El primer desafío del cuadro Belga, capitaneado por Marc Wilmots, fue ante el anfitrión Japón en Saitama , logrando en un entretenido partido, un empate a dos tantos. Luego enfrentó al cuadro Tunecino en Ōita, del cual, obtuvo un empate a uno. Para clasificar, necesitaba un triunfo frente a los rusos, cosa que ocurrió, por un marcador de 3-2 en Shizuoka.
Ya instalado en octavos de final, el siguiente reto fue la eventual Campeona del certamen, la poderosa Selección de fútbol de Brasil en Kōbe. Frente al Scratch, con un renacido Ronaldo, se despidieron de la cita, con un 2-0 en contra, dando así por concluida su participación en el mundial.