Venustiano Carranza quedó como su primer jefe. Mientras tanto Huerta, de conformidad con el Pacto de la Ciudadela, formó un primer gabinete con personajes destacados que le fueron impuestos, y entre los que estaban: Francisco León de la Barra, Alberto García Granados, Toribio Esquibel Obregón, Rodolfo Reyes y Jorge Vera Estañol, entre otros.

Huerta insistió entonces y aún después, en que su principal preocupación era la de que la nación se encauzase por los senderos de la paz, pero de hecho él mismo, por su política de fuerza y de atentados, estorbó el propósito y lo hizo impracticable. Y así, en el curso de 1913, fueron asesinados, el 19 de febrero, Gustavo Adolfo Madero y Adolfo Bassó Bertoliat; el 22 ocurrió lo mismo con Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, para lo cual se les sacó de la penitenciaría donde estaban confinados; y después: Abraham González, Edmundo Pastelín, Adolfo Gorrión, Serapio Rendón y Belisario Domínguez Palencia.

Este último, que era senador de Chiapas, pronunció un discurso en el que condenaba la violencia desatada, acusó a Victoriano Huerta de asesino, lo que, naturalmente, disgustó al régimen, y a consecuencia de él fue asesinado. El Congreso protestó con energía, y Victoriano Huerta dispuso que fuese disuelto y sus componentes aprehendidos y encarcelados. Huerta se deshizo igualmente de su primer gabinete y formó otro con elementos adeptos a él. Persuadido de que era inconveniente para su régimen convocar a elecciones presidenciales, las aplazó. Al fin se decidió a hacerlas, pero el nuevo Congreso las declaró nulas y Huerta continuó en el poder. El Partido Nacional Católico que no quiso prestarse a ser mero instrumento del gobierno, fue disuelto y algunos de sus jefes fueron apresados y mandados a San Juan de Ulúa.

Revolución Constitucionalista

Intervención norteamericana

Desembarco estadounidense en Veracruz.

En el campo internacional, el Presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft, no resolvió en definitiva si reconocer o no al gobierno de Victoriano Huerta, y dejó el problema a su sucesor, Woodrow Wilson, quién pronto comenzó a tener una intervención muy acentuada en los asuntos mexicanos. Quiso establecer las normas conforme a las cuales debía resolver la situación, y al efecto mandó a John Lind para indicarle a Victoriano Huerta cuál era el punto de vista del gobierno Estadounidense; pero el Ministro de Relaciones Exteriores de la administración huertista, Federico Gamboa, le indicó en forma terminante que no tenía derecho a inmiscuirse en la política nacional. Wilson se empeñó en prescribir cómo debían ser las elecciones; y continuó su política intervencionista de diversas maneras; entre otras, dispuso la neutralidad oficial de los Estados Unidos en la contienda mexicana, lo cual significaba que no podían venderse armas a ninguno de los dos rivales, ni al gobierno huertista ni a los revolucionarios; pero en la práctica, y mediante disfraces, los revolucionarios si recibían armas que adquirían de algunos norteamericanos. Extremada su actitud en contra de Huerta, que se mostró siempre reacio a admitir sus indicaciones, Wilson puso en marcha una amplia campaña diplomática para impedir que otros gobiernos extranjeros reconocieran la administración mexicana, ni se le concedieran empréstitos. Más aún, cuando la Alemania había vendido casquillos de balas a Victoriano Huerta, Wilson pretextó un ultraje a la bandera norteamericana (Incidente de Tampico), y ordenó que la infantería de Marina norteamericana ocupara el puerto de Veracruz (Ocupación estadounidense de Veracruz), como en efecto lo hizo el 21 de abril del mencionado año, pese a la resistencia del pueblo y de los cadetes de la Escuela Naval Militar. Mediante esta maniobra, el barco alemán Ipiranga, donde venía el cargamento, no pudo desembarcar los materiales para entregarlos a las autoridades huertistas. Como es natural, todo ello favoreció a la causa constitucionalista en gran manera.

Triunfo Revolucionario

Tropas Federales a la espera de Francisco Villa en la Ciudad de Torreón

Las tropas Rebeldes, dirigidas por el Primer Jefe, Venustiano Carranza, se dividieron en tres porciones principales que fueron: el Ejército del Noreste, mandado por el General Pablo González Garza; el Ejército del Norte, mandado por Francisco Villa; y el del Noroeste encabezado por Álvaro Obregón. Poco a poco las líneas de resistencia de los federales se fueron doblegando. González avanzó hasta ocupar Tampico y Monterrey, Villa causó las más serias derrotas a los federales al tomar los estados de Chihuahua, Coahuila y Zacatecas –con hechos de armas sangrientos encabezados por Rodolfo Fierro quién fue el principal culpable de éstos, sobre todo en las tomas de Torreón y Zacatecas-, y Álvaro Obregón que adelantó sus fuerzas por las costas del Pacífico, hasta ocupar Guadalajara a mediados de 1914. La lucha era fuertemente dramática en aquellas zonas, mientras que ardía el Sur con la Rebelión Zapatista. En este ambiente de notable violencia, los gobiernos que formaron el grupo ABC –Argentina, Brasil y Chile- fueron invitados a servir como mediadores entre los rivales mexicanos, y concurrieron para ello a las Conferencias de Niagara Falls, en las cuales los estadounidenses se convirtieron en los voceros de los Carrancistas y señalaron que era indispensable que Victoriano Huerta dejara el poder. En tales términos, Huerta, comprendiendo que su causa estaba perdida, renunció y quedó como presidente el Licenciado Francisco Carvajal, quién ostentó el cargo del 15 de julio al 13 de agosto de 1914, y se esforzó por que hubiera un gobierno equilibrado y se evitara un desastre nacional, pero los carrancistas y los estadounidenses se mostraron intransigentes y Carvajal abandonó el poder. Algunos funcionarios del régimen se entrevistaron con Álvaro Obregón, y celebraron los Tratados de Teoloyucan, en los que se convino la entrega de la Ciudad de México y la disolución del Ejército Federal, que siempre había sido Porfirista.

El 15 de agosto de 1915, las primeras fuerzas revolucionarias ocuparon la Capital, y Obregón quedó como autoridad principal. Este, entre otras cosas, dispuso la ocupación de varios templos y la aprehensión de los sacerdotes del Arzobispado de México para exigirles medio millón de pesos, que no entregaron porque no los había: a resultas de ello, decretó la expulsión de los sacerdotes extranjeros, a los mexicanos los amagó de muerte, y a algunos los envió a Veracruz, quedando libres al final, logrando así oposición con viejos miembros del Partido Católico que presidía Rafael Ceniceros y Villareal. En general, la acción en el área carrancista fue, en muchos sitios antirreligiosa. En Durango, Obregón tomó para así el anillo pastoral del Obispo, cuando este no pudo darle el dinero que se pedía, y se le obligo a barrer las calles. En muchos lugares muchos sacerdotes fueron expulsados o reducidos a prisión, pena de muerte a ellos en San Luis Potosí, cierre de Colegios Católicos, muerte por confesión, quema de confesionarios, esta acción persecutoria, no fue impulsada por Venustiano Carranza, sino por las ideas de Alvaro Obregón, que finalmente serían seguidas por Plutarco Elías Calles, que en ese tiempo ya era General y que originarían la Guerra Cristera. En cambio, en el campo zapatista, no existieron estas persecuciones.

El Constitucionalismo

Desaparecido el régimen Huertista, quedaron triunfantes los elementos revolucionarios, pero no hubo entre ellos paz ni armonía pues entre Venustiano Carranza y Emiliano Zapata no hubo entendimiento, como tampoco lo hubo con Francisco Villa, puesto que Carranza le pedía a Zapata que lo reconociera como presidente y cesara la lucha, Zapata aceptaba siempre y cuando Carranza aceptara el Plan de Ayala, y Villa se encontraba en la misma situación pues estaba dispuesto a reconocer su autoridad siempre y cuando se acepte como objetivo principal del nuevo gobierno la repartición de tierras, pero nada se resuelve puesto que Carranza creía que los hacendados tenían derechos por las leyes y que a estos no era posible quitarles sus propiedades a quienes no tenían derecho, a pesar de no hacer nada ante los robos que los carrancistas hacían para hacerse hacendados revolucionarios. Venustiano Carranza entonces decide enviar a Alvaro Obregón a convencer a Francisco Villa, pero tratando Obregón de atacar a las tropas Villistas por un lado y lograr una alianza por el otro, es descubierto por Villa y este manda fusilarlo, pero Serrano y Raúl Madero evitan que Obregón sea fusilado aceptando las condiciones de Villa y firman un acuerdo, logrando escapar a Chihuahua y a medio camino Villa recibe un telegrama de Venustiano Carranza en donde éste rechaza el acuerdo, Villa persigue a Obregón pero ya no lo alcanza y rompe definitivamente con Carranza.

Francisco Villa y sus Dorados

En esta situación algunos revolucionarios convocaron a una convención, en octubre de 1914, para hallar una fórmula que conciliara los distintos intereses y evitara una ruptura peligrosa entre los triunfadores. Sus primeras secciones tuvieron lugar en la Capital y las posteriores y más importantes, pues englobaron a los 4 combatientes, fueron las que tuvieron lugar en Aguascalientes por lo que se conoce como Convención de Aguascalientes. En la convención se decide invitar a los Zapatistas, con voz pero sin voto, ahí se encuentran por fin zapatistas y villistas que descubrieron ahí sus similitudes. Los primeros 15 días transcurrieron con discursos en donde se exponían los diversos puntos de vista hasta que llegan los Zapatistas a la convención, se estudian los diversos postulados y se aprueba el Plan de Ayala. Pero los convencionistas no sólo obtuvieron el visto bueno de todos los demás pues la unión Villa-Zapata logra mayoría, sino que además convencen a algunos obregoncistas y carrancistas con lo que la división se ahondó al nombrarse por ellos Presidente a Eulalio Gutiérrez Ortiz, un Villista, quién tomó el cargo el 3 de noviembre de 1914 y lo abandonó el 28 de mayo de 1915, en franca oposición a Carranza. Las tropas convencionistas obligaron a Venustiano Carranza a salir de la Capital y tomar el rumbo de Veracruz, en donde logró establecerse y aún disponer de tiempo para expedir unas leyes de particular importancia, como fueron, entre otras, la Ley de Relaciones Familiares, la Reforma del Municipio; la Ley de 6 de enero de 1915, que promovía la reforma agraria; algunas de protección a los obreros y otras. Gutiérrez dejó la Presidencia en pugna con Villa pues le negó toda ayuda a Emiliano Zapata y se pasó al bando obregoncista. Entre tanto, se hizo cargo de ella el General Roque González Garza del 18 de enero de 1915 al 10 de junio del mismo año, quién tuvo el apoyo de villistas y de zapatistas, pero se vio envuelto en multitud de problemas políticos, militares y de abastecimiento de alimento a la Ciudad de México, que sufrió una temporada de hambre por la carencia de bastimentos. Fue sucedido por el licenciado Francisco Lagos Cházaro del 10 de junio de 1915 a enero de 1916, y quién tuvo una autoridad más aparente que real, pues Zapata y Villa, aunque decían reconocerlo, de hecho actuaban por su propia cuenta. Las diferencias entre Villa y los carrancistas se agravaron cada vez más. La lucha tomó caracteres muy vivos cuando Carranza envió a la guerra contra Francisco Villa a Álvaro Obregón, y dentro de ella destacaron los combates en la región de Celaya (Batalla de Celaya) y León, en donde los villistas fueron deshechos por Alvaro Obregón que implementó nuevas técnicas inventadas en Europa, la “Guerra de Trincheras”. Vencidos los hombres de Villa y capturados muchos de ellos, 200 oficiales villistas fueron asesinados con ametralladoras por los carrancistas además de las derrotas en Aguascalientes, Durango y Naco, Sonora que obligaron a Villa a refugiarse en Chihuahua.

Defensa Revolucionaria

Reducido a Jefe de grupos poco numerosos, en Chihuahua, Villa se reorganizó y siguió dando guerra en ese estado como guerra de guerrillas. En octubre de 1915, los Estados Unidos reconocieron como único gobierno al de Venustiano Carranza, pese a que, de acuerdo con las leyes mexicanas el legítimo era el de la Convención de Aguascalientes. Indignado por el reconocimiento, Villa, con 400 hombres atacó la población de Columbus, Nuevo México (Batalla de Columbus) tomándola por unas horas y dio muerte a americanos en Santa Isabel, Chihuahua. Las tropelías villistas dieron lugar a que Woodrow Wilson con el permiso de Venustiano Carranza enviase al suelo Mexicano a una Expedición Punitiva comandada por el General John J. Pershing al mando de 12 regimientos, caballería y fuerzas aéreas que resultó infructuosa porque nunca dio con Francisco Villa, Tropas carrancistas y estadounidenses buscaron al guerrillero por todas partes pero nunca lo encontraron y en las dos batallas que enfrentaron contra los villistas durante los seis meses de búsqueda fueron derrotados en el Parral por villistas y en el Carrizal por tropas carrancistas que no dejaron pasar a las tropas estadounidenses al lugar por mandato. Las Tropas Villistas al mando de Francisco Villa en ese tiempo recuperaron mucha parte de su ejército y volvieron a tomar Chihuahua exitosamente, aunque sólo por momentos.

Presidencia de Carranza y Constitución de 1917

Venustiano Carranza.

Por ese entonces se convocó a un Congreso Constituyente en la Ciudad de Querétaro, al que concurrieron diputados de todo el país, aunque hay quienes afirman que fueron deliberadamente excluidos los adversarios ideológicos del carrancismo. Los integrantes de este Congreso Constituyente se aplicaron a elaborar la nueva Constitución Federal, que en cierto modo siguió muchos principios de la anterior, la de 1857, aunque en no pocos artículos se introdujeron reformas, o se establecieron principios completamente nuevos, sobre todo en lo referente a la reforma agraria, que impulsó la desaparición del régimen feudal pre-existente y la consecuente distribución de la tierra. Del mismo modo se plasmaron cambios radicales en lo que ve a la protección de la clase obrera. Los aspectos educativo y de la laicisidad del estado mexicano, también fueron introducidos en el texto constitucional. El Proyecto original de la Constitución estuvo redactado por los diputados José Natividad Macías, Félix F. Palavicini, Luis Manuel Rojas, Alfonso Cravioto, Manuel Andrade y Juan N. Frías, pero en el curso del debate, el contenido fue modificado hasta alcanzar su forma final, que fue promulgada el 5 de febrero de 1917.

Entre sus normas fundamentales, pueden mencionarse las siguientes:

  • El Artículo 1º estableció el otorgamiento de “garantías” o derechos individuales a toda clase de personas.
  • El Artículo 2 prohibió la esclavitud.
  • El Artículo 3 estableció la educación laica para escuelas oficiales y particulares.
  • El Artículo 4 consagró la libertad de trabajo.
  • El Artículo 5 prohibió los votos religiosos y el establecimiento de órdenes religiosas.
  • El Artículo 7 prescribió la libertad de imprenta.
  • El Artículo 24 estableció la libertad de creencias, pero prohibió todo acto de culto externo fuera de los templos o de las casas particulares.
  • El Artículo 27 estableció el antiguo principio español del dominio de la nación sobre subsuelo. Consagró el reparto de la tierra; y perpetuó la nacionalización de los bienes eclesiásticos y prohibir la existencia de colegios eclesiásticos, conventos, obispados y demás.
  • El Artículo 39 consagró el principio de la soberanía nacional.
  • El Artículo 40 señalo que el régimen del gobierno era el de una república representativa, democrática y federal.
  • El Artículo 49 dividió el ejercicio del Supremo Poder de la Federación en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
  • El Artículo 50 indicó que el Poder Legislativo se formaría por un Congreso con dos Cámaras, una cámara alta y otra baja, es decir, una de senadores y otra de diputados.
  • El Artículo 80 consagró como depositario del Poder Ejecutivo al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
  • El Artículo 94 puso las bases del poder Judicial de la Federación.
  • El Artículo 107 consagró el “Juicio de Amparo”.
  • El Artículo 115 puso las bases del municipio libre.
  • El Artículo 123 es la base del Derecho Social mexicano; estableció un régimen de protección a la clase trabajadora.

Plan de Agua Prieta y muerte de Carranza

Consecuencias

Legado

En la cultura popular

Véase también

Referencias

Notas

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  2. Aunque Manuel González fue presidente entre 1880 y 1884, algunos escritores e historiadores coinciden en que Díaz dictaba en la política nacional. Cumberland, 1991:11.
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Bibliografía

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Enlaces externos