Tita Merello

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Tita Merello

Tita Merello en 1952.
Información personal
Nombre de nacimiento Laura Ana Merello
Apodo Tita de Buenos Aires Ver y modificar los datos en Wikidata
Otros nombres

La morocha argentina

Tita de Buenos Aires
Nacimiento 11 de octubre de 1904
Bandera de Argentina Buenos Aires
Fallecimiento 24 de diciembre de 2002 Ver y modificar los datos en Wikidata (98 años)
Buenos Aires (Argentina) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Panteón de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Argentina
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Pareja Luis Sandrini (1942-1948) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Actriz, cantante
Años activa 1920 - 1991
Seudónimo Tita Merello Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Tango Ver y modificar los datos en Wikidata
Instrumento Voz Ver y modificar los datos en Wikidata

Tita Merello (Buenos Aires, 11 de octubre de 1904 - Buenos Aires, 24 de diciembre de 2002) es el seudónimo de Laura Ana Merello, actriz y cantante de tango y milonga argentina.

Nacida en un hogar humilde, se inició en el medio teatral.[1]​ Fue una de las cantantes surgidas en la década de 1920 que, junto con Azucena Maizani, Libertad Lamarque, Ada Falcón, Mercedes Simone y Rosita Quiroga, crearon la modalidad vocal femenina en el tango.[2]​ Durante su período de esplendor fue relacionada con las extranjeras Bette Davis y Anna Magnani por sus condiciones actorales.[3]

Desde la década de 1940 sus roles en cine fueron más importantes y fue considerada una de las mejores actrices dramáticas del país.[4]​ Trabajó en Argentina y durante un largo exilio en México, donde filmó Cinco rostros de mujer por la cual recibió el premio Ariel.[5]​ Participó de la Época de Oro del cine argentino consagrándose con películas de los años 1940 y 1950 como Mercado de abasto, Deshonra, La morocha o Filomena Marturano.[5]​ Ha recibido una gran cantidad de premios y distinciones.[6]

Actuó también en televisión conduciendo programas propios y como intérprete de tangos fue recordada por los temas musicales «Se dice de mí» y «La milonga y yo».[7]​ Fue declarada Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1990.[8]​ Además, ha sido una de las figuras del espectáculo más queridas y respetadas de Argentina.[3]

Al momento de su muerte contaba con más de 30 películas filmadas,[9]​ 20 obras teatrales estrenadas, 9 actuaciones televisivas, 3 ciclos radiales y varias participaciones en espectáculos de revista. Fue dirigida por prestigiosos directores como Daniel Tinayre, Mario Soffici o Lucas Demare.[4]​ Murió a los 98 años en vísperas de la Navidad de 2002.[5]

Infancia y juventud

Laura Ana Merello -conocida posteriormente como Tita Merello- nació el 11 de octubre de 1904 en un conventillo del barrio porteño de San Telmo ubicado en la calle Defensa 715.[3]​ Hija de Ana Gianelli, planchadora;[10]​ su padre el cochero Santiago Merello, murió cuando su hija tenía apenas cuatro meses de edad víctima de tuberculosis.[3]​ A los cuatro años fue reconocida por su madre en la partida de nacimiento y a los cinco años fue internada en un asilo porque ella debía ir a trabajar.[11]​ En su infancia vivió en Montevideo, capital de Uruguay, donde sin recibir salario, se desempeñó como sirvienta.[4]​ Después de regresar a su casa con su madre y aconsejada por un médico que le diagnosticó tuberculosis (cuyos síntomas nunca se presentaron),[11]​ residió con su tío en un campo ubicado en Bartolomé Bavio, cerca de Magdalena,[5]​ realizando distintos trabajos en los que ayudaba a su familia ordeñando vacas, preparando asado y cebando mate.[12]

«No empecé por vocación sino por hambre. Y yo siempre justifico ese cambio tan violento diciendo que Dios, un día que estaba de descanso, con un catalejo me eligió para que las cosas se me dieran vuelta. Y acá estoy.»
Tita Merello.[3]

En 1916 trasladó su domicilio a una precaria vivienda de la calle Corrientes 1318, donde residió con su madre.[3]​ En la década de 1920 Simón Yrigoyen Iriondo, familiar del ex-presidente Hipólito Yrigoyen, le enseñó a leer y a escribir,[12]​ bajo la guía de Eduardo Borrás,[2]​ ya que jamás había podido concurrir a la escuela. Tuvo un hermanastro (de distinto padre): Pascual Anselmi.[12]

Comienzos

Comenzó trabajando como corista en un teatro cercano al puerto, descripto en los periódicos de la época, aproximadamente por 1917.[1][13]​ En 1920 debutó en el Teatro Avenida en Las vírgenes de Teres,[2]​ con la compañía de Rosita Rodrigo, en la que no tuvo una buena experiencia ya que el público la desaprobó con silbidos.[13]​ Luego continuó en los cafés de la Avenida de Mayo, popularizando su figura como «Titina».[14]​ En 1922 siguió en el Teatro Bataclán,[11]​ de muy bajo nivel y considerado picaresco y casi pornográfico, donde actuó realizando algunas escenas eróticas.[4]​ Llegó a ser vedette de la revista nacional y fue apodada «La vedette rea».[1]​ En 1923 luego de aprender a leer, se integró al Teatro Maipo en el espectáculo de revista Las modernas scherezadas,[12]​ cantando su primer tango («Trago amargo»),[4]​ a las órdenes de Roberto Cayol,[11]​ quien la definió con el apelativo ya mencionado. En este teatro fue figura estelar compartiendo cartel con los cómicos Pepe Arias, Marcos Caplán y Luis Arata.[4]​ En 1925 estrenó la pieza teatral Mujeres, flores y alegría,[7]​ donde presentó uno de los tangos creados por Francisco Canaro titulado «Pedime lo que querés», con letra de Juan Andrés Caruso.[3]​ Ese mismo año Modesto Papavero diseñó el tema musical «Leguisamo solo», por el que fue convocada para interpretarlo y produjo un relevante éxito haciendo referencia al jinete uruguayo Irineo Leguisamo.[15]

«Las mujeres son las más saludadoras. Algunas me preguntan: "¿Usted es Tita Merello?" y yo les contesto: "No, la otra es mucho más bonita... No llegué a «Miss Universo», pero tampoco nunca fui un adefesio", como decía una bataclana amiga mía... Yo fui de todo: bataclana, cancionista, vedette. Roberto Cayol creó para mí el puesto de «Vedette Rea», como se me anunciaba en los programas del Maipo. Pero yo sabía dónde quería ir, y cada vez que tuve ocasión, me escapé del papel de milonguera.»
Tita Merello.[16]
Tita Merello.

Tras varias actuaciones, su primer papel dramático importante lo obtuvo en El lazo, escrito por Claudio Martínez Paiva en los años 1920, donde conoció al empresario dueño del Teatro El Nacional: Pascual Carcavallo.[15]​ En 1927 volvió a actuar en el Teatro Maipo junto a Elías Alippi y Sofía Bozán cantando el tango «Un tropezón».[9]​ En una oportunidad, fue escuchada por Carlos Gardel, quien comentó que no le agradaba su forma de cantar.[17]​ El periodista Jorge Göttling expresó: «Ella contaba que allí, con ese lúgubre decorado, cantó en público el primer tango, con su voz feroz y desafinada. Alguien intuye el nacimiento de una artista popular: el empresario Roberto Cayol.»[3]

Su primera participación en un disco fue en 1927, para el sello Odeón, con dos temas musicales: «Te acordás reo» (de Emilio Fresedo) y «Volvé mi negra» (de José María Rizutti y letra de Fernando Diez Gómez).[9]​ En 1929 para la RCA Victor grabó veinte temas, entre ellos «Tata llevame p'al centro», «Che pepinito» y «Te has comprado un automóvil».[5]​ Volvió a los estudios de grabación en 1954 junto a Francisco Canaro, con quien había actuado en 1943 en la sala del Teatro Presidente Alvear, logrando su consagración como cantante.[18]​ Grabó entonces varios discos: «El choclo», «Se dice de mí», «Arrabalera», «Niño bien» y «Pipistrela».[3]​ En los años 1960 y 1970 grabó más de cuarenta temas con las orquestas de Héctor Stamponi, Carlos Figari y Héctor Varela.[3]​ Sus últimos dos discos los hizo con este último y Nacha Guevara.[3]​ Además, escribió las letras de los tangos «Llamarada pasional», dedicada a Luis Sandrini, «Decime Dios dónde estás» y «Muchacha rana».[5]

«Me costó trabajo aprender a vivir, pero aprendí a vivir, a leer, a pensar por mi cuenta. Si fuera verdad que la inteligencia se desarrolla mejor cuando encuentra resistencia, yo tendría que ser la mujer más inteligente del mundo. Fui resistida y resistente.»
Tita Merello.[3]

Muchos historiadores afirman que participó en una película muda en 1928, antes que ¡Tango!, titulada Buenos Aires tenebroso, cuyas copias desaparecieron y se ignora el director y el elenco, aunque ella siempre lo negó.[15]​ En 1930 reemplazó a Olinda Bozán en El rancho del hermano,[10]​ de Martínez Paiva nuevamente y en 1931 se inició en el periodismo mediante la revista Voces, escribiendo crónicas y poemas por los cuales obtenía 200 pesos argentinos.[19]​ También integró el elenco del sainete Milonga, montado en el Teatro El Nacional.[3]​ Posteriormente fue parte de El conventillo de la paloma, clásica obra teatral de Alberto Vaccarezza;[10]​ y de Mala ley, donde actuó con Luis Arata.[20]

Consagración

Hizo su debút en la primera película sonora argentina: ¡Tango! (1933),[5]​ con dirección de Luis José Moglia Barth,[4]​ por la cual recibió 100 pesos argentinos por dos días de filmación en donde por contrato,[21]​ los demás actores (Alicia Vignoli, Alberto Gómez, Carmencita Calderón y Luis Sandrini) debían aparecer en los créditos debajo de Libertad Lamarque, la protagonista principal.[15]​ Interpretó luego varios papeles de «segunda damita joven», opuesta a la primera actriz. En La fuga (1937) sucedió su revelación como actriz dramática al lado de Santiago Arrieta y cantó «Nieblas del Riachuelo»,[9]​ editado rápidamente por Enrique Cadícamo a pedido del director.[20]

Durante su carrera artística tuvo tres polémicos enfrentamientos con Olinda Bozán, la cantante Tania y Libertad Lamarque.[15]​ Pedro Ochoa relató sobre sus trabajos en cine: «En ocasiones debió defender a sus hijos de sus propios padres. Así sucedió en Pasó en mi barrio, Guacho, Filomena Marturano y Mercado de Abasto. Por momentos es una madre posesiva y que llega a la injusticia para sobreproteger a sus hijos. Sugestivamente uno de sus últimos papeles fue el de la Madre María. Tita es una actriz versátil que asumió los papeles más disímiles, pero del conjunto de sus películas se destaca un solo personaje.»[3]

«Yo viví mucho tiempo arrinconada. Cuando una mujer se enamora, si esa mujer se llama Tita Merello, el amor le sirve para dar, no para pedir. Mi manera de querer es maternal, protectora, me obliga a retraerme, a quedarme en casa. El entusiasmo de la gente por mi trabajo me recompensaba por el sufrimiento que advertí por primera vez cuando me lo provocaron otras personas, porque hasta entonces sólo había conocido el que nos ocasiona la vida, y a ése estaba acostumbrada.»
Tita Merello.[3]

En 1942 protagonizó en el Teatro Presidente Alvear la exitosa obra Buenos Aires de ayer y de hoy, donde presentó la milonga «Se dice de mí», con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro.[2]​ El tema, que identificaba a la intérprete, según Canaro demostraba dos facetas de la actriz.[15]​ Un año después, la canción ya era muy popular pero sería más relacionada a ella décadas después,[1]​ cuando se la podía apreciar en reportajes televisivos, periodísticos o radiales.[2]​ El tema musical fue interpretado en la película Mercado de abasto, de 1955, y utilizado como cortina musical en la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, siendo interpretado por Yolanda Rayo.[15]​ A su vez, viajó a Santiago de Chile para rodar 27 millones, una co-producción argentino-chilena dirigida por José Bohr.[22]

El escritor argentino Horacio Salas, en su libro El Tango, comentó: «Tita Merello asumió desde el humor la representación de los sectores marginales, que nacidos en la más extrema pobreza arribaron al centro con el objeto de sobrevivir en el mundo del tango. Algunas de las letras de su repertorio son recuerdos de la picaresca de los primeros años y representan, en la misma asunción de su origen, una burla a la tilinguería del medio pelo porteño abocado a ocultar el ámbito en que transcurren los años de la infancia y las dificultades económicas sufridas hasta que llega el momento del éxito.»[1]

En los años 1940 a pesar de haber realizado excelentes papeles en cine, sus éxitos más resonantes los cumplió en teatro habiendo encabezado obras de Jacinto Benavente, Florencio Sánchez y Enrique Larreta.[5]​ En este medio representó Filomena Marturano, de Eduardo de Filippo, donde se destacó y, en 1950 fue llevado al cine por Luis Mottura.[15]​ A fines de la década Merello y Luis Sandrini realizaron una gira por América y España.[4]​ En 1945 protagonizó junto a Osvaldo Miranda y con dirección de Manuel Romero la pieza teatral Una mujer y un hombre, de Ivo Pelay.[3]

En 1946, Sandrini fue convocado para trabajar en México.[23]​ Tita estando en pareja con él, lo acompañó y allí fue contratada para participar en Cinco rostros de mujer,[12]​ producida por Clasa Films Mundiales, que había analizado su actuación en La fuga y consideró que era una buena intérprete.[15]​ Además contaba con la participación destacada de Arturo de Córdova, Carolina Barret, Ana María Campoy y Pepita Serrador.[24]​ El director era Gilberto Martínez Solares y los guiones estaban a cargo Carlos A. Olivari y Sixto Pondal Ríos, que además se encargaron de hacer la adaptación del libreto.[15]​ En esta película cumplió el papel de una mujer de cabaret que seducía a Arturo de Córdova. En una escena entonó los versos de «Copa de ajenjo».[3]​ El filme se estrenó el 26 de febrero de 1947 en aquel país y tuvo un importante apoyo de la crítica.[25]​ Fue su mejor trabajo en México, ya que también había participado en otras dos películas pero éstas no tuvieron demasiada repercusión.[15]​ Su labor mereció el premio Ariel, el más importante de México, que justificaba que había sido la Mejor Actriz del Año.[3]​ Tiempo después, volvieron a Buenos Aires por un pedido de Atilio Mentasti.[15]​ La periodista Irene Amuchástegui relató: «Entre la imagen de la escultural vedette multada con veinte pesos por aparecer sin medias en el teatro de revistas de los años 1930, y el retrato de la matriarca que moralizaba en la televisión de los años 1980, se despliega una de las personalidades más singulares del espectáculo nacional. Leyenda de Buenos Aires, que la invistió con los honores de una Anna Magnani porteña, Tita Merello vivió entre los halagos de una inmensa popularidad y la soledad que ya parecía inscripta en el destino de la niña que no había podido ser.»[3]

«Soy insolente de nacimiento y temperamento. Y con capacidad para sostener una insolencia...No recuerdo si tuve una infancia precoz. Lo que sé es que fue muy breve. La infancia del pobre siempre es más corta que la del rico. Era una niña pobre, triste y, además, fea. Presentía que iba a seguir siéndolo siempre. Después descubrí que no hacía falta ser bonita. Basta con parecerlo.»
Tita Merello.[3]
Tita Merello en Los isleros (1951).

Luego de haber rodado varias películas fue calificada como la mejor actriz dramática de la Argentina,[15]​ convirtiéndose en una de las figuras del espectáculo más queridas y respetadas del país al igual que Libertad Lamarque, Niní Marshall y Mirtha Legrand.[26]

Contratada por Argentina Sono Film (SACI), a principios de 1949 se estrenó Don Juan Tenorio,[10]​ una comedia con libretos de Pascual Guillén y José Zorrilla.[27]​ La trama indicaba que el sobrino de un retirado y pobre actor desea casarse con su novia, pero el padre de ella se niega porque no es rico.[28]​ Entre los demás integrantes del elenco se encontraban Virginia Luque, Jorge Salcedo, Berta Ortegosa, Alberto de Mendoza y Manuel Alcón.[29]

Interpretó a Laura Moreno en Morir en su ley, dirigida por Manuel Romero.[30]​ Allí tuvo como galán a Roberto Escalada, quien compuso a Pedro Amalfi.[31]​ La película, auspiciada por Lumiton, alternaba géneros como el drama y el suspenso.[32]​ Posteriormente protagonizó Filomena Marturano (1950),[10]​ donde compartió cartel con Gloria Ferrandiz y Guillermo Battaglia.[12]​ Fue llevada al teatro, y poseía cuadros musicales. Su labor constituyó uno de los trabajos más importantes en su carrera artística,[15]​ mientras que su argumento indicaba que tras veinte años de convivencia con un hombre (Domingo Soriano) Filomena Marturano, se casa fingiéndose moribunda.[33]​ Su objetivo era que sus hijos llevasen el apellido paterno, por lo que su esposo se distancia de ella pero luego regresa para saber cual de los niños era suyo.[34]​ Este filme permaneció trece meses en cartel y dos años después de su presentación, se llevaría a cabo su versión teatral.[3]

Posteriormente actuó en Arrabalera, por la cual recibió junto a Santiago Gómez Cou el premio a los mejores actores de 1950 de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.[35]​ La dirección estaba a cargo de Tulio Demicheli,[25]​ y allí Merello cantó el tango «Tarjeta postal».[3]​ Continuamente, de lunes a viernes a las 20:30 h, hizo Ahora habla una mujer, un micro radial transmitido por la Red Privada de Emisoras.[3]

En 1950 recibió un libro cinematográfico de Ernesto L. Castro para la filmación de Los isleros,[10]​ con dirección de Lucas Demare,[36]​ quien anteriormente había obtenido mucha repercusión con Pampa bárbara, Su mejor alumno y La guerra gaucha.[15]​ El filme, llamado también Pasión maldita, fue considerada su mejor interpretación, a pesar de que ella consideraba como sus películas preferidas a Guacho y Amorina.[15]​ Allí se reencontró con Arturo García Buhr, interpretando el personaje de La Carancha en Paraná.[9]​ Su papel correspondía a una mujer que vivía en un medio hostil y después, en medio de la falta de recursos, tiene varios hijos que crecen rápidamente.[15]​ Éstos eran interpretados por Martha Torres, Alberto de Mendoza, Daniel Tedeschi y Sergio Renán.[2]​ La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina la condecoró con el premio a la Mejor Actriz. A su vez, el director, demás actores y otros integrantes de la producción fueron galardonados.[15]

Tras su excelente actuación en Vivir un instante con Alberto Closas, su otro popular labor en cine fue en Pasó en mi barrio,[10]​ con libretos de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari, que trabajaron a dúo en varios títulos. El filme rodado en 1951, relataba la historia de un hombre que es encarcelado por cometer un error, y su esposa (Merello), debe hacerse cargo del cuidado y la educación de sus hijos, que ya adultos, ven salir a su padre de la prisión pero lo rechazan totalmente considerándolo un delincuente.[37]

«El sufrimiento pesa más que la alegría. El éxito es pasajero. En cambio el sufrimiento deja arrugas. No soy masoquista, pero pensá que no recuerdo nada lindo de mi infancia. No supe lo que era una muñeca, lo que era un traje de comunión, lo que era una fiesta de cumpleaños. Pobre del que vive del aplauso...al aplauso hay que agradecerlo, pero no es posible vivir de él.»
Tita Merello.[3]

Deshonra fue un melodrama policial dirigido por Daniel Tinayre que transcurre en una cárcel de mujeres y que tuvo en su elenco a figuras como Mecha Ortiz, Jorge Rigaud, Guillermo Battaglia y Aída Luz.[38]​ Se estrenó el 3 de junio de 1952 en las salas comerciales del país, poco antes del deceso de Eva Perón. El papel principal había sido pensado para Amelia Bence pero finalmente fue otorgado a Fanny Navarro, quien actuó allí con Tita Merello.[2]​ El historiador de tango Oscar del Priore señaló: «Tita y Sofía Bozán serán las grandes creadoras de ese tango humorístico y transgresor. En su caso estaban de más los alardes y los despliegues de técnica vocal. Lo necesario era lo profundo y gracioso de las letras, el apóstrofe crítico o la semblanza personal.»[2]

Tras un ascenso en el medio cinematográfico que la consagró, volvió a los escenarios teatrales con Hombres en mi vida, de Eduardo Pappo, cuya temporada en 1952 fue corta debido a que la actriz había sido contratada para protagonizar Guacho.[25]​ En el anterior, compuso a una mujer que tiene un hijo lisiado y vive junto a su esposo, un marinero encarnado por Carlos Cores, y con el hijo de éste, fruto de su relación con una linda mujer de la zona.[39]​ Esta película con un elenco de grandes figuras, se estrenó en el cine Ambassador a mediados de 1954.[15]

En 1955 cantó «Se dice de mí» en la película Mercado de Abasto,[25]​ de Lucas Demare y con la protagonización estelar de Pepe Arias y Juan José Míguez.[40]​ Esta comedia musical fue estrenada en el cine Gran Rex.[15]​ Bajo las órdenes de Leopoldo Torre Nilsson, filmó Para vestir santos (1955), donde compuso a Martina Brizuela.[41]​ Además, fue secundada por Beatríz Taibo y Yuki Nambá. El guión explicaba la historia de una pareja, en la cual el novio gasta todo el dinero destinado a la boda de ambos en apostar para carreras de caballos, lo que provocaba la separación de los jóvenes.[42]​ En 1955 encabezó con Mirtha Legrand y Zully Moreno El amor nunca muere. Auspiciada por Artistas Argentinos Asociados (AAA), relató tres historias románticas sobre tres mujeres que se encuentran al final del filme.[43]

Vida privada

Luis Sandrini.

Estuvo vinculada sentimentalmente con algunos reconocidos actores como Arturo García Buhr.[12]​ En 1942 inició un noviazgo con Luis Sandrini,[44]​ quien fue "el gran amor de su vida" -como lo definió- pero la relación terminó en 1948,[45]​ cuando él viajó a España para filmar Ole, Torero y ella permaneció en Buenos Aires para protagonizar Filomena Marturano.[2]​ En 1949 Sandrini volvió a Argentina y conoció a la actriz Malvina Pastorino,[1]​ con quien se casó en 1952 y tuvo dos hijas: Sandra, que incursionó como actriz; y Malvita. Estuvo enfrentada con ella durante muchos años, pero tras la muerte del actor en 1980 el vínculo entre ambas comenzó a progresar.[15]​ En 1951 murió su madre tras varios problemas de salud.[3]

«Yo no nací para estar casada, porque desde muy joven encontré la vida muy de frente... Pero hice de mí lo que quería, y tengo el orgullo de haber sacado, de entre las mujeres, una mujer íntegra. Yo le dí la cara a la vida, y me la dejó marcada... Los hombres son una mala especie, pero yo he querido mucho.»
Tita Merello.[2]

Después de varios años trató de mantener una relación sentimental con Tito Alonso, pero acordó terminar cuando sufrió un accidente automovilístico con él antes de arribar a Luján mientras viajaba en su automóvil, hecho que le provocó una fobia a viajar en vehículos. Se recuperó en una clínica de la ciudad de Merlo.[3]​ Tiempo después, las revistas de espectáculos señalaron que la actriz había tenido otros amoríos con Adolfo García Grau, Oscar Valicelli, Santiago Arrieta, Juan Carlos Thorry, Luis Arata, Jorge Salcedo, Alfredo Alcón, Jorge Morales, Alberto de Mendoza y Alejandro Rey, los cuales se encargó de desmentir y tuvieron muy poca credibilidad sobre el público.[12]​ La actriz, por su parte, no tuvo hijos.[12]

Exilio y regreso

En 1955 protagonizó La morocha,[20]​ donde personificó a una prostituta que buscaba clientes entre las calles Viamonte y Suipacha. Según el libreto, allí conoce a un anticuario interpretado por Luis Arata, quien le ofrece una vivienda para esconderse de la policía.[15]​ Estando allí, se enamora del sobrino del anticuario, compuesto por el joven Alfredo Alcón, que encarnaba a un pianista.[2]​ Establecen una relación sentimental donde ambos se ayudan atravesando difíciles momentos. Entre los otros integrantes del elenco se podía encontrar a Susana Vargas, Héctor Calcaño y Yuki Nambá, de quien fue íntima amiga.[15]

Al informarse por parte de la productora que la película demoraba en estrenarse, pensó que su carrera podría terminar.[19]​ Ella recordaba en varias notas televisivas que la presionaban a menudo, se le limitó el trabajo y estaba acusada de traficar té de Ceylán por una Comisión Investigadora.[21]​ Tras el derrocamiento del ex-presidente Juan Domingo Perón,[1]​ en 1956 viajó a México donde se encontraban relevantes actores como Libertad Lamarque, Berta Moss, Amanda Ledesma, Arturo de Córdova y María Félix,[2]​ muchos de los cuales habían trabajado o participado en el cine argentino.[21]

«Siempre se me ha criticado que me quejo por la falta de dinero, pero es verdad. Yo he trabajado esporádicamente, en épocas en las que no se pagaba tanto como ahora. Además, siempre he ayudado a quien me lo pidió, eso lo pueden confirmar todos los que han necesitado de mí. Yo he dado mucho, nunca tuve intenciones de ser la más rica del cementerio.»
Tita Merello.[3]

Sin embargo había fallecido Jorge Negrete y la productora Clasa Films, con la que había filmado anteriormente, había cerrado por bancarrota.[15]​ Al tener pocas posibilidades de trabajo, hizo todo lo posible para regresar a Argentina, pero aún existían restricciones para los que apoyaban al peronismo.[20]​ Regresó para aceptar el contrato de Hugo del Carril, quien le ofreció hacer algunas actuaciones en un parque de diversiones de la localidad de Morón.[9]​ En 1957, para la televisión mexicana, interpretó el papel principal de Antes del desayuno, con autoría del dramaturgo Eugene O'Neill.[3]

A su vez, Pedro Ochoa comentó: «Muchos hoy recuerdan a Tita Merello, con justicia, por sus grabaciones, pero un breve repaso de su filmografía, su vida y su discografía arrojará que Tita fue una actriz que canta. Lo mejor es definirla como una actriz ligada al tango.»[2]

En febrero de 1958 ganó las elecciones presidenciales Arturo Frondizi, que integraba la Unión Cívica Radical Intransigente, convirtiéndose en el presidente de la Nación Argentina, por lo que pudo retornar a su país natal definitivamente.[9]​ Estando en Buenos Aires cantó en locales y protagonizó la obra teatral Amorina, comenzando a relacionarse laboralmente con Hugo del Carril, quien la dirigió en varias ocasiones.[2]

Última etapa y alejamiento de los medios

En 1960 fue invitada al Festival de Cine de Berlín, en Alemania, al cual acudió con Mirtha Legrand, Isabel Sarli y Olga Zubarry.[3]​ Consecutivamente sus apariciones en televisión se acrecentaron considerablemente, siendo protagonista en 1964 de Acacia Moreno,[4]​ teleteatro escrito por Alberto Migré, uno de los libretistas más importantes de la época, y con la participación especial de Oscar Ferrigno.[4]​ Sin embargo, había debutado recién en 1962 con Tangos en mi recuerdo,[10]​ y posteriormente realizó Vivimos así, bajo la dirección de David Stivel, programa que debió abandonar por problemas de salud.[6]

En 1961 realizó después de varios años sin aparecer en cine Amorina,[25]​ de del Carril, para la cual se sometió a una pequeña operación estética,[15]​ donde actuó junto a María Aurelia Bisutti e integraban el reparto además Golde Flami, Alberto Bello, Rodolfo Ranni y Juan Carlos Palma. Su labor actoral mereció el premio en dinero que otorgaba el Instituto Nacional de Cinematografía (fundado en 1957).[15]​ Gracias a su éxito tuvo varias propuestas de trabajo, como encabezar un espectáculo revisteril llamado Estrellas en el Avenida,[9]​ con Hugo nuevamente; y La Moreira, representada en el Teatro Presidente Alvear.[15]​ Estelarizó varios títulos como ¡Viva la vida! (1969), con cuadros musicales de Violeta Rivas; El andador (1967),[25]​ interpretando a Rosa Mangiacaballo; ¡Esto es alegría! (1967), para la compañía General Belgrano; Los hipócritas (1965), con Marcela López Rey; La industria del matrimonio (1965), con Amelia Bence; Ritmo nuevo, vieja ola (1965), con guiones de Julio Porter; y Los evadidos (1964), que recibió el premio Cóndor de Plata a la Mejor Película del Año.[4]​ En ¡Esto es alegría! incursionó también como guionista y en 1965 realizó charlas por Canal 11 en el programa La hora de la mujer.[3]​ El escritor Roberto Blanco Pazos, en uno de sus libros, publicó: «Sin lugar a dudas es la más grande trágica del cine argentino. Mantuvo una apasionada relación sentimental con Luis Sandrini, por la que prácticamente abandonó su carrera para apoyar a la de este actor. Excelente cantante de música ciudadana y eximia bailarina de tangos.»[46]

Por aquellos años se dedicó asiduamente al canto, y grabó cuarenta temas en discos con las orquestas de Carlos Figari y Héctor Varela.[9]​ En 1968 participó en Sábados circulares de Nicolás Pipo Mancera,[10]​ donde cantaba y relataba anécdotas y consejos. Ese mismo año intervino en Ídolos de entrecasa y estrenó la reconocida canción «La milonga y yo», con vestuario de Horace Lannes teniendo como acompañante a Osvaldo Miranda.[3]​ Sin embargo, en los años 1970 debutó como productora de televisión y Hugo del Carril la convocó para actuar al lado de Enrique Dumas en Mar del Plata, pero el espectáculo fue un fracaso y el ya nombrado director renunció al primer mes.[12]​ El 27 de abril de 1970 Canal 13 emitió Charlando con Tita, un ciclo diario de media hora de duración;[3]​ y el 17 de mayo Merello celebró "Las bodas de oro con el espectáculo", con la incursión de Floreal Ruíz, Beba Bidart, Roberto Rufino y Luis Granelli.[3]

«En una vida agitada como la mía, siempre entre bastidores tuvo que haber hombres. Algunos que no quedaron ni en el recuerdo. Otros que dejaron una estela que con el tiempo se borró. Y uno que fue sí, el hombre de mi vida, ahora puedo decirlo. Se llamaba Luisito (Sandrini) y por esas cosas de la vida nuestros destinos tomaron sendas divergentes.»
Tita Merello.[3]
Archivo:Mercado de abasto (1955).jpg
Afiche de Mercado de abasto (1955).

Participó en varias obras de teatro, como La mala ley, Malena luce sus pistolas, llevada a cabo en el Teatro Casino; La muchachada del centro, musical en el que interpretó la ranchera «Me enamoré una vez»;[2]Sexteto, Dos corazones, con la dirección de Ivo Pelay en el Teatro Presidente Alvear; Filomena Marturano, entre otras.[47]

En 1972 publicó con la editorial Kier un libro titulado La calle y yo,[5]​ donde redactaba recuerdos, consejos, reflexiones y algunos versos y poemas.[9]​ También cantó en Mar del Plata en La carpa del pueblo.[3]​ Uno de sus principales biógrafos, Néstor Romano, escribió: «Jamás pasó por un conservatorio de arte escénico ni educó su voz en escuelas de canto. Simplemente se hizo en la calle. Sin ayuda de nadie, a fuerza de talento y voluntad, construyó una carrera que la llevó desde los bares del bajo porteño y una cuarta fila de coristas a los primeros planos del tango y el cine nacional.»[15]

Se encontraba acompañada de sus mascotas Corbata y Moño,[4]​ a los que se los solía ver en los ciclos de Sábados Circulares o incluso, en programas de Canal 7 y 13.[23]​ En 1973 se representó el espectáculo revisteril En vivo y al desnudo en el Teatro Astros, escrita y dirigida por los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich.[3]​ En 1974 protagonizó la película La Madre María,[4]​ basada en la biografía de María Salomé Loredo, quienes muchos comentaron que realizaba milagros y ayudaba a los necesitados.[15]​ Su personaje fue uno de los más queridos por el pueblo argentino, componiendo a una mujer que transmitía alivio, paz y sanación a la gente con problemas de salud.[15]​ El filme grabado con altas temperaturas, se estrenó tres días después del fallecimiento de Juan Domingo Perón.[15]​ Dos años después, incursionó en un documental dedicado a la historia del canto animado por Julio Mahárbiz.[48]

En 1976 se incorporó al elenco del Teatro Astros en la revista que encabezaba Adolfo Stray y Thelma Tixou.[6]​ En 1977, ya instaurada la dictadura militar, participó de la temporada marplatense de un show en el Teatro Estrellas que contaba con figuras como Mariano Mores, Los Chalchaleros, Osvaldo Pugliese y Héctor Gagliardi.[6]​ En la radio se lució con ciclos presentados por ella, como Todo Tita y Conversando de todo con Tita.[9]

En 1979 volvió a grabar con la orquesta de Héctor Varela y en 1980 el Museo del Cine le entregó la Cámara Pathé junto a Niní Marshall, Delia Garcés, Libertad Lamarque y Mecha Ortiz, "en reconocimiento a las primeras figuras del cine nacional",[49]​ y fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital de Clínicas por un cáncer que le habían diagnosticado.[19]​ Condujo un reconocido ciclo televisivo junto al periodista Víctor Sueiro con la ayuda de este mismo y Alberto Mosquera Montaña.[50]​ Allí, se dirigió principalmente al público femenino recomendándoles el papanicolau, un examen ginecológico para detectar el cáncer,[10]​ con la frase «Muchacha, hacete el papanicolau», que se volvió muy popular.[5]

En la década de 1980 se lució en exitosos ciclos como Sábado de todos, transmitido por Canal 9 con la intervención de Marcos Zucker, Nelly Láinez y Guido Gorgatti,[15]Conversando con Tita, Sábados de bondad, Domingo de todos, y Notiservicio, respondiendo las preguntas y cartas de muchas mujeres. A su vez formó un exitoso trío con el cantante y actor Hugo del Carril y el cómico Osvaldo Pacheco actuando en el Teatro Avenida;[3]​ y estelarizó entre 1982 y 1983 un espectáculo con Mariano Mores, Horacio Guarany, Eddie Pequenino, Ana María Campoy y José Cibrián.[3]

En 1984 actuó en su última pieza teatral, Para alquilar balcones,[9]​ de Enrique Carreras contando con la actuación de Violeta Rivas, Carlos Estrada y Mercedes Carreras en el Teatro Odeón, de la ciudad de Mar del Plata. Luego de componer un excelente rol dramático con Miguel Ángel Solá y Soledad Silveyra en Los miedos dirigida por Alejandro Doria,[6]​ se retiró del cine con Las barras bravas contando con 81 años y convencida para su actuación por Enrique Carreras.[4]​ En 1986 incursionó en varios ciclos de ATC (Argentina Televisora Color) y Radio Splendid y en 1987 fue nombrada Vecina Honorable de la Ciudad de Villa Gesell.[6][3]

Como muchas otras figuras del espectáculo y el deporte, fue imitada por varios artistas como Osvaldo Pacheco; Jorge Luz, quien la parodió en 1978 en Yo también tengo fiaca; Jorge Legrand y Mario Sapag, conductor de Las mil y una de Sapag.[15]

Hugo del Carril, Tita Merello y Ricardo Alfieri en 1972.

Desde la década de 1980 se recluyó en su vivienda de Capital Federal, acrecentó su fe en Dios y comenzó a resignarse a la prensa.[15]

«Hace tiempo que decidí no permitir la entrada del periodismo en casa. Me revisan todo. Me husmean cada detalle. Además, las fotos...Tengo que maquillarme, peinarme, vestirme bien, para que se me vea bien y no salgan diciendo: "Mirá como está...da lástima".»
Tita Merello.[15]

En las vacaciones de verano, la reconocida actriz solía viajar a Villa Gesell,[13]​ donde tenía una vivienda que le había obsequiado su hermano y donde recibía la visita de artistas como Juan Alberto Mateyko y a escasos periodistas con el objetivo de entrevistarla.[12]​ Solía pasear a sus mascotas alrededor del barrio del edificio de Rodríguez Peña al 1000, donde estaba asentada.[11]​ Poco tiempo después, molesta por los comentarios de la gente, fotógrafos y reporteros gráficos, disminuyó sus viajes y exposición pública e ingresó en una notable reclusión.[4]​ Seguía vigente, con apariciones radiofónicas o televisivas generalmente por teléfono, en programas musicales del fin de semana del canal de TV América 2 o en Radio Continental.[4]​ En 1990 declaró a la revista TV Guía "A los 86 ya no hay futuro",[51]​ y casi dos décadas antes había decidido ser cremada al morir.[52]

«Hace 49 años me senté por primera vez en un banco situado en la iglesia de la Merced, en la calle Reconquista, y sigo yendo al mismo banco. Pero los pedidos son distintos...Hace 49 años no fui a pedir. Lo que sí me acuerdo es que no recé. Estuve un mes en cama y me iban a operar. Esto lo digo para que la gente nunca pierda la fe, aún en los peores momentos. Me iban a sacar un riñón. Ya tenía la habitación pedida. Me levanté con el permiso del médico para ir a la iglesia. Y fui a la Merced. Me senté mucho tiempo en ese banco pidiendo claridad en mi determinación. Cuando regresé a mi casa, en la calle Agüero, frente al Mercado de Abasto, le dije a mi mamá que no me iba a operar. Todavía tengo el riñón. ¿Vale la pena que siga yendo cuarenta y nueve años después? En ese banco rezo por mis compañeros que no tienen trabajo. Y también he pedido por el amor. ¿Por qué no? Por que el amor también quise vivirlo. Y lo viví. Pero ahora pido más para los demás...»
Tita Merello.[15]

Últimos años

En 1990 se la podía apreciar en Polémica en el bar, de Gerardo Sofovich, que alcanzó altos niveles de audiencia con la escenografía basada en un bar y con un elenco de cómicos variable..[53]​ En aquel año, el Consejo Deliberante la declaró Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por considerarla "un mito viviente de la iconografía porteña".[6]​ Un año después, en 1991, la Asociación Argentina de Actores (AAA) le entregó el premio Pablo Podestá que distingue a las más importantes figuras de la escena nacional.[6]​ En los comienzos del gobierno de Carlos Menem el músico Osvaldo Pugliese le dedicó un tango instrumental titulado «Para Tita» y el cantante Cacho Castaña le compuso el tema musical «Tita de Buenos Aires».[3]​ En 1991 hizo su último disco acompañando a Nacha Guevara y en 1992 apareció en el programa de Susana Giménez ¡Hola Susana!, te estamos llamando, donde la conductora la reconcilió con Malvina Pastorino (fallecida en 1994) en el Día del Amigo.[6]​ Además, cumplió con un ciclo de Radio Continental y otro conducido por Jorge Jacobson.[3]​ En 1993 la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes descubrió un monumento construido frente a su antigua casa y fue invitada por Lolita Torres a su ciclo de reportajes. Ambas fueron amigas, y lamentó la muerte de Torres ocurrida pocos meses antes de la suya, en septiembre de 2002.[12]

En 1994, al cumplir noventa años, realizó su última entrevista televisiva con Julio Mahárbiz en su domicilio. Allí la actriz confesó que Enrique Carreras utilizaría sus textos para organizar un espectáculo titulado Ídolos de entrecasa, pero el director murió al año siguiente.[54]​ Posteriormente conversó por el medio radial con las locutoras Beba Vignola, René Morán y Oscar Gómez Castañón; e hizo un micro radial por Radio Nacional llamado El cantar de los cantares.[3]​ En 1996 se le otorgó el Premio Fondo Nacional de las Bellas Artes,[5]​ mediante vía telefónica por la empresaria Amalita Fortabat.[55]​ El honor además consistía en una estatuilla y 20.000 pesos argentinos que donó al Hospital de Niños y a la ex Casa Cuna.[56]​ En aquel año debió ser internada en el Hospital de Clínicas por una hemorragia nasal provocada por un pico de presión,[57]​ pero pudo recuperarse favorablemente.[58]

«A todos los argentinos les pido que no se olviden de mí. Gracias por creer que fui algo más de lo que soy.»
—Tita Merello, 1999.[20]

Con pequeños problemas cardíacos de los cuales se debía controlar, se dirigió a la Fundación Favaloro, donde residió hasta su muerte. Ingresó en el año 1997 con el objetivo de recibir la atención de especialistas.[7]​ Recibía cuidados constantemente en la habitación nro. 924 del noveno piso,[12]​ donde permanecía con la presencia de su ayudante María Rosa y la visita de sus sobrinas Mónica y Yolanda, hijas del hermano, que murió tres meses antes que Tita.[12]

Siempre mantuvo largas charlas telefónicas con el cineasta Daniel Tinayre, motivo por el cual se creyó que fueron pareja en su juventud. En 1997 llamó sorpresivamente al programa de Mirtha Legrand aclarándole que su relación con Tinayre había terminado cuando él la conoció a ella: «Se enamoró de mí, pero se casó con vos», dijo.[6]​ En 1998 fue internada por mareos que padeció.[59]​ En 1999 vendió su departamento y donó lo recaudado al Hospital de Niños.[3]

En sus últimos años a pesar de haber perdido la visión en un ojo y tener problemas en un oído se la solía escuchar en algunas charlas radiales o recibiendo visitas como las de Domingo Cavallo, Julio Mahárbiz o Cacho Castaña.[15]​ Recibió brevemente un subsidio de 800 pesos argentinos que le era entregado también a Sabina Olmos por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y Mahárbiz también colaboraba.[15]​ Tras el trágico suicidio de René Favaloro en septiembre de 2000, Tita se mostró muy congojada y reflexionó acerca del hecho: «Los hombres y mujeres de la Fundación nos quedamos sin padre. Tengo un retrato de él en mi altar.»[6]

  • «Necesito amor...es tan difícil. Acá te dan de todo (refiriéndose a la Fundación Favaloro, donde vivía), pero amor... a veces no tienen tiempo. De la gente siento el respeto más que el amor. La gente respetó a una mujer que empezó no teniendo dónde ir a dormir...»
  • «La gente no tiene tiempo de pensar en Cristo. La gente quisiera tocar a Dios, y sacudirlo un poco y decirle: "Mirá, cuánto nos cuesta poder comer". Será por eso que la gente está incrédula.»
  • «Hace tres años que estoy en esa pieza. Por eso necesito aire. Por eso dije que quiero morirme en la calle. Los domingos para mí son trágicos. Los domingos la gente se los dedica a los ravioles, y yo miro el techo.»
Tita Merello, 2001.[60]

En agosto de 2001 comenzó a sufrir cuadros depresivos,[61]​ y en noviembre la retirada actriz de 97 años se dirigió a Radio Colonia acompañada por su ayudante en silla de ruedas para visitar a Julio Mahárbiz que recientemente había sido procesado por varias irregularidades, siendo su aparición transmitida por Crónica TV, de Héctor Ricardo García.[62]

«Me queda poco hilo en el carretel. Estoy triste de tener que irme. Hace tres años que estoy en la Fundación Favaloro. Tres años en una pieza mirando el techo. No se llena de gente querida. Los sábados y domingos, Rosita tiene su familia, vive lejos. Se levanta a las cinco de la mañana para venir. Es mi única compañía. Mi hermano está viejito. Llega con el paquetito de masas secas. Es una manera de entregarse mansamente. Ya le dije al doctor: "Me voy a morir a la calle". No quiero morirme acá adentro. No sé si hice algo por el país, no sé, pero quiero mucho a mi país. Lo amo. Le debo todo lo que soy. Él puso una sala Tita Merello, un cine Tita Merello, todo lo que podía ponía Tita Merello, y cuando se tiene mil años, como tengo yo, si no se es agradecido no vale la pena vivir. Julio Mahárbiz no es un ladrón. Es un laburador. Sé cómo trabaja, cómo tenía esa Radio Nacional. Envejeció. Tiene los pelos blancos de luchar, primero por aquello: "Aquí Cosquín" y tantas cosas que hizo y no es agradecido. Pero yo sí. Él me sacó un poco del anonimato. Yo era yo, claro, pero necesitaba que alguien me ayudara y no fue mi amante porque soy demasiado fulera y a él le gustan las minas lindas, por lógica y por suerte. Yo sé que es un hombre bueno, y a los hombres buenos la sociedad siempre los juzga, pero el único que puede juzgarlo es Dios. Antes de iniciar el viaje -señalando con su mano hacia arriba-, quería cumplir con esta obligación de estar al lado de alguien que hizo mucho por mí, al que le debo un profundo agradecimiento.»
Tita Merello, 2001.[63]

Homenajes

En 1993, la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes descubrió un monumento construido frente a su antigua casa y en 1995 el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) fundó el Complejo de cine Tita Merello.[6]​ En diciembre de 1999 se levantó una plaza en el Pasaje Jenner, en el barrio de San Cristóbal;[6]​ debajo de uno de los espacios vacíos dejados de la construcción de autopistas en 1997 se le realizó el homenaje y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llamó a al espacio público Tita Merello.[15]​ Al enterarse del hecho, lo agradeció desde la Fundación Favaloro, pero no asistió a la celebración.[15]​ También se le construyó un monolito ubicado en avenida Corrientes y Talcahuano, gracias a una propuesta de Eduardo Dosisto con la anuencia de la Comisión de Amigos de la Avenida Corrientes, cuyo vicepresidente era Ben Molar.[15]

El 11 de octubre de 1998, al cumplir 94 años, varios amigos lograron detener su aislamiento y los cuadros depresivos que cada vez sufría con mayor intensidad,[64]​ y tuvo una charla con el periodista Jorge Fontana en Radio de la Ciudad y una con Tiempos modernos, de Radio Continental. Ese mismo año también se colocó una placa en honor a ella en una plaza del barrio de San Cristóbal.[15]​ Además recibió un homenaje en el Auditorio del Colegio de Abogados, de Avenida Corrientes, y la Academia Porteña del Tango le brindó un tributo en donde estuvieron presentes Enrique Dumas, Jorge Rivera López, Ben Molar, Soledad Silveyra, Marikena Monti, Beba Pugliese, entre otros.[15]

El 11 de octubre de 2004 se conmemoró el centenario de su nacimiento y el Teatro General San Martín organizó un homenaje denominado Se dice de mí..., ciclo que contenía ocho filmes de ella. Además se mostraron fotos, objetos de la actriz y el vestuario diseñado por Horace Lannes.[65]

Por la misma razón se hizo un concierto, un acto en la Legislatura Porteña y un desfile con modelos del propio Lannes y el Departamento de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) llevó a cabo un homenaje por su centenario en el XIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino.[66]​ El 1 de julio de 2010 el Complejo Tita Merello, debido a la falta de público y motivado por la no renovación del contrato que otorgaba el Instituto Nacional de Cinematografía desde 1995, cerró definitivamente.[67]

El 22 de julio de 2010 se estrenó Dijeron de mí, llevada a cabo en el Maipo Kabaret bajo la dirección de Luciano Sardi y la protagonización de Virginia Innocenti.[68]​ Luego de su consagración con Eva, el gran musical argentino, la actriz y candidata a diputada Nacha Guevara será Tita Merello en una obra teatral dedicada a repasar su vida, y que se estrenará recién en 2011, por lo que se encuentra investigando y escuchando los testimonios de sus compañeros de trabajo y amigos más allegados.[69]

Fallecimiento

En septiembre de 2000 murió René Favaloro, y en el mismo mes de 2002 ocurrió el fallecimiento de su hermano.[70]​ Días antes de su deceso, Merello advirtió: «Esta Navidad quiero pasarla con los míos, allá arriba, todos juntitos»,[12]​ y según sus médicos sus últimas palabras fueron «Me está llegando la hora.»[71]​ El 24 de diciembre de 2002 a las 12.40 h,[7]​ en vísperas de Nochebuena, falleció a la edad de 98 años en la Fundación Favaloro.[72]​ Anteriormente se hallaba decaída y prácticamente no comía.[71]​ El director de la institución, Eduardo Gabe, explicó a la prensa que la cantante había amanecido bien con pequeños dolores físicos.[71]​ Además tenía problemas para respirar y un débil latido del corazón, y sin querer desayunar se dirigió a su habitación donde un paro cardiorrespiratorio le sobrevino mientras dormía.[73]​ Una de sus últimas peticiones fue que se donara el dinero que invertirían en flores a la fundación.[71]

A las 9.00 h del día siguiente sus restos fueron trasladados a la iglesia San Pedro González Telmo,[74]​ donde se realizó una misa de cuerpo presente y participaron de ésta familiares, amigos de la actriz y personalidades artísticas como Horace Lannes, Osvaldo Miranda, Eduardo Bergara Leumann, Ben Molar, Jorge Jacobson, entre otros.[75]​ Tras la ceremonia, el cortejo fúnebre se detuvo unos minutos en la Fundación Favaloro siendo aplaudida por todos los presentes. Después se interrumpió en la calle Corrientes al 1300, donde se levantó un monolito que recuerda el conventillo en que vivió Tita Merello en su adolescencia.[76]

Encabezado por el Regimiento de Patricios, se arrojaron flores y se entonó el Himno Nacional Argentino.[77]​ Después de aquello el cortejo fúnebre, rodeado de una multitud de personas, continuó el trayecto hasta el cementerio de Chacarita donde sus restos fueron cremados, tal como ella había aclarado décadas antes, y depositados en el Panteón de Compositores de SADAIC.[78]

Filmografía

Discografía

Lectura adicional

  • Etchelet, Raúl (2005). «14». Niní Marshall. La biografía. La Crujía. pp. 333-334. ISBN 987-1004-55-9. «Reaparecen Catita, Mónica...y un nuevo personaje: Paca, la pelos. Jorge Luz con su popular imitación de Tita Merello, y juntos en un sketch llamado "Celos o rencillas de esposos", escrito por Niní, completan el show.» 
  • Blanco Pazos, Roberto (2008). «S/C». Diccionario de Actrices del Cine Argentino Segunda Edición 1933-1997. Corregidor. p. 164. ISBN 978-950-05-1787-4. «Sin lugar a dudas es la más grande trágica del cine argentino. Fue comparada con Bette Davis y Ana Magnani, por la expresividad de su rostro y su garra dramática.» 
  • Romano, Néstor (2001). «4». Se dice de mí. Sudamericana. p. 81. ISBN 950-07-1949-5. «Nadie alzó su voz para defenderla. Se vio sola, como en tantas otras ocasiones. Adiós a las críticas favorables, al aplauso del público, al coche con chofer, a los halagos y a los mimos de la fama. A fines de 1955, Tita Merello se sentía al borde del abismo, en el límite de sus fuerzas. Cuando logró salir de la desesperación del primer momento, la actriz meditó cuidadosamente los pasos a seguir y, en 1956, puso su mirada en México.» 

Véase también

Referencias

  1. a b c d e f g Borrazas, Rubén. «Tita Merello: bien milonga y bien porteña». Uruguay: diario La República. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  2. a b c d e f g h i j k l m n ñ Amuchástegui, Irene (2008). «Fascículo Ídolos del espectáculo argentino: Merello». diario Clarín (19). 
  3. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah ai aj ak al am an ao Göttling, Jorge (2005). Tango de colección: Tita Merello. Argentina: diario Clarín. ISBN 950-782-659-9. 
  4. a b c d e f g h i j k l m n ñ o Stiletano, Marcelo. «Adiós a la inigualable morocha argentina». Argentina: diario La Nación. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  5. a b c d e f g h i j k «Una historia entre filmes y tangos». Argentina: diario Los Andes. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
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  8. «Ciudadanos ilustres: entre 194 distinguidos, sólo hay 35 mujeres» diario Clarín, 29 de agosto de 2005.
  9. a b c d e f g h i j k l «Personalidades: Tita Merello». Argentina: Argentina.ar. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  10. a b c d e f g h i j «Tita Merello falleció el martes y sus restos eran inhumados hoy». Argentina: diario La Capital. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  11. a b c d e Göttling, Jorge. «Tita Merello, una muñeca brava de verdad». Argentina: diario Clarín. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  12. a b c d e f g h i j k l m n ñ Muñoz, Gilda (2002). «Por siempre Tita». revista Pronto (335). 
  13. a b c Montini, Mariana. «Se dijo de mí». Argentina: revista Gente. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
  14. «En todos sus trabajos siempre estuvo presente el tango» diario Clarín, 26 de diciembre de 2002.
  15. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah ai aj ak al am an ao Romano, Néstor (2001). Se dice de mí: la vida de Tita Merello. Argentina: Sudamericana. ISBN 950-07-1949-5. 
  16. «“No llegue a Miss Universo, pero tampoco, nunca, fui un adefesio”» diario Página/12, 26 de diciembre de 2002.
  17. «Tita Merello - Fundación Konex» Sitio web oficial de la Fundación Konex.
  18. «Tita Merello - Todo Tango» Todo Tango.com, por Néstor Pinsón.
  19. a b c «Mil Titas». Argentina: Tita Merello.com. Consultado el 11 de noviembre de 2010. 
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  33. Osvaldo Pellettieri: De Eduardo de Filippo a Tita Merello, Editorial Galerna, 2003.
  34. Domingo di Núbila: Historia del cine argentino (volúmen 2), Editorial Schapire, 1960.
  35. Fernando Ferreira: Luz, cámara, Editorial Corregidor, 1995.
  36. Fascículo Peronismo y antiperonismo (1950-1959): Tita Merello, diario Clarín, 2010.
  37. Cristina Banegas: Tita Merello, Clarín, 2006.
  38. «Cincuenta años de Deshonra» diario La Nación, 2 de julio de 2002.
  39. Isabella Cosse: Peronismo y orden familiar, Ediciones Fondo de Cultura Económica, 2006.
  40. «Ficha de Mercado de Abasto (1955)» IMDb.com.
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  42. «Ficha de Para vestir santos» cinenacional.com.
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  44. «Rea, callejera y mal hablada» diario La Capital, 26 de diciembre de 2002.
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  46. Roberto Blanco Pazos y Raúl Clemente: Diccionario de Actrices del Cine Argentino (1933-1997) Segunda Edición, Editorial Corregidor, 2008.
  47. «Ficha de Tita Merello en Red Teatral» Red Teatral.com.
  48. Jorge Abel Martín: Cine argentino, Editorial Corregidor, 1976.
  49. Raúl Etchelet: Niní Marshall, la biografía, Editorial La Crujía, 2005.
  50. «Murió Tita de Buenos Aires» diario La Razón, 24 de diciembre de 2002.
  51. Tita: "A los 86 ya no hay futuro", revista TV Guía nro. 1418, 16 de octubre de 1990.
  52. Tita Merello, decidida a ser cremada, revista Flash nº 473, 27 de junio de 1989.
  53. Carlos Ulanovsky: Estamos en el aire, Editorial Emecé, 2006.
  54. Entrevista a Tita Merello (por Julio Mahárbiz), Crónica TV, 1994.
  55. «Tita Merello: premio para una grande» diario Clarín, 7 de septiembre de 1996.
  56. «Una distinción a Tita Merello» diario La Nación, 28 de noviembre de 1996.
  57. «Internaron a Tita Merello» diario Clarín, 25 de mayo de 1996.
  58. «Se recupera Tita Merello» diario La Nación, 28 de mayo de 1996.
  59. «Mejora el estado de Tita Merello» diario La Nación, 16 de enero de 1998.
  60. «Amor, respeto y fe» diario La Nación, 26 de diciembre de 2002.
  61. «Tita Merello sufre de un cuadro "depresivo"» diario La Nación, 12 de agosto de 2002.
  62. «Tita Merello le dio su apoyo a Julio Mahárbiz» diario La Nación, 28 de noviembre de 2001.
  63. «Tita Merello reapareció por televisión» diario Los Andes, 28 de noviembre de 2001.
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  67. «Cerró el Tita Merello» diario Clarín, 3 de julio de 2010.
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Enlaces externos