El labrador de más aire

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El labrador de más aire
de Miguel Hernández
Archivo:Miguelhernandez.jpg
Miguel Hernández, autor de esta obra teatral, en la revista Pájaro de fuego.
Género Teatro
Idioma Castellano
Editorial Nuestro Pueblo (Madrid - Valencia)
País EspañaEspaña
Fecha de publicación 1937

El Labrador de más aire es una de las obras de teatro más brillantes del poeta alicantino Miguel Hernández, publicada en 1937. Esta obra se inscribe en el teatro social de la producción hernandiana y representa una novedad en la literatura de la generación del 27 en el siglo XX por la preocupación de Miguel Hernández por los problemas de la época que vivió, en plena Guerra Civil española.

Es una obra teatral compuesta por Miguel Hernández, editada en 1937 en plena Guerra Civil española, constituyendo una de las obras teatrales más importantes en la generación del 27, inscribiéndose en el teatro social de la dramática hernandiana. El Labrador de más aire es una de las obras teatrales más importantes de la post-guerra, aunque al parecer, no se estrenó hasta el otoño de 1972. El autor alicantino expone en su obra dramática, una temática amorosa con un carácter crítico donde escribe problemas sociales dada la época que se vivía en ese momento. Con influencias de Lope de Vega, Miguel Hernández compone una obra teatral escrita en verso, fácil de entender, entretenida, con temas que gustaba en la época como el amor campesino, y con una intencionalidad crítica, siendo así una brillante obra.

Estructura de la obra

La estructura de la obra consta de tres actos repartidos en cuadros que ayudan a la mejor comprensión de las escenas.

El primer acto tiene dos cuadros, donde el primero tiene 8 escenas y el segundo 4. En él se hace una breve presentación de los personajes. A continuación se muestran los diferentes sentimientos y pareceres acerca de Juan, de otros personajes y de la situación en la aldea. El patrón, don Augusto, sube los impuestos de la tierra a Juan, se habia encariñado con su terreno. Esto produce un gran enfado entre ambos, sobre todo por parte de Juan, quien desde la presentación de don Augusto ya se había mostrado en contra de él y de sus métodos.

El segundo acto está compuesto por tres cuadros, el primer cuadro con 3 escenas, el segundo con 4 y el tercero con 8. El protagonista se enfrenta al patrón, ya que se encuentra acosando a su prima, Encarnación. El patrón meterá a Juan en su lista negra por no dejarle hacer lo que quería y se aliará con Alonso para ejecutar su venganza contra Juan.

El tercer acto se compone de 3 cuadros, el primer cuadro dispone de 5 escenas, el segundo de otras 5 y el tercero de 3 escenas. Este último acto tiene un final dramático, ya que la venganza contra Juan tiene lugar ante Encarnación, la cual acababa de revelar sus sentimientos por Juan. La venganza ejecutada por Alonso lleva a la no habitual victoria del villano.

Personajes

Juan

A lo largo de la obra desde su comienzo, ya se observa que Juan destaca por su condición de galán, a la cual atiende su prima Encarnación. Sin embargo, él no presume de sus cualidades que tanto alaban sus amigos y familiares, lo cual se demuestra cuando Alonso le reta diciéndole que es mejor en todo lo que presume. Cuando demuestra que se equivocaba, sigue sin hacer alardes de ello. Su temperamento y firmeza ante situaciones difíciles se hace evidente en su enfrentamiento a don Augusto, al cual se rebela tras saber el castigo que le impuso a una trabajadora y cuando defensa el honor de su prima

Encarnación – Isabel

Dentro de los amores de Juan podemos encontrar a Encarnación e Isabel. Dentro del grupo de aliados de Juan está Encarnación, su prima, la cual a lo largo de la obra llega a destacar incluso más que Juan en lírica y drama. Ella es la protagonista femenina la cual abre y cierra la obra. Su amor por Juan es tan intenso que llega a sacrificar el amor de Tomaso, un hombre honrado, y al poderoso don Augusto, dueño de su aldea. Este último rechazo es el que conlleva al enfrentamiento de don Augusto y Alonso con Juan.

El contrario de Encarnación es Isabel, la cual va dentro de los oponentes de Juan junto a don Augusto, su padre, y Alonso. Juan se esfuerza mucho por enamorarla, pero ella, con su egoísmo y desprecio a los que no son de su misma clase le rechaza. Este desprecio se hace evidente cuando le pide a Blasa que le dé de comer para después horrorizarse de las manos labradoras de la mujer. A lo único que ella está dispuesta es a pagar a Juan para que deje de lado el rencor hacia su padre. Pero cuando Juan la aparta de su lado, esta le dice que con eso perdería todo lo que pretendía conseguir.

Blasa – Antonina

Blasa y Antonina, amigas y vecinas de toda la vida, se caracterizan por el cariño mutuo a Juan y su rebeldía ante don Augusto.

Blasa es una mujer trabajadora, a quien preocupa mucho el problema de sequía de la aldea y la que se da méritos propios de su vida campesina ante don Augusto. También es la madre de Juan, a quien su amor de madre le defiende de todo y todos. Pero este cariño llega a rozar la pasión, ya que le dice a su sobrina Encarnación que le ha llegado a mirar con ojos de enamorada, y le dice también que disfrute de la compañía de su primo. Sin embargo cuando ésta le dice que está enamorada de Juan, cambia de parecer para reprocharla su locura y recomendarle al joven Tomaso en vez de a Juan.

Antonina representa varios paralelismos con Blasa ya que ella es quien anuncia que don Augusto y su hija van a ir a la aldea mientras su amiga le dice de quién puede sustituir a Juan en el corazón de Encarnación. Antonina está marcada por un marido borracho que no trabaja, Carmelo, y cinco hijos a los que no puede alimentar. Posee una valentía que se hace evidente cuando se enfrenta a su marido sacándolo a empujones de la taberna después de varios insultos y discusiones, además de mostrar cierta ironía ante don Augusto e Isabel cuando les dice que se muera de repente si le ha ofendido a él o de las finas manos de su hija, además de su relación defensora con Juan que se hace evidente cuando dice que Alonso, el enemigo de Juan, es un joven envidioso y cizañero.

Don Augusto – Alonso

Don Augusto y Alonso son los, por así decirlo, los cabecillas de la parte que va en contra de Juan. Su enemistad con Juan está basada en razones sociales, en el odio, y en cuestiones amorosas. Las sociales por parte de don Augusto se refieren al miedo de este por si los aldeanos se unieran a Juan para rebelarse contra él, lo que supondría el fin de su mandato tiránico. Por parte de Alonso, eliminar a Juan supondría abrirse paso por encima de la sombra que le hace Juan con su protagonismo continuo.

En cuanto al odio, don Augusto no puede perdonar la falta de respeto que le ha mostrado Juan en el momento en que este le abofetea y se niega a salir de sus tierras. Estos actos por parte de Juan son los que le llevan a aliarse con Alonso, resentido por viejas apuestas que perdió públicamente ante Juan. Por cuestiones amorosas, cabe destacar en don Augusto su encaprichamiento con Encarnación, prima de Juan, sabiendo que ella está enamorada del otro. Aunque don Augusto tenga muchas posesiones, ella le rehúsa, siendo este otro motivo para odiar a Juan. En el caso de Alonso, él está enamorado de Luisa, quien está enamorada de Juan. Su rechazo a Alonso por estar enamorada de Juan provoca en Alonso otra herida a su honor, lo que alimenta su sed de venganza.

Los coros

Además de los antes mencionados, se añaden a los coros de mozos, mozas y labradores, que son aliados de Juan. Esto conlleva un punto a favor de Juan ya que tiene más gente de su lado que en contra. El coro de mozas está compuesto por todas las mujeres que afirman estar enamoradas de Juan, formado por Baltasara, Teresa, Luisa y Rafaela, entre otras. Las mozas siempre intervienen de forma coral para alabar a Juan o para predicar su amor por él, pero no llegan al nivel de personajes individuales. Aunque Luisa y Rafaela, son las que tienen un papel más importante y destacan más que las demás: Luisa por ser defendida de Alonso por Juan, y Rafaela porque acaba admitiendo su amor a Tomaso.

El coro de mozos lo integran Lázaro, Lorenzo, Roque y Tomaso, que son los que admiran y respetan a Juan, además de ser quienes le apoyan en algo que ellos no tienen pensado hacer nunca. Se quejan de la dureza de su trabajo y del aumento de tributos o impuestos de su amo. Mientras Juan se preocupa por el hambre que pasa la aldea, ellos tan solo quieren comer y beber en paz. Dentro de este grupo también destaca la figura de Tomaso. que es tomado por tonto, además de que él se hace fama de ello, pero bien se sabe que se lo hace, porque lo que está es enamorado de Encarnación, a quien declara su amor. Por otro lado, en él también destaca que cuando Rafaela va a pedirle su amor cuando esta ha sido rechazada por Lázaro, Tomaso le responde que “es tonto, pero no tanto”.

Por último queda el coro de labradores, que viene a ser muy parecido al de mozos en su manía de ignorar los problemas que hay en la aldea. Este grupo está integrado por Carmelo, Gabriel y Quintín. Carmelo por su parte se refugia en el vino cuando cualquier problema le viene grande, lo que le lleva a no realizar sus tareas familiares, no anima en el enfrentamiento de Juan y Alonso, y evade su miedo cuando se anuncia la llegada de un toro suelto. Por otro lado, Quintín es el viejo verde cuya única intención son las mujeres, a las que no hacía mucho perseguía por todas partes. Sin embargo ahora tan solo se limita a recordar los buenos momentos de su pasado. Por último está Gabriel, quien se limita a dar consejos y a mantener la sensatez entre la gente. Esto lo demuestra sobretodo recomienda a Juan que no se deje influenciar por don Augusto y su falta de compostura.

Influencias

Lope de Vega, dramaturgo español del siglo XVI, gran influencia de Miguel Hernández.

Esta obra está relacionada con otras obras del Siglo de Oro español, más concretamente de las obras de Lope de Vega, en las cuales se muestra al villano como alguien que desea defender su honra ante el ataque de cualquiera, los dramas rurales y sociales, y además la postura de dignidad que se presenta entre los diferentes personajes de la aldea.

La influencia de Lope de Vega se ha repetido muchas veces por su lenguaje poético y por otros conceptos, aunque también le influye en menor grado Calderón de la Barca. Un ejemplo de la influencia de Lope es la obra de este titulada Fuente Ovejuna, en la cual sucede un caso parecido por no decir igual al de don Augusto y Encarnación, donde el señor de la aldea intenta aprovecharse de la campesina y su enamorado (Juan) lo impide.

Pero aún así existen diferencias entre Lope de Vega y Miguel Hernández, como por ejemplo que en Lope el orden normal queda reeestablecido a lo habitual, mientras que con Hernández se finaliza la obra con el lamento de Encarnación, que es muy similar al lamento de Melibea en la obra La Celestina de Fernando de Rojas; además también existen diferentes intenciones entre ellos.

Sin embargo, por la obra en general, queda comprobado que la mayor influencia de Miguel Hernández fue Lope de Vega, tanto en la obra como en influencias de juventud durante la formación del poeta. Por otro lado, al igual que los demás integrantes de la generación del 27, Miguel Hernández se ve atraido poéticamente por Luis de Góngora, principal integrante del culteranismo español del siglo XVII.

Breve biografía del autor

Miguel Hernández Gilabert es una de las mayores referencias de la lírica y la dramática española y alicantina. Nacido el 30 de octubre de 1910 fue el tercer hijo del matrimonio compuesto por Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert Giner, siendo hermano de Vicente, Elvira y Encarnación.

La infancia de Miguel transcurrió en el trabajo familiar, ayudando a su familia en las tareas de pastoreo y aprendiendo de este oficio desde niño. Al cumplir los nueve años, inició el aprendizaje básico escolar, gracias a su padre que consiguió que le admitieran. En su vida de estudiante cabe destacar, que conoció a Ramón Sijé que sería mas tarde un gran amigo. Tras una crisis económica, el padre de Miguel Hernández se vio obligado a que su hijo abandonara los estudios. Miguel Hernández aunque empieza a trabajar en la vida del pastoreo ayudando a su familia, no se da por vencido y compagina sus horas de pastoreo con horas de estudio, que incluso se convierte en un frecuente visitante de la biblioteca de Luis Almarcha.

El poeta oriolano comienza a escribir poesías a temprana edad (1925), basándose en el mundo que le rodeaba, el pastoreo, los campos, la huerta, las montañas, etc., en el que su padre no toleraba la vida poética de su hijo. Algunos diarios y periódicos locales como El pueblo de Orihuela, empiezan a públicar algunos de sus primeros poemas, y poco a poco, fue buscando una personalidad en sus poemas adolescentes en los que aún no habían madurado, incluso formando grupos de lectura con sus grandes amigos Ramón Sijé y Carlos Fenoll.

Fue en 1932 cuando publicó su primer libro, Perito en Lunas, que consiguió un cierto triunfo en su viaje a Madrid, sobre todo con la nómina de la generacion del 27. Se empieza a publicar en la revista de Cruz y Raya, que ya le hizo ganar cierta fama con su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras. En 1935, al morir su gran amigo Ramón Sijé, le dedica su obra El torero más valiente al que también le dedica su Elegía en 1936. Ese año, también se editaron dos de sus obras más importantes El rayo que no cesa y sus obra teatral El labrador de más aire y Teatro en la guerra

En cuanto a su vida personal, en el otoño de 1938 muere su primer hijo, Manuel Ramón, que desembocó en la publicación de su libro Cancionero y romancero de ausencias y escribe el drama El pastor de la muerte. Tras la Guerra Civil, en 1941 contrae una grave afección pulmonar que se le complica con tuberculosis y muere en 1942 a la edad de 31 años.

Relación con contexto de la época

Bombardeo de Guernica en 1937. Ejemplo del entorno de Miguel Hernández cuando escribió la obra.

Esta maravillosa obra de Miguel Hernández no pertenece a la generación del 27, aunque es considerada como si lo fuera. Terminó la obra en 1936 y acabó publicándola en 1937. El poeta alicantino tiene una métrica y una rima muy cuidada, elaborada, en la que nos describe exactamente lo que el siente cuando escribe la obra, sus sentimientos y sus vivencias.

Influyó en esta etapa de su vida autores como Rafael Alberti y Vicente Aleixandre entre otros, que le consideraron parte de la generación del 27 ayudándole en todas sus obras. La época en la que la obra de Miguel Hernández se publicó fue en la Guerra Civil española. Fue la obra más representativa del oriolano en el teatro, que curiosamente publicó antes de ser preso.

La época que pasó Miguel mientras escribía El labrador de más aire fue muy dificil, ya que debía huir de su tierra natal, Orihuela, para casarse con Josefina Manresa. En 1936, durante el estallido de la Guerra Civil, el poeta crea diversas obras denunciando y criticando la situacion de la gente que vivia la época, sus condiciones y sus derechos.

Cuando murió en 1942, pasada la Guerra Civil, Vicente Aleixandre, gran amigo suyo, le compuso un poema en su honor.

Véase también

Bibliografía

  • El labrador de más aire (Miguel Hernández) Edición de Mariano de Paco y Fco. Javier Díez de Revenga. Editorial: Cátedra Letras Hispánicas - 1997

Referencias