Diferencia entre revisiones de «Becerro de oro»

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El '''becerro de oro''' era,la pili bañada en oro según la [[Biblia]], un ídolo, un «falso dios» adorado por los [[israelita]]s.
El '''becerro de oro''' era, según la [[Biblia]], un ídolo, un «falso dios» adorado por los [[israelita]]s.


Cuando los hebreos salieron de la esclavitud en Egipto guiados por [[Moisés]], llevaban la plata y el oro que los egipcios les habían dado. <ref>Después de diez plagas, los egipcios estaban tan ansiosos de verlos marcharse que les regalaron "vasos de plata, y vasos de oro, y vestidos" (Ex 12:35). "Y sacólos con plata y oro…" (Sal 105:37).</ref>
Cuando los hebreos salieron de la esclavitud en Egipto guiados por [[Moisés]], llevaban la plata y el oro que los egipcios les habían dado. <ref>Después de diez plagas, los egipcios estaban tan ansiosos de verlos marcharse que les regalaron "vasos de plata, y vasos de oro, y vestidos" (Ex 12:35). "Y sacólos con plata y oro…" (Sal 105:37).</ref>

Revisión del 00:55 29 jun 2010

Adoración del becerro de oro en un cuadro de Claude Lorrain.

El becerro de oro era, según la Biblia, un ídolo, un «falso dios» adorado por los israelitas.

Cuando los hebreos salieron de la esclavitud en Egipto guiados por Moisés, llevaban la plata y el oro que los egipcios les habían dado. [1]

Al llegar al monte Sinaí (en Arabia), Moisés lo escaló para hablar con su dios. Pero, al ver que tardaba muchos días, el pueblo hebreo le pidió a Aarón (hermano de Moisés) que les hiciera "dioses que marchen delante de nosotros".

Aarón accedió y con los aretes de oro que todos llevaban en las orejas, fundió un ídolo con forma de becerro. Los hebreos lo adoraron y le ofrececieron sacrificios a ese dios.

Tras cuarenta días, Moisés baja del monte Sinaí con dos tablas de piedra, en las que estaban escritos los Diez Mandamientos. Pero al ver que los hebreos estaban adorando al becerro de oro, rompió las tablas de la ley (que el propio dios Yahvé había escrito ).

Luego destruyó a ese becerro de oro, haciéndolo "polvo". Este polvo lo esparció en el agua, en la que el oro flotó. Como castigo a los israelitas les hizo beber de esa agua con el oro flotando.

Posteriormente, Moisés volvió a subir varios días al monte y volvió con dos planchas iguales a las primeras, de piedra, en las que dijo que el dios Yahvé le había mandado escribir otros Diez Mandamientos.

Explicación

Originalmente Abraham y su padre Teraj adoraban a dioses "extraños" (posiblemente el dios Anu).[2]​ Ya que, durante centurias, toda la región había estado influida por las religiones de origen cananeo-babilónico, cuya principal deidad era el dios IL (El, Elohim en hebreo, Alláh árabe), principal dios de los nómadas y, por ende, con funciones eminentemente éticas y sociales. Este es descrito como un dios tolerante y benigno: recibe los títulos de «Padre de los dioses», «rey», «padre de los hombres», «creador de las criaturas», «amable», «misericordioso» y «toro». De este dios, Baal era "hijo" y se lo representaba mediante un toro joven, es decir, un becerro).

Ese dios El era el adorado por los cananeos (la población local de Canaán). Así, en la ciudad de Siquem se lo conocía como “El Berit” (Jue 9:46). En Betel se lo llamaba “El Betel” (Gn 31:13). En Jerusalén le decían “El Elyón” (Gn 14:18-20). En Bersheba, “El Olam” (Gn 21:33). En el desierto del Néguev, “El Roí” (Gn 16:13) y en otros lugares, “El Shadday” (Gn 17:1).

Durante los siglos XVII y XVI a.C. los hicsos (provenientes de las regiones de Canaán y Siria) dominaron Egipto, y llevaron consigo su religión. Asimismo el culto a la res de oro puede estar confundido con el culto a la divinidad egipcia de Apis o la femenina de Hathor a la que se representaba como una vaca o mujer con cornamenta dorada.

Entre los hebreos y otros semitas, Hathor habría sido conocida como Asera, y entre los edomitas era reconocida como la cónyuge del dios Ël, al cual los israelitas llamaban Elohim. Antiguamente, el panteón cananeo parece haber sido más complejo, que los israelitas posteriormente repudiarían, convirtiéndose en monoteístas.

La Biblia indica que el patriarca Abraham había sido llamado por Yahvé (Jehová). [3]​ Y ese omnipotente dios también llega a su mayordomo,[4]​ a su sobrino Lot,[5]​ a su sobrino Betuel,[6]​ a su sobrino nieto Labán,[7]​ y a su hijo Isaac[8]​.

Pero una vez establecidos, esos patriarcas empezaron a rendir culto al “Dios de los padres” en los santuarios del dios El, y a considerar a El como Dios. Por ejemplo, Isaac le pide a El Shaddai bendiciones para su hijo Jacob (Gn 28:3) Todo parece contribuir a una especie de sincretismo entre el dios El y el dios Yahvé.

Y a través del tiempo, se llegará a la tradición yahvista que identifica al becerro con el ídolo o "adversario", siendo su adoración un prototipo de idolatría.

Nota: [Incluso hay quienes afirman que todo esto puede referirse al fenómeno de la precesión de los equinoccios (movimiento de las constelaciones inverso al ciclo anual normal), en el que se explica que el amanecer del equinoccio de primavera, cada 2150 años, ocurriría en un signo del Zodiaco diferente debido al lento movimiento angular de la tierra sobre su propio eje. Por cálculo, el tiempo de la precesión de todos los signos del Zodiaco es de 25765 años -más de 20 milenios-; a este periodo se le llama "el gran año".

Se dice que de 4300 a.C. a 2150 a.C. fue la Era de Tauro; de 2150 a.C. a 1 d.C. correspondió la era de Aries; finalmente, nuestra Era actual (1 d.C. a 2150 d.C.) se identifica con Piscis. Por ello, se relaciona al Becerro de oro con Tauro, y Moisés representa a Aries, la nueva Era. Aunque las fechas no coinciden (se estima que Moisés murió en 1272 a.C., y la transición de eras es en 2150 a.C.), puede simbolizar un retroceso de los israelitas, al adorar el becerro de oro.

Según el esoterismo New Age, Jesús (el Nazareno) representa la Era de Piscis (por ello el símbolo de los cristianos es la silueta de un pez, Jesús comparado con pescador de hombres, el milagro de los cinco panes y dos peces, etc.), y después de 2150 llegará la Era de Acuario (en el Evangelio de Lucas, capítulo 22, versículos 8-10, los apóstoles Pedro y Juan le preguntan a Jesús dónde prepararán las fiestas de pascua, y él hace referencia a un hombre en la entrada de la ciudad con un cántaro de agua, refiriéndose a Acuario)].

De los "dioses extraños" al Dios de Jacob

El propio Jacob permitía diversos dioses (ídolos) en su propia familia, y se decidió por el "Dios de sus padres Isaac y Abraham" cuando recibió su ayuda divina:

“dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Yahvé (Jehová), líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo…” (Gn 32:10,11) “Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros…” (Gn 35:2)

“Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú” (Gn 35:1).

Notar que Jacob no dice: vayamos y haré un altar a Dios, sino: “subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo…” (Gn 35:3) “Y dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos…” (Gn 35:4)

Asimismo es interesante observar que Jacob se encontró con un (Elohim-dios o "ángel") con el cual tuvo que luchar hasta vencerlo: “Y el varón (ángel) le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Entonces el varón (ángel) dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (Gn 32:27,28). Es notable que ese “dios” no conocía su nombre, ni le dice el suyo. No obstante, Jacob le pide bendición (Génesis 32:26-30).

[Ese “ángel” no puede haber sido un ángel del verdadero Dios Yahvé, pues le teme a la luz del amanecer (ver Job 24:17 y Oseas 12:4). Pero dado ese sincretismo religioso en que vivían por entonces, Jacob dice haber visto a dios cara a cara (Gn 32:30)]. Al analizar su nuevo nombre surge la identidad de ese 'dios':

Israel (ישראל, del hebreo "el que lucha con(tra)EL"). (vemos aquí la referenca al dios El)

El verdadero Dios Yahvé se le había aparecido cuando huía de su hermano… (Gn 35:7). [Este (Elohim) o “ángel” (lit. el "mensajero" o "enviado") de Yahvé no es aquí un ser distinto de Dios (ver Éxodo 3:2 y 3:6), sino el mismo Señor en cuanto que se hace presente para comunicar un mensaje].

Jacob y sus descendientes (israelitas) se caracterizarían por luchar contra aquellos ídolos (los dioses del materialismo como El, Baal, Asera...). Durante siglos, el pueblo de Israel lucharía contra esa idolatría y por lo tanto encaminaría su modo de vida para adorar al único Dios Yahvé.

Jacob renombrado dos veces?

Jacob ha recibido el ‘onoma’ (nombre) Israel. Pero posteriormente, en el Capítulo 35, la Biblia indica:

“Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo. Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente (Gn 35:9-11)

Es fácil advertir que en esta oportunidad el verdadero Dios omnipotente Yahvé es el que se presenta a Jacob, (de quien no ignora el nombre) y lo bendice.

Los descendientes de Jacob vivirían en la zona de influencia de Egipto. Continuaron el sincretismo religioso y se contaminaron con la vida materialista, egoísta e interesada de ese imperio (dioses materiales), por eso el verdadero Dios tenía necesariamente que darse a conocer:

"El día que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano y les juré, diciendo: Yo soy Jehová, vuestro Dios" (Ez 20:5)

"aquél día... les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos... jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto" (Ez 20:6,7)

"Pero ellos no quisieron obedecerme; no echaron las abominaciones de delante de sus ojos ni dejaron los ídolos..." (Ez 20:8)

Se entiende entonces que entre tantos dioses que impregnaban la vida del pueblo, los hebreos necesitaran varias manifestaciones y muchos años para destacar: "nuestro baluarte es el Dios de Jacob" (Salmo 46:7, 11)

Saliendo del materialismo egipcio

Luego de salir de Egipto y ya en el desierto, a los hebreos no les resultaba fácil abandonar el materialismo que durante decenios habían experimentado en tierras egipcias. Por eso, ante la primer dificultad volvían al culto anterior (toro -becerro- dios El). Así lo leemos en la Biblia:

"...hizo de ello un becerro de fundición. Entonces ellos dijeron: ¡Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto! Cuando Aarón vio esto, edificó un altar delante del becerro y proclamó: ¡Mañana será un día de fiesta dedicado a Jehová! (Éxodo 32:4-5)

(Notar la 'mezcla' entre el becerro y la fiesta para Yahvé (Jehová)).

El culto a Yahvé se fue afianzando durante el Exodo. Una vez en la tierra prometida (Canaán), los israelitas tardaron siglos hasta que pudieron consolidarlo en la época del rey David (Siglo XI a.C). Posteriormente -durante el reinado de su hijo Salomón- ese pueblo elegido conseguía vivir bajo la Ley de Dios. La paz se había afianzado y los habitantes vivían en un clima de prosperidad. Algunos reinos vecinos estaban asombrados del modo de vida israelí (1ª Re 4:34) Pero tiempo después -luego de haber vivido esa esplendorosa etapa de David y Salomón- la mayor parte de las tribus volvieron al culto al becerro (dios El). La Biblia refleja ese episodio en términos muy similares a los anteriores:

"...hizo el rey [Roboam] dos becerros de oro y dijo al pueblo: «Ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses, Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto»" (1º Reyes 12:28)

Se puede apreciar la facilidad con que se pasaba del culto al Dios Yahvé hacia el culto del becerro -toro- o sea el dios El.

Los modos de vida eran OPUESTOS

El "Dios de Abraham, Isaac y Jacob" (el Dios Yahvé) le había marcado a Israel "el camino" (es decir: el modo de vida). Seguir el culto a Yahvé (Jehová) exigía esforzarse para lograr una comunidad de “hermanos” donde se defienda a los más débiles y prime la justicia. De esa manera se lograría la felicidad general, y Yahvé se encargaría de darles prosperidad -además de tranquilidad en sus fronteras- (1ª Re 2:3; Prov 29:14; Salmo 147:14).

Dice Yahvé: estoy contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano… (Malaq 3:5)

No mentiréis ni os defraudéis unos a otros (Levítico 19:21)

Has de tener un peso cabal y exacto, e igualmente una medida cabal y exacta… Porque cometer fraude es abominación para Yahvé (Deut. 25:15-16)

Tened balanza justa, peso justo, medida justa. Yo soy Yahvé (Lev. 19:35)

Abominación de Yahvé es la balanza falsa (Proverbios 11:1; 20:23)

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no serás con él un usurero; no le exigiréis interés (Éxodo 22:24)

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Yahvé (Lev. 19:18)


Mientras que por su parte los paganos basaban su vida en el materialismo (dioses 'materiales') a los que se rendía culto para obtener bienes y riqueza. Para conseguir dicha riqueza podía utilizarse el comercio engañoso -lo cual caracterizaba a los pueblos cananeos-. La mentira y el saqueo se transformaba en una práctica común.

[El pueblo cananeo] (Canaán) tiene en su mano balanzas engañosas, es amigo de hacer fraude. (Oseas 12:8-9)

¿He de soportar yo una medida falsa... las balanzas de la maldad y la bolsa de pesas de fraude? dice Yahvé (Miqueas 6:9-11)

La solidaridad y compasión no eran compatibles con ese modo de vida. Su dios El –el cual era un dios Creador, bondadoso, dispuesto a perdonar... permitía aquellos métodos de enriquecimiento-).

Ese dios se presentaba “muy parecido” a Yahvé (Creador, bondadoso, dispuesto a perdonar...) Además, era muy 'tentador' seguir su modo de vida, adorarlo, servirlo, pues permitía el disfrute de la vida fácil, el comercio engañoso, el aprovecharse de los más débiles, etc. Luchar contra esa tentación y ese engaño era lo que se le solicitaba a Israel. Israel es “el que lucha con(tra) El”

Ese era el gran desafío para los hebreos, elegir entre el becerro El y Yahvé (Jehová). El profeta es muy claro cuando expresa: “Tu becerro… te hizo alejarte” (Oseas 8:5)

[Notar que lo que más se reprocha a las tribus que volvieron al "dios becerro" es su comercio engañoso y la opresión a los más débiles (Isaías 10:2; Jeremías 5:27; Amós 6:8; 8:4-7; Miqueas 3:11)].

Congruente con todo esto, en el libro Apocalipsis se le reprocha a la Gran Ramera que sus “negociantes” usan artimañas para llegar a ser los magnates del planeta (Ap 18:23) Tal como lo adelantaba Zacarías cuando se refería al Juicio Final:

«Y en aquel día no habrá más “negociantes” [Cananeos -Kna`aniy (ken-ah-an-ee')-] en la casa de Jehová de los Ejércitos» (Zac 14.21).

Referencias

  1. Después de diez plagas, los egipcios estaban tan ansiosos de verlos marcharse que les regalaron "vasos de plata, y vasos de oro, y vestidos" (Ex 12:35). "Y sacólos con plata y oro…" (Sal 105:37).
  2. Ver Josue 24:2
  3. Gn 12:1; 17:1; 22:11-16
  4. (Gn 24:12,26)
  5. (Gn 19:16)
  6. (Gn 24:50)
  7. (Gn 24:31)
  8. (Gn 25:21)

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