El Real Madrid llegaba a su primera final en competición europea en el primer año de vida de las mismas, cuando tras disputar la primera edición de la Copa de Europa, se enfrentó en la final al equipo francés del Stade de Reims. El partido, jugado el 13 de junio de 1956 en el Parc des Princes de París, se saldó con victoria para los madridistas, que tras remontar el encuentro dos veces, terminó por ganar 4-3 gracias a los goles de Alfredo Di Stéfano, Marcos Alonso Marquitos y un doblete de Héctor Rial. El Real Madrid C. F. levantó su primera Copa de Europa y título internacional, siendo el primer equipo que lo lograba en el Viejo Continente.[1]
La segunda final europea de la historia del club tuvo además un valor añadido al tratarse de la primera final en competición europea que un equipo disputaba en campo propio (no así en el propio país, donde en la anterior y primera edición el Stade de Reims francés perdió la final contra el Real Madrid C. F. en el Parc des Princes de París).
Tras imponerse al Manchester United F. C. en semifinales, el Real Madrid C. F. se impuso por 2-0 a los italianos de la Associazione Clacio Fiorentina merced a sendos goles de Alfredo Di Stéfano y Paco Gento que fueron presenciados por unos 120 000 espectadores, récord de asistentes a una final en la historia de la máxima competición europea.[2]
La tercera final europea de la historia del club enfrentó a los madrileños nuevamente con un club italiano, siendo esta vez la Associazione Calcio Milan, quien fue derrotada por tres goles a dos en el Estadio de Heysel de Bruselas.
Dos veces tuvieron que remontar el marcador los españoles, con tantos de Alfredo Di Stéfano y Héctor Rial para llevar el partido a la prórroga. En ella, un tanto de Paco Gento situó el 3-2 definitivo con el que finalizó el encuentro.[3]
Tras haber ganado cinco Copas de Europa consecutivas, récord aún vigente en la actualidad, el club perdió las siguientes dos finales que disputó de la máxima competición europea de clubes. Pese a presentarse con esas últimas dos derrotas, el club llegaba a una nueva final como máximo favorito y claro dominador de Europa, donde tan solo el S. L. Benfica o el F. C. Internazionale Milano se le acercaban mínimamente. En once años de competición, el Real Madrid C. F. llegaba a su octava final.
El equipo madridista vio nuevamente como se adelantaba el equipo rival tras lo acontecido en la última final europea disputada dos años antes. Sin embargo en esta ocasión consiguió darle la vuelta al marcador merced a dos tantos conseguidos por Amancio y Serena en apenas seis minutos. Con el resultado final de 2-1 el club conquistó su sexta Copa de Europa para volver a lo más alto del fútbol europeo. Sin embargo, nada hacía presagiar que el club tardaría quince años en volver a disputar una final de la Copa de Europa, y treinta y dos años en ganar nuevamente la máxima competición.[12]
La final de la Liga de Campeones 1999-00 fue la decimosexta final europea del club, además de ser la primera vez que se enfrentaban dos clubes del mismo país en una final en Europa. El Real Madrid accedió a su décima final de la Copa de Europa, mientras que el Valencia C. F. llegaba a su primera final. La competición había visto como ambos conjuntos se deshacían de grandes equipos como el Manchester United F. C., vigente campeón de la competición, y el F. C. Bayern de Múnich en el caso de los blancos, y la S. S. Lazio y el F. C. Barcelona en el caso de los valencianistas, viéndose también por primera vez en la historia como tres equipos del mismo país llegaban a las semifinales.
Debido a la similitud de los uniformes titulares de ambos equipos, se produjo otra curiosa y novedosa circunstancia, como fue la de que ambos equipos jugasen el decisivo encuentro con sus uniformes suplentes: negro para el Real Madrid C. F., y naranja para el Valencia C. F.
El partido concluyó con el resultado de 3-0 para los madridistas, que lograron su octava Copa de Europa.[14][15]
El club llegó a su tercera final europea en cinco años, hazaña solo igualada en la historia del club por el «Madrid de Di Stéfano» que logró alcanzar cinco finales consecutivas a finales de los años 50. En esta ocasión, el conocido como el «Madrid de los Galácticos» acabó por conquistar su tercera Liga de Campeones, otrora Copa de Europa, la novena en su palmarés, lo que le situaba de nuevo como el mejor club europeo del momento, coincidiendo con el centenario del club (1902-2002).
El partido fue recordado por el gol anotado por Zinedine Zidane justo antes de que se cumplieran los primeros 45 minutos y que a la postre fue el gol de la victoria por 2-1 que permitió al club levantar su novena Copa de Europa. El jugador francés remató de volea con su pierna izquierda un complicado centro de Roberto Carlos que caía desde una considerable altura que acabó entrando por la escuadra de la meta alemana.[16]
Esta última actuación en la Copa de Europa confirmaba el galardón que la FIFA otorgó al club un año antes acreditándole como el mejor club del siglo XX,[17] en especial por sus actuaciones a lo largo de la historia de la máxima competición europea de clubes, donde es el actual dominador con trece títulos y dieciséis finales disputadas.
La primera edición de la Copa Intercontinental fue disputada en el año 1960 entre los vencedores de las consideradas más prestigiosas competiciones continentales de clubes de la época: la Copa de Europa (organizada por la UEFA y que designaba al mejor club europeo), y la Copa Libertadores (organizada por la CONMEBOL y que designaba al mejor club sudamericano). El título serviría para designar al que sería el campeón del mundo de clubes.
Tras el empate a cero goles en el partido de ida, la final se resolvió en Madrid. Con un Estadio Santiago Bernabéu a rebosar con 120 000 espectadores, el Real Madrid C. F. se alzó con el primer título de la competición tras derrotar a los uruguayos por un contundente 5-1.[24]
El inicio del partido resultó definitivo para los intereses del equipo sudamericano, que vieron cómo con apenas 10 minutos de juego transcurridos, los madrileños ya mandaban en el marcador por tres tantos merced a un destacado Ferenc Puskás, autor de dos goles, y otro de Alfredo Di Stéfano tras rechazar otro disparo del húngaro. Al término de la primera parte, los blancos ganaban por 4-0. Al comienzo de la segunda mitad los españoles no dieron opción a los uruguayos, y anotaron el quinto tanto, obra de Francisco Gento. Los uruguayos, desbordados, solo pudieron anotar el gol de la honra en el minuto 80 de partido, obra de Alberto Spencer.[24]
En la segunda participación del club en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA los madrileños llegaron a la final tras deshacerse en semifinales del Cruz Azul Fútbol Club por 0-4, siendo además la primera vez que derrotaban a un equipo mexicano en competición oficial.
Luis Miguel Gallardo, Juan Ignacio y Pereira (2012). El libro de los récords del Real Madrid. Prime Books. ISBN978-989-655-135-3.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)