Diferencia entre revisiones de «Toxicología forense»

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Un toxicólogo forense debe considerar el contexto de la investigación, particularmente cualquier síntoma físico que se haya presentado, y cualquier otro tipo de evidencia recolectado en la escena del crimen que pueda ayudar al esclarecimiento del mismo, tales como recipientes con medicamentos, polvos, residuos y otras sustancias químicas disponibles. Con dicha información y con las muestras de evidencia, el toxicólogo forense debe entonces determinar cuales sustancias tóxicas están presentes en ellas, bajo que concentraciones, y cual serían los efectos de dichas sustancias en el organismo humano.
Un toxicólogo forense debe considerar el contexto de la investigación, particularmente cualquier síntoma físico que se haya presentado, y cualquier otro tipo de evidencia recolectado en la escena del crimen que pueda ayudar al esclarecimiento del mismo, tales como recipientes con medicamentos, polvos, residuos y otras sustancias químicas disponibles. Con dicha información y con las muestras de evidencia, el toxicólogo forense debe entonces determinar cuales sustancias tóxicas están presentes en ellas, bajo que concentraciones, y cual serían los efectos de dichas sustancias en el organismo humano.


Determinar la naturaleza de alguna sustancia ingerida no es normalmente una tarea fácil, ya que es muy raro que una sustancia química permanezca intacta después de ser ingerida sin antes haber sido metabolizada por los procesos naturales del cuerpo humano. Por ejemplo: [[heroína]] es casi inmediatamente [[metabolismo|metabolizada]] a [[morfina]], haciendo factores tales como marcas de inyección y determinación de pureza química necesarios para poder confirmar el diagnóstico. La sustancia también pudo haber sido diluida mientras se dispersa en todo el cuerpo: mientras que una pastilla u otra dosis regulada de algún fármaco tenga [[gramos]] o [[miligramos]] del ingrediente activo, una muestra individual bajo investigación puede que sólo tenga [[microgramos]] o [[nanogramos]].Las ciencias forenses abarcan disciplinas científicas pertenecientes a las ciencias exactas y a las ciencias médicas. La práctica de las ciencias forenses como aplicación de los asuntos judiciales sirve para investigar el delito y, por lo tanto, sirve para identificar el delincuente. La condición sine qua non de la investigación forense es que para poder descubrir, poder identificar, la información que va a suministrarse debe hacerse correctamente y en el tiempo adecuado. Con frecuencia sucede que cuando aparece alguna nueva disciplina,
Determinar la naturaleza de alguna sustancia ingerida no es normalmente una tarea fácil, ya que es muy raro que una sustancia química permanezca intacta después de ser ingerida sin antes haber sido metabolizada por los procesos naturales del cuerpo humano. Por ejemplo: [[heroína]] es casi inmediatamente [[metabolismo|metabolizada]] a [[morfina]], haciendo factores tales como marcas de inyección y determinación de pureza química necesarios para poder confirmar el diagnóstico. La sustancia también pudo haber sido diluida mientras se dispersa en todo el cuerpo: mientras que una pastilla u otra dosis regulada de algún fármaco tenga [[gramos]] o [[miligramos]] del ingrediente activo, una muestra individual bajo investigación puede que sólo tenga [[microgramos]] o [[nanogramos]].

técnica o método en una rama de las ciencias, como la medicina, ésta

puede tener aplicación potencial en el área de las ciencias forenses.

Por ejemplo, el descubrimiento de los genes humanos, con propósitos de

identificación, surgió de la genética. Eso significa, que muchas otras

ciencias pueden convertirse en disciplinas forenses, si permiten al

investigador descubrir el delito e identificar el delincuente.

De

este fundamento general es que se habla hoy de los sistemas forenses,

entre los que se cuentan la criminalística o investigación científica

del crimen y la medicina forense o legal, como los más consolidados

dentro de un sistema de administración de justicia.
Dentro de las

ciencias médicas, las ciencias forenses comprenden a las siguientes

disciplinas: patología, antropología, odontología, toxicología,

radiología, clínica forense y psiquiatría. Dentro de las técnicas

criminalísticas, tenemos: balística, dactiloscopia, antropometria,

lofoscopia, hoplología, la escena del crimen, entre otras. Los sistemas

forenses pueden ser muy variados alrededor del mundo, pudiendo ser muy

avanzados en algunos países, y prácticamente no existir, en otros.
Tal

podría ser el caso de la República Dominicana, en el que apenas empieza

a despegar la medicina legal, con la esperanza de que no corra la

suerte de la criminalística, de la forma empírica que le ha tocado.

Un

científico de las ciencias forenses puede interpretar datos tales como:

lo que halló en la escena del hecho, la causa aparente, cuándo sucedió,

o cuáles fueron las consecuencias de la violencia desenfrenada; un

científico forense puede documentar y dar su opinión solamente sobre lo

que ha visto, puede determinar si un acto está de acuerdo con la

evidencia encontrada o con los testimonios, pero lo que no puede

esperarse es que una persona que no sea un científico, o que no tenga

esa calidad, pueda emitir un informe firme y certero, sin que su

opinión resista el escrutinio de abogados y de jueces en el tribunal.

Dos

realidades derivan de esta situación. Primero, la investigación

minuciosa y ordenada de un caso y la publicación de sus resultados de

manera convincente; en segundo lugar, está la capacidad de persuasión

para que los perpetradores no evadan la responsabilidad de los hechos.

Debido

a un problema de falta de recursos y personal, la medicina legal sólo

ha podido aplicarse a unos pocos de los miles de casos que se presentan

durante un año, sino que actualmente la matrícula de residentes,

candidatos a patólogos forenses, se calcula entre treinta a cuarenta,

desde la primera residencia médica que se inauguró en el mes de junio

del año 1996 (la primera promoción realizó su graduación en el mes de

junio de 1998).

En algunos países las ciencias forenses trabajan

directamente para las fiscalías, quienes lo hacen a su vez con

policías, y eso puede comprometer su independencia. No obstante, el

sistema ideal sería aquel en que los peritos forenses hicieran su labor

distantes de las instituciones que pueden influenciar su dictamen; es

necesario que se establezcan normas que garanticen la independencia de

los médicos forenses con respecto a fiscalías y policías.

Resta

apuntar sobre la brecha existente y que contrasta entre las realidades

políticas y la capacidad medicolegal existente. Cuando se anota como

causa de la muerte, deficiencia cardiaca o edema pulmonar, y no se

señala aquello que lo provocó, el informe puede ser falso, o puede

cuestionarse la competencia o incompetencia del médico. La historia de

los informes vagos, deshonestos y falsificados, de los cuales el mismo

patólogo se ha puesto de acuerdo con las autoridades, con el fin de

ocultar la verdadera causa de la muerte pudiera ser una lamentable

realidad entre
nosotros.

Existe en muchos países, que como

regla de la fase de instrucción, se permitan en las autopsias a peritos

que representan a la parte defensora, además del prosector que trabaja

para el sistema.

A menudo, es de oportuno interés establecer la

interrelación que resulta entre las ciencias jurídico-penales, la

criminología y las ciencias forenses. Para lo cual debemos tener muy

pendiente, que el derecho penal es quien define el delito, determinando

la normativa de la investigación criminal; la criminología explica los

factores asociados al crimen práctico, es decir, al crimen ya cometido,

y las ciencias forenses, son las que tienen por misión descubrir el

delito mediante el diagnóstico y la investigación; establecer cuáles

han sido los propósitos del delincuente al hacerlo. El crimen tiene que

ser investigado, y si no puede ser descubierto, entonces las ciencias

forenses no sirven; son, como ha dicho alguien, una "ciencia basura".

Es

por eso, quizás, que lo forense significa encontrar la prueba, para lo

cual es necesario aplicar un conjunto de técnicas que «construyen al

individuo», «descubren la verdad de los hechos».

Las ciencias

forenses estudian la verdad judicial; esta verdad se consigue a través

de un conjunto de técnicas de la que hablaremos más adelante, las

mismas que conforman cada unos de los métodos que se estudian en

loscapítulos de la Parte especial del presente libro. La historia

de la medicina legal es la historia de la investigación de la verdad

que obedece a las prácticas judiciales de una época en particular, pero

en todo momento esta verdad judicial depende de una condición interna,

es lo que se llama la autopsia, y de una condición externa, que es la

escena del crimen.

Para cualquier ciencia o arte de la realidad,

la manera más singular de producir esta verdad es la prueba, una suerte

de práctica social, que es intrínseca a la dinámica social. Pero que en

la dimensión jurídica, establecerla implica necesariamente hacerla

pasar por medio de un sistema de verificación y comprobación de verdad.

Si va a ver una investigación, o por medio de un testigo, cuando se

apela a quien observó el hecho, o por el descubrimiento final, si ha de

ser resuelto por una institución o Policía en la que pueda ser

establecida la responsabilidad de lo sucedido.

Pero esto no es en

su esencia el modelo médico para poder encontrar esta verdad.

Veamos, por ejemplo, lo que tiene que ver con la Policía Judicial que,

como sabemos, constituye el órgano principal de la investigación

criminal; y que, a su vez, la medicina legal es una función de esta

Policía Judicial.

En buena técnica judicial, los cuatro elementos

del descubrimiento del delito son necesarios a los efectos de una

condena. Estos elementos juntos hacen de las ciencias forenses un

saber judicial-procesal completo. Si faltase uno de ello sería

incompleto, pues el complemento del quién es su cómo, su dónde y su

cuándo. Desde el punto de vista medicolegal, decimos que descubrir un

delito implica dos aspectos para lograr su verificación: 1) que la

práctica médica sea esencialmente diagnóstica, 2) que la verificación

sea de laboratorio.

Recordemos la expresión de Driesch, cuando

dice: «saber una cosa es ordenarla en sus elementos formales

expuestos». El error, más que un saber equivocado es un saber que no

sabe. Las ciencias forenses son disciplinas auxiliares del

derecho penal. La eficacia del derecho penal depende, en buena parte de

la eficacia de las ciencias forenses. La naturaleza de la

criminalística es explicativa, naturalística. Al igual que la física,

la química, la medicina legal, antropometría, fotografía,

dactiloscopia, balística; es un ciencia o arte de la realidad,

sin pretensiones normativas: «La criminalística es bastante más que un

conjunto de conocimientos prácticos de índole heterogéneos; es un

sistema de conocimientos bien suministrados por ciencia o arte».

Tanto

como la medicina legal, como la criminalística tienen por finalidad el

descubrimiento del delito y del delincuente, también de la víctima o

perjudicado del delito. El por qué la existencia del hecho que se

acredita al descubrimiento del delito fijan con exactitud las

exigencias tiempo-espaciales. Continuando con el diccionario OMEBA, dos

momentos de este descubrimiento:

«a) práctica policial y;
«b) responsabilidad jurídico-social y garantía constitucional.

«Saber

un hecho punible es demostrarlo, es probar este descubrimiento.

Recordamos ciertos supuestos de importancias penales. El delito

imposible, prescripción; ejercicios de acciones penales, autorías».

Los

conocimientos que suministran las ciencias forenses al derecho penal,

tiene una explicación externa a lo penal; la verdadera finalidad de

estos conocimientos se mueve dentro del campo del delito. Como

disciplinas auxiliares del derecho penal se ocupan del descubrimiento y

de la comprobación científica del delito y del delincuente. Y esta

comprobación, vista en su conjunto, constituyen las ciencias forenses,

y el estado formal en que éstas ocurren lo es el laboratorio, que es el

método propio de las ciencias exactas.

En resumen, la medicina

forense conoce la importancia de la causalidad en sus distintas formas

(directas o indirectas, concausas y ocasionales); conoce de la

imputación, de la valoración de la prueba, de las normas y

procedimientos, de las leyes aplicables en el derecho médico, de las

normas deontológicas, de la naturaleza de la pericia, que son cada vez

más complejas y numerosas.

Existe definitivamente un concepto

moderno de medicina legal. No obstante, siempre será de gran valor los

distintos temas clásicos de la medicina forense: el estudio del

cadáver, valoración de los daños personales, entre otros; en el

concepto moderno se ha incrementado la necesidad de perfeccionar y

profundizar los conocimientos en las principales áreas de la medicina

legal, tales como son: la bioética, la nueva tanatología, la

toxicología y la psiquiatría, y otras distintas especialidades médicas

y de las ciencias exactas, así como de las áreas quirúrgicas


[[Categoría:Especialidades médicas]]
[[Categoría:Especialidades médicas]]

Revisión del 21:07 26 jun 2010

Toxicología Forense es la rama de toxicología que estudia los métodos de investigación medico-legal en los casos de envenenamiento y muerte. Muchas sustancias tóxicas no generan ninguna lesión característica, de tal manera que si se sospecha alguna reacción tóxica, la investigación visual no sería del todo suficiente para llegar a una conclusión.

Un toxicólogo forense debe considerar el contexto de la investigación, particularmente cualquier síntoma físico que se haya presentado, y cualquier otro tipo de evidencia recolectado en la escena del crimen que pueda ayudar al esclarecimiento del mismo, tales como recipientes con medicamentos, polvos, residuos y otras sustancias químicas disponibles. Con dicha información y con las muestras de evidencia, el toxicólogo forense debe entonces determinar cuales sustancias tóxicas están presentes en ellas, bajo que concentraciones, y cual serían los efectos de dichas sustancias en el organismo humano.

Determinar la naturaleza de alguna sustancia ingerida no es normalmente una tarea fácil, ya que es muy raro que una sustancia química permanezca intacta después de ser ingerida sin antes haber sido metabolizada por los procesos naturales del cuerpo humano. Por ejemplo: heroína es casi inmediatamente metabolizada a morfina, haciendo factores tales como marcas de inyección y determinación de pureza química necesarios para poder confirmar el diagnóstico. La sustancia también pudo haber sido diluida mientras se dispersa en todo el cuerpo: mientras que una pastilla u otra dosis regulada de algún fármaco tenga gramos o miligramos del ingrediente activo, una muestra individual bajo investigación puede que sólo tenga microgramos o nanogramos.