Exploradores de España

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Exploradores de España
(Boy scouts españoles)
Organización
País España
Fundado 1912
Desaparición 1940
Fundador
Jefe Scout Nacional Juan Antonio Dimas (Lobo Gris)
Scouting Portal de Escultismo

Exploradores de España fue una asociación infantil y juvenil fundada por el capitán de caballería Teodoro Iradier y Herrero en 1912 e inspirada en los boy scouts de Robert Baden-Powell, cuyo objetivo era la educación física, moral, cívica y patriótica. En sus primeros años tuvo un rápido crecimiento y expansión. La asociación fue miembro fundador de la Organización Mundial del Movimiento Scout en 1922,[1][2]​ a la que perteneció hasta 1938.[3]

Tras una audiencia real concedida a Iradier a principios de junio de 1912, recibió el apoyo personal del rey Alfonso XIII de España y de los gobiernos de la época.[4]​ Aun así el camino para la asociación no fue fácil, al contar con cierta oposición por parte de la Iglesia católica y de algunos sectores de la cultura que veían con recelo la evolución institucional, de carácter muy militarizado y supeditada al servicio directo del poder.[5]

Tras un breve periodo de decadencia entre 1914 y 1919, recibió apoyo del Directorio militar de Primo de Rivera durante los años 1920, experimentando un cambio de rumbo educacional y, en consecuencia, un fuerte aumento de efectivos, en lo que se podría considerar la edad de oro de la institución.[6]​ Al margen de esos periodos, los exploradores aportaron una renovada visión sobre cómo ejercer la pedagogía: la formación del carácter de la juventud, y la instrucción en valores religiosos y de ciudadanía.[7]

Finalizada la guerra civil española, la organización fue declarada en suspensión de actividades por decreto ministerial de 22 de abril de 1940, al considerarse «intolerable su dependencia de organismos de carácter internacional».[8]

Antecedentes

Grupo Barcino de los Exploradores Barceloneses.

La primera tentativa conocida del escultismo en España nació en Barcelona. Fue iniciativa de Pedro Roselló Axet, capitán de caballería, amigo y colega de Teodoro Iradier; junto a Ramón Solé i Lluch —un obrero entusiasta del excursionismo— y Narcís de Romaguera, entre otros.[9]​ El objetivo de Pedro Roselló era conseguir una juventud sana, física, moral y espiritualmente. Así nacieron en 1911 los Exploradores Barceloneses, que en 1913 se integrarían en los Exploradores de España.[10]​ En 1914 sumaban 1064 efectivos, organizados en veintidós grupos.[11]

Paralelamente a los Exploradores Barceloneses, hubo otras iniciativas catalanas menos exitosas como los «Jovestels de Catalunya» de Ignasi Ribera-Rovira en 1912, que llegaron a tener dos grupos, «Cataluña» y «Canigó».[12]​ También los Exploradores Republicanos (boy scouts radicales),[13]​ organización bajo el amparo de Alejandro Lerroux[14]​ y encabezada en Barcelona por Antonio Cruz.[15]

Apoyos y detractores

Alfonso XIII y Teodoro Iradier con los exploradores.
Los primeros Exploradores de Mar de Santander en la Playa del Sardinero (1916).

Teodoro Iradier recibió el apoyo del rey Alfonso XIII y a partir de 1911, con ayuda del publicista Arturo Cuyás Armengol, se inició una campaña de concienciación pública, siendo el movimiento juvenil muy bien recibido, sobre todo entre las clases más pudientes.[16]​ En palabras de Iradier, «el scoutismo era vida al aire libre, el aprendizaje de cosas útiles, la ejecución de obras buenas»,[17]​ así como «el explorador de hoy será el hombre práctico de mañana» y «ostentará con orgullo el título de transformador de nuestra patria».[18]

Una vez conseguido el apoyo necesario y aprobados sus estatutos por el Gobierno Civil de Madrid el 30 de julio de 1912,[19]​ Iradier se trasladó ese mismo año a su ciudad natal. El 11 de agosto de 1912 fundó la primera tropa de exploradores de España, los Exploradores de Vitoria y, en octubre, la tropa de Madrid.[20]

El 27 de abril de 1913 se reunieron 2397 exploradores en el campo del Athletic Club de Madrid para realizar la ceremonia de la promesa, con asistencia de los reyes de España. Participaron los distritos madrileños de Buenavista, con tres grupos; Palacio, con seis grupos; Latina, con dos; Centro, con cuatro; Congreso, con tres; Inclusa con dos; Hospicio, con tres; y Universidad, Hospital y Chamberí, con dos.[21]​ Ese mismo año se publicó el primer número de la revista El Explorador[22]​ y los Exploradores Barceloneses de Pedro Rosselló se integraron en los Exploradores de España.[23]

En enero de 1914 ya existían 68 comités de Exploradores en España y en julio se celebró en Navas de Riofrío (Segovia) el primer Campamento Nacional de Exploradores, en el que participaron 580 efectivos de 18 poblaciones. En diciembre aparece el primer censo, con 18 024 jóvenes y 115 comités en toda España. Ese mismo año, la Real Orden de 12 de febrero del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes concede personalidad jurídica a la Asociación de los Exploradores de España.[24][25]

José María Quintana Cabanas cita un periodo de desavenencias con la Iglesia que, como pasaba en otros países, acusaba a los Exploradores de España de naturalismo y de dificultar las prácticas religiosas de los niños,[8]​ una serie de conflictos internos en la organización forzaron la dimisión de Iradier como secretario-comisario en 1915 y, en solidaridad con él, también la del presidente de los exploradores, el duque de Tamames.[26]​ Según la información aparecida en El Explorador:

...el comisario general Don Teodoro de Iradier, descontento con el rumbo que toma la Institución, dimite de todos sus cargos y también como consecuencia, la del Excmo. Sr. Duque de Tamames, Presidente de la Asociación.[27]

En 1915 el rey Alfonso XIII cedió a los exploradores una parcela en el monte de El Pardo para su uso como campamento permanente. Ese mismo año aparecía el primer grupo de exploradores de mar en Santander,[28]​ también con apoyo real.[29]​ En 1917 el rey aceptó la presidencia de honor de los Exploradores de España.[30]

En 1920 un contingente de exploradores españoles participó en el primer jamboree mundial de Olympia, Londres. Ese mismo año había 305 comités de exploradores. Fue en esa época cuando se definió la confesionalidad de la institución, que creció y evolucionó secularmente,[31]​ y se mejoró la imagen y el conocimiento teórico y pedagógico del movimiento scout en España.[32]​ El 26 de febrero de 1920 la asociación recibió por Real Decreto la consideración de nacional.[33]

El 13 de septiembre de 1923, un golpe de Estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, daría lugar a una dictadura militar. Primo de Rivera, padre de exploradores y de cuyo Consejo Nacional era vocal fundador, le otorgó una mayor protección en todos los ámbitos.[34]​ En esos primeros años de la Dictadura, Francisco García Molins, vicepresidente del Consejo Nacional, puso a disposición del Gobierno a los Exploradores de España, como medio para la educación cívica, escuela de ciudadanía para el «mejoramiento de la raza» y ejemplo de solidaridad entre clases. La idea fue bien acogida por el Directorio militar que comenzó a plantear un plan nacional de formación física y paramilitar entre los jóvenes, y por real orden de mayo de 1925 se creó una comisión de diversos estamentos ministeriales y entidades civiles con ese fin.[35]

A mediados de los años 1920 los ingenieros ingleses que habían acudido a trabajar a las Minas de Riotinto dieron un empuje muy importante para la creación y consolidación del escultismo en la zona de Huelva.[36]​ La edad de oro en Minas de Riotinto estuvo bajo el liderazgo de Francisco Timmis (m. 1931), presidente del Consejo Local, nacional inglés y gran conocedor de la obra de Baden-Powell. También en el norte, San Sebastián y Bilbao, cuyas tropas de exploradores estaban activas desde 1913,[37][38]​ recibieron ayuda y observaron un notable crecimiento con las aportaciones de los ingleses que trabajaban en las minas de la ría de Bilbao.[36]

También hubo intelectuales que mostraron cierta oposición a los exploradores, entre ellos Miguel de Unamuno, quien manifestó públicamente en 1917 que no creía en la función pedagógica de los boy scouts por su «carácter artificioso», proponiendo el foot ball para la formación de los jóvenes, por «espontáneo, libre y menos intervenido».[34]​ Tal manifiesto provocó una repulsa de la institución y una réplica de Juan Antonio Dimas (Lobo Gris) de la Tropa de Águilas (Murcia), que sería el primer jefe scout nacional en 1932 a sugerencia del mismo Baden Powell.[39]​ Dimas fue el primero que habló de «pedagogía del escultismo».[8]

Jamboree Nacional de 1929 y II República

Insignia oficial del Jamboree Nacional de Barcelona de 1929.

En 1929, del 21 de agosto al 3 de septiembre, aprovechando el tirón de la Exposición Universal, se celebró el Jamboree Nacional de Barcelona. Fue el primero de carácter internacional que se organizó en España y también el último, celebrado en Montjuic, con la participación de 2000 boy scouts españoles y extranjeros procedentes de catorce países:[40]​ Inglaterra, Francia, Hungría, Alemania, Tánger, Polonia, Chile, Holanda, Suecia, Rumanía, Escocia, Australia, Brasil y Portugal. La mayoría hacía escala desde el Jamboree Mundial de Birkenhead celebrado ese mismo año. Durante el evento, un explorador musulmán de Tánger, Mustafá-ab-el-Kader, murió tras sufrir un accidente que ocupó las planas de la prensa de la época.[41][42]

En 1927, Josep Maria Batista i Roca fundó los «Minyons de Muntanya»,[43]​ y a principios de los años 1930 aparecieron los primeros grupos de confesionalidad católica, que se constituirían como los Scouts Hispanos en 1934, de efímera existencia.[44]

También en 1930, Isidoro de la Cierva y Peñafiel (Lobo Blanco) se convirtió en comisario general y Juan Antonio Dimas, en comisario general suplente del Consejo Nacional.[45]

En 1931 se proclamó la República Española y casi inmediatamente se modificó la insignia, suprimiendo de ella la flor de lis vigente desde 1922, y sustituyéndola por una mano en actitud de saludo scout.[46]​ Por Decreto del Gobierno provisional de la República se transmitió el 21 de mayo de 1931 al Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes cuantas atribuciones correspondían a la Presidencia, en relación con los Exploradores de España.[47]

En abril de 1933 fueron elegidos los cinco primeros comisarios generales tras el cambio de estatutos para adaptarlos al nuevo régimen democrático:[48]

Pese a las reticencias de los republicanos más radicales, que criticaban la vinculación de los Exploradores de España con la monarquía borbónica, Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, aceptó en 1933 la presidencia de honor de Exploradores de España.[49]​ Según Francisco Armada Muñoz, en esta decisión tuvo mucho que ver la influencia del general José Miaja Menant, comisario general de los Exploradores y de ideología republicana.[50]

El 2 de mayo de 1936, el presidente de la República reconoció oficialmente a la Asociación Nacional de Exploradores de España y se confirmaron los estatutos presentados en julio de 1932.[51]

Asalto a la sede de los Exploradores de Barcelona y escisión catalana

Tras los incidentes por la proclamación de la República Catalana el 14 de abril de 1931, se desarrolló el carácter identitario catalán y el desapego a las asociaciones centralistas nacionales en ciertos sectores de Cataluña, como era el caso de los boy scouts españoles. En opinión de Félix Cucurull «como consecuencia de la opresión a la que estaba sometida»,[52]​ herencia del directorio militar, al considerar que «un sentimiento nacionalista como el catalán podía ser sacrificado por la violencia y por el silencio».[53]Juan Peiró sin embargo achaca dicha conducta a que «la libertad de Cataluña no era conseguible más que por un procedimiento de acción directa», resultado de «siglos de sumisión bajo el yugo de magistrados, militares y polizontes incapaces de comprender el alma de los catalanes».[54]

Fue entonces cuando la sede de los exploradores fieles a la asociación nacional sufrió un asalto protagonizado por un sector del «jovent republicà» (juventud republicana),[55][56]​ perdiendo los Exploradores Barceloneses su bandera. Según la documentación disponible sobre escultismo catalán del Archivo Nacional de Cataluña, en 1933 el sector más catalanista, abiertamente politizado de izquierda y afín a los postulados nacionalistas del momento, se organizó como asociación de carácter regional, los Boy Scouts de Catalunya, cuyo núcleo fuerte sería protagonista de una importante escisión de los Exploradores de España en Cataluña.[57]​ Entre las reivindicaciones de la agrupación escindida estaba prescindir del uso de la bandera nacional en las actividades de la asociación y total independencia en sus relaciones institucionales para con la Oficina Scout Internacional de Londres.[58]​ La presidencia de honor de la nueva institución se ofreció a Francesc Macià, presidente de la Generalidad de Cataluña.[59]​ En 1932, en un intento descentralizador, la agrupación catalana había sido previamente constituida como Federación de los Boy Scouts de Cataluña, vinculados a los Exploradores de España;[7]​ tras la ruptura, los Exploradores de España en Cataluña quedaron reducidos a la mínima expresión.[60]

Guerra Civil

Patrulla del Kanguro de Málaga, en su trayecto hacia el Jamboree Mundial de 1929 en Birkenhead.
Patrulla del Tigre de Murcia, frente el albergue de Valle de San Juan en 1929.

La mayoría de las agrupaciones de los Exploradores suspendieron o limitaron sus actividades durante la Guerra Civil (1936-1939), pues fueron movilizados muchos rovers (scouts mayores) e instructores.[61]​ Al estallar la sublevación el 18 de julio de 1936, muchas agrupaciones se encontraban de campamento estival. Aunque casi todas lograron regresar a sus poblaciones sin mayores altercados, los exploradores de la tropa de Zaragoza que se encontraban en el Parque de Ordesa fueron evacuados a Barcelona donde se les encontró refugio y estuvieron bajo la custodia de los Boy Scouts de Catalunya. En junio de 1937, tras algunas gestiones de la Cruz Roja, lograron atravesar Francia por Hendaya-Irún y pudieron regresar a sus domicilios.[62]

Al principio de la guerra, prácticamente no hubo manifestaciones ni disposiciones oficiales en ambos bandos, ni a favor, ni en contra de los exploradores. Los exploradores españoles, de acuerdo a los principios de sus estatutos, permanecieron alejados de cualquier color político, y en donde el consejo local lo consideró posible, ofreció su colaboración a la autoridad legalmente establecida para realizar servicios de carácter humanitario.[63]

No obstante, hacia el final de la contienda se comenzó a apreciar cierta actitud poco afín en el bando sublevado, un mal presagio sobre el futuro de la institución escultista. Los exploradores fueron disueltos en algunos territorios por las autoridades militares, por ejemplo en Galicia, con el argumento de ser «una moderna institución de origen exótico» y por «estar el puesto de los jóvenes españoles en otras Organizaciones Juveniles de Falange tales como los cadetes, flechas o pelayos» tal como cita el Capitán General de Galicia, Germán Gil y Yuste en su decreto de disolución, fechado el 25 de marzo de 1938.[64]

Al finalizar la guerra en abril de 1939, la asociación de exploradores se encontraba en una situación complicada y sin información de lo que había sido de los consejos locales. Muchos rovers e instructores habían fallecido en la contienda, otros se encontraban en el exilio o simplemente se consideraban desaparecidos.[65]​ Hubo, no obstante, un pequeño núcleo en Madrid que mantenía su fe en el escultismo, pero fueron prudentes en su intento de reorganización, en parte por la actitud hostil de algunos cuadros dirigentes de la Administración pública.[66]

Hay constancia de presuntos tanteos del nuevo régimen, que envió falangistas a estudiar el movimiento scout británico. Ese fue el caso de Miguel Piernavieja del Pozo, un joven periodista de las Organizaciones Juveniles de Falange, empleado de la agencia EFE de Serrano Suñer, que a finales de 1940 se desplazó a Londres con ese objetivo, patrocinado por el British Council. El M15 sin embargo, sospechó que el propósito real de Piernavieja era el espionaje y no escatimó los medios para convencerle de que Gran Bretaña estaba bien preparada frente a cualquier intento de Hitler para invadirla.[67]

Un entusiasta explorador y alférez provisional, Víctor José Jiménez y Malo de Molina (Ojo de Lince) promovió la Comisaría General Provisional desde Granada el 28 de febrero de 1938 para mantener los vínculos de las tropas de exploradores en la zona nacional.[68]​ Al acabar la guerra, la iniciativa fue disuelta, y fue nombrado comisario general, con carácter transitorio.[69]

Pero también hubo sectores que aceptaron el nuevo régimen y que manifestaron su intención de acatar cualquier resolución administrativa que significase la aniquilación total de la asociación, como se desprende de la correspondencia procedente de la Oficina Scout Internacional de Londres que decía:

Si llegase el caso [de] que el escultismo fuese absorbido en el Movimiento (único) Nacional de Juventud, estamos convencidos [de] que todos los scouts españoles aceptarán la decisión y harán todo lo que puedan para cumplir con lealtad sus deberes según la Promesa que como scouts hicieron.[70]

y la respuesta de Fernando Molina-Niñirola Sánchez (Tigre en Acecho), por entonces comisario de la agrupación de Murcia:

Si el escultismo español oficial debe desaparecer, nosotros seremos siempre reverentes para con nuestro Caudillo y las autoridades nacionales, siguiendo los principios patrióticos que nunca podemos dejar de lado.[70]

Fernando Molina-Niñirola Sánchez

Fernando Molina-Niñirola Sánchez (3 de octubre de 1908-20 de julio de 1990) ingresó en la tropa de Murcia el 9 de mayo de 1921. Médico de profesión, era socio de la Asociación Católica de Propagandistas.[71]​ Mantuvo en pie el Campamento de Espuña todos los veranos durante la Guerra Civil. Fue recompensado con el «Lobo de Plata» el 31 de diciembre de 1938.[72]​ Aunque mantuvo su relación con sus compañeros escultistas, no regresaría al escultismo activo. No obstante, Fernando Molina-Niñirola conservó en custodia todo el patrimonio documental escultista en la región, desde la Agrupación Local de Murcia (1915-1939), el Consejo Provincial de los Exploradores de Murcia (desde 1917), la clandestinidad y sus sucesores hasta aproximadamente 1980, documentación que fue donada por sus parientes al Archivo General de la Región de Murcia en 2013.[73]

Víctor José Jiménez y Malo de Molina

Víctor José Jiménez y Malo de Molina (27 de marzo de 1915-21 de septiembre de 1999), fue uno de los partidarios de iniciar actividades tendentes a la reorganización de los Exploradores de España al finalizar la guerra civil. Ingresó en los Exploradores de España el 15 de junio de 1923 y fue el último explorador que recibió el «Lobo de Plata» (1939), máxima recompensa por servicios distinguidos. Procuró sin éxito salvaguardar la supervivencia de los exploradores en un último intento de crear unos «Exploradores de FET y de las JONS» (Falange Española Tradicionalista y de las JONS), en una carta que acompañaba un amplio proyecto enviado a Raimundo Fernández-Cuesta, el 26 de mayo de 1938:

No es obra esto de un solo cerebro, sino el estudio constante de los mayores pedagogos de España y del extranjero, pues la base que sustenta, aunque proceda del escultismo, es la misma que sustentan las Hitlerjugend y la Obra Nacional Balilla y está adaptada al carácter español y a nuestra infancia...[74][75]

La propuesta fue rechazada. Siguiendo los mismos pasos de las asociaciones escultistas alemanas e italianas, los exploradores españoles se encaminaron a su final. José María Gutiérrez del Castillo, secretario nacional para la Organización Juvenil de FET-JONS, en carta a Fernández-Cuesta del 17 de junio de 1938, se mostró partidario de la erradicación de los Exploradores y de reservar en exclusiva las «Organizaciones Juveniles» de FET-JONS (que posteriormente serían reconvertidas en el «Frente de Juventudes»), como único cauce de participación para la juventud española.[75]

Por su parte, Víctor José Jiménez rechazó la candidatura para encabezar la Jefatura Nacional de las Juventudes Tradicionalistas que le propuso Manuel Fal Conde.[76]

Según José María López Lacárcel, Víctor José Jiménez «fue protagonista de incómodas situaciones en defensa de los Exploradores de España que rozaron el desacato».[76]​ Su trayectoria militar suavizó más adelante el lento proceso de reorganización del escultismo español, siendo cofundador del Clan Lobo Gris de Madrid (germen de los Scouts de España) en 1947 y secretario de la Comisión Nacional de Reorganización del Escultismo Español en 1950.[77]​ Excombatiente de la División Azul, escribió De España a Rusia.[78][79]​ Fue uno de los supervivientes del accidente aéreo del vuelo 995 de Spantax en el aeropuerto de Málaga (1982), logrando salvar su vida junto con su esposa.[80]

Suspensión de actividades

El 28 de febrero de 1940 falleció Teodoro Iradier.[81]​ El 22 de abril de 1940, la Orden Circular número 9 del Ministerio de la Gobernación, enviada a todos los gobernadores civiles, dispuso:

Teniendo en cuenta que <..> los fines que asigna a los Exploradores de España el artículo 1.º de sus Estatutos se hallan embebidos, aunque con desviaciones en su orientación, en las Organizaciones Juveniles de FET y de las JONS que dedican sus actividades a la formación y exaltación de la unidad del espíritu nacional, mediante de la educación moral, física, patriótica y premilitar, basada en los principios Nacional Sindicalistas; surge la conclusión lógica de que, en los actuales momentos, no sólo carece de razón de ser, sino que es incompatible con estos postulados, una Asociación que, como los Exploradores de España, aplica al cumplimiento de sus fines los principios, métodos y procedimientos del escultismo universal, en relación y bajo la dependencia de organismos de carácter internacional. En su consecuencia, los Exploradores de España carecen actualmente de personalidad. Lo digo a V.E. para su conocimiento y efectos consiguientes. Madrid, 22 de abril de 1940.[82]

Esta orden fue recurrida por la institución, sin éxito, pues la política juvenil del régimen estaba encomendada en exclusiva a FET-JONS. Los Exploradores de España quedaron prohibidos,[83]​ y en consecuencia fueron incautados sus locales y bienes. Una Comisaría General de la Asociación, integrada por Juan Antonio Dimas (que dimitió en 1940), Francisco Medina, Isidoro de la Cierva (muerto en 1939) y Víctor José Jiménez y Malo de Molina, funcionó de forma intermitente en Madrid.[84]

Posteriormente surgieron de nuevo algunos núcleos que abrirían otro capítulo en la historia del escultismo español durante la clandestinidad. En comidas y reuniones privadas se utilizaron viejos archivos y todo tipo de símbolos de la asociación escondidos por antiguos miembros para evitar que fueran incautados.[61]​ Francisco Medina Ample, último comisario general de la Asociación conocido y sucesor de Dimas,[85]​ recibió más adelante un oficio del Ministerio de Gobernación «recordándole que la Asociación de Exploradores de España seguía en suspensión de actividades».[86]

Simbología

Bandera de los Exploradores de Vitoria.

Iradier eligió la rueda y estrella de cinco puntas como emblema institucional, en sus propias palabras «como la estrella polar que guía a los marinos, como la estrella de oriente que guio a los Reyes Magos al lugar de nacimiento del Redentor, y como el emblema de los grandes exploradores y de los Estados Mayores de los Ejércitos». Como lema «Siempre Adelante», pues «el explorador ve un porvenir al que dirige sus afanes, recto, seguro, sin vacilaciones»; los exploradores zaragozanos editaron una publicación cuyo título coincidía con el mismo lema en 1924.[87]​ La enseña para la asociación era la bandera nacional con una franja verde en diagonal, «Símbolo de la Naturaleza y la esperanza». Cada tropa añadía el escudo de la localidad en el centro con la inscripción «Los Exploradores de España» en la franja superior junto a la insignia de la asociación. En 1921 un Real Decreto concedió honores militares a la bandera de España portada por las tropas de los Exploradores de España.[76]​ Por su parte, Dimas dijo de la enseña nacional que «lleva en si luz de sol, de sangre y de esperanza».[88]

Promesa y código del explorador

Promesa del explorador

La tropa de Madrid durante una actividad en El Pardo (1926).
Yo prometo por mi honor hacer, cuanto de mi dependa, por:[89][90]
  1. Cumplir los deberes para con Dios y para con el Jefe de Estado.
  2. Amar a mi patria, serle útil en todos los momentos y respetar sus leyes.
  3. Obedecer el Código del Explorador.

Código del explorador

La tropa de Tortosa en una típica foto de la época (1927-28).

El código, a diferencia de su versión inglesa que tenía diez, comprendía doce puntos:[91][92][93]

  1. El explorador es honrado y su palabra merece absoluta confianza.
  2. El explorador no teme al ridículo, cuando de ejecutar obras nobles se trata.
  3. El explorador es obediente; es disciplinado; es leal.
  4. El explorador tiene iniciativas; pero también es consciente de la responsabilidad de sus actos.
  5. El explorador es tolerante; es cortés; es servicial.
  6. El explorador es amigo de todos, y considera a los demás exploradores como hermanos suyos sin distinción de clases.
  7. El explorador es valiente y tiene afán por ser útil y ayudar a los débiles.
  8. El explorador hace cada día una buena acción por modesta que sea.
  9. El explorador ama a los animales, los árboles y las plantas.
  10. El explorador es limpio y está alegre.
  11. El explorador es económico, es trabajador, es tenaz, es perseverante.
  12. El mayor honor del Explorador es serlo, porque este título supone alteza de miras y nobleza de sentimientos.

Himno de los Exploradores de España

Detalle de una partitura de la época con las primeras notas del himno de los exploradores.

A principios de 1913 se compuso el «Himno de los Exploradores» con letra de Mariano Benavente Martínez, padre de dos exploradores madrileños y hermano del dramaturgo Jacinto Benavente, miembro de la Real Academia Española. La partitura musical fue compuesta por otro padre de explorador madrileño, el músico Melecio Brull y Ayerra.[94]

Letra

Versión completa original del himno del explorador:[95]

Seréis para ser buenos, mejores cada día,
con este faro y guía: cumplir nuestro deber.


Caricia y besos de auras y brisas,
como sonrisas de amanecer.
Primero aurora y después lumbrera,
nuestra bandera tiene que ser.
Gloriosa madre, Patria querida,
más que a mi vida, he de guardarte.
Tu santo nombre, será mi ensueño,
y aunque pequeñó, sabré yo honrarte.


El grande o el pequeño, la cumbre o el abismo,
será todo lo mismo, mirado con fervor.
Las llagas del leproso que son para el cristiano,
si en él mira a un hermano luz, caridad y amor.


Caricia y besos de auras y brisas,
como sonrisas de amanecer.
Primero aurora y después lumbrera,
nuestra bandera tiene que ser.
Gloriosa madre, Patria querida,
más que a mi vida, he de guardarte.
Tu santo nombre, será mi ensueño,
y aunque pequeñó, sabré yo honrarte.


Siempre adelante, siempre adelante
cumpliendo alegres nuestro deber.
Siempre avanzando, nada hay distante,
que es humillante retroceder.
Unid las almas, juntas las vidas,
al fuego santo de un solo hogar.
Las gotas de agua, si van unidas,
formando ríos llegan al mar, llegan al mar.


Siempre adelante, siempre adelante,
de abismo a cumbre quiero subir.
Llevando a España, siempre triunfante,
por los senderos del porvenir.
Cual los aceros de las espadas,
del yunque al fuego templadas son.
En las empresas más arriesgadas,
pruebe su temple en mi corazón.


La rama es antes brote, primero el hombre es niño.
Miradnos con cariño, que es nuestro el porvenir.


El pobre y el pequeño, el niño y el anciano,
serán como un hermano de todo explorador.
Y con semblante alegre, sabré por mi camino,
sembrar algo divino luz, caridad y amor.


Si soy pequeño, querida España,
para una hazaña digna de ti.
cuando al amarte sé comprenderte
enaltecerte ya conseguí.
¡Glorioso faro!, ¡Santa Bandera!
Mi compañera hasta la muerte.
Que en sangriento combate rudo
será tu escudo, mi pecho fuerte.

Otros personajes relevantes de la institución

Esquela de los Exploradores de España honrando a Severo Montalvo (1935).

Severo Montalvo Córdoba

Severo Montalvo Córdoba (1883-1935), jefe de telégrafos de profesión. Fue un brillante jefe de la tropa de Águilas (Murcia), presidente de la agrupación y reconocido como el mejor técnico escultista de su época. Durante la decadencia institucional entre 1914 y 1919 fue la voz crítica de la asociación, y dio como razones la dimisión de Iradier,[96]​ que se sumó a la falta de entusiasmo de los primeros benefactores y el cansancio del público que juzgaban por lo que veían. Era uno de los cinco comisarios generales de la asociación. Se suicidó una mañana del 19 de septiembre de 1935, según cita José María López Lacárcel, durante un supuesto largo periodo depresivo y de problemas emocionales; tras su muerte fue sustituido por Isidoro de la Cierva. La tragedia fue muy lamentada, pues era «un personaje muy querido en la región», razón para que 10 000 personas le rindiesen el último adiós, entre las que se encontraban las tropas de Albox, Murcia y Cartagena.[97]​ Severo Montalvo tiene dedicada una calle en el municipio de Águilas por su amplia trayectoria en favor de la juventud local.[98]

Carlos de Cifuentes Rodríguez

Carlos de Cifuentes Rodríguez (Scout Águila, Oviedo 1882-Madrid, 1962), comandante de artillería. Aunque se desconoce la fecha de su ingreso, fue instructor de la tropa de Barcelona en 1927 y llegó a ser comisario provincial en 1932. Organizador y jefe de campamento del jamboree de Barcelona de 1929. Carlos de Cifuentes fue también uno de los pioneros de la aeronáutica militar española.[99]​ Fue uno de los cinco comisarios generales de los Exploradores de España, como delegado de rovers y muchachas guías. Participó como jefe de contingente en el jamboree mundial de Gödöllő (Hungría) en 1933, y recibió el «Lobo de Plata» ese mismo año. Tras la guerra civil no volvió al escultismo activo.[100]

Mariano de la Paz Gómez y Rodríguez

Mariano de la Paz Gómez y Rodríguez, doctor en Derecho y en Filosofía y Letras.[101]​ Ingresó en los Exploradores de España en 1914 y consta en los registros como jefe de la tropa de Linares en 1919. Fue comisario local de Linares y provincial de Córdoba, y presidente de la Federación de Exploradores del Norte Andaluz. Hombre muy aficionado a las ciencias naturales y a la arqueología, también fue taxidermista y escritor, entre sus obras se encuentra La Propiedad privada en las guerras marítimas (T. Fortanet, 1905) y Estudio histórico sobre la religión del imperio de los Incas (T. Fortanet, 1907). Recibió el «Lobo de Plata» el 1 de julio de 1934, solicitud apoyada por los consejos de Linares, Águilas, Centenillo, Málaga, Córdoba y Madrid.[102]​ En Linares permanece el «Museo de Ciencias Naturales» que lleva su nombre.[103]

Enrique del Castillo y Pez

Una portada de la revista El Explorador (1923).

Enrique del Castillo y Pez (n. 21 de marzo 1876), comandante del cuerpo de carabineros. Jefe de la tropa de Málaga e instructor de Fuengirola y Marbella. Excombatiente de la Guerra de Cuba, era poseedor de numerosas condecoraciones militares destacando la cruz de primera clase del mérito militar con distintivo blanco concedida el 28 de noviembre de 1918 y la medalla de oro del mérito escultista, concedida por su valiosa labor como instructor.[104][105]​ Recibió el «Lobo de Plata» en 1934. Tiene dedicadas dos calles a su nombre en Málaga y Marbella.[106][107]

Javier Casares Bescansa

Una portada de la revista La Patrulla (1935).

Javier Casares Bescansa (n. 1875), teniente coronel médico de la Armada.[108]​ Jefe de la tropa de El Ferrol en 1922 y comisario local en 1935. Javier Casares fue el creador del jarabe Yodovitamín Casares, un reforzante para las defensas muy popular a mediados de los años veinte.[109]​ Impulsor de la Semana Santa ferrolana, fue miembro de Acción Católica,[110]​ y vocal de la Confederación Española de Derechas Autónomas en Galicia.[111]​ Recibió el «Lobo de Plata» en 1934. Compaginó sus tareas médicas y de investigación con los valores cristianos de servicio a los demás, el amor a la naturaleza y a las actividades deportivas. Sus tres hijos fueron todos exploradores. Escribió su experiencia escultista en unas memorias.[112]

Ángel Rebollo Vizcaíno

Ángel Rebollo Vizcaíno (m. 16 de junio de 1949), sastre de profesión. Ingresó en la institución en 1913 y posteriormente fue instructor. Constaba como jefe de tropa y comisario local de La Coruña desde 1925 hasta octubre de 1936. Recibió el «Lobo de Plata» en 1934.[113]​ Fue uno de los candidatos del «Grupo Independiente Coruñesista» en las primeras elecciones municipales del franquismo (21 de noviembre de 1948), candidatura que se hizo pública el 16 de noviembre de 1948.[114]

Luis Rodríguez Sánchez

Luis Rodríguez Sánchez (Águila Negra, Albox 30 de mayo de 1894-Sevilla 12 de enero de 1969), juez municipal (1931). Ingresó en la institución en 1918. Jefe de tropa y comisario local de Albox (Almería) en 1922, fue el primer presidente de la Federación de Exploradores del Sureste en 1933,[115]​ integrada por las Agrupaciones de Águilas, Albacete, Albox, Cieza y Huéscar, hasta su incorporación a filas en enero de 1939, cuando entraron las tropas nacionales en Albox, siendo cesado de su cargo en el ayuntamiento y sancionado. Recibió el «Lobo de Plata» en 1936 a solicitud de todas las agrupaciones del sureste y por iniciativa de la comisaría local de Murcia.[116]​ El 30 de mayo de 1969, en sesión plenaria del Ayuntamiento de Albox, se le concedió a título póstumo el nombramiento como hijo predilecto de la Villa de Albox como reconocimiento a su labor educativa como jefe de la tropa de exploradores de Albox.[117]

Antonio Trucharte Samper

Antonio Trucharte Samper (11 de agosto de 1875-15 de agosto de 1926), teniente coronel de infantería. Secretario general de la asociación desde 1915 e infatigable promotor de los Exploradores de España en los años 1920. Aunque su actividad se centraba en la agrupación de Madrid, impulsó la creación de la tropa de Cartagena en 1913 tras una conferencia en aquella localidad. Jefe del contingente español al jamboree mundial de 1920 y representante de la asociación (sin muchachos) en el jamboree de 1924. El 31 de agosto de 1918 recibió la Cruz de Segunda Clase del Mérito Militar con distintivo blanco por sus servicios prestados en el Consejo Nacional de los Exploradores de España. En 1920 es ratificado como secretario general de la asociación.[118]​ El 17 de mayo de 1925 fue nombrado gentilhombre de cámara de Alfonso XIII. Según López Lacárcel, aun siendo el impulsor de la instrucción militar en la formación scout,[119]​ su visión de lo que debería ser el escultismo le alejó de la tendencia militarista imperante hasta 1919 y fue uno de los que apoyaron a Juan Antonio Dimas en la nueva etapa durante la dictadura de Primo de Rivera; su repentina muerte en 1926 provocó una crisis interna en el consejo nacional de la asociación.[120]

Por las aportaciones a la villa y su activo interés en la concesión del tratamiento de «excelentísimo» al pueblo por Real Decreto de Alfonso XIII, tiene una calle dedicada a su nombre en San Pedro del Pinatar (Murcia), donde pasaba largas temporadas.[121]

Francisco Medina Ample

Francisco Medina Ample, maestro y director del Orfanato Nacional de El Pardo, Madrid (ONP).[122]​ Uno de los primeros cinco comisarios generales en 1933. Se hizo cargo de los Exploradores de España tras la dimisión de Juan Antonio Dimas, a finales de 1940. En 1969 ingresó en la Orden Civil de Beneficencia recibiendo honores con distintivo blanco y categoría de Cruz de segunda clase.[123]​ Colaborador habitual de la revista Escuela Española, fue autor de La educación en régimen de internado.[124]

Cabecera de la revista El Explorador (1913).


Galería

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