Diferencia entre revisiones de «Sanedrín»

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== Juicios de Jesús y de sus discípulos ==
== Juicios de Jesús y de sus discípulos ==


Con excepción de los [[sábado]]s y los días sagrados, el Sanedrín se juntaba todos los días en su sala de reuniones. Las sesiones se extendían desde la hora del sacrificio matinal hasta la ofrenda de la tarde, así que solo se celebraban juicios durante el día. Además, como las sentencias de muerte no se dictaban el mismo día del juicio, sino el siguiente, estos casos no se juzgaban la víspera de un sábado ni de una fiesta. También se advertía seriamente a los testigos sobre la gravedad de derramar sangre inocente. En vista de lo anterior, hubiera sido ilegal condenar a Jesús en un juicio nocturno celebrado en la casa de [[Caifás]] la víspera de una fiesta, como lo asegura el Nuevo Testamento; y es por esto improbable que así haya ocurrido.(Mateo 26:57-59; Juan 11:47-53; 19:31).
Con excepción de los [[sábado]]s y los días sagrados, el Sanedrín se juntaba todos los días en su sala de reuniones. Las sesiones se extendían desde la hora del sacrificio matinal hasta la ofrenda de la tarde, así que solo se celebraban juicios durante el día. Además, como las sentencias de muerte no se dictaban el mismo día del juicio, sino el siguiente, estos casos no se juzgaban la víspera de un sábado ni de una fiesta. También se advertía seriamente a los testigos sobre la gravedad de derramar sangre inocente. En vista de lo anterior, fue ilegal condenar a Jesús en un juicio nocturno celebrado en la casa de [[Caifás]] la víspera de una fiesta. Peor aún, los propios jueces buscaron testigos falsos y convencieron a [[Pilato]] para que ordenara la ejecución de Jesús (Mateo 26:57-59; Juan 11:47-53; 19:31).


De acuerdo con el [[Talmud]], los juicios que implicaban la [[pena de muerte]] no se celebraban de forma apresurada, pues los jueces hacían todo lo posible por salvar al acusado.
De acuerdo con el [[Talmud]], los juicios que implicaban la [[pena de muerte]] no se celebraban de forma apresurada, pues los jueces hacían todo lo posible por salvar al acusado. Sin embargo, [[Esteban]] —al igual que [[Jesús]] antes que él— no tuvo un juicio de este tipo, ya que fue apedreado por una multitud inmediatamente después de presentar su defensa ante el Sanedrín. El [[apóstol Pablo]] habría muerto en las mismas circunstancias, si no hubiera sido por la intervención de los romanos. De hecho, fueron los propios jueces del Sanedrín quienes conspiraron para matarlo (Hechos 6:12; 7:58; 23:6-15).
No obstante, al parecer algunos miembros del Sanedrín sí tenían principios. Es posible que el joven gobernante judío que abordó a Jesús perteneciera a este alto tribunal. Y aunque sus riquezas fueron un obstáculo insalvable para él, debió de tener buenas cualidades, pues Jesús lo invitó a ser su seguidor (Mateo 19:16-22; Lucas 18:18, 22).


El temor a lo que otros jueces pensaran pudo ser la razón por la que [[Nicodemo]] —“un gobernante de los judíos”— visitó a Jesús al amparo de la noche. Aun así, lo defendió ante el Sanedrín con este argumento: “Nuestra ley no juzga a un hombre a menos que primero haya oído de parte de él y llegado a saber lo que hace, ¿verdad?”. Además, tras la muerte de Jesús, donó “un rollo de [[mirra]] y [[áloe]]s” con el fin de preparar el cuerpo para su [[entierro]] (Juan 3:1, 2; 7:51, 52; 19:39).
Es por esto que la hipótesis propagada por la Iglesia durante siglos, de que fueron los gobernantes judíos quienes mataron, o provocaron la muerte, de Cristo, ha ido perdiendo fuerza y veracidad histórica. No solamente no está apoyada en ningún dato histórico objetivo que la avale, sino que va en contra de lo que se conoce acerca del accionar del Sanhedrin y de su práctimante nula injerencia en las decisiones del imperio romano.


[[José de Arimatea]], quien también formaba parte del Sanedrín, tuvo el valor de pedir a [[Pilato]] el cuerpo de Jesús para enterrarlo en una tumba nueva de su propiedad. José “esperaba el reino de Dios”, aunque por temor a los judíos no se identificaba como discípulo de Jesús. Con todo, hay que decir en su favor que no apoyó con su voto el complot del Sanedrín para matar a Jesucristo (Marcos 15:43-46; Mateo 27:57-60; Lucas 23:50-53; Juan 19:38).
Esta mentira sostenida por la iglesia, ha provocado matanzas salvajes e indiscriminadas a lo largo de la historia, de las que todos los cristianos debemos avergonzarnos y sumarnos al pedido de perdón que hiciera Juan Pablo II.

Otro miembro del Sanedrín llamado [[Gamaliel]] aconsejó con [[sensatez]] a sus compañeros que dejaran de hostigar a los discípulos de Jesús. “De otro modo —dijo—, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente contra Dios.” (Hechos 5:34-39.)

En vez de creer en los milagros del Hijo de Dios, los miembros del Sanedrín razonaron: “¿Qué hemos de hacer, porque este hombre ejecuta muchas señales? Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación” (Juan 11:47, 48). En efecto, su [[ambición]] de poder les cegó el [[juicio]]. De igual modo, en vez de alegrarse por las curaciones que efectuaban los discípulos de Jesús, “se levantaron llenos de [[celo]]s” (Hechos 5:17). Tenían que ser jueces justos y temerosos de Dios, pero en lugar de eso se volvieron individuos corruptos y deshonestos (Éxodo 18:21; Deuteronomio 16:18-20).


== Desaparición ==
== Desaparición ==


En el año [[70]] de nuestra era, los romanos destruyeron el gran templo de jerusalem. De este modo, el Sanhedrin perdió vigencia y los judíos tuvieron que partir nuevamente al exilio. Recién en 1948 con la creación del Estado de Israel, lograron recuperar la tierra que les fue arrebatada.
En el año [[70]] de nuestra era, los romanos destruyeron [[Jerusalén]] y su templo. De este modo, se derrumbó todo el sistema de cosas judío y, con el tiempo, desapareció el propio Sanedrín.





Revisión del 21:15 13 abr 2010

El Sanedrín (סנהדרין) era, en el Antiguo Israel, una asamblea o consejo de sabios estructurado en 23 jueces en cada ciudad judía. A su vez, el Gran Sanedrín era la asamblea o corte suprema de 71 miembros del pueblo de Israel.

El Sanedrín constaba de 71 miembros: el sumo sacerdote y 70 hombres prominentes de la nación. En tiempos de los romanos, lo componían tres grupos: la aristocracia sacerdotal (fundamentalmente saduceos), la aristocracia laica y los instruidos escribas del grupo de los fariseos. La aristocracia sacerdotal, apoyada por la nobleza laica, estaba al frente del tribunal. Los saduceos eran conservadores, mientras que los fariseos eran liberales y, en su gran mayoría, plebeyos con mucha influencia sobre el pueblo. Según el historiador Josefo, los saduceos se plegaban a las exigencias de los fariseos, a veces a regañadientes. Por eso, Pablo pudo sacar partido de la rivalidad y las diferencias doctrinales de estas dos facciones para defenderse ante el Sanedrín (Hechos 23:6-9).

El Sanedrín funcionaba como un cuerpo judicial cuya jurisdicción no se limitaba solamente a asuntos religiosos sino que también actuaba en el ámbito civil. Funcionó durante la época de la dominación romana de Israel, desde la etapa final del Segundo templo de Jerusalén hasta el siglo V. Estaba dirigida por un sumo sacerdote.

Tenía competencias sobre la doctrina religiosa judía, establecer el calendario de fiestas y regular la vida religiosa del país. Como gobierno político, elaborar y aprobar las leyes, verificar el cumplimiento del marco legal y juzgar los delitos. Estos poderes estaban limitados por las autoridades romanas. Así por ejemplo, si el Sanedrín condenaba a muerte a una persona, no podía aplicarse la sentencia sin la autorización del gobernador o procurador romano.

Se sabe que en el Gran Sanedrin existían tres partidos: los saduceos, los fariseos y los zelotes.

De acuerdo con la Misná, el Sanedrín era el único tribunal con autoridad para atender asuntos de importancia nacional, tratar con jueces que cuestionaban sus decisiones y juzgar a falsos profetas. Así pues, Jesús y Esteban comparecieron ante el Sanedrín acusados de blasfemar; Pedro y Juan, de subvertir el orden social; y Pablo, de profanar el templo (Marcos 14:64; Hechos 4:15-17; 6:11; 23:1; 24:6).

Juicios de Jesús y de sus discípulos

Con excepción de los sábados y los días sagrados, el Sanedrín se juntaba todos los días en su sala de reuniones. Las sesiones se extendían desde la hora del sacrificio matinal hasta la ofrenda de la tarde, así que solo se celebraban juicios durante el día. Además, como las sentencias de muerte no se dictaban el mismo día del juicio, sino el siguiente, estos casos no se juzgaban la víspera de un sábado ni de una fiesta. También se advertía seriamente a los testigos sobre la gravedad de derramar sangre inocente. En vista de lo anterior, fue ilegal condenar a Jesús en un juicio nocturno celebrado en la casa de Caifás la víspera de una fiesta. Peor aún, los propios jueces buscaron testigos falsos y convencieron a Pilato para que ordenara la ejecución de Jesús (Mateo 26:57-59; Juan 11:47-53; 19:31).

De acuerdo con el Talmud, los juicios que implicaban la pena de muerte no se celebraban de forma apresurada, pues los jueces hacían todo lo posible por salvar al acusado. Sin embargo, Esteban —al igual que Jesús antes que él— no tuvo un juicio de este tipo, ya que fue apedreado por una multitud inmediatamente después de presentar su defensa ante el Sanedrín. El apóstol Pablo habría muerto en las mismas circunstancias, si no hubiera sido por la intervención de los romanos. De hecho, fueron los propios jueces del Sanedrín quienes conspiraron para matarlo (Hechos 6:12; 7:58; 23:6-15). No obstante, al parecer algunos miembros del Sanedrín sí tenían principios. Es posible que el joven gobernante judío que abordó a Jesús perteneciera a este alto tribunal. Y aunque sus riquezas fueron un obstáculo insalvable para él, debió de tener buenas cualidades, pues Jesús lo invitó a ser su seguidor (Mateo 19:16-22; Lucas 18:18, 22).

El temor a lo que otros jueces pensaran pudo ser la razón por la que Nicodemo —“un gobernante de los judíos”— visitó a Jesús al amparo de la noche. Aun así, lo defendió ante el Sanedrín con este argumento: “Nuestra ley no juzga a un hombre a menos que primero haya oído de parte de él y llegado a saber lo que hace, ¿verdad?”. Además, tras la muerte de Jesús, donó “un rollo de mirra y áloes” con el fin de preparar el cuerpo para su entierro (Juan 3:1, 2; 7:51, 52; 19:39).

José de Arimatea, quien también formaba parte del Sanedrín, tuvo el valor de pedir a Pilato el cuerpo de Jesús para enterrarlo en una tumba nueva de su propiedad. José “esperaba el reino de Dios”, aunque por temor a los judíos no se identificaba como discípulo de Jesús. Con todo, hay que decir en su favor que no apoyó con su voto el complot del Sanedrín para matar a Jesucristo (Marcos 15:43-46; Mateo 27:57-60; Lucas 23:50-53; Juan 19:38).

Otro miembro del Sanedrín llamado Gamaliel aconsejó con sensatez a sus compañeros que dejaran de hostigar a los discípulos de Jesús. “De otro modo —dijo—, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente contra Dios.” (Hechos 5:34-39.)

En vez de creer en los milagros del Hijo de Dios, los miembros del Sanedrín razonaron: “¿Qué hemos de hacer, porque este hombre ejecuta muchas señales? Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación” (Juan 11:47, 48). En efecto, su ambición de poder les cegó el juicio. De igual modo, en vez de alegrarse por las curaciones que efectuaban los discípulos de Jesús, “se levantaron llenos de celos” (Hechos 5:17). Tenían que ser jueces justos y temerosos de Dios, pero en lugar de eso se volvieron individuos corruptos y deshonestos (Éxodo 18:21; Deuteronomio 16:18-20).

Desaparición

En el año 70 de nuestra era, los romanos destruyeron Jerusalén y su templo. De este modo, se derrumbó todo el sistema de cosas judío y, con el tiempo, desapareció el propio Sanedrín.