Ir al contenido

Alimentos tabú

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 11:16 5 jun 2007 por Escarlati (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Representación de la gula de Hieronymus Bosch.

Los alimentos tabú son aquellos alimentos (bien sean carne, pescados o plantas e incluso bebidas) que por razones culturales o religiosas no son aceptados para su consumo, no son entendidos o son totalmente desaprobados, y son por lo tanto tabú por la sociedad en general o por un grupo dentro de ella.

Introducción

La mayoría de los investigadores coinciden acerca de la naturaleza omnívora del hombre y por lo tanto todos los alimentos que generalmente se digieren forman parte de la digestión, no obstante existe un elemento importante que es la preferencia hacia algunos alimentos frente a otros, dejando este apartado a otras áreas de la ciencia como la psicología, la sociología, la religión, etcétera. Los gustos adquiridos por una sociedad son desaprobados por otra, ciertamente el carácter tabú de los alimentos es más un aspecto local que global, que corresponde a las naciones y grupos sociales. Los mecanismos que gobiernan esta decisión corresponden más a instintos que a razones lógicas. Las investigaciones sobre este tema reflejan que las preferencias sobre unos alimentos con respecto a otros no están en nosotros desde que nacemos sino que van adquiriéndose por motivos sociales y educación, ya se sabe que los animales no tienen estas limitaciones.[1]

La comida tabú se ha asociado desde sus inicios con una sensación de disgusto y la asociación con un alimento incomestible ha sido siempre social (como es el caso de la carne de perro), siendo en cualquier caso interpretado como una cuestión reactiva del instinto, debido en parte a que la clasificación de tabú proviene de situaciones extremas de emergencia, como las hambrunas tal y como fue en el vuelo 571 de Uruguay. Como regla la fuerte aversión respecto a los alimentos tabú se muestra como una nausea que evita la ingestión de alimentos.[2]

La parte predominante de los alimentos tabú admitidos en el mundo alcanza a la carne y a los subproductos de partes de animales, sólo una pequeña parte es afectada por las plantas. Los investigadores Daniel Fessler y Carlos David Navarrete encontraron en sus investigaciones 38 tabúes basados en carne, pero sólo siete en plantas. Para la investigación examinaron cerca de doce culturas diferentes.[3]​ En las investigaciones se refleja que respecto a occidente China es el país que más tabúes inspira su comida, mientras que fuera de las culturas asiáticas el mayor número de alimentos tabú se sitúa en Europa Central, en concreto en Francia.

Modelos de explicación

Existen diferentes modelos de explicación acerca de la emergencia y mantenimiento en la sociedad acerca de los tabúes en la comida. Los más conocidos son:

  1. El Principio cultural-materialista o económico-racionalista. El representante más conocido es el antropólogo estadounidense Marvin Harris (Good to eat. Riddles of Food and Culture, 1985). Este principio asume que los alimentos tabú se fundamentan en un motivo racional y un análisis coste beneficio sobre el abastecimiento eficiente de la comida. Es la «teoría de la búsqueda óptima de alimento», según la que cada grupo cultural desarrolla sus hábitos nutricionales y dietéticos en función de la disponibilidad de las condiciones ecológicas y económicas del lugar, teniendo de esta forma la esperanza de alimentarse ad eternum. Así, Harris razona por ejemplo que las vacas vivas en la India debían tener un gran valor y de esta forma hubiera sido muy costoso sacrificarlas, por lo que se convirtió en un alimento tabú como vacas sagradas.
  2. El Principio socio-cultural o funcionalístico. Las ideas más representativas de este modelo asumen que los tabúes sirven de forma primaria en la estabilización de la identidad de grupo y al mismo tiempo en la demarcación con respecto a otros grupos. Los alimentos tabú realizan, de esta forma, un servicio social. Por lo tanto, convertir en tabú una comida o un alimento que come otro grupo social proporciona esa sensación inconsciente de demarcación. Un representante de esta idea es Frederick J. Simoons (Eat emergency this Flesh. Food of avoidances into the old World, 1967). Este principio no puede explicar las razones por las que la sociedad hace tabú a unos alimentos y no a otros. El significado de la comida desde esta perspectiva ya no es objeto de investigación y de análisis hoy en día[4]​.
  3. El Principio estructural, que particularizó Mary Douglas (Purity and Danger , 1966), Claude Lévi bunch y en Alemania Ulrich Tolksdorf. En este modelo la comida tiene una representación simbólica, que ayuda a dar cierto significado al entorno. Por esta razón cada cultura clasifica las comidas como puras o impuras, sagradas e profanadoras. Por regla general los alimentos sagrados son comestibles y los profanadores no. Esta simple clasificación vino a proporcionar el alimento tabú como aquel que no debía comerse, y por lo tanto debía ser rehusado.
  4. Una versión modificada del «principio estructural» ha dado lugar a un modelo etnosocial mediante Edmund Leach (Culture and communication, 1974). El significado de no comestible (previo quizás al de tabú) esconde detrás un animal precisamente muy comúnmente clasificado o muy extraño. Por ejemplo, en Europa Central los animales de presa pueden ser comúnmente clasificado y los insectos como animal extraño, así como los monos o perros. Leach estableció un índice de «comestibilidad» en función de un conjunto de reglas conectadas entre sí. Si la relación con el objeto es «muy cercana», entonces se aplica una regla similar al tabú del incesto y su consiguiente prohibición de casamiento, otra regla puede ser: los «animales recién nacidos no son comestibles».
  5. El Principio de emoción-psicológica, los representantes de este principio son Fessler/Navarrete (Meat is good tons taboo). Estos investigadores afirman que la emoción es el fundamento para la explicación de ciertos alimentos tabú, ya que algunos están relacionados con la sensación disgusto y pronto evolucionarían hacia un principio vital de supervivencia en el que se facilitaría una selección en los alimentos con la intención de minimizar el riesgo a morir por su ingesta, de esta forma nació el concepto de «comida equivocada». Este riesgo es mayor con animales que con plantas. Los sentimientos de disgusto se traducen en nausea y vómito tras el consumo debido a cierto mecanismo en el cerebro que nos obliga a sobrevivir.

Todos los principios enunciados tienen sus desventajas y puntos débiles, y no son capaces de explicar todos los aspectos y visiones posibles sobre los alimentos tabú. Eva Barlösius menciona a este respecto que muy posiblemente el rechazo a comer vacas en la India, o a comer carne de caballo en el norte de Europa, o carne de perro, así como la ingesta de carne de cerdo por musulmanes y judíos tenga más que estudiarse con una teoría en cada caso que en la búsqueda de una teoría global que las explique[5]​.

Alimentos tabú debido a las creencias religiosas

Carne bovina

Krishna con una vaca sagrada
Archivo:670px-Cow on Delhi street.jpg
Una vaca sobre las calles de Delhi

Uno de los más conocidos tabúes alimentarios es la justificación de la prohibición religiosa del Hinduismo de sacrificar y comer la carne de los bovinos, en especial la procedente de las vacas, que son consideradas divinas e inviolables. La vaca se considera en la India como la representación divina de Prithivi Mata (la Madre Tierra). Además de un Krishna o encarnación del dios Vishnu, las representaciones de la religión hinduista representan a las vacas con el dios a su lado. Un toro denominado Nandi es la representación del dios Shiva. Para algunos hindúes una vaca es la reencarnación directa anterior antes de ser un humano, por lo que si se sacrifica a una vaca se retroceden 87 escalones de reencarnación. Se considera sagrada no sólo la vaca sino también la leche y cualquier producto del bovino.

Para la mayoría de los indios que viven en los estados federales de la India es ilegal sacrificar un bovino, existiendo leyes que lo impiden[6]​.

De Mahatma Gandhi se tiene la siguiente cita: «El centro del Hinduismo es la protección de las vacas. La protección de las vacas es uno de los más maravillosos fenómenos de la evolución humana (...) Su protección del sacrificio es el regalo del hinduismo al mundo. Y el hinduismo vivirá en el futuro, en tanto le sea permitido proteger a las vacas.»[7]

La veneración de los hindúes por las vacas difiere bastante según las regiones. Por ejemplo, en el norte de la India existe una relación religiosa y casi emocional con las vacas, pero sin embargo en el sur de Kerala se ofrecen para el sacrificio los ejemplares más viejos a carniceros cristianos o musulmanes; la ternera se come en ciertas cantidades en esta zona[8]​. Para la mayoría de los hindúes la ingesta de carne de ternera es sin embargo un tabú. Los ejemplares improductivos se mantienen alimentados, e incluso existen unas especies de residencias para vacas, donde se las adora y se las alimenta con pan. Según el antropólogo Marvin Harris, en el período de la década de los años 1980, la India tenía 3.000 de esas residencias para vacas, en total cerca de 580.000 animales, la mayoría de ellas pertenecientes a los seguidores del jainismo[9]​.

La mayoría de los hindúes creen que en la India también existía en la antigüedad la veneración y el principio de no sacrificio de los bovinos; el consumo de buey sólo es difundido por los seguidores del Islam en el territorio. Esta opinión generalizada puede ser contradicha, sin embargo, al consultar diversas fuentes[10][11]​. Ya en el período que va desde el 1800 hasta 800 en nuestro sistema de cómputo de años, los indoari portadores del veda que vivieron en el norte de la India eran nómadas, y de acuerdo con las fuentes sacrificaban parte de su ganado como ritual religioso. En estas ofrendas tras el sacrificio eran ingeridas entre los sacerdotes y los guerreros. Esta representación ha sido frecuentemente investigada por los indólogos.[12]​ «El ganado en la época de los vedas no era sólo la única ofrenda importante realizada a los dioses, sino que también era realizada a diario, tal y como se ve (...) en numerosos (...) textos. Todavía en la época del emperador Ashoka a mediados del siglo III no era tabú el sacrificio de vacas y ovinos. Los brahmanes comían carne de vaca, y la ofrecían a sus invitados (...). Con el transcurso del tiempo la carne de los ovinos fue convirtiéndose en tabú para todos los hindúes, mientras que al mismo tiempo los subproductos eran considerados sagrados o como ejemplo de purificación.»[13]

Carne de cerdo

Carne de cerdo.

En ambas religiones, la Judía y la Musulmana, la carne de cerdo es un tabú. Los textos sagrados de ambas prohíben el consumo de esta carne. La Torá prohíbe el consumo en crudo de una gran cantidad de animales, bajo esta denominación se encuentra también el cerdo domestico. Así se menciona en el Wajikra, el tercer libro de Moisés:

Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda. También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo
Tercer libro de Moisés 11

El Corán prohíbe igualmente y de forma explícita el consumo de la carne de cerdo: «Se os prohíbe comer la carne del animal que haya muerto de muerte natural, la sangre, la carne de cerdo y la de un animal que se sacrifique en nombre de otro que Dios; no obstante quien se vea obligado a hacerlo en contra de su voluntad y sin buscar en ello un acto de desobediencia, no incurrirá en falta. Es cierto que Dios es Perdonador y Compasivo […]» (Corán 2.173), dando una clara indicación acerca de lo que es en los alimentos puro (halal) e impuro (haram) desde el punto de vista de las leyes islámicas.

En ambas religiones la carne de cerdo es considerada como tabú y ambas justifican hoy en día este rechazo mencionando las cualidades poco limpias del animal en su rutina diaria, se menciona que es sucio y que se alimenta de sus propios excrementos. Además posee numerosas enfermedades la ingestión de su carne, incluida la triquinosis. La verdad es que los cerdos comen sus excrementos sólo cuando no encuentran otro tipo de alimento a su alcance. No poseen en su piel poros por los que regular su temperatura corporal y necesitan refrigerarse por la boca. No obstante también las cabras y las gallinas se alimentan de sus propios excrementos. La triquinosis fue conocida por la comunidad científica a finales del siglo XIX y no hay razón para la emergencia de este tabú.[14]​ «Si la la principal causa de la prohibición hubiera sido solamente los aspectos higiénicos, en este caso los ovinos hubieran sido prohibidos urgentemente mucho antes, debido al contenido de parásitos, muchos de los cuales producen enfermedades como el carbunco (…)»[15]​. Descubrimientos arqueológicos realizados en el pasado en la región de Oriente Medio muestran que los cerdos eran ingeridos en la zona. [16]

Carne de caballo

Anatomía de un caballo en una representación del antiguo Egipto procedente del siglo XV

La carne de caballo es considerada en algunos países como un alimento más en la dieta, pero al igual que otras carnes en otros países se ha convertido en un alimento tabú o al menos es rechazada para su consumo. El Cashrut judío prohíbe entre otras cosas el consumo de la carne de caballo, en el Islam se considera a la carne de burro y cabllo como un alimento regular, y no es considerado como halal. En el cristianismo no existen reglas restrictivas al respecto. No obstante la carne de caballo es considerada tabú en algunos países como Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, pero en algunas zonas de Francia, Bélgica, Países Bajos, Italia y Polonia es comercializada normalmente y puede encontrarse en supermercados. En Alemania, en Austria y en Suiza existen carnicerías de caballo, aunque la carne es consumida por una minoría en la actualidad. Existen platos en la cocina alemana como el Rheinischer Sauerbraten que en tiempos fue elaborada con carne de caballo; el Leberkäse elaborado en cocina austriaca con carne de caballo es considerado en este país como una delicia. Existen platos en la cocina japonesa como el sakura (桜) o sakuraniku (桜肉) donde es considerado una delicia.

En el año 2002 en el mundo China, México, Kazajstán, Italia, Argentina y Mongolia fueron los países de mayor consumo y producción de carne caballar. En el año 2001 sólo en Europa se consumieron aproximadamente 153.000 toneladas de caballo.[17]

Los psicólogos de la alimentación no dicen nada en contra de la alimentación basada en la carne de caballo. La carne posee numerosas fibras, es pobre en calorías, con la excepción del uso de viejos ejemplares la carne suele ser muy tierna. El consumo humano es muy antiguo y se han encontrado huesos de caballo en diversas excavaciones realizadas en cuevas de la Edad de Piedra probando de esta forma que se comían frecuentemente equinos en este periodo. Cuando hubo en Europa un cambio climático las llanuras y los pastos se expandieron y la carne de caballo se puso a disposición de los pueblos que montaban a caballo como pudo ser los mongoles y los hunos. Los caballos fueron poco a poco dejando su lugar como alimento debido a que era más fácil sacrificar a un cerdo, siendo además el caballo útil como medio de transporte más que como alimento. Los romanos de acuerdo con las fuentes no comían caballos, que eran empleados como medio de transporte y como medio logístico de las batallas, así como soporte para la caballería[18]​.

Las tribus moras que conquistaron España en el año 711 cruzaron los Pirineos en el año 720 y sufrieron una derrota en la Batalla de Poitiers del año 732 por las tropas comandadas de Carlos Martel; este contratiempo hizo que el avance se detuviera. La caballería jugó un importante papel en esta victoria. En la misma época se realizaban sacrificios con animales dedicados a los dioses por las tribus teutones; entre los que se incluía el sacrificio de caballos. Tras la batalla de año 732 el Papa Gregorio III escribió una carta al misionero Bonifatius en la que requería prohibir el consumo de carne de caballo de forma inmediata, alegando la pureza de los mismos[19]​.

Sangre

En ambas religiones (Judaísmo e Islam) el consumo de sangre, carne sangrienta o alimentos que contengan como ingrediente sangre se considerada tabú. En la Biblia, en el libro V de Moisés (12,23), se rechaza el consumo de sangre debido a que es fuente de vitalidad. Esta prohibición se repite en el Torá y en el Levítico (7,26-27). En el Corán la prohibición se puede leer en la Sura 5,4. Para evitar este tabú en las matanzas existen métodos especiales y personas especializadas (judaísmo: Shojet, ‘matarife’) encargados de «purificar» eliminando todo rastro de sangre en la carne para que pueda ser ingerida de acuerdo con las reglas de cada religión[20]​.

En el Corán existen prohibiciones explícitas acerca de la ingesta de sangre (Razi, Bd.): se menciona repetidamente que el sacrificio de los animales debe ir acompañado de un degüello, que elimina los rastros de sangre en sus venas[21]​. No obstante la prohibición del Corán se refiere directamente sólo a la «sangre derramada», lo que se puede entender como la sangre que brota.

Por razones diferentes a la religión, en algunos países de la Unión Europea está prohibido vender sangre líquida, alegando razones de salud pública. Este fenómeno ha hecho que algunos platos tradicionales como el sanguinaccio dolce (extraña mezcla de chocolate con sangre de cerdo) de la cocina de Nápoles quedara relegado casi al olvido. No obstante el consumo de sus subproductos procesado en forma de embutido (morcillas, black pudding, etcétera) está muy extendido y es altamente popular.

Alimentos tabú por motivos no religiosos

Carne de perro

El perro Chow Chow fue considerado un alimento en China.

La carne de perro se consume como alimento humano en ciertos países del mundo, mientras que en la mayor parte del mundo es considerado como un alimento tabú. En Europa se llegó a emplear al perro como alimento sólo en situaciones de catástrofe o emergencia en el pasado. En la actualidad es un tabú y se asocia a menudo con los movimientos de protección de los derechos de los animales. Hoy en día se consume en países como China, Corea, Vietnam, en las Filipinas, Timor del Este y en el Congo[22]​. Existen referencias sobre el hecho de que en Suiza y en ciertas partes de Alemania se come carne de perro[23]​. En épocas de 1900 existían matanzas de perros en Chemnitz, Dresden y Zwickau[24]​. En mayo de 2006 en una entrevista realizada al principe Enrique de Dinamarca se declaró amante de los perros y de su carne, dando detalles acerca de su sabor (que mencionó similar a la del pollo)[25]​.

Son pocos los psicólogos de la alimentación que afirman la necesidad humana del consumo de la carne de perro. La aceptación o rechazo de este tipo de carne por la sociedad o por grupos sociales es un fenómeno que puede definirse sólo como culturalmente adquirido. La discusión sobre este tema en Europa y Estados Unidos tiene como resultado que su relación con estos animales domésticos es intensa y comparte lugar común en la vida íntima de las familias. En conexión con esto en la Copa Mundial de Fútbol de 2002 celebrada en Corea del Sur hubo una actividad crítica internacional sobre el consumo de carne de perro en Corea ya que este país no había prohibido su consumo. La actriz y protectora de los animales Brigitte Bardot habló a favor de la protesta internacional[26]​.

Los animales domésticos se han ido considerando en las culturas occidentales como parte de las familias humanas. Este fenómeno ha hecho distinguir a los antropólogos entre «mascotas» (animales pequeños que se adoptan), los «animales domésticos» (generalmente más grandes y conviven con los humanos) y los «animales útiles» como las vacas y los cerdos. Algunos pensadores hacen ver que existe una unión emocional con estos animales que los convierten en potenciales alimentos tabú. Algunos autores como Harris niega esta unión emocional y la razón para este tabú emergente.

Insectos

Langostas asadas a la parrilla en Bangkok.

Los insectos no son considerados en Europa como un alimento, mientras que en algunos países de Asia, África y América Latina pueden incluirlos como alimentos en algunos platos. En Europa y en Estados Unidos los insectos son asociados con la basura y la suciedad y por esta razón se evita su consumo. El consumo de insectos se denomina técnicamente con el término entomofagia en las culturas occidentales, y se deduce de él que es una costumbre desviada o inusual. Los antropólogos asumen que en la antigüedad algunos insectos formaron parte de la dieta de los europeos, algunos poetas de la antigüedad como Aristofanes llamaban a las langostas «pollo de cuatro alas», y los romanos comían larvas denominadas Cossus. En la Edad Media algunos hábitos alimentarios cambiaron y los insectos desaparecieron de la dieta. No osbtante a comienzos del siglo XX en algunas partes del Norte de Esse y Francia se elaboran sopas con el Melolontha[27]​. En la Biblia y el Corán se menciona también el consumo de langostas.

Insectos fritos en un mercado de Reino de Camboya.

A la vista de que el constante crecimiento de la población humana puede llegar a un punto en el que no existan alimentos cultivados para abastecerla (Catástrofe maltusiana), los expertos han empezado a pensar en la posibilidad de alimentar a la población con insectos, intentando hacer más popular su consumo. De forma aislada se ofrecen menús en ciertos restaurantes, apariciones de ciertos libros, programas de televisión, etcétera. No obstante, el consumo de ciertos insectos cae a la vista de la Unión Europea bajo la categoría de novel food y ha dedicado un apartado de su regulación para vigilar su consumo[28]​. Poco a poco los países occidentales van adaptando sus costumbres culinarias hacia el consumo de insectos de forma masiva en el futuro, no obstante algunos productos vendidos en los mercados occidentales suelen contener como ingredientes insectos molidos, como por ejemplo en la mermelada, mantequilla de cacahuete o en los vegetales congelados[27]​. También los higos contienen de forma natural pequeños insectos entre su carne.

Muchos insectos pueden ser considerados como una fuente apropiada de proteínas, por ejemplo 100 g de larvas de termitas africanas pueden llegar a tener 610 kcal, 38 g de proteína y 46 g de grasa; 100 g de larvas de polillas tienen aproximadamente 375 kcal con 46 g de proteína y 10 g de grasa. Las larvas secas de abeja poseen un 90% de proteínas, siendo el resto grasa. El hecho de que los insectos posean una sustancia como la quitina que no podemos digerir no habla en contra de su consumo, ya que se puede retirarse fácimente antes de su ingesta, al igual que se hace con los crustáceos (langostas, langostinos, etcétera). Además, las larvas no contienen quitina[29]​. El sabor de las termitas y grillos recuerda al de lechuga y las langostas fritas tienen un sabor dulce. No obstante, no todos los insectos son comestibles, siendo una parte de ellos venenosos[27]​.

Algunos casos aislados y locales en Europa son un ejemplo tradicional de consumo de insectos. Uno de ellos es el queso italiano Casu marzu que se come en Cerdeña y que tiene larvas, otro ejemplo es el Milbenkäse que se elabora con los excrementos de los ácaros.

Plantas y verduras tabú

Las habas gordas como tabú pitagórico.

Mientras la mayoría de las sociedades asocian los tabúes al consumo de determinadas carnes, los tabúes basados en plantas son raros y existen sólo en pequeñas etnias muy bien conocidas. Además se produce una distinción en sexos: existen alimentos que son tabús para hombres (y no para mujeres), y viceversa. Muy pocos autores mencionan los alimentos tabú basados en verduras o plantas y muchos de ellos afirman que el alimento tabú es sólo con carne, rechazando la existencia de tabús alimentarios basados en plantas.

La etnóloga Anne Meigs ha investigado la cultura y la vida social de las tribus de Hua en Nueva Guinea y ha proporcionado entre otras cosas una lista con tabús alimentarios de los hombres. Todos los alimentos implicados estaban asociados con la femenidad y con la sexualidad femenina. Por ejemplo, los vegetales con colores rojos, las frutas brillantes del mismo color y las seta, por su relación con la menstruación, eran tabú, así como los alimentos relacionados con ciertos olores (entre la lista se tiene algún tipo de seta y dos tipos de dioscoreáceas). Entre los hombres de la tribu existen sanciones para aquellos que violen los tabús[30]​. En las culturas occidentales se han asociado los tabús de plantas a la sexualidad, en algunos instantes de la historia no se ha considerado tabú y era considerado sin embargo como afrodisíaco.

Un ejemplo histórico de tabú al consumo de platas es el del matemático griego Pitágoras de Samos: tanto él como sus seguidores «pitagóricos» (al igual que los órficos) hicieron de las habas un ejemplo de tabú alimentario. La existencia del tabú fue mencionada por fuentes antiguas como Aristóteles. El origen del tabú puede haber sido la creencia en la reencarnación y la migración de las almas, dentro de la creencia de los pitagóricos[31][32]​.

Alimentos prohibidos y aversiones

El consumo y caza de algunos animales está internacionalmente prohibido por razones de protección de especies. Algunos ejemplos son la tortuga, el castor, algunas focas antárticas y las ballenas. La Unión Europea sanciona severamente a los ciudadanos que infringan daños o cacen estas especies protegidas, así como el consumo de perros y gatos. Una prohibición legal no es equivalente a un tabú. Hay especies de animales en vías de extinción sin relación con su consumo directo por los humanos. No obstante la transición entre alimento prohibido legalmente y aquel que es tabú tiene una frontera aún en discusión, tratando algunos autores ambos como un tabú.

La socióloga Monika Setzwein establece diferencias entre prohibición, tabú y rechazo, estableciendo una escala gradual de aceptación social que va desde el tabú (muy aceptado en la sociedad), el rechazo (algo menos) y finalemente la prohibición. Define como tabú una «prohibición interna», que no requiere de una razón especial para ser activada. «Una característica sustancial del tabú es que es una ocupación emocional y que a menudo tiene un caracter ambivalente, donde la reverencia y el aborrecimiento tienen fronteras muy sutiles. […] El rechazo a ciertos alimentos puede distinguirse de las prohibiciones y de los tabús, debido en parte a las conotaciones sociales de las comidas.»[33]​.

Pájaros cantores

En la imagen se representa un Turdidae típico en las cocinas europeas antiguas.

Los pájaros cantores no existe en EU prohibición clara sobre su caza e ingesta, no osbtante existen países donde la caza de pájaros está permitida por las leyes a pesar de las leyes europeas de protección de animales. Existen algunos paises en Europa en los que se sirven y se considera una practica aceptable servirlos en los restaurantes y bares de algunos paises como en los Alpes, Italia, España, Francia servidos como delicias.

En los libros antiguos existen ejemplos históricos que prueban la ingesta de pájaros cantores que han sido parte de los alimentos de la humanidad durante muchos milenios en el norte de Europa, por todas las clases sociales. Sólo hubo rechazo sobre su ingesta cuando comenzaron los movimientos sociales sobre la protección de los animales en el siglo XIX en el que se empezó a poner en duda su consumo.[34]​ el autor trata el tema de la ingesta de estos pájaros como un tabú, no como un rechazo.

Existen, no obstante algunas tradiciones europeas en la ingesta de pájaros como por ejemplo el Thüringer Meisensuppe en la cocina alemana, el Helgoländer Drosselsoop o el muy conocido internacionalmente Leipziger Lerchen, en la cocina española los pajaritos fritos (prohibidos en la actualidad). El investigador Schmoll menciona en sus estudios que la prohibición de la ingesta de pájaros en Europa comenzó en el siglo XVIII en el norte de Europa y fue creciendo a medida que avanzaban los siglos. Los motivos de la protesta son dobles: por una parte este tipo de animales regula la población de insectos y por otra es visto como un animal social.[34]

Ballenas

El consumo de ballenas es muy popular en las gastronomías de Islandia, Noruega (en la costa oeste) y Japón. Y es muy popular en la cocina Inuit de los Esquimales, en la actualidad su caza está prohibida y altamente limitada sólo con objeto de investigación.

Tortugas

Tortuga sacrificada para elaborar la sopa de tortuga

Un ejemplo de prohibición justificada es la importación de la especie denominada tortuga marina, empleada generalmente en la genuina sopa de tortuga. Esta prohibición empezó en Alemania en el año 1984; y desde las décadas de los años 1980s no se han exportado más ejemplares. La tortuga marítima es considerada como una especie amenazada desde la convención de Washington protection of species agreements. En las leyes judías sobre la comida se dice que la tortuga es impura y por lo tanto considerado como un tabú.

La sopa de tortuga empezó a ser en Gran Bretaña muy popular en el siglo XVIII, lugar donde fue inventada y consumida como una delicia exótica ofrecida a las clases medias. El alimento due empleado como un status simbólico. Y desde entonces el consumo de la carne se hizo popular. En el siglo XVI se consideraba una carne muy nutritiva. Como la carne de las tortugas eran consideradas como pescado se podían comer durante la Cuaresma, y de esta forma se produjo un incremento estacional de su carne.[35]

Vísceras

Riñones de cordero frescos

Es tradicional tras el sacrificio de ciertos animales que se aprovecharan todas las partes para el consumo, no sólo en las casas humildes. Sin embargo las vísceras empleadas en las cocinas, eran explicadas en los libros de cocina del siglo XIX. El investigador Stephen Mennell determina: "Muchos humanos no sienten aversión hoy en día hacia la relación con el consumo de carne, sino en particular en relación a ciertas partes de animales, denominadas vísceras.[36]​ Las vísceras han sido contempladas como alimentos desde la edad media. Su origen en la mayoría de los casos procede de raíces humildes, de los estratos bajos de la población que sólo podía alimentarse de forma barata con los restos de sacrificios de animales, etc. Así es la forma en la que se explica por ejemplo la existencia de platos tan populares antaño como las gallinejas (tripas e intestinos de cordero fritos), los callos, etc. en la cocina madrileña, o el saumagen de la cocina alemana del palatinado, los Haggis de la cocina escocesa.

A pesar de lo popular que fuera antaño la aversión hacia este tipo de platos con vísceras (casquería) está incrementando, hasta el punto que poco a poco va siendo sólo una delicia de una minoría de la población, como por ejemplo las Mollejas. Los psicólogos sociales han podido probar en una escala Guttman las actitudes hacia el consumo de las vísceras y se ha podido ver cómo crece el rechazo al hígado sobre el riñón, lengua, cerebro y testículos, comprobando además que en América el rechazo es mayor que en Inglaterra o Francia.[37]

Productos lácteos

Mientras que en Europa y Estados Unidos productos como la leche y sus subproductos como los lácteos son generalmente aceptados, en otras culturas existen muchos grupos humanos que lo rechazan o evitan, por ejemplo en muchos lugares de Asia. No se trata del sabor, sino más bien la inexistencia en la mayoría de la población adulta del enzima intestinal denominado lactasa que es la encargada de procesar en la digestión la lactosa. Es fenómeno recibe el nombre de intolerancia a la lactosa. El bebé en todas las culturas del mundo tiene este enzima en su estómago para poder procesar la leche materna. El cuerpo para la producción del enzima a los tres años; por esta razón la intolerancia a la lactosa no es una regla sino una desviación genética.[38]​ sin esta enzima el colon se irrita en contacto con la lactosa y produce diarreas y diversos trastornos gastricoso intestinales.

Canibalismo

Saturno devorando a un hijo, de Goya.

Uno de los alimentos considerado un fuerte tabú en gran parte de las culturas del mundo es la propia carne humana (canibalismo). Socialmente el consumo de carne humana es considerada aceptable en ocasiones excepcionales, por ejemplo en caso de naufragio, supervivencia sin alimentos. Marvin Harris limita el término diciendo que "la sociedad sanciona el consumo de carne humana cuando existe la presencia simultánea de otros alimentos", [39]​ aunque este punto forma parte de una fuerte disputa moral.

Los yacimientos arqueológicos encontrados apuntan hacia el hecho de que el canibalismo era una práctica común en las etapas primigenias del hombre. Se han encontrado referencias datadas de hace aproximadamente 350,000 años en China. También en la época del hombre de neandertal se han realizado descubrimientos, algunos casos muestran ejemplos claros de procesamiento (pre-cocina) y que no se ingería cruda. Las víctimas en algunos casos eran parte de un culto religioso, algunos casoso se han encontrado en Bad Frankenhausen en Thüringen. [40]

Los antropólogos han encontrado cuatro tipos diferentes de canibalismo[41]​:

  • El conocido Canibalismo profano, identificado como el empleo de la carne humana como alimento
  • El Canibalismo antisocial, también como Canibalismo de guerra, que se produce en situaciones límite o accidentes (como el ocurrido en el vuelo 571
  • El Canibalismo de juicio, cuando el condenado se come tras un juicio
  • El canibalismo ritual como parte de un ofrenda a los dioses

Repaso a los alimentos tabú

Significados Tabú alimentarios por ejemplo en Alimentos por ejemplo en
Ranas Diversos estados, Inglaterra Francia, España, Asia
Perros Europa, diversos estados China, Corea, Congo
Insectos Europa, diversos sstados Asia, África
Gatos Europa, diversos estados China, Corea
Caballo Diversos estados, Inglaterra, Australia Francia, Italia, Alemania, España
Ratas Europa, diversos estados Ghana, Tailandia
Vacas Hinduísmo Cristianismo, Islam
Tortugas Judaísmo Asia, América del Sur
Cerdos Judaísmo, Islam Cristianismo
Pájaros cantores Alemania Italia, Francia
Arañas Europa, diversos estados Laos, tribus amazónicas

Véase también

Literatura

  • Stewart Lee Allen. In the Devil's Garden: A Sinful History of Forbidden Food. ISBN 0-345-44015-3. 
  • Calvin W. Schwabe. Unmentionable Cuisine. ISBN 0-8139-1162-1. 
  • Frederick J. Simoons. Eat Not This Flesh: Food Avoidances from Prehistory to the Present. ISBN 0-299-14250-7. 
  • Marvin Harris. Good to Eat. ISBN 0-04-306002-1. 
  • Frederick J. Simoons: Eat Not This Flesh: Food Avoidances from Prehistory to the Present. Wisconsin Press, Madison 1994 (2. Aufl.), ISBN 0-299-14254-X
  • Eva Barlösius: Soziologie des Essens. Juventa, München 1999, ISBN 3-7799-1464-6. Título en español: "sociología de la alimentación"
  • Mary Douglas: Reinheit und Gefährdung. Berlin 1985 (Título original: Purity and Danger: An Analysis of Concepts of Pollution and Taboo. 1966), ISBN 3-518-28312-X
  • Marvin Harris: Wohlgeschmack und Widerwillen. Die Rätsel der Nahrungstabus. Klett-Cotta, Stuttgart 1988 (Originaltitel Good to eat. Riddles of Food and Culture. 1985), ISBN 3-608-93123-6
  • Dwijendra Narayan Jha: The Myth of the Holy Cow. Verso Books, Kondon 2002, ISBN 1-859-84676-9
  • Edmund Leach: Kultur und Kommunikation. Zur Logik symbolischer Zusammenhänge. Suhrkamp, Frankfurt M 1978, ISBN 3-518-07812-7
  • Stephen Mennell: Die Kultivierung des Appetits. Geschichte des Essens vom Mittelalter bis heute (Título original: All Manners of Food). Athenäum, Frankfurt/Main 1988. ISBN 3-610-08509-6
  • Perry Schmidt-Leukel (Hg): Die Religionen und das Essen, Hugendubel Verlag, Kreuzlingen 2000, ISBN 3-7205-2115-X
  • Monika Setzwein: Zur Soziologie des Essens. Tabu, Verbot, Meidung. Leske + Budrich, Opladen 1997, ISBN 3-8100-1797-3

Referencias externas

Referencias documentales

  1. vgl. Rolf Degen: Nicht nur Verdorbenes macht Angst, en Tabula 02/2005
  2. Eva Barlösius, Soziologie des Essens (Sociología de los alimentos), pag. 45
  3. Daniel Fessler/Carlos Navarrete, Meat is Good to Taboo, S. 4
  4. Monika Setzwein, Zur Soziologie des Essens, S. 109 f.
  5. Eva Barlösius, Sociology of the meal, S. 104
  6. Gesetzliche Bestimmungen zum Schutz von Kühen vor Schlachtungen in den indischen Bundesstaaten und Unionsterritorien
  7. Gandhi-Zitat
  8. Nicolai Schirawski, Very dear cow, en P.M.Magazin 09/2002
  9. Marvin Harris, pág. 61
  10. Ram Puniyani: Beef Eating: Strangulating History, en: The Hindu (2003)
  11. Entrevista con el indio histórico D.N. Jha
  12. Renate Syed, Das heilige Essen - Das Heilige essen. Religiöse Aspekte des Speiseverhaltens im Hinduismus, en: Perry Schmidt-Leukel (Hg), Die Religionen und das Essen, Kreuzlingen, 2000, pág. 131 y sig.
  13. Renate Syed, pág. 135
  14. Marvin Harris, Wohlgeschmack und Widerwillen, pág. 67 y sig.
  15. Peter Heine, Food and food taboo in the Islam, en Perry Schmidt Leukel (Hg): The religions and the meal, pág. 90
  16. Marvin Harris, Wohlgeschmack und Widerwillen, S. 67 ff.
  17. MHR-viandes magazine
  18. Marvin Harris, Wohlgeschmack and aversion, pág. 89 y sig.
  19. Citado por Marvin Harris, pág. 98
  20. Alois Payer: The Jewish food laws
  21. Manfred Goetz: Pits of victim and utilizable animals
  22. John Feffer: The Politics of Dog, 2002
  23. Markus Rohner: Nicht nur Asiaten lieben Hundefleisch (No sólo los asiáticos comen carne de perro) y árticulo sobre la protección de la carne del perro en Suiza (Hundefleischverzehr in der Schweiz)
  24. Erhard Oeser, Hund und Mensch: die Geschichte einer Beziehung, Darmstadt 2004, pág. 143 y sig.
  25. MDR: Prinz Henrik isst gern Hundefleisch (El príncipe Enrique come carne de perro)
  26. Artículo de TIME sobre el consumo de carne de perro en Corea (2002)
  27. a b c Insects eat - disgust or benefit? (2003)
  28. Legislación europea sobre el novel Food
  29. Marvin Harris, pág. 172 y sig.
  30. Monika Setzwein, Zur Soziologie des Essens, pág. 137 y sig.
  31. vgl. Birgit Punks: Vegetarismus. Religiöse und politische Dimensionen eines Ernährungsstils, pág. 22 y sig.
  32. James Dye: Explicación de la abstinencia pitagórica de las judías
  33. Monika Setzwein, Zur Soziologie des Essens, pág. 79
  34. a b peace man Schmoll: Humans are, which he does not eat, in: Science Lunch, October 2004
  35. De acuerdo con los datos de las sociedades protectoras de animales en la semana santa WWF information (2006)
  36. Stephen: The cultivation of the appetite. , S. 392
  37. Stephen Mennell, pag. 392
  38. Artículo de Planet Wissen sobre la intolerancia a la lactosa
  39. Marvin Harris, S. 216
  40. Canibalismo en las primeras etapas de la humanidad
  41. Susanne Wetzel: Kannibalismus - Canibalismo