Etimología de La Rioja

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La etimología del topónimo Rioja, que lleva por nombre la comunidad autónoma de La Rioja (España) y que heredaron tierras pobladas por riojanos de origen en tiempos pasados, como la provincia de La Rioja y su capital en Argentina, la provincia de Rioja y su capital en Perú, un pueblo en Chile y otro en Almería, es compleja y ha sido muy discutida. Las principales teorías apuntan a diferentes orígenes: la que le hace corresponder con el río Oja, la que apunta al término Rivalia que se traduciría como «tierra de riachuelos», la que señala como germen una tautología nominal en el término rivo Ohia que significaría «río de lecho fluvial»; y las muy diversas que indican que tendría sus orígenes en el euskera, por ejemplo como unión de los vocablos herria y ogia traduciéndose como «tierra de pan».

Las primeras apariciones escritas de este topónimo como Rioga o Riogam se remontan al siglo XI, pudiendose encontrar asimismo con diferentes grafías como Rioxa, Riogia, Rivo de Oia, Rivogio o ya en su forma definitiva Rioja en textos de siglos posteriores.

Además de una evolución fonética y gráfica, el nombre Rioja sufrió en la antigüedad un proceso de expansión territorial tanto dentro de la península ibérica, donde nació, como en América, a donde fue trasladado por riojanos debido a la conquista española del continente.

Situación geográfica de sus orígenes y proceso de expansión del nombre

Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja elaborado por Tomás López en el año 1769. [1]​ La divisoria entre las dos riojas se sitúa en el río Iregua. El canónigo e ilustrado Juan Antonio Llorente lo criticó en el año 1805, puesto que tenía el error de omitir o dejar fuera varios pueblos que también eran riojanos, especialmente en La Rioja Baja y eran parte integrante de los 7 valles que con sus respectivos ríos van desde el Tirón por el oeste hasta el Alhama por el este y que son todos ellos enteramente riojanos.[n 1][2]

El nombre de Rioja aparece escrito hacia el s. XI para designar la zona más occidental de la región española. La primigenia Rioja sería tan solo la tierra entre las cuencas de los ríos Tirón y Oja. Poco a poco el mencionado topónimo se fue extendiendo en la antigüedad para nombrar al resto de la misma, es decir, a todo el territorio conformado por siete valles con sus respectivos cauces fluviales situados entre los de los ríos Tirón por el oeste y Alhama por el este que vierten sus aguas en el Ebro, abarcando los límites actuales.[3]

Las primeras referencias escritas a los términos originarios —diferentes variantes documentadas en la Edad Media— del nombre de La Rioja se referían en el siglo XI a una demarcación civil o eclesiástica colindante con los Montes de Oca, con límite al oeste en la localidad de Belorado y con Briones al este, que corresponde con las cuencas de los ríos Tirón y Oja.[4]​ Con el transcurso del tiempo el nombre iría expandiéndose durante la Edad Media, nombrando a un territorio cada vez mayor, como consecuencia de acontecimientos políticos, sociales y territoriales que tuvieron lugar durante la época. El mismo iría extendiéndose en la época medieval hacia oriente por la diócesis de Calahorra, haciéndose sucesivamente con las cuencas de los ríos tributarios del Ebro Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos etc hasta llegar por el este al Alhama. De esta manera fue denominando al resto de comarcas riojanas y ampliandose el topónimo Rioja hasta abarcar los límites actuales.[3]​ Sus habitantes se denominaban riojanos —"riogensi" en la primera referencia escrita al gentilicio— y así eran conocidos. La expansión de La Rioja llegó a ser tal que incluso en los siglos XVII ,[5]XVIII y XIX se identifica con este nombre a una región incluso algo mayor que la actual Comunidad Autónoma.[6][7]

Posteriormente, a raíz de la conquista de América por parte del imperio español, el topónimo Rioja se aplicaría a diversos territorios poblados por riojanos de origen europeo en este continente.[3]​ Lo mismo sucedería en la actual provincia de Almería, como consecuencia de la conquista del Reino de Granada. [8]

Algunas menciones históricas

Se suele considerar como la primera mención documentada la que aparece en el Fuero de Miranda, concedido por el monarca Alfonso VI en 1099, donde aparece como Rioga y Riogam, o escrito como Rioxa y Rioxam, pronunciándose como Rioja y Riojam.[9]​ Para Tomás Ramírez​, la importancia del texto radica en que se hace una transcripción del topónimo que puede considerarse romance, algo que no sucede en otros documentos en los que el término está traducido al latín, por lo cual se plasma con diferentes grafías (rivo de ogia, rivo de Oia....).[10]

[...] Omnes homines de terra lucronii, aut de nagera, aut de rioga, qui uoluerint transire mercaturas uersus alauam, aut de aliam terram ultra ebro, aut omnes de alaua, aut de alia terra quacumque uersus lucronium, aut ad nagaram, aut riogam, transeant per mirandam et non per alia loca: si non perdant mercaturas; et de lucronio ad mirandam non sit pons nec barca.[n 2]
Fuero de Miranda de Ebro, año 1099

En el mismo Fuero de Miranda también se lee:

de Campaxares, aut de Burobia, aut de terra de Naxera, aut Lucronio, per caminum usque ad Oca et Ribodeoja ad inferius usque dum cadit in Ebro.[n 3][11]
Fuero de Miranda de Ebro, año 1099

Según esto, en el siglo XI se entendería por Rioja las tierras comprendidas entre Belorado al oeste y Briones al este, que son las cuencas de los ríos Oja y Tirón.[12]​ Posteriormente, el nombre iría expandiendose de forma paulatina al ser utilizado para denominar a un territorio cada vez mayor, hasta llegar por el este al río Alhama, cubriendo los límites actuales, tal y como se deduce de otras referencias a La Rioja escritas en siglos sucesivos.[3]

Sin embargo, si bien se considera tradicionalmente el mencionado fuero de Miranda de Ebro del año 1099 como el escrito más antiguo en el que aparece el topónimo Rioja reflejado como Rioga, existe un texto anterior relacionado con esta materia que se halla en el folio 63 del Becerro Galicano de San Millán de la Cogolla datado en el año 1082. Está redactado también en latín y en él se menciona a una población desaparecida llamada Irahuri que se ubica en rivo de ogga, la cual donan Bermudo Gutierrrez y su mujer Godina al monasterio de San Millán.[13][14]​Dice así:

In nomine Christi redemptoris nostri. Ego quidem senior Veremudus Gutier et uxor mea dompna Gutina, placens nobis, promto corde, spontanea voluntate, ut pro anime nostre remedium concedimus et confirmamus ab honorem sancti Emiliani presbiteri et tibi, presenti patri Alvaro abbati, cum ceteris monachis ibi Deo servientibus, in Rivo de Ogga, in villa Irahuri nostras comparaciones, solares et divisas, integrum et libero.[15]
Folio 63 del Becerro Galicano de San Millán de la Cogolla, año 1082.
Mapa italiano de La Biscaia. Aparece Alava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra y La Rioja escrita con la grafía «Rioxa». Año 1696.

Según Eduardo Aznar Martínez[n 4]​ sería Irahuri una aldea desaparecida de difícil localización, seguramente cercana al río Oja, cuyo nombre proviene del euskera. El término consta de dos componenetes: huri que significa 'villa o lugar poblado' y ira que es más dudoso y puede significar 'helecho, helechal'.[16]​ Para los expertos que realizaron la transcripción y edición digital del Becerro Galicano, esta localidad se encontraba próxima al municipio de Casalarreina.[17]

También existe una referencia anterior al fuero escrita en el año 1084 para algunos y en 1087 para otros, en la cual se da constancia de una donación al abad de San Millán don Blas del monasterio de San Sebastián que está en el valle de Ojacastro y a continuación añade:[13]

Et confirmo bobis illum locus beremun in summitate fluminis oggensis postium, cum omnibus suis pertinentiis....[13]
Carta de Alfonso VI, año 1087

La interpretación del mencionado texto es dudosa, puesto que para Felipe Abad León y Eduardo Aznar Martínez es evidente que fluminis oggensis hace mención a un río y no a La Rioja.[18][13]​ No obstante, Tomás Ramírez piensa que cuadra mejor entenderlo por su contexto como una referencia a un territorio y por tanto ser la primera traducción de la palabra romance y siempre más antigua Rioja al latín .[19]

Más clara es otra escritura anterior al mencionado fuero, la cual aparece el folio 53 del Becerro Galicano de San Millán, datando del año 1095. En ella se explica como el Infante de Pauleja se entrega a San Millán y dona sus propiedades en La Rioja: «De Infante de Padulega carta in Rivo de Oia».[20]

Joaquín Peña[n 5]​ recogió en documentos de San Millán de la Cogolla de entre los siglos XI y XIV las diferentes apariciones de la palabra Rioja, siendo sus grafías: Rivvo de ogga (repetido y copiado por otros escritores); in rivo de Oia (mal copiado por el padre Serrano y otros que le siguen); fluminis oggensis; et toti rivogio; in rivo de ogia; et rivo ogie; et rivo de oga; in tota rivogia (en 1191 se repite rivo de ogga); rivogio; riogia (en una escritura de 1214); rioga; riogensi (riojano o de La Rioja).[9]​ Según Ramírez Pascual,[n 6]​ el nombre Rioja habría surgido oralmente en una época anterior a estas menciones documentales, en las cuales fue transcrito de diferentes maneras (rivo de ogia, rivo de Oia....) debido a que los escribas medievales intentaban traducir al latín un nombre que ya estaba en lo que puede considerarse romance con el fin de plasmarlo en textos cultos, lo cual les obligaba a descomponer el topónimo en varias palabras o modificarlo buscando el origen arcaico del término, tal y como se hace hoy en día.[10]

Si se hace uso del trabajo del mencionado autor, del siglo XII han llegado hasta la actualidad ocho escrituras en las que se nombra a La Rioja con diferentes grafías, como rivo de oia, rivo de oga, rivo de ogia, rivo ogie, rivo de ogga, rivogio o rivogia. Todas ellas corresponden a textos escritos en latín.[13]

Facta carta huius donacionis, sub Era Mª. Cª. LXXIª. Rege Aldefonso regnante in tota Aragon et in Pampilonia et in toto rivo de Oia usque Belforato.
Carta de donación de 1133 de Alfonso I el Batallador. Cartularios I, II y III de Santo Domingo de la Calzada.

Del siglo XIII existen tres escrituras en las que aparece el nombre de La Rioja. Dos de ellas están escritas en latín apareciendo como rivogio y riogia y una en castellano. En esta última aparece con su grafía actual «Burueba et en Rioja». Asimismo, también hay otro texto en latín del año 1228, donde aparece por primera vez el gentilicio riojano, escrito como riogeñ y riogensi, refiriéndose a un arcripreste de la diócesis de Calahorra llamado Martino Pascasii.[9][13]

Don Nunno, prestamero en Burueba et en Rioja.[21]
Colección Minguella, siglo XIII

Del siglo XIV se han encontrado gran cantidad de documentos donde aparece escrito el topónimo La Rioja. En la mayoría con su grafía actual Rioja o Rioxa y en textos en castellano. Asimismo, también se aprecia en algunos la palabra "la" que antecede al nombre.[13]

Burueba et de la Rioja et de tierras de Nagera et daqui en adelante que non consientan que ningunos les pase contra la dicha mercet.[22]
Cartas de Alfonso XI, siglo XIV

En siglos posteriores hay multitud de textos todos ellos escritos en castellano y no en latín, donde la grafía con la que aparece escrito el topónimo es Rioja casi sin variaciones. En el siglo XVI se aprecia por ejemplo de esa manera en una breve descripción de esta tierra que realiza el cronista Florian de Ocampo en su libro titulado Crónica general de España del año 1544:[23]

vna buena parte de tierra contenida dentro de las vertientes septentrionales, que fe figuen deftos montes y delas riberas del río Ebro fe dize comunmente Rioja, prouinçia muy abrigada, fertil y abundofa, llena de grandes prouechos.[24]
Florián Ocampo, Crónica General de España, año 1544
Mapa de la Casa de San Meder. Aparece parte de Álava y de Navarra y parte de La Rioja bajo el texto «parte de la rioja» con la grafía actual. Año 1678. [25]

También se pueden mencionar otros ejemplos de la misma centuria, como en el libro titulado Compendio Historial del año 1571, del historiador Esteban de Garibay, donde la palabra Rioja aparece en multutud de ocasiones. Así se muestra en un fragmento del mismo donde indica la presencia de Martín Fernández Puerto Carrero en Alfaro, Calahorra, Logroño y otras partes de La Rioja:[26]

Martin Fernandez Puerto Carrero obedeciendo el mandato de fu rey, torno a Caftilla dexando buen prefidio, en toda la frontera en Alfaro, Calaorra, Logroño y otras partes de la Rioja [27]
Esteban de Garibay, Compendio Historial, año 1571

Otra muestra, ya del siglo XVII, es la del logroñés Albia de Castro[28][n 7]​en su obra de 1633 titulada Memorial y Discurso político por la muy noble y muy leal ciudad de Logroño donde cuenta que esta ciudad se encuentra ubicada en La Rioja:[29]

tiene fu afsiento la mui noble y mui leal ciudad de Logroño en la prouincia de la Rioja[30]
Fernando Albia de Castro, Memorial y discurso político por la muy noble y muy leal ciudad de Logroño, año 1633

Además, también de la centuria del seiscientos, podemos ver más referencias a esta tierra como en el documento geográfico titulado Parte del Atlas Mayor o Geographia Blaviana Que contiene las Cartas y Descripciones de Españas del año 1672, en el cual haciendo una enmueración de varias ciudades, indica que algunas de las mencionadas como Calahorra, Santo Domingo de la Calzada, Arnedo, Nájera o Logroño se sitúan en La Rioja:[31]

Calahorra en la Rioja; (...) S.Domingo, Logroño, Naxara, y Arnedo, en la Rioja[32]
Officina de Juan Blaeu, Parte del Atlas Mayor o Geographia Blaviana Que contiene las Cartas y Descripciones de Españas, año 1672

Asimismo, la podemos encontrar también de manera muy abundante con la grafía Rioxa. Así se refleja por ejemplo en este párrafo del libro titulado El glorioso thaumaturgo español redemptor de cautiuos Spto Domingo de Sylos, hijo del patriarca San Benito del año 1668 en el que habla de que Santo Domingo de Silos fue ermitaño en Navarra y en La Rioja: [33]

Pero que Santo Domingo de Sylos aya fido ermitaño en Navarra, o en la Rioxa, va a dezir poco para nueftro argumento; y efte pleyto toca a los Rioxanos y Navarros, pues fon los interefados en aver tenido por vezino y morador a vn Santo tan prodigiofo, que cualquiera fe puede grloriar de falir con él.[34]
Juan de Castro, El glorioso thaumaturgo español redemptor de cautiuos Spto Domingo de Sylos, hijo del patriarca San Benito, año 1688

O en este fragmento del libro titulado El ente dilucidado : discurso vnico nouissiº q[ue] muestra ay en naturala. animales irracionales inuisibles y quales sean del año 1676, obra de Antonio de Fuentelapeña, en el que indica que el municipio de Anguiano se ubica en La Rioja:[35]

y efpecialmente en la villa de Anguiano, que es en la Rioxa[36]
Antonio de Fuentelapeña, El ente dilucidado : discurso vnico nouissiº q[ue] muestra ay en naturala. animales irracionales inuisibles y quales sean, año 1676


Del siglo XVIII, además de haber múltiples referencias escritas a La Rioja, se puede hablar también de obras donde la misma es la protagonista o constituye el espacio principal en el que se desarrolla el relato. Algunos ejemplos son los libros titulados Historia de Santo Domingo de la Calzada, Abraham de La Rioja de José González de Tejada,[n 8]​ publicado en el año 1702[37]​ o Recetario de las sustancias que se emplean en la elaboración de los tintes y maneras con que se tiñen los hilados de lana, los merinos, estameñas, paños y bayetas que se tejen en los pueblos de Cameros en la provincia de La Rioja de Vicente del Saz, del año 1775. Sin embargo, una de las obras más destacadas de la centuria del setencientos que tratan sobre esta región, es la titulada Compendio historial de la provincia de la Rioja, de sus santos y milagrosos santuarios,[n 9]​ del fraile Mateo Anguiano,[n 10]​ publicada por primera vez en el año 1701 y de la cual procede el siguiente texto:[38]

Al prefente no paffa en la Rioja de la ciudad de Alfaro el Obifpado de Tarazona, Ciudad bien cercana a la de Calahorra, ni fe eftiende a Garay, porque efte pueblo toca a Ofna. Mas con todo efto, en aquellos tiempos, fe eftendia a las partes dichas, por mas de vente y ocho leguas de largo, y cogia a toda la Rioja ,alta, y baxa, fus tierras, y la comarca de Garay.[39]
Fray Mateo Anguiano, Compendio historial de la provincia de la Rioja, de sus santos y milagrosos santuarios, año 1701

En el párrafo anterior se describe como a la fecha de la redacción del mismo, el obispado de Tarazona no pasaba en La Rioja de la ciudad de Alfaro, pero en épocas anteriores abarcaba toda La Rioja, tanto la Alta como la Baja, así como la comarca de Garay.

En cuanto a la mencionada obra de José González de Tejada titulada Historia de Santo Domingo de la Calzada, Abraham de La Rioja del año 1702 se puede citar el siguiente fragmento en el cual delimita el espacio que como describe se llamó Cantabria y que cubría toda La Rioja con sus montañas de los Cameros además de otros territorios:[40]

Pero en otros fe llamó Cantabria a toda la Montaña de Burgos y Afturias hafta Zea de Campos, y las tres provincias de Alava, Vizcaya, y Guipuzcoa, y toda la Rioja , con fus motañas de los Cameros.[41]
José González de Tejada, Historia de Santo domingo de la Calzada Abraham de La Rioja, año 1702


Teorías del origen de Rioja

Río Oja

Portada del libro titulado: Diccionario geográfico-histórico de España, por la Real Academia de la Historia. Sección II: Comprende La Rioja o toda la provincia de Logroño y algunos pueblos de la de Burgos. Es obra de Ángel Casimiro de Govantes y en él, entre otras muchas cosas, se describe una de las teorías sobre la etimología del topónimo Rioja (año 1846).[42]

La teoría más extendida popularmente indica que tomaría el nombre del río Oja. La palabra habría partido de los elementos rivus (ablativo rivo que en castellano sería río) y la evolución ogga, ogia, ogie, oga, que termina en Oja. En la antigüedad, los dos componentes de la misma se fusionarían.[9][10]​ Diversos autores que han propuesto esta teoría etimológica apoyándose en la tradición o en la documentación antigua como Ángel Casimiro de Govantes en 1846,[43]Pascual Madoz en 1850, Ildefonso Zubía en el siglo XIX, López Barrón en 1900, Julio Santamaría en 1926, Agustín Urcey Prado en 1932, Justiniano García Prado en 1952 y Menéndez Pidal en dos obras de 1926 y 1962 otorgan a este Oja una etimología natural, que vendría dada por las hojas desprendidas principalmente por las hayas, encinas y arbustos del valle circundante, que cubrirían sus aguas en algunas épocas del año.[n 11][44][9]​Joaquín Peña en 1973 por su parte, tal y como suscribe Felipe Abad León, después revisar los documentos medievales por él encontrados en los cuales aparece el topónimo Rioja, acaba llegando a la las mismas conclusiones. Sin embargo el componente ogga de la palabra que derivaría en oja es de significado desconocido para el experto.[13]

En cualquier caso, la asociación entre el nombre de este curso acuático y el de la región es planteada desde muy antiguo. Por ejemplo, el cronista Florian Ocampo ya lo apuntaba en el año 1544,[23]​ también Rodrigo Méndez Silva en una obra publicada en 1675, escribiendo la frase «la provincia Riojana, afsí nombrada por el Río Oja, territorio de los regalados, agradables y abundofos de Efpaña, con falutiferos baños de Arnedillo....»[45]o el padre Murillo Velarde en 1752 diciendo que «Logroño es cabeza de La Rioja, dicha así del río Hoja».[46]

Numerosos estudiosos del tema como el lingüista Benito izquierdo, Guillermo Rittwagen o Tomás Ramírez han argumentado en contra de esta teoría. Así, este último en su trabajo del año 2005, sostiene que en los escritos medievales más primitivos por él estudiados nunca se habla de un río llamado Oja, sino que lo mencionan como ilera, illera o glera por ser un barranco pedregoso que permanecía seco largos meses del año.[10]​ La aparición de esta denominación en los documentos es posterior a la mención en ellos del nombre Rioja, por lo que no puede ser ese su origen. Algunas citas de la edad media interpretadas por otros autores como referencias al río Oja son en realidad por su contexto traducciones al latín de la palabra siempre más antigua Rioja. Esta sería por tanto una etimología popular incorrecta (paretología) que se habría mantenido tradicionalmente desde épocas muy pretéritas, como ocurre en otros muchos casos.[19]​ A parecidas conclusiones llegó Guillermo Rittwagen en el año 1920. Dicho autor explica que Glera es el término más antiguo para designar al accidente geográfico, así como esgrime que el mismo ocupa solo una parte de La Rioja y no obstante son riojanos también territorios que se encuentran muy alejados de él y bañados por otros caudales, por lo cual sería una incongruencia buscar su bautismo en el Glera. Por otra parte también rechaza la idea de que el término Oja provenga de las hojas que arrastran sus aguas, debido a que carece de ellas casi todo el año con lo que conforma un cauce pedregoso.[47]

Otros investigadores si describen por el contrario menciones en la documentación medieval más antigua a un curso fluvial llamado Oja. Así lo defiende por ejemplo Eduardo Aznar Martínez en el año 2010, encontrando incluso en Villalobar el topónimo vascuence Val de Oiaco Harana que significa literalmente 'el valle u hondonada del Oja', por lo cual deduce que este sería el sustantivo utilizado por la comunidad vascófona de la zona para denominar al cauce. También referencias a localidades bañadas por sus aguas como Ojacastro, escrito como Olia Castri en el año 1045, cuyo primer componente del término es 'Oja', traduciendose como el 'castro del Oja'. Lo mismo sucede con el despoblado de Ajugarte cuyo nombre aparece escrito en 1087 como Oggobarte u Oggabarte procedente de 'oiha-ubarte' que significaría en vascuence 'entre aguas del Oja, isla fluvial del Oja'. [48][49]

Tierra de riachuelos, Rivalia

Tomás Ramírez realizó un trabajo en el año 2005 en el que analizando la documentación medieval intentaba encontrar el origen etimológico del topónimo Rioja.

Una página del Becerro Galicano de San Millán de la Cogolla en la que se menciona a La Rioja, apareciendo el nombre transcrito como rivo de Ogga. Año 1082.[50]

Era costumbre de los escribas durante la edad media el traducir los topónimos populares en romance u otras lenguas al latín para poder plasmarlos en los textos cultos que se redactaban en ese idioma. Para ello descomponían la palabra en varias partes o la modificaban tratando de encontrar el origen arcaico del término, tal y como se hace ahora. Por esta razón, Tomás Ramírez Pascual al igual que otros autores[n 12]​ afirma que las menciones que aparecen en los textos medievales escritas como rivo de ogia o rivo de Oia son transcripciones latinas de la palabra romance Rioja, ya que es evidente por el contexto de los mismos que con tal denominación no se refieren a un cauce fluvial llamado Oja, sino a un territorio. La idea viene apoyada también porque se conservan escritos antiguos del siglo XI en los que la palabra 'Rioja' está transcrita en romance como Rioga[n 13]​ y posteriormente, a partir del siglo XII, aparece descompuesta y latinizada como rivo de ogia o rivo de Oia. Debido a ello el autor plantea la hipóteis de que el nombre de la región no proviene de río Oja, como indican otros expertos, que se basan para afirmarlo en tales transcripciones. Intenta demostrarlo realizando un análisis de la documentación medieval referente al accidente geográfico, señalando que en todos ellos se le llama Glera, Ilera, Illera, Madre o 'las aguas', sin que en los textos más antiguos aparezca el término 'Oja' referido a un cauce fluvial. Además señala que en ellos a la Glera nunca se le considera y llama río, ya que es un barranco pedregoso que permanece seco durante la mayor parte del año. Tampoco a su valle se le llama 'valle del Oja', sino que por el contrario recibe la denominación de 'valle de Ojacastro' valle de Oggacastro o 'valle de Ezcaray' Vall d’Ezcaray. En resumen, el autor concluye diciendo que en la época en la cual aparece el topónimo Rioja, el curso acuático no recibía el nombre 'Oja', sino Glera, Illera o 'Madre' y por tanto no se puede buscar ahí su origen toponímico.[19]

Tras desechar con los argumentos antes mencionados que el topónimo provenga de río Oja y teniendo en cuenta que las grafías rivo de ogia, rivo de Oia etc.. que aparecen en la documentación son traducciones al latín de la palabra Rioja, analiza los escritos antiguos para averiguar que límites abarcaba La Rioja primigenia a la que se refieren las primeras referencias medievales. Tras ello, piensa que la primitiva Rioja se ubicaba entre los ríos Oja o Glera y Tirón y los montes de Yuso. Dado que esta es una zona con gran cantidad de riachuelos, plantea la hipóteisis de que el término originario del cual procede el nombre significaría 'tierra de riachuelos'. También cree que sería Santo Domingo de la Calzada el responsable de que el topónimo Rioja comenzara a extenderse hacia el este en la edad media para acabar con el tiempo denominando a un territorio mucho mayor. Esta expansión nominal se debería también a la enorme influencia que ejercería la ciudad de Santo Domingo de la Calzada sobre toda la región.[19]

Claudio García Turza encontró en el códice 31 del monasterio de San Millán de la Cogolla el término rialia en el siguiente texto. Tras estudiar el documento indicó que procedería del sustantivo femenino singular de la locución latina rivalia.[51]

muscus: lanugo In sparti similitudinem, unde et "muscosi fontes"; Auca . rialia.
Códice 31. 63v 1, 10.[51]

Este término es el plural colectivo neutro de 'rivum' con terminación diminutiva, que significaría riachuelos o canalejas. Según Tomás Ramírez la palabra Rioja se habría derivado de esta como rialia-riolia-rioja, que dejaría la frase anterior traducida como «junto a Oca está Rioja», siendo Oca la comarca aledaña conocida actualmente como Montes de Oca. Cuando se aceptó popularmente la palabra y se la tuvo que traducir en documentos cultos al latín, se habría recurrido a la etimología popular que acabó dividiendo la palabra originaria en dos como Rivus de oia y con diferentes formas (ogga, oga, ohia) que evolucionaron con el paso del tiempo.[10]​ Según el autor, el término Ogga significaría Ojo u hoyo, la cual es una palabra muy frecuente para designar al lugar de nacimiento de los ríos. Por ello, este nombre daría lugar a la etimología popular con la que la latinizaban los escribas medievales. El topónimo Rioja aparecería oralmente muy pronto, hacia el siglo IX, en plena repoblación cristiana, para comenzar a ser plasmado por escrito en el XI. [19]

Antonino González Blanco recoge topónimos de varios términos de La Rioja derivados de Rivale y Rivalia como El Riajo, Los Riajos, Riajondo, Riajuelo, Los Riajuelos, Riajillo Largo, Reazuelo y Riajales (registrado en Redecilla del Camino y en Viguera).[52]​ En Santa Marina se da Matariajales y en Azofra y Pedroso Riojales, cuya variante podría obedecer a un cruce de río.[51]

Teorías euskéricas

Portada del libro titulado: Compendio historial de la provincia de La Rioja, de sus santos y milagrosos santuarios. Obra de Mateo Anguiano Nieva. En él, entre otras muchas cosas, se describe una teoría sobre el origen del topónimo Rioja. Existen dos ediciones del mismo, una del año 1701 y otra del año 1704.[38]

Existen varias teorías que atribuyen un origen etimológico en euskera. Parece que durante los siglos en los que pudo originarse el nombre, La Rioja se encontraba influenciada por esta lengua. Existe en la región numerosa toponimia de etimología eskérica mayor (poblaciones) y menor (riachuelos, términos, accidentes del terreno), que según Merino Urrutia solo puede deberse a que era el idioma hablado por las tribus de berones y autrigones que allí vivían.[53]

En 1704 Mateo Anguiano Nieva apuntaba en su Compendio Historial de la Provincia de La Rioja a la procedencia de la unión de las palabras euskéricas erria y oguia, que significan tierra y pan, respectivamente, pronunciándose erriogia que se traduciría como 'tierra de pan'.[54]

En 1807 Manuel de Echevarría en su Diccionario etimológico de voces provinciales de La Rioja se inclinaba también por un origen vasco.[n 14][9]

En 1920 Guillermo Rittwagen después de analizar la documentación medieval, apuntaba a que el río Oja habría tomado su denominación de la localidad de Ojacastro y no viceversa. También rechaza con diversos argumentos la idea de que el nombre de la región proceda del de este curso acuático, explicando que Glera es el término más arcaico para designarlo, así como que el mismo abarca solo una parte de La Rioja, por lo cual sería incongruente buscar en él su bautismo. En su lugar afirma, dado el volumen topónimico en lengua vasca de la zona, que se puede encontrar en ese idioma una etimología más verosimil. De esta manera indica que el topónimo La Rioja puede ser una corrupción de las voces vascas erri-oji u ojia cuya traducción es 'tierra o territorio o terreno de pan' puesto que los tres vocablos tienen su origen en el vasco erri que eso signifíca. El nombre vendría dado por la abundancia de cultivos de cereales que habría en la antigüedad.[n 15][47]​ Este criterio lo sostuvo Constantino Garrán al publicar en 1925 un artículo en el diario La Rioja posicionando el origen del nombre de la región en los antiguos vocablos de ascendencia vascuence Rivogia o Rioxa.[9]

El investigador José Juan Bautista Merino Urrutia que elaboró numerosos trabajos sobre la toponimia riojana de etimología euskérica desde el año 1931 hasta 1978, estimó que procede de la raíz vasca oia que traduce como 'bosque', que por evolución originaría los términos ogga y posteriormente oja, para luego anteponer el prenombre latino rivum que significa 'río'. Esta sería por tanto una conclusión híbrida en la que se mezcla la teoría tradicional que apunta al río Oja y las eskéricas. Así lo indica tras recoger las diferentes grafías de la voz en la documentación medieval y al lugar de Ojacastro. Otros topónimos vascos como Oyarzun, Oria o Baroja tendrían el mismo germen.[44]

El gastrónomo y escritor guipuzcoano José María Busca Isusi apuntó a un posible origen en la unión de las voces erri y hotza, que se traducirían como 'tierra fría' [9]​ y que habría derivado en errioxa.

El lingüista y experto en estos temas Benito Izquierdo rechazó otras teorías anteriores, tanto las que para él son las más vulgares al encontrar el origen etimólogico en el río Oja como las más complejas, que lo buscan en términos como Erriogía. Además de esto aportó una nueva que daba como origen la palabra vasca arrioxa, la cual se traduce como 'mucha piedra', sinónima de Glera, que es el nombre que antiguamente recibía el río Oja.[n 16][9]

Río de lecho fluvial, rivo Ohia

Una teoría más actual es la del investigador Eduardo Aznar Martinez, la cual es planteada en sus trabajos sobre el euskera en La Rioja en la antigüead, publicados entre los años 2010 y 2017.

Municipio de Ojacastro en la actualidad.

El experto comienza su planteamiento intentando probar que desde épocas muy primitivas el cauce fluvial que hoy denominamos Oja ya se llamaba así, en contra de los argumentos aportados por otros autores, los cuales defienden la idea de que en el siglo XI, momento en el cual apareció escrito el topónimo Rioja, el río no recibía ese nombre, sino Glera, Illera o llera. Para ello realiza un análisis de la documentación medieval razonando que en varios textos se hace alusión a un curso fluvial llamado de esa forma con diferentes grafías, apareciendo como rivo de Ogga en 1082, flumminis Oggensis en 1087, riuo de Oiha en 1120, rivum de Oia en 1120, rivo Ogia en 1121, rivo de Oia en 1122 y 1133 y rio d’Oia en 1183 y 1198, así como también existe una escritura del año 1275 donde se dice textualmente «rio de Oia que dizen la Glera», lo cual indica que las denominaciones del río Oja y Glera convivían al mismo tiempo. A su vez destaca la aparición de menciones al municipio de Ojacastro escrito Olia Castri en los años 1045 y 1056 y como Oia Castro en 1074. Dada la localización del mismo en las riveras del Oja, entiende que el primer componente del término no es otro que el del río y por lo tanto, ya recibía esa denominación desde antiguo. El colocar el nombre del curso acuático que baña a una localidad junto al suyo, es algo que se hace hoy en día para diferenciar a unos municipios de otros con la misma denominación. Sucede, por ejemplo, con Cervera del río Alhama o Albelda de Iregua. Esto ocurriría también con Ojacastro, puesto que entonces la palabra Castro sería muy frecuente para designar a multitud de lugares. Deduce también que el topónimo de la localidad procede del vascuence, dado que su construcción está realizada a la inversa del castellano en la forma Oja-Castro y no Castro del Oja o Castro-Oja, algo que es propio del euskera. Señala además la probada presencia en el medievo de esta lengua en el municipio. El componente Castro sería un préstamo romance. Algo similar sucede al analizar la denominación del despoblado Ajugarte, que aparece en los escritos medievales como Oggobarte u Oggabarte en 1087 y años posteriores. El topónimo habría derivado del euskera oiha-ubarte, que significa 'entre aguas del Oja, isla fluvial del Oja'. Este detalle refuerza la idea de que Oja era el nombre del río en aquella época. Otro topónimo euskérico perteneciente a un rincon de Villalobar que aparece en el Becerro de Santo Domingo del año 1380 como Val de Oiaco Harana, traduciendose como 'el valle u hondonada del Oja ', indicaría que la población vascófona de la zona era la que llamaba así al valle del río y que por lo tanto el origen del nombre del cauce flivual es incuestionablemente euskérico. Este apelativo conviviría con el término romance de Glera, que también se utilizaría para nombrarlo, al igual que sucedió en otros muchos casos. Por ejemplo en Fresneda de la Sierra, cuya denominación osciló en los primeros dicumentos entre Lizárraga (de Lizar, igual a fresno) y Fresneda hasta decantarse por el actual a raíz de la influencia castellana.[49]

A partir de este razonamiento, indica que el nombre procedería de la contracción del término latino río Rivum con Oja, palabra esta última que vendría del término euskérico Ohia que traduce como 'cama' y por extensión 'lecho' o 'lecho fluvial'. Lo cual entraría en concordancia con el significado del término Glera, que es cascajo del lecho de un río, nombre dado también a este curso acuático. Por tanto nos encontramos ante una tautología, es decir, la repetición de la misma idea en dos idiomas diferentes, algo frecuente en la toponimia. En cuanto a la evolución del término, la mutitud de grafías con las que aparece la denominación del cauce plantea dudas acerca de cual pudiera ser su primitiva pronunciación exacta, pero se puede pensar que la -i- de Ohia sufriría un proceso de velarización hasta producir un sonido parecido a la -x- que sería adaptada por la fonética romance como -j- dando lugar al término Oja como hoy lo conocemos. [48][18]​ Este topónimo, tendría diversos paralelos lingüísticos euskéricos que encontrariamos en la casa Ohié de Garraibie (Zuberoa) o Oya en la zona de Yesa (Navarra).[18]​ En cuanto al artículo 'la' que antecede al nombre de Rioja, ocurriría que en la edad media existío una entidad administrativa llamada La Merindad de Rioja desde al menos el año 1191. Con el paso del tiempo el término se simplificó para acabar en la expresión actual de La Rioja. También Aznar Martínez cree que el concepto Rioja se fue extendiendo en la edad media desde la zona que primero se llamó así hasta cubrir todo el territorio que hoy en día conocemos como tal debido a diversas circunstancias políticas, territoriales y sociales acaecidas en la antigüedad.[49]

El autor J.M. de Sansinenea publicó un artículo en el año 1968 ubicado en el Boletín de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, en el cual sugirío también tímidamente que el término Oja procedía del euskera, 'cama'. Esta conclusión a la que llegó de manera independiente, coincide con la de Eduardo Aznar Martínez.[55]

Otras teorías

La teoría más fantástica es la que realiza José González de Tejada en su libro publicado en el año 1702 titulado Historia de Santo Domingo de la Calzada, el Abraham de La Rioja en el que explica que el nombre La Rioja derivaría del que supone tenía antes la región que era Ruconia, el cual dejeneraría en Rivoja. En realidad, las fuentes medievales visigóticas al hablarnos de las campañas realizadas por los reyes visigodos contra los rucones, más que contra los riojanos serían contra los habitantes del valle del Roncal.[44]

El investigador de la historia del lenguaje Enrique Cabrejas en un artículo publicado en el año 2017, señala que el nombre del topónimo Rioja lo dieron los celtíberos, en concreto los cario y vendría a significar en su lengua 'La Hija del Río'.[56]

Otras denominaciones

Para nombrar zonas de La Rioja no bien precisadas o a toda ella, se usaron diferentes términos. Justiniano García Prado recoge las siguientes: Beronia, Ruconia, Cantabria, Celtiberia, Carpentania y Meltria,[9]​ así como Casimiro de Govantes recoge además la de Veled Assikia.[57]

  • Beronia: era como se conocía al territorio que ocupaba el pueblo prerromano de los berones, que habitó la mayor parte de La Rioja.
  • Ruconia o Ruconiae: durante un tiempo se pensó que el pueblo de los rucones mencionados en la historia goda correspondía a los hoy llamados riojanos, pero Miguel Cortés y López, en su Diccionario Histórico Geográfico de España, indica convencido que los Rucones se habrían ubicado en el Valle de Roncal.[43]
  • Celtiberia: parte del actual territorio riojano quedó dentro de la zona que los romanos denominaban Celtiberia.
  • Meltria: Sancho el Mayor organizó el reino de Pamplona en tenencias, poniendo en cada una de ellas a un hombre de confianza. Cerca de 1015 creó una llamada Meltria de la que se desconoce su ubicación exacta, pero se estima que se hallaría en la comarca Iregua-Leza.[58]
  • Veled Assikia: Nombre dado por los árabes a La Rioja, significa tierra de regadíos o tierra de acequias.[57]

El topónimo «La Rioja» en América

A raíz de la Conquista de América por el Imperio español, el nombre «La Rioja» fue utilizado para denominar diversos lugares en el llamado Nuevo Mundo, los cuales fueron poblados o nominados en su mayoría por riojanos de origen español. Debido a ello se puede encontrar también en Argentina, Chile, Cuba y Perú.

En Argentina

El 20 de mayo de 1591, el riojano Juan Ramírez de Velasco, por entonces gobernador del Tucumán, una amplia región que abarcaba todo el noroeste de la actual Argentina, fundó la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja, al pie de las primeras estribaciones de la cordillera de los Andes. Con el tiempo, la ciudad fue conocida simplemente como La Rioja y dio nombre a un amplia región a su alrededor que fue adquiriendo creciente autonomía, hasta organizarse como Provincia de La Rioja en 1814 y ser una de las catorce provincias fundadoras de la Argentina.[59]

Además del propio Juan Raimrez de Velasco, natural de la localidad riojana española de Estollo, hubo 51 españoles en la fundación de la ciudad. Algunos de ellos se sabe que también procedían de La Rioja española como Juan Ramírez de Montalbo, presunto sobrino del fundador y oriundo de Logroño. La razón por la cual eligió el nombre de su región de procedencia para bautizar a la nueva ciudad, la explicó en una carta escrita el 20 de julio de 1591 dirigida a Felipe II, la cual dice así:[60]

Y después de haber descubierto más de cincuenta leguas de largo y treinta de ancho, y hallado un asiento cual podía desear, a la ribera de un río que sale de Famatina..... fundé y poblé en nombre de Vuestra Majestad la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja , por cumplir con todos y haberlos tomado por intercesores, y con licencia de vuestra majestad, e cumplir con mi patria (La Rioja). En la cual (ciudad) descubrí al parecer de diez a doce mil indios, gente gallarda y bien vestida, con los cuales y con otros tiene la provincia....,hice en nombre de Vuestra Majestad cincuenta y seis encomiendas, y dejo hecho un fuerte cual conviene para la defensa de cincuenta y un españoles y dejé en él proveidos de armas y municiones y bastimentos.[61]
Juan Ramírez de Velasco, Carta a Felipe II, 20 de julio de 1591

Otro riojano, Pedro del Castillo, fundó el 2 de marzo de 1561 la ciudad de Mendoza, denominándola Ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja, en un valle al que llamó Valle de La Rioja.[62]

En Chile

En Chile existe un poblado llamado La Rioja situado cerca de Antofagasta, entre Baquedano y Deseada.[3]

En Cuba

En Cuba se denominó La Rioja a un pueblo y por extensión a un barrio ubicado en el municipio de Holguín, capital de la Provincia de Holguín.[63]

También en Cuba existe un río llamado Rioja que nace en el monte Iguaru y desemboca en El Salado, tributario a su vez del río Cauto que vierte sus aguas al golfo de Guacanayaba, al sur de la isla.[3]

En Perú

En Perú el 22 de septiembre de 1772, Félix de la Rosa Reategui y Gaviria fundó la ciudad de Santo Toribio de la Nueva Rioja sobre caserío indígena de Uquihua, que adquirió con el paso del tiempo el nombre de Rioja, a veces identificada como Rioja Perú y también conocida como "la ciudad de los sombreros". En 1935, se creó la Provincia de Rioja, designándose a la ciudad de Rioja como su capital, e incluyendo como uno de sus distritos al Distrito de Rioja.[64]​ La ciudad peruana recibiría su nombre debido a la solicitud de uno de sus fundadores, el riojano don Juan José Martínez de Pinillos y Larios, nacido en Nestares.

El topónimo «Rioja» en Almería

En la provincia de Almería existe un pueblo llamado Rioja al término de Pechina. Cerca hay un topónimo también riojano denominado Baños de Alfaro. Asimismo también existe un cortijo con este nombre en Cuevas de Almazora.[3]

Según un estudio del historiador almeriense José A. Tapia —citado íntegramente por el investigador Merino Urrutia en uno de sus trabajos realizado en 1968— el motivo por el cual el municipio de esta provincia lleva el nombre Rioja se debe a que en el momento de la conquista cristiana del Reino de Granada algunos topónimos locales en lengua árabe se sustituyen por otros en castellano como consecuencia de su difícil pronunciación para los nuevos pobladores. De esta manera, el propietario cristiano que se asienta en estas tierras a partir del año 1500 otorgaría el nombre actual al pueblo. Los documentos estudiados por Tapia más antiguos en los cuales se hace referencia a esta localidad proceden del siglo XVI, nombrándose a veces como Pago de Rioja. Así pues, en uno de ellos fechado en el año 1530 se cita a un tal «Francisco de Logroño en el pago de Rioja» que era maestro de la catedral de Almería y tenente de fincas en el pago. Sería este Francisco de Logroño o un familiar suyo quien nostálgico de su tierra de nacimiento, otorgara a la localidad el nombre de su región de procedencia. El cercano topónimo de Baños de Alfaro, también riojano, podría tener el mismo origen. [8]

Notas

  1. Lo hizo en un discurso ante los miembros de la Real Sociedad Económica de La Rioja, una de las sociedades de amigos del país fundadas en el siglo XVIII conforme a los ideales de la ilustración.
  2. Además, todos los hombres de tierra de Logroño, o Nájera, o Rioja que pretenda pasar mercancías hacia Álava o de otra tierra cualquiera hacia Logroño, Nájera o Rioja, pasarán por Miranda y no por otros lugares. Si no, pierdan las mercancías. Y desde Logroño a Miranda no haya puente ni barca. Traducción recogida en el primer tomo de Historia de La Rioja, p. 40.
  3. De Campazar o Bureba, de la tierra de Nájera o Logroño, por el camino hasta Oca y Rioja y más abajo hasta llegar a parar al Ebro.
  4. Eduardo Aznar Martínez es antropólogo e historiador. Ha investigado las huellas del euskera en algunos espacios como en La Rioja. Ha escrito libros sobre este tema como El Euskera en La Rioja. Primeros testimonios y Tierras, gentes y voces. El legado del euskera riojano. En este último analiza la toponimia, léxico y antroponimia riojana antigua de procedencia etimológica euskérica. Asimismo desarrolla una teoría sobre el origen del topónimo Rioja.
  5. Monje de San Millán de la Cogolla y académico de la historia. Publicó en 1973 una selección de archivos del convento de entre los siglos XI y XIV en los que aparece la palabra Rioja.
  6. Tomás Ramírez Pascual. Párroco de Santo Domingo de la Calzada entre 1981 y 1999. Escritor de «La Rioja. Origen y etimología. De cómo Santo Domingo de la Calzada trajo "rioja" a La Rioja»
  7. Fernando Albia de Castro nació en Logroño (La Rioja) en el año 1572, siendo bautizado en la parroquia de Santiago. Vivió la mayor parte de su vida en Lisboa desempeñando el cargo de Veedor general de la Real Armada Ejército del Mar Océano de la gente de guerra y galeras del Reino de Portugal. Escribió varias obras hasta su muerte.
  8. José González de Tejada nació en Gallinero de Cameros (La Rioja) en el año 1636, fue colegial mayor de San León de la Universidad de Alcalá de Henares, de Santa Cruz de Valladolid y de Santa María de Palencia y la Calzada, doctor por la universidad de Alcalá de Henares, canónigo magistral de las iglesias de Palencia y Santo Domingo de la Calzada y obispo de Durango en Nueva Vizcaya (México). Escribió la obra que ahora ocupa y murió siendo canónigo de la Santa Iglesia Primada de Toledo en 1704, donde permanece sepultado
  9. Esta obra es especialmente relevante y destacada dentro de la historia riojana, pues se menciona mucho en momentos posteriores. Existe un párrafo de la misma muy citado en trabajos de historia, donde su autor, el fraile Anguiano, realiza una sucinta descripción de La Rioja, en la cual indica que limita con los reinos de Navarra y de Aragón, con las tierras de Burgos y de Soria y con las provincias de Álava y la Bureba, así como describe que se divide en Alta y en Baja y que sus habitantes se llaman riojanos y así son conocidos.
  10. De este autor poco se sabe. Incluso el historiador Felipe Abad León duda que este fuera su nombre de nacimiento y no de profesión. También pone en duda su fecha de nacimiento. Se conocen varias obras que escribió a partir del siglo XVII. En este párrafo se explica que el obispado de Tarazona no pasaba entonces en La Rioja de la ciudad de Alfaro, pero que anteriormente la abarcaba toda, tanto la Rioja Alta como la Baja
  11. Estas teorías aparecen respectivamente por autor en los siguientes libros y documentos: Diccionario geográfico-histórico de La Rioja o toda la provincia de Logroño y algunos pueblos de la de Burgos, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Flora de La Rioja el cual fue escrito en el siglo XIX, pero publicado de forma póstuma en 1921, un artículo escrito en Diario La Rioja titulado Rioja antigua, diversos artículos publicados en el periódico La Rioja, Historia de Valvanera, La Rioja como región geográfica, Los orígenes del Español y En torno a la lengua Vasca.
  12. También lo señalan Ángel Casimiro de Govantes en 1846, Joaquín Peña en 1973 y Felipe Abad León en 1980, entre otros.
  13. En el Fuero de Miranda de Ebro del año 1099.
  14. Fray Manuel de Echevarría lo recogió en su Diccionario etimológico de voces provinciales de la Rioja, manuscrito que se conserva en la Biblioteca de la Diputación de Logroño. Permaneció inédito hasta que Cesáreo Goicoechea lo incluyó en su libro Vocabulario riojano.
  15. Guillermo Rittwagen lo indicó en una conferencia dada en la Real Sociedad Geográfica, el 19 de enero de 1920 y lo plasmó posteriormente en su libro Estudios sobre La Rioja, Madrid, Publicaciones de la Real Sociedad Geográfica, 1921.
  16. Benito Izquierdo realizó la obra manuscrita denominada Qué dice el vocablo Rioja de La Rioja. Este fue examinado y comentado en un artículo publicado por el periodista Manuel de las Rivas en el periódico en Nueva Rioja.

Referencias

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Bibliografía