Antonio Pigafetta

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 14:35 8 ene 2012 por Alonso de Mendoza (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Antonio Pigafetta

Retrato del que se pensó que era Antonio Pigafetta (Biblioteca Bertoliana, Vicenza)[2]
Información personal
Otros nombres Antonio Lombardo[1]
Nacimiento ca. 1480
Vicenza
Fallecimiento ca. 1534
Vicenza
Residencia Vicenza
Nacionalidad República de Venecia
Religión Católico
Familia
Padres Giovanni Antonino Pigafetta[3]
Familiares Felipe Pigafetta
Información profesional
Ocupación Explorador y escritor Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo desde 1500
Obras notables Primer viaje alrededor del globo
Distinciones

Antonio Pigafetta o de Pigafetta (Vicenza (Italia), ca. 1480 - Vicenza, ca. 1534[4]​) fue un noble del Renacimiento explorador, geógrafo y cronista de la República de Venecia que partió a bordo de la Expedición de Magallanes en su circunnavegación del globo.

Su relato de los hechos, que se conoce como Primer viaje alrededor del mundo o Relación de Pigafetta, es la fuente principal de información sobre el viaje y sus descubrimientos para el mundo occidental, además de la propia vida de Pigafetta. Por primera vez un europeo daba a conocer el estrecho de Magallanes, el océano Pacífico, la Patagonia o el primer documento disponible acerca del idioma cebuano, de Filipinas. Pigafetta fue uno de los 18 hombres, de los 265 de la tripulación inicial, que sobrevivieron a la expedición.

En 1929 se empezó a construir un navío, un destructor de la clase Navigatori, de la Regia Marina (o Marina Real Italiana). Se botó con el nombre de Antonio Pigafetta el 1 de mayo de 1931. Durante la Segunda Guerra Mundial fue una de las unidades más exitosas y activa, fue bombardeada en Túnez en 1943. El 10 de septiembre, para prevenir su uso por los alemanes, se saboteó. A pesar de esto los alemanes fueron capaces de capturar el destructor y mejorar el navío al que llamaron T.A. 44. Aún bajo la bandera alemana, sufrió un bombardeo el 17 de febrero de 1945 hundiéndose el puerto de Trieste.[5]

Un miembro de la familia, Filippo Pigafetta (1533-1604), viajó a África y se hizo conocido en el siglo XVI por la publicación de un libro de viaje del Congo.

Vida

Pigafetta, que se describe a sí mismo en su libro como un gentilhombre vicentino[6]​ pertenecía a una rica familia de Vicenza, en la República de Venecia. Nace entre 1480 y 1491. De su vida se conoce poco y ese poco con inseguridades. Sí se sabe que su padre fue Giovanni Antonino Pigafetta. Aunque se desconoce quién fue su madre, está documentado que Giovanni Antonio tuvo relaciones con al menos tres mujeres, primero con Castellana Terrenato da Caltrano, segundo con Lucia Muzan da Malo y al final con Angela dalla Zoga.[3]​ Probablemente tuvo buena salud y fue robusto, siendo uno de los pocos supervivientes que logró dar la primera vuelta al mundo.

Desde su juventud se dice que fue conocido por sus estudios en astronomía, geografía y cartografía, conociendo el astrolabio o el uso del imán como brújula.[7]​ Perfeccionó su educación en la universidad al servicio del jerarca católico Francesco Chiericati, alto cargo en la Roma del papa León X. Estudió conocimientos generales y probablemente el francés.[6]

Hacia 1518 acompañó al nuncio apostólico Chiericati a España donde fue presentado al emperador Carlos I. Posteriormente se instaló en Barcelona.

El viaje

Pigafetta ya en España, conoce el proyecto del navegante portugués Magallanes de abrir una ruta hacia las Indias y se interesa por él. El portugués ya había fracasado al exponer sus propósitos al rey de Portugal y decidió ir a España para exponer al joven rey Carlos I su audaz proyecto, que aceptó. La intención era encontrar un paso marítimo hacia los territorios de las Indias Orientales y buscar el camino que, recorriendo siempre mares castellanos (según el Tratado de Tordesillas), llegase a las islas de las Especias (Molucas), lo que era la llamada ruta hacia el oeste. Algo que ya había buscado Cristóbal Colón sin éxito.

Palacio Pigafetta, Vicenza, 2006.[8]

Es un chico imbuido en el renacimiento, el humanismo y en conseguir la gloria. Es la época del descubrimiento de América, con los viajes de Cristóbal Colón, Américo Vespucio y Vasco de Gama, y él mismo escribe:

En el año de 1519 me hallaba en España en la corte de Carlos V, Rey de romanos, en compañía de Monseñor Chericato, Protonotario Apostólico entonces y predicador del Papa León X, de santa memoria, quien por sus méritos fue elevado a la dignidad de Obispo y Príncipe de Teramo. Ahora bien, como por los libros que había leído y por las conversaciones que había sostenido con los sabios que frecuentaban la casa de este prelado, sabía que navegando en el Océano se observan cosas admirables, determiné de cerciorarme por mis propios ojos de la verdad de todo lo que se contaba, a fin de poder hacer a los demás la relación de mi viaje, tanto para entretenerlos como para serles útil y crearme, a la vez, un nombre que llegase a la posteridad.
A. Pigafetta[6]

Provisto de cartas de recomendación fue a Málaga en barco, y a Sevilla por tierra, donde esperó tres meses antes de que la escuadra estuviese en situación de partir. La flota estaba compuesta por cinco navíos y más de doscientos hombres. Fue admitido a bordo como pasajero con el cargo de sobresaliente, puesto destinado normalmente a jóvenes de familia noble enrolados como voluntarios en busca de aventuras o experiencia militar. Su nombre queda registrado como "Antonio Lombardo", "Antonio de Lombardía", destinado a la nao Trinidad, capitaneada por Magallanes.[1]​ Pese a dificultades iniciales con Magallanes, consiguió ganar su confianza y le sirvió como lenguaraz y cartógrafo.

Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial, con salida y llegada en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), España.

La expedición llegó a la desembocadura del Río de la Plata con gran cuidado, luego bordeó las costas bajas de la Patagonia, examinó todas las bahías, creyendo siempre encontrar el estrecho tan deseado. El 18 de octubre llegó a la entrada del estrecho.[9]​ Tres semanas después, Magallanes anotaba la presencia del Cabo Desado,[10]​ que señalaba el extremo del camino, y bogaba por el océano Pacífico, siendo así los primeros en encontrar el camino de las Indias por Occidente.

Las penurias del viaje por el Pacífico están relatadas con violento realismo:

El estrecho de Magallanes según Pigafetta, ed. Amoretti, 1800.
Miércoles 28 de noviembre, desembocamos por el Estrecho para entrar en el gran mar, al que dimos en seguida el nombre de Pacífico, y en el cual navegamos durante el espacio de tres meses y veinte días, sin probar ni un alimento fresco. El bizcocho que comíamos ya no era pan, sino un polvo mezclado de gusanos que habían devorado toda su sustancia, y que además tenía un hedor insoportable por hallarse impregnado de orines de rata. El agua que nos veíamos obligados a beber estaba igualmente podrida y hedionda.Para no morirnos de hambre, nos vimos aun obligados a comer pedazos de cuero de vaca con que se había forrado la gran verga para evitar que la madera destruyera las cuerdas. Este cuero, siempre expuesto al agua, al sol y a los vientos, estaba tan duro que era necesario sumergirlo durante cuatro o cinco días en el mar para ablandarlo un poco; para comerlo lo poníamos en seguida sobre las brasas. A menudo aun estábamos reducidos a alimentarnos de serrín, y hasta las ratas, tan repelentes para el hombre, habían llegado a ser un alimento tan delicado que se pagaba medio ducado por cada una. Sin embargo, esto no era todo. Nuestra mayor desgracia era vernos atacados de una especie de enfermedad que hacía hincharse las encías hasta el extremo de sobrepasar los dientes en ambas mandíbulas, haciendo que los enfermos no pudiesen tomar ningún alimento. De éstos murieron diecinueve y entre ellos el gigante patagón y un brasilero que conducíamos con nosotros. Además de los muertos, teníamos veinticinco marineros enfermos que sufrían dolores en los brazos, en las piernas y en algunas otras partes del cuerpo, pero que al fin sanaron.
A. Pigaffeta[11]

En la batalla de Mactán (Filipinas) en que Magallanes perdió la vida, Pigafetta fue también herido. Sin embargo, logró reponerse y formó parte de los 17 que acompañaron a Juan Sebastián Elcano a bordo de la Victoria en el regreso a Sevilla. Es aquí cuando finaliza sus apuntes, el lunes 8 de septiembre de 1522. Dos días antes, la nave entró en el puerto de Sanlúcar de Barrameda, (Cádiz) cuando se habían cumplido tres años del viaje.[12]

El regreso

Tras el viaje, según relata él mismo, rinden culto mariano a la Virgen de la Antigua y a la Virgen de la Victoria en Sevilla y después parte a Valladolid donde se entrevista con Carlos I y le entrega una de las copias de su diario de viaje. Marcha a Portugal para ver al rey Juan I y de ahí pasa nuevamente por España hasta llegar a Francia donde se entrevista con la reina de Francisco I. Finalmente, según la versión del relato, le entrega una última copia al gran maestre Philippe Villiers de l’Isle-Adam y se retira a Italia.

Cerámica conmemorando el regreso de la expedición a Sanlúcar de Barrameda de 1956.
El martes bajamos todos a tierra en camisa y a pie descalzo, con un cirio en la mano, para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y la de Santa María la Antigua, como lo habíamos prometido hacer en los momentos de angustia.

De Sevilla partí para Valladolid, donde presenté a la Sacra Majestad de don Carlos, no oro ni plata, sino cosas que eran a sus ojos mucho más preciosas. Entre otros objetos, le obsequié un libro escrito de mi mano, en el cual había apuntado día por día todo lo que nos había acontecido durante el viaje. Abandoné Valladolid lo más pronto que me fue posible y me fui a Portugal para hacer relación al rey don Juan de las cosas que acababa de ver. Pasando en seguida por España fui a Francia, donde regalé algunas cosas del otro hemisferio a Madama la Regente, madre del rey muy católico Francisco I.

Regresé al fin a Italia, donde me consagré para siempre al muy excelente y muy ilustre señor Felipe Villiers de l'Isle-Adam, gran maestre de Rodas, a quien di también la relación de mi viaje.
A. Pigafetta[13]

Al regresar a Italia, en 1523 Clemente VII es elegido pontífice, máximo representante del catolicismo, y recibe una de las copias de su diario de viaje, según se refiere en el prólogo:

A mi regreso a Italia, su santidad el Soberano Pontífice Clemente VII, ante quien tuve el honor de presentarme en Monterosi y de referirle las aventuras de mi viaje, me acogió con bondad y díjome que le sería muy agradable poseer una copia del diario de mi viaje; híceme, pues, un deber en deferir lo mejor que pude a los deseos del Santo Padre, a pesar del poco tiempo de que entonces disponía.
A. Pigafetta[6]

Aun así no fue a través de los escritos de Pigafetta como los europeos por primera vez escucharon hablar de la circunnavegación del globo. Más bien, fue a través de un relato escrito por Maximilianus Transilvanus, publicado en 1523. Transylvanus había recibido instrucciones de entrevistar a algunos de los sobrevivientes del viaje cuando la nave Victoria, regresó a España en septiembre de 1522.

Su pasado después de sus últimas líneas de su diario, se desconoce con certeza. Algunas fuentes citan que el gran maestre Philippe Villiers de l’Isle-Adam le nombró caballero de Rodas[14]​ el 3 de octubre de 1524. Posteriormente escribe su obra y por eso se pone el título de caballero en ella.[15][16][17]

Murió en su país natal en una fecha desconocida, algunas versiones aluden a su intervención contra el Imperio Otomano en 1536 y un posterior retiro en su ciudad natal y otras que falleció en la isla de Malta entre 1534 y 1535.[12][4]

Su obra

Isla de Borneo según Pigafetta, ed. Amoretti, 1800.

Su única y conocida obra narrativa la realizó durante y posteriormente al viaje. Pigafetta recopiló numerosos datos acerca de la geografía, el clima, la flora, la fauna y los habitantes indígenas de los lugares recorridos; su minucioso relato fue un documento de gran valor, sobre todo por sus apuntes de náutica y lingüística. Sin su diario, la información del viaje de Magallanes sería muy incompleta. Empezó a escribir el día de su partida y terminó tres años después, el mismo día que vuelven a España.[12]

Pigafetta, por ejemplo, recogió muestras de vocabulario de algunos de los pueblos indígenas con los que se encontraron como las primeras palabras en idioma cebuano. De Brasil por ejemplo, algunas como: rey, cacich; bueno, tum; casa, bou; cama, hamac; peine, chipag; cuchillo, tarse; cascabeles, hanmaraca; tijeras, pirame; anzuelo, pinda; barco, canee; mijo, maiz; harina, hui; etcétera.[18]

Descubre el pingüino de Magallanes, el lobo marino o el guanaco:

Costeando siempre esta tierra hacia el polo Antártico, nos detuvimos en dos islas que sólo encontramos pobladas por pengüines y lobos marinos. Los primeros existen en tal abundancia y son tan mansos que en una hora cogimos provisión abundante para las tripulaciones de las cinco naves. Son negros y parece que tienen todo el cuerpo cubierto de plumas pequeñas, y las alas desprovistas de las necesarias para volar, como en efecto no vuelan: se alimentan de pescados y son tan gordos que para desplumarlos nos vimos obligados a quitarles la piel. Su pico se asemeja a un cuerno.

Los lobos marinos son de diferentes colores y más o menos del tamaño de un becerro, a los que se parecen también en la cabeza. Tienen las orejas cortas y redondas y los dientes muy largos; carecen de piernas, y sus patas, que están pegadas al cuerpo, se asemejan bastante a nuestras manos, con uñas pequeñas, aunque son palmípedos, esto es, que tienen los dedos unidos entre sí por una membrana, como las nadaderas de un pato. Si estos animales pudieran correr serían bien temibles porque manifestaron ser muy feroces. Nadan rápidamente y sólo viven de pescado.

(..)

Este animal tiene la cabeza y las orejas de mula, el cuerpo de camello, las piernas de ciervo y la cola de caballo, cuyo relincho imita.
A. Pigafetta[19]

Al viajar por el mundo, Magallanes y su tripulación profundizaron en sus conocimientos del cielo del hemisferio sur. Antonio describe, en particular, una nube de niebla que ahora lleva el nombre de Nubes de Magallanes.[20]

Ediciones

Portada del libro de Pigafetta, ed. Calpe, 1922.

Recogió sus experiencias en la Relazione del primo viaggio intorno al mondo, obra en italiano y publicada en Venecia en 1536. A menudo se hace referencia a esta obra como Relación de Pigafetta, o como El primer viaje en torno al globo. El original no se conserva.

Además de su diario de viaje, según sus notas originales, dejó una relación circunstanciada que se podía creer perdida hasta que Cario Amoretti descubrió una copia íntegra en la biblioteca Ambrosiana de Milán en 1800. De aquí publicaría Amoretti una edición completa en italiano y un año después una en francés.[21]

A partir de dicha traducción francesa, el historiador chileno José Toribio Medina realizó la primera traducción al español publicada en 1888 incluida por él en la Colección de documentos inéditos para la historia de Chile.[22]

Estructura

Antonio Pigafetta escribe un diario personal de su viaje que posteriormente convierte en un libro de viaje ya que escribe un prólogo posterior para el lector donde exponer sus razones del viaje. Es aquí donde además de justificar su obra como para entretener, también quiere llegar a la posteridad.[6]​ Los libros de viaje en el Renacimiento se ven muy influenciados por autores como Marco Polo, Américo Vespucio, Suetonio, o la Naturalis Historia de Plinio el Viejo.

El viaje es el hilo argumental del diario, en forma a veces de epopeya, con naufragios, tempestades o aparición de presagios como el Fuego de San Telmo, se convierten a los acontecimientos sobrenaturales en manifestaciones de la voluntad divina. Es la influencia de su tiempo, la proyección de la fe cristiana, una de las bases para el asentamiento de la era de los descubrimientos.

A Fernando de Magallanes se le presenta como el héroe de la obra, siguiendo los cánones de la literatura caballeresca.

El capitán general Fernando de Magallanes había resuelto emprender un largo viaje por el Océano, donde los vientos soplan con furor y donde las tempestades son muy frecuentes. Había resuelto también abrirse un camino que ningún navegante había conocido hasta entonces; pero se guardó bien de dar a conocer este atrevido proyecto temiendo que se procurase disuadirle en vista de los peligros que había de correr y que le desanimasen las tripulaciones. A los peligros naturales inherentes a esta empresa, se unía aún una desventaja para él, y era que los comandantes de las otras cuatro naves, que debían hallarse bajo su mando, eran sus enemigos, por la sencilla razón de que eran españoles y Magallanes portugués.
A. Pifafetta[23]

Sin embargo, a Juan Sebastián Elcano, que se haría cargo de la expedición tras la muerte de Magallanes, no lo menciona ni una sola vez.

Referencias

  1. a b Pigafetta, Antonio, pág. 6 Primer viaje alrededor del Globo, Ediciones Orbis, Barcelona, 1986
  2. En realidad es el retrato de otro miembro de la familia Pigafetta, Giovanni Alberto di Girolamo (ver: Biblioteca Bertoliana: curiosita o aquí (en italiano).
  3. a b Gracias a un documento publicado por Pastells en 1920 (ver: Biblioteca Bertoliana: Antonio Pigafetta o aquí (en italiano)).
  4. a b Enciclopedia Larousse. «Antonio Pigafetta» (en francés). Editorial Larousse. Consultado el 8 de agosto de 2011. «Écrivain et navigateur italien (Vicence vers 1480-1534), auteur, dans un italien mêlé d'espagnol et de vénitien, d'une relation de l'expédition de Magellan, à laquelle il participa.» )
  5. Ver Antonio Pigafetta (cacciatorpediniere)
  6. a b c d e Pigafetta. op. cit., pág. 16
  7. Pigafetta, Antonio, pág.17, Primer viaje en torno al globo, editora Calpe, Madrid, 1922.
  8. La verdadera casa de la familia Pigafetta esta a la izquierda de esta en Vicenza.
  9. Estrecho de los Patagones, el actual Estrecho de Magallanes. Pigafetta, op. cit., pág. 29
  10. Todos lloramos de alegría. Este cabo se llamó el Deseado, porque, en efecto, desde largo tiempo ansiábamos por verlo. Pigafetta, op. cit., pág. 29
  11. Pigafetta, op. cit., pág. 31
  12. a b c Pigafetta, op. cit., pág. 7
  13. Pigafetta, op. cit., pág. 85
  14. Uno de los nombres que adoptó la Orden de Malta después de la conquista de la isla de Rodas. Sus miembros pasaron a ser llamados Caballeros de Rodas hasta que en 1530 Carlos I les entregó Malta.
  15. Pigafetta, A., op. cit., pág.23, ed. Calpe.
  16. Oliva, Antonio y Francisco. Diccionario histórico o biografía universal, volumen 10, Librería de los Editores, Barcelona, 1833
  17. De F. Escalante y cía. Diccionario universal de historia y geografía, tomo VI. Libería de Andrade, México, 1855
  18. Pigafetta, A., op. cit., pág.187, ed. Calpe.
  19. Pigafetta, op. cit., pág. 22
  20. El polo Antártico no goza de las mismas constelaciones que el Ártico, viéndose en él dos grupos de pequeñas estrellas nebulosas que parecen nubecillas, a poca distancia uno de otro. Pigafetta, op. cit., pág. 31
  21. Pigafetta, A. Primo viaggio in torno al Globo Terracqueo, editor Cario Amoretti, Milán, 1800.
  22. Toribio Medina, José. Colección de documentos inéditos para la historia de Chile Volumen II, págs. 417-524, Santiago de Chile, 1888.
  23. Pigafetta, op. cit., pág. 18

Véase también

Bibliografía

  • Pigafetta, Antonio. Primer viaje alrededor del mundo relato escrito por el caballero Antonio Pigafetta, editor Manuel Walls y Merino, Imprenta de Fortanet, Madrid, 1899.
  • Pigafetta, A. Primer viaje en torno del globo, editor Federico Ruiz Morcuende. Edición Calpe, Madrid 1922.
  • Pigafetta, A. Primer viaje alrededor del mundo, editor Leoncio Cabrero, Madrid, 1985.
  • Pigafetta, A. Primer viaje alrededor del globo, editor Virgilio Ortega. Ediciones Orbis, Barcelona, 1986. ISBN 84-7634-527-5
  • Pigafetta, A. Noticia del primer viaje en torno al mundo; editor Ana García Herraez. Ediciones Grial, Valencia, 1998. ISBN 84-8946-117-1.

Enlaces externos