Diferencia entre revisiones de «Envidia (mitología)»

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La aparición estelar de Invidia en la literatura romana la hace en [[las metamorfosis]] de [[Ovidio]], donde es descrita exactamente como los griegos imaginaban a su diosa de la venganza, [[Némesis]]. Así es como las personificaciones griegas de la venganza divina y los celos quedan fusionadas en la mitología latina en una sola entidad.
La aparición estelar de Invidia en la literatura romana la hace en [[las metamorfosis]] de [[Ovidio]], donde es descrita exactamente como los griegos imaginaban a su diosa de la venganza, [[Némesis]]. Así es como las personificaciones griegas de la venganza divina y los celos quedan fusionadas en la mitología latina en una sola entidad.


Como preámbulo de la actuación de Invidia (Némesis) Ovidio cuenta como [[Erictonio]], hijo de [[Tellus]] ([[Gea]]) había llegado al cuidado de tres princesas atenienses : [[Aglauro]], [[Pándroso]] y [[Herse]]: La diosa [[Minerva]] ([[Atenea]]) compadecida del infante lo recogió ni bien hubo salido de las entrañas de Terra, que no lo quería (por ser hijo de [[Vulcano]] - el [[Hefesto]] griego-, lo que no se menciona en el libro), y se lo dio a las tres muchachas antes mencionadas encubierto en un canastillo; encargádoles que por ningún motivo vayan a abrirlo (pues tal vez ellas pensarían que el niño era suyo, y ella no quería manchar su reputación de deidad virgen). Sin embargo Aglauro no puede contener la curiosidad, así que abre el canastillo. Minerva, que no ignoraba lo que había sucedido, planeó su venganza. Sin embargo esta aún no se ejecutó.


Pero un día en el que se celebraba una fiesta en honor de la diosa, estando [[Herse]] presente, [[Mercurio (mitología)|Mercurio]] ([[Hermes]]) la ve e instantáneamente se siente atraído por ella; entonces acude a [[Aglauro]] para que haga de mediadora ante [[Herse]] y así el pueda tener abierto el camino para conquistarla, y esta acepta aunque pidiendo oro a cambio; pero [[Minerva]], siempre atenta, a pesar de odiar terriblemente a Envidia se dirige a su morada para solicitar su ayuda: Le encarga que se posesione de [[Aglauro]] y le cambie sus intenciones, para que así [[Mercurio (mitología)|Mercurio]] la haga víctima de su furia. Envidia hace lo que Minerva le pide, y [[Aglauro]] súbitamente empieza a sentir celos de la suerte que tenía su hermana de que Mercurio ahora la deseara.


Sabiendo esto [[Mercurio (mitología)|Mercurio]] (por boca de la misma Aglauro) la transforma en una roca negra.
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=== Narciso y Eco===
=== Narciso y Eco===


Invidia hace de nuevo su aparición en el mito de [[Narciso]] y [[Eco]]. era un bello joven del cual se enamoraban tanto muchachos como muchachas, e incluso ninfas, entre ellas [[Eco]] (la cual había sido castigada a solamente poder pronunciar la última parte de lo que otros decían por [[Juno]] ([[Hera]]) a causa de haberla distraído con sus palabras cuando se disponía a descubrir los adulterios de [[Júpiter (mitología)|Júpiter]] ([[Zeus]]) con las otras [[ninfa]]s) la cual terminó extinguiéndose por la pena hasta que solo quedó de ella su voz. Luego un muchacho desconocido - que también se había enamorado y sido rechazado por Narciso - suplica a Invidia que el desdeñoso joven algún día conozca el dolor del amor no correspondido; entonces Envidia hace que un día, al estar [[Narciso]] muy sediento y haberse acercado a un río para beber agua, el mencionado joven vea su reflejo y se sienta perdidamente atraído por él. Viendo [[Narciso]] que no podía tener a la persona que deseaba, acabó arrojándose al río y los dioses lo transformaron en la flor que lleva su nombre.
Invidia hace de nuevo su aparición en el mito de [[Narciso]] y [[Eco]]. [[Narciso]] era un bello joven del cual se enamoraban tanto muchachos como muchachas, e incluso ninfas, entre ellas [[Eco]] (la cual había sido castigada a solamente poder pronunciar la última parte de lo que otros decían por [[Juno]] ([[Hera]]) a causa de haberla distraído con sus palabras cuando se disponía a descubrir los adulterios de [[Júpiter (mitología)|Júpiter]] ([[Zeus]]) con las otras [[ninfa]]s) la cual terminó extinguiéndose por la pena hasta que solo quedó de ella su voz. Luego un muchacho desconocido - que también se había enamorado y sido rechazado por Narciso - suplica a Invidia que el desdeñoso joven algún día conozca el dolor del amor no correspondido; entonces Envidia hace que un día, al estar [[Narciso]] muy sediento y haberse acercado a un río para beber agua, el mencionado joven vea su reflejo y se sienta perdidamente atraído por él. Viendo [[Narciso]] que no podía tener a la persona que deseaba, acabó arrojándose al río y los dioses lo transformaron en la flor que lleva su nombre.


== Interpretaciones modernas ==
== Interpretaciones modernas ==

Revisión del 16:16 3 may 2010

Invidia en la mitología romana, era una diosa-personificación de la venganza y de los celos. Sus equivalentes en la mitología griega eran Némesis y Ptono.

Envidia en la literatura

Aglauro, Mercurio y Herse

La aparición estelar de Invidia en la literatura romana la hace en las metamorfosis de Ovidio, donde es descrita exactamente como los griegos imaginaban a su diosa de la venganza, Némesis. Así es como las personificaciones griegas de la venganza divina y los celos quedan fusionadas en la mitología latina en una sola entidad.

Como preámbulo de la actuación de Invidia (Némesis) Ovidio cuenta como Erictonio, hijo de Tellus (Gea) había llegado al cuidado de tres princesas atenienses : Aglauro, Pándroso y Herse: La diosa Minerva (Atenea) compadecida del infante lo recogió ni bien hubo salido de las entrañas de Terra, que no lo quería (por ser hijo de Vulcano - el Hefesto griego-, lo que no se menciona en el libro), y se lo dio a las tres muchachas antes mencionadas encubierto en un canastillo; encargádoles que por ningún motivo vayan a abrirlo (pues tal vez ellas pensarían que el niño era suyo, y ella no quería manchar su reputación de deidad virgen). Sin embargo Aglauro no puede contener la curiosidad, así que abre el canastillo. Minerva, que no ignoraba lo que había sucedido, planeó su venganza. Sin embargo esta aún no se ejecutó.

Pero un día en el que se celebraba una fiesta en honor de la diosa, estando Herse presente, Mercurio (Hermes) la ve e instantáneamente se siente atraído por ella; entonces acude a Aglauro para que haga de mediadora ante Herse y así el pueda tener abierto el camino para conquistarla, y esta acepta aunque pidiendo oro a cambio; pero Minerva, siempre atenta, a pesar de odiar terriblemente a Envidia se dirige a su morada para solicitar su ayuda: Le encarga que se posesione de Aglauro y le cambie sus intenciones, para que así Mercurio la haga víctima de su furia. Envidia hace lo que Minerva le pide, y Aglauro súbitamente empieza a sentir celos de la suerte que tenía su hermana de que Mercurio ahora la deseara.

Sabiendo esto Mercurio (por boca de la misma Aglauro) la transforma en una roca negra.

Narciso y Eco

Invidia hace de nuevo su aparición en el mito de Narciso y Eco. Narciso era un bello joven del cual se enamoraban tanto muchachos como muchachas, e incluso ninfas, entre ellas Eco (la cual había sido castigada a solamente poder pronunciar la última parte de lo que otros decían por Juno (Hera) a causa de haberla distraído con sus palabras cuando se disponía a descubrir los adulterios de Júpiter (Zeus) con las otras ninfas) la cual terminó extinguiéndose por la pena hasta que solo quedó de ella su voz. Luego un muchacho desconocido - que también se había enamorado y sido rechazado por Narciso - suplica a Invidia que el desdeñoso joven algún día conozca el dolor del amor no correspondido; entonces Envidia hace que un día, al estar Narciso muy sediento y haberse acercado a un río para beber agua, el mencionado joven vea su reflejo y se sienta perdidamente atraído por él. Viendo Narciso que no podía tener a la persona que deseaba, acabó arrojándose al río y los dioses lo transformaron en la flor que lleva su nombre.

Interpretaciones modernas

En la psicología

En el ámbito de la psicología la envidia es definida como un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La base de la envidia es el afán de poseer y no (necesariamente) el deseo de privar de algo al otro, aunque si el objeto en cuestión es el único disponible la privación del otro es una consecuencia indispensable (según el pensamiento de un envidioso crónico). Puede convertirse en una sensación desagradable que ocasiona conductas desagradables para los demás.[cita requerida]

Es recurrente asociarla con el color verde o amarillo, e incluso existe la frase "verde de envidia" o "amarillo de envidia".[cita requerida]

En el cristianismo católico

En el Catolicismo, Envidia es entendida como uno de los siete pecados capitales. Como la codicia, la envidia se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la codicia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta. Dante define esto como "amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos." En el Purgatorio de Dante, el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y coserlos, por que habían recibido placer al ver a otros caer.

Representaciones

Suele ser retratada como un espectro femenino, que lleva en su cabeza infinidad de culebras, el tinte lívido; con serpientes en las manos.

Véase también