Diferencia entre revisiones de «Trashumancia»

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Revisión del 09:15 10 may 2010

La trashumancia se define como un tipo de pastoralismo que es móvil, adaptándose en el espacio a zonas de productividad cambiante. Se diferencia del nomadismo en tener asentamientos estacionales fijos y un núcleo principal fijo (pueblo) del que proviene la población que la práctica.[1]​ Se calcula que esta actividad, sumada a la de la ganadería nómada, ocupa a unos 100-200 millones de personas en el mundo;[2]​ los terrenos explotados bajo estos sistemas representan aproximadamente 30 millones de km², o el doble de las tierras dedicadas a la agricultura.[3]Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; nombres no válidos, p. ej. demasiados

Bases ecológicas

La práctica de la trashumancia tiene su base en dos fenómenos naturales relacionados entre sí: las diferencias en producción primaria provocadas por las estaciones y la migración animal.

Las diferencias climáticas entre estaciones provocan una producción primaria diferencial que generalmente es más extrema entre invierno y verano, aunque en latitudes tropicales la diferencia puede estar entre la estación seca y la húmeda. En ocasiones, existen áreas con productividad primaria elevada durante todo el año que están relativamente próximas a zonas con productividad localizada durante sólo una época del año. En ese caso, la trashumancia tiene una doble lógica: por una parte, se puede dejar descansar o segar el pasto durante un tiempo allí donde crece todo el año, aumentando la reserva de biomasa para otras estaciones; por otra parte, se ha observado que los pastos de zonas con fuerte sequía estacional son más nutritivos que aquéllos que disponen de precipitación todo el año,[4]​ llegando incluso los herbívoros a ajustar sus épocas de parto para estar en estos pastizales altamente nutritivos. Ejemplos de esta situación pueden ser ciertos sistemas tropicales con zonas de clima ecuatorial y otras de clima monzónico, o bien sistemas de zonas templadas con áreas de valle, donde el frío no es tan intenso como para detener el crecimiento vegetal, y áreas de montaña cubiertas de nieve en invierno.
En otros casos, en ciertas zonas la productividad primaria alcanza picos de producción en invierno y en verano se reduce prácticamente a cero. En otras zonas relativamente próximas el patrón de productividad es el inverso, sin producción en invierno pero con picos de producción en verano. Es el caso de muchos sistemas mediterráneos,[5]​ ya sea por trashumancias de corta distancia o trasterminancias, implicando transiciones montaña-valle, o trashumancias largas como la existente entre las dehesas de Extremadura y la Cordillera Cantábrica. La variabilidad climática del mediterráneo y, en especial, la intensa sequía estival ha hecho que históricamente la trashumancia haya sido muy importante en la región.[6]

Las migraciones de herbívoros salvajes son muy comunes en el mundo, especialmente en aquellas regiones con condiciones climáticas cambiantes.[7]​ Sin embargo, la migración implica tanto un gran gasto de energía como correr riesgos que los animales sedentarios no confrontan, así como la adquisición de caracteres evolutivos como la capacidad de orientación.[8]​ Sin embargo, observamos que en pastizales los herbívoros migratorios superan en un orden de magnitud a los sedentarios.[9]​ La causa está en que la capacidad de carga del ecosistema viene dada por la cantidad de alimento en los periodos de escasez, aunque escapar de depredadores, por lo general no migratorios, también podría contribuir a las ventajas de la migración.[10]​ Esta lógica ecológica habría sido seguida por los antecesores de los herbívoros domésticos,[11]​ cuyas poblaciones habrían sido sustituidas y desplazadas paulatinamente por las de sus descendientes domésticos que les habrían conducido a la extinción, de forma paralela a como se ha observado en tiempos recientes con los renos.[12]​ Las trazas de esas rutas seguidas por los herbívoros salvajes serían aún hoy visibles en los caminos ganaderos conservados hasta el presente.[13]​ Los cazadores convertidos en ganaderos habrían usado así el conocimiento ecológico de los animales para mantener cabañas ganaderas más grandes. Esta misma lógica es la que ha mantenido hasta hoy en día la trashumancia en algunos países desarrollados.

En resumen, la trashumancia deriva de la lógica económica y ecológica de aprovechar picos de productividad que existen en lugares y momentos diferentes, y de la existencia de migraciones de herbívoros salvajes previamente a la domesticación de los ungulados domésticos, que proporcionó el conocimiento para llevarla a cabo.

Extensión en el mundo

África

En África Oriental la trashumancia sigue activa en la zona del Sahel.[14]

América

Fue practicada por un pueblo originario argentino llamado Diaguitas mucho antes de la llegada de los españoles a la región.

Asia

Europa

La trashumancia europea es la más y mejor documentada. Esto viene dado tanto por la tradición milenaria existente como por el desarrollo económico europeo y la elevada inversión en investigación.

Oceanía

Importancia económica y social y problemas

Dada la dificultad de distinguir entre trashumancia y ganadería en general, es también complicado distinguir su importancia económica. No obstante, se puede realizar una distinción en base a su práctica tradicional, el pastoralismo, que implica movimientos trashumantes o nómadas, y el ranching o explotaciones comerciales modernas.[3]​ En ese caso, podemos excluir la trashumancia del continente americano y de Oceanía. Observamos entonces que la importancia económica medida en producción de bienes de mercado es muy pequeña en países industrializados, como España, no superando el 0,2% del PIB. En países en vías de desarrollo, sin embargo, puede alcanzar el 30% en Mongolia, el 20% en Kirguistán o el 10% en Mali.[15]

A la importancia económica del pastoralismo también hay que sumar los valores no cuantificados por el mercado, que pueden exceder el valor monetario con creces.[16]​ En esta categoría entran valores económicos indirectos, como puede ser la protección contra incendios, la mitigación de emisión de gases de efecto invernadero o de la erosión. Pero también entrarían valores incuantificables monetariamente, como puede ser la protección de la biodiversidad o los valores culturales asociados, que se perderían definitivamente si la trashumancia desaparecises y que no podrían ser repuestos mediante ninguna inversión económica. Un valor indirecto que a menudo se tiene poco en cuenta es el mantenimiento de infraestructuras rurales, especialmente importante en el caso de ganados móviles. La presencia de infraestructuras y población en el medio rural hace que exista la posibilidad de dar otro tipo de servicios, como turismo o apoyo al transporte por carretera (por ejemplo un taller mecánico para reparaciones de urgencia).[17]

Los problemas enfrentados a nivel mundial tienen que ver con la intensificación del sector primario y con el envejecimiento y el abandono de las comunidades rurales. La búsqueda de una productividad más alta en detrimento de la calidad provoca el abandono de prácticas tradicionales. Esta tendencia es general cuando ocurre el desarrollo económico de los países, lo que provoca el abandono rural.[17]​ Si a esto le sumamos el bajo prestigio social de la profesión ganadera[18]​ tenemos como consecuencia un éxodo de las personas jóvenes del campo y un envejecimiento en la profesión por falta de relevo generacional.[19]​ Lo grave de esta crisis por envejecimiento es que la trashumancia tiene una gran componente de aprendizaje tradicional de padres a hijos[20]​ cuya cadena de transmisión, una vez rota, es irrecuperable.[17]

Tipos de trashumancia

La trashumancia se suele clasificar en base a su longitud[cita requerida] o bien en base a dónde está ubicado el núcleo principal de residencia de la población que la practica.[21]

Trashumancia en España

Principales vías pecuarias de los diferentes reinos españoles.

En España, la trashumancia es el paso del ganado y sus pastores de las dehesas de verano a las de invierno, o viceversa. En España este movimiento de ganado se realiza mediante un sistema de caminos que reciben el nombre de vías pecuarias o cañadas en Castilla y león o Extremadura, cabañeras en Aragón y Navarra (donde también se usa el término vascuence de ardebideak), azagadores en la Región de Murcia y en la Comunidad Valenciana (donde también se usa el término en lengua valenciana de assagadors), carrerades en Cataluña, etc. Es un método extensivo de sistena agrario ya que se trabaja únicamente con ganado, sin parcelas, en grandes extensiones de terreno que van variando para no producir la desertificación por sobrepastoreo (único problema ambiental que presenta). La tecnología históricamente ha sido muy rudimentaria, ya que las explotaciones se encuentran lejanas a los pueblos, aunque en los últimos años se ha visto beneficiada por los avances en telefonía móvil y GPS. Históricamente trabajaban con el ganado para consumo propio, dado que el mayor valor añadido se obtenía de la venta de la lana. Este comercio daría origen a la Mesta, pero la caída del precio de la lana[22]​ en los últimos tiempos ha hecho que hoy en día la actividad sea sustentada por la venta de carne. El territorio es generalmente propiedad del estado y la fuente de energía utilizada es el fuego.

Históricamente, la trashumancia en España se ha realizado a pie, pero a partir de mediados del siglo XIX se introduce el ferrocarril. Éste comenzaría a ser a su vez substituido por el camión cincuenta años más tarde, pero la trashumancia aún era mayoritariamente realizada a pie hasta los años 1950.[22]

Recientemente, las localidades de Oncala (Soria) y Guadalaviar (Teruel) han creado museos dedicados a la trashumancia.

También se denomina con este término al movimiento de colmenas de una localización a otra. La apicultura trashumante es la que realizan los apicultores que movilizan sus colmenas según un gradiente térmico que repercute sobre la floración de interés apícola (flora apícola), pudiendo ser este gradiente:

Ovejas en Castilla-La Mancha.

Referencias

  1. Matley, 1968, pp. 250-251
  2. World Initiative for Sustainable Pastoralism. «Pastoralism». Consultado el 12 de noviembre de 2008. 
  3. a b Grigg, David B. (1974). «Chapter 7. Pastoral nomadism.». The agricultural systems of the world. An evolutionary approach. Cambridge: Cambridge University Press. pp. 112-122. ISBN 9780521098434. 
  4. Fryxell, John M.; Sinclair, Anthony R.E. (1988). «Causes and consequences of migration by large herbivores.». Trends in Ecology and Evolution 3 (9). pp. 237–241. ISSN: 0169-5347. 
  5. Cabo Alonso, Ángel (1998). «Medio natural y trashumancia en la España peninsular». En F. Ruiz Martín; Á. García Sanz., ed. Mesta, trashumancia y lana en la España moderna. Barcelona: Crítica. pp. 11-41. ISBN 84-7423-847-1. 
  6. Grigg, David B. (1974). «Chapter 8. Mediterranean agriculture.». The agricultural systems of the world. An evolutionary approach. Cambridge: Cambridge University Press. pp. 124-125. ISBN 9780521098434. 
  7. Berger, Joel (2004). «The Last Mile: How to Sustain Long-Distance Migration in Mammals.». Conservation Biology 18 (2). pp. 320-331. ISSN: 1523-1739 (online), 0888-8892 (print). 
  8. Alerstam, Thomas; Hedenström, Anders; Åkesson, Susanne (2006). «Long-distance migration: evolution and determinants.». Oikos 103 (2). pp. 247-260. ISSN: 1600-0706 (online), 0030-1299 (print). 
  9. Frank, Douglas A.; McNaughton, Samuel J.; Tracy, Benjamin F. (1998). «The Ecology of the Earth's Grazing Ecosystems.». BioScience 48 (7). pp. 513-521. ISSN: 0006-3568. 
  10. Fryxell, John M.; Greever, John; Sinclair, Anthony R. E. (1988). «Why are Migratory Ungulates So Abundant?». The American Naturalist 131 (6). doi:10.1086/284822. pp. 781-798. ISSN: 0003-0147. 
  11. Garzón Heydt, Jesús (1993). «La trashumancia como reliquia del Paleolítico». En Rodríguez Becerra, S. (Coor.), ed. Actas del Simposio: Trashumancia y Cultura Pastoril en Extremadura. Mérida (España): Asamblea de Extremadura. pp. 27-36. ISBN 8487622224. 
  12. Ingold, Tim (1980). Hunters, Pastoralists and Ranchers: Reindeer Economies and their Transformations. Cambridge, EEUU: Cambridge University Press. p. 335. ISBN 0521225884. 
  13. Gómez Sal, Antonio; Lorente, Isabel (2004). «The present status and ecological consequences of transhumance in Spain». En R.G.H. Bunce, M. Pérez-Soba, R.H.G. Jongman, A. Gómez Sal, F. Herzog, I. Austad, ed. Transhumance and Biodiversity in European Mountains. Report from the EU-FP5 project Transhumount (EVK2-CT-2002–80017). IALE publication series no. 1. Wageningen: Alterra, Wageningen UR. pp. 233-248. ISBN 90-327-0337-4. 
  14. Lengoiboni, Monica; Bregt, Arnold K. y van der Molena, Paul (2009). «Pastoralism within land administration in Kenya — The missing link.». Land Use Policy 27 (2). pp. 579-588. ISSN: 0264-8377. 
  15. IMPS / UICN (agosto de 2008). «Servicios olvidados, bienes mermados: comprendiendo el agroecosistema del pastoralismo.». Documento de Temas Políticos 8. Consultado el 14 de marzo de 2009. 
  16. Davies, Jonathan y Hatfield, Richard (2007). «The economics of mobile pastoralism: a global summary.». Nomadic Peoples 11 (1). pp. 91-116. ISSN: 0822-7942 (Print), 1752-2366 (Online). 
  17. a b c {{cita web. La influencia de la transhumancia en las artes, sobre todo en la pintura, con pintores de proyección internacional como Troyon o Albert Charpin, que dedicaron su trabajo a exponer esta población en sus escenarios naturales con los animales habituales, le dió un valor agregado a esta`práctica. |url = http://data.iucn.org/wisp/documents_english/TEV/Spain%20WISP%20-%20definitivo.pdf |título = Valoración económica del pastoralismo en España. |fechaacceso = 14 de marzo |añoacceso = 2009 |autor = Casas Nogales, Raquel |coautores = y Manzano Baena, Pablo |año = 2007 |mes = octubre |editorial = IMPS }}
  18. Cánoves, Gemma; Villarino, Montserrat; Priestley, Gerda K.; Blanco, Asunción (2004). «Rural tourism in Spain: an analysis of recent evolution.». Geoforum 35 (6). pp. 755-769. ISSN 0016-7185. 
  19. Gómez Benito, Cristóbal; Juan Jesús González (2002). Agricultura y sociedad en el cambio de siglo. Madrid: McGraw-Hill Interamericana. ISBN 8448136233. 
  20. Rodríguez Pascual, Marta (2004). «The stock raising culture of transhumant herders». En R.G.H. Bunce, M. Pérez-Soba, R.H.G. Jongman, A. Gómez Sal, F. Herzog, I. Austad, ed. Transhumance and Biodiversity in European Mountains. Report from the EU-FP5 project Transhumount (EVK2-CT-2002–80017). IALE publication series no. 1. Wageningen: Alterra, Wageningen UR. pp. 277-282. ISBN 90-327-0337-4. 
  21. Matley, 1968, pp. 251
  22. a b Ruiz, Manuel (2001). «The ecological and economical rationale for transhumance practices in Spain». En R.G.H. Bunce, M. Pérez-Solba, B.S. Elbersen, M.J. Prados, E Andersen, M. Bell, P.J.A.M. Smeets, ed. Examples of European agri-environment schemes and livestock systems and their influence on Spanish cultural landscapes. Alterra Rapport 309. (en inglés). Wageningen: Alterra, Wageningen UR. pp. 97-100. 

Bibliografía

Véase también