Domiciano

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Plantilla:Infobox monarca Tito Flavio Domiciano (24 de octubre del 51 - 18 de septiembre del 96), comúnmente conocido como Domiciano fue emperador romano desde el 14 de octubre del 81 hasta su muerte el 18 de septiembre del 96. Domiciano fue el último emperador de la Dinastía Flavia, que reinó en el Imperio Romano desde el 69 hasta el 96, y que abarcaba los reinados del padre de Domiciano, Tito Flavio Vespasiano (69 - 79), el de su hermano mayor Tito Flavio Sabino Vespasiano (79 - 81) y finalmente su propio reinado (81 - 96).

Domiciano pasó la mayor parte de su carrera juvenil a la sombra de su hermano Tito, que ganó un gran renombre militar durante las campañas en Germania y Judea en los años 60. Esta situación continuó durante el reinado de Vespasiano, que fue coronado emperador el 21 de diciembre del 69, tras un largo año de guerras civiles conocido como el Año de los Cuatro Emperadores. Mientras su hermano mayor compartió poderes casi iguales a los del emperador durante el gobierno de su padre, Domiciano fue recompensado con honores, pero sin ninguna responsabilidad. Vespasiano murió el 23 de junio del 79 y fue sucedido por Tito, cuyo breve reinado tuvo un final inesperado el 13 de septiembre del 81. Al día siguiente, Domiciano fue proclamado como emperador por la Guardia Pretoriana, y comenzó su reinado, que duró más de quince años, el más largo desde el de Tiberio.

Las fuentes tradicionales describen a Domiciano como un tirano cruel y paranoico. Los historiadores antiguos lo colocan entre los emperadores más deleznables, comparándolo con Calígula y Nerón. Sin embargo muchas de estas opiniones sobre el último gobernante de la dinastía Flavia proviene de autores muy hostiles al emperador, Tácito, Plinio el Joven y Suetonio. Estos historiadores exageraron la dureza del monarca, haciendo comparaciones favorables hacia los llamados Cinco Buenos Emperadores que le sucedieron. La historia moderna rechaza pues las informaciones procedentes de estos, ya que se consideran poco objetivos.[1]​ Según los historiadores modernos, Domiciano fue un autócrata despiadado pero eficiente, cuyos programas pacíficos, culturales y económicos fueron precursores del próspero Siglo II, en comparación con el turbulento crepúsculo del Siglo I.

Juventud

Familia y Educación

Domiciano nació el 24 de octubre del año 51 y fue el hijo menor de Tito Flavio Vespasiano y Domitilla la Mayor.[2]​ Domiciano tenía una hermana mayor llamada Domitilla la Menor, nacida en el 39 y un hermano mayor llamado Tito Flavio Sabino Vespasiano, nacido el mismo año que su hermana y conocido popularmente como Tito.

Las décadas de guerra civil durante el Siglo I adC habían contribuido enormemente a la decadencia de la vieja artistocracia de Roma, que fue gradualmente sustituida en el poder por una nueva nobleza provincial durante la primera parte del Siglo I.[3]​ La familia Flavia surgió de la oscuridad bajo la Dinastía Julio-Claudia, adquiriendo la riqueza e influencia necesarias para llegar al poder. El bisabuelo de Domiciano, Tito Flavio Petro, sirivó como centurión bajo las órdenes de Cneo Pompeyo Magno durante la Segunda Guerra Civil de la República de Roma. Su carrera militar terminó cuando Pompeyo fue aplastantemente derrotado por César en la Batalla de Farsalia.[2]

Sin embargo, Petro logró mejorar su situación casándose con una Tértula sumamente rica, cuya fortuna garantizó el ascenso del hijo de ambos, Tito Flavio Sabino I, el abuelo de Domiciano.[4]​ El mismo Sabino amasó una gran riqueza como recaudador de impuestos en Asia y como banquero en Helvecia. Casándose con Vespasia Polión se alío con una de las familias patricias de mayor abolengo aristocrático. La riqueza y el linaje de los hijo de Vespasia Polión y Tito Flavio Sabino II garantizaron el ascenso de sus hijos, Vespasiano y Tito Flavio Sabino II al rango senatorial.[4]

Estatua de Domiciano.

La carrera política de Vespasiano incluyó los cargos de cuestor, edil, pretor, y culminó con un consulado en el 51, año en que nació Domiciano. Vespasiano ganó gran fama militar gracias a su destacada participación en la invasión de Britania.[5]​ Según las fuentes antiguas, la familia Flavia habría caido en desgracia durante los reinados de Calígula (37 - 41) y Nerón (54 - 68).[6]​ La historia moderna sin embargo, sugiere que estas historias fueran simplemente la parte de una campaña de propaganda, instigada posteriormente bajo el reinado de la Dinastía Flavia, con el fin de minimizar los aciertos de estos impopulares emperadores y maximizar los del emperador Claudio (41 - 54) y su hijo Británico.[7]​ En apariencia, el favor imperial hacia los Flavios era muy grande a lo largo de los años 40 y los años 60. Mientras Tito recibía una educación en la corte imperial en compañía de Británico, Vespasiano dsifrutó de una exitosa carrera política y militar.

Tras un largo periodo retirado de la vida pública durante los años 50, Vespasiano regresó a ella a petición del emperador Nerón, que lo nombró procónsul de África en el 63 y acompañando al emperador durante un viaje a Grecia en el 66.[8]​ Cuando estalló la Gran Revuelta Judía en la provincia de Judea ese mismo año, Nerón envío a Vespasiano a sofocar la rebelión.[9]​ Durante esta campaña, Tito, una vez acabada su formación militar, se unió a su padre y dirigió personalmente una de las tres legiones de su progenitor durante el conflicto.[10]

Estos acontecimientos provocaron que Domiciano pasara la mayor parte de su adolescencia en ausencia de sus parientes más cercanos. Su madre y su hermana habían muerto y su hermano y su padre eran militares en activo destinados en Judea y Germania. Durante la Guerra Judeo-Romana, Domiciano pasó al cuidado de su tío Tito Flavio Sabino, que era prefecto de la ciudad de Roma. Posiblemente fue tomado bajo la protección de Marco Coceyo Nerva, que posteriormente sería su sucesor en el trono.[9]​ Domiciano recibió una educación privilegiada, digna de un joven procedente de la clase senatorial. El futuro emperador estudió retórica y literatura. Suetonio, en su obra Las vidas de los doce césares testimonia de la capacidad que tenía Domiciano para citar frases de grandes poetas como Homero o Virgilio en las ocasiones adecuadas,[11][12]​ y lo describe como un adolescente culto y educado, capaz de conversar de una manera muy elegante.[13]​ Sus primeras obras publicadas fueron poemas, así como escritos sobre la ley y administración. A diferencia de su hermano Tito, Domiciano no fue criado propiamente en la corte imperial, ni parece que recibiera una educación militar formal.[14]

Año de los Cuatro Emperadores

Mapa del Imperio Romano durante el Año de los Cuatro Emperadores, las provincias azules indican las regiones leales a Vespasiano.

El 9 de junio del año 68, entre la creciente oposición del Senado y el ejército, Nerón se suicidó, terminando con la Dinastía Julio-Claudia y desatando una devastadora guerra civil conocida como el Año de los cuatro emperadores, en la cual los cuatro generales más influyentes del Imperio Romano - Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano sucesivamente - se disputaron el control del mismo. Cuando llegó a Vespasiano la noticia del suicidio de Nerón y del nombramiento de Servio Sulpicio Galba, entonces gobernador de Hispania Tarraconense como su sucesor, el futuro emperador decidió dar una pausa a su campaña y enviar a su hijo Tito a presentar sus respetos al nuevo emperador.[15]

Antes de llegar a Italia, Tito tuvo noticias de que Galba había sido asesinado y sustituido por Otón, gobernador de Lusitania y de que el gobernador de Germania, Vitelio, se había rebelado contra el nuevo emperador y marchaba hacia Roma. No queriendo arriesgarse a ser capturado por ninguno de los dos bandos, Tito suspendió el viaje y volvió a Judea junto a su padre.[16]

Otón y Vitelio eran conscientes de la amenaza que representaba Vespasiano. Con cuatro legiones a su disposición, Vespasiano lideraba una fuerza de unos 80.000 soldados. Su posición en Judea le confería además la ventaja de estar cerca de la vital provincia de Egipto, que controlaba el suministro de grano a Roma. El hermano de Vespasiano, Tito Flavio Sabino II, en su condición de prefecto de la ciudad, controlaba la guarnición de la ciudad de Roma.[17]​ La tensión entre las tropas de Vespasiano se acrecentaba pero éste, sin embargo, decidió no pasar a la acción mientras Galba y Otón ostentaron el poder. Sin embargo, cuando Otón fue derrotado en la Primera Batalla de Bedriacum[18]​ y se suicidó de una manera tan noble que emocionó a Roma, los ejércitos de Judea y Egipto decidieron pasar a la acción y nombraron emperador a Vespasiano el 1 de julio del 69.[19]​ Vespasiano aceptó, y mediante intensas negociaciones llevadas por Tito, se unió al gobernador de Siria, Cayo Licinio Muciano, formando una imponente fuerza en el Este.[20]​ Esta fuerza marchó hacia Roma liderada por Muciano, mientras Vespasiano se dirigía a Alejandría dejando a Tito al mando de la supresión de la rebelión judía.[21][22]

Busto de Vespasiano

En Roma, mientras tanto, Domiciano había sido puesto bajo arresto domiciliario por Vitelio, con el objetivo de utilizarlo como moneda de cambio en el inminente ataque de Vespasiano.[23]​ Los ejércitos del Imperio, que antes tan alegremente se habían puesto de lado del emperador, ahora se unían en masa a Vespasiano. El 24 de octubre del 69 los dos ejércitos se enfrentaron en la Segunda Batalla de Bedriacum, con el resultado de una aplastante victoria del ejército de Vespasiano.[24]​ Vitelio intentó desesperadamente firmar un tratado por el que renunciaba voluntariamente al trono. Sin embargo los miembros de la Guardia Pretoriana impidieron a Vitelio firmar tal tratado.[25]

Durante la mañana del 18 de diciembre, el emperador apareció para depositar la insignia imperial en el Templo de Concordia, pero en el último momento volvió sobre sus pasos y regresó al palacio imperial. Durante la confusión, los principales hombres del Estado, que se habían reunido en la casa del hermano de Vespasiano, Tito Flavio Sabino, proclamaron a Vespasiano como emperado. Sin embargo, las tropas de Vitelio atacaron a la escolta de Sabino obligándola a refugiarse en la Colina Capitolina.[26]​ Muciano se acercaba a Roma, pero los familiares de Vespasiano no podrían resistir el sitio al que les habían sometido lo Vitelianos más de un día. El 19 de diciembre, las tropas de Vitelio entraron en el Arx y en la escaramuza que siguió, Sabino fue capturado y ejecutado.[27]​ El propio Domiciano logró escapar disfrazándose como un adorador de Isis y pasó la noche en la casa de uno de los simpatizantes de su padre.[28]​ El 20 de diciembre, Vitelio y sus ejércitos fueron derrotados y sus oficiales ejecutados por las tropas de Vespasiano. Sin nada que temer, Domiciano salió de su escondite y se presentó a las fuerzas invasoras que lo aclamaron como César y lo condujeron a la casa de su padre.[29]​ El 21 de diciembre, el Senado proclamó oficialmente a Vespasiano como emperador, terminando de este modo un sangriento ciclo de guerras civiles.[30]​ Había finalizado el Año de los Cuatro Emperadores, empezaba el Reinado de Vespasiano.

Reinados de Tito y Vespasiano

Secuelas de la Guerra

La Conspiración de Cayo Julio Civilis Rembrandt (1661).

Aunque la guerra hubiera finalizado oficialmente, un estado de anarquía se adueñó de Roma durante los primeros días tras el fallecimiento de Vitelio. El orden fue restaurado satisfactoriamente por Muciano a principios del 70, pero Vespasiano no volvió hasta septiembre de aquel año.[28]​ Mientras tanto, Domiciano actuó como representante de la Familia Flavia en el Senado. Además de otorgársele el título de César, fue designado pretor con poderes proconsulares.[31]​ Sin embargo, el poder y autoridad de Domiciano eran meramente nominales, aunque serían presagio de su papel durante los doce años siguientes. Según todas las fuentes, el verdadero poder lo ostentaba Muciano en ausencia de Vespasiano, y éste no permitió que un joven de 18 años sobrepasara las barreras de su función.[31]Tácito describe el primer discurso de Domiciano en el Senado como un informe breve y moderado.[32]​ También se mantuvo un estricto control sobre el séquito del joven César y se promovieron a cargos en lugares lejanos a generales influyentes como Arrio Varo, Prefecto de la Guardia Pretoriana y Antonio Primo, que había liderado las fuerzas de Vespasiano en Bedriacum, sustituyéndoles por hombres más fácilmente controlables, como Arrecino Clemente.[31]

Las ambiciones militares de Domiciano fueron igualmente atajadas por Muciano. La Guerra Civil del 69 había causado una gran desestabilidad en las provincias, conduciendo a varias rebeliones locales. En la Galia, los Batavios, tropas auxiliares de las legiones del Rin, bajo el mando de Cayo Julio Civilis desertaron y se unieron a los tréveres bajo el mando de Julio Clásico. Desde Roma se enviaron siete legiones comandadas por el cuñado de Vespasiano, Quinto Petilio Cerial, que reprimió rápidamente la rebelión. Aunque la rebelión fuera sofocada, los informes exageradamente desastrosos que llegaron a la capital obligaron a Muciano a marchar desde la capital con sus propios refuerzos. Domiciano intentó buscar la gloria militar y se unió a los oficiales con el fin de poder liderar una legión él mismo. Según Tácito, Muciano no creía en la habilidad militar de Domiciano y prefería que se quedara en Roma.[33]​ Cuando llegaron las noticias de la victoria de Cerial, Muciano disuadió a Domiciano de perseguir la fama militar.[34]​ Tras esto, Domiciano escribió personalmente a Cerial, al que pidió que le permitiera liderar una de las legiones, pero fue de nuevo rechazado.[35]​ Cuando Vespasiano llegó a la ciudad a finales de septiembre, el papel político de Domiciano se vio relegado a un segundo plano. El joven pasó los siguientes años dedicándose a las artes y a la literatura.[35]

Matrimonio

Busto de Domicia Longina, esposa de Domiciano.

Durante el estancamiento de su carrera política y militar, su vida privada le fue mucho mejor al futuro emperador. Vespasiano intentó concertar un matrimonio entre su hijo menor y la hija de Tito, Julia Flavia.[36]​ Sin embargo, Domiciano estaba profundamente enamorado de Domicia Longina, hasta tal punto que logró convencer a su marido, Lucio Elio Lamia, para que se divorciarse y así poder casarse con ella él mismo.[36]​ A pesar de su inicial rechazo, la alianza era muy beneficiosa para ambas familias y Vespasiano aceptó consentirlo. Domicia Longina era además hija de Cneo Domicio Corbulo, militar y político respetado. Este matrimonio restableció los lazos a la oposición senatorial y sirvió de propaganda para la familia vespasiana. En cambio, se acentuaron las conexiones con Claudio y Británico y fueron rehabilitadas las víctimas de los excesos de Nerón.[37]

El matrimonio fue al parecer feliz, a pesar de las alegaciones de las fuentes romanas de adulterio y divorcio.[38]​ La pareja tuvo un único hijo, cuyo nombre se desconoce, nacido en el 73 y fallecido en el 81. Al parecer Domiciano alegó la infertilidad de su esposa para exiliarla en el 83.[39]​ Domiciano mantuvo a partir de entonces un romance con su sobrina Julia Flavia,[40]​ pero acabó volviendo a llamar a su esposa quien le dio otro hijo en el 90, que murió a los cinco años.

Ascenso al Poder

Triunfo de Tito, por Sir Lawrence Alma-Tadema (1885). La pintura describe la procesión triunfal de la Familia Flavia durante el triunfo de Tito. Vespasiano aparece a la cabeza de la familia ataviado de Pontifex Maximus, seguido por Domiciano y Domicia Longina y finalmente por Tito.

En junio del 71, Tito volvió triunfante de la Guerra en Judea. El joven militar había sofocado una rebelión que se había saldado con la muerte o captura de alrededor de un millón de personas, de las cuales la mayoría eran judías.[41]​ La ciudad y el templo de Jerusalen habían sido completamente destruidos y se habían capturado y esclavizado a unas 100.000 personas.[41]​ El Senado concedió un triunfo a Tito por su victoria. Durante la celebración del mismo, la Familia Flavia cabalgó por la capital, precedida de un desfile con el botín de guerra.[42]​ La procesión estaba encabezada por Tito y Vespasiano, seguidos por Domiciano, a lomos de un magnífico semental blanco, y de los demás parientes de la familia.[43]​ Los líderes de la resistencia judía fueron ejecutados en el Foro Romano, tras lo cual la procesión realizó sacrificios religiosos en el Templo de Júpiter.[42]​ Para conmemorar el glorioso final de la guerra se erigió en la entrada sureste del Foro el Arco de Tito.

La vuelta de Tito puso de manifiesto la insignificancia comparativa de Domiciano, tanto militar como politicamente. En su condición de mayor y más experimentado de los hijos de Vespasiano, Tito compartió el poder tribunicio con su padre, recibió siete consulados, la censura y el mando sobre la Guardia Pretoriana, cuerpo de guardaespaldas del emperador.[44]​ Estos poderes venían a confirmar sin ningún género de duda que Tito era el heredero del Imperio.[45]​ Como hijo menor, Domiciano disfrutó de títulos honorarios como el de César o Princeps Iuventutis, además de varios sacerdocios, incluyendo los de augur, pontífice, frater arvalis, magister frater arvalium y sacerdos collegiorum omnium,[46]​ pero ningún cargo con imperium. Domiciano sostuvo un consulado ordinario durante el reinado de Vespasiano, en el 73 y cinco consulados suffectus en 71, 75, 76, 77 y 79 sustituyendo por lo general a su padre o a su hermano. Bajo los reinados de Vespasiano y Tito, Domiciano fue excluido de los cargos públicos de importancia.[46]​ Por su parte, el estrecho colaborador durante el Año de los cuatro emperadores de Vespasiano, Cayo Licinio Muciano, desapareció por completo de la vida pública y murió al parecer entre el 75 y el 77.[47]​ El verdadero poder se concentró en manos de Vespasiano, Tito y sus aliados y el Senado se mantuvo como una falsa fachada de democracia.

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Busto de Tito como Emperador.

Debido a la eficacia de Tito como «co-emperador» de su padre, tras la muerte de Vespasiano el 23 de junio del 79,[48]​ se produjo una sucesión pacífica. Tito aseguró a Domiciano cargos de importancia durante su reinado, pero no le invistió con el poder tribunicio ni le concedió ningún cargo con imperium.[49]​ De todas formas, si bien Tito pudo haber tenido en mente otorgar a su hermano cargos públicos de importancia, varios sucesos durante su reinado requirieron toda su atención. El 24 de agosto del 79 el Vesubio entró en erupción,[50]​ enterrando bajo metros de ceniza y lava las ciudades de Pompeya y Herculano. Al año siguiente un incendio estalló en Roma dañando gran parte de los edificios públicos.[51]

Tito pasó gran parte de su reinado esforzándose en restaurar las propiedades dañadas. El 13 de septiembre del año 81, tras dos años en el cargo, Tito murió debido a unas fiebres en un viaje al territorio de los Sabinos.[52]

Un buen número de autores antiguos han implicado a Domiciano en la muerte de su hermano, acusándolo directamente de asesinato,[53]​ o alegando que abandonó a Tito cuando estaba enfermo para que muriera.[43][54]​ La verdadera veracidad de estas declaraciones, sobre todo considerando la subjetividad de las fuentes que sobreviven, es difícil de evaluar.[54]​ El afecto fraternal era probablemente mínimo, hecho nada sorprendente, ya que apenas se conocían entre ellos.[49]​ Pero independemente de la naturaleza de su relación, Domiciano pareció mostrar poca preocupación por su hermano moribundo.

Al día siguiente, el 14 de septiembre, el Senado confirmó los poderes de Domiciano, concediéndole el poder tribunicio, el cargo de Pontifex Maximus, y los títulos de Augusto, y Pater Patriae.

Emperador

Administración

Busto de Domiciano en el Louvre, París.

La evaluación de Domiciano como emperador es generalmente negativa, ya que la mayor parte de las fuentes antiguas están relacionadas con la clase senatorial aristocrática, y Domiciano, como emperador, tendió menospreciar y socavar el poder del Senado.

Durante su administración, la economía experimentó un gran crecimiento, pero posteriormente entró en recesión, obligándole a devaluar el denario. Para compensar la situación económica, Domiciano subió los impuestos, generando un gran descontento entre la población. Debido a su amor a las artes e intentando contentar a la población, Domiciano invirtió grandes sumas en la reconstrucción y decoración de la ciudad, que todavía sufría los efectos del Gran incendio de Roma del 64, la guerra civil del 69, y los incendios que asolaron a Roma el año siguiente tras la erupción del Vesubio durante el reinado de Tito. Fueron erigidos y restaurados alrededor de cincuenta nuevos edificios, incluyendo el Templo de Júpiter sobre la Colina Capitolina y el palacio de la Colina Palatina.

En el año 85, Domiciano se nombró censor perpetuo, cargo en el que pretendía supervisar la moral y la conducta romana.

Las mayores pasiones de Domiciano eran las artes y los juegos. Instituyó los «Juegos Capitolinos» en el 86. Como los Juegos Olímpicos, debían ser celebrados cada cuatro años e incluían demostraciones atléticas y carreras de carros, pero también disertaciones de oradores, música y competiciones de interpretación. El propio emperador remuneró los viajes de los competidores y concedió los premios. Domiciano era también muy aficionado a los combates de gladiadores e introdujo innovaciones como peleas de gladiadoras femeninas y enanas.

Campañas Militares

La principal contribución militar de Domiciano fue el desarrollo de los Limes (en particular los Limes Germánicos). Durante su reinado, el Imperio libró guerras que se podrían catalogar como de naturaleza defensiva y el emperador reclamó varios triunfos, uno sobre los Chatti y otro sobre los Britanos y se celebraron varias campañas durante su reinado, sobre todo en la frontera del Danubio contra Decébalo, rey de Dacia.[55]​ Domiciano tamién fundó la Legio I Minervia en el 82. Sin embargo, Domiciano fue acusado por sus contemporáneos de no estar dotado militarmente, debido a su educación en Roma lejos de las legiones.

Persecuciones

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Denario de Domiciano.

Según muchos historiadores, judíos y cristianos fueron brutalmente perseguidos hacia el final del reinado de Domiciano.[56]​ Muchos eruditos defienden la teoría de que el Libro de las Revelaciones fue escrito durante el reinado de Domiciano como reacción a la intolerancia religiosa del Emperador.[57][58]​ Otros historiadores, sin embargo, han mantenido que hubo pocas o ninguna persecución de cristianos durante el reinado de Domiciano.[59][60][61]​ No hay ningún acuerdo general histórico sobre el asunto.[57][62]

No obstante, para muchos historiadores el Emperador desarrolló un miedo paranoide a la persecución, lo que le condujo a matar y ejecutar a varios miembros de las órdenes senatorial y ecuestre. Al menos veinte opositores políticos e ideológicos fueron ejecutados, incluyendo a su primo, el cónsul Flavio Clemente. Domiciano sentía aversión hacia la aristocracia y no tenía ningún pudor de exponerlo públicamente. Durante su reinado anuló totalmente el ya muy mermado poder del Senado para tomar decisiones. Firmaba documentos como Domine et Deus, Dios y Señor,[63]​ y obligó a la gente que se dirigiera a él de este modo. Las monedas emitidas durante su reinado lo representan entronizado como el Padre de los Dioses.

Muerte y Sucesión

Domiciano fue asesinado en septiembre del 96, en una conspiración palaciega orquestada por funcionarios de la corte y miembros de alto rango de la Guardia Pretoriana.[64]​ Una supuesta predicción astrológica comunicó a Domiciano que moriría alrededor del mediodía. El Emperador experimentó ese día un estado de gran agitación. El día señalado por el astrólogo, preguntó a un muchacho (incluido en el complot) por la hora, el muchacho respondió que era mucho después de mediodía, tranquilizando a Domiciano. Más seguro, el Emperador se dirigió a su escritorio donde fue apuñalado por un atacante en ocho ocasiones.

Domiciano fue sucedido por Marco Coceyo Nerva por nombramiento del Senado. Se publicó un Damnatio memoriae ordenando su eliminación de todos los registros públicos referentes al reinado del último de los flavios.[65]​ Domiciano ha sido el único emperador al que se haya realizado un damnatio memoriae tras su muerte, aunque otros lo han podido tener de facto. La mayoría de las efigies de Domiciano fueron sustituidas por las de su sucesor. Las que han sobrevivido proceden en su gran mayoría de las provincias.

Historiografía

  • Tácito. Este historiador escribió sus Historias durante el reinado de la Dinastía Flavia. Sin embargo su obra se ha perdido.
  • Décimo Junio Juvenal. Este autor de sátiras representa a Domiciano y su reinado como corrupto, injusto y violento.
  • Suetonio. Este historiador en su trabajo Las vidas de los doce césares nos muestra la visión más completa de todas las fuentes antiguas que hablan sobre Domiciano.[66]
  • Estacio. Escribió cuatro poemas que contienen detalles de la vida de Domiciano.
  • Marco Valerio Marcial. Su trabajo contiene referencias y epigramas sobre Domiciano.

Referencias

  1. Jones (1992), p. 196–198
  2. a b Jones (1992), p. 1
  3. Jones (1992), p. 3
  4. a b Jones (1992), p. 2
  5. Jones (1992), p. 8
  6. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Vesp. 4
  7. Jones (1992), p. 7
  8. Jones (1992), p. 9–11
  9. a b Jones (1992), p. 13
  10. Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos III.4.2
  11. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 9
  12. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 12.3
  13. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 20
  14. Jones (1992), p. 16
  15. Tácito, Historias II.1
  16. Tácito, Historias II.2
  17. Tácito, Historias III.64
  18. Tácito, Historias II.41–49
  19. Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos IV.10.4
  20. Tácito, Histories II.5
  21. Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos IV.11.1
  22. Tácito, Historias II.82
  23. Tácito, Historias III.59
  24. Tácito, Historias III.34
  25. Tácito, Historias III.66
  26. Tácito, Historias III.69
  27. Tácito, Historias III.74
  28. a b Jones (1992), p. 14
  29. Tácito, Historias III.86
  30. Tácito, Historias IV.3
  31. a b c Jones (1992), p. 15
  32. Tácito, Historias IV.40
  33. Tácito, Historias IV.68
  34. Tácito, Historias IV.85
  35. a b Tácito, Historias IV.86
  36. a b Jones (1992), p. 33
  37. Jones (1992), p. 34
  38. Jones (1992), p.35
  39. Jones (1992), p. 36
  40. Jones (1992), p. 39
  41. a b Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos VI.9.3
  42. a b Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos VII.5.5
  43. a b Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 2
  44. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Titus 6
  45. Jones (1992), p. 18
  46. a b Jones (1992), p. 19
  47. * Plantilla:Ref-artículo
  48. Dion Casio, Historia Romana LXVI.17
  49. a b Jones (1992), p. 20
  50. Dion Casio, Historia Romana LXVI.22
  51. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Titus 8
  52. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Titus 10
  53. Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana 6.32
  54. a b Dion Casio, Historia Romana LXVI.26
  55. * Plantilla:Ref-artículo
  56. Smallwood, E.M. Classical Philology 51, 1956.
  57. a b Raymond E. Brown, An Introduction to the New Testament, pp. 805-809. ISBN 0-385-24767-2.
  58. Ireneo de Lyon, Contra las Herejías, c.170 C.E.
  59. Merrill, E.T. Essays in Early Christian History (London:Macmillan, 1924).
  60. Willborn, L.L. Biblical Research 29 (1984).
  61. Thompson, L.L. The Book of Revelation: Apocalypse and Empire (New York: Oxford, 1990)
  62. * Plantilla:Ref-artículo
  63. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 8.15
  64. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares,Dom. 23
  65. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, Dom. 23
  66. Suetonio, Las Vidas de los Doce Césares, [1].

Fuentes

Bibliografía complementaria

  • Santos Yanguas, Narciso Vicente, El emperador Domiciano y los cristianos, en Studium Ovetense: Revista del Instituto Superior de Estudios Teológicos del Seminario Metropolitano de Oviedo, Nº. 6-7, 1978‑1979, ISSN 02110741, p. 165-185.
  • Pérez Vilatela, Luciano, Alusiones a la guerra dácica de Domiciano en Silio Itálico, Actas del VIII Congreso Español de Estudios Clásicos, Vol. 3, 1994, ISBN 8478821295 , p. 263-266.
  • Mommsen, Theodor, El mundo de los Césares, Fondo de Cultura Economica, 2006, ISBN 9681677242.

Enlaces externos


Precedido por:
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79 dC - 81 dC
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Lucio Flavio Silva Nonio Baso y Lucio Asinio Polión Verrucoso
Cónsul del Imperio Romano
82 dC - 88 dC
Sucedido por:
Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino
Precedido por:
Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino
Cónsul del Imperio Romano junto con

Marco Coceyo Nerva
90 dC

Sucedido por:
Manio Acilio Glabrión y Marco Ulpio Trajano
Precedido por:
Manio Acilio Glabrión y Marco Ulpio Trajano
Cónsul del Imperio Romano junto con

Quinto Volusio Saturnino
92 dC

Sucedido por:
Sexto Pompeyano Colega y Quinto Peduceo Priscino
Precedido por:
Lucio Nonio Asprenate y Tito Sextio Magius Laterano
Cónsul del Imperio Romano junto con

Tito Flavio Clemente
95 dC

Sucedido por:
Cayo Manlio Valente y Cayo Antistio Vétere

Plantilla:Emperadores romanos