Gómez Pereira

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Posible retrato de Gómez Pereira, obra de El Greco

Gómez Pereira (* 1500; † ¿1567?) fue un filósofo, médico y humanista, natural de Medina del Campo.



Biografía

Nació en el año 1500, en Medina del Campo

. Su padre, al parecer descendiente de una familia de judíos conversos procedentes de Portugal, poseía una pequeña tienda de "xerguería", es decir, de jergas o tejidos y paños de baja calidad en dicha villa. Gómez Pereira estudió filosofía natural en la Universidad de Salamanca con el profesor Juan Martínez Silíceo (luego obispo de Toledo entre 1545 y 1557). También estudió medicina en la misma universidad, concluyendo en el año 1520 sus estudios. Posteriormente regresó a Medina donde se estableció como médico. Instaló su casa en la Rúa Nueva (calle Padilla) y de manera simultánea a su tarea como médico se ocupo de las actividades comerciales heredadas de su familia. Falleció en una fecha no precisada, algunos sotienen que en 1558, aunque se conservan documentos de fechas posteriores (patente del Molino de Sifón en 1563 y un documento notarial de 1567, que podrían demostrar que aún vivía en esas fechas.

Documento notarial de 1567 firmado por Gómez Pereira

Su fama como médico rebasó las fronteras de Medina, ejerciendo en Burgos, Segovia, Ávila y otras ciudades importantes de Castilla. Incluso llegó a la corte de Felipe II desde donde fue reclamado para asistir al príncipe Carlos, malogrado heredero al trono, que había sufrido un grave accidente y que gracias a su intervención, pudo vivir hasta 1568. Se interesó además por la construcción de artilugios hidráulicos, de hecho, con su compañero Francisco Lobato diseñó un molino de sifón (capaz de funcionar como aceña sin necesidad de represar el agua) que patentó en 1563

.

Molino de Sifón de Francisco Lobato y Gómez Pereira

Pero Gómez Pereira ha pasado a la Historia sobre todo por sus escritos, particularmente por sus obras Antoniana Margarita (Medina del Campo, 1554)

y Novae veraeque Medicinae (Medina del Campo, 1558).

Obra

"Novae veraeque Medicinae"

Su contenido es exclusivamente médico. Se centra en el estudio de las fiebres (sus causas y sus tipos) y en ciertas enfermedades concretas como la lepra o la viruela, entre otras. En esta obra, que dedicó al infante don Carlos, se enfrenta a las ideas de Galeno y de Aristóteles, así como a la tradición medieval del "magister dixit". Su método es totalmente empirista y racional, basándose en su experiencia como médico como criterio supremo de verdad y utilizando métodos curativos sencillos.

Gómez Pereira consideraba que el calor febril es engendrado por el propio cuerpo como un sistema de defensa para expulsar el daño que le afecta. De este modo conseguiría restablecer el equilibrio natural de todo organismo. Es pues una concepción totalmente moderna de la fiebre como una reacción contra las enfermedades.

En cuanto sus estudios sobre enfermedades como la lepra o la viruela (y otras más que no se nombran en este artículo de Wikipedia), llegó a conclusiones que años después pueron elogiadas por el historiador y médico Antonio Hernández Morejón.

"Antoniana Margarita"

Una obra que fue reeditada numerosas veces y que, sin embargo no fue traducida al castellano hasta el año 2000 (con motivo del quinto centenario del nacimiento de su autor; la obra editada es facsimilar y bilingüe

). Está dedicada a su maestro Juan Martínez Silíceo y, a su vez, el título es un homenaje a sus padres, Antonio y Margarita; aunque en el subtítulo intenta explicar el contenido del libro: "una obra tan útil como necesaria a médicos, físicos y teólogos" (Opus nempe phisicis, medicis ac teologis, non minus utile quam neccessarium). Es un tratado muy difícil de leer, pues carece de capítulos o apartados; según parece, al ser un cristiano nuevo y exponer ideas que parten del empirismo, hasta llegar al rozar el materialismo, Gómez Pereira quiso esconder un poco sus razonamientos, dado que, la sociedad y el estado en el que vivía (Castilla en el siglo XVI, el concilio de Trento ya iniciado...), podrían rechazarlos y no se atrevió a desarrollarlos hasta sus últimas consecuencas.

Antoniana Margarita

Es un tratado, de filosofía en el que aborda tres temas fundamentales: el “automatismo de las bestias” la teoría del conocimiento humano y la inmortalidad del alma.

La insensibilidad de los animales

Partiendo del espiritualismo neoplatónico, por medio de pruebas empíricas con seres humanos y animales fue discurriendo hasta llegar a conclusiones que se adelantan al materialismo y al mecanicismo modernos (además de despreciar el maltrato a los animales). El paradigma de Gómez Perira es típico del humanismo cristiano del Renacimiento, negando que los animales sean iguales a los seres humanos, por más que tengan cierto parecido. Las semejanzas se reducen a que ambos tienen un cuerpo con cinco sentidos, pero en el caso de los animales, los sentidos no conducen al conocimiento, sino que provocan reacciones automáticas

. Como mucho a los animales les reconoce la capacidad de actuar por impulsos internos (soma); por estímulos externos (specie y phantasma), incluso de tener cierta capacidad de aprendizaje no consciente (memoria). A pesar de todo, niega a los animales la capacidad del auténtico conocimiento: "bruta sensu carent".

El Conocimiento humano

La negación de la capacidad cognoscitiva de los animales no es gratuita en Gómez Pereira pues tiene relación con la verdadera esencia del ser humano. En este sentido, las ideas de nuestro filósofo se oponen radicalmente al escolasticismo medieval. Defiende que la vía del conocimiento son los órganos sensoriales, como en los animales, pero sólo el alma humana, su espíritu, es capaz de convertir la información que aportan los sentidos en autentico pensamiento. Ésta es una de las cualidades del alma, la capacidad de extraer de las sensaciones físicas la substancia de las cosas —los Universales—, por medio de la abstracción. Pero, Gómez Pereira considera que la sensación y la intelección van unidas, de tal forma que en el ser humano son una misma cosa, identifica la facultad de sentir con la cualidad de pensar: "si siente, entiende".

La inmortalidad del Alma

El conocimiento sería, pues, una facultad esencial del alma, es más, el ser humano tiene un alma consciente de sí misma, que existe gracias al pensamiento que desarrolla. Y, hay en su libro una frase que, sin duda, sorprenderá a aquéllos que no conocen a este filósofo, por razones muy obvias: "nosco me aliquid noscere, et quidquid noscit, est, ergo ego sum": "conozco que yo conozco algo, todo el que conoce existe, luego yo existo".

Aunque Gómez Pereira reconoce que los animales tienen alma, ésta moriría con ellos; en cambio el alma humana es autosuficiente en su existencia, y es inmortal. Puesto que el alma humana es capaz de conocer, es capaz de existir aunque el cuerpo haya muerto, además, el alma humana no cambia a pesar de que el cuerpo envejezca o enferme.

Gómez Pereira y Descartes

Desde que René Descartes editó su Discurso del método en el año 1637, la originalidad de muchos de sus razonamientos fue puesta en duda e incluso se llegó a decir que había plagiado a Gómez Pereira

, pues el filósofo español había sido estudiado por numerosos intelectuales de prestigio durante los siglos XVI y XVII. El mismo Descartes se vio obligado a defenderse de tales acusaciones según se deduce de una carta que le escribió en 1641 a su amigo, el padre Marin Mersenne:

...no he visto "Antoniana Margarita" ni creo tener gran necesidad de verla, no más que las "Tesis de Lovaina" o el libro de Hansenius, pero me agradaría saber dónde se imprimió para poder encontrarla si la necesitase.

Muchos estudiosos del siglo XVII y XVIII se pusieron de parte de Descartes, menospreciando el trabajo de Gómez Pereira, entre ellos destacamos a Pierre Bayle o a los enciclopedistas Diderot y D'Alembert, quienes dicen:

Descartes es el primer filósofo que se atrevió a tratar a las bestias como puras máquinas: pues, Gómez Pereira, que lo dijo algún tiempo antes que él, (...) cayó en esta hipótesis por puro azar...

Sin embargo, muchos otros han defendido la tesis contraria, aún aceptando que Descartes no hubiese leído la obra de Pereira, sostienen que la conocería por referencias, sobre todo a través de otro médico y filósofo español, Francisco Vallés, a quien sí leía el francés. Entre los que acusan a Descartes de usurpación destacan Pedro Daniel Huet, Isaac Cardoso o Voltaire. Se basan en las enormes semejanzas que hay entre ambos en algunas cuestiones esenciales:

  1. El Método en ambos es empírico, aunque en Descartes es apriorístico y deductivo y en Pereira es aposteriorístico e inductivo.
  2. Los animales tienen alma para ambos, y en ambos casos se trata de un alma material, limitada y mortal.
  3. El automatismo de las bestias: es otra coincidencia; para Descartes los animales tienen cuerpo, espíritu y memoria, mientras que Pereira dice lo mismo pero con otros términos: estructura interna o soma, estímulos externos o phantasmae y enseñanza o memoria.
  4. El silogismo básico es sorprendentemente parecido en ambos, el "Cogito, ergo sum" de Descartes se ve precedido por el "quidquid noscit, est, ergo ego sum" de Pereira.

Es posible que no hubiese relación directa entre ambos, pero indifrectamente es innegable que Pereira influyó decisivamente en descartes.

Referencias Bibliográficas

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  2.  Esta plantilla está obsoleta, véase el nuevo sistema de referencias.García Tapia, N. y García de Diego J. A. (1987). «Vida y técnica en el Renacimiento. El Manuscrito de Francisco Lobato». Universidad de Valladolid. 
  3.  Esta plantilla está obsoleta, véase el nuevo sistema de referencias.Plantilla:Ref-artículo
  4.  Esta plantilla está obsoleta, véase el nuevo sistema de referencias.Pereira, Gómez (2000). «Antoniana Margarita. Estudio preliminar y versión al español de José Luis Barreiro Barreiro». Universidad de Santiago de Compostela. ISBN 84-8121-805-7. 
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Véase también

Enlaces externos