Diferencia entre revisiones de «Otto Heinrich Frank»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de 200.121.254.197 (disc.) a la última edición de AVBOT
Línea 1: Línea 1:
'''Otto Heinrich Frank''' (*[[12 de mayo]] de [[1889]] - †[[19 de agosto]] de [[1980]]) fue un [[judío]] [[Alemania|alemán]], padre de [[Anne Frank]] y de [[Margot Frank]]
'''Otto Heinrich Frank''' (*[[12 de mayo]] de [[1889]] - †[[19 de agosto]] de [[1980]]) fue un [[judío]] [[Alemania|alemán]], padre de la niña [[Anne Frank]] y de [[Margot Frank]]


== II Guerra Mundial ==
== II Guerra Mundial ==

Revisión del 06:56 27 jul 2010

Otto Heinrich Frank (*12 de mayo de 1889 - †19 de agosto de 1980) fue un judío alemán, padre de la niña Anne Frank y de Margot Frank

II Guerra Mundial

Arresto

Nacido en Fráncfort del Meno, Frank sirvió junto al Ejército alemán en el frente Oeste durante la I Guerra Mundial, y consiguió el grado de teniente en 1915, llegando a recibir la condecoración de la Cruz de Hierro. . Se casó con Edith Holländer el 12 de mayo de 1925 en Fráncfort del Meno, y su primera hija, Margot, nació el 16 de febrero de 1926, y tres años más tarde nació Anne el 12 de junio de 1929.

Con la llegada de Hitler al poder decidió en 1933 emigrar con su familia a Ámsterdam (Países Bajos) y se dedicó al negocio de la fabricación y venta de pectina y especias en la empresa Opekta. Con la entrada de los alemanes en Holanda se refugian en la buhardilla de su almacén durante 25 meses. El 4 de agosto de 1944 la Gestapo detiene a Otto y su familia. Fueron deportados al campo de concentración de Westerbork y más tarde al de Auschwitz. Desde Westerbork parten cada tanto trenes con rumbo a los campos de concentración en el Este. El sábado 2 de septiembre se da a conocer la lista de los prisioneros que deberán partir al día siguiente. Entre los 1019 nombres figuran los de los ocho habitantes de la casa de atrás.

Viaje en tren

Al día siguiente, de madrugada, un largo tren de carga está listo para partir. Cada vagón transportará a unos 70 prisioneros amontonados: hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos. La mayoría viajará de pie. Los Frank consiguen viajar juntos. Lenie de Jong-van Naarden, otra de las pasajeras de aquel tren, recuerda: «Muchos niños dormían apoyados en sus madres o sus padres, entre ellos las hermanas Frank; todos estábamos muertos de cansancio». La travesía en tren dura tres días. En cada vagón hay un cubo que hace las veces de retrete. Al poco tiempo, el olor se hace insoportable. A los prisioneros les es imposible tragar nada. Janny Brilleslijper: «Viajábamos todos apretujados. En los vagones había unas rendijas muy grandes y dos rejillas con una gruesa tela metálica, por donde entraba aire. Cuando a uno le tocaba viajar cerca de alguno de esos puntos de ventilación, podían pasar dos cosas: que lo molestara menos el olor o que se resfriara, por la corriente que había».

Por momentos el tren circula rápido, luego despacio. Rosa de Winter-Levy: «A los dos días estábamos exhaustos. En una parte del vagón moría un hombre, en otra se desmayaba una anciana, los niños lloraban, era casi imposible aguantar». A la tercera noche, el tren se detiene repentinamente. Son alrededor de las dos de la madrugada. Las puertas de los vagones se abren. «¡Bájense! ¡Rápido, más rápido!», les gritan unos hombres vestidos en trajes a rayas, que los obligan a dejar sus equipajes a bordo del tren. Son prisioneros de Auschwitz, cuya tarea consiste en sacar de los trenes a la gente a medida que va llegando. En el andén patrullan soldados de la SS con perros. Llevan látigos en la mano. Unos reflectores muy potentes iluminan los andenes. Los hombres tienen que colocarse de un lado, las mujeres del otro. Es la última vez que Otto Frank ve a su mujer y a sus hijas. «Nunca en mi vida olvidaré la mirada de Margot», revelará años después refiriéndose a aquel momento.

Mauthausen

Otto Frank es liberado en Auschwitz el 27 de enero de 1945. Los nazis abandonan el campo poco antes de la liberación, llevándose a los prisioneros que aún están en condiciones de andar. Entre ellos está Peter van Pels. A finales de enero llega al campo de Mauthausen (Austria), donde los prisioneros deben realizar trabajos pesados. Peter van Pels fallece según datos de la Cruz Roja Suiza de inanición el 5 de mayo de 1945, cinco días después que los americanos liberaran el campo.

Otto fue repatriado a Holanda en junio de 1945, donde se encontró con las personas que lo habían ayudado. Una de ellas, Miep Gies había guardado el Diario de Anne para entregárselo a la muchacha cuando volviera. Otto inició gestiones de búsqueda, buscó entre listas de la Cruz Roja, entrevistó sobrevivientes, en vano. Fue así como supo de la muerte de su esposa, Edith Höllander el 6 de enero de 1945 por inanición en Auschwitz. De la muerte del dentista Fritz Pfeffer en el campo de concentración de Neuenganmme en noviembre de 1944.

Finalmente en julio de 1945, Otto recibió la carta de una muchacha holandesa que había compartido con Anne y Margot desde el campo de tránsito en Westerbork, en Auschwitz y en Holanda. La muchacha le dijo a Otto que sus hijas no volverían.

Postguerra

En los años de la posguerra, Otto Frank aboga por los derechos humanos y el respeto. Junto con Fritzi, su segunda esposa, responde a miles de cartas de lectores del diario que le llegan de todo el mundo. Con algunos lectores entablan una nutrida correspondencia. Otto Frank declara al respecto: «Sobre todo los jóvenes me preguntan una y otra vez cómo han podido ocurrir estos hechos tan monstruosos. Yo les contesto lo mejor que puedo, y al final de mis cartas suelo ponerles: "Espero que el libro de Ana pueda inspirarte cuando seas mayor, para que en tu entorno puedas luchar, en la medida de lo posible, por la paz y el acercamiento entre los hombres"».

Tras la guerra el único superviviente de la familia Frank fue Otto, quien recogió el diario de su hija Anne y, tras un tiempo de reticencias, se decidió a publicarlo en su memoria.

Hasta el día de su muerte, Otto Frank continuó promoviendo el mensaje de Anne Frank de tolerancia y compasión por el mundo